SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 8
Descargar para leer sin conexión
UTILIDAD DE LA BIOLOGÍA MOLECULAR EN EL DIAGNÓSTICO MICROBIOLÓGICO
El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias
y fúngicas
Rafael Borrás Salvadora
, Manuel Cuenca-Estrellab
, María Victoria Domínguez Márquezc
e Ignacio Gadea Gironésd
a
Departamento de Microbiología. Facultad de Medicina. Hospital Clínico Universitario. Valencia. España.
b
Servicio de Micología. Centro Nacional de Microbiología. Instituto de Salud Carlos III. Majadahonda. Madrid. España.
c
Servicio de Microbiología. Hospital Universitario La Ribera. Alzira. Valencia. España.
d
Departamento de Microbiología. Fundación Jiménez Díaz-UTE. Madrid. España.
molecular methods used are varied and most are based on
techniques of nucleic acid amplification. These techniques
have proved useful for mycological and parasitological
diagnosis, for epidemiological and taxonomic studies, and
for monitoring the response to different treatments and
detection of resistance. The introduction of these
techniques in developing countries may be hampered by
their higher cost but molecular diagnostic methods are
already beginning to spread in clinical microbiology
laboratories and are competing successfully with
traditional methods. The present article reviews the
current status of molecular methods in the diagnosis of
fungal and parasitic infections.
Key words: Mycosis. Parasitic diseases. Molecular
diagnosis. PCR.
Métodos moleculares en parasitología
El diagnóstico convencional de las parasitosis es fun-
damentalmente directo, y la observación microscópica de
preparaciones húmedas o teñidas es el procedimiento de
referencia, ya que permite realizar los estudios morfomé-
tricos necesarios para la diferenciación de las especies. Se
trata de un procedimiento barato, pero laborioso y, en
ocasiones, de difícil interpretación, lo que determina la
necesidad de disponer en los laboratorios de microbiolo-
gía clínica de microscopistas experimentados y de proce-
dimientos diagnósticos complementarios, tanto directos
como indirectos, que aseguren la calidad del diagnóstico
parasitológico. Por otra parte, los estudios serológicos es-
tán indicados en el diagnóstico de la fase prepatente de
las helmintosis con periplo tisular y de las parasitosis ti-
sulares, pero la complejidad antigénica de los parásitos
limita la obtención de preparados antigénicos purificados
y, en consecuencia, se utilizan antígenos crudos que re-
ducen la sensibilidad y la especificidad de las técnicas se-
rológicas1,2
.
En los últimos años, se han desarrollado procedimien-
tos basados en la detección de antígenos y de ácidos nu-
cleicos parasitarios, que han supuesto un importante
avance diagnóstico. Primero fueron las técnicas de hibri-
dación de ácido desoxirribonucleico (ADN); pero rápida-
mente se sustituyeron por procedimientos más sensibles
basados en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR),
El diagnóstico microbiológico convencional de las
infecciones fúngicas y parasitarias se ha caracterizado por
su escasa sensibilidad diagnóstica, su laboriosidad y la
necesidad de microscopistas experimentados. Frente a
ellos, los métodos diagnósticos basados en la detección de
ácidos nucleicos son una alternativa magnífica para
superar estos problemas, aunque todavía no han dado
respuesta satisfactoria a todas las situaciones. Los
métodos moleculares utilizados son variados, la mayoría
basados en técnicas de amplificación de ácidos nucleicos,
y han demostrado ser útiles para los diagnósticos
micológico y parasitológico, los estudios epidemiológicos
y taxonómicos, y para el seguimiento de la respuesta a los
diferentes tratamientos y la detección de resistencias. Es
posible que su implantación presente dificultades en los
países en vías de desarrollo, debido a su mayor coste; pero
los métodos de diagnóstico molecular ya comienzan a
extenderse en los laboratorios de microbiología clínica y
rivalizan, con éxito, con los métodos clásicos. En este
trabajo, nos proponemos revisar la situación actual de los
métodos moleculares en el diagnóstico de las infecciones
fúngicas y parasitarias.
Palabras clave: Micosis. Parasitosis. Diagnóstico molecular.
PCR.
Molecular diagnosis of parasitic and fungal infections
Conventional microbiological diagnosis of fungal
infections and parasitic diseases has been characterized by
low diagnostic sensitivity, laboriousness, and the need for
expert microscopists. Consequently, diagnostic methods
based on the detection of nucleic acids are a magnificent
alternative to overcome these problems, but have not yet
provided a satisfactory response in all situations. The
50 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7
Correspondencia: Dr. I. Gadea Gironés.
Departamento de Microbiología. Fundación Jiménez Díaz-UTE.
Avda. Reyes Católicos, 2. 28040 Madrid. España.
Correo electrónico: igadea@fjd.es
que se han utilizado con éxito para fines diagnósticos,
epidemiológicos y taxonómicos2,3
. En el campo del diag-
nóstico parasitológico, la PCR convencional, de tecnología
moderada, fue la primera en aplicarse y la más extendi-
da; pero la PCR en tiempo real la está desplazando pau-
latinamente, aunque tiene una sofisticación tecnológica y
coste mayores. Las LAMP (loop-mediated isothermal am-
plification) son PCR de baja complejidad, que sólo re-
quieren de un incubador o de un baño María a 60 ºC, y se
utilizan en zonas endémicas con menos recursos4-6
. En es-
te apartado, nos ocuparemos de la utilidad de los métodos
de biología molecular en el diagnóstico del paludismo, de
las leishmaniosis y tripanosomosis, y de las amebiasis in-
testinal y extraintestinal.
Diagnóstico del paludismo
El paludismo o malaria es una endemia parasitaria
mayor, de transmisión vectorial, transmitida por las hem-
bras hematófagas de los mosquitos del género Anopheles,
producida por especies antroponóticas, y excepcionalmen-
te zoonóticas7
, del género Plasmodium. El diagnóstico
convencional del paludismo se realiza mediante la obser-
vación microscópica minuciosa de preparaciones sanguí-
neas teñidas por el método de Giemsa1
.
Respecto al diagnóstico por métodos moleculares, los pri-
meros ensayos diagnósticos mediante PCR se sustituyeron
rápidamente por procedimientos no isotópicos que, me-
diante la utilización de 4 cebadores específicos de especie,
cuya diana son secuencias del gen que codifica la subu-
nidad menor del ARN ribosómico (SSUrRNA), permiten
simultáneamente el diagnóstico y la identificación de las
4 especies que afectan al hombre. De este grupo de técni-
cas, la que mostró más sensibilidad fue una nested-PCR,
con umbral de detección de 1 parásito/µl de sangre, que
permitió demostrar que la prevalencia de infecciones mix-
tas y asintomáticas era superior a la detectada mediante
microscopia8
. La nested-PCR se considera el método de re-
ferencia, y permite el seguimiento del tratamiento y la de-
tección de resistencias9-11
. Se han descrito diferentes modi-
ficaciones, una de las cuales permite detectar ADN de
Plasmodium falciparum en orina y saliva12
. Pero la nested-
PCR no resuelve la necesidad de cuantificar la carga pa-
rasitaria. Con este fin, se han desarrollado métodos cuan-
titativos basados en la amplificación de secuencias de áci-
dos nucleicos del gen SSUrRNA (QT-NASBA), de PCR en
tiempo real, y técnicas híbridas (QT-NASBA en tiempo re-
al), de los cuales los más prometedores son los de PCR en
tiempo real; además, su sensibilidad y especificidad son si-
milares a los comunicados para la nested-PCR13
.
Diagnóstico de las leishmaniosis
Las leishmaniosis son retículo-histiocitosis parasita-
rias producidas por protozoos flagelados de ciclo vital he-
teroxénico, de transmisión vectorial, pertenecientes al
género Leishmania. Desde el punto de vista clínico-bioló-
gico, se pueden diferenciar 2 formas polares, las leishma-
niosis cutánea y visceral (LV), y 2 formas interpolares,
las leishmaniosis cutaneomucosa y cutaneodifusa4
. El
diagnóstico etiológico clásico se basa en la observación
microscópica de los amastigotes en los frotis teñidos por
el método de Giemsa, o de los promastigotes obtenidos
mediante cultivo en el medio NNN (Novy-Nicolle-McNe-
al) o en el medio de Schneider para Drosophila. Recien-
temente, se han desarrollado métodos con el antígeno re-
combinante k39 de Leishmania infantum para detectar
anticuerpos séricos, y un método de aglutinación de par-
tículas de látex sensibilizadas para detectar antígeno de
Leishmania donovani complex en la orina de los pacien-
tes con sospecha de LV, con sensibilidad y especificidad
próximas al 100% en pacientes infectados por el virus de
la inmunodeficiencia humana (VIH)4,14
.
En los últimos años, se han desarrollado protocolos de
PCR convencional que, a partir de diferentes dianas (se-
cuencias de los genes SSUrRNA, gp63 o G6PD, miniexo-
nes, minicírculos del ADN del kinetoplasto [kADN], se-
cuencias teloméricas o nucleares repetidas), se han utili-
zado con éxito para diagnosticar y diferenciar las
especies15
. Los escasos estudios comparativos que hay so-
bre la sensibilidad-especificidad de los diferentes proto-
colos señalan que la PCR-kADN es una de las técnicas
más adecuadas4
, la cual ha permitido el diagnóstico de
LV a partir de frotis teñidos por el método Giemsa, de
sangre periférica de pacientes asintomáticos infectados
por el VIH, y de muestras urinarias de pacientes sinto-
máticos inmunocompetentes16-18
. También se han desa-
rrollado protocolos de nested-PCR que, además de interés
diagnóstico, se han demostrado útiles como herramientas
para el seguimiento del tratamiento y la predicción de po-
sibles recaídas19
, así como procedimientos cuantitativos
QT-NASBA y protocolos de PCR en tiempo real, estos úl-
timos con especificidad del 100% y un umbral de detec-
ción < 1 parásito/µl, que permiten el diagnóstico, la dife-
renciación de especies y la cuantificación de los parásitos
en un corto período, así como también el seguimiento del
tratamiento20
.
Diagnóstico de las tripanosomosis humanas
Las tripanosomosis humanas son protozoosis hemáti-
cas y tisulares de transmisión vectorial producidas por
protozoos flagelados del género Trypanosoma: Trypano-
soma brucei complex y Trypanosoma cruzi, agentes etio-
lógicos de las tripanosomosis humana africana (enferme-
dad del sueño) y americana (enfermedad de Chagas), res-
pectivamente21
.
Enfermedad del sueño
La enfermedad del sueño presenta 3 estadios clínicos
(fase de multiplicación local, fase de diseminación linfáti-
co-sanguínea y fase de polarización encefálica), con dis-
cretas diferencias biológicas referentes al grado de para-
sitemia, que es superior en la forma aguda producida por
T. brucei rhodesiense. El algoritmo diagnóstico recomen-
dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
consiste en el cribado serológico de la población en riesgo.
Pero la existencia de falsos positivos es relativamente im-
portante, dada la reactividad cruzada, por lo que se reco-
mienda que el diagnóstico definitivo sea de tipo directo,
basado en la observación microscópica de preparaciones
teñidas por el método de Giemsa, y en el cultivo en el me-
dio NNN, poco sensible y muy lento. Por otro lado, la per-
sistencia de valores de anticuerpos elevados, tanto en
suero como en líquido cefalorraquídeo, meses o años des-
pués del tratamiento, impide su uso en el seguimiento del
tratamiento y el control de las recaídas22
.
Las primeras técnicas moleculares encaminadas a dife-
renciar entre ambas subespecies de T. brucei consistieron
Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 51
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
en análisis isoenzimáticos y cariotípicos, y en estudios del
polimorfismo de los fragmentos de restricción (RFLP, del
inglés restriction fragment length polymorphisms), de mi-
nisatélites y microsatélites, y del kADN, si bien han sido
las técnicas de PCR las que han alcanzado una preconi-
zación mayor. Los primeros ensayos realizados utilizan-
do cebadores, que amplifican los genes 6 y 7 del sitio de
expresión asociado (ESAG 6-7) al gen que codifica la glu-
coproteína VSG de T. brucei complex, permitieron demos-
trar la existencia del parásito meses antes de la primera
detección parasitológica y su potencial utilidad en el
diagnóstico de las infecciones sin parasitemia aparente;
pero estos cebadores no permitían la diferenciación en el
ámbito subespecie. En la actualidad, se dispone de PCR
específicas de subespecie que, en el caso de T. brucei gam-
biense, amplifican el gen de una glucoproteína específica
(TgsGP), mientras que en T. brucei rhodesiense detectan
genes SRA asociados con la resistencia al poder tripano-
cida del suero23,24
.
Los ensayos más recientes y que se han presentado co-
mo los más rápidos y sensibles en la detección de T. bru-
cei complex en muestras de sangre humana son las téc-
nicas de PCR en tiempo real, con límites de detección de
0,1 tripanosoma/µl, y que, además, permiten su cuantifi-
cación25
. Por otro lado, se están dedicando muchos es-
fuerzos a simplificar los métodos moleculares para que se
puedan realizar en las áreas de endemia en el ámbito clí-
nico y en hospitales locales, usando reacciones de ampli-
ficación isotérmicas (LAMP)26
.
La presencia de una PCR positiva representa una in-
fección activa, ya que la persistencia del ADN de tripa-
nosomas muertos en la sangre no es superior a 2 días.
Las herramientas que tienen en cuenta el grado de infla-
mación del sistema nervioso, como son el recuento leuco-
citario o la proteinorraquia, son más eficaces que la de-
tección de ADN parasitario mediante PCR para el diag-
nóstico de afectación del sistema nervioso central. Por
tanto, las técnicas de biología molecular son una herra-
mienta útil para detectar y determinar las diferentes es-
pecies, pero aún no está completamente definido su papel
en el diagnóstico de la tripanosomosis africana27
.
Enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas presenta 3 estadios evoluti-
vos, que determinan las estrategias a seguir para obtener
un diagnóstico etiológico de certeza: a) fase aguda, asin-
tomática o sintomática, caracterizada por una moderada
o importante parasitemia y la presencia de anticuerpos
específicos; b) fase de latencia, asintomática, con parasi-
temia escasa e intermitente y con anticuerpos específicos,
y c) fase crónica, sintomática, comúnmente sin parasite-
mia, y con anticuerpos específicos21
. En la fase aguda sin-
tomática, las pesquisas diagnósticas se deben centrar en
observar de forma microscópica preparaciones de sangre
teñidas por el método de Giemsa, el cultivo en los medios
NNN o LIT y el xenodiagnóstico. Mientras que en las fa-
ses de latencia y crónica el diagnóstico se basa en la de-
tección de anticuerpos específicos, aunque la presencia de
reacciones cruzadas limita su utilidad21
.
La detección temprana del parásito se ha conseguido
con el desarrollo de métodos moleculares basados en la
PCR. Estos ensayos muestran valores de sensibilidad
muy variables, entre el 44,6 y el 100% en humanos, dife-
rencias que podrían explicarse por las variaciones gené-
ticas del parásito o por los protocolos utilizados. Se han
analizado múltiples dianas para detectar parasitemias
bajas, siendo las secuencias altamente repetitivas, como
los fragmentos de 330 pb del minicírculo del kADN y de
185-195 pb del ADN satélite nuclear, las que han ofreci-
do un rendimiento más elevado28,29
.
Las técnicas de PCR han demostrado que las poblacio-
nes naturales de T. cruzi muestran una marcada diver-
gencia clonal, que ha permitido la diferenciación de 2 lí-
neas filogenéticas (T. cruzi I y T. cruzi II), una de ellas
con 5 subtipos (TCIIa a TCIIe), con diferente distribución
geográfica y ecológica30
. Además, han permitido la detec-
ción de infecciones policlonales, y han demostrado su uti-
lidad en el seguimiento terapéutico y en la diferenciación
entre T. cruzi y T. rangeli31-33
.
La PCR a tiempo real se presenta como alternativa a la
nested-PCR, con una concordancia del 90% y una especi-
ficidad del 100%; pero su sensibilidad varía con el volu-
men de muestra analizado (50% para 0,8 ml frente a 95%
para 2 ml)34
.
Diagnósticos de la amebiasis intestinal
y extraintestinal
La amebiasis es la parasitación sintomática o asinto-
mática producida por Entamoeba histolytica. Estudios
morfométricos, isoenzimáticos y genéticos han revelado
que E. histolytica era un complejo de especies y han per-
mitido la descripción de Entamoeba hartmanii, Entamo-
eba moshkovskii y Entamoeba dispar, especies no pató-
genas, y E. histolytica, sensu stricto. De acuerdo con la
OMS, las parasitaciones por E. histolytica deben tratar-
se, incluso en los portadores asintomáticos. De modo que
la adecuada diferenciación de especies es imprescindible
para evitar infradiagnósticos y tratamientos innecesa-
rios35,36
.
El diagnóstico convencional de la parasitación intesti-
nal consiste en la observación microscópica de los trofozoí-
tos y de los quistes en muestras fecales directas o concen-
tradas. Pero este procedimiento no permite diferenciar
siempre E. histolytica de otras amebas morfológicamente
idénticas no patógenas. Mientras que, en las formas ex-
traintestinales el diagnóstico normalmente se establece
mediante la detección de anticuerpos. Pero los métodos
serológicos sólo son útiles en países no endémicos o de
prevalencia baja, ya que los anticuerpos persisten, aun-
que se resuelva la parasitación. Con el fin de mejorar el
diagnóstico, se han desarrollado métodos para detectar
antígenos en heces y otras muestras biológicas, y para la
amplificación de ácidos nucleicos. Estudios comparativos
realizados con ambos procedimientos demuestran que la
sensibilidad de las técnicas de PCR es 100 veces superior
a las de la detección de antígenos37
. Las principales dia-
nas utilizadas para las técnicas de PCR son secuencias
multicopias, como SSUrRNA y las repeticiones episómi-
cas. El objetivo es detectar y diferenciar simultáneamen-
te E. histolytica de E. dispar, para lo cual se han de-
sarrollado diferentes protocolos de PCR convencional,
nested-PCR, y PCR en tiempo real. Las técnicas de PCR
en tiempo real son las más sensibles y específicas, con la
ventaja añadida de que disminuyen el tiempo de post-
análisis, al amplificar y detectar en la misma reacción. Se
obtienen resultados numéricos fácilmente interpretables
52 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
y permiten analizar cargas parasitarias, de interés en es-
tudios epidemiológicos y en muestras ambientales38
. Pa-
ra el diagnóstico de las formas extraintestinales, se ha
desarrollado una nested multiplex-PCR que permite la
detección de ADN en el material del absceso y en la ori-
na con sensibilidades del 100 y el 40%, respectivamente.
La detección en orina del ADN resulta especialmente útil
en el seguimiento del tratamiento con metronidazol39
.
Técnicas moleculares en micología
La utilidad de la biología molecular en el diagnóstico
micológico se ha incrementado en los últimos años. Esto
se debe, en gran medida, al aumento en la prevalencia de
las infecciones fúngicas. Las técnicas moleculares llega-
ron con retraso a la micología desde otros campos micro-
biológicos, debido a que las infecciones fúngicas invasoras
se consideraban poco frecuentes, y a que las técnicas con-
vencionales de examen microscópico y cultivo constituían
los métodos de referencia. Sin embargo, las infecciones
fúngicas invasoras se han convertido en enfermedades
muy frecuentes en pacientes con factores predisponentes,
entre los que destacan las neoplasias sólidas, las enfer-
medades hematológicas, los trasplantes de órgano sólido,
los tratamientos inmunodepresores, los ingresos en uni-
dades de cuidados intensivos y algunas intervenciones
quirúrgicas. Estas infecciones tienen una elevada morta-
lidad, ya que suelen diagnosticarse de forma tardía,
cuando se encuentran muy extendidas, por lo que no sue-
len responder al tratamiento antifúngico40-42
.
La elevada mortalidad de las micosis invasoras ha he-
cho que se replanteen los procedimientos diagnósticos y
terapéuticos. En muchos aspectos, el diagnóstico de estas
infecciones sigue basado en los métodos microbiológicos
tradicionales y en las pruebas de imagen. No obstante, en
los últimos años se están desarrollando técnicas diagnós-
ticas moleculares para detectar patógenos fúngicos. Al-
gunas de estas técnicas empiezan a tener utilidad clínica,
como veremos a continuación.
Cuando se hace referencia en micología a técnicas diag-
nósticas basadas en la biología molecular, se está hablan-
do, fundamentalmente, de métodos de amplificación de
ácidos nucleicos que utilizan la PCR. Estos métodos se
han tomado del mundo de la virología y de la bacteriolo-
gía, donde se empezaron a utilizar antes que en micolo-
gía. Las técnicas moleculares tienen 4 aplicaciones diag-
nósticas principales en micología:
1. Aplicaciones taxonómicas para identificar las espe-
cies fúngicas.
2. Diagnóstico clínico temprano de las infecciones fún-
gicas.
3. Detección de los mecanismos de resistencia a los an-
tifúngicos.
4. Tipificación subespecífica de cepas clínicas.
Aplicaciones taxonómicas
La simplificación de las técnicas moleculares ha permi-
tido su aplicación en muchos laboratorios microbiológicos
especializados en identificar y clasificar microorganis-
mos. Estos laboratorios utilizaban métodos clásicos basa-
dos en la morfología macroscópica y microscópica de las
colonias y en pruebas bioquímicas confirmatorias. En mi-
cología, la clasificación taxonómica de referencia se fun-
damenta en métodos tomados tanto del campo de la mi-
crobiología, como del de la botánica. La identificación clá-
sica se realiza observando unas determinadas estructu-
ras morfológicas que permiten clasificar el organismo
dentro de un género y, tras ello, identificar la especie me-
diante pruebas confirmatorias (bioquímicas, crecimiento
diferencial, etc.).
La clasificación clásica siempre ha tenido limitaciones
muy significativas. En primer lugar, la observación de es-
tructuras características sólo se consigue si el hongo es
cultivado en determinadas condiciones y, a veces, es ne-
cesario conseguir que el microorganismo se reproduzca
sexualmente. Todo este proceso necesita tiempo y exper-
tos que puedan reconocer las estructuras identificati-
vas43
. Por estas razones, la identificación fúngica de es-
pecie se convirtió en una especialidad, al alcance de unos
pocos centros de referencia y con escasa utilidad clínica.
En los últimos años, la aparición de nuevas moléculas
antifúngicas con diferentes espectros de actividad, y la
descripción de cepas y de especies fúngicas resistentes a
los antibióticos, han aumentado el interés por la clasifi-
cación de las cepas clínicas al nivel de especie. No todas
las infecciones fúngicas deben tratarse igual, ya que hay
especies que son insensibles a algunas de las alternativas
terapéuticas actuales. Por ejemplo, los basidiomycota son
insensibles a las candinas, y los mucorales son insensi-
bles a voriconazol y a las candinas44
. Este interés, unido
a la difusión de las técnicas moleculares, ha permitido
que se desarrollen nuevos métodos de identificación, más
rápidos, con la intención de que sean útiles desde el pun-
to de vista asistencial, aunque esto último está aún por
conseguir. Los resultados de los métodos moleculares es-
tán produciendo reclasificaciones taxonómicas en muchos
géneros fúngicos45-48
. Se están describiendo nuevas espe-
cies y se están dividiendo especies conocidas en diferen-
tes taxones. Este es el caso de Trichosporon beigelii, que
ha desaparecido como especie, y se ha desligado en al me-
nos 18 especies nuevas, mediante técnicas de secuencia-
ción de ácidos nucleicos49
.
Pero estos métodos moleculares presentan aún varias
limitaciones. Una de ellas es la elección de la diana que
debe amplificarse y secuenciarse. En ocasiones, según se
secuencie una u otra diana, la clasificación taxonómica
puede cambiar. La región que se emplea con más fre-
cuencia como diana para detectar ADN fúngico e identi-
ficar especies es la que codifica el complejo ribosómico
(genes 18S, 5,8S y 28S). Estos genes contienen secuen-
cias conservadas comunes a todos los hongos, dominios
variables y regiones espaciadoras internas, altamente
variables. Las zonas variables se pueden emplear para
clasificar las especies, ya que permiten diseñar sondas y
cebadores que hibriden y detecten tanto secuencias muy
conservadas e inespecíficas, como variables y muy espe-
cíficas, dependiendo del objetivo del método de detec-
ción45-48
. Sin embargo, la elección de la diana no resulta
sencilla para algunas especies, y, a veces, es necesario se-
cuenciar varias dianas para poder distinguir entre ellas.
Así, por ejemplo, los primeros estudios taxonómicos que
se realizaron con el gen 18S del ADN ribosómico en cepas
de Candida, Aspergillus, dermatofitos y hongos endémi-
cos demostraron que había una gran homología de se-
cuencia, por lo que era necesario secuenciar dianas com-
Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 53
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
plementarias o fragmentos de ADN de una gran longitud
para poder distinguir entre especies. Algo parecido ocu-
rrió con el gen de la subunidad 28S, aunque hay 2 regio-
nes variables (D1/D2) dentro de este gen que se han em-
pleado para estudios de clasificación taxonómica, princi-
palmente con levaduras50
.
Finalmente, los expertos han elegido utilizar las regio-
nes variables que incluyen los espaciadores transcripto-
res internos (ITS1 e ITS2), los espaciadores intergénicos
(IGS) y el gen de la subunidad 5,8S. Actualmente, las re-
giones ITS son las más utilizadas para identificar hon-
gos, ya que tienen secuencias con variabilidad interespe-
cie y su pequeño tamaño facilita el estudio y la compara-
ción de la secuencia46,49
. No obstante, estas dianas no son
aplicables para clasificar todas las especies. Así, por
ejemplo, la distinción entre las diferentes especies de Tri-
chosporon necesita de la secuenciación de los IGS, de As-
pergillus spp. del gen de la beta tubulina, y de Fusarium
spp. del factor de elongación alfa46,49,51
. En 2008, varios
expertos están tomando parte en una iniciativa con la in-
tención de alcanzar un consenso sobre qué dianas deben
secuenciarse para identificar las especies fúngicas.
Otro tema polémico en la identificación molecular es la
elección de la prueba estadística que debe utilizarse para
analizar los resultados de la secuenciación y, por supues-
to, qué distancia genética debe considerarse definitoria
de especie en organismos que pueden reproducirse ase-
xualmente. Este asunto queda fuera de los objetivos del
monográfico, pero debe señalarse que, dependiendo del
criterio que se escoja, los resultados de la clasificación
pueden variar. Muchos expertos realizan las identifica-
ciones analizando los porcentajes de homología entre las
secuencias. Sin embargo, hay un consenso cada vez más
generalizado en que la mejor forma de clasificar las espe-
cies microscópicas es mediante análisis filogenéticos. Es-
te concepto evolutivo acepta que la clasificación de las es-
pecies debe basarse en el criterio de la descendencia des-
de un ancestro común. El análisis evolutivo requiere de
la utilización de pruebas probabilísticas que pueden rea-
lizarse mediante programas informáticos, ya disponibles
en muchos laboratorios50
.
Toda esta complejidad puede poner en duda la utilidad
clínica de la identificación molecular. Si hacen falta ex-
pertos y equipos altamente especializados, y si hay dudas
sobre los criterios de clasificación, es difícil que puedan
considerarse técnicas aplicables a la práctica habitual de
un laboratorio asistencial. En la actualidad, la identifica-
ción molecular sigue reducida a los laboratorios de refe-
rencia. En ocasiones, la identificación molecular sólo ha
servido para complicar tremendamente la clasificación
taxonómica de un género, sin que ayude a obtener resul-
tados útiles46,47
. No obstante, hoy sabemos que hay deter-
minadas especies fúngicas que son más resistentes que
otras a determinados antifúngicos, y que sólo se pueden
distinguir mediante identificación molecular. En estos
casos, el laboratorio asistencial debe conocer que es más
rápido realizar un estudio de sensibilidad que una iden-
tificación molecular. Por ejemplo, es más sencillo realizar
el estudio de sensibilidad de una presunta cepa clínica de
Trichosporon, que realizar la identificación por secuen-
ciación de IGS e ITS, que es la única forma de distinguir
las especies que son resistentes a anfotericina B de las
que son sensibles49
.
Para finalizar, debe enfatizarse que la identificación
molecular se convertirá en la técnica de referencia en un
futuro próximo. La difusión y la estandarización que se
está realizando hoy día indican que se seguirá por ese ca-
mino. Los nuevos métodos que incorporan sistemas de hi-
bridación para cientos o miles de secuencias, como los mi-
croarrays, pueden simplificar, acelerar y automatizar to-
do este proceso, acercándolo a la clínica diaria52
.
Diagnóstico clínico temprano de las infecciones
fúngicas
Como se indicó anteriormente, una de las causas prin-
cipales de la elevada mortalidad de las infecciones fúngi-
cas invasoras es el retraso en el diagnóstico de la infec-
ción. Por ello, se han desarrollado técnicas de diagnóstico
temprano que se basan en la detección de componentes
fúngicos y que se conocen con el nombre genérico de mé-
todos alternativos al cultivo43
. En micología, se han de-
sarrollado varias técnicas de detección antigénica, como
el antígeno de Cryptococcus, el galactomanano de Asper-
gillus, el manano de Candida o el betaglucano, que es un
método de detección panfúngica. Si se exceptúa el antí-
geno criptocócico, que tiene unos valores predictivos muy
elevados, las otras técnicas tienen una utilidad limitada.
Debe resaltarse que la detección de galactomanano ha
demostrado una buena utilidad en pacientes oncohema-
tológicos con riesgo alto de aspergilosis, tanto en suero
como, según trabajos recientes, en lavado broncoalveo-
lar43
. Además de la detección antigénica, se están de-
sarrollando técnicas de detección de ácidos nucleicos, cu-
ya rentabilidad es discreta. No obstante, algunas de estas
sí que empiezan a ocupar un lugar entre los métodos de
diagnóstico clínico.
La mayor parte de los métodos de detección de ácidos
nucleicos se han desarrollado para diagnosticar la asper-
gilosis, la micosis más frecuente y con una mortalidad
mayor en algunos grupos de pacientes inmunodeprimi-
dos, y han empleado métodos de amplificación basados en
la PCR43,53
. En términos generales, esta PCR diagnóstica
tiene una eficacia diagnóstica dudosa y debe considerar-
se como una técnica complementaria en fase de desarro-
llo. Un factor a destacar es la falta de estandarización de
esta técnica, ya que en cada laboratorio se trabaja con
aproximaciones diferentes en cuanto a modo de extrac-
ción, sondas, cebadores, condiciones de la PCR y cuanti-
ficación. Sí que hay un acuerdo generalizado acerca de
que debe emplearse PCR cuantitativa, ya que permite
distinguir colonizaciones de infecciones y, posiblemente,
realizar el seguimiento de la respuesta al tratamiento. Se
han empezado a comercializar algunas de estas técnicas,
como la incluida en el equipo diagnóstico SeptiFast (Ro-
che Diagnostic SL), y otras, gracias a la actividad de pe-
queñas empresas de base tecnológica. La sensibilidad de
esta técnica es variable, según el trabajo consultado, pe-
ro es elevada en muestras respiratorias y algo más baja
en sangre y suero debido a los problemas de inhibición.
En general, sus valores predictivos negativos son muy al-
tos, lo que puede tener utilidad en muchos pacientes54
. La
mayor parte de las técnicas de PCR diagnóstica de la as-
pergilosis se dirigen a la diana del fragmento 18S del
ADN ribosómico, cuya especificidad es discutible, por lo
que otros grupos están desarrollando pruebas dirigidas a
los ITS o a otras zonas genómicas. También se está plan-
54 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
teando la posibilidad de que las determinaciones con la
PCR se realicen de forma seriada, como se recomienda
con las determinaciones de galactomanano, pero todavía
no hay datos clínicos que nos ayuden a recomendar esta
estrategia diagnóstica55
.
Respecto a otras enfermedades fúngicas hay menos da-
tos. Se han desarrollado métodos de PCR para Candida,
que se están empleando en pacientes con riesgo de candi-
demia, como los pacientes críticos. Un trabajo reciente
otorga a una técnica de PCR que detecta varias especies
de Candida, unos valores predictivos positivos y negati-
vos por encima del 90%56
. Si estas cifras se confirman en
estudios posteriores, en los que se incluya un mayor nú-
mero de pacientes, esta técnica puede constituirse como
un método útil desde el punto de vista asistencial. Tam-
bién se han desarrollado técnicas para detectar patóge-
nos emergentes, como mucorales, Trichosporon, Fusa-
rium, etc., pero no se ha evaluado su aplicabilidad clíni-
ca en profundidad48,57
.
Por otra parte, las técnicas de detección basadas en la
PCR están demostrando una utilidad mayor en el diag-
nóstico de las infecciones por Pneumocystis jirovecii y en
el de las micosis endémicas. En el caso de la neumocisto-
sis, se han utilizado numerosas dianas, como los ITS del
ADN ribosómico, genes mitocondriales y otros genes que
codifican glucoproteínas de superficie. La mayoría de los
estudios han obtenido una sensibilidad y especificidad al-
tas, al compararlos con la detección mediante examen di-
recto en muestras respiratorias. Recientemente, se ha de-
sarrollado una PCR cuantitativa en tiempo real, con la
intención de diferenciar entre pacientes colonizados e in-
fectados. Los datos obtenidos, aunque preliminares, han
indicado una diferenciación potencial entre ambos tipos
de individuos. Asimismo, esta técnica se ha empleado pa-
ra diagnosticar la neumonía por P. jirovecii, en un estu-
dio prospectivo58,59
.
En cuanto a las micosis endémicas, histoplasmosis,
blastomicosis, coccidioidomicosis, paracoccidioidomicosis
y penicilliosis, hay pruebas que detectan anticuerpos fren-
te a todas ellas, pero su utilidad es muy limitada en va-
rios grupos de pacientes. En el caso de la histoplasmosis,
la detección de un antígeno polisacárido en orina y suero
tiene gran utilidad diagnóstica, especialmente en pacien-
tes con sida e infección diseminada, pero esta prueba sólo
está disponible en Estados Unidos. Por ello, se han de-
sarrollado técnicas de PCR cuantitativa en tiempo real
para diagnosticar la histoplasmosis60
. Una de estas técni-
cas, desarrollada por el Servicio de Micología del Centro
Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos
III, ha demostrado una sensibilidad total del 80% en un
estudio realizado con histoplasmosis probadas. La renta-
bilidad de la técnica fue superior en muestras respirato-
rias (100% de sensibilidad), mientras que sólo se detectó
ADN en el 70% de los sueros. La especificidad total de la
técnica fue del 100%61
. En las otras micosis endémicas
hay menos datos. En el caso de la paracoccidioidomicosis,
se han desarrollado pruebas con alta sensibilidad, como la
detección de anticuerpos y la detección de antígenos en
suero de pacientes infectados, que además es útil para el
seguimiento de la enfermedad y su respuesta al trata-
miento62
. Recientemente, se han publicado datos sobre
técnicas de PCR que permiten diagnosticar la infección de
muestras tomadas en lesiones cutáneas y mucosas63
.
Detección de los mecanismos de resistencia
a los antifúngicos
Hasta la simplificación y difusión de las técnicas de
amplificación de ácidos nucleicos, la detección de los me-
canismos de resistencia a los antifúngicos estaba al al-
cance de muy pocos laboratorios, alejados de la práctica
clínica. Recientemente, se han desarrollado varias prue-
bas que permiten detectar los mecanismos de resistencia
en cepas en cultivo e, incluso, directamente de muestras
clínicas.
Varias alteraciones de los genes ERG11 en levaduras y
CYP51 en hongos filamentosos, que codifican la diana de
los azoles, la 14-alfa lanosterol demetilasa, se han rela-
cionado con resistencia a estos fármacos. Entre éstas des-
tacan mutaciones puntuales, sobreexpresión del gen y
amplificación genética debida a la duplicación cromosó-
mica; también se ha descrito conversión genética o re-
combinación mitótica. Lo más habitual es detectar muta-
ciones puntuales en el gen, que pueden detectarse en ce-
pas y muestras clínicas mediante técnicas de PCR64,66
.
Otro mecanismo, quizás el que se detecta con mayor fre-
cuencia en cepas clínicas de levaduras, es la reducción de
los valores intracelulares de los azoles, que suele deberse
a un aumento en las bombas de flujo, lo que conlleva un
incremento en la expulsión de estos antifúngicos. Este
mecanismo de resistencia secundaria se debe a la sobre-
expresión de estas bombas o transportadores. Hay 2 tipos
principales, los transportadores ABC (del inglés ATP bin-
ding cassette) y los MFS (del inglés major facilitators su-
perfamily) y pueden detectarse mutaciones en los genes
que los codifican, que conllevan un aumento de expresión
de las bombas67
. La resistencia a caspofungina y otras
equinocandinas suele deberse a mutaciones de los genes
de la vía de la síntesis de glucano. Lo más habitual son
mutaciones en el gen FSK1. Se han descrito casi una de-
cena de mutaciones puntuales que pueden detectarse en
cepas clínicas mediante PCR en tiempo real múltiple68
.
La difusión de estas técnicas por los laboratorios asis-
tenciales permitiría realizar estudios epidemiológicos con
poblaciones salvajes para conocer la prevalencia real de
estas mutaciones, superando las limitaciones de los estu-
dios fenotípicos de resistencias y obteniendo información
para instaurar el tratamiento antifúngico más adecuado.
Tipificación subespecífica de cepas clínicas
Esta aplicación de las técnicas moleculares necesitaría
de un capítulo propio, pero en esta revisión debe resal-
tarse que la tipificación molecular se ha convertido en la
herramienta más adecuada para realizar estudios epide-
miológicos microbiológicos y, de esta forma, conocer la ca-
dena de infección y diseñar estrategias eficaces para pre-
venir y disminuir la incidencia de las enfermedades in-
fecciosas69
.
En el campo de la micología, se han empleado diversas
técnicas de tipificación. Estos métodos se suelen aplicar
para analizar brotes de infección intrahospitalaria, así
como en estudios de genética poblacional50,70
. Se han em-
pleado, entre otras, técnicas de isoenzimas, diferentes
métodos de RFLP y técnicas basadas en la PCR, como la
de RAPD (del inglés random amplification of polymorp-
hic DNA), el SSDP (del inglés sequence-specific DNA pri-
mers) o el PMM (del inglés polymorphic microsatellite
markers). Algunas diferencian sólo entre subespecies, pe-
Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 55
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
ro otras son capaces de distinguir entre cepas individua-
les69
. Recientemente, se ha desarrollado el MLST (del in-
glés multilocus sequencing analysis), un método que se
basa en la secuenciación de varias dianas de ADN para
realizar estudios genéticos. Este enfoque se está utilizan-
do en la actualidad para analizar poblaciones de Candi-
da sp.50
.
Para finalizar, debe resaltarse que la tipificación su-
bespecífica sólo parece tener utilidad clínica real en cier-
tas ocasiones, como en brotes producidos por hongos fila-
mentosos en quirófanos71
. En otros medios, como las sa-
las con pacientes inmunodeprimidos, las infecciones se
producen por inhalación de conidias o colonización de dis-
positivos intravasculares por diferentes cepas y, además,
la infección suele ser policlonal, lo que complica la tipifica-
ción de los casos72,73
. Por último, en caso de que se produz-
ca un brote de micosis invasoras en un centro sanitario,
debe procederse a tomar muestras ambientales y debe-
rían tipificarse tanto las cepas clínicas como las ambien-
tales, empleando al menos 2 sistemas de análisis de los
descritos anteriormente, y un número suficiente de cepas
de control sin relación temporal o geográfica.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de inte-
reses.
Bibliografía
1. Borras R. Parasitología clínica. En: Farmacéuticos CGdCOd, editor. Análisis
Clínicos. Madrid: 2005. p. 259-86.
2. Singh B. Molecular methods for diagnosis and epidemiological studies of
parasitic infections. Int J Parasitol. 1997;27:1135-45.
3. Navarro C, Dominguez-Marquez MV, Garijo-Toledo MM, Vega-Garcia S,
Fernandez-Barredo S, Perez-Gracia MT, et al. High prevalence of Blastocys-
tis sp. in pigs reared under intensive growing systems: Frequency of riboty-
pes and associated risk factors. Vet Parasitol. 2008;153:347-58.
4. Reithinger R, Dujardin JC. Molecular diagnosis of leishmaniasis: current
status and future applications. J Clin Microbiol. 2007;45:21-5.
5. Perandin F, Manca N, Calderaro A, Piccolo G, Galati L, Ricci L, et al. Deve-
lopment of a real-time PCR assay for detection of Plasmodium falciparum,
Plasmodium vivax, and Plasmodium ovale for routine clinical diagnosis. J
Clin Microbiol. 2004;42:1214-9.
6. Poon LL, Wong BW, Ma EH, Chan KH, Chow LM, Abeyewickreme W, et al.
Sensitive and inexpensive molecular test for falciparum malaria: detecting
Plasmodium falciparum DNA directly from heat-treated blood by loop-me-
diated isothermal amplification. Clin Chem. 2006;52:303-6.
7. Cox-Singh J, Davis TM, Lee KS, Shamsul SS, Matusop A, Ratnam S, et al.
Plasmodium knowlesi malaria in humans is widely distributed and poten-
tially life threatening. Clin Infect Dis. 2008;46:165-71.
8. Snounou G, Viriyakosol S, Zhu XP, Jarra W, Pinheiro L, Do Rosario VE, et
al. High sensitivity of detection of human malaria parasites by the use of
nested polymerase chain reaction. Mol Biochem Parasitol. 1993;61:315-20.
9. Suarez-Mutis MC, Cuervo P, Leoratti FM, Moraes-Avila SL, Ferreira AW,
Fernandes O, et al. Cross sectional study reveals a high percentage of
asymptomatic Plasmodium vivax infection in the Amazon Rio Negro area,
Brazil. Rev Inst Med Trop Sao Paulo. 2007;49:159-64.
10. Ayala E, Lescano AG, Gilman RH, Calderon M, Pinedo VV, Terry H, et al.
Polymerase chain reaction and molecular genotyping to monitor parasitolo-
gical response to anti-malarial chemotherapy in the Peruvian Amazon. Am
J Trop Med Hyg. 2006;74:546-53.
11. Mehlotra RK, Fujioka H, Roepe PD, Janneh O, Ursos LM, Jacobs-Lorena V,
et al. Evolution of a unique Plasmodium falciparum chloroquine-resistance
phenotype in association with pfcrt polymorphism in Papua New Guinea
and South America. Proc Natl Acad Sci USA. 2001;98:12689-94.
12. Mharakurwa S, Simoloka C, Thuma PE, Shiff CJ, Sullivan DJ. PCR detec-
tion of Plasmodium falciparum in human urine and saliva samples. Malar J.
2006;5:103.
13. Gama BE, Silva-Pires Fdo E, Lopes MN, Cardoso MA, Britto C, Torres KL,
et al. Real-time PCR versus conventional PCR for malaria parasite detection
in low-grade parasitemia. Exp Parasitol. 2007;116:427-32.
14. Riera C, Fisa R, Lopez P, Ribera E, Carrio J, Falco V, et al. Evaluation of a
latex agglutination test (KAtex) for detection of Leishmania antigen in uri-
ne of patients with HIV-Leishmania coinfection: value in diagnosis and post-
treatment follow-up. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2004;23:899-904.
15. Bensoussan E, Nasereddin A, Jonas F, Schnur LF, Jaffe CL. Comparison of
PCR assays for diagnosis of cutaneous leishmaniasis. J Clin Microbiol. 2006;
44:1435-9.
16. Brustoloni YM, Lima RB, Da Cunha RV, Dorval ME, Oshiro ET, De Olivei-
ra AL, et al. Sensitivity and specificity of polymerase chain reaction in Giem-
sa-stained slides for diagnosis of visceral leishmaniasis in children. Mem
Inst Oswaldo Cruz. 2007;102:497-500.
17. Garcia-Garcia JA, Martin-Sanchez J, Gallego M, Rivero-Roman A, Camacho
A, Riera C, et al. Use of noninvasive markers to detect Leishmania infec-
tion in asymptomatic human immunodeficiency virus-infected patients. J
Clin Microbiol. 2006;44:4455-8.
18. Motazedian M, Fakhar M, Motazedian MH, Hatam G, Mikaeili F. A urine-
based polymerase chain reaction method for the diagnosis of visceral leish-
maniasis in immunocompetent patients. Diagn Microbiol Infect Dis.
2008;60:151-4.
19. Riera C, Fisa R, Ribera E, Carrio J, Falco V, Gallego M, et al. Value of cul-
ture and nested polymerase chain reaction of blood in the prediction of re-
lapses in patients co-infected with Leishmania and human immunodefi-
ciency virus. Am J Trop Med Hyg. 2005;73:1012-5.
20. Prina E, Roux E, Mattei D, Milon G. Leishmania DNA is rapidly degraded
following parasite death: an analysis by microscopy and real-time PCR. Mi-
crobes Infect. 2007;9:1307-15.
21. Barrett MP, Burchmore RJ, Stich A, Lazzari JO, Frasch AC, Cazzulo JJ, et
al. The trypanosomiases. Lancet. 2003;362:1469-80.
22. Amonneau V, Solano P, Koffi M, Denizot M, Cuny G. Contributions and li-
mits of the diagnosis of human African trypanosomiasis. Med Sci (Paris).
2004;20:871-5.
23. Radwanska M, Claes F, Magez S, Magnus E, Perez-Morga D, Pays E, et al.
Novel primer sequences for polymerase chain reaction-based detection of
Trypanosoma brucei gambiense. Am J Trop Med Hyg. 2002;67:289-95.
24. Picozzi K, Fevre EM, Odiit M, Carrington M, Eisler MC, Maudlin I, et al.
Sleeping sickness in Uganda: a thin line between two fatal diseases. BMJ.
2005;331:1238-41.
25. Becker S, Franco JR, Simarro PP, Stich A, Abel PM, Steverding D. Real-
time PCR for detection of Trypanosoma brucei in human blood samples.
Diagn Microbiol Infect Dis. 2004;50:193-9.
26. Kuboki N, Inoue N, Sakurai T, Di Cello F, Grab DJ, Suzuki H, et al. Loop-
mediated isothermal amplification for detection of African trypanosomes. J
Clin Microbiol. 2003;41:5517-24.
27. Jamonneau V, Solano P, Garcia A, Lejon V, Dje N, Miezan TW, et al. Stage
determination and therapeutic decision in human African trypanosomiasis:
value of polymerase chain reaction and immunoglobulin M quantification on
the cerebrospinal fluid of sleeping sickness patients in Cote d’Ivoire. Trop
Med Int Health. 2003;8:589-94.
28. Avila HA, Pereira JB, Thiemann O, De Paiva E, DeGrave W, Morel CM, et
al. Detection of Trypanosoma cruzi in blood specimens of chronic chagasic
patients by polymerase chain reaction amplification of kinetoplast minicir-
cle DNA: comparison with serology and xenodiagnosis. J Clin Microbiol.
1993;31:2421-6.
29. Russomando G, Figueredo A, Almiron M, Sakamoto M, Morita K. Polymera-
se chain reaction-based detection of Trypanosoma cruzi DNA in serum. J
Clin Microbiol. 1992;30:2864-8.
30. Miyamoto CT, Gomes ML, Marangon AV, Araujo SM, Bahia MT, Lana M, et
al. Trypanosoma cruzi: sensitivity of the polymerase chain reaction for de-
tecting the parasite in the blood of mice infected with different clonal ge-
notypes. Exp Parasitol. 2006;112:198-201.
31. Burgos JM, Begher SB, Freitas JM, Bisio M, Duffy T, Altcheh J, et al. Mo-
lecular diagnosis and typing of Trypanosoma cruzi populations and linea-
ges in cerebral Chagas disease in a patient with AIDS. Am J Trop Med Hyg.
2005;73:1016-8.
32. Flores-Chavez M, Bosseno MF, Bastrenta B, Dalenz JL, Hontebeyrie M,
Revollo S, et al. Polymerase chain reaction detection and serologic follow-up
after treatment with benznidazole in Bolivian children infected with a na-
tural mixture of Trypanosoma cruzi I and II. Am J Trop Med Hyg. 2006;75:
497-501.
33. Saldana A, Samudio F, Miranda A, Herrera LM, Saavedra SP, Caceres L,
et al. Predominance of Trypanosoma rangeli infection in children from a
Chagas disease endemic area in the west-shore of the Panama canal. Mem
Inst Oswaldo Cruz. 2005;100:729-31.
34. Piron M, Fisa R, Casamitjana N, Lopez-Chejade P, Puig L, Verges M, et al.
Development of a real-time PCR assay for Trypanosoma cruzi detection in
blood samples. Acta Trop. 2007;103:195-200.
56 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
35. Leiva B, Lebbad M, Winiecka-Krusnell J, Altamirano I, Tellez A, Linder E.
Overdiagnosis of Entamoeba histolytica and Entamoeba dispar in Nicara-
gua: a microscopic, triage parasite panel and PCR study. Arch Med Res.
2006;37:529-34.
36. Khairnar K, Parija SC. A novel nested multiplex polymerase chain reaction
(PCR) assay for differential detection of Entamoeba histolytica, E. mosh-
kovskii and E. dispar DNA in stool samples. BMC Microbiol. 2007;7:47.
37. Haque R, Ali IK, Akther S, Petri WA Jr. Comparison of PCR, isoenzyme
analysis, and antigen detection for diagnosis of Entamoeba histolytica infec-
tion. J Clin Microbiol. 1998;36:449-52.
38. Calderaro A, Gorrini C, Bommezzadri S, Piccolo G, Dettori G, Chezzi C. En-
tamoeba histolytica and Entamoeba dispar: comparison of two PCR assays
for diagnosis in a non-endemic setting. Trans R Soc Trop Med Hyg. 2006;
100:450-7.
39. Parija SC, Khairnar K. Detection of excretory Entamoeba histolytica DNA
in the urine, and detection of E. histolytica DNA and lectin antigen in the
liver abscess pus for the diagnosis of amoebic liver abscess. BMC Microbiol.
2007;7:41.
40. Almirante B, Rodriguez D, Park BJ, Cuenca-Estrella M, Planes AM, Alme-
la M, et al. Epidemiology and predictors of mortality in cases of Candida blo-
odstream infection: results from population-based surveillance, Barcelona,
Spain, from 2002 to 2003. J Clin Microbiol. 2005;43:1829-35.
41. Ascioglu S, Rex JH, De Pauw B, Bennett JE, Bille J, Crokaert F, et al. Defi-
ning opportunistic invasive fungal infections in immunocompromised pa-
tients with cancer and hematopoietic stem cell transplants: an international
consensus. Clin Infect Dis. 2002;34:7-14.
42. Gavalda J, Len O, San Juan R, Aguado JM, Fortun J, Lumbreras C, et al.
Risk factors for invasive aspergillosis in solid-organ transplant recipients: a
case-control study. Clin Infect Dis. 2005;41:52-9.
43. Gadea I, Cuenca-Estrella M. Guidelines for fungal diagnoses and antifungal
sensitivity studies. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2004;22:32-9.
44. Cuenca-Estrella M, Gomez-Lopez A, Mellado E, Buitrago MJ, Monzon A, Ro-
driguez-Tudela JL. Head-to-head comparison of the activities of currently
available antifungal agents against 3,378 Spanish clinical isolates of yeasts
and filamentous fungi. Antimicrob Agents Chemother. 2006;50:917-21.
45. Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Monzon A, Rodriguez-Tudela JL.
Prevalence and susceptibility testing of new species of Pseudallescheria
and Scedosporium in a collection of clinical mold isolates. Antimicrob Agents
Chemother. 2007;51:748-51.
46. Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Monzon A, Mellado E, Rodriguez-
Tudela JL. Antifungal susceptibility profile of clinical Fusarium spp. isolates
identified by molecular methods. J Antimicrob Chemother. 2008;61: 805-9.
47. Gomez-Lopez A, Alastruey-Izquierdo A, Rodriguez D, Almirante B, Pahissa
A, Rodriguez-Tudela JL, et al. Prevalence and Susceptibility Profile of Can-
dida metapsilosis and Candida orthopsilosis: Results from Population-Based
Surveillance of Candidemia in Spain. Antimicrob Agents Chemother. 2008;
52:1506-9.
48. Nagao K, Ota T, Tanikawa A, Takae Y, Mori T, Udagawa S, et al. Genetic
identification and detection of human pathogenic Rhizopus species, a major
mucormycosis agent, by multiplex PCR based on internal transcribed spacer
region of rRNA gene. J Dermatol Sci. 2005;39:23-31.
49. Rodriguez-Tudela JL, Diaz-Guerra TM, Mellado E, Cano V, Tapia C, Per-
kins A, et al. Susceptibility patterns and molecular identification of Tri-
chosporon species. Antimicrob Agents Chemother. 2005;49:4026-34.
50. Odds FC, Bougnoux ME, Shaw DJ, Bain JM, Davidson AD, Diogo D, et al.
Molecular phylogenetics of Candida albicans. Eukaryot Cell. 2007;6:1041-52.
51. Alcazar-Fuoli L, Mellado E, Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Ro-
driguez-Tudela JL. Aspergillus section fumigati: antifungal susceptibility
patterns and sequence-based identification. Antimicrob Agents Chemother.
2008;52:1244-51.
52. Loy A, Bodrossy L. Highly parallel microbial diagnostics using oligonucleo-
tide microarrays. Clin Chim Acta. 2006;363:106-19.
53. Buitrago MJ, Gomez-Lopez A, Mellado E, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca-
Estrella M. Detection of Aspergillus spp. by real-time PCR in a murine mo-
del of pulmonary infection. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2005;23:464-8.
54. Donnelly JP. Polymerase chain reaction for diagnosing invasive aspergillo-
sis: getting closer but still a ways to go. Clin Infect Dis. 2006;42:487-9.
55. Gomez-Lopez A, Martin-Gomez MT, Martin-Davila P, Lopez-Onrubia P, Ga-
valda J, Fortun J, et al. Detection of fungal DNA by real-time polymerase
chain reaction: evaluation of 2 methodologies in experimental pulmonary as-
pergillosis. Diagn Microbiol Infect Dis. 2006;56:387-93.
56. McMullan R, Metwally L, Coyle PV, Hedderwick S, McCloskey B, O’Neill
HJ, et al. A prospective clinical trial of a real-time polymerase chain reaction
assay for the diagnosis of candidemia in nonneutropenic, critically ill adults.
Clin Infect Dis. 2008;46:890-6.
57. Osorio S, De la Camara R, Monteserin MC, Granados R, Ona F, Rodriguez-
Tudela JL, et al. Recurrent disseminated skin lesions due to Metarrhizium
anisopliae in an adult patient with acute myelogenous leukemia. J Clin Mi-
crobiol. 2007;45:651-5.
58. Larsen HH, Kovacs JA, Stock F, Vestereng VH, Lundgren B, Fischer SH, et
al. Development of a rapid real-time PCR assay for quantitation of Pneu-
mocystis carinii f. sp. carinii. J Clin Microbiol. 2002;40:2989-93.
59. Larsen HH, Von Linstow ML, Lundgren B, Hogh B, Westh H, Lundgren
JD. Primary Pneumocystis infection in infants hospitalized with acute res-
piratory tract infection. Emerg Infect Dis. 2007;13:66-72.
60. Buitrago MJ, Berenguer J, Mellado E, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca-Estre-
lla M. Detection of imported histoplasmosis in serum of HIV-infected pa-
tients using a real-time PCR-based assay. Eur J Clin Microbiol Infect Dis.
2006;25:665-8.
61. Buitrago MJ, Gomez-Lopez A, Monzon A, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca-Es-
trella M. Assessment of a quantitative PCR method for clinical diagnosis of
imported histoplasmosis. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2007;25:16-22.
62. Marques da Silva SH, Queiroz-Telles F, Colombo AL, Blotta MH, Lopes JD,
Pires De Camargo Z. Monitoring gp43 antigenemia in Paracoccidioidomyco-
sis patients during therapy. J Clin Microbiol. 2004;42:2419-24.
63. Ricci G, Da Silva ID, Sano A, Borra RC, Franco M. Detection of Paracocci-
dioides brasiliensis by PCR in biopsies from patients with paracoccidioi-
domycosis: correlation with the histopathological pattern. Pathologica.
2007;99:41-5.
64. Balashov SV, Gardiner R, Park S, Perlin DS. Rapid, high-throughput, mul-
tiplex, real-time PCR for identification of mutations in the cyp51A gene of
Aspergillus fumigatus that confer resistance to itraconazole. J Clin Micro-
biol. 2005;43:214-22.
65. Garcia-Effron G, Dilger A, Alcazar-Fuoli L, Park S, Mellado E, Perlin DS.
Rapid detection of triazole antifungal resistance in Aspergillus fumigatus. J
Clin Microbiol. 2008;46:1200-6.
66. Mellado E, Garcia-Effron G, Alcazar-Fuoli L, Melchers WJ, Verweij PE,
Cuenca-Estrella M, et al. A new Aspergillus fumigatus resistance mecha-
nism conferring in vitro cross-resistance to azole antifungals involves a com-
bination of cyp51A alterations. Antimicrob Agents Chemother. 2007;51:
1897-904.
67. Sanglard D, Ischer F, Calabrese D, Micheli M, Bille J. Multiple resistance
mechanisms to azole antifungals in yeast clinical isolates. Drug Resist Up-
dat. 1998;1:255-65.
68. Balashov SV, Park S, Perlin DS. Assessing resistance to the echinocandin
antifungal drug caspofungin in Candida albicans by profiling mutations in
FKS1. Antimicrob Agents Chemother. 2006;50:2058-63.
69. Cuenca-Estrella M, Mellado E. Are molecular techniques useful in aspergi-
llosis surveillance and control? Enferm Infecc Microbiol Clin. 2003;21:469-71.
70. Galhardo MC, De Oliveira RM, Valle AC, Paes Rde A, Silvatavares PM,
Monzon A, et al. Molecular epidemiology and antifungal susceptibility pat-
terns of Sporothrix schenckii isolates from a cat-transmitted epidemic of spo-
rotrichosis in Rio de Janeiro, Brazil. Med Mycol. 2008;46:141-51.
71. Diaz-Guerra TM, Mellado E, Cuenca-Estrella M, Gaztelurrutia L, Navarro
JI, Tudela JL. Genetic similarity among one Aspergillus flavus strain isola-
ted from a patient who underwent heart surgery and two environmental
strains obtained from the operating room. J Clin Microbiol. 2000;38:2419-22.
72. Gadea I, Cuenca-Estrella M, Prieto E, Diaz-Guerra TM, Garcia-Cia JI, Me-
llado E, et al. Genotyping and antifungal susceptibility profile of Dipodascus
capitatus isolates causing disseminated infection in seven hematological pa-
tients of a tertiary hospital. J Clin Microbiol. 2004;42:1832-6.
73. Mellado E, Diaz-Guerra TM, Cuenca-Estrella M, Buendia V, Aspa J, Prieto
E, et al. Characterization of a possible nosocomial aspergillosis outbreak.
Clin Microbiol Infect. 2000;6:543-8.
Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 57
Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas

Más contenido relacionado

Similar a El Diagnostico Molecular en las Infecciones Parasitarias y Fungicas.pdf

Similar a El Diagnostico Molecular en las Infecciones Parasitarias y Fungicas.pdf (20)

ESTRATEGIA ANTIBIOTICA EN NIH POR PSEUDOMONA AERUGINOSA MDR.pptx
ESTRATEGIA ANTIBIOTICA EN NIH POR PSEUDOMONA AERUGINOSA MDR.pptxESTRATEGIA ANTIBIOTICA EN NIH POR PSEUDOMONA AERUGINOSA MDR.pptx
ESTRATEGIA ANTIBIOTICA EN NIH POR PSEUDOMONA AERUGINOSA MDR.pptx
 
Pruebas microbiologicas en periodoncia
Pruebas microbiologicas en periodonciaPruebas microbiologicas en periodoncia
Pruebas microbiologicas en periodoncia
 
Ensayo de PCR en Tiempo Real en genética para biologos (qPCR.pptx
Ensayo de PCR en Tiempo Real en genética para biologos (qPCR.pptxEnsayo de PCR en Tiempo Real en genética para biologos (qPCR.pptx
Ensayo de PCR en Tiempo Real en genética para biologos (qPCR.pptx
 
INMUNOCROMATOGRAFÍA-DR.-MACEDO (2)(0).pdf
INMUNOCROMATOGRAFÍA-DR.-MACEDO (2)(0).pdfINMUNOCROMATOGRAFÍA-DR.-MACEDO (2)(0).pdf
INMUNOCROMATOGRAFÍA-DR.-MACEDO (2)(0).pdf
 
Covid
CovidCovid
Covid
 
Metodos laboratorio rotavirus
Metodos laboratorio rotavirusMetodos laboratorio rotavirus
Metodos laboratorio rotavirus
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
16
1616
16
 
Dx molecular de histoplasmosis humana en sangre entera
Dx molecular de histoplasmosis humana en sangre enteraDx molecular de histoplasmosis humana en sangre entera
Dx molecular de histoplasmosis humana en sangre entera
 
Tecnicas moleculares
Tecnicas molecularesTecnicas moleculares
Tecnicas moleculares
 
Articulo 3 quispe cutipa cristian
Articulo 3 quispe cutipa cristianArticulo 3 quispe cutipa cristian
Articulo 3 quispe cutipa cristian
 
Laboratorios en enfermedades infecciones e inmunologicas.pptx
Laboratorios en enfermedades infecciones e inmunologicas.pptxLaboratorios en enfermedades infecciones e inmunologicas.pptx
Laboratorios en enfermedades infecciones e inmunologicas.pptx
 
0 Taller Reprod Carol
0 Taller Reprod Carol0 Taller Reprod Carol
0 Taller Reprod Carol
 

Último

La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...
La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...
La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...Universidad Popular Carmen de Michelena
 
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE DE PRIMERO DE SECUNDARIA
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE  DE PRIMERO DE SECUNDARIAACTIVIDADESDE PRENDIZAJE  DE PRIMERO DE SECUNDARIA
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE DE PRIMERO DE SECUNDARIAAlcira20
 
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambiente
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambienteDiapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambiente
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambienteSaya Runyn Otonashi
 
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29DreamerAnimes
 
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...Universidad Popular Carmen de Michelena
 
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICAS
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICASRAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICAS
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICASClever Rosales
 
El ajolote mexicano, su desarrollo, significado
El ajolote mexicano, su desarrollo, significadoEl ajolote mexicano, su desarrollo, significado
El ajolote mexicano, su desarrollo, significadoEmily103475
 
Los celenterados como organismos vivos .pdf
Los celenterados como organismos vivos .pdfLos celenterados como organismos vivos .pdf
Los celenterados como organismos vivos .pdfMaritzaContreras31
 
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTO
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTOEXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTO
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTOAnggy Mena Obaldo
 
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUAL
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUALLA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUAL
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUALLams14
 
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdf
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdfIntroduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdf
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdfgodgabo02062007
 
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptx
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptxaparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptx
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptxcristoballuqueramire1
 
2. citologia vegetal, botanica agricolas
2. citologia vegetal, botanica agricolas2. citologia vegetal, botanica agricolas
2. citologia vegetal, botanica agricolasmerymamaniaguilar2
 
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de solucionesContaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de solucionesEricJara8
 
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptx
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptxUnidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptx
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptxMariaElenaEliasCarri
 
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamiento
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamientoAGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamiento
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamientoangelesmaier19
 
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdf
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdfUNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdf
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdfmarvinanccoquintana
 
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptx
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptxCloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptx
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptxgarciayarihuaman
 

Último (19)

La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...
La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...
La degradación del suelo en los ecosistemas agrícolas. Seminario Seminario "E...
 
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE DE PRIMERO DE SECUNDARIA
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE  DE PRIMERO DE SECUNDARIAACTIVIDADESDE PRENDIZAJE  DE PRIMERO DE SECUNDARIA
ACTIVIDADESDE PRENDIZAJE DE PRIMERO DE SECUNDARIA
 
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambiente
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambienteDiapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambiente
Diapositiva del 17 de mayo 3R del medio ambiente
 
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29
BIVALENTE MODERNA vacuna bivalente COVID 29
 
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...
La materia orgánica del suelo y su relación con la sostenibilidad de los ecos...
 
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICAS
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICASRAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICAS
RAZAS DE AVES DE POSTURA Y ENGORDE Y SUS CARACTERISTICAS
 
El ajolote mexicano, su desarrollo, significado
El ajolote mexicano, su desarrollo, significadoEl ajolote mexicano, su desarrollo, significado
El ajolote mexicano, su desarrollo, significado
 
Los celenterados como organismos vivos .pdf
Los celenterados como organismos vivos .pdfLos celenterados como organismos vivos .pdf
Los celenterados como organismos vivos .pdf
 
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTO
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTOEXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTO
EXPOSICION DE DENGUE-DIAGNOSTICO-TRATAMIENTO
 
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUAL
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUALLA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUAL
LA APICULTURA Y SUS APLICACIONES EN EL LA EPOCA ACTUAL
 
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdf
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdfIntroduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdf
Introduccion-a-la-Orquidea-Epidendrum.pdf
 
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptx
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptxaparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptx
aparato reproductor del cuy_REPRODUCCION ANIMAL--ESTHER (3).pptx
 
2. citologia vegetal, botanica agricolas
2. citologia vegetal, botanica agricolas2. citologia vegetal, botanica agricolas
2. citologia vegetal, botanica agricolas
 
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de solucionesContaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
 
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptx
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptxUnidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptx
Unidad 1 (introducción al desarrollo sustentable).pptx
 
Cálculo de la huella de Carbono. Seminario Huella Carbono
Cálculo de la huella de Carbono. Seminario Huella CarbonoCálculo de la huella de Carbono. Seminario Huella Carbono
Cálculo de la huella de Carbono. Seminario Huella Carbono
 
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamiento
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamientoAGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamiento
AGUA SUBTERRÁNEA factores que influyen en su almacenamiento
 
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdf
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdfUNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdf
UNU_AGRONOMIA_2019_L_RITARIVARUIZ (1).pdf
 
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptx
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptxCloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptx
Cloración y Desinfección de sistemas de agua potable para consumo humano.pptx
 

El Diagnostico Molecular en las Infecciones Parasitarias y Fungicas.pdf

  • 1. UTILIDAD DE LA BIOLOGÍA MOLECULAR EN EL DIAGNÓSTICO MICROBIOLÓGICO El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas Rafael Borrás Salvadora , Manuel Cuenca-Estrellab , María Victoria Domínguez Márquezc e Ignacio Gadea Gironésd a Departamento de Microbiología. Facultad de Medicina. Hospital Clínico Universitario. Valencia. España. b Servicio de Micología. Centro Nacional de Microbiología. Instituto de Salud Carlos III. Majadahonda. Madrid. España. c Servicio de Microbiología. Hospital Universitario La Ribera. Alzira. Valencia. España. d Departamento de Microbiología. Fundación Jiménez Díaz-UTE. Madrid. España. molecular methods used are varied and most are based on techniques of nucleic acid amplification. These techniques have proved useful for mycological and parasitological diagnosis, for epidemiological and taxonomic studies, and for monitoring the response to different treatments and detection of resistance. The introduction of these techniques in developing countries may be hampered by their higher cost but molecular diagnostic methods are already beginning to spread in clinical microbiology laboratories and are competing successfully with traditional methods. The present article reviews the current status of molecular methods in the diagnosis of fungal and parasitic infections. Key words: Mycosis. Parasitic diseases. Molecular diagnosis. PCR. Métodos moleculares en parasitología El diagnóstico convencional de las parasitosis es fun- damentalmente directo, y la observación microscópica de preparaciones húmedas o teñidas es el procedimiento de referencia, ya que permite realizar los estudios morfomé- tricos necesarios para la diferenciación de las especies. Se trata de un procedimiento barato, pero laborioso y, en ocasiones, de difícil interpretación, lo que determina la necesidad de disponer en los laboratorios de microbiolo- gía clínica de microscopistas experimentados y de proce- dimientos diagnósticos complementarios, tanto directos como indirectos, que aseguren la calidad del diagnóstico parasitológico. Por otra parte, los estudios serológicos es- tán indicados en el diagnóstico de la fase prepatente de las helmintosis con periplo tisular y de las parasitosis ti- sulares, pero la complejidad antigénica de los parásitos limita la obtención de preparados antigénicos purificados y, en consecuencia, se utilizan antígenos crudos que re- ducen la sensibilidad y la especificidad de las técnicas se- rológicas1,2 . En los últimos años, se han desarrollado procedimien- tos basados en la detección de antígenos y de ácidos nu- cleicos parasitarios, que han supuesto un importante avance diagnóstico. Primero fueron las técnicas de hibri- dación de ácido desoxirribonucleico (ADN); pero rápida- mente se sustituyeron por procedimientos más sensibles basados en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), El diagnóstico microbiológico convencional de las infecciones fúngicas y parasitarias se ha caracterizado por su escasa sensibilidad diagnóstica, su laboriosidad y la necesidad de microscopistas experimentados. Frente a ellos, los métodos diagnósticos basados en la detección de ácidos nucleicos son una alternativa magnífica para superar estos problemas, aunque todavía no han dado respuesta satisfactoria a todas las situaciones. Los métodos moleculares utilizados son variados, la mayoría basados en técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, y han demostrado ser útiles para los diagnósticos micológico y parasitológico, los estudios epidemiológicos y taxonómicos, y para el seguimiento de la respuesta a los diferentes tratamientos y la detección de resistencias. Es posible que su implantación presente dificultades en los países en vías de desarrollo, debido a su mayor coste; pero los métodos de diagnóstico molecular ya comienzan a extenderse en los laboratorios de microbiología clínica y rivalizan, con éxito, con los métodos clásicos. En este trabajo, nos proponemos revisar la situación actual de los métodos moleculares en el diagnóstico de las infecciones fúngicas y parasitarias. Palabras clave: Micosis. Parasitosis. Diagnóstico molecular. PCR. Molecular diagnosis of parasitic and fungal infections Conventional microbiological diagnosis of fungal infections and parasitic diseases has been characterized by low diagnostic sensitivity, laboriousness, and the need for expert microscopists. Consequently, diagnostic methods based on the detection of nucleic acids are a magnificent alternative to overcome these problems, but have not yet provided a satisfactory response in all situations. The 50 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 Correspondencia: Dr. I. Gadea Gironés. Departamento de Microbiología. Fundación Jiménez Díaz-UTE. Avda. Reyes Católicos, 2. 28040 Madrid. España. Correo electrónico: igadea@fjd.es
  • 2. que se han utilizado con éxito para fines diagnósticos, epidemiológicos y taxonómicos2,3 . En el campo del diag- nóstico parasitológico, la PCR convencional, de tecnología moderada, fue la primera en aplicarse y la más extendi- da; pero la PCR en tiempo real la está desplazando pau- latinamente, aunque tiene una sofisticación tecnológica y coste mayores. Las LAMP (loop-mediated isothermal am- plification) son PCR de baja complejidad, que sólo re- quieren de un incubador o de un baño María a 60 ºC, y se utilizan en zonas endémicas con menos recursos4-6 . En es- te apartado, nos ocuparemos de la utilidad de los métodos de biología molecular en el diagnóstico del paludismo, de las leishmaniosis y tripanosomosis, y de las amebiasis in- testinal y extraintestinal. Diagnóstico del paludismo El paludismo o malaria es una endemia parasitaria mayor, de transmisión vectorial, transmitida por las hem- bras hematófagas de los mosquitos del género Anopheles, producida por especies antroponóticas, y excepcionalmen- te zoonóticas7 , del género Plasmodium. El diagnóstico convencional del paludismo se realiza mediante la obser- vación microscópica minuciosa de preparaciones sanguí- neas teñidas por el método de Giemsa1 . Respecto al diagnóstico por métodos moleculares, los pri- meros ensayos diagnósticos mediante PCR se sustituyeron rápidamente por procedimientos no isotópicos que, me- diante la utilización de 4 cebadores específicos de especie, cuya diana son secuencias del gen que codifica la subu- nidad menor del ARN ribosómico (SSUrRNA), permiten simultáneamente el diagnóstico y la identificación de las 4 especies que afectan al hombre. De este grupo de técni- cas, la que mostró más sensibilidad fue una nested-PCR, con umbral de detección de 1 parásito/µl de sangre, que permitió demostrar que la prevalencia de infecciones mix- tas y asintomáticas era superior a la detectada mediante microscopia8 . La nested-PCR se considera el método de re- ferencia, y permite el seguimiento del tratamiento y la de- tección de resistencias9-11 . Se han descrito diferentes modi- ficaciones, una de las cuales permite detectar ADN de Plasmodium falciparum en orina y saliva12 . Pero la nested- PCR no resuelve la necesidad de cuantificar la carga pa- rasitaria. Con este fin, se han desarrollado métodos cuan- titativos basados en la amplificación de secuencias de áci- dos nucleicos del gen SSUrRNA (QT-NASBA), de PCR en tiempo real, y técnicas híbridas (QT-NASBA en tiempo re- al), de los cuales los más prometedores son los de PCR en tiempo real; además, su sensibilidad y especificidad son si- milares a los comunicados para la nested-PCR13 . Diagnóstico de las leishmaniosis Las leishmaniosis son retículo-histiocitosis parasita- rias producidas por protozoos flagelados de ciclo vital he- teroxénico, de transmisión vectorial, pertenecientes al género Leishmania. Desde el punto de vista clínico-bioló- gico, se pueden diferenciar 2 formas polares, las leishma- niosis cutánea y visceral (LV), y 2 formas interpolares, las leishmaniosis cutaneomucosa y cutaneodifusa4 . El diagnóstico etiológico clásico se basa en la observación microscópica de los amastigotes en los frotis teñidos por el método de Giemsa, o de los promastigotes obtenidos mediante cultivo en el medio NNN (Novy-Nicolle-McNe- al) o en el medio de Schneider para Drosophila. Recien- temente, se han desarrollado métodos con el antígeno re- combinante k39 de Leishmania infantum para detectar anticuerpos séricos, y un método de aglutinación de par- tículas de látex sensibilizadas para detectar antígeno de Leishmania donovani complex en la orina de los pacien- tes con sospecha de LV, con sensibilidad y especificidad próximas al 100% en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)4,14 . En los últimos años, se han desarrollado protocolos de PCR convencional que, a partir de diferentes dianas (se- cuencias de los genes SSUrRNA, gp63 o G6PD, miniexo- nes, minicírculos del ADN del kinetoplasto [kADN], se- cuencias teloméricas o nucleares repetidas), se han utili- zado con éxito para diagnosticar y diferenciar las especies15 . Los escasos estudios comparativos que hay so- bre la sensibilidad-especificidad de los diferentes proto- colos señalan que la PCR-kADN es una de las técnicas más adecuadas4 , la cual ha permitido el diagnóstico de LV a partir de frotis teñidos por el método Giemsa, de sangre periférica de pacientes asintomáticos infectados por el VIH, y de muestras urinarias de pacientes sinto- máticos inmunocompetentes16-18 . También se han desa- rrollado protocolos de nested-PCR que, además de interés diagnóstico, se han demostrado útiles como herramientas para el seguimiento del tratamiento y la predicción de po- sibles recaídas19 , así como procedimientos cuantitativos QT-NASBA y protocolos de PCR en tiempo real, estos úl- timos con especificidad del 100% y un umbral de detec- ción < 1 parásito/µl, que permiten el diagnóstico, la dife- renciación de especies y la cuantificación de los parásitos en un corto período, así como también el seguimiento del tratamiento20 . Diagnóstico de las tripanosomosis humanas Las tripanosomosis humanas son protozoosis hemáti- cas y tisulares de transmisión vectorial producidas por protozoos flagelados del género Trypanosoma: Trypano- soma brucei complex y Trypanosoma cruzi, agentes etio- lógicos de las tripanosomosis humana africana (enferme- dad del sueño) y americana (enfermedad de Chagas), res- pectivamente21 . Enfermedad del sueño La enfermedad del sueño presenta 3 estadios clínicos (fase de multiplicación local, fase de diseminación linfáti- co-sanguínea y fase de polarización encefálica), con dis- cretas diferencias biológicas referentes al grado de para- sitemia, que es superior en la forma aguda producida por T. brucei rhodesiense. El algoritmo diagnóstico recomen- dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) consiste en el cribado serológico de la población en riesgo. Pero la existencia de falsos positivos es relativamente im- portante, dada la reactividad cruzada, por lo que se reco- mienda que el diagnóstico definitivo sea de tipo directo, basado en la observación microscópica de preparaciones teñidas por el método de Giemsa, y en el cultivo en el me- dio NNN, poco sensible y muy lento. Por otro lado, la per- sistencia de valores de anticuerpos elevados, tanto en suero como en líquido cefalorraquídeo, meses o años des- pués del tratamiento, impide su uso en el seguimiento del tratamiento y el control de las recaídas22 . Las primeras técnicas moleculares encaminadas a dife- renciar entre ambas subespecies de T. brucei consistieron Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 51 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 3. en análisis isoenzimáticos y cariotípicos, y en estudios del polimorfismo de los fragmentos de restricción (RFLP, del inglés restriction fragment length polymorphisms), de mi- nisatélites y microsatélites, y del kADN, si bien han sido las técnicas de PCR las que han alcanzado una preconi- zación mayor. Los primeros ensayos realizados utilizan- do cebadores, que amplifican los genes 6 y 7 del sitio de expresión asociado (ESAG 6-7) al gen que codifica la glu- coproteína VSG de T. brucei complex, permitieron demos- trar la existencia del parásito meses antes de la primera detección parasitológica y su potencial utilidad en el diagnóstico de las infecciones sin parasitemia aparente; pero estos cebadores no permitían la diferenciación en el ámbito subespecie. En la actualidad, se dispone de PCR específicas de subespecie que, en el caso de T. brucei gam- biense, amplifican el gen de una glucoproteína específica (TgsGP), mientras que en T. brucei rhodesiense detectan genes SRA asociados con la resistencia al poder tripano- cida del suero23,24 . Los ensayos más recientes y que se han presentado co- mo los más rápidos y sensibles en la detección de T. bru- cei complex en muestras de sangre humana son las téc- nicas de PCR en tiempo real, con límites de detección de 0,1 tripanosoma/µl, y que, además, permiten su cuantifi- cación25 . Por otro lado, se están dedicando muchos es- fuerzos a simplificar los métodos moleculares para que se puedan realizar en las áreas de endemia en el ámbito clí- nico y en hospitales locales, usando reacciones de ampli- ficación isotérmicas (LAMP)26 . La presencia de una PCR positiva representa una in- fección activa, ya que la persistencia del ADN de tripa- nosomas muertos en la sangre no es superior a 2 días. Las herramientas que tienen en cuenta el grado de infla- mación del sistema nervioso, como son el recuento leuco- citario o la proteinorraquia, son más eficaces que la de- tección de ADN parasitario mediante PCR para el diag- nóstico de afectación del sistema nervioso central. Por tanto, las técnicas de biología molecular son una herra- mienta útil para detectar y determinar las diferentes es- pecies, pero aún no está completamente definido su papel en el diagnóstico de la tripanosomosis africana27 . Enfermedad de Chagas La enfermedad de Chagas presenta 3 estadios evoluti- vos, que determinan las estrategias a seguir para obtener un diagnóstico etiológico de certeza: a) fase aguda, asin- tomática o sintomática, caracterizada por una moderada o importante parasitemia y la presencia de anticuerpos específicos; b) fase de latencia, asintomática, con parasi- temia escasa e intermitente y con anticuerpos específicos, y c) fase crónica, sintomática, comúnmente sin parasite- mia, y con anticuerpos específicos21 . En la fase aguda sin- tomática, las pesquisas diagnósticas se deben centrar en observar de forma microscópica preparaciones de sangre teñidas por el método de Giemsa, el cultivo en los medios NNN o LIT y el xenodiagnóstico. Mientras que en las fa- ses de latencia y crónica el diagnóstico se basa en la de- tección de anticuerpos específicos, aunque la presencia de reacciones cruzadas limita su utilidad21 . La detección temprana del parásito se ha conseguido con el desarrollo de métodos moleculares basados en la PCR. Estos ensayos muestran valores de sensibilidad muy variables, entre el 44,6 y el 100% en humanos, dife- rencias que podrían explicarse por las variaciones gené- ticas del parásito o por los protocolos utilizados. Se han analizado múltiples dianas para detectar parasitemias bajas, siendo las secuencias altamente repetitivas, como los fragmentos de 330 pb del minicírculo del kADN y de 185-195 pb del ADN satélite nuclear, las que han ofreci- do un rendimiento más elevado28,29 . Las técnicas de PCR han demostrado que las poblacio- nes naturales de T. cruzi muestran una marcada diver- gencia clonal, que ha permitido la diferenciación de 2 lí- neas filogenéticas (T. cruzi I y T. cruzi II), una de ellas con 5 subtipos (TCIIa a TCIIe), con diferente distribución geográfica y ecológica30 . Además, han permitido la detec- ción de infecciones policlonales, y han demostrado su uti- lidad en el seguimiento terapéutico y en la diferenciación entre T. cruzi y T. rangeli31-33 . La PCR a tiempo real se presenta como alternativa a la nested-PCR, con una concordancia del 90% y una especi- ficidad del 100%; pero su sensibilidad varía con el volu- men de muestra analizado (50% para 0,8 ml frente a 95% para 2 ml)34 . Diagnósticos de la amebiasis intestinal y extraintestinal La amebiasis es la parasitación sintomática o asinto- mática producida por Entamoeba histolytica. Estudios morfométricos, isoenzimáticos y genéticos han revelado que E. histolytica era un complejo de especies y han per- mitido la descripción de Entamoeba hartmanii, Entamo- eba moshkovskii y Entamoeba dispar, especies no pató- genas, y E. histolytica, sensu stricto. De acuerdo con la OMS, las parasitaciones por E. histolytica deben tratar- se, incluso en los portadores asintomáticos. De modo que la adecuada diferenciación de especies es imprescindible para evitar infradiagnósticos y tratamientos innecesa- rios35,36 . El diagnóstico convencional de la parasitación intesti- nal consiste en la observación microscópica de los trofozoí- tos y de los quistes en muestras fecales directas o concen- tradas. Pero este procedimiento no permite diferenciar siempre E. histolytica de otras amebas morfológicamente idénticas no patógenas. Mientras que, en las formas ex- traintestinales el diagnóstico normalmente se establece mediante la detección de anticuerpos. Pero los métodos serológicos sólo son útiles en países no endémicos o de prevalencia baja, ya que los anticuerpos persisten, aun- que se resuelva la parasitación. Con el fin de mejorar el diagnóstico, se han desarrollado métodos para detectar antígenos en heces y otras muestras biológicas, y para la amplificación de ácidos nucleicos. Estudios comparativos realizados con ambos procedimientos demuestran que la sensibilidad de las técnicas de PCR es 100 veces superior a las de la detección de antígenos37 . Las principales dia- nas utilizadas para las técnicas de PCR son secuencias multicopias, como SSUrRNA y las repeticiones episómi- cas. El objetivo es detectar y diferenciar simultáneamen- te E. histolytica de E. dispar, para lo cual se han de- sarrollado diferentes protocolos de PCR convencional, nested-PCR, y PCR en tiempo real. Las técnicas de PCR en tiempo real son las más sensibles y específicas, con la ventaja añadida de que disminuyen el tiempo de post- análisis, al amplificar y detectar en la misma reacción. Se obtienen resultados numéricos fácilmente interpretables 52 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 4. y permiten analizar cargas parasitarias, de interés en es- tudios epidemiológicos y en muestras ambientales38 . Pa- ra el diagnóstico de las formas extraintestinales, se ha desarrollado una nested multiplex-PCR que permite la detección de ADN en el material del absceso y en la ori- na con sensibilidades del 100 y el 40%, respectivamente. La detección en orina del ADN resulta especialmente útil en el seguimiento del tratamiento con metronidazol39 . Técnicas moleculares en micología La utilidad de la biología molecular en el diagnóstico micológico se ha incrementado en los últimos años. Esto se debe, en gran medida, al aumento en la prevalencia de las infecciones fúngicas. Las técnicas moleculares llega- ron con retraso a la micología desde otros campos micro- biológicos, debido a que las infecciones fúngicas invasoras se consideraban poco frecuentes, y a que las técnicas con- vencionales de examen microscópico y cultivo constituían los métodos de referencia. Sin embargo, las infecciones fúngicas invasoras se han convertido en enfermedades muy frecuentes en pacientes con factores predisponentes, entre los que destacan las neoplasias sólidas, las enfer- medades hematológicas, los trasplantes de órgano sólido, los tratamientos inmunodepresores, los ingresos en uni- dades de cuidados intensivos y algunas intervenciones quirúrgicas. Estas infecciones tienen una elevada morta- lidad, ya que suelen diagnosticarse de forma tardía, cuando se encuentran muy extendidas, por lo que no sue- len responder al tratamiento antifúngico40-42 . La elevada mortalidad de las micosis invasoras ha he- cho que se replanteen los procedimientos diagnósticos y terapéuticos. En muchos aspectos, el diagnóstico de estas infecciones sigue basado en los métodos microbiológicos tradicionales y en las pruebas de imagen. No obstante, en los últimos años se están desarrollando técnicas diagnós- ticas moleculares para detectar patógenos fúngicos. Al- gunas de estas técnicas empiezan a tener utilidad clínica, como veremos a continuación. Cuando se hace referencia en micología a técnicas diag- nósticas basadas en la biología molecular, se está hablan- do, fundamentalmente, de métodos de amplificación de ácidos nucleicos que utilizan la PCR. Estos métodos se han tomado del mundo de la virología y de la bacteriolo- gía, donde se empezaron a utilizar antes que en micolo- gía. Las técnicas moleculares tienen 4 aplicaciones diag- nósticas principales en micología: 1. Aplicaciones taxonómicas para identificar las espe- cies fúngicas. 2. Diagnóstico clínico temprano de las infecciones fún- gicas. 3. Detección de los mecanismos de resistencia a los an- tifúngicos. 4. Tipificación subespecífica de cepas clínicas. Aplicaciones taxonómicas La simplificación de las técnicas moleculares ha permi- tido su aplicación en muchos laboratorios microbiológicos especializados en identificar y clasificar microorganis- mos. Estos laboratorios utilizaban métodos clásicos basa- dos en la morfología macroscópica y microscópica de las colonias y en pruebas bioquímicas confirmatorias. En mi- cología, la clasificación taxonómica de referencia se fun- damenta en métodos tomados tanto del campo de la mi- crobiología, como del de la botánica. La identificación clá- sica se realiza observando unas determinadas estructu- ras morfológicas que permiten clasificar el organismo dentro de un género y, tras ello, identificar la especie me- diante pruebas confirmatorias (bioquímicas, crecimiento diferencial, etc.). La clasificación clásica siempre ha tenido limitaciones muy significativas. En primer lugar, la observación de es- tructuras características sólo se consigue si el hongo es cultivado en determinadas condiciones y, a veces, es ne- cesario conseguir que el microorganismo se reproduzca sexualmente. Todo este proceso necesita tiempo y exper- tos que puedan reconocer las estructuras identificati- vas43 . Por estas razones, la identificación fúngica de es- pecie se convirtió en una especialidad, al alcance de unos pocos centros de referencia y con escasa utilidad clínica. En los últimos años, la aparición de nuevas moléculas antifúngicas con diferentes espectros de actividad, y la descripción de cepas y de especies fúngicas resistentes a los antibióticos, han aumentado el interés por la clasifi- cación de las cepas clínicas al nivel de especie. No todas las infecciones fúngicas deben tratarse igual, ya que hay especies que son insensibles a algunas de las alternativas terapéuticas actuales. Por ejemplo, los basidiomycota son insensibles a las candinas, y los mucorales son insensi- bles a voriconazol y a las candinas44 . Este interés, unido a la difusión de las técnicas moleculares, ha permitido que se desarrollen nuevos métodos de identificación, más rápidos, con la intención de que sean útiles desde el pun- to de vista asistencial, aunque esto último está aún por conseguir. Los resultados de los métodos moleculares es- tán produciendo reclasificaciones taxonómicas en muchos géneros fúngicos45-48 . Se están describiendo nuevas espe- cies y se están dividiendo especies conocidas en diferen- tes taxones. Este es el caso de Trichosporon beigelii, que ha desaparecido como especie, y se ha desligado en al me- nos 18 especies nuevas, mediante técnicas de secuencia- ción de ácidos nucleicos49 . Pero estos métodos moleculares presentan aún varias limitaciones. Una de ellas es la elección de la diana que debe amplificarse y secuenciarse. En ocasiones, según se secuencie una u otra diana, la clasificación taxonómica puede cambiar. La región que se emplea con más fre- cuencia como diana para detectar ADN fúngico e identi- ficar especies es la que codifica el complejo ribosómico (genes 18S, 5,8S y 28S). Estos genes contienen secuen- cias conservadas comunes a todos los hongos, dominios variables y regiones espaciadoras internas, altamente variables. Las zonas variables se pueden emplear para clasificar las especies, ya que permiten diseñar sondas y cebadores que hibriden y detecten tanto secuencias muy conservadas e inespecíficas, como variables y muy espe- cíficas, dependiendo del objetivo del método de detec- ción45-48 . Sin embargo, la elección de la diana no resulta sencilla para algunas especies, y, a veces, es necesario se- cuenciar varias dianas para poder distinguir entre ellas. Así, por ejemplo, los primeros estudios taxonómicos que se realizaron con el gen 18S del ADN ribosómico en cepas de Candida, Aspergillus, dermatofitos y hongos endémi- cos demostraron que había una gran homología de se- cuencia, por lo que era necesario secuenciar dianas com- Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 53 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 5. plementarias o fragmentos de ADN de una gran longitud para poder distinguir entre especies. Algo parecido ocu- rrió con el gen de la subunidad 28S, aunque hay 2 regio- nes variables (D1/D2) dentro de este gen que se han em- pleado para estudios de clasificación taxonómica, princi- palmente con levaduras50 . Finalmente, los expertos han elegido utilizar las regio- nes variables que incluyen los espaciadores transcripto- res internos (ITS1 e ITS2), los espaciadores intergénicos (IGS) y el gen de la subunidad 5,8S. Actualmente, las re- giones ITS son las más utilizadas para identificar hon- gos, ya que tienen secuencias con variabilidad interespe- cie y su pequeño tamaño facilita el estudio y la compara- ción de la secuencia46,49 . No obstante, estas dianas no son aplicables para clasificar todas las especies. Así, por ejemplo, la distinción entre las diferentes especies de Tri- chosporon necesita de la secuenciación de los IGS, de As- pergillus spp. del gen de la beta tubulina, y de Fusarium spp. del factor de elongación alfa46,49,51 . En 2008, varios expertos están tomando parte en una iniciativa con la in- tención de alcanzar un consenso sobre qué dianas deben secuenciarse para identificar las especies fúngicas. Otro tema polémico en la identificación molecular es la elección de la prueba estadística que debe utilizarse para analizar los resultados de la secuenciación y, por supues- to, qué distancia genética debe considerarse definitoria de especie en organismos que pueden reproducirse ase- xualmente. Este asunto queda fuera de los objetivos del monográfico, pero debe señalarse que, dependiendo del criterio que se escoja, los resultados de la clasificación pueden variar. Muchos expertos realizan las identifica- ciones analizando los porcentajes de homología entre las secuencias. Sin embargo, hay un consenso cada vez más generalizado en que la mejor forma de clasificar las espe- cies microscópicas es mediante análisis filogenéticos. Es- te concepto evolutivo acepta que la clasificación de las es- pecies debe basarse en el criterio de la descendencia des- de un ancestro común. El análisis evolutivo requiere de la utilización de pruebas probabilísticas que pueden rea- lizarse mediante programas informáticos, ya disponibles en muchos laboratorios50 . Toda esta complejidad puede poner en duda la utilidad clínica de la identificación molecular. Si hacen falta ex- pertos y equipos altamente especializados, y si hay dudas sobre los criterios de clasificación, es difícil que puedan considerarse técnicas aplicables a la práctica habitual de un laboratorio asistencial. En la actualidad, la identifica- ción molecular sigue reducida a los laboratorios de refe- rencia. En ocasiones, la identificación molecular sólo ha servido para complicar tremendamente la clasificación taxonómica de un género, sin que ayude a obtener resul- tados útiles46,47 . No obstante, hoy sabemos que hay deter- minadas especies fúngicas que son más resistentes que otras a determinados antifúngicos, y que sólo se pueden distinguir mediante identificación molecular. En estos casos, el laboratorio asistencial debe conocer que es más rápido realizar un estudio de sensibilidad que una iden- tificación molecular. Por ejemplo, es más sencillo realizar el estudio de sensibilidad de una presunta cepa clínica de Trichosporon, que realizar la identificación por secuen- ciación de IGS e ITS, que es la única forma de distinguir las especies que son resistentes a anfotericina B de las que son sensibles49 . Para finalizar, debe enfatizarse que la identificación molecular se convertirá en la técnica de referencia en un futuro próximo. La difusión y la estandarización que se está realizando hoy día indican que se seguirá por ese ca- mino. Los nuevos métodos que incorporan sistemas de hi- bridación para cientos o miles de secuencias, como los mi- croarrays, pueden simplificar, acelerar y automatizar to- do este proceso, acercándolo a la clínica diaria52 . Diagnóstico clínico temprano de las infecciones fúngicas Como se indicó anteriormente, una de las causas prin- cipales de la elevada mortalidad de las infecciones fúngi- cas invasoras es el retraso en el diagnóstico de la infec- ción. Por ello, se han desarrollado técnicas de diagnóstico temprano que se basan en la detección de componentes fúngicos y que se conocen con el nombre genérico de mé- todos alternativos al cultivo43 . En micología, se han de- sarrollado varias técnicas de detección antigénica, como el antígeno de Cryptococcus, el galactomanano de Asper- gillus, el manano de Candida o el betaglucano, que es un método de detección panfúngica. Si se exceptúa el antí- geno criptocócico, que tiene unos valores predictivos muy elevados, las otras técnicas tienen una utilidad limitada. Debe resaltarse que la detección de galactomanano ha demostrado una buena utilidad en pacientes oncohema- tológicos con riesgo alto de aspergilosis, tanto en suero como, según trabajos recientes, en lavado broncoalveo- lar43 . Además de la detección antigénica, se están de- sarrollando técnicas de detección de ácidos nucleicos, cu- ya rentabilidad es discreta. No obstante, algunas de estas sí que empiezan a ocupar un lugar entre los métodos de diagnóstico clínico. La mayor parte de los métodos de detección de ácidos nucleicos se han desarrollado para diagnosticar la asper- gilosis, la micosis más frecuente y con una mortalidad mayor en algunos grupos de pacientes inmunodeprimi- dos, y han empleado métodos de amplificación basados en la PCR43,53 . En términos generales, esta PCR diagnóstica tiene una eficacia diagnóstica dudosa y debe considerar- se como una técnica complementaria en fase de desarro- llo. Un factor a destacar es la falta de estandarización de esta técnica, ya que en cada laboratorio se trabaja con aproximaciones diferentes en cuanto a modo de extrac- ción, sondas, cebadores, condiciones de la PCR y cuanti- ficación. Sí que hay un acuerdo generalizado acerca de que debe emplearse PCR cuantitativa, ya que permite distinguir colonizaciones de infecciones y, posiblemente, realizar el seguimiento de la respuesta al tratamiento. Se han empezado a comercializar algunas de estas técnicas, como la incluida en el equipo diagnóstico SeptiFast (Ro- che Diagnostic SL), y otras, gracias a la actividad de pe- queñas empresas de base tecnológica. La sensibilidad de esta técnica es variable, según el trabajo consultado, pe- ro es elevada en muestras respiratorias y algo más baja en sangre y suero debido a los problemas de inhibición. En general, sus valores predictivos negativos son muy al- tos, lo que puede tener utilidad en muchos pacientes54 . La mayor parte de las técnicas de PCR diagnóstica de la as- pergilosis se dirigen a la diana del fragmento 18S del ADN ribosómico, cuya especificidad es discutible, por lo que otros grupos están desarrollando pruebas dirigidas a los ITS o a otras zonas genómicas. También se está plan- 54 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 6. teando la posibilidad de que las determinaciones con la PCR se realicen de forma seriada, como se recomienda con las determinaciones de galactomanano, pero todavía no hay datos clínicos que nos ayuden a recomendar esta estrategia diagnóstica55 . Respecto a otras enfermedades fúngicas hay menos da- tos. Se han desarrollado métodos de PCR para Candida, que se están empleando en pacientes con riesgo de candi- demia, como los pacientes críticos. Un trabajo reciente otorga a una técnica de PCR que detecta varias especies de Candida, unos valores predictivos positivos y negati- vos por encima del 90%56 . Si estas cifras se confirman en estudios posteriores, en los que se incluya un mayor nú- mero de pacientes, esta técnica puede constituirse como un método útil desde el punto de vista asistencial. Tam- bién se han desarrollado técnicas para detectar patóge- nos emergentes, como mucorales, Trichosporon, Fusa- rium, etc., pero no se ha evaluado su aplicabilidad clíni- ca en profundidad48,57 . Por otra parte, las técnicas de detección basadas en la PCR están demostrando una utilidad mayor en el diag- nóstico de las infecciones por Pneumocystis jirovecii y en el de las micosis endémicas. En el caso de la neumocisto- sis, se han utilizado numerosas dianas, como los ITS del ADN ribosómico, genes mitocondriales y otros genes que codifican glucoproteínas de superficie. La mayoría de los estudios han obtenido una sensibilidad y especificidad al- tas, al compararlos con la detección mediante examen di- recto en muestras respiratorias. Recientemente, se ha de- sarrollado una PCR cuantitativa en tiempo real, con la intención de diferenciar entre pacientes colonizados e in- fectados. Los datos obtenidos, aunque preliminares, han indicado una diferenciación potencial entre ambos tipos de individuos. Asimismo, esta técnica se ha empleado pa- ra diagnosticar la neumonía por P. jirovecii, en un estu- dio prospectivo58,59 . En cuanto a las micosis endémicas, histoplasmosis, blastomicosis, coccidioidomicosis, paracoccidioidomicosis y penicilliosis, hay pruebas que detectan anticuerpos fren- te a todas ellas, pero su utilidad es muy limitada en va- rios grupos de pacientes. En el caso de la histoplasmosis, la detección de un antígeno polisacárido en orina y suero tiene gran utilidad diagnóstica, especialmente en pacien- tes con sida e infección diseminada, pero esta prueba sólo está disponible en Estados Unidos. Por ello, se han de- sarrollado técnicas de PCR cuantitativa en tiempo real para diagnosticar la histoplasmosis60 . Una de estas técni- cas, desarrollada por el Servicio de Micología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, ha demostrado una sensibilidad total del 80% en un estudio realizado con histoplasmosis probadas. La renta- bilidad de la técnica fue superior en muestras respirato- rias (100% de sensibilidad), mientras que sólo se detectó ADN en el 70% de los sueros. La especificidad total de la técnica fue del 100%61 . En las otras micosis endémicas hay menos datos. En el caso de la paracoccidioidomicosis, se han desarrollado pruebas con alta sensibilidad, como la detección de anticuerpos y la detección de antígenos en suero de pacientes infectados, que además es útil para el seguimiento de la enfermedad y su respuesta al trata- miento62 . Recientemente, se han publicado datos sobre técnicas de PCR que permiten diagnosticar la infección de muestras tomadas en lesiones cutáneas y mucosas63 . Detección de los mecanismos de resistencia a los antifúngicos Hasta la simplificación y difusión de las técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, la detección de los me- canismos de resistencia a los antifúngicos estaba al al- cance de muy pocos laboratorios, alejados de la práctica clínica. Recientemente, se han desarrollado varias prue- bas que permiten detectar los mecanismos de resistencia en cepas en cultivo e, incluso, directamente de muestras clínicas. Varias alteraciones de los genes ERG11 en levaduras y CYP51 en hongos filamentosos, que codifican la diana de los azoles, la 14-alfa lanosterol demetilasa, se han rela- cionado con resistencia a estos fármacos. Entre éstas des- tacan mutaciones puntuales, sobreexpresión del gen y amplificación genética debida a la duplicación cromosó- mica; también se ha descrito conversión genética o re- combinación mitótica. Lo más habitual es detectar muta- ciones puntuales en el gen, que pueden detectarse en ce- pas y muestras clínicas mediante técnicas de PCR64,66 . Otro mecanismo, quizás el que se detecta con mayor fre- cuencia en cepas clínicas de levaduras, es la reducción de los valores intracelulares de los azoles, que suele deberse a un aumento en las bombas de flujo, lo que conlleva un incremento en la expulsión de estos antifúngicos. Este mecanismo de resistencia secundaria se debe a la sobre- expresión de estas bombas o transportadores. Hay 2 tipos principales, los transportadores ABC (del inglés ATP bin- ding cassette) y los MFS (del inglés major facilitators su- perfamily) y pueden detectarse mutaciones en los genes que los codifican, que conllevan un aumento de expresión de las bombas67 . La resistencia a caspofungina y otras equinocandinas suele deberse a mutaciones de los genes de la vía de la síntesis de glucano. Lo más habitual son mutaciones en el gen FSK1. Se han descrito casi una de- cena de mutaciones puntuales que pueden detectarse en cepas clínicas mediante PCR en tiempo real múltiple68 . La difusión de estas técnicas por los laboratorios asis- tenciales permitiría realizar estudios epidemiológicos con poblaciones salvajes para conocer la prevalencia real de estas mutaciones, superando las limitaciones de los estu- dios fenotípicos de resistencias y obteniendo información para instaurar el tratamiento antifúngico más adecuado. Tipificación subespecífica de cepas clínicas Esta aplicación de las técnicas moleculares necesitaría de un capítulo propio, pero en esta revisión debe resal- tarse que la tipificación molecular se ha convertido en la herramienta más adecuada para realizar estudios epide- miológicos microbiológicos y, de esta forma, conocer la ca- dena de infección y diseñar estrategias eficaces para pre- venir y disminuir la incidencia de las enfermedades in- fecciosas69 . En el campo de la micología, se han empleado diversas técnicas de tipificación. Estos métodos se suelen aplicar para analizar brotes de infección intrahospitalaria, así como en estudios de genética poblacional50,70 . Se han em- pleado, entre otras, técnicas de isoenzimas, diferentes métodos de RFLP y técnicas basadas en la PCR, como la de RAPD (del inglés random amplification of polymorp- hic DNA), el SSDP (del inglés sequence-specific DNA pri- mers) o el PMM (del inglés polymorphic microsatellite markers). Algunas diferencian sólo entre subespecies, pe- Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 55 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 7. ro otras son capaces de distinguir entre cepas individua- les69 . Recientemente, se ha desarrollado el MLST (del in- glés multilocus sequencing analysis), un método que se basa en la secuenciación de varias dianas de ADN para realizar estudios genéticos. Este enfoque se está utilizan- do en la actualidad para analizar poblaciones de Candi- da sp.50 . Para finalizar, debe resaltarse que la tipificación su- bespecífica sólo parece tener utilidad clínica real en cier- tas ocasiones, como en brotes producidos por hongos fila- mentosos en quirófanos71 . En otros medios, como las sa- las con pacientes inmunodeprimidos, las infecciones se producen por inhalación de conidias o colonización de dis- positivos intravasculares por diferentes cepas y, además, la infección suele ser policlonal, lo que complica la tipifica- ción de los casos72,73 . Por último, en caso de que se produz- ca un brote de micosis invasoras en un centro sanitario, debe procederse a tomar muestras ambientales y debe- rían tipificarse tanto las cepas clínicas como las ambien- tales, empleando al menos 2 sistemas de análisis de los descritos anteriormente, y un número suficiente de cepas de control sin relación temporal o geográfica. Declaración de conflicto de intereses Los autores han declarado no tener ningún conflicto de inte- reses. Bibliografía 1. Borras R. Parasitología clínica. En: Farmacéuticos CGdCOd, editor. Análisis Clínicos. Madrid: 2005. p. 259-86. 2. Singh B. Molecular methods for diagnosis and epidemiological studies of parasitic infections. Int J Parasitol. 1997;27:1135-45. 3. Navarro C, Dominguez-Marquez MV, Garijo-Toledo MM, Vega-Garcia S, Fernandez-Barredo S, Perez-Gracia MT, et al. High prevalence of Blastocys- tis sp. in pigs reared under intensive growing systems: Frequency of riboty- pes and associated risk factors. Vet Parasitol. 2008;153:347-58. 4. Reithinger R, Dujardin JC. Molecular diagnosis of leishmaniasis: current status and future applications. J Clin Microbiol. 2007;45:21-5. 5. Perandin F, Manca N, Calderaro A, Piccolo G, Galati L, Ricci L, et al. Deve- lopment of a real-time PCR assay for detection of Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax, and Plasmodium ovale for routine clinical diagnosis. J Clin Microbiol. 2004;42:1214-9. 6. Poon LL, Wong BW, Ma EH, Chan KH, Chow LM, Abeyewickreme W, et al. Sensitive and inexpensive molecular test for falciparum malaria: detecting Plasmodium falciparum DNA directly from heat-treated blood by loop-me- diated isothermal amplification. Clin Chem. 2006;52:303-6. 7. Cox-Singh J, Davis TM, Lee KS, Shamsul SS, Matusop A, Ratnam S, et al. Plasmodium knowlesi malaria in humans is widely distributed and poten- tially life threatening. Clin Infect Dis. 2008;46:165-71. 8. Snounou G, Viriyakosol S, Zhu XP, Jarra W, Pinheiro L, Do Rosario VE, et al. High sensitivity of detection of human malaria parasites by the use of nested polymerase chain reaction. Mol Biochem Parasitol. 1993;61:315-20. 9. Suarez-Mutis MC, Cuervo P, Leoratti FM, Moraes-Avila SL, Ferreira AW, Fernandes O, et al. Cross sectional study reveals a high percentage of asymptomatic Plasmodium vivax infection in the Amazon Rio Negro area, Brazil. Rev Inst Med Trop Sao Paulo. 2007;49:159-64. 10. Ayala E, Lescano AG, Gilman RH, Calderon M, Pinedo VV, Terry H, et al. Polymerase chain reaction and molecular genotyping to monitor parasitolo- gical response to anti-malarial chemotherapy in the Peruvian Amazon. Am J Trop Med Hyg. 2006;74:546-53. 11. Mehlotra RK, Fujioka H, Roepe PD, Janneh O, Ursos LM, Jacobs-Lorena V, et al. Evolution of a unique Plasmodium falciparum chloroquine-resistance phenotype in association with pfcrt polymorphism in Papua New Guinea and South America. Proc Natl Acad Sci USA. 2001;98:12689-94. 12. Mharakurwa S, Simoloka C, Thuma PE, Shiff CJ, Sullivan DJ. PCR detec- tion of Plasmodium falciparum in human urine and saliva samples. Malar J. 2006;5:103. 13. Gama BE, Silva-Pires Fdo E, Lopes MN, Cardoso MA, Britto C, Torres KL, et al. Real-time PCR versus conventional PCR for malaria parasite detection in low-grade parasitemia. Exp Parasitol. 2007;116:427-32. 14. Riera C, Fisa R, Lopez P, Ribera E, Carrio J, Falco V, et al. Evaluation of a latex agglutination test (KAtex) for detection of Leishmania antigen in uri- ne of patients with HIV-Leishmania coinfection: value in diagnosis and post- treatment follow-up. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2004;23:899-904. 15. Bensoussan E, Nasereddin A, Jonas F, Schnur LF, Jaffe CL. Comparison of PCR assays for diagnosis of cutaneous leishmaniasis. J Clin Microbiol. 2006; 44:1435-9. 16. Brustoloni YM, Lima RB, Da Cunha RV, Dorval ME, Oshiro ET, De Olivei- ra AL, et al. Sensitivity and specificity of polymerase chain reaction in Giem- sa-stained slides for diagnosis of visceral leishmaniasis in children. Mem Inst Oswaldo Cruz. 2007;102:497-500. 17. Garcia-Garcia JA, Martin-Sanchez J, Gallego M, Rivero-Roman A, Camacho A, Riera C, et al. Use of noninvasive markers to detect Leishmania infec- tion in asymptomatic human immunodeficiency virus-infected patients. J Clin Microbiol. 2006;44:4455-8. 18. Motazedian M, Fakhar M, Motazedian MH, Hatam G, Mikaeili F. A urine- based polymerase chain reaction method for the diagnosis of visceral leish- maniasis in immunocompetent patients. Diagn Microbiol Infect Dis. 2008;60:151-4. 19. Riera C, Fisa R, Ribera E, Carrio J, Falco V, Gallego M, et al. Value of cul- ture and nested polymerase chain reaction of blood in the prediction of re- lapses in patients co-infected with Leishmania and human immunodefi- ciency virus. Am J Trop Med Hyg. 2005;73:1012-5. 20. Prina E, Roux E, Mattei D, Milon G. Leishmania DNA is rapidly degraded following parasite death: an analysis by microscopy and real-time PCR. Mi- crobes Infect. 2007;9:1307-15. 21. Barrett MP, Burchmore RJ, Stich A, Lazzari JO, Frasch AC, Cazzulo JJ, et al. The trypanosomiases. Lancet. 2003;362:1469-80. 22. Amonneau V, Solano P, Koffi M, Denizot M, Cuny G. Contributions and li- mits of the diagnosis of human African trypanosomiasis. Med Sci (Paris). 2004;20:871-5. 23. Radwanska M, Claes F, Magez S, Magnus E, Perez-Morga D, Pays E, et al. Novel primer sequences for polymerase chain reaction-based detection of Trypanosoma brucei gambiense. Am J Trop Med Hyg. 2002;67:289-95. 24. Picozzi K, Fevre EM, Odiit M, Carrington M, Eisler MC, Maudlin I, et al. Sleeping sickness in Uganda: a thin line between two fatal diseases. BMJ. 2005;331:1238-41. 25. Becker S, Franco JR, Simarro PP, Stich A, Abel PM, Steverding D. Real- time PCR for detection of Trypanosoma brucei in human blood samples. Diagn Microbiol Infect Dis. 2004;50:193-9. 26. Kuboki N, Inoue N, Sakurai T, Di Cello F, Grab DJ, Suzuki H, et al. Loop- mediated isothermal amplification for detection of African trypanosomes. J Clin Microbiol. 2003;41:5517-24. 27. Jamonneau V, Solano P, Garcia A, Lejon V, Dje N, Miezan TW, et al. Stage determination and therapeutic decision in human African trypanosomiasis: value of polymerase chain reaction and immunoglobulin M quantification on the cerebrospinal fluid of sleeping sickness patients in Cote d’Ivoire. Trop Med Int Health. 2003;8:589-94. 28. Avila HA, Pereira JB, Thiemann O, De Paiva E, DeGrave W, Morel CM, et al. Detection of Trypanosoma cruzi in blood specimens of chronic chagasic patients by polymerase chain reaction amplification of kinetoplast minicir- cle DNA: comparison with serology and xenodiagnosis. J Clin Microbiol. 1993;31:2421-6. 29. Russomando G, Figueredo A, Almiron M, Sakamoto M, Morita K. Polymera- se chain reaction-based detection of Trypanosoma cruzi DNA in serum. J Clin Microbiol. 1992;30:2864-8. 30. Miyamoto CT, Gomes ML, Marangon AV, Araujo SM, Bahia MT, Lana M, et al. Trypanosoma cruzi: sensitivity of the polymerase chain reaction for de- tecting the parasite in the blood of mice infected with different clonal ge- notypes. Exp Parasitol. 2006;112:198-201. 31. Burgos JM, Begher SB, Freitas JM, Bisio M, Duffy T, Altcheh J, et al. Mo- lecular diagnosis and typing of Trypanosoma cruzi populations and linea- ges in cerebral Chagas disease in a patient with AIDS. Am J Trop Med Hyg. 2005;73:1016-8. 32. Flores-Chavez M, Bosseno MF, Bastrenta B, Dalenz JL, Hontebeyrie M, Revollo S, et al. Polymerase chain reaction detection and serologic follow-up after treatment with benznidazole in Bolivian children infected with a na- tural mixture of Trypanosoma cruzi I and II. Am J Trop Med Hyg. 2006;75: 497-501. 33. Saldana A, Samudio F, Miranda A, Herrera LM, Saavedra SP, Caceres L, et al. Predominance of Trypanosoma rangeli infection in children from a Chagas disease endemic area in the west-shore of the Panama canal. Mem Inst Oswaldo Cruz. 2005;100:729-31. 34. Piron M, Fisa R, Casamitjana N, Lopez-Chejade P, Puig L, Verges M, et al. Development of a real-time PCR assay for Trypanosoma cruzi detection in blood samples. Acta Trop. 2007;103:195-200. 56 Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas
  • 8. 35. Leiva B, Lebbad M, Winiecka-Krusnell J, Altamirano I, Tellez A, Linder E. Overdiagnosis of Entamoeba histolytica and Entamoeba dispar in Nicara- gua: a microscopic, triage parasite panel and PCR study. Arch Med Res. 2006;37:529-34. 36. Khairnar K, Parija SC. A novel nested multiplex polymerase chain reaction (PCR) assay for differential detection of Entamoeba histolytica, E. mosh- kovskii and E. dispar DNA in stool samples. BMC Microbiol. 2007;7:47. 37. Haque R, Ali IK, Akther S, Petri WA Jr. Comparison of PCR, isoenzyme analysis, and antigen detection for diagnosis of Entamoeba histolytica infec- tion. J Clin Microbiol. 1998;36:449-52. 38. Calderaro A, Gorrini C, Bommezzadri S, Piccolo G, Dettori G, Chezzi C. En- tamoeba histolytica and Entamoeba dispar: comparison of two PCR assays for diagnosis in a non-endemic setting. Trans R Soc Trop Med Hyg. 2006; 100:450-7. 39. Parija SC, Khairnar K. Detection of excretory Entamoeba histolytica DNA in the urine, and detection of E. histolytica DNA and lectin antigen in the liver abscess pus for the diagnosis of amoebic liver abscess. BMC Microbiol. 2007;7:41. 40. Almirante B, Rodriguez D, Park BJ, Cuenca-Estrella M, Planes AM, Alme- la M, et al. Epidemiology and predictors of mortality in cases of Candida blo- odstream infection: results from population-based surveillance, Barcelona, Spain, from 2002 to 2003. J Clin Microbiol. 2005;43:1829-35. 41. Ascioglu S, Rex JH, De Pauw B, Bennett JE, Bille J, Crokaert F, et al. Defi- ning opportunistic invasive fungal infections in immunocompromised pa- tients with cancer and hematopoietic stem cell transplants: an international consensus. Clin Infect Dis. 2002;34:7-14. 42. Gavalda J, Len O, San Juan R, Aguado JM, Fortun J, Lumbreras C, et al. Risk factors for invasive aspergillosis in solid-organ transplant recipients: a case-control study. Clin Infect Dis. 2005;41:52-9. 43. Gadea I, Cuenca-Estrella M. Guidelines for fungal diagnoses and antifungal sensitivity studies. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2004;22:32-9. 44. Cuenca-Estrella M, Gomez-Lopez A, Mellado E, Buitrago MJ, Monzon A, Ro- driguez-Tudela JL. Head-to-head comparison of the activities of currently available antifungal agents against 3,378 Spanish clinical isolates of yeasts and filamentous fungi. Antimicrob Agents Chemother. 2006;50:917-21. 45. Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Monzon A, Rodriguez-Tudela JL. Prevalence and susceptibility testing of new species of Pseudallescheria and Scedosporium in a collection of clinical mold isolates. Antimicrob Agents Chemother. 2007;51:748-51. 46. Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Monzon A, Mellado E, Rodriguez- Tudela JL. Antifungal susceptibility profile of clinical Fusarium spp. isolates identified by molecular methods. J Antimicrob Chemother. 2008;61: 805-9. 47. Gomez-Lopez A, Alastruey-Izquierdo A, Rodriguez D, Almirante B, Pahissa A, Rodriguez-Tudela JL, et al. Prevalence and Susceptibility Profile of Can- dida metapsilosis and Candida orthopsilosis: Results from Population-Based Surveillance of Candidemia in Spain. Antimicrob Agents Chemother. 2008; 52:1506-9. 48. Nagao K, Ota T, Tanikawa A, Takae Y, Mori T, Udagawa S, et al. Genetic identification and detection of human pathogenic Rhizopus species, a major mucormycosis agent, by multiplex PCR based on internal transcribed spacer region of rRNA gene. J Dermatol Sci. 2005;39:23-31. 49. Rodriguez-Tudela JL, Diaz-Guerra TM, Mellado E, Cano V, Tapia C, Per- kins A, et al. Susceptibility patterns and molecular identification of Tri- chosporon species. Antimicrob Agents Chemother. 2005;49:4026-34. 50. Odds FC, Bougnoux ME, Shaw DJ, Bain JM, Davidson AD, Diogo D, et al. Molecular phylogenetics of Candida albicans. Eukaryot Cell. 2007;6:1041-52. 51. Alcazar-Fuoli L, Mellado E, Alastruey-Izquierdo A, Cuenca-Estrella M, Ro- driguez-Tudela JL. Aspergillus section fumigati: antifungal susceptibility patterns and sequence-based identification. Antimicrob Agents Chemother. 2008;52:1244-51. 52. Loy A, Bodrossy L. Highly parallel microbial diagnostics using oligonucleo- tide microarrays. Clin Chim Acta. 2006;363:106-19. 53. Buitrago MJ, Gomez-Lopez A, Mellado E, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca- Estrella M. Detection of Aspergillus spp. by real-time PCR in a murine mo- del of pulmonary infection. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2005;23:464-8. 54. Donnelly JP. Polymerase chain reaction for diagnosing invasive aspergillo- sis: getting closer but still a ways to go. Clin Infect Dis. 2006;42:487-9. 55. Gomez-Lopez A, Martin-Gomez MT, Martin-Davila P, Lopez-Onrubia P, Ga- valda J, Fortun J, et al. Detection of fungal DNA by real-time polymerase chain reaction: evaluation of 2 methodologies in experimental pulmonary as- pergillosis. Diagn Microbiol Infect Dis. 2006;56:387-93. 56. McMullan R, Metwally L, Coyle PV, Hedderwick S, McCloskey B, O’Neill HJ, et al. A prospective clinical trial of a real-time polymerase chain reaction assay for the diagnosis of candidemia in nonneutropenic, critically ill adults. Clin Infect Dis. 2008;46:890-6. 57. Osorio S, De la Camara R, Monteserin MC, Granados R, Ona F, Rodriguez- Tudela JL, et al. Recurrent disseminated skin lesions due to Metarrhizium anisopliae in an adult patient with acute myelogenous leukemia. J Clin Mi- crobiol. 2007;45:651-5. 58. Larsen HH, Kovacs JA, Stock F, Vestereng VH, Lundgren B, Fischer SH, et al. Development of a rapid real-time PCR assay for quantitation of Pneu- mocystis carinii f. sp. carinii. J Clin Microbiol. 2002;40:2989-93. 59. Larsen HH, Von Linstow ML, Lundgren B, Hogh B, Westh H, Lundgren JD. Primary Pneumocystis infection in infants hospitalized with acute res- piratory tract infection. Emerg Infect Dis. 2007;13:66-72. 60. Buitrago MJ, Berenguer J, Mellado E, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca-Estre- lla M. Detection of imported histoplasmosis in serum of HIV-infected pa- tients using a real-time PCR-based assay. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2006;25:665-8. 61. Buitrago MJ, Gomez-Lopez A, Monzon A, Rodriguez-Tudela JL, Cuenca-Es- trella M. Assessment of a quantitative PCR method for clinical diagnosis of imported histoplasmosis. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2007;25:16-22. 62. Marques da Silva SH, Queiroz-Telles F, Colombo AL, Blotta MH, Lopes JD, Pires De Camargo Z. Monitoring gp43 antigenemia in Paracoccidioidomyco- sis patients during therapy. J Clin Microbiol. 2004;42:2419-24. 63. Ricci G, Da Silva ID, Sano A, Borra RC, Franco M. Detection of Paracocci- dioides brasiliensis by PCR in biopsies from patients with paracoccidioi- domycosis: correlation with the histopathological pattern. Pathologica. 2007;99:41-5. 64. Balashov SV, Gardiner R, Park S, Perlin DS. Rapid, high-throughput, mul- tiplex, real-time PCR for identification of mutations in the cyp51A gene of Aspergillus fumigatus that confer resistance to itraconazole. J Clin Micro- biol. 2005;43:214-22. 65. Garcia-Effron G, Dilger A, Alcazar-Fuoli L, Park S, Mellado E, Perlin DS. Rapid detection of triazole antifungal resistance in Aspergillus fumigatus. J Clin Microbiol. 2008;46:1200-6. 66. Mellado E, Garcia-Effron G, Alcazar-Fuoli L, Melchers WJ, Verweij PE, Cuenca-Estrella M, et al. A new Aspergillus fumigatus resistance mecha- nism conferring in vitro cross-resistance to azole antifungals involves a com- bination of cyp51A alterations. Antimicrob Agents Chemother. 2007;51: 1897-904. 67. Sanglard D, Ischer F, Calabrese D, Micheli M, Bille J. Multiple resistance mechanisms to azole antifungals in yeast clinical isolates. Drug Resist Up- dat. 1998;1:255-65. 68. Balashov SV, Park S, Perlin DS. Assessing resistance to the echinocandin antifungal drug caspofungin in Candida albicans by profiling mutations in FKS1. Antimicrob Agents Chemother. 2006;50:2058-63. 69. Cuenca-Estrella M, Mellado E. Are molecular techniques useful in aspergi- llosis surveillance and control? Enferm Infecc Microbiol Clin. 2003;21:469-71. 70. Galhardo MC, De Oliveira RM, Valle AC, Paes Rde A, Silvatavares PM, Monzon A, et al. Molecular epidemiology and antifungal susceptibility pat- terns of Sporothrix schenckii isolates from a cat-transmitted epidemic of spo- rotrichosis in Rio de Janeiro, Brazil. Med Mycol. 2008;46:141-51. 71. Diaz-Guerra TM, Mellado E, Cuenca-Estrella M, Gaztelurrutia L, Navarro JI, Tudela JL. Genetic similarity among one Aspergillus flavus strain isola- ted from a patient who underwent heart surgery and two environmental strains obtained from the operating room. J Clin Microbiol. 2000;38:2419-22. 72. Gadea I, Cuenca-Estrella M, Prieto E, Diaz-Guerra TM, Garcia-Cia JI, Me- llado E, et al. Genotyping and antifungal susceptibility profile of Dipodascus capitatus isolates causing disseminated infection in seven hematological pa- tients of a tertiary hospital. J Clin Microbiol. 2004;42:1832-6. 73. Mellado E, Diaz-Guerra TM, Cuenca-Estrella M, Buendia V, Aspa J, Prieto E, et al. Characterization of a possible nosocomial aspergillosis outbreak. Clin Microbiol Infect. 2000;6:543-8. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008;26 Supl 9:50-7 57 Borrás Salvador R et al. El diagnóstico molecular en las infecciones parasitarias y fúngicas