1. Enero /2014 /nº 195
ACTIVIDADES EN ENERO DE 2014
1 Sábado 11, 5 de la tarde. Asamblea en el Salón Parroquial.
- Saludo. Acogida. Oración.
- Lectura del acta anterior.
- Informaciones.
- Tema Franciscano: Titulo III: La Fraternidad Regional. Pgas. 107-114
- Lectura y puesta en común del Ev. Mateo 3, 13- 17
1ª Lectura, Isaías 42, 1- 4. 6-7.
2ª Lectura, Hch. de los Apóstoles 10, 34-38.
2. Viernes 17,6 de la tarde en el Salón Parroquial, encuentro de formación
Los temas del encuentro son los artículos publicados en el Hermano
Lobo: LA ALEGRIA DEL EVANGELIO, (Diciembre, 2013) y
LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ
(Enero, 2014)
Estos dos textos del Papa, dada su importancia los estudiaremos en el
encuentro de enero.
3. Miércoles 29, a las 6,30 de la tarde, Rezo de Vísperas en la Residencia.
LA ESTRELLA DE LA ESPERANZA
Y LA ALEGRIA
“En el recorrido de los Magos de Oriente está
simbolizado el destino de todo hombre: nuestra
vida es un camino, iluminado por luces que nos
permiten entrever el sendero, hasta encontrar
la plenitud de la verdad del amor, que nosotros
cristianos reconocemos en Jesús, luz del mundo”.
Estas frases del Papa Francisco en su mensaje del día de la Epifanía,
nos invitan a contemplar nuestra vida a la luz de la estrella de Belén, estrella
de esperanza y alegría.
El don de la vida, a pesar de la fatiga y el dolor, es demasiado
precioso para que nos cansemos de él. Un buen número de hermanos de la
Fraternidad pertenecemos a esa etapa de la vida llamada tan finamente “El
otoño de la vida”; y por ello, podemos pensar que nuestra vida carece de
importancia. Pero no es así, como afirma repetidamente el Papa: “No hay
vidas descartables”, cuando se dejan contagiar por “la alegría y la paz
profunda que Jesús ha venido a traer al mundo”.
No perdamos el brillo de la Estrella de Belén que nos guía y nos
descubre los valores preciosos de la sencillez, de la austeridad, de la
cercanía a los demás, de las puertas y ventanas del corazón abiertas de par
en par. La gruta de Belén nos habla, precisamente, del valor de lo pequeño y
sencillo: el amor y la entrega a los más necesitados, el compartir el dolor del
que sufre, ser solidarios, sonreír más y quejarse menos.
“Siguiendo el ejemplo de los Reyes Magos, debemos ir de nuevo hacia Belén,
donde en la sencillez de una alejada casa, entre una madre y un padre llenos de
amor y de fe, brilla el sol nacido de lo alto, el Rey del universo”.
La Redacción
2. LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO
PARA LA PAZ
Aún no hemos saboreado la ALEGRÍA DEL EVANGELIO, y nos
encontramos con el precioso mensaje para la Jornada de la Paz. El título
no puede ser más sugerente, y constituye una invitación a leerlo y
confrontar nuestra vida con él. Por añadidura, el tema del mensaje
pertenece al corazón de nuestro proyecto franciscano de vida. Con estos
breves textos, sólo quiero animaros a leer íntegro este interesantísimo
documento que convoca a toda la Iglesia a trabajar incansablemente en la
edificación de un mundo fraterno y solidario, en el que nazca y fructifique
la paz que nuestro Dios encarnado sembró en la tierra al hacerse hermano
nuestro, en el seno María.
Comienza el Papa con una afirmación de la mayor importancia
para hacer posible el mundo nuevo. “La fraternidad es una dimensión
esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de ese
carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una
verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella es imposible la
construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera”.
“En los dinamismos de la historia, a pesar de la diversidad de etnias,
sociedades y culturas, vemos sembrada la vocación de formar una
comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se
preocupan los unos de los otros”.
Afirmada la vocación del ser humano a la fraternidad, el Papa
constata los múltiples obstáculos que dificultan la vivencia de esa
vocación en nuestra sociedad. “A menudo los hechos, en un mundo
caracterizado por la *globalización de la indiferencia”, que poco a poco
nos *habitúa* al sufrimiento del otro, cerrándonos en nosotros mismos,
contradicen y desmienten esa vocación”. Y en confirmación de esa
dolorosa realidad, cita una frase de Benedicto XVI en la Caritas in
veritate, que es para meditar serenamente: “La globalización nos acerca
a los demás, pero no nos hace hermanos”.
“Además, las numerosas situaciones de desigualdad, de pobreza y
de injusticia revelan no sólo una profunda falta de fraternidad, sino
también la ausencia de la cultura de la solidaridad. Las nuevas
ideologías, caracterizadas por un difuso individualismo, egocentrismo y
consumismo materialista, debilitan los lazos sociales, fomentando esa
mentalidad del *descarte*, que lleva al desprecio y al abandono de los
más débiles, de cuantos son considerados *inútiles*.
“Al mismo tiempo, dice el Papa, es claro que tampoco las éticas
contemporáneas son capaces de generar vínculos auténticos de
fraternidad, ya que una fraternidad privada de una referencia a un Padre
común, como fundamento último, no logra subsistir. Una verdadera
fraternidad entre los hombres supone y requiere una paternidad
trascendente. A partir del reconocimiento de esa paternidad, se consolida
la fraternidad entre los hombres, es decir, ese hacerse *prójimo* que se
preocupa por el otro”
La fraternidad está enraizada en la paternidad de Dios. No se
trata de una paternidad genérica, indiferenciada e históricamente
ineficaz, sino de un amor personal, puntual y extraordinariamente
concreto de Dios por cada ser humano. Una paternidad, por tanto, que
genera eficazmente fraternidad, porque el amor de Dios, cuando es
acogido, se convierte en el agente más asombroso de transformación de la
existencia y de las relaciones con los otros, abriendo a los hombres a la
solidaridad y a la reciprocidad”.
La entrega de Jesús en la cruz, sigue diciendo el Papa, es la base
más firme de la fraternidad: “Quien acepta la vida de Cristo y vive en Él,
reconoce a Dios como Padre y se entrega totalmente a Él, amándolo sobre
todas las cosas. El hombre reconciliado ve en Dios al Padre de todos y, en
consecuencia, siente la llamada a vivir una fraternidad abierta a todos”.
“En la familia de Dios, donde todos son hijos de un mismo Padre, y todos
están injertados en Cristo, hijos en el Hijo, no hay *vidas
descartables*. Todos gozan de igual e intangible dignidad. Todos son
amados por Dios, todos han sido rescatados por la sangre de Cristo
muerto en la cruz y resucitado por cada uno.”
El mensaje del Papa, válido y apremiante para toda la Iglesia, lo es
aún más para nosotros, seguidores de Jesús tras las huellas de Francisco, el
Hermano universal, y el más claro y entusiasta mensajero de la paz y la
reconciliación. La Fraternidad pertenece a la esencia de nuestro proyecto
franciscano de vida; por ello, el mensaje del Papa tiene que impulsarnos a
ser decididos y entregados obreros en la construcción de un mundo fraterno
y solidario.
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Selección de textos
Hermano Vicente