Boletín Franciscano de la Fraternidad de Alcázar de San Juan. En Ciudad Real

1. --PRÓXIMA REUNIÓN—
El próximo día 28 de Abril, en los salones del
Convento de S. Francisco a las SEIS Y MEDIA de la
tarde con el siguiente orden del día:
Acogida: por la Hna. Ministra.
Lectura del acta anterior.
Formación
Bendición de S. Francisco.
A continuación Eucaristía
Mi Dios y mi Todo
Mi Dios y mi todo,
¿Quién eres Tú,
Señor mío?
Y ¿quién soy yo, gusanillo
tu servidor?
¡Cuánto quisiera
santísimo Señor mío!
¡Cuánto quisiera amarte,
Señor mío dulcísimo!
¡Señor mío y Dios mío,
entregué todo mi
y todo mi cuerpo,
ardientemente anhelo
darte más, si supiera qué
más darte!.
S. Francisco
HERMANO FRANCISCO
BOLETÍN DE INFORMACIÓN DE LA ORDEN
FRANCISCANA SE
, en los salones del
Convento de S. Francisco a las SEIS Y MEDIA de la
tarde con el siguiente orden del día:
La vivencia del Santo Evangelio,
es una respuesta al amor de Dios.
Es lo que Francisco, Clara y tantos otros han vivido. Cuanto
más se experimenta que Dios nos ama,
amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo, que se traduce en Buena Noticia.
La urgencia de la predicación evangélica surge de
experimentar en nuestra persona que somos amados y de
experimentar que solo obedeciendo a Dios somos felices.
El amor de Dios trasciende todas nuestras
enfermedades, pecados...es mucho más
persona empieza a contemplar este amor todo lo demás lo mira
desde ese amor y sabe que su única misión es proclamar que
Dios es Amor.
Descubrir que Dios es amor es también descubrirnos
a dar vida, a seguir creando
siempre la vida. Descubrir que Dios es Amor, no creáis que es
solo emplearse en grandes empresas para manifestar ese
amor, fijaos en que Dios Amor empieza
pesebre.
Descubrir que Dios nos ama, no es algo intimista, entre El y yo,
sino que cuanto más experimentamos su amor, nos sentimos,
más cercanos, más hermanos de este mundo que sufre, y no
nos acercamos a él con prepotencia, sino como menores, como
siervos, más cerca de todos, queriendo a todos, dando valor a
todo y a todos.
La Regla y la vida de los Franciscanos seglares es ésta:
guardar el santo Evangelio de nuestro
siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de
Cristo el inspirador y centro de su vida
hombres.
Mi Dios y mi Todo
Mi Dios y mi todo,
¿Quién eres Tú, dulcísimo
Señor mío?
Y ¿quién soy yo, gusanillo
tu servidor?
¡Cuánto quisiera amarte,
santísimo Señor mío!
¡Cuánto quisiera amarte,
Señor mío dulcísimo!
¡Señor mío y Dios mío, te
entregué todo mi corazón
y todo mi cuerpo, y
ardientemente anhelo
si supiera qué
Amén.
S. Francisco
HERMANO FRANCISCO
BOLETÍN DE INFORMACIÓN DE LA ORDEN
FRANCISCANA SECULAR FRATERNIDAD DE
ALCÁZAR DE SAN JUAN
Nº98, Año 2024, Mes de Abril
La vivencia del Santo Evangelio,
es una respuesta al amor de Dios.
Es lo que Francisco, Clara y tantos otros han vivido. Cuanto
más se experimenta que Dios nos ama, brota en nosotros ese
amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo, que se traduce en Buena Noticia.
La urgencia de la predicación evangélica surge de descubrir o
experimentar en nuestra persona que somos amados y de
obedeciendo a Dios somos felices.
El amor de Dios trasciende todas nuestras limitaciones,
enfermedades, pecados...es mucho más tanto que cuando la
persona empieza a contemplar este amor todo lo demás lo mira
amor y sabe que su única misión es proclamar que
Descubrir que Dios es amor es también descubrirnos llamados
a dar vida, a seguir creando con El, porque el fruto del Amor es
siempre la vida. Descubrir que Dios es Amor, no creáis que es
solo emplearse en grandes empresas para manifestar ese
amor, fijaos en que Dios Amor empieza en la Pobreza de un
Descubrir que Dios nos ama, no es algo intimista, entre El y yo,
sino que cuanto más experimentamos su amor, nos sentimos,
más cercanos, más hermanos de este mundo que sufre, y no
nos acercamos a él con prepotencia, sino como menores, como
erca de todos, queriendo a todos, dando valor a
La Regla y la vida de los Franciscanos seglares es ésta:
guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de
inspirador y centro de su vida con Dios y con los
hombres. R. 4

2. La alegría de la Resurrección
El Evangelio (cf. Mt 28,8-15) nos muestra
la alegría de las mujeres por la
resurrección de Jesús: ellas, dice el
texto, salieron del sepulcro con “gran
alegría” y “fueron corriendo a contarlo a
sus discípulos” (v. 8). Esta alegría,
nacida del encuentro vivo con el
Resucitado, es una emoción
desbordante, que las impulsa a difundir y
contar lo que han visto”.
Nosotros, desde nuestro bautismo, podemos celebrar la alegría
de la Resurrección, podemos encontrar al Resucitado y Él, como
a ellas, nos dice: "¡No teman!" Y si Jesús, vencedor del pecado,
del miedo y de la muerte, nos dice que no temamos, entonces,
no nos aplanemos en una vida sin esperanza, no renunciemos a
la alegría de la Pascua.
Alimentemos la alegría de Jesús, que es el motor de la vida. Y
esta alegría la podemos alimentar día a día, encontrando al
Resucitado, porque Él es la fuente de una alegría que nunca se
extingue. Lo encontramos en la Eucaristía, en su perdón, en la
oración y en la caridad vivida, anunciándolo, dando testimonio.
Anunciemos esta alegría, dando testimonio de ella. Porque la
alegría, cuando se comparte, aumenta.
Las mujeres, en la mañana de Pascua, experimentan esto, pero
de una manera mucho mayor. ¿Por qué? Porque la resurrección
de Jesús no es sólo una noticia maravillosa o el final feliz de una
historia, sino algo que cambia nuestras vidas por completo y
para siempre.
“Es la victoria de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre
el desánimo. Jesús ha traspasado la oscuridad de la tumba y
vive para siempre: su presencia puede llenar todo de luz. Con Él
cada día se convierte en la etapa de un viaje eterno, cada "hoy"
puede esperar un "mañana", cada final un nuevo comienzo, cada
instante se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la
eternidad”.
Papa Francisco