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Complejos en los adolescentes
1. Complejos en los
adolescentes
Para los adolescentes, no es fácil sentirse bien en su propia
piel, es muy común encontrarnos con adolescentes con
complejos: no les gusta su nariz, su pelo o su cuerpo. Se
comparan con los famosos que ven en la televisión o las
revistas y su imagen está muy alejada de la de sus ídolos. Os
ofrecemos unos consejos prácticos para ayudar a vuestro hijo
o a vuestra hija adolescente a vivir mejor este periodo de
profundos cambios físicos.
Cómo superarlos.
La pubertad es la época de la aparición de los complejos físicos. Casi no hay
adolescente que se libre de ellos. Unos se sienten mal porque son bajos, otros porque
son demasiado altos, otros porque están delgados o por el contrario porque están
gordos o porque tienen granos o porque creen que tienen la nariz, el trasero o los
pechos demasiado grandes. Casi cualquier excusa es valida para sentirse mal o
diferente.
Que los primeros años de la adolescencia sean los más proclives a la aparición de esas
inseguridades es normal. En ese momento
efectivamente el cuerpo de chicas y chicos
esta sufriendo cambios tremendos. Los varones
se vuelven más musculosos y las ch1icas
acumulan grasa. A la inmensa mayoría de los
adolescentes les salen granos y también les
crecen la nariz o las orejas. Sus cuerpos están
pasando de la infancia a la edad adulta y ese
es un proceso en el que a veces se producen
algunos “desajustes estéticos”, por ejemplo
una nariz mas madura en un rostro aun de
niño.
Enmascarando los
complejos.
2. Inseguridad emocional.
A esos cambios físicos se unen grandes cambios emocionales. Chicos y chicas están
también viviendo el proceso que les llevará a su madurez psicológica. Y ello, unido a
los profundos cambios hormonales provoca sus continuos cambios de humor como su
rebeldía y su inseguridad.
Cuando se unen esos dos aspectos, los cambios físicos y la inseguridad emocional, se
produce el caldo de cultivo ideal para la aparición de complejos.
Cuales son los complejos más habituales.
En las adolescentes la preocupación física más habitual se debe al peso. Durante la
pubertad las chicas se preocupan porque la grasa se acumula en algunas zonas de su
cuerpo, como los pechos, caderas y muslos. En ocasiones esa preocupación puede
convertirse en un problema muy serio si la adolescente desarrolla un trastorno de
alimentación como la anorexia.
En los chicos el problema es el contrario, lo que les suele preocupar es la falta de
musculación en sus cuerpos.
Que pude hacerse para ayudarlos.
Cuando se tratan de complejos sin más importancia, la ayuda principal debe venir de
su familia. Los padres pueden hacer mucho para que esas pequeñas preocupaciones
no crezcan y se convierta en un asunto más serio, de ese modo acabarán
desapareciendo en el proceso natural de maduración.
Lo más importante que pueden hacer los padres para ayudarles a superar los
complejos es fomentar su autoestima.
Como evitar estos complejo.
Cuidar la higiene corporal en la adolescencia: al combatir el cabello graso, el acné o
el olor corporal se pone remedio también a los complejos: se acabó el lamentarse de
forma pasiva ante el espejo, ¡hay que actuar! Es la mejor manera de recuperar la
confianza en uno mismo. Lavarse y cuidarse también es un modo de reconciliarse con
el propio cuerpo, de aceptarlo, con sus defectos y sus cualidades.
No abusar del espejo: cuando nos contemplamos en el espejo, la mirada se centra en
lo que nos desagrada. Sin embargo, no es el espejo el que desfigura, sino nuestra
mirada. Porque, además, estamos inmóviles, lo que nunca ocurre en una situación
3. natural. Los demás nos ven en movimiento. Es así como realmente interesa ver el
cuerpo, animado.
No compararse con los famosos: En muchas revistas, las fotos de los famosos están
retocadas: los programas de tratamiento de imagen permiten limpiar la piel, ocultar
las ojeras, blanquear los dientes... Y aunque algunos no han pasado por el quirófano,
muchos se han rehecho la nariz, los labios, los pechos o el mentón. Si vuestro hijo o
vuestra hija os hablan de cirugía estética, hay que decirle que la adolescencia no es
un buen momento para decidir este tipo de transformaciones. El cuerpo y la
personalidad tienen que estar bien definidos, cosa que no ocurre en esta etapa de la
vida.
Dar tiempo al tiempo: no es fácil gustarse cuando las señales de pubertad aparecen
por cualquier parte del cuerpo y de la cara, pero todo el mundo (o casi) pasa por esta
transformación.