Ente de Coordinación Operativa de Servicios en la Capital
Voto en el extranjero
1.
Semana
del
22
al
28
de
Febrero
de
2016
VOTO
EN
EL
EXTRANJERO
Marcos
Pérez
Esquer
La
posibilidad
del
voto
de
los
mexicanos
en
el
exterior
para
elegir
al
Presidente
de
México
y
a
los
Senadores,
e
incluso
a
algunos
Gobernadores,
existe
desde
2005.
Es
por
ello
que
ya
se
cuenta
con
la
experiencia
del
voto
en
el
exterior
en
los
procesos
de
2006
y
de
2012.
Sin
embargo,
en
ambas
ocasiones
hubo
muy
baja
participación,
33
mil
votos
en
la
primera
y
40
mil
en
la
segunda;
esto
hizo
evidente
que
el
modelo
de
participación
política
de
los
mexicanos
residentes
en
el
exterior
no
estaba
funcionando,
y
propició
que
la
reforma
electoral
de
2014
flexibilizara
los
términos
de
esa
participación,
y
estableciera,
entre
otras
cosas,
que
el
Instituto
Nacional
Electoral
(INE)
expediría
la
credencial
de
elector
con
fotografía
directamente
en
los
lugares
de
residencia
de
nuestros
connacionales.
Con
esta
medida,
el
INE
arranca
la
expedición
de
credenciales
para
votar
en
el
extranjero
a
través
de
las
embajadas
y
los
consulados.
En
una
primera
etapa
en
16
consulados,
entre
ellos:
Los
Ángeles,
Chicago,
San
José,
San
Antonio
y
Nueva
York.
En
una
segunda
fase,
hacia
mediados
de
2016,
se
expedirán
en
todas
las
sedes
consulares.
Es
importante
aclarar
que
no
es
necesario
haber
nacido
o
residido
en
México
para
obtener
la
credencial.
Los
hijos
de
mexicanos
nacidos
en
el
exterior
-‐al
ser
mexicanos-‐,
tienen
este
derecho
y
solo
deben
acreditarlo
presentando
el
acta
de
nacimiento
de
alguno
de
sus
padres
mexicanos.
El
potencial
de
esta
prerrogativa
electoral
es
enorme.
En
Estados
Unidos
radican
mas
de
35
millones
de
mexicanos,
de
los
cuales
22.5
millones
son
mayores
de
edad,
y
por
lo
tanto,
podrían
definir
el
rumbo
no
solamente
de
México,
sino
también
del
lugar
donde
residen.
Hay
que
recordar
que
en
México,
el
padrón
electoral
asciende
a
alrededor
de
80
millones
de
personas,
mientras
que
en
Estados
Unidos
es
de
aproximadamente
100
millones.
Es
evidente
pues,
que
los
mexico-‐americanos
que
tienen
derecho
a
emitir
su
voto
tanto
en
los
Estados
Unidos
como
en
México,
pueden
–y
deben-‐,
influir
en
ambos
países.
Es
cierto
que
durante
décadas,
la
gran
mayoría
de
los
migrantes
mexicanos
que
han
buscado
una
mejor
vida
en
los
Estados
Unidos
han
terminado
excluidos
de
ambas
sociedades.
Todavía
hoy,
hay
millones
de
personas
que
habiendo
llegado
indocumentadamente
a
los
Estados
Unidos
siendo
niños,
no
pueden
acreditar
ser
nacionales
de
ninguno
de
los
dos
países,
y
terminan
siendo
jurídicamente
invisibles
y
permanentemente
violentados
en
su
derecho
a
la
identidad;
pero
es
también
una
realidad,
que
eso
empieza
a
cambiar,
y
esta
posibilidad
que
ahora
se
abre
para
que
muchos
de
ellos
puedan
ser
oídos
en
ambos
países
mediante
su
derecho
de
voto,
es
un
parteaguas
que
terminará
echando
por
tierra
aquello
que
decía
la
india
María,
de
que
no
era
“ni
de
aquí
ni
de
allá”,
para
que
ahora
sean
“de
aquí
y
de
allá”.