2. ¿Quien fue, como era?
Ninguno de los artistas puede tener
certeza de su apariencia física, quizá no
todos comulguen con las religiones que
lo veneran, pero todos los artistas tienen
algo qué expresar sobre Jesús y una
manera particular de representarlo.
Y es que la figura de Cristo está ligada a
la historia del arte universal de todos los
tiempos.
3.
4. Su formación
"Jesús no llegó formado como ser
divino. Él se preparó para su ministerio,
viajó a Oriente se perfeccionó en la
"palabra divina" y estudia las leyes de
los grandes Budas", expresa Ledwith.
En 1884, el periodista ruso, Nicolás
Notovich, publicó el primer libro, "La
vida desconocida de Jesucristo".
5.
6. Traducciones
Afirmaba que al viajar por Ladakh
(pequeño Tibet) a fines de 1887,
encontró una copia de un antiguo
manuscrito budista que explicaba dónde
estuvo Jesús esos 18 años: India, el
Tibet y Egipto. Los investigadores
Nicolás Roerich y Swani Abhedananda,
tradujeron los textos.
7. En su adolescencia
La narración que habla de Issa (Jesús) salta al año
13, época en que debía tomar esposa. Pero él tenía
otros planes. Abandona en secreto la casa familiar y
se une a una caravana de mercaderes, toma la ruta
hasta Bactra, va hasta Kabul, y se establece entre
los jaínos. Tenía 14 años. Su fama se extiende y los
jaínos le piden quedarse. Cruza India hasta
Juggernaut. Los sacerdotes blancos de Brahma le
dan la bienvenida, le enseñan a leer y entender los
Vedas, el idioma pali, a curar y exorcizar. Fue
estudiante humilde, pero entra en conflicto con los
brahmanes ( sacerdotes) y kshatriyas, (guerreros),
por enseñar las Escrituras a las castas inferiores.
Huye hacia los Himalayas, en Nepal.
8. Infancia de Cristo
HONTHORST, Gerrit van
1620
Óleo sobre lienzo
The Hermitage, San Petersburgo
9. En Egipto
En Egipto aborda progresivamente cada uno de los 7
templos, sellos o chakras. En cada lugar debía pasar
pruebas: En el primero superar el caos, la indisciplina, la
impureza. En el segundo, el dolor y el sufrimiento.
El símbolo de dejar el Yo inferior, y alcanzar el Yo superior.
En el tercero, el plexo solar, el sello del poder, debía
trascender los temores que nos aíslan, bloquean e
impiden progresar al sendero de la gran obra.
En el cuarto, la prueba del amor universal y al Padre
Supremo. En el quinto, la iniciación de cómo utilizar la
palabra para el bien, gobernar los elementos de la
naturaleza. En el sexto, debía liberarse del miedo a la
muerte.
10. Su regreso
Aquí debió meterse en un sarcófago,
sellado con una gran tapa, 3 días y 3
noches. En el séptimo sello, debía
resucitar su cuerpo a través de su
propio espíritu. "La prueba suprema de
su logro humano era el haber superado
la muerte. Al fin llega a su tierra natal a
los 29 años, con un ideal poderoso: que
la humanidad sea libre y todo esto que
él pudo hacer la humanidad también.
11.
12.
13. Primeras manifestaciones
No se conservan imágenes de Jesús de
los primeros siglos. Ello puede ser
debido, entre otras razones, a que, por
una parte, los cristianos que provenían
del judaísmo estaban imbuidos del
espíritu del Antiguo Testamento de no
fabricar dioses; y por otra, los cristianos
que provenían del paganismo querían
evitar la confusión entre Cristo y los
dioses paganos
14. Siglo III
Sea como
fuerte, hasta
el siglo III no
aparecen las
primeras
imágenes de
Jesús, como:
La Imagen de
Cristo como
“Pantocrátor”
15. Pantocrator
La palabra “Pantocrator” significa en
griego “Todopoderoso”. La
representación de Jesucristo como
“Pantocrator” trata de resumir en una
sola figura al Salvador y al Creador.
Cristo como origen, fin y juez supremo
de la historia y del mundo. Es típica en
las bóvedas y en las cúpulas de las
iglesias en forma de grandes frescos o
de enormes mosaicos.
16.
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18. Cristo en la cruz en majestad
Es una forma típica de representar a Cristo en los
siglos XII y XIII. No se pretende realismo en la
expresión de la figura de Cristo. Su cuerpo y
situación se reduce a los rasgos fundamentales:
Se le representa vestido con una túnica
La corona de espinas no aparece
Se deja claro que el sufrimiento de Jesús es un
sufrimiento redentor y que está por encima del
sufrimiento del hombre corriente.
Se deja claro también que el cuerpo de Cristo no ha
conocido la corrupción del sepulcro ni tiene, ahora,
una vez resucitado, los rasgos del dolor y de la
muerte.
19. La Imagen de Cristo al final de la
Edad Media
En el siglo XIII el pensamiento occidental experimenta un
profundo cambio de orientación. La espiritualidad de san
Francisco atraviesa toda esta época, ayudando al hombre a
situarse en la naturaleza y haciendo de ella el lugar donde el
hombre podía realizarse como persona y como hijo de Dios.
San Francisco vivió entre 1181 a 1226, pero su influencia duró
mucho tiempo. Fue él quien en 1223 inventó el “nacimiento”,
representando con personas el portal de Belén, que luego se
convertirá en una costumbre familiar.
La mentalidad de la gente va cambiando. El pueblo, que
anteriormente necesitó ver en Cristo al Dios supremo,
inaccesible en su infinita majestad, ahora lo ve como el dulce
maestro que inspira la paz.
El Cristo románico, crucificado pero vestido con preciosa túnica,
coronado como rey, y reflejando en su rostro la paz y la
serenidad de un triunfo eterno, deja paso a los crucificados que
mueven a compasión a quienes lo contemplan.
21. La Imagen de Jesús en el
Renacimiento
La imagen de Jesucristo sufre el impacto propio del
humanismo del Renacimiento. La Roma entera se levanta
de sus cenizas y se transforma en la capital de la cultura
occidental, intentando una nueva y curiosa simbiosis
espiritual entre el antiguo paganismo grecorromano y el
cristianismo. La belleza parece querer encubrir la tragedia
de la vida. El hombre, que pasa a ocupar el centro de la
historia, parece un Dios, más por la inspiración del arte
que por la gracia del Espíritu Santo.
La fe cristiana tiene un nuevo desafío: hacer de ese
hombre endiosado un hijo de Dios. Cristo parece más el
ideal de belleza masculina, el hombre dotado por los
dioses de todos los atributos viriles, que el Hijo de Dios
ungido con la plenitud del Espíritu Santo. Basta recordar el
“Juicio Final” de Miguel Ángel características de esta
época.
22.
23.
24. La Imagen de Jesús en el
Barroco
La reacción contra la forma de representar a Cristo en el
Renacimiento no se dejó esperar. La Reforma protestante,
convencida de la corrupción radical de la naturaleza, vació
sus iglesias de la presencia demasiada humana de Cristo.
La Contrarreforma católica, especialmente en España,
potenció la presencia de la religión en las calles mediante
procesiones y representaciones teatrales, procurando la
síntesis entre humanismo y fe.
Tal vez la obra de El Greco sea uno de los mejores
exponentes de este esfuerzo espiritualizador. El Cristo de
“El Expolio” destaca una presencia humana contundente y
llena de dignidad en un mundo hostil, deshumanizado y
deshumanizador. El rostro de Cristo, en sus ojos, vemos el
alma en medio de desalmados: la luz indica la presencia
del Espíritu; la mirada es la del hombre elevándose hacia
Dios.
28. Barroco
Realmente el verbo de Dios se hace
hombre y todos los detalles de su vida
interesan a los cristianos. De esta
forma, el cuerpo de Cristo, tratado
siempre con una respetuosa perfección,
puede ser prácticamente intercambiable
entre el crucificado y el resucitado.
Otros cuadros del Barroco:
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30. Caravaggio
La estilización de la luz en Caravaggio no tiene
parangón. Si bien el dominio que posee este
hombre de las propiedades físicas de la luz es
inmenso, en ningún momento su representación
corresponde a la “realidad” y menos dadas las
condiciones tecnológicas de aquella época. Hoy en
día, con un equipo de luces direccionales (flashes
de estudio) trípodes y banderas (i.e. un equipo de
un fotógrafo o director de fotografía), se puede
reconstruir el diseño lumínico de un cuadro de
Caravaggio como el “David” o “La cena de Emaús”.
Sin embargo, en la época, el pintor sólo podía
imaginar esos efectos, puesto que el ojo humano
es incapaz de percibir ese nivel de contraste sino lo
recrea con los susodichos instrumentos eléctricos.
35. El Rostro de Cristo en los siglos XVIII y XIX
El arte y la religión se van distanciando durante los
siglos de la ilustración y de la revolución industrial.
La filosofía cartesiana y las ciencias experimentales
abren un abismo entre el mundo físico y el universo
espiritual. Los artistas trabajan más para la corte
que para la Iglesia.
La piedad popular se alimenta de una espiritualidad
decadente y enfermiza, incapaz de dialogar con un
mundo en que el hombre quiere imponer su ley al
margen de la fe. Surge así una imagen de Cristo
dulzona y apocada que ha llenado nuestros altares
durante mucho tiempo y cuya representación más
característica es el Sagrado Corazón. Es el tiempo
de las estampas con unas figuras de Jesús de
mirada sensiblera y gesto acaramelado.
36.
37. Los impresionistas
Sin embargo, a pesar del
distanciamiento que se produce entre el
artista y la Iglesia, son varios los
pintores que, aunque sea
ocasionalmente, realizan obras de tipo
religioso. Tal es el caso de Goya,
Gauguin y Van Gogh.
GAUGIN, Cristo Amarillo. Podemos
apreciar un Cristo lleno de Paz.
38.
39. La imagen de Jesús en el
Siglo XX
El distanciamiento que existió entre los
artistas y la religión durante el siglo XIX
parece haberse acortado durante el siglo
XX, al menos en lo referente a la pintura.
Son muchos los pintores que, aunque no
hayan tratado habitualmente temas
religiosos, sí han realizado obras
marcadamente religiosas. Grandes
artistas, incluso de otras religiones o no
creyentes, se han inspirado en la fe
cristiana para crear algunas de sus
mejores obras.
46. William-Adolphe Bouguereau
(1825-1905)
fue un pintor academicista francés con notable
éxito entre las clases acomodadas tanto de su
país como de Estados Unidos y con una gran
producción, 826 obras, dedicada mayormente
a temas mitológicos y al retrato. No tuvo el
beneplácito de la crítica, eran tiempos en
donde lo que se estilaba era el impresionismo
aunque hay que decir que Degas y Monet lo
consideran uno de los mejores pintores del
siglo XIX. Como casi siempre ocurre, en la
actualidad hay una revalorización de sus
trabajos.
47.
48.
49. Siglo XX
La imagen de Jesús que ofrecen estos artistas es
variada y, a veces, contradictoria, dependiendo del
punto de vista o de la ideología del artista. Así, hay
artistas que reflejan en su pintura la serenidad que el
mundo necesita; otros lo presentan como el Hijo de
Dios que se hace hombre para salvarnos de la
angustia cotidiana que, para muchos, es la vida;
para otros, Jesús es la víctima de las víctimas:
víctima de la angustia atómica, del desastre
ecológico, de la opresión social; es el hombre
desfigurado, irreconocible como hombre, despojado
de toda dignidad por un sistema injusto.
Otras imágenes del S.XX
55. Paul Fryer
"La edad de lo maravilloso", es
obra del artista británico Paul Fryer,
quien, para elaborarlo, contó con la
ayuda de un antiguo empleado del
museo de cera de Londres y un
especialista en implantes capilares.
"Sólo espero que la gente entienda
que el espíritu es crear debate y
hacer pensar, y no ofender”.