Este documento trata sobre la comunicación interna y cómo afecta nuestro estado emocional. Explica que nuestras emociones negativas se originan por los pensamientos que tenemos sobre los hechos de la vida y no por los hechos en sí mismos. También destaca la importancia de observar nuestro diálogo interno para identificar los pensamientos automáticos que generan infelicidad y dejar de reaccionar basados en el pasado para poder accionar libremente en el presente.
1. LA COMUNICACIÓN INTERIOR Despertar espiritual
“La vida no es cruel contigo, la vida es fácil. Es tu programación la que es cruel contigo.”
Anthony de Mello
L
a manera en la que percibimos el mundo y la forma en que nos comunicamos con
nosotros mismos determina en gran parte el grado de felicidad que experimentemos en
nuestras vidas. ¿Qué te decís a vos mismo?, ¿Cómo reaccionas ante la vida?
No existe ningún fenómeno externo que pueda causarnos malestar o infelicidad. Aunque
muchas veces cueste creerlo, todas las emociones que experimentamos tienen su origen en
nuestro interior. No hay casi nada que ocurra afuera nuestro que pueda afectarnos si nosotros
no permitimos que lo haga. Esto es difícil de creer porque hemos sido educados de ese modo.
Creemos que debemos enojarnos si nuestra pareja no actúa como nos gustaría, o que es
humano que nos sintamos angustiados por la faltad equidad en el mundo. Que es normal
sentirse mal humorado en una congestión de tráfico, o que es lógico que reaccione con rabia y
vehemencia si alguien me mal trata. La realidad es que todas estas emociones negativas antes
mencionadas, se originan por lo que nosotros nos decimos a nosotros mismos sobre los
hechos que nos presenta la vida y no por el hecho en sí. Cada uno es responsable de sí mismo
con todo lo que eso implica. Es más fácil creer que las demás personas hacen que nos sintamos
enojados, frustrados, amargados, o malhumorados que trabajar con nosotros mismos.
Cómo funciona el dialogo interno
Cuando nuestra pareja elige salir con sus amigos en vez de quedarse en casa como es nuestro
deseo, nos enojamos; pero no por el hecho de la salida en sí, sino, por esa vocecita interna que
nos dice: <<ya no te quiere tanto como antes, prefiere salir con sus amigos>>. Cuando alguien nos
maltrata nos sentimos angustiados porque decidimos creer en lo que esa persona nos dijo. Si
en vez de creer en el insulto que nos haya propagado, pensamos <<Esta bien, es tu derecho a
pensar así, pero yo no estoy de acuerdo>> no nos enojaríamos. Nos afecta porque le damos
importancia, porque creemos en él, en definitiva por lo que nosotros nos decimos a nosotros
mismos. <<Piensa que soy de tal o cual manera, ahora ¿Qué voy a hacer?, ya no me va a querer
más>> Eso es lo que nos angustia.
Qué hacer
Este dialogo interno ocurre tan rápido que muy probablemente ni siquiera nos demos cuenta.
La clave está en la auto observación. En estar atentos continuamente para identificar esa
vocecita interna que nos emite su opinión constantemente. Separarnos del hecho y tratar de
observar más objetivamente y analizar porque motivo elegimos sentirnos de esa manera. Que
es lo que lo que estamos tratando de lograr con nuestra actitud y en base a que estamos
reaccionando. Pero vayamos por partes.
Maria Eugenia Miqueo
mariamiqueo@hotmail.com
www.clubdemetafisica.blogspot.com
Tel: 154-070-3235
2. LA COMUNICACIÓN INTERIOR Despertar espiritual
En primer lugar hay muchos motivos por los cuales elegimos sentirnos desdichados. Para
manipular y lograr nuestro objetivo inmediato, para no tener que realizar un trabajo profundo
con nosotros mismos, o sencillamente porque no nos sentimos capaces de hacerlo. Sea cual
sea el motivo que nos lleve a darle el poder de manejar nuestras emociones a un tercero,
debemos tomar conciencia que somos nosotros mismos los creadores de nuestra infelicidad.
Los científicos hoy en día, reconocen que el observador afecta lo observado; es decir que el
objeto específico, producto de nuestra investigación se modifica a medida que es observado.
Somos co-creadores permanentes de nuestra realidad y de nuestro universo.
Este concepto es también valido en lo que concierne a nosotros mismos. No somos víctimas
incapaces de modificar los hechos causantes de nuestros pesares sino más bien lo contrario:
somos responsables de nuestras amarguras y nuestras angustias, sencillamente por el hecho
de permitir ser manejados por terceros.
En segundo lugar, cuando reaccionamos estamos actuando en base a una experiencia pasada.
La etimología de la palabra así lo demuestra: re-accionar, es decir, actuar nuevamente. No
estamos expresándonos en tiempo presente sino, actuando en base a hechos anteriores
basados en nuestros “programas”. Estamos programados para actuar de determinada manera
ante hechos específicos. Nos hemos clasificado, si hay alguien me trata de manera “A”, mi
respuesta será “B” pero si me te trata “C” entonces será “D”. No estamos pensando
libremente, sino, actuando en consecuencia. En el momento en que nos damos cuenta que
estamos reaccionando en base a viejos patrones de conducta, debemos tomarnos un segundo
para pensar lo más libremente posible, que es lo que ahora me pasa con esto que me presenta
la vida. No lo que aprendí, no lo que siempre hice, ni lo que hace todo el mundo, sino, lo que
hoy, aquí y ahora me pasa. Dejar de reaccionar menos y accionar más.
El círculo del pensamiento
Los sentimientos generan pensamientos que a su vez nos mueven hacia la acción, lo cual
genera una consecuencia que a su vez, vuelve a generar un sentimiento y luego un
pensamiento. Así se forma un círculo infinito que a menos que estemos atentos no se puede
parar. Por eso somos una parte sumamente activa en la construcción de nuestro universo,
porque lo que nosotros nos decimos a nosotros mismos es lo que nos lleva a la acción, no lo
que hacen los demás, lo que sucede en el mundo, sino, lo que nosotros nos decimos al
respecto. ¿Qué te decís a vos mismo?, ¿Cómo reaccionas ante la vida? La manera en que
percibimos el mundo que nos rodea es la materia prima con la que nos creamos el nuestro y la
forma en que nos comunicamos con nosotros mismos determina en gran medida no solo
nuestros sucesos futuros sino también, nuestros pesares o alegrías presentes.
“La lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo es bueno, tu cuerpo estará lleno de luz.”
Mateo 6:22
Maria Eugenia Miqueo
mariamiqueo@hotmail.com
www.clubdemetafisica.blogspot.com
Tel: 154-070-3235