1. HOSTIGAMIENTO Y ACOSO EN LAS REDES SOCIALES
PRESENTADO POR
LAURA SOFÍA BONILLA P.
PRESENTADO A
OSMANY ALEY MARTINEZ
COLEGIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
24 DE OCTUBRE DE 2014
NOVENO
2. El Cyberbullying –maltrato o agresión a través de mensajes de texto, de voz, o de
fotos, videos, audios, subidos a las redes sociales- afecta a millones de jóvenes
alrededor del mundo, y preocupa a profesionales de la salud, padres y docentes.
Se define al Bullying a cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico
producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Cuando se utilizan las redes sociales como medio para la agresión, el fenómeno
se denomina Cyberbullying. Una de las manifestaciones más frecuentes de este
fenómeno es la publicación de fotografías, casi siempre poco afortunadas, que
pueden ocasionar molestia a sus protagonistas, a los que se suele etiquetar para
que sus contactos vean las imágenes. Es también muy frecuente la creación de
páginas o grupos destinados a agredir, burlar o denunciar algún aspecto íntimo de
la víctima.
En la actualidad, el Cyberbullying resulta relevante por la gravedad de sus
consecuencias, la dificultad de prevención y el alto grado de prevalencia.
Según indican las estadísticas, los protagonistas de los casos de acoso suelen ser
niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia. Los chicos que resultan
objeto de este tipo de agresiones, sufren las agresiones deliberadas de otros niños
o jóvenes que se comportan cruelmente, con objetivo de someterlos,
arrinconarlos, amenazarlos, intimidarlos o marginarlos, divertirse a costa suya u
obtener algo de su parte.
El acoso suele ser sistemático y extenderse durante un período más o menos
prolongado. Un dato llamativo es que las víctimas son en su mayoría mujeres,
pero que también las agresoras son en su mayoría chicas.
El vehículo más frecuente para el cyberacoso son las redes sociales como
Facebook, citada por un 60% de los encuestados. Los dispositivos móviles y los
chats figuran casi empatados en siguiente lugar, con un 42% y 40%
respectivamente. A continuación se sitúan como medios el email (32%), la
mensajería instantánea (32%), otras webs (20%) y otras formas de tecnología
(9%).
HOSTIGAMIENTO Y ACOSO CIBERNÉTICO
No conocer los riesgos no nos libera de la responsabilidad de tener capacidad de
respuesta ante ataques que pueden sufrir nuestros hijos en la red. Por eso estos
riesgos los adultos los deben conocer y comprender para brindar el apoyo
indicado en el momento adecuado.
3. Los niños y los jóvenes que utilizan las nuevas tecnologías para jugar y para
socializar a través de las redes sociales están considerablemente más expuestos
a diversos peligros como grooming, sexting o cyberbullying.
Al contactar con desconocidos sin ningún tipo de protección de identidad, nuestros
datos personales –así como los de amigos y familiares– podrían estar disponibles
en la Web y, por lo tanto, dejarnos –o dejarlos a ellos– expuestos a peligros como
grooming, sexting o cyberbullying.
Los niños y los jóvenes que utilizan las nuevas tecnologías para jugar y para
socializar a través de las redes sociales están considerablemente más expuestos
a este tipo de hostigamiento y acoso cibernético. En el caso del ciberbullying, los
expertos sugieren, ante todo, denunciar el hecho en el colegio. Según una
investigación realizada por la empresa de seguridad informática Eset de Argentina,
que incluyó a 400 jóvenes de América Latina, un 36% de jóvenes de entre 14 y 29
años ha sufrido algún tipo de ataque mientras navegaba por Internet. Según la
misma encuesta, un 83% de jóvenes usa frecuentemente Internet varias veces al
día. Los dispositivos móviles, el correo electrónico, el chat y Facebook
proporcionan el terreno donde pueden ocurrir estos ataques. Existe incluso otro
problema: un 16% de niños y jóvenes admitió haberse citado con desconocidos a
través de Internet, mientras que solo el 11% de niños y jóvenes admitió que
acudiría a sus padres ante algún tipo de ataque.
El ciberbullying, o ciberacoso, es el uso de información electrónica y medios
de comunicación –correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería
instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles– para acosar a un
individuo o a un grupo.
La denominación ciberbullying se debe al educador canadiense Bill Belsey, pero
existen otros términos para designar esa práctica: acoso electrónico, acososms,
network mobbing, acoso móvil, acoso en línea, acoso digital o acoso en Internet.
El ciberacoso implica un daño recurrente, infligido a través del medio electrónico, y
puede constituir un delito penal. En este caso, el objetivo del acoso es el de
causar preocupación y angustia, hasta disminuir o mellar la autoestima. Su
naturaleza varía, desde el envío de e-mails a quien ha manifestado que no desea
recibir comunicaciones del remitente, hasta amenazas –incluso con connotaciones
sexuales–, etiquetas peyorativas y discriminatorias, etcétera.