Gamificación no se trata solo de dar medallas y puntos, sino de satisfacer la necesidad humana de superar retos y logros de manera progresiva. El estrés y la satisfacción de resolver problemas de mayor dificultad a medida que se avanza motivan a las personas más que solo lo divertido. Aunque las recompensas pueden desvirtuar el propósito si se enfocan solo en el resultado y no en el proceso, el feedback inmediato tras cometer errores ayuda a mejorar, al igual que en los videojuegos.