6° Actividad No 04 - Preveo las consecuencias de mis actos.pdf
1. INSTITUCIÓN EDUCATIVA COLEGIO
ENRIQUE PARDO FARELO
CONSEJO ACADÉMICO
Resolución de aprobación No.003407 del
06 de Noviembre de 2020
Página 1 y demás Anexos
Actividad No. 04 - Preveo las consecuencias de mis actos
PRACTICA: Actividad del estudiante
Tema 8: Preveo las consecuencias de mis actos
¿Qué pienso al respecto?
• ¿Qué significa para ti actuar con prudencia?
• ¿Por qué crees que es necesario actuar previendo las consecuencias de nuestros
actos?
• Plantea un ejemplo de prudencia en tu vida o en la vida de tu familia.
El valor de la prudencia
En la actualidad hemos olvidado la prudencia. Incluso, muchas veces su nombre nos parece
extraño, sin sentido o sin aplicación a la vida cotidiana. Sin embargo, por la rapidez con la
que cambia el mundo actual, hoy más que nunca necesitamos ser prudentes.
Ya en tiempos antiguos se les pedía a las personas que cultivaran la sana virtud de la
prudencia. Pero, ¿qué significa prudencia?
Se podría comenzar diciendo que es la capacidad del ser humano para dominarse en las
relaciones con los demás, ser capaz de autodominio en las relaciones con los demás
miembros de la sociedad.
Cuando la persona es capaz de tener dominio sobre su pensamiento y sobre sus
sentimientos, se puede decir que es prudente. Claro, esto no es fácil. Es una disciplina que
se debe adquirir. Por ello, en cada decisión y en cada acción, se debe pensar, analizar y
comprender lo que se hace y obrar de la mejor forma. EI análisis y la reflexión nos sirven
para fortalecer la prudencia.
Analicemos
• ¿En qué momentos has sido prudente?
NOMBRE DEL
ESTUDIANTE
ÁREA ÉTICA Y VALORES GRADO SEXTO PERIODO SEGUNDO
OBJETIVO
Asume actitud de responsabilidad en relación con las consecuencias de sus
actos.
TIEMPO ESTIMADO 2 HORAS
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
2. • ¿Quién o quiénes te han enseñado a ser prudente?
• ¿cómo te has educado en la prudencia?
• ¿A quién o a quiénes que conoces debes ayudar a ser más prudente?
• ¿Se puede hablar de exceso de prudencia? ¿Por qué?
• ¿Qué ventajas y desventajas puede tener el exceso de prudencia?
• ¿En qué casos se puede confundir prudencia con cobardía?
El ejercicio de la prudencia
La prudencia lleva a las personas a elegir lo que puede ser más justo y recto en el momento
de una lección o de tomar una decisión. Cuando las personas nos encontramos en
situaciones difíciles, entra en acto el valor de la prudencia, que ayuda a tomar la mejor
elección y superar los obstáculos.
Por el contrario, cuando la persona se deja llevar por las pasiones o por las emociones
corre el riesgo de elegir mal, o mejor, de no tomar el camino adecuado para llevar a cabo
lo que se propone.
Las emociones parecen imponerse en las personas. Muchas veces se reacciona de
inmediato siguiendo nuestras emociones. Pero actuar bajo la presión de las emociones no
siempre es la mejor opción.
La prudencia conduce a la perfección
Una persona que desea ser virtuosa debe buscar, en lo posible, la perfección en la vida.
Ser perfecta no quiere decir no tener defectos. Por el contrario, una persona que busca la
perfección es aquella que es capaz de darse cuenta de lo que es y de lo que le falta.
La perfección es esa búsqueda de la armonía interior, esa paz que se tiene cuando se es
consciente de lo que se es y de las falencias que se deben superar.
Algunas personas buscan llegar al éxito por caminos fáciles y cortos, que en realidad no
cuestan mucho. Es entonces cuando la prudencia enseña que de lo fácil no queda mucho.
Más vale un camino largo, coherente y, algunas veces, esquivo, pues en realidad éste es
el que le enseña a la persona lo que puede o no puede realizar. Las dificultades ayudan a
crecer, cultivan la prudencia, pues la persona que ha pasado por una serie de dificultades
sabe comprender a quien comienza a caminar.
Ser prudentes para vivir democráticamente
La prudencia hace verdaderos sabios (dice una frase famosa). Enseña a abrir la boca
cuando hay que abrirla y a cerrarla cuando hay que cerrarla.
Muchas veces las personas hacemos lo contrario, lo que conlleva a muchos problemas,
pues la mayoría de los problemas nacen de personas que no han aprendido a ser
prudentes.
Para fortalecer nuestra convivencia democrática, debemos aprender a ser prudentes, pues
de allí nacen las buenas relaciones, el respeto por el otro, por su dignidad. Claro, como se
ha dicho, es necesario cultivar la virtud, nadie llega a ser virtuoso sin trabajo y dedicación.
3. “Con la prudencia perfeccionamos nuestra vida, mejoramos nuestras
relaciones y aprendemos a tomar las mejores decisiones”.
El mono y el delfín
Los griegos de la antigüedad, que eran unos experimentados navegantes, tenían la
costumbre de llevar a bordo de sus barcos, durante sus viajes, algunos animales para que
les hicieran compañía, sobre todo, monos y perros.
Sucedió, pues, que un barco cargado con grandes tesoros, y que precisamente llevaba a
bordo tales animales, naufragó no lejos de Atenas.
Una fuerte tormenta desmanteló el barco, que se hundió. Muchos hombres hubieran
perecido en el naufragio a no ser por la ayuda que les brindaron los delfines.
En efecto, los delfines siempre han sido muy amigos del hombre, y en esta ocasión
demostraron su eficiencia, pues montaban sobre su lomo a cuantos podían y les dejaban
en tierra firme.
Uno de los monos que llevaba el navío, quiso aprovecharse de su parecido con la especie
humana para también salvarse. Y uno de los delfines le confundió con un hombre, y le dijo
que se montara en su lomo, cosa que el mono se apresuró a hacer.
Cuando ya llegaban a tierra, el delfín preguntó por casualidad:
— ¿Eres acaso de Atenas?
— Sí, soy uno de los personajes de esta ciudad -respondió el mono.
— Entonces, ¿te conocen allí?
— Mucho. Si tienes necesidad de algo, pregunta por mí en cuanto llegues a Atenas.
Cualquiera te dirá la casa donde vivo. Puedo hacerte algún favor, pues el alcalde es
primo mío.
— Está bien; pues muchas gracias. ¿Y El Pireo? Supongo que lo verás cada día.
EI Pireo es el puerto de Atenas; pero el mono, en su ignorancia, lo confundió con el nombre
de una persona, y dijo, creyéndose superior:
— ¡Ah, sí! Cada día le veo. Precisamente es muy amigo mío.
En cuanto el delfín oyó esta respuesta comenzó a reírse a carcajadas, y miró a su carga.
Reconoció a un mono, y lo echó al agua, yendo de nuevo al barco para salvar a los
hombres. Y dejó de preocuparse de los monos.
Analicemos
• ¿Qué piensas de la actitud del mono?
• ¿Qué imprudencia cometió el mono?
4. Pico Chato, el equilibrista
Pico Chato era un pato de granja cuya mayor ilusión era convertirse en un célebre
equilibrista. Todos los días ensayaba muchas horas sobre la cuerda, animado por su fiel
amigo Poco Pocho, otro pato un poco más anciano, que de joven tuvo esa misma afición.
Pero como los dos eran un poco “patos”, la verdad es que no lo hacían muy bien, aunque
no por ello dejaban de entrenarse y tratar de mejorar.
Cierto día, llegó un carnero nuevo a la granja, que apenas vio a los patos haciendo sus
equilibrios, comenzó a alabarlos y a comentarles lo bien que lo hacían, y a apostar que
podrían cruzar cualquier precipicio sobre una cuerda.
Esto animó muchísimo a Pico Chato, i pesar de que su amigo Poco Pocho le comentaba
que no había notado tal mejoría.
En pocos días, Pico Chato ya había acordado con el carnero ir al barranco del río, un lugar
con un gran salto que sólo podría cruzarse pasando por una cuerda.
Poco Pocho trató de disuadir a su amigo, haciéndole ver que aún no era tan buen
equilibrista y que aquello sería peligroso, pero el carnero protestó asegurando que era el
mejor equilibrista de la comarca y que el anciano pato sólo tenía envidia.
Así que ambos patos se enfadaron y Poco Pocho se negó a asistir a la demostración.
En el río, el carnero animó al pato a cruzar y llegar al otro lado, pero apenas comenzó a
pasar sobre la cuerda, el pato perdió el equilibrio y cayó. Por fortuna, fue a parar a una
pequeña playa, entre arena y pequeñas piedras. Pero cuando fue a pedir ayuda al carnero,
éste había desaparecido.
Allí pasó un rato Pico Chato con la pata rota, pensando que su viejo amigo tenía razón, y
que le decía la verdad cuando le comentaba que aún no estaba preparado.
Se dio cuenta de lo difícil que tenía que haber sido para Poco Pocho decirle que no era un
buen equilibrista, y pensó en cuánta suerte tenía al contar con un amigo tan bueno, capaz
de decirle las cosas con sinceridad.
— Amiga, bajemos las dos a este pozo.
— Pero, y si también se secara el agua de este pozo -repuso la compañera—, ¿cómo
crees que subiremos entonces?
Analicemos
• ¿Cómo consideras la actitud de Poco Pocho?
• ¿Qué debió hacer Pico Chato frente a los consejos de Poco Pocho?
• ¿Cuál de los dos amigos demostró mayor prudencia?
• ¿Cómo debemos actuar frente a los consejos de los amigos?
• ¿Todos los consejos de los amigos buscan nuestro bienestar? ¿Por qué?
• ¿Cómo podemos comprender cuando alguien quiere nuestro bienestar?
• ¿Cómo analizas la actitud de la segunda rana antes de entrar al pozo?
5. • ¿En todas nuestras acciones debemos ser prudentes? ¿Por qué?
• ¿Habrá momentos en que se necesita que seamos arriesgados? ¿Por qué?
“Al emprender una acción, analizo primero las consecuencias de ella”.
Actividades de refuerzo
• Explica la importancia de ser prudentes en nuestra vida diaria.
• Define con tus palabras lo que significa ser prudente en los siguientes escenarios:
familia, colegio y comunidad.
• Plantea la manera cómo podemos ser prudentes ante situaciones como las
siguientes:
➢ Nos invitan a montar bicicleta por las calles del barrio.
➢ Nuestros amigos nos invitan a realizar “aventuras” riesgosas.
➢ Nos encontramos un paquete que contiene objetos de valor o mucho dinero.
➢ Un extraño nos ofrece regalos o premios para que lo acompañemos a hacerle un
favor.
➢ Debes cruzar la calle y hay mucho tráfico.
• Elabora un decálogo de la prudencia.
Competencia interpersonal
• Con tu grupo, analiza los siguientes principios que les permitirán ser más prudentes.
Después de leerlos y analizarlos, planteen conclusiones al respecto.
➢ Examinen si sus actitudes y palabras corresponden según el lugar y las personas
con quienes están.
➢ Busquen que en todo lugar se les reconozca como personas prudentes y no como
temerarios.
➢ Piensen en la prudencia que exigen de los demás y si actúan y corresponden, al
menos, en la misma proporción.
➢ Sean prudentes para elegir amistades, lugares y eventos. Así no tendrán que
esconderse, mentir y comportarse en forma contraria a sus principios.
➢ Eviten hacer trampa o cumplir con las obligaciones a medias. La persona prudente
conoce sus capacidades y se compromete con lo que puede cumplir.
➢ Procuren no ser necios. Consideren que algunas veces pueden estar equivocados,
escuchen, reflexionen, infórmense y corrijan, si es necesario.
➢ Evite discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. Si hay algo que
defender o aclarar. No pierdan la cordura. Serenidad, cortesía y comprensión.
Competencia intrapersonal
• Reflexiona sobre aquellas ocasiones en las que has dejado de ser prudente. Escribe
las que consideres más importantes.
• Plantea la manera como en el futuro tendrá en cuenta tales experiencias y las
enseñas que dichas acciones te han dejado.