Este documento describe las competencias clave de un orientador, incluyendo habilidades de resolución de problemas, toma de decisiones, aprendizaje activo e inteligencia emocional. También destaca competencias relacionadas con la gestión de tareas, habilidades emocionales y relacionales, aprender a aprender de manera continua, y el uso efectivo de recursos digitales. El orientador debe ser capaz de diagnosticar necesidades individuales y grupales, coordinar procesos de mejora, y localizar recursos para apoyar a otros.