Los documentos presentan biografías de importantes poetas de la literatura española del Siglo de Oro como Juan Boscan, Cristóbal de Castillejo, Fernando de Herrera, Luis de Góngora y Pedro Calderón de la Barca. Detallan sus orígenes familiares, educación, cargos ocupados, obras más destacadas y controversias literarias en las que se vieron involucrados.
1. JUAN BOSCAN Biografía[editar]
De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de
los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor
de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, futuro Gran Duque de Alba. En la Corte
conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió
la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama
valenciana, doña Ana Girón de Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí
encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran
amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta
valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de
las composiciones del poeta toledano.
Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica
cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava
real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos
blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se
persuadió de ello en una conversación mantenida en 1526 con su amigo, el embajador
veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada,
como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética, y
convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego
Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante
del Renacimiento en la siguiente epístola incluida como prólogo en uno de sus
volúmenes de poesías:
Cristobal de castillejo
Biografía[editar]
A los quince años fue llevado a la Corte de Fernando el Católico, donde sirvió como
paje al archiduque Fernando de Habsburgo, nieto segundo del rey y hermano del
emperador. En este periodo profesó como cisterciense en el convento de San Martín
de Valdeiglesias. En 1525 dejó su retiro para encargarse de la secretaría de su antiguo
señor, quien en 1526 se convertiría en rey de Hungría, al año siguiente en rey
de Bohemia, y quien en 1531 accedería a la corona alemana con el título de rey de
romanos como lugarteniente de su hermano imperial. Viajó por toda Europa. En Viena,
aunque monje, llevó una vida disoluta y tuvo amoríos y un hijo natural, y pasó por
2. dificultades económicas, ya que malgastó todos los beneficios y prebendas que sus
cargos le proporcionaban. Se enamoró de una joven dama alemana, Ana de
Schaumburg, quien lo dejó por un noble bohemio, si bien anduvo al parecer también
tras una tal Ana de Aragón; perdió al cabo las esperanzas de regresar alguna vez
a España, como cuenta evocando un famoso romance: "Tiempo es ya, Castillejo, /
tiempo es de andar aquí". Desengañado, se retiró a un convento vienés donde murió.
Está enterrado en Wiener Neustadt, cerca de la ciudad. Antes de morir fue al pueblo
de Nesken pa echarse un basket en el cual perdio, lo que llevo a su locura extrema y a
su posterior suicidio.
Fernando de herera
Biografía1 [editar]
Nació en Sevilla en el seno de una muy humilde familia, y se educó a las órdenes del
maestro Pedro Fernández de Castilleja sin obtener, a lo que parece, título académico
alguno.
Trabó amistad con don Álvaro y doña Leonor de Milán, conde y condesa de Gelves,
llegados a Sevilla en 1559, que, desde muy pronto, se convirtieron en sus protectores,
y esta última en su Musa, la enamorada que aparece aludida en sus versos
como Luz, Estrella, Eliodora etc.
Hacia 1565 ó 1566, tras haber recibido órdenes menores, se convierte en beneficiado
de la iglesia de San Andrés. Frecuentó el reducido círculo de intelectuales y poetas
sevillanos que se formó alrededor del humanista Juan de Mal Lara, entre los que se
encontraba el pintor Pacheco y otros poetas, que darían lugar a la llamada Escuela
sevillana.
Juan Rufo y otros contemporáneos señalaron su carácter áspero, retraído y orgullloso.
En 1572 publica en Sevilla su Relación de la guerra de Chipre y suceso de la batalla
naval de Lepanto, en que incluyó su celebérrima Canción en alabança de la Divina
Magestad por la victoria del señor don Juan en la batalla de Lepanto. Tras la muerte
de su musa en 1578, Herrera se dedicó a corregir y limar los versos nacidos de su
amor juvenil. La publicación de su comentario a los poemas de Garcilaso de la
Vega (Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Fernando de
Herrera [Sevilla, 1580]) originó una agria polémica entre los admiradores del poeta
toledano. Un castellano, con el seudónimo de Damasio, escribió una carta feroz contra
Herrera, y el Conde de Haro, Juan Fernández de Velasco, que era condestable de
3. Castilla, redactó unas Observaciones del Licenciado Prete Jacopín, vecino de Burgos,
en defensa del príncipe de los poetas castellanos Garcilasso de la Vega, vecino de
Toledo, contra las Anotaciones que hizo a sus obras Fernando de Herrera, poeta
sevillano. A este ataque y el anterior contestó Herrera con un opúsculo Al muy
reverendo padre Prete Jacopín, secretario de las Musas, impreso por primera vez en
Sevilla, en 1870. El conde de Gelves muere en 1581 a causa de la epidemia que
asolaba a la sazón la ciudad de Sevilla. En 1582, después de haber atormentado a los
impresores con sus caprichos tipográficos y de haber corregido a mano las erratas de
muchos de los ejemplares impresos, Fernando de Herrera publica por fin una breve
antología de su obra poética: Algunas obras de Fernando de Herrera, en edición no
venal, ya que no lleva la tasa acostumbrada. Su semblanza biográfica de Tomás
Moro (Sevilla, 1591) fue la última obra que publicó en vida. En 1619 el pintor Francisco
Pacheco, autor, por lo demás, del conocido retrato del poeta, publicó una recopilación
póstuma de la producción lírica de Fernando de Herrera: Versos de Fernando de
Herrera, que contiene 372 poemas, seis de ellos repetidos; algunos expertos han
puesto en duda la autenticidad de algunos de ellos, porque la lengua es muy diferente,
con cultismos y más arcaizante; seguramente Pacheco utilizó unos manuscritos
antiguos de Herrera o retocó los textos, o ambas cosas a la vez. Un manuscrito de
la Biblioteca Colombina, con el título de Obras de Fernando de Herrera, natural de
Sevilla, recogidas por don Ioseph Maldonado de Ávila y Saavedra. Año 1637, que
publicó José María Asensio; contiene 28 poemas inéditos y varias copias de
lasAnotaciones.
Luis de gongora
Biografía[editar]
Nació en la antigua calle de Las Pavas en una casa propiedad de su tío Francisco
Góngora, racionero de la catedral, situada en el lugar que hoy ocupa el número 10 de
la calle, aunque siguen existiendo dudas sobre estos datos. Era hijo del juez de bienes
confiscados por el Santo Oficio de Córdoba don Francisco de Argote y de la dama de
la nobleza Leonor de Góngora. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde llamó
ya entonces la atención como poeta, tomó órdenes menores en 1575 y
fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa, donde fue amonestado ante el
obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro y por charlar con él, así como por
acudir a diversiones profanas y componer versos satíricos. Desde 1589 viajó en
diversas comisiones de su cabildo por Navarra, León (Salamanca), Andalucía y por
4. ambas Castillas (Madrid, Granada, Jaén, Cuenca o Toledo). Compuso entonces
numerosossonetos, romances y letrillas satíricas y líricas, y músicos como Diego
Gómez, Gabriel Díaz o Claudio de la Sablonara le buscaron para musicar estos
poemas.1
Durante una estancia en la Corte de Valladolid se enemistó con Quevedo, a quien
acusó de imitar su poesía satírica bajo pseudónimo. En 1609 regresó a Córdoba y
empezó a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y
1611 escribió la Oda a la toma de Larache y en 1613 elPolifemo, un poema
en octavas que parafrasea un pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio, tema
que ya había sido tratado por su coterráneoLuis Carrillo y Sotomayor en su Fábula de
Acis y Galatea; el mismo año divulgó en la Corte su poema más ambicioso, las
incompletas Soledades. Este poema desató una gran polémica a causa de su
oscuridad y afectación y le creó una gran legión de seguidores, los llamados
poetas culteranos (Salvador Jacinto Polo de Medina, fray Hortensio Félix
Paravicino, Francisco de Trillo y Figueroa, Gabriel Bocángel, el Conde de
Villamediana, sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Soto de Rojas, Miguel Colodrero de
Villalobos, Anastasio Pantaleón de Ribera...) así como enemigos
entre conceptistas como Francisco de Quevedo o clasicistas como Lope de
Vega, Lupercio Leonardo de Argensola y Bartolomé Leonardo de Argensola.2
Algunos
de estos, sin embargo, llegaron con el tiempo a militar entre sus defensores,
como Juan de Jáuregui. El caso es que su figura se revistió de aún mayor prestigio,
hasta el punto de que Felipe III le nombró capellán real en 1617. Para desempeñar tal
cargo, vivió en la Corte hasta1626, arruinándose para conseguir cargos y prebendas a
casi todos sus familiares; al año siguiente, en 1627, perdida la memoria, marchó a
Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema
pobreza. Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los pleitos, los
documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de Quevedo, se sabe que era
jovial, sociable, hablador y amante del lujo y de entretenimientos como los naipes y
la tauromaquia, hasta el punto de que se le llegó a reprochar frecuentemente lo poco
que dignificaba los hábitos eclesiásticos. En la época fue tenido por maestro de
la sátira, aunque no llegó a los extremos expresionistas de Quevedo ni a las
negrísimas tintas de Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana, que
fue amigo suyo y uno de sus mejores discípulos poéticos.1
En sus poesías se solían
distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros.
Para ello usaba décimas,romances, letrillas, etc... Este período duró hasta el
año 1610, en que cambió rotundamente para volverse culterano, haciendo uso
de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos,hipérbatos, etc...
5. pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su
primera época y que la segunda es solamente una intensificación de estos recursos
realizada por motivos estéticos.3
Pedro calderón de la barca
Biografía[editar]
Nació en la antigua calle de Las Pavas en una casa propiedad de su tío Francisco
Góngora, racionero de la catedral, situada en el lugar que hoy ocupa el número 10 de
la calle, aunque siguen existiendo dudas sobre estos datos. Era hijo del juez de bienes
confiscados por el Santo Oficio de Córdoba don Francisco de Argote y de la dama de
la nobleza Leonor de Góngora. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde llamó
ya entonces la atención como poeta, tomó órdenes menores en 1575 y
fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa, donde fue amonestado ante el
obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro y por charlar con él, así como por
acudir a diversiones profanas y componer versos satíricos. Desde 1589 viajó en
diversas comisiones de su cabildo por Navarra, León (Salamanca), Andalucía y por
ambas Castillas (Madrid, Granada, Jaén, Cuenca o Toledo). Compuso entonces
numerosossonetos, romances y letrillas satíricas y líricas, y músicos como Diego
Gómez, Gabriel Díaz o Claudio de la Sablonara le buscaron para musicar estos
poemas.1
Durante una estancia en la Corte de Valladolid se enemistó con Quevedo, a quien
acusó de imitar su poesía satírica bajo pseudónimo. En 1609 regresó a Córdoba y
empezó a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y
1611 escribió la Oda a la toma de Larache y en 1613 elPolifemo, un poema
en octavas que parafrasea un pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio, tema
que ya había sido tratado por su coterráneoLuis Carrillo y Sotomayor en su Fábula de
Acis y Galatea; el mismo año divulgó en la Corte su poema más ambicioso, las
incompletas Soledades. Este poema desató una gran polémica a causa de su
oscuridad y afectación y le creó una gran legión de seguidores, los llamados
poetas culteranos (Salvador Jacinto Polo de Medina, fray Hortensio Félix
Paravicino, Francisco de Trillo y Figueroa, Gabriel Bocángel, el Conde de
Villamediana, sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Soto de Rojas, Miguel Colodrero de
Villalobos, Anastasio Pantaleón de Ribera...) así como enemigos
entre conceptistas como Francisco de Quevedo o clasicistas como Lope de
Vega, Lupercio Leonardo de Argensola y Bartolomé Leonardo de Argensola.2
Algunos
6. de estos, sin embargo, llegaron con el tiempo a militar entre sus defensores,
como Juan de Jáuregui. El caso es que su figura se revistió de aún mayor prestigio,
hasta el punto de que Felipe III le nombró capellán real en 1617. Para desempeñar tal
cargo, vivió en la Corte hasta1626, arruinándose para conseguir cargos y prebendas a
casi todos sus familiares; al año siguiente, en 1627, perdida la memoria, marchó a
Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema
pobreza. Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los pleitos, los
documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de Quevedo, se sabe que era
jovial, sociable, hablador y amante del lujo y de entretenimientos como los naipes y
la tauromaquia, hasta el punto de que se le llegó a reprochar frecuentemente lo poco
que dignificaba los hábitos eclesiásticos. En la época fue tenido por maestro de
la sátira, aunque no llegó a los extremos expresionistas de Quevedo ni a las
negrísimas tintas de Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana, que
fue amigo suyo y uno de sus mejores discípulos poéticos.1
En sus poesías se solían
distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros.
Para ello usaba décimas,romances, letrillas, etc... Este período duró hasta el
año 1610, en que cambió rotundamente para volverse culterano, haciendo uso
de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos,hipérbatos, etc...
pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su
primera época y que la segunda es solamente una intensificación de estos recursos
realizada por motivos estéticos.3
Francisco de quevedo
Biografía[editar]
Quevedo nació en Madrid en el seno de una familia de hidalgos provenientes de la
aldea de Vejorís (Santiurde de Toranzo), en las montañas deCantabria.2 3
Fue
bautizado en la parroquia de San Ginés el 26 de septiembre de 1580. Su infancia
transcurrió en la Villa y Corte, rodeado de nobles y potentados, ya que sus padres
desempeñaban altos cargos en Palacio. Su madre, María de Santibáñez, era dama de
la reina, y su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era el secretario de la hermana del
rey Felipe II, María de Austria. Huérfano de padre a los seis años, le nombraron por
tutor a un pariente lejano, Agustín de Villanueva. En 1591 falleció su hermano Pedro.
Pasó al Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, en lo que hoy es el Instituto de San
Isidro de Madrid,4
y estudió Teología en Alcalá sin llegar a ordenarse, así como
lenguas antiguas y modernas. Durante la estancia de la Corte en Valladolid parece ser
7. que circularon los primeros poemas de Quevedo, que imitaban o parodiaban los
de Luis de Góngora bajo seudónimo (Miguel de Musa) o no, y el poeta cordobés
detectó con rapidez al joven que minaba su reputación y ganaba fama a su costa, de
forma que decidió atacarlo con una serie de poemas; Quevedo le contestó y ese fue el
comienzo de una enemistad que no terminó hasta la muerte del cisne cordobés, quien
dejó en estos versos constancia de la deuda que Quevedo le tenía contraída
Baltazar gracian
Biografía[editar]
El poeta Baltasar Gracián,óleo conservado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, posiblemente de la
primera mitad del siglo XVII (quizá durante su estancia valenciana entre 1630-1636).Pese a que es un
retrato poco conocido,no se ha cuestionado que represente al escritor,aunque sísu autoría, pues se ha
atribuido aVelázquez (a quien Gracián elogió en sus obras) o a su taller, o bien a su paisano Jusepe
Leonardo.3
Nacido en Belmonte de Gracián, muy cerca de Calatayud, en 1601, las noticias sobre
su infancia son muy escasas. Todo indica que estudió letras desde los diez o doce
años en su ciudad natal, quizá en el colegio de jesuitas de esta localidad.
Hacia 1617 debió residir uno o dos años en Toledo con su tío Antonio
Gracián,capellán de San Juan de los Reyes, donde aprendería lógica y profundizaría
en el latín.
En 1619 ingresó en el noviciado de la provincia jesuítica de Aragón, situado
en Tarragona, en el que se le dispensó de los dos años preceptivos de estudio de
humanidades debido a su excelente formación anterior. En 1621 volvió a Calatayud,
8. donde cursó dos años de Filosofía. De esta etapa data su aprecio por laética, que
influyó en toda su producción literaria. Otros cuatro cursos de Teología en
la Universidad de Zaragoza completaron su formación religiosa.
Ordenado sacerdote en 1627, comenzó a impartir Humanidades en el Colegio de
Calatayud. Parece ser que fue un periodo grato, pero pocos años más tarde tuvo
graves enfrentamientos con los jesuitas de Valencia, adonde fue trasladado en 1630.
De allí pasó a Lérida en 1631 para encargarse de las clases de Teología Moral.
En 1633 viajó a Gandía para enseñar Filosofía en el colegio jesuita de la villa y se
renovaron las enemistades con sus antiguos correligionarios valencianos.
En el verano de 1636 volvió a tierras aragonesas, a Huesca,
como confesor y predicador. Esta ciudad tuvo una importancia capital en la vida del
jesuita, puesto que con el apoyo del erudito mecenas Vincencio Juan de
Lastanosa pudo publicar su primer libro: El Héroe (1637).
Lastanosa reunía en su casa-museo un importante cenáculo literario y artístico. El
palacio del prócer oscense, que fue visitado por Felipe IV, era conocido por sus
exquisitos jardines, por una estupenda armería, por la colección de medallas y por una
magnífica biblioteca de cerca de siete mil volúmenes, una cantidad extraordinaria en
esa época. En este propicio ambiente Gracián traba contacto con la intelectualidad
cultural aragonesa, entre la que se cuenta el poeta Manuel de Salinas o el
historiador Juan Francisco Andrés de Uztarroz.
En 1639 llegó a Zaragoza, nombrado confesor del virrey de Aragón Francisco María
Carrafa, duque de Nochera, con quien viaja a Madrid, donde predicó. No obstante, su
estadía en la Corte fue desalentadora, pues, aunque aspiró a medrar entre la república
literaria de la capital, sus ambiciones se saldaron con un franco desengaño. Con todo,
publicó allí su segunda obra, El Político (1640) y ultimó la primera versión de su
tratado teórico sobre estética literaria barroca, titulado Arte de ingenio, tratado de la
agudeza (1642).