El documento discute los métodos actuales de enseñanza de inglés y sugiere que no son efectivos porque aburren a los niños. Señala que los maestros se enfocan demasiado en enseñar en lugar de hacer que la clase sea interesante y motivar a los niños para que deseen aprender. En su lugar, propone el uso de cuentos para enseñar inglés de una manera que capture la atención de los niños.