Un país desarrollado se caracteriza por tener un alto nivel de vida e industrialización avanzada. El índice de desarrollo humano y las clasificaciones del Fondo Monetario Internacional miden el desarrollo de un país considerando factores como la riqueza, educación, salud y estabilidad económica. Los países subdesarrollados a menudo tienen economías basadas en la agricultura, altas tasas de pobreza, y carecen de infraestructura básica como educación y salud pública.