El documento define la basura tecnológica como dispositivos eléctricos y electrónicos cuya vida útil ha terminado, según la OCDE. La Convención de Basilea la define como equipos electrónicos que ya no pueden cumplir su función original. En España, la legislación incluye como basura tecnológica a los aparatos eléctricos y electrónicos que funcionan a menos de 1,000V de corriente alterna o 1,500V de corriente continua. El documento sugiere reducir las compras de artículos