El documento presenta extractos de varios textos literarios para diferentes grados escolares. Incluye resúmenes de cuentos y relatos como "El conejito con gafas", "Muchos túneles y un problema", "La abejita criticona", "Simbad el marino" y un cuento policial sobre un misterio en un colegio que Sherlock Holmes y el Dr. Watson deciden investigar.
2. SEGUNDO GRADO
Título: El conejito con gafas
(Libro de texto de Lenguaje 1.°, Tomo II, pág. 290)
Han puesto gafas de ver
a un pequeño conejito
y brincando va a la escuela,
contento dando saltitos.
¿Ves las letras con las gafas?
—Le pregunta el profesor—
y contestó el conejito:
¡Veo ahora mucho mejor!
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3. TERCER GRADO
Muchos túneles y un problema
(Libro de texto de Lenguaje 2.°, Tomo II, pág. 31)
Como cada mañana el Topo Tito se levantó, se aseó, desayunó, se lavó los dientes y se preparó para salir de
su madriguera para dar una vuelta. Entonces descubrió que una piedra enorme tapaba la única salida que
había en su casa.
—¡Menuda piedra! —dijo sorprendido —Tendré que cavar otra salida.
El topo apartó su armario ropero. Cuando no llevaba ni un minuto sacando tierra, se topó con una raíz
enorme.
—Menuda raíz, tendré que cavar en otro lugar.
El topo regresó a su madriguera y empezó a cavar un agujero debajo de la alfombra.
Pero empezó a hundirse en la tierra y cayó en un lugar de aguas subterráneas —Menudo lago— gritó
ahogándose el topo que no sabía nadar. Con un esfuerzo enorme logró volver a su guarida.
Al verlo tan agobiado la hormiga Artiga se ofreció para ayudarle.
—¡Llamare a mis amigos y juntos te apartaremos la piedra!
—Para agradecerles el Topo hizo una fiesta en su casa.
Adaptación
4. (Libro de texto de Lenguaje 3.°, pág. 197)
Había una vez una abejita a la que le gustaba revolotear entre las flores y criticar a los demás.
Cuando veía a las hormigas en el suelo opinaba «mira las hormigas siempre cargadas con cosas,
querrán guardarse toda la comida para ellas». Cuando por el suelo pasaba el escarabajo decía «y
este otro siempre sucio». Desde lo alto de su flor se escuchaba una carcajada. Una mañana,
mientras la abejita revoloteaba distraída y carcajeándose, sin darse cuenta se chocó contra algo y
se quedó pegada allí. Era una tela de araña.
—¡Socorro!— dijo la abejita
Las hormigas que por allí pasaban, al ver la situación de la abejita, subieron por la ramita del árbol y
agitaron con fuerza la tela de araña hasta que la abejita cayó al suelo.
CUARTO GRADO
La abejita criticona
5. (Libro de texto de Lenguaje 3.°, pág. 197)
El escarabajo que por allí pasaba ayudó a la abejita a levantarse y la llevó a su casa para que
pudiera asearse. De este modo la abejita pudo tener empatía y entender cómo se sentían los
demás, así pudo comprobar como aquellos de los que se había reído no dudaron en echarle una
mano cuando lo necesitó . La abejita dejo de opinar sobre los demás y reírse de ellos y cada vez
que los veía intentaba ayudarlos
Adaptación
CUARTO GRADO
La abejita criticona
6. QUINTO GRADO
Simbad el marino
(Libro de texto de Lenguaje 4.°, pág. 45)
Hace muchos, muchísimos años, en la ciudad de Bagdad vivía un joven llamado Omar. El era muy pobre y,
para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por los que se le conocía como Omar, el
Cargador. « ¡Ah, pobre de mí! —el se lamentaba—, ¡qué triste suerte la mía! ».
Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado
que hiciera entrar al joven.
A través de maravillosos patios llenos de flores, Omar el Cargador fue conducido hasta un sala de grandes
dimensiones. En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos
vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la
siguiente manera: —Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil.
Para que lo comprendas , te voy a contar mis aventuras…
Anónimo.
7. SEXTO GRADO
Cuento policial
(Libro de texto de Lenguaje 5.°, pág. 14)
Cuando nos tocó resolver el caso de los tres estudiantes, Holmes y yo estábamos en Londres. Una tarde,
recibimos la visita de Hilton Soames, profesor del Colegio Universitario San Lucas. Un delito se había
cometido en el Colegio. Entonces decidió recurrir a Sherlock Holmes, pues conocía su fama de sagaz y
discreto investigador. Así fue como planteó su problema:
—Lo que ha ocurrido es muy serio y por eso acudo a usted, mi estimado Holmes. Voy a ponerlo en tema y le
ruego que haga todo lo posible para ayudarme. Sucede que mañana tres alumnos comenzarán los exámenes
que les permitirán obtener la prestigiosa beca Thomson. Yo les tomaré el primero, que consiste en traducir un
texto del griego al inglés. Como los candidatos no pueden conocer el contenido de los exámenes, estos se
mantienen en secreto hasta el día de la evaluación […] Dejé los exámenes apilados sobre el escritorio, cerré
mi despacho como hago siempre que salgo y me fui. Estuve ausente más de una hora y, al volver, vi con
asombro una llave en la cerradura [..]
8. SEXTO GRADO
Cuento policial
(Libro de texto de Lenguaje 5.°, pág. 14)
Entré y, apenas miré el escritorio, me di cuenta de que alguien había estado revolviendo las hojas de los
exámenes.
Solo una de ellas seguía en su lugar. Otra estaba tirada en el suelo y la tercera, en una mesita cerca de la
ventana.
Holmes, que hasta ese momento había escuchado impasible el relato, se acomodó en el sillón y, por primera
vez, se mostró interesado [...]
—No tardé en descubrir otras señales del intruso: en mi escritorio había virutas de un lápiz al que le había
sacado punta, un trozo de mina rota y restos de arcilla negra pegoteados con aserrín.
Pero no vi huellas de pisadas ni ningún indicio de su identidad.
9. SEXTO GRADO
Cuento policial
(Libro de texto de Lenguaje 5.°, pág. 14)
Cuando Soames terminó, Holmes sonrió de un modo enigmático, me miró y respondió:
—Bien. Creo que el asunto justifica nuestra intervención, ¿verdad, Watson? Vayamos a ver qué nos revela
el lugar del hecho.
Y partimos los tres hacia el Colegio. [...]
Una vez adentro del departamento, mi amigo Holmes revisó todas las evidencias mencionadas por Soames y
planteó una hipótesis:
—Quien intentó copiar los exámenes rompió la mina de su lápiz. Busquemos este lápiz, Soames, y quizá
tendremos a su hombre. [...]
Basado en el cuento de Arthur Conan Doyle