2. Él le habla a la vida, ella a él. PoÉl le habla a la vida, ella a él. PoÉl le habla a la vida, ella a él. PoÉl le habla a la vida, ella a él. Porrrrque para ella no existe otraque para ella no existe otraque para ella no existe otraque para ella no existe otra
personapersonapersonapersona en la vida exceptoen la vida exceptoen la vida exceptoen la vida excepto él y para él no existe nada excepto laél y para él no existe nada excepto laél y para él no existe nada excepto laél y para él no existe nada excepto la
vida.vida.vida.vida.
Para ella vivir esPara ella vivir esPara ella vivir esPara ella vivir es cocococommmmpartir, contar, hablar acerca de todo,partir, contar, hablar acerca de todo,partir, contar, hablar acerca de todo,partir, contar, hablar acerca de todo, yyyy
para él vpara él vpara él vpara él vivirivirivirivir eseseses pensarpensarpensarpensar, la int, la int, la int, la intiiiimidad, lo quemidad, lo quemidad, lo quemidad, lo que se puede percibir ense puede percibir ense puede percibir ense puede percibir en
elelelel más profundo interior.más profundo interior.más profundo interior.más profundo interior.
Con él o con ella usted podrá quizá sentirse identificado. O tal vezCon él o con ella usted podrá quizá sentirse identificado. O tal vezCon él o con ella usted podrá quizá sentirse identificado. O tal vezCon él o con ella usted podrá quizá sentirse identificado. O tal vez
uuuussssted podrá optarporescuchated podrá optarporescuchated podrá optarporescuchated podrá optarporescucharrrr sólo a él o sólo a ella; o a los dos,sólo a él o sólo a ella; o a los dos,sólo a él o sólo a ella; o a los dos,sólo a él o sólo a ella; o a los dos,
en un pingen un pingen un pingen un ping----pong de pensamientos depong de pensamientos depong de pensamientos depong de pensamientos desbsbsbsbaaaalanceados en magnitud.lanceados en magnitud.lanceados en magnitud.lanceados en magnitud.
EEEEstos dos personajes estos dos personajes estos dos personajes estos dos personajes ennnngloban tal vezgloban tal vezgloban tal vezgloban tal vez a algún hombrea algún hombrea algún hombrea algún hombre
contradictorio.contradictorio.contradictorio.contradictorio.
El ensimismamiento y la extrEl ensimismamiento y la extrEl ensimismamiento y la extrEl ensimismamiento y la extreeeema exteriorización se presentanma exteriorización se presentanma exteriorización se presentanma exteriorización se presentan
como manifestaciones yuxtapuestas para delimitar los ecomo manifestaciones yuxtapuestas para delimitar los ecomo manifestaciones yuxtapuestas para delimitar los ecomo manifestaciones yuxtapuestas para delimitar los extremosxtremosxtremosxtremos
de la incomodidadde la incomodidadde la incomodidadde la incomodidad enenenen ciertos vínculosciertos vínculosciertos vínculosciertos vínculos humanos que, por suhumanos que, por suhumanos que, por suhumanos que, por su
incompatibilidad,incompatibilidad,incompatibilidad,incompatibilidad, jamás tendrán lugar de ser en larealjamás tendrán lugar de ser en la realjamás tendrán lugar de ser en la realjamás tendrán lugar de ser en la realiiiidad.dad.dad.dad.
3. Agradecimientos
Agradezco en primer lugar a Nicolás Viglietti
por impulsarme a sumergirme en el mundo de
la escritura cuando yo apenas lo veía desde
afuera, lejano y casi inaccesible; por las críticas
y las ricas devoluciones.
También quiero agradecer a Melisa Meceto, a
Federico Carrasco, a Lorena Ferrer, a Matías
García y a Analía Pedernera por discutir mis
ideas y recibir mis primeros textos con
inquietudes. A Soledad Viqueira por
incentivarme a compartirlo.
CoCoCoContacto:ntacto:ntacto:ntacto: aranamercedes1@gmail.comaranamercedes1@gmail.comaranamercedes1@gmail.comaranamercedes1@gmail.com
Blog:Blog:Blog:Blog: relajadarelajadarelajadarelajada mercedesarana.blogspot.com.armercedesarana.blogspot.com.armercedesarana.blogspot.com.armercedesarana.blogspot.com.ar
4.
5. FinFinFinFin
Dedicado a todas las personas que no
pretendan encontrar en este cuento una obra
literaria, pues no es sino una burla subjetiva.
En primer lugar critica a las personas
intimidantes, aquellas que se aprovechan de
la confianza y hurgan en la intimidad de
quienes no quieren abrir la puerta de su
mundo interior a los demás.
En segundo lugar, pretende hacer un
llamado de atención a la indiferencia de
aquellos seres tímidos e introvertidos, que
se sienten más cómodos en soledad que en
sociedad, priorizando su bienestar frente a
las necesidades de cariño de quienes los
rodean.
6. Mi vida, sos más tímido de lo que me
imaginaba, me matás de ternura.
Pero no te preocupés, porque yo te voy a
ayudar.
7. −Me voy a dormir. ¿Te vas sola o te pedís un
taxi?−. IncompatiblesIncompatiblesIncompatiblesIncompatibles
8. Atinás a abrir los labios, yo sabía que hoy me
responderías algo. Se ve que tenía que insistir
nomás. Todo esto me enseñó que tengo que
ser persistente.
A ver, ¿qué me dirás?
No soporto el tiempo que demorás en emitir
sonido después de ese suspiro, después de
estirar los brazos e incorporarte para mirarme
serio, más serio aún que hoy cuando llegué.
Estirás este momento sin tener en cuenta mi
ansiedad. Qué linda voz que tenés, la puedo
presentir.
Otra vez me tengo que parar, moverme. Estoy
nerviosa porque voy a escucharte. ¡Al fin voy a
escucharte de nuevo! No sabés lo que eso
significa para mí.
Yo voy a presentarte, como lo hago en las
conferencias, el único momento en el que
hacemos algo juntos.
Y entonces me decís:
9. Le voy a contestar, pero cuando me escuche ya
no va a querer volver a dirigirse a mí nunca
más.
10. No sé qué piensa, ¿que me tengo que adaptar a
ella?, ¿vivir a los servicios de sus caprichos?
Yo estaba tranquilo antes de conocerla.
Hoy no quería hablar con nadie. No me gusta
hablar.
Dijo que ya venía para acá, que qué alegría
que yo la recibiera. No me dejó siquiera tiempo
ni espacio para decirle que no viniera.
Ufa, tengo que terminar adivinando. ¡No estirés
más todo este calvario! No hace falta, tenés
que admitir que es más simple que me lo digas
vos… Te doy la última oportunidad:
−¿Por qué?, pero… ¿por qué estás tan serio?−.
12. ¿Me extrañaba? ¡Qué insoportable! Estuvimos
juntos todo el día…
Yo ya sé, como vos dijiste alguna vez, que uno
se tiene que dar cuenta por sí mismo de
algunas cosas. No me olvido más de esa frase,
una de las pocas cosas que me dijiste. Pero
viste que está eso que dicen los psicólogos,
eso del inconsciente… Y por ahí uno no se da
cuenta de algo obvio por razones raras, medio
oscuras, que tienen que ver con la infancia y el
sexo, o algo por el estilo.
En esta historia capaz es algo así lo que está
pasando. ¿Será obvia la razón por la que estás
así de callado?
Me muero de intriga, me muero… Capaz el
motivo de tu silencio está ahí servido sobre la
mesa y no lo estoy viendo…
Ah… ¿Te habrás quedado mudo?
13. Que solita se sienta ridícula, que se aburra
conmigo.
Así dejará tal vez de buscarme.
Y vine también porque me gusta mirarte,
mirarte de cerca. Quería sentir tu olor, olerte a
vos y a tu hogar; aunque más me gustaría oír
tu voz otra vez. Quisiera escucharte, porque no
solés hablar demasiado. Algún día espero
también poder tocarte.
Al principio dudé en venir, porque no me
demostraste mucho entusiasmo cuando te
pregunté en la oficina si podía pasar por acá un
rato. No entendí, con tantos silencios que
hiciste entre mis palabras, si me aceptabas
aquí o no. Por un momento creí que no querías
verme, pero como a veces soy tan perseguida
no quise sacar esta vez también mis propias
conclusiones yo sola. Así que vine igual,
porque supuse que no me harías pasar si no
querías verme.
Y cuando abriste tu puerta entonces interpreté
que sí, que sí querías estar conmigo. Estoy tan
emocionada…
14. Yo no le digo nada y ella interpreta lo que le
conviene. O lo que no le conviene, porque es
fabulera y catastrófica. Y en esos delirios sí que
yo no tengo nada que ver.
Qué vida tan vacía debés vivir, a veces te
proyecto así de solo todos los días y me das
una pena… Conmigo quizás profundizarías
más los vínculos, te arrancaría de la nada en la
que estás sumergido, las cosas que hacés te
llenarían más. Te veo tan triste…
15. Sigue con esa cara de triste, queriendo
transmitirme su pena porque yo desperdicio mi
vida siendo tan solitario, tan metido para
adentro, le encanta decirme esa frase.
Ahora, lo que no entiendo es que me hagas
pasar y que no me dirijas la palabra, que estés
así, tan tieso en tu silla como si yo no estuviera
aquí.
Yo creo que cuando dos personas se
encuentran tienen que comunicarse, decirse
cosas, no pueden solo estar juntas una al lado
de la otra sin mirarse ni decirse nada.
Debemos conocernos fuera de la oficina, eso
también me trajo hasta aquí.
Yo no estoy, no puedo estar en paz así. Te veo
tan concentrado que me da vértigo
interrumpirte, romper esa burbuja que te
transporta pacientemente por otros lados, por
todos esos lugares tuyos y que no te devuelve
a éste en el que físicamente estamos juntos.
Porque yo me doy cuenta, y tal vez vos no, que
si bien estamos cerca y yo trato de estar con
vos, vos no estás conmigo.
16. No puedo entender que esté ahí mirándome,
esperando cualquier oportunidad para decirme
algo, cualquier cosa, pero seguramente algo
que tenga que ver con los sentimientos de uno
o los del otro.
Es tan ridícula…
Suspira atinando a empezar a hablar. Retiene
el aire y afloja el cuerpo; a los pocos segundos
lo tensa nuevamente. Mueve la silla,
tiqui−tiqui−tiqui con el piecito, tiqui−tiqui−tiqui
con las uñitas sobre la mesa.
No te entiendo. ¿Querrás que me vaya?
A eso no te lo voy a preguntar en voz alta, por
las dudas se te ocurra echarme, porque mirá
que tampoco quiero irme. Tengo la suerte de
estar en tu casa, de haber penetrado en esta
especie de intimidad tuya y no voy a
desperdiciar esta oportunidad.
Mirá si vos estuvieras en la mía… te hubieras
ido justo ahora, con esa cara toda seria y
tirante, hacia abajo y hacia los costados y
entonces esa situación capaz sería peor. Pero
qué vas a ir a mi casa vos, si sos más ermitaño
que esos locos de algunas películas.
Si querés que me vaya te juro que me voy, pero
antes vas a tener que decirme y explicarme qué
es lo que te molesta de mí, porque la verdad es
que no estoy entendiendo y no me voy a ir de
aquí tan humillada. Si me explicaras, yo lo
entendería, te conocería un poco más y ya no
repetiría nada que te moleste y podrías
disfrutar de mi presencia un poco más y tal vez
entonces me invitarías vos solito a que venga a
visitarte.
17. ¿No puede hacer su propia vida?
Si le digo que se vaya me siento un hijo de
puta, porque ya es tarde, ya está acá. Tampoco
soy una persona mala.
Pero tengo muchos libros, que se entretenga
con algo, yo no soy su bufón.
Tal vez estás así porque te pasó algo, quizás
algo sencillo. ¿Algún pariente tuyo lejano
falleció?, ¿el perro ya está viejo?, ¿tenés
deudas?, ¿qué cosas malas podrán estar
sucediéndote? Sos tan misterioso… O tal vez te
pasó algo grave. ¿No estarás enfermo? Ojalá
que no. Ahora sí, tengo que preguntártelo, no
puedo verte así y dejarlo pasar, no lo toleraría.
Sería aberrante, inhumano. Imperdonable.
−¿Por qué estás tan serio?−.
Sé lo que significa que arrojés así esa birome
sobre la mesa. Acabo de llegar y ya lo eché
todo a perder, no debería haberte preguntado
nada, ya lo sé. Pero me tenté. En un rato, si no
decidís contármelo, te lo voy a preguntar otra
vez. Pero no te preocupés que lo voy a hacer de
otra manera.
Todavía no sé cómo acercarme a vos, estás tan
distante…
18. Ahora está con eso de que estoy serio, que
porqué mierda estoy tan serio. ¡Qué le importa!
Tus sillas son incómodas, me tengo que parar,
caminar un poco. Voy a arreglar el desastre que
hice.
−Es que cuando te pregunté ¿qué tal tu día?
pusiste una cara… que creí que…−. Me mirás
confuso, sorprendido y atónito, rogándome con
las cejas que no continúe con la explicación.
Encendés un cigarrillo. Me aturdió mi propia
voz en esta atmósfera pesada y silenciosa. Dejá
nomás.
−No importa−. Ya voy a entender. Mi día fue
malo pero no te preocupés, no me preguntés
por qué, terminá lo tuyo, tu buscaminas, tu
corazones, tus lecturas, tus noticias del diario,
a las que no tiene nada de malo compartir,
pero a las que querés leer vos solo. Seguí sin
responderme nada, yo total… estoy por
explotar de ganas de contarte y de preguntarte
otras cosas.
19. No porque ella me lo quiera contar todo, yo le
tengo que contar a ella mis cosas.
Inventa sus teorías para que yo tenga que
desmentirlas y así lograr su cometido: que le
diga algo.
Insisto con la idea de que creo que tendríamos
que hablarnos más, conversar acerca de… de
cualquier cosa, del clima o de lo que sentimos
o de lo que pensamos al respecto de lo que
pasa en el mundo, de lo que nos aflige. Parece
que no tuvieras necesidad de hablar y eso me
desespera. Y para colmo estás tan serio, que
me da miedo proponértelo yo.
¡Decime lo qué pensás por favor!
Me muero de ganas de que me digas algo vos
primero, sin que yo te lo pida, y que lo hagas
antes de que mi ansiedad sea tan grande que
ya no pueda aguantar más y termine
preguntándotelo yo.
Porque cuando te pregunto algo yo, vos te
ponés tan nervioso y de tan mal humor que se
te va todo lo lindo y yo quiero que me sigas
gustando.
20. No le pienso decir nada, que se de cuenta sola,
que se rinda y se valla.
Y que no vuelva más.
¿Me leerás los pensamientos?
¿Verás en la periferia de tu campo visual mi
desesperación?
¿Percibirás que no te quito los ojos de encima,
que te aguardo para que te entregues a mí?
Ah, capaz, debe ser que tuviste un mal día.
Claro, eso debe ser.
Hay, otra vez el impulso.
−Mi día también fue malo−.
Parecés enojado. ¿Me mirarás a mí o a la pared?
No veo bien tus ojos porque la sombra de tus
cejas los tapa. Creo que me mirás atacante, con
cara de ¿quién dijo que mi día fue malo?
Ah, lo debo haber arruinado todo con el
“también”. ¡Qué lastima! Me gustaba la idea de
que tuviéramos algo en común además de este
silencio.
21. Saber que está me molesta visualmente, aún
cuando no la miro. Quiero jugar un rato en la
computadora, abstraerme, pero no puedo
porque ella me distrae.
Te veo ahí en ese rincón, acorralado entre tus
cosas… tus libros y tu mate y tu computadora y
tu cenicero… y me doy cuenta de que lo ponés
todo ahí para que yo no llegue a tocarte. Igual
que cuando te llevo el café y ni siquiera te
movés ni alejás la cabeza del monitor. Ahora
compartimos esta mesa sólo porque aquí no
está tu escritorio, porque de ser así, en toda
esta inmensidad estaría yo sola, sin siquiera
mirarte, porque entonces me darías la espalda.
22. Estoy en mi casa, quiero disfrutarla, es mi
único momento de paz en todo el día. Tengo
derecho a tener mi intimidad.
Todo esto me pasa por querer ser bueno y
educado, pero termino siendo hostil e
incoherente.
¡Qué bueno! Logré que levantaras la ceja y
revolearas un poco los ojos, como cuando me
designaron que sea tu secretaria. Pero ¿por qué
seguís sin responder nada? Llevo varios
minutos tragándome la pregunta y ¿apenas me
devolvés una mueca? ¿No te parece injusta tu
actitud?
Seguís allí adentro de tu mente, mirando esa
computadora, haciendo algunos suaves ruidos
con las teclas de vez en cuando, pero tan
silencioso que, de no ser por tu gesto de
gravedad, de “no rompas este clima porque si
no se acaba el mundo”, pensaría que estás
muerto.
¿Por qué querrás estar callado, tranquilo y sin
que nadie te moleste si ya lo estás? ¿Acaso
ahora alguien te está molestando? Pero sólo
estoy yo aquí y no te hago nada, no entiendo
qué te irrita tanto.
23. Es muy densa.
Pero es que tenés que darte cuenta de que no
tenés que ser tan serio, de que te estás
arrugando así, tan metido para adentro,
indiferente y autosuficiente.
Ya conozco todos tus detalles. Porque en todos
los momentos como éste, en los que no me
decís nada, y que son muchos, yo te observo,
te contemplo, ¿sabés?
Por ejemplo, estás tan serio que se te marca
ahí esa línea que tenés arriba de la nariz, casi
tapada por la sombra de tus cejas gruesas que
están tan juntas, cada vez más juntas,
haciéndote más viejo y más lejano. Al principio
eso me encantaba de vos, pero ahora… Bueno,
igual me seguís gustando.
24. Es tan molesto que me mire así de fijo que no
puedo evitar odiarla.
¿Cómo puede ser que estemos tan cerca y que
me dejés tan sola, que me ignorés así,
impúdico?
Ya sé: estuviste todo el día con gente en la
oficina, el jefe te sobre-exigió, estás cansado y
yo te pregunto siempre lo mismo, cuando vos
querés estar tranquilo. Pero no me aguanto, te
lo voy a preguntar igual.
−¿Qué tal tu día? ¿Todo ha ido bien?−