1. El sapo de piedra (Pasco)
En un pueblecito de Pasco habitaba cierta anciana
que cosechaba las mejores y más grandes papas de la
población.
Era en época de la cosecha y la vieja estaba muy
contenta,
porque sabía que era la única que iba a obtener mayor
cantidad de papas. La cosecha del primer día la tenía
almacenada en un rincón de la casa, en su chacra.
Entonces,
sin que ella lo esperara ni soñara, y aprovechando de
la luz de la Luna, un sapo enorme y atrevido fuese
donde
estaban arrinconadas las deliciosas papas. Escogió la
mejor
que había, una muy grande y arenosa, y se puso en
seguida a comerla.
2. • Cuando el sapo había comido ya más o menos la
mitad
de la papa, la vieja, que estaba durmiendo, se
despertó, y
levantándose fue a ver lo que ocurría. Al divisar
que alguien
arruinaba sus papas, se acercó, y viendo de lo
que
se trataba, como era medio bruja, le echó al sapo
una maldición,
diciéndole que se convirtiera en una piedra. Acto
seguido, oyose un estruendo feroz, se
desencadenó una
terrible tempestad de viento, que arrancaba los
árboles de
sus raíces, y en general causaba mil estragos.
3. • Uno de esos vientos se
llevó consigo al pobre
sapo,
quien fue volando primero
muchos kilómetros, hasta
que
se quedó colgado en lo
más alto de una inmensa
peña.
Cuando después se vio al
sapo, se constató que en
realidad
se había convertido en
piedra; pues hasta hoy se
lo puede
ver en ese lugar.