música y género

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Fecha: 20/10/2021
Educación Popular y Género
Prof. Victoria Seca
Estudiante: Lorena Quintal
“El lenguaje como camino de invención” (Freire, P., 1993: 38)
Cambiar el lenguaje es parte del proceso de cambiar el mundo (Freire, P., 1993: 62-64),
una idea nos dice alejandra ciriza, ya expuesta por quienes señalan que las lenguas y
las palabras no son meros nombres, sino formas complejas de ordenamiento del mundo
que sitúan de diversos modos a los sujetos, algo que Irigaray (1992) considera
operaciones de neutralización que sitúan a las mujeres y a quienes se identifican con su
sexo en un lugar precario y que ha sido parte de la construcción de subalternización,
invisibilización y opresión de las mujeres (ciriza, alejandra, 2009b).
Ya es hora de que empecemos a existir, de visibilizarnos, desconstruir eso que
tradicionalmente o culturalmente nos ha sido impuesto por el patriarcado, salir de esa
sombra, en la que aprendimos a estar, y con esto quiero decir que las mujeres estamos
a cargo de muchas tareas, del hogar, de la crianza y laborales fuera de la casa, y no
tenemos el reconocimiento que merecemos, a partir del video podemos imbuirnos en las
experiencias de mujeres que se dedican a la tarea agropecuaria y la multiplicidad de
actividades que la misma conlleva, y lejos de ser reconocidas, quedan situadas en lugar
de inferioridad por solo el sexo que lleva, a la sombra de un titular preferentemente
masculino, y en caso de tener alguna perdida de un animal, se hace hincapié en la falla,
por el hecho de ser mujer, situación que sería diferente si el cuidador fuese un hombre.
Y así como esta experiencia, también recuerdo momentos de reunión familiar donde el
hombre de la familia era quien se sentaba en la cabecera de la mesa para los almuerzos,
una costumbre o tradición que lo que hacía era simbólicamente demostrar quién era la
figura de autoridad de la familia, tradición que trascendido desde hace muchos años, y
así como estos recuerdos, por ejemplo, cuando hablaba “el hombre de la familia”, los/as
demás miembros de la familia debían guardar silencio.

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Pensado esto me interpela el fragmento del texto de Nora Llaver haciendo referencia al
carácter internacionalista y solidario del feminismo (aunque para ello es necesario
eliminar las barreras entre clases y culturas), también es cierto que junto a la ideología y
la política que el capitalismo neoliberal globalizado segrega, se ha configurado un
feminismo transnacional homogeneizador y excluyente (en el norte y en el sur) que
ningunea a esas otras (con minúsculas y desiguales: pobres, inmigrantes, lesbianas,
trans, negras, indias, iletradas), tornada su mirada sobre sí y narcisíticamente incapaces
de comprender- entender a las otras. (Llaver)
¿Cuántas veces hemos dicho que lo que le sucedió a aquella mujer es por ser extranjera
e ignorante? Me parece muy importante el feminismo solidario e internacional. Crear
movimientos sociales populares para lograr un cambio estructural, desde el lugar que
ocupamos. El cambio radicará desde el momento que podamos compartir lo que unx
pueda saber y hacer desde esta perspectiva igualitaria de género con otras mujeres que
no han tenido acceso a ese tipo de experiencias, y que forman parte de otros sectores
sociales, la solidaridad de las mujeres será global cuando se eliminen las barreras entre
clases y culturas. (Mernissi, F. 2003)
Tratando de provocar el encuentro de perspectivas, puntos de vista, y discusiones que
contribuyan a este fortalecimiento de estrategias educativas transformadoras. Una
perspectiva que tenga en cuenta la mirada de las mujeres.
La dificultad con los feminismos es que a menudo los acontecimientos se deshilvanan,
se fragmentan en portadores individuales, deja de ser asunto público y plural, se
incorpora en el hilo frágil de la memoria (Zizek, 2004; Benjamín, 1982) (ciriza, a., 2009b).
bell hooks (1984) critica a las mujeres blancas que dominan el discurso feminista
(discurso que suele estar permeado de prejuicios) de raza y de clase. Retoma a Rita Mae
Brown, quien al igual que E. Thompson, señala que es necesario tener en cuenta cuando
aludimos a la clase social. La clase en cuanto a, tu comportamiento, tus presupuestos
básicos acerca de la vida, tu experiencia, es decir, como te han enseñado a comportarte,

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que se espera de ti y de los demás, como te sientes, piensas y actúas. Son estos patrones
que deben ser reconocidos, comprendidos y cambiados. (Brown, R. M., en book, 2004:
36).
A partir de la inclusión de la noción de experiencia de las mujeres (marginadas, oprimidas,
excluidas) podemos producir un conocimiento que alumbre la resistencia y el cambio: una
educación para las mujeres subalternas como fuente de liberación, que las postulas como
verdaderas protagonistas para su emancipación. Tratar de adoptar el punto de vista de
una pedagogía crítica que se plantee problematizar las experiencias, de las mujeres y
explorar los vínculos establecidos entre sus propias vidas y las posibilidades y límites
determinados por el orden social.
En lo concreto de la vida, feminizarla significa rever el lugar del trabajo en la existencia
diaria de hombre y mujeres, redefinir lo político, interrogar la ciencia y el arte por la vía
de la desconstrucción de conceptos y de la invención de la lengua. La emergencia, de
ese femenino, hoy, configura un continuum donde cuerpo, cultura, historia y lugar social,
interactúan, lo que conlleva inserción y configuraciones insólitas. Lo que defiende es una
igualdad desconocida entre los sexos, el primado de la diferencia sin jerarquía y sin
ambigüedad. (Oliveira, Darcy, R., 1992, pp. 16-17. La traducción es mía).
Como bien señala Claudia Korol (2007), una pedagogía feminista que se levante sobre
el eje de la memoria: memoria de las opresiones, pero también memorias de resistencias
(Korol, 2007, p. 19). Una pedagogía que reúna en su hacer el diálogo, el encuentro de
prácticas, que escuche la voz de las mujeres, que permita el encuentro de los cuerpos,
los abrazos, la escucha, la comprensión.
Una de las funciones que tiene la educación popular es encontrar esos significados y
herramientas desde las experiencias colectivas de mujeres para transformar las
relaciones de subordinación de las mujeres.

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Una metodología que reúna el diálogo entre los saberes académicos y los saberes
populares. La crítica y la curiosidad, la necesidad y el deseo como los motores de la
transformación.
Una pedagogía que rescate, las voces ocultas, de aquellas y aquellos sujetos, cuyas
vidas se han encontrado al margen del poder y cuyas voces permanecen ocultas.
Una pedagogía cimentada en la concientización y la acción transformadora, realizada a
partir de aquellos asuntos y problemas que las subalternas y subalternos (el pueblo)
experimentan, desde una perspectiva encarnada y situada, que contenga sus cuerpos,
sus modos de decir, hacer y pensar.
“Una pedagogía de la esperanza”
En la educación, el oscurecimiento de la realidad en el currículum oficial no solo esconde
la dominación, sino que también bloquea la imaginación divergente. Vemos el futuro en
los términos de las relaciones, las estructuras y los valores en los que estamos inmersos.
La visión crítica de la realidad necesita una cuota de la imaginación con la que alumnos
y profesores practiquen la anticipación de una nueva realidad social.
La posibilidad de ir más allá sin ser ingenuamente idealista. Anticipar el mañana mediante
el sueño de hoy. Se trata, para nosotrxs, de ver cómo hacerlo más posible.
Bibliografía
Llaver, Nora. Claves para una pedagogía popular y feminista (2011)
Korol, Claudia. Educación popular como creación colectiva (2015)
Freire, Paulo. Miedo y Osadía: la cotidianeidad del docente que se arriesga a practicar
una pedagogía transformadora (2014)
Jara, Oscar Holliday en Guelman, A. Salzar M., Cabaluz F.Aportes de losprocesos de
educación popular a los procesos de cambio social (2018)
Audiovisual
Hernán Ouviña. Material audiovisual del Seminario-Taller de transferencia transdisciplinar
del Ciclo de profesorado de la FCPyS, UNCuyo. (Junio de 2021)