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septiembre 2017
el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A.
Paraguay 1535 (1061)
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Año XIX, Nº 219
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José Natanson JULIO Burdman María Esperanza Casullo CLAUDIO 
Scaletta Olivier Cyran Philippe Descamps Anne-Cécile Robert Serge Halimi
9771514522005
00211
Crisis democrática en Venezuela
Dossier
00219
M.A.f.I.A.
El macrismo consolida su poder seduciendo a los sectores
medios. ¿Logrará construir una nueva hegemonía política?
La clase media en
tiempos de Macri
La decisión de Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Constituyente sumó tensión
al conflicto venezolano. Acosado por las amenazas de Estados Unidos y presionado por
un creciente descontento popular, el chavismo busca sobrevivir en el poder.
Escriben
Renaud Lambert
Anne Vigna
2 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
por José Natanson
¿Cómo se sostiene el macrismo? ¿Quiénes
integransucoaliciónsocial?
Haydiferentesformasdeabordarlacues-
tión. La primera es de clase: las encuestas
coinciden en que Cambiemos obtiene sus
mejoresresultadosentrelossectoresconestudios
terciariosouniversitarios(indicadordeclasesocial
mediayalta)ylospeoresentreaquellosconprima-
riacompleta,delmismomodoquesuperformance
mejoraenlosbarriosyzonasmásacomodados(1),
enunacorrelaciónqueseinvierteenespejoperfec-
toconelperonismo,loqueporsupuestonosignifica
quesubasesocialestéintegradaexclusivamentepor
laclasealta,nisiquierasóloporlaclasemedia,co-
modemuestraelhechodequeenlasPASOdeagos-
toElisaCarrióseimpusoentodaslascomunasdela
Ciudad(aunqueconmenosvotos,ganótambiénen
LuganoySoldati),ycomoconfirmanlavictoriade
EstebanBullrichenlospartidosdeTresdeFebrero
ySanMiguelylostriunfosoficialistasenprovincias
comoJujuyyCorrientes.Ensuma,elmarcadoses-
gosocialnodeberíaoscurecerlaevidenciadequeel
macrismoesunacoaliciónpoliclasista.
Lasegundaperspectivaesetaria.Comoseñala-
mosenotraoportunidad(2),elmacrismoseinclina
hacialoquelaliteraturaespecializadallamapiado-
samente “adultos mayores”: las encuestas revelan
queCambiemosmejorasusresultadosentrelosma-
yoresde50años,loquepodríaexplicarseporeldes-
plazamientodelvotoanti-peronista(másadultoque
eljusticialista)delradicalismoalmacrismo,asícomo
porlasapelacionesalordensocialylaseguridadque
hoyestánenelcentrodesuprogramadegobiernoy
queconstituyenvaloresconservadoresmáspopula-
resentrelosviejosqueentrelasnuevasgeneraciones.
Laúltimaperspectiva,sobrelaquequierollamar
la atención aquí, es territorial. Como se ve clara-
menteenlosmapasincluidosenestapágina,ladis-
tribucióndelapoyoalmacrismocoincidecasima-
temáticamenteconelmapadelasoja.¿Elgobierno
siembra porotos y cosecha votos? En cierto modo
sí,aunque,diríanlossociólogos,esmáscomplejo:
laeconomíasojeradeterminauntipodeconfigura-
ciónproductivaquemodelauntipodesociedadque
eslaquealfinalvotaaMacri.Sucedeque,frenteala
visiónestereotipadadelkirchnerismo,queaexcep-
cióndelabrevegestióndeJuliánDomíngueznunca
logrócomprendercabalmentelamutaciónexperi-
Estanuevarealidadprodujoundesplazamiento
delimaginariorural:deestancierosaempresarios,
ydelastradicionalesorganizacionespatronalesco-
molaSociedadRuralalasnuevasasociacionesde
perfiltécnicocomoAAPRESIDylosgruposCREA,
inspiradosenlasasociacionesdecooperacióndel
agrofrancésyorientadosalintercambiodetecno-
logíayexperiencias,comopartedeunprocesoque
fueacompañadoporunsugestivocambiodelook:
de la tradicional percepción del campo como un
resabio conservador, oligárquico y rentista, a una
imagenligadaalainnovaciónylacompetitividad.
Importapocosielcamporealmenteesasí,siima-
genyrealidadencajan;locentralesqueasísevea
símismo.Yqueestaautopercepción,quecomenzó
conla“revoluciónverde”delos60,continuóconla
introduccióndelasiembradirectaenlos90yseter-
minódeconsolidarconelboomdeloscommodities,
sintonizaconciertostópicosdeldiscursomacris-
ta:elprogresoconcebidocomomodernización,el
emprendedorismocomoantítesisdeladependen-
ciaestatalyunainserciónenelmundoquenocues-
tionaelrolsubordinadoenladivisióninternacional
deltrabajo.Ladecisiónfundantedeestevínculo–
elcombo,únicoenelmundo,dedevaluaciónybaja
deretenciones–eslabasematerialsobrelaquedes-
cansaestanuevaidentificaciónpolítica.
Valores
Transformadaenunsujetosocial,lazonanúcleose
sumaalosotrosdosgruposqueconformanlacoa-
liciónmacrista.Elprimerosonlasclasesmediasde
losgrandescentrosurbanos,endondeCambiemos
arrasa.Elsegundoestáconstituidoporlaclaseme-
diabaja,loquePabloSemánllamael“moyanismo
social”(4):desdesualejamientodefinitivodelkir-
chnerismoenelsegundogobiernodeCristina,cata-
lizadoporelreclamoporelimpuestoalasganancias
ysimbolizadoporlarupturaconHugoMoyano,este
sectorquedóflotandoalaesperadeunarepresenta-
ciónpotente,quealprincipioparecióencarnarSer-
gioMassaperoque–ajuzgarporlosresultadosde
lasPASO–terminódesplazándoseaCambiemos.
¿Será suficiente para construir una nueva he-
gemoníapolítica?Silahegemoníaes,enladefini-
ciónclásicaqueGramscielaboraapartirdeLenin,
lacapacidaddeungrupodeasumirlaconducción
político-moral de la sociedad y transformar sus
valores en los valores dominantes, la experiencia
reciente demuestra que este “consenso espontá-
neo”seempiezaaconstruirdesdelaoposiciónpe-
roseafianzaunavezasumidoelgobierno.
Esaesalmenoslaimpresiónquesurgederevi-
sarlaexperienciadelostresgrandesciclosdemo-
cráticos:elalfonsinismo,cuyahegemoníafuehis-
tóricamentebreveperoquelogrósedimentaruna
seriedevalores–laabolicióndelaviolenciapolíti-
ca,lasubordinaciónmilitaralpodercivil,laselec-
ciones como el momento máximo de definición
democrática–queestánenlabasedenuestravida
ciudadana;elmenemismo,delquesehablamenos
peroqueduranteunadécadacontagiósuimagina-
rio a un sector importante de la sociedad, y el kir-
chnerismo,quetambiénlogróimponerunacierta
miradadelmundo,enparticularvinculadaalapro-
tecciónsocialdelossectoresmásdébilesyelnece-
sarioroldelEstadoenlaeconomía.
Deestemodo,conelapoyodelosbarriosacomo-
dados de las grandes ciudades (la clase media), la
adhesióndeunapartedelosconurbanos(eltrabaja-
¿Hegemomíamacrista?
mentadaporelcampoargentino,la“economíadela
soja”constituyeunentramadodensoyheterogéneo
queincluyedesdelospuertosdelasmultinacionales
sobreelParanáylasgrandespropiedadestradicio-
nalesalosnuevospoolsdesiembray,adquiriendo
cada día más centralidad, las empresas prestado-
rasdeservicios:comosedescribeconprecisiónen
laspáginas6y7deestaedición,losclásicosterra-
tenientes y peones conviven cada vez más con los
arrendatarios,losingenierosagrónomos,losveteri-
narios,losmecánicosdemaquinariaagrícola,lospi-
lotosdelosavionesfumigadores,lostransportistas…
Enestemarco,losclásicoslímitesentreloruraly
lourbanosedifuminanyelcamposearticulacada
vezmásconlasfinanzas,laindustriaylosmediosde
comunicación.Cuandosehabladeunalocalidadco-
moun“pueblo”sepuedeestarhaciendoreferenciaa
unaciudadde100milhabitantes,conunaconcesio-
nariadeToyota,localesmultimarcaqueofrecenlos
mismosjeansJazmínChebarqueenlosshoppings
porteños y un PIB equivalente al de Recoleta. Del
mismomodo,elchacarerodealpargatasyboinapue-
deparecerrústicoperotalvezdispongade:dosca-
mionetasde50mildólares,unasembradoradepre-
cisiónquecompróenExpoagroaunmillóndedóla-
res,unacasaenSunchalesquecomparteconsumu-
jeryundepartamentoenRosariodondevivesuhijo,
queestudiaAgronomía(élsequierededicaralcine).
Como señalan Carla Gras y Valeria Hernández
(3), el campo experimentó en las últimas décadas
una“revoluciónsilenciosa”quesuelepasarsepor
alto a la hora del análisis político: el régimen de
creaciónderiqueza,quetradicionalmentegiróal-
rededordelapropiedaddelatierra,estácentrado
hoy en la tecnología, que no es sólo la mediación
quehabilitaloscambiosproductivossinoelprinci-
palvectordeacumulacióncapitalista.Aunqueuna
sociedad como la argentina, con 40 millones de
personasyunafuertepulsiónigualitarista,nopue-
desostenersesóloenelagro,lasfinanzasylosser-
vicios,quesonlossectoresalosqueeldiseñoeco-
nómicomacristadecidióapostar,lociertoesqueel
campofueconstruyendounanarrativa,casidiría-
mos un relato, acerca de su rol como el verdadero
protagonistadeldesarrollonacional:ultrainnova-
dor,desprovistodereclamosproteccionistas,gene-
radordedivisasgenuinasyadaptadocomoningún
otroalasexigenciasdelcapitalismoglobalizado.
Zona sembrada
con soja
1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9%
Cantidad de votos
Zona sembrada
con soja
1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9%
Cantidad de votos
Distritos donde
ganó Cambiemos
Núcleo sojero
Fuente: El Atlas de la Argentina de Le Monde diplomatique. Fuente: La Nación.
| 3
dormeritocrático)yelrespaldomilitante
delazonanúcleo(elvotosoja),elmacris-
mo recupera el espíritu del conflicto del
campodel2008,avanzaenladerrotaelec-
toraldelperonismoyleofreceaestanueva
coaliciónsocialunprogramadegobierno;
hace,enfin,loquelosperonistasdicenque
hay que hacer: conduce. Para ello cuen-
ta,porsupuesto,conelsoportedelpoder
económicoydelosgrandesmedios,perosetratade
respaldos externos que tienen sus propios intere-
sessectorialesirrenunciables.Poresolocentrales
quelavictoriaenlasPASOretonificóalmacrismo.
Y,másimportanteaun,confirmósucapacidadpara
desconectarlasituaciónsocioeconómicainmedia-
tademuchosdesusadherentesdelaspreferencias
electorales:elhechodequemuchagentedecidiera
acompañaraloficialismoapesardeldeteriorosocial
de los últimos dos años demuestra, como escribió
Julio Burdman (5), que Cambiemos está logrando
instalarunaperspectivadelargoplazo.
La pregunta es si los diferentes grupos que lo
sostienensearticularánentornoaunproyectoco-
mún. Aquí reside la clave para confirmar si el ma-
crismo es un fenómeno transitorio que pasará rá-
pidocomounMetrobusosiseestabilizaráenuna
representación más permanente construida alre-
dedordeunconjuntodevalores,sisetransformará
en unahegemoníapolítica.Dosobjecionessehan
planteado a esta posibilidad: la primera es que, en
lamedidaenquelaeconomíarequieredelingreso
permanente de capitales y como hasta el momen-
tonosehahechonadaporreducirestadependen-
cia,elmodeloesestructuralmenteinsostenible;en
términosmarxistas,llegaráunmomentoenquela
base material no permitirá sostener el consenso
superestructuralquedaformaalahegemonía(6).
Elproblemadeestacríticaesquenoprecisaelho-
rizonte de esta insustentabilidad; no pone plazos.
¿Dosañosantesdequecomienceasonarlachicha-
rra?¿Cuatro?¿Diez,comolaconvertibilidad?
La segunda objeción, señalada por Fernando
Rosso (7), es que el macrismo no constituye una
mayoría sino una simple primera minoría, lo cual
es electoralmente cierto pero políticamente irre-
levante: para el caso, también los bolcheviques lo
eran.Loimportantealosefectosdedeterminarsu
potenciahegemónicaessucapacidadparatransfor-
mar sus valores en dominantes. ¿Es esto lo que es-
táocurriendo?Miimpresiónesquesí,progresiva-
mente,yquelaevidenciapuederastrearsealugares
insospechados:enelcomunicadodifundidotraslas
PASO,luegodedenunciarlamanipulacióndelosre-
sultadosyelshowmontadoentornoaellos,Cristina
Kirchnersostuvoquesucampañadesarrolló“unes-
tilobasadoenescucharalosciudadanosyconversar
conellos”comopartede“unamaneranuevadeco-
municarnosyhacerpolíticadesdelaproximidad”.
Losecosduranbarbistasqueresuenanenladefi-
nicióndeCristinahablantantodesuhabilidadpara
adaptarsealanuevarealidadcomodelacapacidad
delmacrismoparamarcareltonodelaépoca. g
1.MaríaLauraTagina,“Detrásdelasencuestas”, RevistaAnfibia.
2.“Macricontralaguerradelcerdo”,LeMondediplomatique,mayode2017.
3.Radiografíadelnuevocampoargentino,SigloXXI,2017.
4.“Lagrietaopositora”,LeMondediplomatique,juliode2017.
5.“Laideologíadelpartido”,RevistaAnfibia.
6.ClaudioScaletta,“LafiestadeGramsci”,enPágina/12,18-8-17.
7.“Cambiemos:unanuevahegemonía”,Panamarevista.
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Editorial
Clase73
por Julio Burdman*
¿Qué es la clase media? Da lo mismo: 73%
de los argentinos se autoperciben como
clasemedieros, según una encuesta reali-
zada en 2016 (1). Dentro de ese 73%, unos
cuantos se identifican como “clase media
baja”, otros tantos como “clase media media”, y
unos pocos audaces se animan a decir “media al-
ta”. Si ellos se identifican así, ¿quiénes somos no-
sotros para corregirlos?
Hay unas clases medias sociológicamente defi-
nidas, y una clase media socialmente construida.
Aquí, hoy, nos interesa más esta última. Hay va-
rias formas de encarar la primera cuestión, pero
todas seguramente coincidirán en lo siguiente: en
Argentina, como en otras sociedades, son muchos
más los que creen que son de clase media que los
que efectivamente (“científicamente”) lo son. Tal
vez la sociedad argentina tenga una fijación espe-
cial con el clasemedierismo. Para llegar a ese 73%,
es necesario que muchos trabajadores que viven
en el conurbano, alquilan, viajan largas horas dia-
rias en transporte público, no tienen estudios su-
perioresydependendesusueldoysujefeparaco-
mer…compartanesailusión.Oaspiración.
Políticamente, la disonancia entre las clases
medias sociológicamente definidas y la clase me-
dia socialmente construida nos dice que crear un
partido político “para la clase media” es una muy
buena idea. En principio, porque uno cuenta con
un gran público potencial.
Unaparadojadelpopulismoesquelaaspiración
clasemediera de las mayorías populares conspira
contralaestabilidaddesupropiabaseelectoral.
Hacepocounfuncionariodeunauniversidadpú-
blicadelconurbano,creadarecientemente,peronis-
tainocultableél,sequejabadesusalumnos,primera
generacióndeuniversitarios.Decíaque“noeranpe-
ronistas”.“¿Paraquéleshicimostodoesto?”,protes-
taba.Sitienenéxitoensusestudios,yseconvierten
en profesionales universitarios, van a querer otro
diálogo.Ylamasadepobresquesiguenrevolcándo-
seenlapobrezaapesardelaspromesas,también.
En cambio, el ideal de la clase media tiene me-
nos cicatrices internas. Es un mito fuertemen-
te instalado en la historia de la Argentina cons-
titucional. Dadas estas condiciones, se puede
construir una coalición electoral de clase media.
Uniendo a la minoría intensa de la clase media
“documentada” con sectores “aspiracionales”.
Los primeros tienen vivienda propia o posible
acceso a ella, educación y salud decentes, vaca-
ciones, tal vez un auto y, digámoslo de una vez,
piel más blanca que los segundos, que no cum-
plen con todo lo anterior pero quieren tenerlo y
se autoincluyen en el 73%.
Los clasemedieros “documentados” son, en
gran parte, convencidos cambiemitas. El kirch-
nerismo, en su fase final, los irritó con un discurso
demasiadoorientadoalospobresylosobreros.La
llegada de Macri fue una revancha de la clase me-
dia; el de Cambiemos se convirtió en “su” gobier-
no. Y desde ahí, el discurso cambiemita apela a los
aspiracionales. “Ahorrar para comprar una casa”.
Servicios,créditoy“vamosjuntos”.Juntateanoso-
tros.Formemosunamayoría.Enesoestán. g
1.ObservatorioElectoralConsultores,encuestanacional,
1.050casostelefónicos,28al30dejuliode2016.
*Periodista.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
4 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
Delradicalismoalmacrismo
L
as PASO de agosto dejaron un dato
principal:elmacrismo,quepasódego-
bernarunsolodistritoyganarlaselec-
cionespresidencialesporunaestrecha
diferenciaenelballottage,seconsolidó
comounpartidonacionalypasóaser
asíelpoloestructurantedelsistemapolíticonacional,
quesiempreseorganizasegúnelejegobierno-oposi-
ción.Elsegundodatoesquehalogradoconsolidarco-
mopropiosavotantesquehabíalogrado“pescar”en
2015:sucrecimientoelectoralsediomayoritariamente
enprovinciasdondesehabíaimpuestoenlasegunda
vueltadelaspresidencialesperoquecuentancongo-
bernadoresperonistasyunahistoriadeadhesiónaljus-
ticialismo,comoCórdoba,SanLuisyLaPampa.
Si esto se confirma en octubre, el macrismo con-
solidaría una base social nacional, integrada por las
clasesmediasurbanas(ganóenmuchascapitalesde
provincia,incluyendoalaciudaddeFormosa),junto
a las zonas ligadas a las actividades agroexportado-
ras.LabasedevotantesdeCambiemos,entonces,se
solapaconlabasedelantiguoPartidoRadical,apun-
totalqueparecehaberlaabsorbidodemaneraefec-
por María Esperanza Casullo*
La representación política de los sectores medios
tiva. La hipótesis es que la mayoría de los votantes
históricos del radicalismo no apoyan a Cambiemos
de manera estratégica o sólo “para ganarle al kirch-
nerismo” sino que han migrado de manera conven-
cida hacia una nueva identidad política; de ser así,
parece difícil que regresen al partido en un futuro,
sobretodoporqueelnúcleodelPROenCambiemos
noestádispuestoadejarqueestosuceda.
Una forma de ver este fenómeno son las internas
deCambiemosendiezprovincias:Catamarca,Córdo-
ba,EntreRíos,LaPampa,SanLuis,SantaCruz,Neu-
quén,Mendoza,SaltaySanJuan.Enunadecisiónque
nopuedeserunacoincidencia,ladirigencianacional
deCambiemosoptóporimpugnarjudicialmentelas
listasopositorasenvariosdeestosdistritos.EnNeu-
quénySanLuisfuelajusticialaquehabilitófinalmen-
telacompetencia;enSantaFelaalianzaserompióy
unsectorsepresentóporafuera,mientrasqueenTie-
rradelFuegoelsectoropositorquedóinhabilitadopor
vía judicial (el presidente de la UCR provincial tam-
bién terminó candidateándose en una lista aparte).
Por supuesto, el caso más resonante es el de Martín
LousteauenlaCiudaddeBuenosAires,quefueforza-
doacompetirconunalistapropia.Hayquenotarque,
aúnconestejuegobruscointernodelPROhaciasus
sociosdelaUCR,losvotantesnoparecieronnuclearse
alrededordeladefensadelaidentidadradical,como
confirmaelescaso13%obtenidoporLousteau.
Engeneral,laslistasinternasopositoras,ligadasa
sectores tradicionales del radicalismo, fueron inha-
bilitadas o derrotadas, y los votantes optaron masi-
vamenteporlaidentidadcambiemista.
¿Es este un fenómeno novedoso? ¿Representa
Cambiemosalgototalmentedistintodelacentenaria
identidadradical?Enciertomodo,Cambiemosesal-
go viejo y algo nuevo al mismo tiempo. Es viejo por-
que representa la fusión en un partido de una hege-
monía cultural por parte de la élite hacia las clases
medias, algo que ya existía durante el siglo XX. El
datonuevoenlaconsolidacióndeCambiemoscomo
partidonacionalnoeslaconductapolíticadelascla-
ses medias que ahora votan convencidas al macris-
mo sino la politización de las elites, que resolvieron
asumir de manera franca un lugar de competencia
yconducciónenlapolíticapartidariaargentina.Es-
te alineamiento de liderazgo político novedoso con
Dossier
La clase media
en tiempos
de Macri
Aunque la elite argentina viene ejerciendo un influjo cultural sobre los sectores medios al
menos desde los años 60, esta hegemonía no se había traducido en un proyecto político.
La gran novedad en el ascenso del macrismo es la decisión de las clases propietarias de
construir un partido capaz de atraer a la clase media y desplazar al radicalismo.
M.A.f.I.A.
| 5
unahegemoníaculturalquellevadécadashacemuy
probable que Cambiemos se consolide como el par-
tidoqueintegrealasclasesmediasyseconviertaen
elherederodefinitivodelradicalismo.
Los partidos mayoritarios durante el siglo XX
Escomúnencontrarmencionesaladebilidaddelos
partidospolíticosargentinosduranteelsigloXX.Ya
GinoGermaniplanteabalacríticaalmodeloargenti-
no de integración política de las clases medias y tra-
bajadoras(1).EnEuropaOccidental,decíaGermani,
las clases obreras y las clases medias lograron su in-
corporaciónpolíticamediantelaconstruccióndeor-
ganizaciones partidarias, al tiempo que los partidos
conservadoresodederecharepresentaban,también
demaneraclara,losinteresesdelasclasespropieta-
rias. Pero en Argentina los derechos políticos no se
lograrondemaneragradualsinoquefueron“otorga-
dos”,segúnlaexpresióndeGermani,porlíderesper-
sonalistas.Estemodelodeincorporaciónpopulista,
válido tanto para el radicalismo yrigoyenista como
para el peronismo, sería el responsable de las carac-
terísticas “patológicas” de los partidos argentinos:
movimientistas,conunadébilimprontaideológico-
programática, demasiado centrados en la figura del
líderyconunafrágilrepresentacióndeclase.
Análisisposteriorespusieronendudaestacerte-
zadelasociologíanacionalfundante:NormanLupu
y Susan Stokes demostraron que la representación
de clase de los dos grandes partidos argentinos era
más estable que lo que el viejo modelo germaniano
suponía. Demostraron que entre 1946 y 1983 el voto
fue más “europeo” de lo que podría pensarse: la cla-
se media votaba al radicalismo, en tanto que la clase
trabajadoraylossectoresmáspobres,tantourbanos
comorurales,seinclinabanmayoritariamentealpe-
ronismo(2).Enotraspalabras,losvotantesparecían
estar mucho menos confundidos sobre qué partido
los representaba a ellos, a su visión de mundo y sus
intereses, que los sociólogos o los politólogos. Los
partidos políticos tenían la capacidad de convocar
apoyos sociales segmentados por clase, estables en
eltiempoyreconociblesidentitariamente.
Sin embargo, hasta 1983 la democracia argenti-
na estuvo sujeta a una sucesión de golpes de Estado
y el peronismo estuvo proscripto durante 18 años.
¿Cómo puede haber sido tan débil una democracia
conpartidosrelativamentefuertes?Aunqueporsu-
puesto no hubo un único factor, hay que mencionar
que la única clase social que durante esta etapa no
estuvo representada claramente por un partido po-
lítico fue la élite económica: empresaria, financie-
rayagrícola.LaSociedadRural,laUniónIndustrial
Argentinaylosgrandesbancosnodisponíandeuna
fuerza política que los representara claramente,
comparable al Partido Conservador británico o al
PartidoRepublicanoestadounidense.
La función representativa de los intereses de las
élites no fue, al menos hasta el menemismo, asumi-
daporelperonismo:RicardoSidicaromuestracómo
losgruposempresariosrechazaronalperonismoaún
cuandoJuanDomingoPerónimaginabaalianzaspo-
sibles entre su movimiento, profundamente antico-
munista,ylaburguesíanacional(3).Perotampocofue
asumidademaneraabiertaporelradicalismo.Lascú-
pulasempresarialespodíanconfluirconlaUCRenla
oposiciónalperonismoeinclusoapoyaralosgobier-
nosradicales,sobretodoenlosiniciosdesusmanda-
tos.Sinembargo,nodudabanenrecostarseensecto-
resdelasFuerzasArmadaseinclusoenapoyarlosgol-
pesdeEstadocontralospropiospresidentesradicales
cuandopercibíanqueéstosyanolasrepresentaban.
SiapartirdelascensodeCambiemoslaéliteparece
habersearticuladoconlasclasesmediasenunmismo
proyectocomún,larelacióndeestamismaéliteconel
radicalismofuehistóricamenteambigua.Ynopuede
entenderse sin mirar al espejo de esta idea, que es la
ambivalencia del radicalismo hacia la élite. Durante
todas estas décadas, en efecto, el radicalismo estuvo
lideradopordirigentesenraizadosenlaclasemedia,
hijosdeinmigrantes,radicadosenciudadescomoLa
Plata,CórdobaoChascomús,queexpresabanunahis-
toriademovilidadsocialligadaalaeducaciónpública
yelEstado.Asícomoelperonismohablabadeltraba-
jador, la justicia social y la solidaridad combativa de
loshumildes,losdirigentesradicaleshablabandelsa-
crificio,laausteridadrepublicana,laentregaalapolí-
ticacomounatareaalaquesededicalavidaentera.La
dirigenciadelaUCRnoplanteabaunaoposiciónfran-
caalasvisionesdemundoencarnadasenlossectores
propietarios,perosíunaautonomíadelapolítica.
La hegemonía cultural
Sin embargo, y este dato es central para entender el
crecimientodeCambiemos,puedeplantearsecomo
hipótesisque,aúnenestasdécadasdefuerteligazón
política con el Partido Radical, los votantes de clase
media desarrollaban una vida cotidiana en la cual la
hegemoníaculturaldelaselitesligadasalmercadoy
aunavisióntecnocráticadelapolíticasefuefortale-
ciendo progresivamente. La capacidad de las clases
propietariasparaestabilizarunahegemoníapolítica
porvíaelectoral(o,enrealidad,porcualquierotravía)
fuemuylimitada,perosucapacidaddeestableceruna
hegemoníaculturalfueencambiomuysignificativa.
A partir de los 60, en efecto, comenzaron a apa-
recer una serie de dispositivos culturales que ex-
presaron de manera clara la admiración de las cla-
ses medias urbanas hacia las elites modernizantes
delmomentodesarrollista.Revistas,publicidadesy
programas de televisión celebraban la moderniza-
ción del país y la nueva clase que la expresaba: los
ejecutivosdelascompañíasmultinacionales.Lare-
vista Primera Plana renovó al periodismo al combi-
nar un discurso liberalizante en lo económico con
unaestudiadaneutralidadhacialademocracialibe-
ralyunacríticaculturalsumamentesofisticada,que
iba del cine europeo a las producciones del Institu-
toDiTella,todosalpicadodepublicidades queven-
díandesdecigarrilloshastajabonesgraciasalnuevo
aspiracional de “los ejecutivos”. Tal vez en la figura
del ejecutivo, tan central a la década del 60, pueda
encontrarse un lazo con la nueva identidad tecno-
cráticaygerencialdelmacrismo.
Unlugardondeesposiblecomprobaresacorrien-
te de atracción cultural cargada de ambivalencia es
otro gran producto cultural que nos ofrece una ven-
tanahaciaciertaclasemediaqueenlos60y70vivía
en un departamento de tres ambientes, se educaba
en la escuela pública, compraba un televisor color y
unCitroen3CVyvacacionabadossemanasalañoen
una playa de la provincia de Buenos Aires: Mafalda,
laniñaconinquietudespolíticas,depadreempleado
y madre ama de casa, que soñaba con ser traductora
enlaONUparasolucionarlosproblemasdelmundo.
MafaldavaacompraralalmacéndeManolito,elhijo
de inmigrantes gallegos que expresa la ética del tra-
bajo,laacumulacióneconómicayeldesinteréspolí-
tico.Ledice:“Memandamimamáacompraraceitu-
nas. ¿Qué tal están, Manolito?” Manolito responde:
“¡Ahhh, para ejecutivos!”. La construcción del eje-
cutivo–elCEOdehoy–comounafiguraaspiracional
parasectoresdelaclasemediaurbanaesunlegadode
larga data. (Mafalda, sin embargo, mostraba una se-
riedepreocupacionesético-políticasqueleeranpro-
pias;enotraviñeta,secongratuladeque“llególaNa-
vidad,queesparatodos,nosóloparalosejecutivos”.)
Estamezcladefascinaciónconrechazomarcósin
dudaslaculturadelasclasesmediasenladécadadel
ochenta. El gobierno de Raúl Alfonsín mostró una
orientación distinta, más socialdemócrata, entron-
cadaconlosvaloresdecompromisomilitanteconlo
públicoyunavisiónépicadelapolítica,asícomocon
unaposiciónnoalineadaenpolíticaexterior.Peroel
alfonsinismofuemenosunaexpresióndelaesencia
delaUCRqueelresultadodeunliderazgoabsoluta-
menteexcepcional.YaenelgobiernodeFernandode
laRúa,elGrupoSushi,nucleadoalrededordefiguras
comoHernánLombardiyDaríoLopérfido,pudoin-
terpretarestéticaycomunicacionalmentelaprome-
sadeunanuevamodernidadqueimaginabalapolíti-
cacomoalgomásaspiracionalquesacrificialoépico;
noescasualque,luegodelaimplosióndel2001,am-
bos se incorporaran al núcleo original del gobierno
delPROenlaCiudaddeBuenosAires.
El ethos macrista
ElascensodeCambiemospuedeleersecomounpro-
cesogradualporelcualciertossectoresdelaéliteem-
presarial lograron canalizar en un proyecto político
propio y electoralmente viable esa corriente que los
unía y los une culturalmente con las clases medias
urbanas(corrientequeseconstruye,hayquedecirlo,
desdeelefectivocontroldelosprincipalesmotoresde
edificacióndelahegemoníacultural,esdecirlosme-
diosdecomunicaciónmasivos).Cambiemosanclasu
apelaciónalasclasesmediasenlarecuperaciónaspi-
racionaldeeseethosmodernizante,unpocoenretira-
dadelaesferapública,quelosniñosimaginadospor
Quinohacecuarentaañosyamostraban:laideadeque
laacumulaciónderiquezaesunvalorpositivo,quela
felicidadauténticaseencuentraenlosproyectosper-
sonales,yquelapolíticanodeberíaserunaactividada
laqueunosededicalasveinticuatrohorasdeldía.
En este sentido, y como ya señalamos, el dato
realmente nuevo no es que las clases medias urba-
nas voten a Cambiemos sino que dirigentes como
MauricioMacriylosmiembrosfundadoresdelPRO
hayan decidido lanzarse a construir un partido ca-
paz de fusionar una ascendencia cultural preexis-
tente con un poder político logrado mediante la
competencia electoral. Cambiemos parece haber
obtenido la clave para cancelar la antigua ambiva-
lencia entre fascinación y autonomía con la élite
queexpresabalaidentidadculturalypolíticadeuna
mayoríadelasclasesmediasurbanasnacionales:es-
teessindudassumayoréxitoensuproyectodecon-
solidarse como un partido político nacional capaz
dedisputardeigualaigualconelperonismo. g
1.“Losprocesosdemovilizacióneintegraciónyelcambiosocial”,
DesarrolloEconómico,Vol.3,N°3,octubre-diciembrede1963.
2.“Lasbasessocialesdelospartidospolíticosargentinos.
1912-2013”,DesarrolloEconómico,Vol.48,N°162,2008.
3.Lostresperonismos.Estadoypodereconómico,SigloXXI,2010.
*Politóloga.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
6 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
Elavancedel
capitalismoenelagro
A
partir de la década del 90 comen-
zóamanifestarseenelagroargen-
tino una nueva complejización de
las clases medias rurales, que por
extensiónsontambiénurbanas.El
procesoseconsolidóenlos2000y
expresaloscambiossucedidosenlaproducciónysu
organización.Elinterésporestefenómenosurgede
lasospechadequeestasnuevasclasesmedias“ruro-
urbanas”–conperdóndelneologismo–son,comolo
indicaelamarilloelectoralintensoenelcinturónce-
realero-sojero-aceiterodelcentrodelpaís,partefun-
damentaldelabasesocialdelaAlianzaCambiemos.
Esdecir,sonlasclasesquebrindaronymantuvieron
el apoyo al regreso a la normalidad neoliberal tras el
impassepopulistadelperíodo2003-2015.
Desde esta hipótesis, el foco debe ponerse en dos
añosclave:2008y2015.Elprimeromarcólairrupción
contundentedeestasclases enel escenariopolítico;
elsegundorepresentólaconsolidaciónelectoraldel
bloquedepoderenelquesereferencian.
por Claudio Scaletta*
Nuevo campo, nuevas clases, nuevas representaciones
Lasrevueltasagrariasde2008contralasretencio-
nesmóviles,consuscortesderuta,suscacerolazosy
susmovilizacionesurbanas,nofueronentoncesuna
simpleexpresióndelasoligarquíastradicionalesre-
presentadasporalmenostresdelascuatroentidades
delagropampeano.Esdecir,nofueronlamanifesta-
ción de las antiguas contradicciones campo-ciudad
o de la dicotomía entre pueblo y oligarquía. Tampo-
cofueronsolamenteunaexpresióndelpoderíodela
oligarquíaagrariatradicional,quesiemprerechazóla
intervenciónestatalengeneralyladelperonismoen
particular, en especial si ello se traducía en algún lí-
mitesobreelaccesoalprecioplenoyendivisasdesus
productosdeexportación.
Cualquierobservadorimparcialpodríahabervisto
en el ya lejano 2008 que quienes irrumpían apoyan-
doalllamado“campo”–así,entérminosgenéricos–y
apuntabandellenocontraelmodelopopulista,eran
un conglomerado de actores más complejo y exten-
didoquelaoligarquíatradicional,esdecirlaaltabur-
guesíaagropecuaria.Unaclaseque,dichoseadepa-
so,nuncafuesolamenteagropecuaria,sinobastante
más sofisticada, diversificada comercial y financie-
ramente,yconparticipaciónenelentramadoindus-
trial.Aunquelafotodeentonces,conlamaquinariaen
lasrutas,las4x4,laboinaylacamperadegamuzacon
bombachademarcapodíaaparentarserelbackstage
de una película de patrones y peones, allí había bas-
tantemás.Sinohubierasidoasí,seríanincomprensi-
bleslasmarchasenlasciudades,elapoyodelosauto-
movilistas en las rutas y la movilización política que
ganólavotaciónencontradelasretencionesmóviles.
Creer,casidiezañosdespués,quesolosetratódeuna
reacciónoligárquicacontraungobiernopopulardes-
cribe muy limitadamente la problemática, y deja es-
caparloprincipal,unanuevacomplejidadsocialdela
quelopolíticoesapenasunaexpresión.
Agriculturización y sojización
Aunque la relación no es lineal, no hay cambios en
la estructura de clases sin cambios en la estructura
productiva. La actual estructura agraria comenzó a
Dossier
La clase media
en tiempos
de Macri
Los grandes cambios ocurridos en los años 90 y 2000 en la estructura productiva
agraria complejizaron la estructura de clases. La sojización, la expansión productiva,
el cambio tecnológico y sus nuevos actores permitieron la aparición de una nueva clase
media “ruro-urbana” con una clara preferencia electoral.
M.A.f.I.A.
| 7
transformarse en los años 70 y se consolidó a partir
de los 90 y los primeros 2000. La corriente princi-
pal de este proceso fue la agriculturización, es decir
eldesplazamientodelaactividadpecuariaporlaes-
trictamenteagraria.Unavancesobreelqueseasentó
unatransformacióninternadelaagricultura,lasoji-
zación, es decir, el peso creciente de la soja sobre el
conjuntodelaproducción.
Mientrasenelúltimocuartodesigloeláreasem-
brada de trigo, maíz y girasol se mantuvo relativa-
mente estable, la producción y el área de soja no de-
jarondecrecer,confuerzaenlos90yaunmásenlos
2000. El producto agropecuario se expandió a una
tasa del 3,1% anual entre 1993 y 2000, al tiempo que
cayóelstockvacuno,conunfaenamientoqueseachi-
cóal0,5%anual.Enelmismoperíodo,laproducción
sojeracrecióal9,5%anual.Parafinesdelos90yare-
presentabael40%delaproduccióntotaldecereales
yoleaginosas.Luegodelacrisisde2001,entre2002-
2007elagrovolvióapisarelaceleradorhastaalcanzar
unatasadecrecimientodel5,8%anual,profundizan-
do al mismo tiempo la sojización. Entre la campaña
2000/2001 y la 2010/11, es decir en la primera déca-
dadelsiglo,laproduccióndesojacrecióel82%,lade
maíz el 50%, la de girasol el 15% y la de trigo cayó el
4%(1).Lascifrasdelacampaña2016/2017muestran
unáreasembradaquesedistribuyedelsiguientemo-
do:soja20,2millonesdehectáreas,trigo4,6millones,
maíz5,7millonesygirasol1,8millones.Enotraspala-
braslasojayasuperael60%deláreasembrada.
Las causas principales de este proceso fueron
económicasyprescindendelasvariacionesdelosci-
clos políticos. De todos modos, vale señalar que los
2000 no fueron una etapa adversa ni mucho menos
una contratendencia al proceso de sojización. Lo
que aquí importa, sin embargo, es detenerse en las
causaseconómicas,paraavanzarluegoenlastrans-
formaciones sociales del proceso. Mirando el fenó-
menoenellargoplazo,esdecirprescindiendodelos
cambios coyunturales, el impulso base de la sojiza-
ción tiene dos patas: su mayor rentabilidad en rela-
ción a los cultivos tradicionales y el aumento de la
demandamundial,productodelasrevolucionesin-
dustriales asiáticas. Esta mayor demanda se vincu-
labaalusodelos“residuos”delamoliendadelasoja
para la alimentación animal, lo que se tradujo en un
aumento bastante sostenido de los precios. Nótese
además que el residuo es un “subproducto” de un
procesoindustrial,laelaboracióndeaceite,queasu
vezpuedeserelinsumobásicodebiocombustibles.
Yuxtapuesto a este fenómeno se produjo el cam-
bio tecnológico, especialmente el uso del paque-
te de los transgénicos resistentes a herbicidas más
la siembra directa. Esta combinación también tuvo
gran incidencia sobre los costos, y por lo tanto en la
rentabilidadrelativadelcultivo.
Elavancesojeroprodujootrosdosfenómenoscon-
comitantes.Laprofundizacióndelaagriculturización
desplazóaotrasactividades,comolaganadería,hacia
zonasmenosfértiles,avanzósobrezonastípicamente
tamberasdeSantaFeyCórdoba,yprovocólaexpan-
siónextrapampeanadelafronteraagrícola,esdecir
hacia zonas que hasta entonces no aparecían aptas
paraloscultivostípicamentepampeanos.Endefiniti-
va,lasojacomenzóasertambiénunfenómeno“extra
pampeano” y un cultivo importante para provincias
comoChaco,SantiagodelEsterooSalta.Elfenómeno
extendióla“presencianacional”delasclasesquecon-
ducenelprocesoproductivo,alavezquetransformóa
muchasdelasllamadaseconomíasregionales.
Crisol de clases
Laexpansiónproductivayelcambiotecnológicotam-
biénseexpresaronentransformacionesenlaorgani-
zacióndelaproducción,conincidenciaenlasrelacio-
nesdepropiedad.Estefenómenobrindóelpuntapié
inicialparalacomplejizacióndelaestructuradeclases.
El cambio tecnológico premió la producción en
grandesescalasy,porextensión,castigóalaspeque-
ñas.Esteprocesoyasemanifestabaenlacomparación
entre los censos agropecuarios de 2002 y 1988, que
mostróunacaídadeentreel25yel30%enlacantidad
deproductoresenlasprincipalesprovinciasproduc-
toras.Segúnlosdatoscensaleslasexplotacionesagro-
pecuariaspasaronde421.221a333.533.Siestosesuma
alaexpansióndelafronteraagrícolaydeláreasem-
brada,seadvierteunimportanteaumentopromedio
eneltamañodelasexplotaciones.Esteagrandamien-
to, dicho sea de paso, era acorde a las demandas del
cambiotécnico.Enparalelo,tambiénseobservóuna
caídaenlademandadetrabajo.Entre1996y2006,por
ejemplo,lamasasalarialtotaldelsectoragropecuario
seredujoencasi500millonesdedólarescorrientes.
Siseobservanestosnúmerosenformaaisladapo-
dría llegarse a la falsa conclusión de una simplifica-
cióndelaestructurasocialenvezdeunacomplejiza-
ción.Lafotomostraríaunaproducciónconcentrada
yconmenosactoresconduciendoyparticipandodel
proceso. La película verdadera demanda en cambio
abrir el paquete y mirar lo que hay adentro, funda-
mentalmenteentérminosdelasdemandasysujetos
delcambiotecnológico.Comenzarelcambiotécnico
supusolaaparicióndenuevosactoresdesdeafueray
desdeadentrodelcircuito.
Desde afuera las estrellas fueron las empresas
biotecnológicas, las proveedoras del paquete trans-
génico,asícomo,enmenormedida,lasproveedoras
delanuevamaquinariaagrícolaolasfirmasdeman-
dantesdemateriasprimasdelcomplejoaceitero.La
irrupción de las empresas biotecnológicas significó
laaparicióndeunsujetodistintoaldeotrosprovee-
dores sectoriales, en tanto comenzaron a disputar
su participación en la distribución de la renta agra-
ria. Situación que, en consecuencia, en los inicios
fue fuente de importantes conflictos intrasectoria-
les.Convienerecordar,porejemplo,lasdisputaspor
“elusopropio”delassemillasylosvariadosintentos
decobroderoyalties.
Desdeadentroloqueseprodujofuelaapariciónde
unsujetonuevo,elcontratistarural,quenoesniuno
sólonitieneunorigencomún.Selopuedecomenzar
aexplicarapartirdelaumentodelaescaladelapro-
ducciónque,asuvez,demandóelusodemaquinarias
másgrandesyespecíficas,comolassembradoraspa-
ra “directa”, que no roturan los suelos, o los aviones
fumigadores.Aquíapareceunainterrelación:lasma-
quinariasmásgrandes,modernasycarasdemandan
mayores superficies para su amortización, pero a la
vezsucapacidaddetrabajoexcedeaestassuperficies.
La nueva realidad abrió la puerta a dos procesos.
Eldelospropietariosdegrandessuperficiesquepo-
dían ofrecer los servicios de su maquinaria a las ex-
plotacionesmáschicas.Yeldelosdueñosdeexplo-
tacionesmáschicasqueposeíanmaquinariasconca-
pacidadexcedentecuyousopodíantambiénofrecer
aterceros.Adicionalmente,elaumentodelarentabi-
lidadagropecuariasetradujoenfuertesaumentosen
elpreciodelatierra.Sibienestosignificóunaganan-
ciapatrimonialparatodos,paralosproductoresmás
chicospasóasermásfácilaumentarsucapitalización
comprandomaquinariasqueadquiriendonuevastie-
rras.Éstasevolvíacasilaúnicasalidaparaaumentar
lasposibilidadeslaboralesdelgrupofamiliar.Final-
mentetambiénaparecieroncontratistasquenoeran
propietarios de tierras y que comenzaron a invertir
enmaquinariaapartirdeladelegacióndeotrosacto-
resoporsusvínculosconél.Talpuedeserelcaso,por
citaralgunosejemplos,deunmecánicodepueblo,de
unantiguoencargadodelparquedemaquinariasde
unagranexplotaciónodeunpilotodeaviónbuscan-
doposibilidadesdenegocios.
Deestabrevísimadescripcióndeunprocesocom-
plejo puede deducirse la gran variedad de tipos de
contratistas en función de su relación con la propie-
daddelatierraydesicontratantrabajoasalariadoose
concentranenelfamiliar(2).Alavezpuedenespecia-
lizarseendistintaslabores,desdelasiembra,lacose-
chaolasfumigaciones,puedenlimitarsutrabajoasu
áreadeinfluenciaobienpuedensernómades,verda-
deros“golondrinasmecanizados”.
Retomandoeldatocentraldelaumentodelprecio
de la tierra por la mayor rentabilidad, el fenómeno
tambiéndiolugaranuevasformasdediferenciación
social. Una de ellas fueron las figuras de arrendado-
res y arrendatarios. Frente a la combinación del au-
mento de las escalas de producción y del precio de
la tierra, muchos pequeños chacareros optaron por
alquilar sus campos. Un comportamiento bastante
distinto al abandono de la producción por expro-
piación de etapas anteriores y una etapa superior y
menosaristocráticadeabsentismo.Porelladodelos
arrendatarios,losarriendospermitieronelaumento
deescalanecesarioparaamortizarlasmaquinarias.
Al mismo tiempo, convivieron con el ingreso de un
sujetopredecibleentiemposdefinancierizacióndel
capital, es decir de abundancia de capitales buscan-
donichosdealtarentabilidad:lospoolsdesiembray
losfondosdeinversiónagrarios.
El nuevo “campo”
Aunque no existen cifras unificadas y los datos de-
ben reconstruirse a partir de distintas fuentes sec-
toriales, el actual pano-
rama del agro muestra
que al menos un 50% de
las tierras productivas se
encuentra bajo alguna
forma de arrendamiento
y que los contratistas se
ocupan de la siembra de
más del 60% de la super-
ficie y de la cosecha en el
80%deláreasembrada.
Una primera aproxima-
ción a la estructura de
clases “ruro-urbanas”
del agro pampeano, cu-
yos cultivos ya son tam-
bién extrapampeanos,
muestra a pequeños, medianos y grandes propie-
tarios y empresarios rurales que se ocupan direc-
tamente de la producción o que la tercerizan total
oparcialmenteatravésdecontratistasoarriendos.
También aparece una pluralidad de contratistas
de distintos tamaños y con distinta relación con la
propiedad de la tierra, incluyendo los “sin tierra”,
con variados tamaños empresarios, grados de es-
pecialización y que contratan o no mano de obra
asalariada.Haytambiénarrendadoresabsentistas,
arrendatarios, gestores de pools de siembra y de
servicios financieros, técnicos, veterinarios y pro-
veedores de insumos. Transportistas y proveedo-
res de acopios y servicios de logística y comerciali-
zación. La mayoría de estos actores ya no necesita
residir en las explotaciones y habita en los núcleos
urbanos. Sólo muy pocos pertenecen a lo que ca-
balmente puede denominarse burguesía agraria.
El grueso integra las nuevas clases medias “ruro-
urbanas”. Son “el campo”, pero no la oligarquía.
Sin embargo, en todosellosexiste una identifica-
ción plena con las demandas políticas sectoriales.
Con prescindencia de la incidencia individual de
cada medida, son los que no querían retenciones ni
limitaciones en el acceso a las divisas. Son mayori-
tariamente pequeños empresarios y profesionales,
trabajadoresmeritocráticosqueasumenlosvalores
del sector. No quieren “planes” sociales, la pobre-
za urbana es para ellos una realidad lejana. El Es-
tado, con su clase política, pero especialmente con
sus impuestos y restricciones, representa el adver-
sario a vencer. En este punto son cabalmente “cam-
pesinos”. No es un arcano adivinar sus preferencias
electoralespresentes.Apesardetodaslascontradic-
cionesdelcapitalismoagrarioyaunqueloscircuitos
productivos sigan conducidos desde afuera por una
decenadecomercializadoras,mayormentemultina-
cionales, se ven a sí mismos como los ganadores del
modeloiniciadoendiciembrede2015. g
1.J.Rodríguez,“Loscambiosenlaproducciónagrícola
pampeana.Elprocesodesojizaciónysusefectos”,
RevistaVocesenelFénix,N°12,marzode2012.
2.J.M.VillullayC.Amarilla,“Loscontratistasdeservicios
demaquinariaenlaagriculturapampeana:¿unaclase
socialensímisma?”,DocumentodeTrabajodelCentro
InterdisciplinariodeEstudiosAgrarios,N°7,FCE-UBA,2011.
*Economista y periodista.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
Entre 1996 y 2006,
la masa salarial
total del sector
agropecuario se
redujo en casi 500
millones de dólares
corrientes.
8 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
Elingresobásicoenla
economíadelosrobots
Del pacto social fordista a la “gig economy”, el trabajo está
cambiando radicalmente. La precarización laboral y el déficit
creciente en los sistemas de seguridad social exigen soluciones
urgentes. El salario básico universal figura en la agenda tanto
de la derecha neoliberal como de la izquierda radical.
Una discusión pendiente
por Francesca Bria*
A
pesardequelatecnologíage-
nera procesos y productos
más rápidos, baratos y me-
jores, junto a avances en las
ciencias biológicas, la inteli-
gencia artificial y el big data, vemos cre-
cerlasdesigualdadesdelingreso,delari-
queza y del poder político. Para entender
haciadóndevamosyporquéestamosan-
teladesaparicióndelosbuenostrabajosy
unacrecientepolarizacióndelasociedad,
debemosampliarnuestrofocomásalláde
unmeroanálisisdelcambiotecnológicoy
lastendenciastécnico-económicas.
Nosenfrentamosalcolapsoestructural
delcontratosocialdelsigloXX(lademo-
cracia social del New Deal), que proveía
cobertura y protección a los trabajadores
y una redistribución entre renta y mano
deobraatravésdesalariosmínimosnego-
ciados por el Estado, acuerdos colectivos
queinvolucrabanalossindicatosy,porsu-
puesto,unaestructuraimpositivapodero-
sa.Esepactosocialyanosesostieneyhoy
se consolida una nueva generación que
se siente cada vez más excluida: parte del
problema pasa por la financiarización de
laeconomía,poreltraspasomasivoderi-
quezadelaeconomíarealalossectoresfi-
nancierosydealtatecnología,porlairrup-
ción de las plataformas monopólicas y la
gigeconomy(unaeconomíabasadaenem-
pleospuntualeseintermitentesynoyaen
los puestos permanentes de la era indus-
trial)yelaugedelasmáquinasengeneral.
El rápido cambio tecnológico, motiva-
doprincipalmenteporlaintroducciónde
las tecnologías de información y comu-
nicación en todos los sectores de la eco-
nomía, no produjo una edad dorada de la
sociedad del conocimiento ni las prome-
tidas inversiones en tecnologías susten-
tables, nuevos trabajos y bienestar. Lejos
deello,lapolarizacióndelingresoaumen-
ta, los salarios siguen cayendo y la tasa de
progreso tecnológico disminuye (1). Esta
situaciónsevefavorecidaporlaincapaci-
daddelosgobiernosdeaplicarimpuestos
alasgananciasprovenientesdelaaltatec-
nologíaygravardemaneramásdecididaa
losgigantesfinancieros.
El auge de la economía robótica
Apesardelosavancesnotablesdelosúlti-
mosaños,laautomatizacióntotalestáaún
en sus inicios. La tecnología de semicon-
ductoresvieneprogresandoaunatasadel
40% desde hace más de 50 años. Esto dio
piealacreacióndemáquinasinteligentes,
desderobotsyautosautónomoshastadro-
nes,queestántransformandolaeconomía.
La llamada “Internet de las cosas” (la co-
nexiónalareddeobjetosdeusocotidiano,
desdeelectrodomésticoshastaautos)ylas
“ciudades inteligentes” se expanden. La
economía está virando de la manufactu-
raciónala“infofacturación”:lascapacida-
des de la industria manufacturera están a
puntodecambiarradicalmentegraciasala
robóticaylacomputarizaciónyalaugede
loquelascompañíasalemanasllaman“In-
dustria4.0”,quehacereferenciaalasfábri-
casinteligentescuyotrabajosebasaenuna
combinaciónderobots,interconectividad,
digitalización,impresión3D,etc.
La tecnología ya no es más una maqui-
naria que solo automatiza tareas físicas;
también está empezando a automatizar
tareas mentales. El auge de la inteligen-
ciaartificialgeneraráunatransformación
aúnmayor.Lasmáquinasempiezanacom-
prender nuestro discurso y a identificar
patronesdedatoscomplejos.Porejemplo,
ladivisióndeGoogleDeepMindestádesa-
rrollandoalgoritmoscapacesdeaprender
porsímismos.Unejemplodecómolainte-
ligenciaartificialestácambiandolasocie-
dadeselacuerdoentreGoogleDeepMind
y el Servicio Nacional de Salud británico,
queledioaccesoaGooglealosdatosde1,6
millones de pacientes, incluyendo histo-
rialesmédicosydatosentiemporealpara
desarrollar predicciones, lo cual puso en
alertaalaopiniónpúblicasobrecuestiones
deprivacidaddelosciudadanos.
Los gigantes tecnológicos se desplie-
gancadavezmásenelterrenodelasalud,
laeducación,eltransporteylavivienda, y
empiezanabrindarserviciosantesprovis-
tosporelEstado.Laexpansióndelaindus-
triatecnológicanosoloafectaalamanufac-
turayala“cuartarevoluciónindustrial”,tal
comoladefinióelempresarioalemánKla-
usSchwabenelForoEconómicoMundial:
esmuyprobablequeGoogle,Facebookyel
restodelosgigantesdigitaleseventualmen-
tedirijanlasinfraestructurasbásicassobre
lascualesfuncionanlassociedadesdehoy.
Laeconomíarobóticayaestáaquí.Fox-
conn, la fábrica más grande del mundo
(productora del iPhone de Apple, entre
otrascosas),queempleaamásdeunmillón
detrabajadoresenChina,yaestáinstalan-
do robots a una tasa de 10.000 al año, y se
estimaqueel30%desusempleadosserán
reemplazados por robots antes del 2020.
Amazon tiene 15.000 robots trabajando
en sus centros de distribución. Al mismo
tiempo,lascompañíastercerizancadavez
más el trabajo hacia sus propios clientes:
reemplazantrabajadoreshumanosconsis-
temasautomáticosdeautoservicio,alaho-
radecomprarenunalmacén,encargaruna
hamburguesaopagarunestacionamiento.
En la cadena de supermercados Tesco de
Gran Bretaña, por ejemplo, el 80% de las
transaccionesyasondeautoservicio.
En este contexto, parece claro que la
inteligencia artificial reemplazará pro-
gresivamente todas las tareas repetitivas,
de rutina y algorítmicas. Según el econo-
mista especializado en tecnología Brian
Arthur, esta “segunda economía”, en la
que las computadoras sólo hacen nego-
cios con otras computadoras reemplaza-
rá, hacia 2025, el trabajo de alrededor de
100millonesdepersonasentodoelmun-
do.Investigacionesrecientesindicanque
el 35% de los trabajos en Gran Bretaña, e
incluso más en Estados Unidos, corren el
riesgo de ser automatizados (2). La com-
binación de los autos sin conductor y de
Uberdestruiráunos4millonesdepuestos
de trabajo en Estados Unidos. De hecho,
Uber ya ha implementado sus nuevos au-
tos sin conductor en Pittsburgh. Amazon
está reemplazando trabajadores de los
sectoresdeventasy,siimplementaladis-
tribucióncondrones,lograráautomatizar
tambiénáreasdedepósitoytransporte.
En suma, estamos ante un efecto de
desplazamiento masivo que implica más
destrucción de trabajos que creación de
nuevos puestos. Los gigantes tecnológi-
cos obtienen ganancias enormes y cada
vez más gente es empujada hacia el sec-
tor de servicios de la economía, con bajos
salariosotrabajostemporariosenventas,
restaurantesytransporte,hoteleríaycui-
dadodeniñosyancianos.
Precarización y “uberización”
Estas tendencias se ven reforzadas por
el auge de la “economía por demanda” o
“gig”.Lascompañíasdeserviciostradicio-
nalesestánsiendodesplazadasporlosin-
termediariosdelainformación(Amazon,
Google,Airbnb,etc)quecontrolanlaspla-
taformasdigitales,quesoncapacesdeex-
traergrandesrentasderedesdeexternali-
dadesyseconviertenrápidamenteencua-
si monopolios: la llamada “uberización”
delosservicios.Alcontrolarlaplataforma,
estascompañíasconviertentodo–desdela
saludhastalavivienda–enunactivo,yca-
datransaccióneconómicaseconvierteen
una subasta. Como es sabido, nada mini-
L
a economía tecnológica, los ro-
bots, la inteligencia artificial y
el modelo Uber traen apare-
jadas paradojas. Mientras los
dueñosdeApple,Amazon,Google,Face-
bookyMicrosoftocupaneltop10delos
multimillonarios de Forbes, un crecien-
te número de personas se desplazan a
la economía freelance o de servicios, con
salarios cada vez más bajos.
Frenteaesteproblema,elsalariouni-
versal parece una solución posible, se-
gún perspectivas opuestas como la de-
recha neoliberal y la izquierda radical.
Los gurúes de Silicon Valley proponen
un “impuesto a los robots”. Sin embar-
go, no discuten el esquema de riqueza
de nuestra época, que incluye enviar
sus ganancias extraordinarias a cuentas
offshore y plataformas monopólicas.
Francesca Bria, encargada de tecno-
logía ciudadana de Barcelona, propo-
ne retomar una perspectiva más social,
la de los economistas marxistas italia-
nos. Según ella, si el ingreso universal
no es acompañado por una redistri-
bución de las ganancias, el modelo no
será sustentable.
Pero mientras definimos el modelo
ideal, urge avanzar en soluciones. Ca-
nadá, Finlandia, Holanda, Suiza y Kenia
yaloestánhaciendo,condistintaspers-
pectivas. Para ellos, la transformación
digital será distinta. Al menos, no los to-
mará de sorpresa. g
Natalia Zuazo
Debates
del
futuro
| 9
Juan Lecuona, sin título, 2011 (Gentileza Galería Jorge Mara - La Ruche)
mizamásloscostos–enparticularloscos-
toslaborales–queunasubasta.
Peromásalládelacapacidaddeextraer
gananciasdetodoslospuntosdeunatran-
sacción,desdeelpuntodevistadelasrela-
cioneslaboraleslasempresasdeeconomía
deintercambiooperanenunmodelopre-
previsional: la cobertura social de los tra-
bajadores es mínima y casi no hay posibi-
lidadesdeestableceracuerdoscolectivos.
Uber está intentando transferir cada vez
más costos, ligados a seguridad y educa-
ción,directamenteasusconductores,quie-
nesahoraluchanporunsalariomínimo.El
“capitalismodelasplataformas”buscacon-
vertiralostrabajadoresenemprendedores
precarizados,enmicrorrentistasqueacep-
tentrabajarademanda,viviendoaldía,de
pagoenpago.Estanuevaformadetrabajo
tambiénimplicauncontroldelamente.A
lostrabajadoresdelaetapatayloristaseles
pedíaque,unavezfinalizadalajornada,se
desconectaran.Alostrabajadoresdehoyse
lesexigequenosedesconectennunca,que
esténdisponibleslas24horasdeldía.
En este contexto, para debatir el futu-
ro del trabajo en el siglo XXI es necesa-
rio considerar la dimensión de clase de la
inequidad y el crecimiento de la llamada
“clase precarizada” (“precariat”). Asis-
timos a una creciente frustración y rabia
en la clase trabajadora, la clase media y la
juventud provocada por la inestabilidad
económica, el desempleo y la precariza-
ción, tal como demuestran las múltiples
protestas registradas en Europa, como la
revuelta generacional francesa contra la
nueva ley laboral, el “Movimiento noche
de pie” (Nuit debout mouvement), que ha
ocupado plazas e impulsado huelgas du-
rante el último año. El desempleo juvenil
en Europa ha alcanzado picos de más del
40%enPortugal,EspañaeItalia.
Luego de la recesión de 2008, frente a
la perspectiva de un desempleo de largo
plazo, muchos trabajadores no tuvieron
más remedio que convertirse en autóno-
mos o buscar contratos temporales. En
GranBretañahaaumentadoelnúmerode
contratosdecerohorasenelsectorservi-
cios. En Estados Unidos, el universo de la
economíapordemanda,delostrabajado-
res independientes y freelance alcanza al
20% del total de la fuerza de trabajo. Me-
nosdel7%delostrabajadoresestadouni-
denses se encuentran sindicalizados. Ca-
da vez más, las personas no saben lo que
ganarán al mes siguiente. El mercado la-
boral se ha convertido en un mercado-
subasta que no les da ninguna seguridad
a los trabajadores. Como consecuencia,
los jóvenes y los trabajadores tempora-
riosnopuedenplanificarsufuturo,pagar
lascuentas,obtenerpréstamosparairala
universidad,formarunafamilia,comprar
unacasaopagarunahipoteca.Vivenatra-
pados en esta trampa de la precariedad,
que se conjuga además con el creciente
déficitdelaspolíticasdeseguridadsocial.
La economía actual, en suma, encierra
unaparadoja:elaumentodelaproductivi-
dadcomoconsecuenciadelcambiotecno-
lógicogeneraenormesganancias,altiempo
quelossalariospierdencadavezmáspeso
relativo.Lascompañíastecnológicascrean
eincorporantecnologíaparareemplazarla
manodeobra,perosedebilitalademanda
agregada.¿Quién vaacomprartodosesos
productosenelfuturo?Apesardelosavan-
cesdelaeconomíarobóticadelaabundan-
ciaydeloscostosmarginalesnulosdeacce-
soalainformacióndigital,losmercadosde
hoy se caracterizan por la persistencia de
grandesmonopolios,comolaseconomías
enredde Google,UberyAmazon.¿Cómo
reconciliarloscostosmarginalesnulosde
los bienes de información con la tasa a la
cual se crean nuevos multimillonarios de
la tecnología? ¿Cómo usar la abundancia
bóticadicequegeneraráenormesriquezas
paralosdueñosdelasplataformas,quelue-
goayudaránalasociedadapagarloscostos
agregados, sirviendo espontáneamente al
bien común. Sin embargo, esto no sucede,
ylasgananciasquenosegravannopueden
serreinvertidasenbienestarsocial,empleo
yplanesdesalariobásico.
Peroademástodoindicaquehabrácam-
biosenelfuturo.ElbienestarsocialdeSili-
conValleyysueconomíadebienesgratui-
tos, que hoy es subsidiada por publicidad
y vigilancia, no durará para siempre. De
hecho,laperspectivamásprobableesque
los ciudadanos, encerrados dentro de sus
infraestructuras digitales, tengan que co-
menzarapagaraestascorporacionespara
poderteneracceso,convirtiendoasílosser-
viciossocialesbásicosenunprivilegio.
Como han reclamado los economistas
marxistasitalianosdurantelosúltimosvein-
te años, tenemos que introducir un salario
básicogarantizadocomoingresoprimario,
como respuesta a las inequidades que trae
aparejadasel“capitalismocognitivo”dehoy,
enelqueeltrabajosocialnoreconocidoyno
remunerado,eltrabajoinformal,lastareas
decuidado,eltrabajoafectivoyrelacional–
todosfundamentalesparalaeconomíayso-
ciedadactuales–,tienenunrolcadavezmás
central.Elsalariobásicoseráimportantepa-
ra estabilizar las sociedades en un sistema
deproducciónydecreaciónderiquezaque
sehavueltocadavezmáscolectivoysocial,
mientrasquelasgananciassoncadavezmás
privadas.Elsalariobásicopermitiráqueel
trabajocreativoreemplacealastareasruti-
nariasyalgorítmicasque,detodosmodos,ya
estánsiendoreemplazadasporlainteligen-
ciaartificial.Loquenecesitamosesunsala-
riobásicocomodividendodelaproductivi-
dadaumentadaporlosrobotsquevuelvaa
lasociedadresponsabledeproducircolecti-
vamenteesariqueza.Un“dividendobásico
universal”,comopropusoelexministrode
EconomíagriegoYanisVaroufakis.
Lapreguntaes:¿quiénseestáquedando
conlasgananciasdelosdividendosdigita-
les?¿Cómopodemosgarantizarqueesaga-
nancianodescanseencuentasoffshoresino
queseinviertaeninfraestructurasocialpa-
racrearvaloralargoplazoparalasociedad
ypromoveruncrecimientointeligente,in-
clusivoysustentable?Elsalariobásiconoes
lasoluciónalacrisisglobalactual,sinouna
base.Eldesafío,desdemipuntodevista,no
tienequeverconladesaparicióndelostra-
bajos,sinoconladistribucióndelingreso,y
conladefinicióndeuncaminoalargoplazo
paraestecambio.Eldesafíoesdesarrollar
unaeconomíasocialyunsistemaprevisio-
nal que no estén exclusivamente orienta-
dos hacia el mundo laboral. Necesitamos
unarevoluciónenmuchosdenuestroshá-
bitosyórdenessocialesyeconómicos.Te-
nemos que inventar nuevas instituciones
(comoelsalariobásico)quelesaquenpro-
vechoaestatransformacióndebasetecno-
lógicaparaelbeneficiocolectivo. g
1.SegúnTylerCowen,autordeElgranestancamiento
(2011),laeconomíaestadounidensevivióunaexpansión
tecnológicaproductodelapostRevoluciónIndustrialque
enlosúltimoscuarentaañosgenerómenosriquezadelo
quesecree,perolosgobernantessiguendandorespuestas
comosielcrecimientofueraelmismo.Estogeneraun
malestar–yconflictos–enlapolíticayenlaeconomía.
2.“Thefutureofemployment:howsusceptible
areJobstocomputerisation”,CarlFreyy
MichaelOsborne,UniversidaddeOxford,
2013.Disponibleen:http://bit.ly/1mj2qSJ
3.SegúndijoLucaMaestri,ChiefFinancialOfficer
(CFO)delacompañía,enunaconferenciaen
febrerode2017(“Applehas$246billionincash,
nearlyalloverseas”,CNNMoney,1–2–17).
*Jefa de Tecnología e Innovación Digital de la ciudad
de Barcelona. Doctora en Innovación, Emprendi-
miento y Diseño, Imperial College de Londres.
Traducción: Virginia Higa
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
generada por los robots y cómo distribuir
las ganancias económicas? No se trata de
unacuestiónsimplementeeconómicasino
deunadiscusiónpolíticaydepoder.
Salario básico universal
LaselitestecnológicasdeEstadosUnidos
abogan hoy por el salario básico, que ha
sido defendido de modos muy diversos,
tanto por la izquierda radical como por
la derecha neoliberal. Para muchos espe-
cialistasdeSiliconValley,elsalariobásico
es una herramienta de protección para la
gentequeperderásutrabajoacausadela
globalizaciónyelcambiotecnológico,yal
mismo tiempo una forma de volver al Es-
tadomáseficienteyausteroaleliminarla
burocraciaprevisional.Laideaessimple-
mente darle dinero a la gente: un salario
básico universal como red de asistencia
social última. Otros experimentos públi-
cos a gran escala tienen lugar en Canadá,
FinlandiayHolanda.InclusoSuizahace-
lebrado un referéndum nacional sobre el
salariobásicouniversal.Google.orgesuna
de los fundadoras de un experimento en
Kenia (una prueba al azar que proveerá a
6.000 kenianos de un ingreso básico du-
rante una década), mientras que Y Com-
binator, una de las empresas acelerado-
rasdestartupsmásinfluyentesdeSilicon
Valley, está desarrollando un proyecto de
investigaciónsobresalariobásicoconuna
primerapruebapilotoenOakland.
Sostengo que necesitamos una pers-
pectiva sobre el salario básico que no sea
neoliberal. La pregunta central es quién
pagará por el salario básico, dado que los
Estadosestánendeudadosyamenudotie-
nenpocoespaciofiscalparaimplementar
medidasdeestanaturaleza.BillGatespro-
poneun“impuestoalosrobots”paralidiar
coneldesempleotecnológicocausadopor
la automatización. Sin embargo, gravar a
los robots sigue sin resolver el problema
principal. La razón por la cual la indus-
tria tecnológica tiene tanto dinero es que
los gobiernos ya no lo tienen. En su lugar,
ese dinero descansa en las cuentas offs-
hore de las empresas de Silicon Valley y
WallStreet.MiremossinoaApple,queha
anunciado hace poco que cuenta con 230
milmillonesdedólaresenefectivopoten-
cialmentegravable–perofueradeEstados
Unidos–(3)oaGoogle,quesehaconverti-
doenlasociedadanónimamásvaliosadel
mundo luego de anunciar que sus ganan-
ciasglobalesaumentaronun13%llegando
a75milmillonesdedólareselañopasado,
haciendo de Alphabet, su controlante, la
compañía más valiosa del mundo. Tam-
biénlavaluacióndeUber,AirbnbyLyftpa-
receninmunesaladeflacióndelmercado.
Hay una brecha enorme entre los ingre-
sosdeestasempresasylavaluacióndees-
tetipodecompañías.Porejemplo,Airbnb
recolectó 3,1 mil millones en capitales de
riesgoyhoytieneunavaluaciónde30mil
millones,locuallaharíavalercasidiezve-
cesmásquesusingresosiniciales,unvalor
mucho mayor que el de los hoteles Hyatt.
Uberhoyendíaestáaumentandosusfon-
dosyseestimasuvaloren50milmillones,
cifraquincevecessuperiorasusingresos.
Enrealidad,losmultimillonariostecno-
lógicosdeSiliconValleyquepromuevenel
salariobásicosonelprincipalobstáculopa-
ra la implementación del mismo. Es claro
quenoseránellosquieneslopaguen,yaque
prefierenponersuefectivoencuentasoffs-
hore, como revelaron los Panamá Papers.
El Foro Económico Mundial declaró que
elvalor–paralasociedadylaindustria–de
latransformacióndigitalpodríasermayor
a100billonesdedólarespara2025.Eldis-
curso habitual al analizar la economía ro-
10 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
Elnuevopaisajemediático
deEstadosUnidos
La prensa estadounidense atraviesa una crisis similar a la que vive la
prensa mundial. La lógica mercantil se impone sacrificando contenido
y calidad en favor del infoentretenimiento y el modelo digital no
termina de ser rentable. Por su parte, los medios que apuestan por
otro periodismo y por otras audiencias enfrentan enormes obstáculos.
Las tensiones de un modelo en plena transformación
por Rodney Benson*
hacelargotiempo.Enlosañosochenta,un
grupo que cotiza en Bolsa como Gannet,
que publica en particular USA Today (el
periódiconacionalmásvendidodelpaís),
alcanza con sus cien títulos una ganancia
neta del 25%, incluso más. Se impone co-
mo un modelo. ¿La receta? Eliminar a la
competenciaconelobjetodegarantizarse
un monopolio local, reducir el personal y
comprimirlospresupuestos,llenarlaspá-
ginas con noticias baratas y maximizar la
publicidad.Hastahacepocorepresentaba
el80%delacifradenegociosdelaprensa
escrita estadounidense, o sea, la más alta
proporciónenlospaísesoccidentales.
El giro del compromiso al servicio del
públicohacialalógicamercantilapareció
a plena luz cuando, un día de 1986, Wall
Streethizocaerlacotizacióndelasaccio-
nesdeKnightRidderprecisamentecuan-
doellegendariogrupodeprensaacababa
decosecharsietepremiosPulitzer,unade
las más prestigiosas recompensas profe-
sionales del mundo. Un analista bursátil
habría explicado entonces a Frank Haw-
kins, director del conglomerado, cuando
lo interrogaba sobre la causa de esa pér-
dida: “Eso ocurre porque ganas demasia-
dos Pulitzer. El dinero consagrado a esos
proyectosdeberíaquedarseenelcasillero
‘resultados’” (4). La presión siguió acen-
tuándoseenlosañosnoventa,poniendola
optimizacióndelasgananciasporencima
decualquierotraconsideración.
Precisamente en este contexto poco
glorioso sobrevino, por olas sucesivas, la
crisis de comienzos del siglo XXI: la de-
clinación de los clasificados y de las pro-
pagandasimpresasnocompensadaporla
actividad online; las crisis financieras de
2001 y 2008, que recortaron todavía más
los ingresos publicitarios. Entre 2005 y
2016,estosúltimospasaronde49a20mil
millonesdedólares,deloscualessolamen-
teel30%fueronrecolectadosonline,don-
delastarifassonmenoselevadas.Aunque
enaumento,losingresosdelosabonosno
compensanlaspérdidaspublicitarias.Las
cotizaciones de las acciones se vinieron
abajoyunterciodelos60.000empleosde
tiempocompletodelaprensaescritades-
aparecieron,recayendoloscortesmásim-
portantes en el reportaje, la investigación
ylacoberturadelosasuntospúblicos(5).
Resultado: una cantidad creciente de
gruposbiencotizadosvendendiariosim-
portantes a grandes fortunas. En 2013, el
fundador de Amazon, Jeffrey Bezos, ad-
quirió The Washington Post, y el propie-
tario del equipo de béisbol de los Boston
RedSox,JohnHenry,compróTheBoston
Globe. El año siguiente Glen Taylor, pro-
pietario del equipo de básquet del Min-
nesota Timberwolves, echó mano del
Star-Tribune, el diario más importante
de ese Estado. A fines de 2015, el multi-
millonario conservador Sheldon Adel-
son adquirió Las Vegas Review-Journal.
Estos magnates introdujeron algo de di-
versidad en un universo económico ho-
mogéneo y, si lo desearan, podrían resis-
tirlapresiónalaquelossometelaganan-
cia. The Washington Post y The New York
Timesfueronprecursoreseninvestigarla
administración de Trump, y no es casua-
lidad si ninguno de los dos está en manos
de un grupo de medios (la mayoría de las
acciones de The New York Times perte-
necen a la familia Sulzberger). Este tipo
de propiedad individual suscita nuevas
inquietudes sobre posibles sesgos polí-
ticos, conflictos de intereses o faltas de
transparencia. Trump aprovechó la oca-
sión para tuitear contra el “AmazonWas-
hingtonPost” y amenazó a la empresa de
venta online con una investigación anti-
trust para intimidar a Bezos. Si bien las
motivaciones reales del presidente esta-
dounidense no dependen con seguridad
H
ace medio siglo, el presi-
dente estadounidense Ri-
chard Nixon fustigaba a
“los medios” como si se
tratara de una única enti-
dad indistinta. En una época dominada
porunaspocascadenasdetelevisión,re-
vistas y periódicos, no estaba totalmen-
te equivocado. Sin embargo, desde co-
mienzos de los años 2000, el paisaje se
ha diversificado mucho.
Pueden distinguirse por lo menos tres
familias, abarcando todos los géneros y
soportes. En primer lugar la familia del
infoentretenimientomasivo(1),consitios
internetbienestablecidoscomoBuzzFeed
yelHuffingtonPost,asícomograndesca-
denasdetelevisiónnacionales(CBS,ABC,
NBC, CNN) y sus filiales locales. Luego
vienelafamiliapartidaria(2),representa-
daporFox(conservadora),MSNBC(pro-
gresista), radios principalmente conser-
Washington, 8-6-17 (Yuri Gripas/Reuters)
vadoras, la blogósfera y las sátiras políti-
cas como “The Daily Show”, presentado
por Trevor Noah, y “Last Week Tonight
with John Oliver”. La tercera familia pri-
vilegiaunperiodismodecalidadcontítu-
los como The New York Times, The Wall
Street Journal, Politico, revistas naciona-
lescomoTimeyTheAtlantic,asícomolos
principales diarios regionales. Los secto-
res público y asociativo, minoritarios pe-
ro dinámicos, en ocasiones proponen un
contrapeso a ese sistema indexado sobre
laeconomíademercado.
Pero los límites entre estas categorías
son flexibles y porosos. Cadenas de tele-
visión y sitios como el Huffington Post y
Vox intentan reconciliar periodismo de
calidad e infoentretenimiento; la neu-
tralidad política ostentada por The New
York Times y otros medios dominantes
es fuertemente impugnada por críticos
conservadores. En el otro extremo del
espectro, cuando el mayor operador de
televisión local, Sinclar, mirado por el
70% de los hogares estadounidenses, re-
cluta a un ex portavoz de Donald Trump
en el puesto de analista político en je-
fe, le reprochan utilizar sus 173 cadenas
para “promover un programa esencial-
mente de derecha” (3).
Ganancias vs. calidad
Para comprender bien el advenimiento
de este nuevo ecosistema hay que volver
al período que siguió a la supuesta “edad
deoro”delosañossetenta,marcadaporel
Watergate:losañosochentaynoventa,en
cuyo transcurso la ganancia se convirtió
enelprincipioyelfindelosmedios.
MientrasqueenFranciaunagrancan-
tidad de diarios gastan más de lo que ga-
nanynopodríansobrevivirsinlasayudas
públicas, la información da buenos divi-
dendos en Estados Unidos, y esto desde
| 11
solo del derecho a la competencia, tam-
biénesciertoqueAmazondominaunnú-
mero creciente de sectores, lo que multi-
plicalosriesgosdeconflictodeintereses.
La debilidad del sector público
Para la mayoría de los ciudadanos, la te-
levisión sigue siendo la principal fuente
de información (57% de los adultos recu-
rríanaestemedioen2016,contraun38%
a Internet, según el Pew Research Cen-
ter). Preocupados por mantener su au-
dienciaenlaeradelcableydeInternet,los
grandesnoticierostelevisivos(ABC,CBS,
NBC) se vuelven cada vez más sensacio-
nalistas y superficiales. La cobertura de
lascuestionesdefondodurantelacampa-
ñapresidencialpasódedoscientosveinte
minutos en 2008 a treinta y dos minutos
en2016(6).Alainversa,lossitiosabierta-
mente partidistas, como los radicales de
derechaBreitbarteInfoWars,tratancues-
tionesdefondoperodeformanloshechos,
cuandonomientenlisayllanamente.
En la mayoría de las democracias se-
ría lógico que el Estado intervenga pa-
ra paliar el derrumbe económico de este
sistema hiper comercial, marcado por la
subproducción de informaciones de ca-
lidad y la superproducción de noticias
sensacionalistas y engañosas. En Estados
Unidos, en cambio, una acción pública
suscitaríalaoposiciónsalvajedeunacoa-
lición de conservadores anti Estado y de
periodistas profesionales motivados por
una lectura rigorista de la Primera En-
mienda, que a su juicio prohíbe toda ac-
cióndelEjecutivoenlaprensa.Porcierto,
losmediosdel“serviciopúblico”noestán
aresguardodelaspresionesestatales,pe-
rocomosuautonomíasebeneficiadeuna
cen un amplio abanico de temas, ideas y
formatos. Recopiladores como el Huff-
ington Post y BuzzFeed producen cada
vez más contenidos originales, incluyen-
do informaciones y reportajes políticos.
Politico y The Hill dan una imagen deta-
lladadelasbambalinasdelapolítica.Más
allá del Top 50, sitios más modestos co-
moMedium(lanzadoporEvanWilliams,
el cofundador de Twitter) privilegian los
largos artículos de fondo. Dos merecen
una atención particular por sus prácticas
periodísticassingulares:VoxyViceNews.
Lejos de las exclusivas, los redacto-
res de Vox escogen temas complejos, co-
mo el conflicto sirio, el “Obamacare” o el
cambio climático, y aportan un análisis
en profundidad mechado con gráficos,
preguntas y respuestas y diaporamas.
Dossiers temáticos, lúdicos pero serios,
tratan acerca de temas tan variados co-
mo “Los 18 mejores programas televisi-
vos disponibles en la actualidad” (pues-
to al día todas las semanas), “Violencias
policiales: 9 hechos que hay que cono-
cer” (4 de enero de 2016), “El Bitcoin
explicado” (3 de noviembre de 2015) y
“Comprender el sistema migratorio es-
tadounidense” (4 de agosto de 2015).
Vice se caracteriza por un periodismo
en profundidad con un tono muy perso-
nal que pone el acento en el aspecto vi-
sual. En su serie de documentales difun-
didos en la cadena de cable Home Box
Office (HBO) –pero también disponi-
blesgratuitamenteensusitioosucadena
YouTube–, ofrece un panorama valioso
delavidacotidianaenpaísescomoUcra-
nia, Corea del Norte, la República Cen-
troafricanaeincluso,en2014,enlosterri-
torios en posesión del Estado Islámico
protección estructural, como en el Reino
Unido,enAlemaniayenlospaísesescan-
dinavos (7), en general proponen infor-
macionesmuchomásprofundasycríticas
quesusequivalentescomerciales.
En comparación con otros grandes
países democráticos, Estados Unidos
tiene el sector más pequeño de medios
subvencionados. Los financiamientos
del Public Broadcasting Service (PBS) y
delaNationalPublicRadio(NPR)repre-
sentan menos de 3 euros por habitante,
contra70eurosenFrancia,86eurosenel
ReinoUnido,116eurosenAlemaniay152
euros en Noruega. En realidad, la mayo-
ría de los fondos de PBS y NPR proviene
de donaciones, en virtud del estatuto hí-
brido de esos grupos audiovisuales, a la
vez público y sin fines de lucro. Sin em-
bargo, aún incluyendo esas donaciones,
los medios públicos estadounidenses no
reciben ni 8 euros por cabeza (8).
El modelo digital
Aunque hayan revisado a la baja sus am-
biciones periodísticas luego de la cri-
sis económica, los medios comerciales
“tradicionales” (es decir, empresas que
producían en el origen diarios, revistas
y cadenas de televisión) siguen siendo
dominantes, tanto en términos de volu-
men de negocios como de beneficios o
de audiencia online. Los principales si-
tios de información, el Huffington Post y
BuzzFeed,generanmuypocasganancias,
incluso ninguna. Lejos estamos del mar-
gen habitual de 8 a 15% de la prensa en
papel,sincontarlosresultadosabultados
de las cadenas de información por cable.
Los medios digitales financiados úni-
camente por publicidad online trabajan
con equipos minúsculos y peor pagos
quelasredaccionestradicionales.Laver-
sión estadounidense del Huffington Post
cuenta con apenas unos 250 redactores
de tiempo completo, muchos de los cua-
les se contentan con reciclar lo que pro-
ducen otros órganos de prensa, mientras
que The New York Times emplea a 1.300
periodistasprofesionalesdetiempocom-
pleto, de los cuales ninguno agrega, su-
puestamente,contenidosyaexistentes.
SegúnlosdatosrecogidosporComSco-
reen2015,losmediostradicionalesatraen
másinternautasquesuscompetidoresna-
cidos online. Dentro de lo normal, ABC,
CNN, NBC, CBS, USA Today, The New
YorkTimesyFoxfiguranentrelosdiezsi-
tios de información más consultados en
Estados Unidos. Incluyendo las importa-
cionesbritánicascomolaBBC(15º)y The
Guardian(17º),ocupan29delosprimeros
50lugaresdeestaclasificación.
El hecho de que 21 medios de la nueva
generación figuren en esta clasificación,
sin embargo, da cuenta de una transfor-
mación notoria. Los órganos de prensa
presentes únicamente en internet ofre-
Siete empresas
que cotizan en
Bolsa poseen
un cuarto de
los diarios
estadounidenses.
d
12 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
(documental que ganó el prestigioso
premioPeabody).SegúnDannyGold,co-
rresponsal de Vice, se trata de “borrarse”
y de servir de “puente” para que los pro-
tagonistas del documental expresen su
punto de vista personal (9). Vice llega a
un público mucho más joven –25 años en
promedio–quelosmediostradicionales.
De todos modos, hay un punto oscuro:
el que hace planear sobre la información
elpublirreportajemodernoconocidocon
elnombrede“publicidadnativa”,porque
loscontenidospatrocinadoscomienzana
sersutilmenteintegradosenelcorazónde
lalíneaeditorial.Vice,igualqueBuzzFeed,
es uno de sus pioneros gracias a su agen-
cia de marketing Virtue. Por ejemplo uno
desussitios,llamadoTheCreatorsProject
yfinanciadoporsu“asociadofundadorIn-
telligentsia”,proponereportajesdondein-
genieros y artistas utilizan material de la
marca de informática. La denominación
“asociado fundador” sugiere que las mar-
casnosecontentanconasociarsunombre
aunprogramasinoquebuscaninfluirenla
líneaeditorialsegúnsusintereses.
Detrás de la imagen tendencia y alter-
nativa cultivada por Vice se oculta un es-
quema comercial que no puede ser más
capitalista. Entre sus inversores se en-
cuentra la Fox (James Murdoch, hijo del
magnate Rupert Murdoch, sesiona en
adelante en su consejo de administra-
ción), Time Warner Inc., Hearst, Disney,
A&E Network y cantidad de otras socie-
dades de capital de riesgo. En suma, los
nuevossitiosdeinformaciónonlineofre-
cen un paisaje contrastado. Sus cualida-
des distintivas podrían resultar frágiles
una vez recuperado y domesticado el im-
pulsoexperimentalinicialporlosimpera-
tivoscomerciales.
Los límites de la alternatividad
A menudo se da por descontado ese
principio: los ámbitos donde los medios
comerciales no pueden o no quieren
aventurarse, sobre todo la investigación
y el reportaje sobre cuestiones sociales,
incumben a la filantropía. Pero el perio-
dismo sin fines de lucro ¿basta realmen-
te para colmar el vacío?
Entre2005y2014,308mediossinfines
de lucro aparecieron en Estados Unidos,
en veinticinco Estados (10). La mayoría
funcionaba esencialmente gracias a cola-
boracionesdegrandesfundacionescomo
Ford,MacArthur,GatesyKnight,ydecían
garantizar una forma de servicio público.
Unestudiorecientesobre18deellos(tan-
to locales o regionales como federales)
muestra que asignan del 34 al 85% de su
presupuesto al editorial, contra el 12 al
16% promedio de los medios comerciales
(11). En general se especializan en los re-
portajes e investigaciones sobre política
internaorelacionesexteriores.
Esa prensa sin fines de lucro contri-
buyó a la renovación del periodismo de
investigación, como el sitio ProPublica
(fundadoen2008),laureadocondospre-
miosPulitzer,yotrosmenosrecientespe-
ro en plena expansión: el Center for In-
vestigative Reporting (fundado en 1977)
y el Center for Public Integrity (fundado
en1989).ProPublica,porejemplo,enfocó
los proyectores en la Cruz Roja (“Cómo
la Cruz Roja recolectó quinientos millo-
nes de dólares para construir seis vivien-
das en Haití”) (12), en las relaciones inte-
resadasentrelaReservaFederalyciertos
gigantes financieros, o incluso en los es-
fuerzos particularmente agresivos de los
hospitales para recuperar el dinero que
lesdebenfamiliasmodestas.
A pesar de estas realizaciones, todas
arraigadasenunacorrientedereformis-
mo liberal de izquierda, las fundaciones
no pueden contrabalancear el fracaso
económico del periodismo comercial
estadounidense. Las donaciones a los
órganos de prensa alcanzan a lo sumo
150 millones de dólares por año: una go-
ta de agua respecto de la pérdida de los
ingresos publicitarios en la gran prensa.
Losmásimportantesmediossinfinesde
lucro, ProPublica y el Christian Science
Monitor, emplean entre 70 y 80 perio-
distas cada uno. Pero muchos otros me-
diosfuncionanconequiposdeunadoce-
na de periodistas como máximo.
Además, la mayoría de las fundacio-
nes no se comprometen a largo plazo.
Con sus consejos de administración do-
minados por jefes de empresa, conci-
ben su acción como una ayuda transito-
ria que le permita a los órganos sin fines
de lucro cimentarse convirtiéndose en
verdaderas empresas. Así, les aconse-
jan destinar su información a un público
de gama más alta, a la vez susceptible de
firmar cheques y de atraer anunciantes
prestigiosos.Algunosmedios,comoPro-
Publica, ponen sus artículos a disposi-
cióndesitioscomerciales:conquistanvi-
sibilidad, pero no autonomía económica
ni independencia frente a sus donantes.
Las publicaciones sin fines de lucro
que intentan llegar a un público menos
elitista tienen todavía más dificultades.
ElSanFranciscoPublicPress,fundadoen
2009 por Michael Stoll, que quería con-
vertirlo en el “The Wall Street Journal del
pueblo”, rechaza la publicidad y el pa-
drinazgo de las grandes empresas. “Los
trabajadores con bajos salarios –explica
Stoll–nolesinteresanalospublicistasde
los diarios tradicionales que promueven
productos de lujo”. El San Francisco Pu-
blic Press funciona principalmente gra-
cias a una mano de obra voluntaria y con
un presupuesto anual inferior a 100.000
dólares. A pesar de la calidad de sus in-
vestigaciones, le cuesta trabajo adquirir
envergadura. Una conclusión se impo-
ne:losmediossinfinesdelucroquesees-
fuerzan por llegar a públicos menospre-
ciados por la prensa de mercado apenas
lo lograrán mientras las fundaciones que
losfinanciannotenganojosmásquepara
losnuevosmodelosdeempresa.
Por último, hay que tener en cuenta
que las donaciones de las fundaciones no
son “gratuitas”. Esas sumas, desbloquea-
das gracias a generosas deducciones fis-
cales,constituyenunredireccionamiento
de los recursos públicos hacia entidades
opacas. “No estamos reglamentados, no
nos piden que rindamos cuentas –testi-
monia un responsable de las donaciones
a la prensa–. No tengo necesidad de con-
certarunacitacongentequenotengoga-
nasdever,comotodoelmundoenlafun-
dación. Estoy en la obligación de hacer lo
mejor posible en el ejercicio de mis fun-
ciones, pero no creo que las fundaciones
sean la mejor manera de servir el interés
generalenunademocracia”(13).
Con mucha frecuencia, la generosi-
dad trae aparejadas obligaciones implí-
citas. Los grandes donantes prefieren fi-
nanciar proyectos específicos más que el
funcionamiento corriente, creando una
presión permanente para adaptar el con-
tenido a sus exigencias. Habida cuenta
de su dependencia respecto de la caridad
privada,losmediospúblicospadecenesas
coercionesentodasuextensión.En2012,
PBScreóunaseriedevariosepisodiosso-
bre la economía estadounidense que, pa-
trocinada por Dow Chemical, se ajustaba
estrechamente a los intereses de la em-
presa. En 2013, la misma cadena realizó
un documental sobre los drones subven-
cionado por Lockheed Martin, quien los
fabrica. Por último, en 2014 produjo una
serie, “The Pension Peril”, que detallaba
los problemas causados por las jubilacio-
moseparaelcuartoinferiordelcuartosu-
perior, mientras que en Europa Occiden-
tal hasta las personas menos instruidas y
menos adineradas están casi tan bien in-
formadascomolasmásprivilegiadas(17).
Nada tiene de sorprendente cuando se
sabe que la elite de los medios estadouni-
denses se compromete a suministrar “in-
formaciones de calidad para un público
de calidad” (18), dejando al resto la tarea
dearreglárselasconelcontenidoindigen-
teodeformadodelosdiariostelevisivoso
dealgunossitiosdeinternet.
Yaseaelitista,partidarioomasivo,nin-
gún medio estadounidense ha logrado
ocuparsedelaprecariedadligadaalaglo-
balizaciónquesubyacealmalestarpolíti-
co actual. Pocos son aquellos que se dig-
nan a hablar de las poblaciones que viven
al margen de la elite urbana y cultural, o
incluso a dirigirse a ellas. Se trata de gru-
pos sociales que pesan en el plano elec-
toral, pero a los cuales ningún indicador
ubicaenelcasillerodeposiblesdonantes,
delosabonadospotencialesodelosblan-
cos publicitarios selectos. El tratamiento
de Trump, ya sea halagüeño o crítico, es
muy rentable; muy pocos medios tienen
el coraje de fijar su atención en otras par-
tes. Así, los imperativos comerciales ha-
cen la ley. A fin de cuentas, el nuevo pai-
saje mediático norteamericano podría
resultarmuchomenosdiversificadodelo
que parece en una primera impresión.g
1.VéaseSophieEustacheyJessicaTrochet,
“Cuandolasnoticiassonelmarketing”,LeMonde
diplomatique,ediciónConoSur,agostode2017.
2.Véase“Venenoporradioytelevisión”,LeMonde
diplomatique,ediciónConoSur,abrilde2014.
3.SydneyEmber,“SinclairrequiresTV
stationstoairsegmentsthattilttothe
right”,TheNewYorkTimes,12-5--17.
4.PhilipMeyer,TheVanishingNewspaper.
SavingJournalismintheInformationAge,
UniversityofMissouriPress,2004.
5.“NewspapersFactSheet”,PewResearch
Center,Washington,DC,1-6-17.
6.Conteoefectuadodossemanasantesdelescrutinio.
AndrewTyndall,“Issues?WhatIssues?”,Tyndall
Report,25-10-16,http://tyndallreport.com
7.VéaseAndréSchiffrin,“L’Étatnorvégien
protecteurdelaculture”,LeMonde
diplomatique,París,marzode2010.
8.RodneyBenson,MatthewPowersy
TimothyNeff,“Publicmediaautonomyand
accountability:Bestandworstpolicypracticesin
12leadingdemocracies”,InternationalJournal
ofCommunication,Vol.11,LosAngeles,2017.
9.DeclaracionesdeDannyGoldalNewYorkCenter
forCommunication,NuevaYork,23-11-15.
10.JesseHolcombyAmyMitchell,“Personal
wealth,capitalinvestments,andphilanthropy”,
StateoftheMediaReport,PewResearchCenter,
Washington,DC,26demarzode2014.
11.“Findingafoothold:Hownonprofit
newsventuresseeksustainability”,Knight
Foundation,Miami,28-10-13.
12.JustinElliottyLauraSullivan,“HowtheRed
CrossraisedhalfabilliondollarsforHaiti–and
builtsixhomes”,3-6-15,www.propublica.org
13.Entrevistaconunresponsabledelafundación
quequisoguardarelanonimato,marzode2013.
14.MichaelGetler,“Tensionsoverpensions”,
PBSOmbudsman,14-2-14,www.pbs.org.
15.AmyMitchell,JeffreyGottfried,JocelynKiley
yKaterinaEvaMatsa,“Politicalpolarizationand
mediahabits”,PewResearchCenter,21-10-14.
16.RichardFletcheryRasmusKleisNielsen,“Social
mediaappearstodiversityyournewsdiet,notnarrow
it”,NiemanLab,21-6-17,www.niemanlab.org
17.JamesCurran,ShantoIyengar,AnkerBrink
LundeInkaSalovaara-Moring,“Mediasystem,
publicknowledgeanddemocracy.Acomparative
study”,EuropeanJournalofCommunication,
ThousandOaks(California),Vol.24,N° 1,2009.
18.DeclaracionesdeArthurSulzbergerJr.,
directordeTheNewYorkTimes,alaColumbia
SchoolofJournalism,NuevaYork,6-4-11.
*Profesor de Sociología y de Ciencias de la
Comunicación en la New York University.
Traducción: Víctor Goldstein
nes de los funcionarios, con los subsidios
deuninversormultimillonarioquequería
suprimirlas. “Esos escándalos –confiesa
elmediadordePBS–ponendemanifiesto
los compromisos éticos en los arreglos fi-
nancieros y la falta de transparencia para
los telespectadores, que en parte derivan
de las dificultades de financiar el sistema
públicoderadiotelevisión”(14).
Polarizaciones
¿Qué conclusiones sacar de las expe-
riencias estadounidenses en el campo
de la hipercomercialización mediáti-
ca y de la filantropía? Si bien hay algu-
nos puntos positivos, serios problemas
estructurales limitan la capacidad del
sistema para informar correctamente al
conjunto de los ciudadanos sobre los te-
mas que los involucran.
Debilitados,losgrandesgrupossobre-
viven.Gannetrecientementeintentó–en
vano– comprar Tronc (ex-Tribune Co.),
propietario del Chicago Tribune y del an-
tañoreputadoLosAngelesTimes.Lacon-
solidación del sector prosigue. Siete em-
presas que cotizan en Bolsa poseen un
cuartodelosdiariosnorteamericanos.La
propiedad de las cadenas locales se con-
centra como nunca. Su papel en el espec-
táculo permanente alrededor de Trump
nolesinspiramuchosescrúpulos.Puesto
quelasaudienciasylasgananciastrepan,
¿dóndeestáelproblema?
El periodismo profesional sigue esca-
seando (hasta The New York Times, que
durante largo tiempo resistió, anunció
en la primavera pasada la supresión de
cienpuestosdesecretariosderedacción).
En un momento en el que los publicistas
afianzansudominiosobreelprocesoedi-
torial a través de los contenidos patroci-
nados, la prensa comercial digital pade-
ce presiones todavía más fuertes que sus
predecesores tradicionales. Por cierto, el
abono constituye un maná para algunos
diarios de primera categoría como The
Wall Street Journal,The Washington Post
y The New York Times (que cuenta con
másdedosmillonesdeabonadosonline),
peronopuedefuncionarparatodos.
Los ataques incesantes de Trump ha-
cia los periodistas que lo critican acen-
tuaron la fragmentación ideológica del
paisaje mediático. En 2014, en una esca-
la política graduada de - 10 puntos a la iz-
quierdaa+10puntosaladerecha,loslec-
tores de The New York Times, The Wash-
ington Post y Politico se situaban entre 3
y 5 puntos a la derecha, Fox News (fuera
delasemisionesdeopinión)adospuntos
a la derecha del centro, mientras que el
restodelosmediosdederecha(Breitbart,
los comentadores Sean Hannity y Rush
Limbaugh) se dirigían a una audiencia
seis puntos a la derecha del centro. Úni-
camente Yahoo News y The Wall Street
Journal atraían un lectorado que se per-
cibíacomorelativamentecentrista(15).
Semejante situación plantea una cues-
tióncrucial:¿cómohacercircularlainfor-
mación entre esos públicos escindidos? A
menudo acusadas de reforzar los prejui-
cios,lasredessocialesaportaríanmássolu-
cionesqueproblemas.Segúnunestudiore-
ciente,lejosdeencerrarseenlas“burbujas”
dondenotraspasanmásquelasnoticiasque
refuerzansusconvicciones,losusuariosde
redessocialestienenmásposibilidadesde
tropezarconpuntosdevistacontrariosalos
suyosquelosnousuarios(16).
En definitiva, la inquietud de los usua-
rios por lo que respecta a la polarización
partidaria de los medios oculta una esci-
sión de clase mucho más abismal. Los es-
tadounidenses más adinerados y los más
instruidos saben tanto sobre los asuntos
públicoscomosusequivalenteseuropeos.
PeroenEstadosUnidosuninmensoabis-
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| 13
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14 | 	 Edición 219 | septiembre 2017
El lobby antirruso
derrota a Trump
Vientos belicistas soplan desde Washington: ¿después de Corea del
Norte y Afganistán, sigue Rusia? Pero con el tradicional oponente
ruso, no es el presidente Donald Trump quien juega con fuego, sino un
poderoso partido de la guerra, integrado por sus adversarios políticos,
los servicios de inteligencia y los medios de comunicación.
La escalada contra Moscú
por Serge Halimi*
eran más que improvisaciones, “mar-
cas de debilidad frente a Estados-clien-
tesqueestánapuntodeescapársele”(5).
Obama añadía: “Los rusos no pueden
cambiarnosodebilitarnosdemanerasig-
nificativa. Es un país pequeño, es un país
débil,ysueconomíanoproducenadaque
otrosquierancomprar,denoserpetróleo,
gasyarmas”.Loqueentoncestemíadesu
homólogorusoerasobretodo…lasimpatía
queinspirabaaTrumpyasuspartidarios:
“Treintaysieteporcientodeloselectores
republicanosapruebanaVladimirPutin,el
exjefedelaKGB.¡RonaldReagandebees-
tarrevolviéndoseensutumba!”(6).
A partir de enero de 2017, el sueño
eterno de Reagan había recuperado su
tranquilidad.“Lospresidenteslleganyse
van,perolapolíticanocambia”,concluía
Putin (7). Los historiadores estudiarán
algúndíaesaspocassemanasdurantelas
cuales convergieron los esfuerzos de los
servicios de inteligencia estadouniden-
ses, de los dirigentes del ala clintoniana
del Partido Demócrata, de la mayoría de
los congresistas republicanos y de los
medios hostiles a Trump. ¿Su proyec-
país en peligro”. Algunos dieron un paso
másyvotaronporClinton(10).
Quedabalaprensa.Tambiénellatemía
que la incompetencia de Trump amena-
zara el orden internacional dominado
por Estados Unidos. No tenía ninguna
prevencióncontralascruzadasmilitares,
sobre todo cuando éstas podían ser bar-
nizadas con grandes principios humani-
tarios, internacionalistas, progresistas.
Ahora bien, según esos criterios, ni Putin
ni su predilección por los nacionalistas
de derecha no eran irreprochables. Pero
Arabia Saudita o Israel tampoco. Lo cual
noimpedíaquelaprimerapudieracontar
con The Wall Street Journal, ferozmente
antirruso. En cuanto a Israel, la casi tota-
lidaddelosmediosestadounidensesapo-
yaban su política, aunque la extrema de-
rechaparticipeensugobierno.
Poco más de una semana antes de que
Trump asumiera sus funciones, el pe-
riodista y abogado Glenn Greenwald –a
quiensedebelapublicacióndelasrevela-
cionesdeEdwardSnowdensobrelospro-
gramasdevigilanciamasivadelaNational
SecurityAgency(NSA)–alertabasobreel
cursodelosacontecimientos.Élobserva-
baquelosmediosestadounidensesseha-
bían vuelto “la herramienta más valiosa”
de los servicios de inteligencia “que en
su mayoría soñaron, sirven, creen y apo-
yan”.Enelmismomomentolosdemócra-
tas,“todavíabajoelimpactodeunfracaso
electoral tan inesperado como traumáti-
co”, parecieron “perder la razón y acep-
tarcualquierconjetura,saludarcualquier
táctica,aliarseacualquiermiserable”(11).
La coalición antirrusa no había al-
canzado aún todos sus objetivos pero ya
Greenwald vislumbraba las ambiciones
del“Estadoprofundo”:“Enestemomen-
to asistimos a una guerra abierta entre,
por un lado, esa facción no electa pero
muypoderosaqueresideenWashington
y ve pasar a los presidentes y, por el otro,
aquel a quien la democracia estadouni-
denseeligiópresidente”.Alimentadapor
los servicios de inteligencia, una sospe-
cha galvanizaba a todos los adversarios
del nuevo inquilino de la Casa Blanca:
Moscú poseía secretos comprometedo-
res –financieros, electorales, sexuales–
contra Trump, que lo paralizarían en ca-
so de crisis entre los dos países (12).
Un arma de política interior
La sospecha de un entendimiento tene-
brosodeestetipo,queeleconomistaclin-
tonianoPaulKrugmanresumióhablando
deun“equipoTrump-Putin”,transformó
el militantismo antirruso en un arma de
políticainteriorcontraunpresidentecada
vez más detestado fuera del bloque ultra-
conservador.Yanoesrarooíramilitantes
deizquierdaconvertirseenapologistasdel
FBI o de la CIA, desde que esas dos agen-
cias sirven de refugio a una oposición lar-
vada al presidente estadounidense. Y que
locombatenconfiltracionespermanentes.
Puede comprenderse por qué el pira-
teo de los datos del Partido Demócrata,
imputadoporlosserviciosdeinteligencia
estadounidenseaRusiacautivaalPartido
Demócratayalaprensa.Golpedoble:per-
mite deslegitimar la elección de Trump y
le impide a éste promover cualquier des-
congelamiento con Moscú. Washington
ofuscándose por la injerencia de una po-
tenciaextranjeraenlosasuntosinteriores
de otro Estado, hasta en sus elecciones:
¿quiénlevantatodavíaesaextravagancia?
Y ¿quién señala que hace poco tiempo no
fue el Kremlin el que espiaba las conver-
sacionestelefónicasdeAngelaMerkel,si-
no la Casa Blanca de Obama? Al interro-
gar al ex director de la CIA James Clap-
per, un representante –republicano– de
Carolina del Norte, Thom Tillis, rompió
to común? Impedir todo entendimiento
entre Moscú y Washington.
La coalición antirrusa
Los motivos de cada uno eran diferen-
tes. Los servicios de inteligencia y algu-
nos sectores del Pentágono temían que
un acercamiento entre Trump y Putin
pudiera privarlos de un enemigo presen-
table, una vez destruido el poder militar
delEI.Losclintonianosestabanapurados
porimputarsuderrotainesperadaaotros
quenofueranlacandidataquehabíanes-
cogido y su campaña inepta: el pirateo de
los datos del Partido Demócrata imputa-
do a Moscú venía como anillo al dedo pa-
raeso.Losneoconservadores“quehabían
promovidolaguerradeIrak,quedetesta-
ban a Putin y que consideraban que la se-
guridad de Israel no era negociable” (8)
estaban indignados por las tentaciones
neoaislacionistasdeTrump.
Por último, los medios –The New York
Times y The Washington Post en particu-
lar–soñabanconunnuevoWatergate.No
ignorabanquesulectorado–burgués,ur-
bano, cultivado– detestaba con pasión al
presidente electo, despreciaba su vulga-
ridad,sustropismosdeextremaderecha,
su violencia, su falta de cultura (9). Y por
consiguiente buscarían cualquier infor-
mación o rumor susceptible de provocar
su destitución o su dimisión forzada. Un
poco como en la novela de Agatha Chris-
tie, Asesinato en el Orient Express, cada
uno, en suma, tenía sus razones para gol-
pearalmismoblanco.
La intriga se anudó con relativa facili-
dadgraciasalaporosidaddelasfronteras
que separan esos cuatro universos. Entre
los halcones republicanos, encarnados
porJohnMcCain,presidentedelaComi-
sióndelasFuerzasArmadasdelSenado,y
elcomplejomilitar-industrial,elentendi-
mientocaíaporsupropiopeso.Losarqui-
tectosdelasúltimasaventurasimperiales
estadounidenses, en particular en Irak,
no habían experimentado con comodi-
dad la campaña de 2016 ni las burlas que
Trump había reservado a su experticia.
Unos cincuenta intelectuales y oficiales
anunciaron que, aunque republicanos, se
negaríanaapoyaralcandidatodesuparti-
doque“pondríalaseguridadnacionaldel
Moscú, 6-7-17 (Kirill Kudryavtsev/AFP)
(Viene de la página 40 )
d
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  • 1. septiembre 2017 el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A. Paraguay 1535 (1061) Buenos Aires, Argentina Publicación mensual Año XIX, Nº 219 Precio del ejemplar: $80 En Uruguay: 100 pesos www.eldiplo.org José Natanson JULIO Burdman María Esperanza Casullo CLAUDIO  Scaletta Olivier Cyran Philippe Descamps Anne-Cécile Robert Serge Halimi 9771514522005 00211 Crisis democrática en Venezuela Dossier 00219 M.A.f.I.A. El macrismo consolida su poder seduciendo a los sectores medios. ¿Logrará construir una nueva hegemonía política? La clase media en tiempos de Macri La decisión de Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Constituyente sumó tensión al conflicto venezolano. Acosado por las amenazas de Estados Unidos y presionado por un creciente descontento popular, el chavismo busca sobrevivir en el poder. Escriben Renaud Lambert Anne Vigna
  • 2. 2 | Edición 219 | septiembre 2017 por José Natanson ¿Cómo se sostiene el macrismo? ¿Quiénes integransucoaliciónsocial? Haydiferentesformasdeabordarlacues- tión. La primera es de clase: las encuestas coinciden en que Cambiemos obtiene sus mejoresresultadosentrelossectoresconestudios terciariosouniversitarios(indicadordeclasesocial mediayalta)ylospeoresentreaquellosconprima- riacompleta,delmismomodoquesuperformance mejoraenlosbarriosyzonasmásacomodados(1), enunacorrelaciónqueseinvierteenespejoperfec- toconelperonismo,loqueporsupuestonosignifica quesubasesocialestéintegradaexclusivamentepor laclasealta,nisiquierasóloporlaclasemedia,co- modemuestraelhechodequeenlasPASOdeagos- toElisaCarrióseimpusoentodaslascomunasdela Ciudad(aunqueconmenosvotos,ganótambiénen LuganoySoldati),ycomoconfirmanlavictoriade EstebanBullrichenlospartidosdeTresdeFebrero ySanMiguelylostriunfosoficialistasenprovincias comoJujuyyCorrientes.Ensuma,elmarcadoses- gosocialnodeberíaoscurecerlaevidenciadequeel macrismoesunacoaliciónpoliclasista. Lasegundaperspectivaesetaria.Comoseñala- mosenotraoportunidad(2),elmacrismoseinclina hacialoquelaliteraturaespecializadallamapiado- samente “adultos mayores”: las encuestas revelan queCambiemosmejorasusresultadosentrelosma- yoresde50años,loquepodríaexplicarseporeldes- plazamientodelvotoanti-peronista(másadultoque eljusticialista)delradicalismoalmacrismo,asícomo porlasapelacionesalordensocialylaseguridadque hoyestánenelcentrodesuprogramadegobiernoy queconstituyenvaloresconservadoresmáspopula- resentrelosviejosqueentrelasnuevasgeneraciones. Laúltimaperspectiva,sobrelaquequierollamar la atención aquí, es territorial. Como se ve clara- menteenlosmapasincluidosenestapágina,ladis- tribucióndelapoyoalmacrismocoincidecasima- temáticamenteconelmapadelasoja.¿Elgobierno siembra porotos y cosecha votos? En cierto modo sí,aunque,diríanlossociólogos,esmáscomplejo: laeconomíasojeradeterminauntipodeconfigura- ciónproductivaquemodelauntipodesociedadque eslaquealfinalvotaaMacri.Sucedeque,frenteala visiónestereotipadadelkirchnerismo,queaexcep- cióndelabrevegestióndeJuliánDomíngueznunca logrócomprendercabalmentelamutaciónexperi- Estanuevarealidadprodujoundesplazamiento delimaginariorural:deestancierosaempresarios, ydelastradicionalesorganizacionespatronalesco- molaSociedadRuralalasnuevasasociacionesde perfiltécnicocomoAAPRESIDylosgruposCREA, inspiradosenlasasociacionesdecooperacióndel agrofrancésyorientadosalintercambiodetecno- logíayexperiencias,comopartedeunprocesoque fueacompañadoporunsugestivocambiodelook: de la tradicional percepción del campo como un resabio conservador, oligárquico y rentista, a una imagenligadaalainnovaciónylacompetitividad. Importapocosielcamporealmenteesasí,siima- genyrealidadencajan;locentralesqueasísevea símismo.Yqueestaautopercepción,quecomenzó conla“revoluciónverde”delos60,continuóconla introduccióndelasiembradirectaenlos90yseter- minódeconsolidarconelboomdeloscommodities, sintonizaconciertostópicosdeldiscursomacris- ta:elprogresoconcebidocomomodernización,el emprendedorismocomoantítesisdeladependen- ciaestatalyunainserciónenelmundoquenocues- tionaelrolsubordinadoenladivisióninternacional deltrabajo.Ladecisiónfundantedeestevínculo– elcombo,únicoenelmundo,dedevaluaciónybaja deretenciones–eslabasematerialsobrelaquedes- cansaestanuevaidentificaciónpolítica. Valores Transformadaenunsujetosocial,lazonanúcleose sumaalosotrosdosgruposqueconformanlacoa- liciónmacrista.Elprimerosonlasclasesmediasde losgrandescentrosurbanos,endondeCambiemos arrasa.Elsegundoestáconstituidoporlaclaseme- diabaja,loquePabloSemánllamael“moyanismo social”(4):desdesualejamientodefinitivodelkir- chnerismoenelsegundogobiernodeCristina,cata- lizadoporelreclamoporelimpuestoalasganancias ysimbolizadoporlarupturaconHugoMoyano,este sectorquedóflotandoalaesperadeunarepresenta- ciónpotente,quealprincipioparecióencarnarSer- gioMassaperoque–ajuzgarporlosresultadosde lasPASO–terminódesplazándoseaCambiemos. ¿Será suficiente para construir una nueva he- gemoníapolítica?Silahegemoníaes,enladefini- ciónclásicaqueGramscielaboraapartirdeLenin, lacapacidaddeungrupodeasumirlaconducción político-moral de la sociedad y transformar sus valores en los valores dominantes, la experiencia reciente demuestra que este “consenso espontá- neo”seempiezaaconstruirdesdelaoposiciónpe- roseafianzaunavezasumidoelgobierno. Esaesalmenoslaimpresiónquesurgederevi- sarlaexperienciadelostresgrandesciclosdemo- cráticos:elalfonsinismo,cuyahegemoníafuehis- tóricamentebreveperoquelogrósedimentaruna seriedevalores–laabolicióndelaviolenciapolíti- ca,lasubordinaciónmilitaralpodercivil,laselec- ciones como el momento máximo de definición democrática–queestánenlabasedenuestravida ciudadana;elmenemismo,delquesehablamenos peroqueduranteunadécadacontagiósuimagina- rio a un sector importante de la sociedad, y el kir- chnerismo,quetambiénlogróimponerunacierta miradadelmundo,enparticularvinculadaalapro- tecciónsocialdelossectoresmásdébilesyelnece- sarioroldelEstadoenlaeconomía. Deestemodo,conelapoyodelosbarriosacomo- dados de las grandes ciudades (la clase media), la adhesióndeunapartedelosconurbanos(eltrabaja- ¿Hegemomíamacrista? mentadaporelcampoargentino,la“economíadela soja”constituyeunentramadodensoyheterogéneo queincluyedesdelospuertosdelasmultinacionales sobreelParanáylasgrandespropiedadestradicio- nalesalosnuevospoolsdesiembray,adquiriendo cada día más centralidad, las empresas prestado- rasdeservicios:comosedescribeconprecisiónen laspáginas6y7deestaedición,losclásicosterra- tenientes y peones conviven cada vez más con los arrendatarios,losingenierosagrónomos,losveteri- narios,losmecánicosdemaquinariaagrícola,lospi- lotosdelosavionesfumigadores,lostransportistas… Enestemarco,losclásicoslímitesentreloruraly lourbanosedifuminanyelcamposearticulacada vezmásconlasfinanzas,laindustriaylosmediosde comunicación.Cuandosehabladeunalocalidadco- moun“pueblo”sepuedeestarhaciendoreferenciaa unaciudadde100milhabitantes,conunaconcesio- nariadeToyota,localesmultimarcaqueofrecenlos mismosjeansJazmínChebarqueenlosshoppings porteños y un PIB equivalente al de Recoleta. Del mismomodo,elchacarerodealpargatasyboinapue- deparecerrústicoperotalvezdispongade:dosca- mionetasde50mildólares,unasembradoradepre- cisiónquecompróenExpoagroaunmillóndedóla- res,unacasaenSunchalesquecomparteconsumu- jeryundepartamentoenRosariodondevivesuhijo, queestudiaAgronomía(élsequierededicaralcine). Como señalan Carla Gras y Valeria Hernández (3), el campo experimentó en las últimas décadas una“revoluciónsilenciosa”quesuelepasarsepor alto a la hora del análisis político: el régimen de creaciónderiqueza,quetradicionalmentegiróal- rededordelapropiedaddelatierra,estácentrado hoy en la tecnología, que no es sólo la mediación quehabilitaloscambiosproductivossinoelprinci- palvectordeacumulacióncapitalista.Aunqueuna sociedad como la argentina, con 40 millones de personasyunafuertepulsiónigualitarista,nopue- desostenersesóloenelagro,lasfinanzasylosser- vicios,quesonlossectoresalosqueeldiseñoeco- nómicomacristadecidióapostar,lociertoesqueel campofueconstruyendounanarrativa,casidiría- mos un relato, acerca de su rol como el verdadero protagonistadeldesarrollonacional:ultrainnova- dor,desprovistodereclamosproteccionistas,gene- radordedivisasgenuinasyadaptadocomoningún otroalasexigenciasdelcapitalismoglobalizado. Zona sembrada con soja 1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9% Cantidad de votos Zona sembrada con soja 1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9% Cantidad de votos Distritos donde ganó Cambiemos Núcleo sojero Fuente: El Atlas de la Argentina de Le Monde diplomatique. Fuente: La Nación.
  • 3. | 3 dormeritocrático)yelrespaldomilitante delazonanúcleo(elvotosoja),elmacris- mo recupera el espíritu del conflicto del campodel2008,avanzaenladerrotaelec- toraldelperonismoyleofreceaestanueva coaliciónsocialunprogramadegobierno; hace,enfin,loquelosperonistasdicenque hay que hacer: conduce. Para ello cuen- ta,porsupuesto,conelsoportedelpoder económicoydelosgrandesmedios,perosetratade respaldos externos que tienen sus propios intere- sessectorialesirrenunciables.Poresolocentrales quelavictoriaenlasPASOretonificóalmacrismo. Y,másimportanteaun,confirmósucapacidadpara desconectarlasituaciónsocioeconómicainmedia- tademuchosdesusadherentesdelaspreferencias electorales:elhechodequemuchagentedecidiera acompañaraloficialismoapesardeldeteriorosocial de los últimos dos años demuestra, como escribió Julio Burdman (5), que Cambiemos está logrando instalarunaperspectivadelargoplazo. La pregunta es si los diferentes grupos que lo sostienensearticularánentornoaunproyectoco- mún. Aquí reside la clave para confirmar si el ma- crismo es un fenómeno transitorio que pasará rá- pidocomounMetrobusosiseestabilizaráenuna representación más permanente construida alre- dedordeunconjuntodevalores,sisetransformará en unahegemoníapolítica.Dosobjecionessehan planteado a esta posibilidad: la primera es que, en lamedidaenquelaeconomíarequieredelingreso permanente de capitales y como hasta el momen- tonosehahechonadaporreducirestadependen- cia,elmodeloesestructuralmenteinsostenible;en términosmarxistas,llegaráunmomentoenquela base material no permitirá sostener el consenso superestructuralquedaformaalahegemonía(6). Elproblemadeestacríticaesquenoprecisaelho- rizonte de esta insustentabilidad; no pone plazos. ¿Dosañosantesdequecomienceasonarlachicha- rra?¿Cuatro?¿Diez,comolaconvertibilidad? La segunda objeción, señalada por Fernando Rosso (7), es que el macrismo no constituye una mayoría sino una simple primera minoría, lo cual es electoralmente cierto pero políticamente irre- levante: para el caso, también los bolcheviques lo eran.Loimportantealosefectosdedeterminarsu potenciahegemónicaessucapacidadparatransfor- mar sus valores en dominantes. ¿Es esto lo que es- táocurriendo?Miimpresiónesquesí,progresiva- mente,yquelaevidenciapuederastrearsealugares insospechados:enelcomunicadodifundidotraslas PASO,luegodedenunciarlamanipulacióndelosre- sultadosyelshowmontadoentornoaellos,Cristina Kirchnersostuvoquesucampañadesarrolló“unes- tilobasadoenescucharalosciudadanosyconversar conellos”comopartede“unamaneranuevadeco- municarnosyhacerpolíticadesdelaproximidad”. Losecosduranbarbistasqueresuenanenladefi- nicióndeCristinahablantantodesuhabilidadpara adaptarsealanuevarealidadcomodelacapacidad delmacrismoparamarcareltonodelaépoca. g 1.MaríaLauraTagina,“Detrásdelasencuestas”, RevistaAnfibia. 2.“Macricontralaguerradelcerdo”,LeMondediplomatique,mayode2017. 3.Radiografíadelnuevocampoargentino,SigloXXI,2017. 4.“Lagrietaopositora”,LeMondediplomatique,juliode2017. 5.“Laideologíadelpartido”,RevistaAnfibia. 6.ClaudioScaletta,“LafiestadeGramsci”,enPágina/12,18-8-17. 7.“Cambiemos:unanuevahegemonía”,Panamarevista. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Staff Di­rec­tor: José Natanson Re­dac­ción Pablo Stancanelli (editor) Creusa Muñoz (editora) Luciana Garbarino Laura Oszust Se­cre­ta­ria Pa­tri­cia Or­fi­la se­cre­ta­ria@el­di­plo.org Co­rrec­ción Alfredo Cortés Diagramación Cristina Melo Co­la­bo­ra­do­res lo­ca­les Carlos Alfieri Francesca Bria Julio Burdman Nazaret Castro María Esperanza Casullo Julián Chappa Carolina Keve Josefina Sartora Claudio Scaletta Bárbara Schijman Natalia Zuazo Ilustración Gustavo Cimadoro Juan Soto Tra­duc­to­res Julia Bucci Victoria Cozzo Georgina Fraser Teresa Garufi Aldo Giacometti Florencia Giménez Zapiola Víctor Goldstein Patricia Minarrieta Bárbara Poey Sowerby Gustavo Recalde María Julia Zaparart Carlos Alberto Zito Diseño original Javier Vera Ocampo Publicidad Maia Sona publicidad@eldiplo.org contacto@eldiplo.org ww­w.el­di­plo.org Fotocromos e impresión: Rotativos Patagonia S.A. Aráoz de Lamadrid 1920, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Le Monde diplomatique es una publicación de Capital Intelectual S.A., Paraguay 1535 (C1061ABC) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, para la República Argentina y la República Oriental del Uruguay. Redacción, administración, publicidad, suscripciones, cartas del lector: Tel/Fax: (5411) 4872 1440 / 4872 1330 E-mail: secretaria@eldiplo.org En internet: www.eldiplo.org. Marca registrada®. Registro de la propiedad intelectual Nº 348.966. Queda prohibida la reproducción de todos los artículos, en cualquier formato o soporte, salvo acuerdo previo con Capital Intelectual S.A. © Le Monde diplomatique y Capital Intelectual S.A. Distribución en Cap. Fed. y Gran Bs. As.: Vaccaro Hermanos y representantes de Editoriales S.A. Entre Ríos 919, 1º piso. Tel. 4305 3854, C.A.B.A., Argentina. Distribución en Interior y Exterior: D.I.S.A., Distribuidora Interplazas S.A. Pte. Luis Sáenz Peña 1836, Tel. 4305 3160. CF. Argentina. Capital Intelectual S.A. Le Monde diplomatique (París) La circulación de Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, del mes de agosto de 2017 fue de 25.700 ejemplares. Fundador: Hubert Beuve-Méry Presidente del Directorio y Director de la Redacción: Serge Halimi Jefe de Redacción: Philippe Descamps 1-3 rue Stephen-Pichon, 75013 París Tél.: (331) 53 94 96 21 Fax: (331) 53 94 96 26 Mail: secretariat@monde-diplomatique.fr Internet: www.monde-diplomatique.fr Editorial Clase73 por Julio Burdman* ¿Qué es la clase media? Da lo mismo: 73% de los argentinos se autoperciben como clasemedieros, según una encuesta reali- zada en 2016 (1). Dentro de ese 73%, unos cuantos se identifican como “clase media baja”, otros tantos como “clase media media”, y unos pocos audaces se animan a decir “media al- ta”. Si ellos se identifican así, ¿quiénes somos no- sotros para corregirlos? Hay unas clases medias sociológicamente defi- nidas, y una clase media socialmente construida. Aquí, hoy, nos interesa más esta última. Hay va- rias formas de encarar la primera cuestión, pero todas seguramente coincidirán en lo siguiente: en Argentina, como en otras sociedades, son muchos más los que creen que son de clase media que los que efectivamente (“científicamente”) lo son. Tal vez la sociedad argentina tenga una fijación espe- cial con el clasemedierismo. Para llegar a ese 73%, es necesario que muchos trabajadores que viven en el conurbano, alquilan, viajan largas horas dia- rias en transporte público, no tienen estudios su- perioresydependendesusueldoysujefeparaco- mer…compartanesailusión.Oaspiración. Políticamente, la disonancia entre las clases medias sociológicamente definidas y la clase me- dia socialmente construida nos dice que crear un partido político “para la clase media” es una muy buena idea. En principio, porque uno cuenta con un gran público potencial. Unaparadojadelpopulismoesquelaaspiración clasemediera de las mayorías populares conspira contralaestabilidaddesupropiabaseelectoral. Hacepocounfuncionariodeunauniversidadpú- blicadelconurbano,creadarecientemente,peronis- tainocultableél,sequejabadesusalumnos,primera generacióndeuniversitarios.Decíaque“noeranpe- ronistas”.“¿Paraquéleshicimostodoesto?”,protes- taba.Sitienenéxitoensusestudios,yseconvierten en profesionales universitarios, van a querer otro diálogo.Ylamasadepobresquesiguenrevolcándo- seenlapobrezaapesardelaspromesas,también. En cambio, el ideal de la clase media tiene me- nos cicatrices internas. Es un mito fuertemen- te instalado en la historia de la Argentina cons- titucional. Dadas estas condiciones, se puede construir una coalición electoral de clase media. Uniendo a la minoría intensa de la clase media “documentada” con sectores “aspiracionales”. Los primeros tienen vivienda propia o posible acceso a ella, educación y salud decentes, vaca- ciones, tal vez un auto y, digámoslo de una vez, piel más blanca que los segundos, que no cum- plen con todo lo anterior pero quieren tenerlo y se autoincluyen en el 73%. Los clasemedieros “documentados” son, en gran parte, convencidos cambiemitas. El kirch- nerismo, en su fase final, los irritó con un discurso demasiadoorientadoalospobresylosobreros.La llegada de Macri fue una revancha de la clase me- dia; el de Cambiemos se convirtió en “su” gobier- no. Y desde ahí, el discurso cambiemita apela a los aspiracionales. “Ahorrar para comprar una casa”. Servicios,créditoy“vamosjuntos”.Juntateanoso- tros.Formemosunamayoría.Enesoestán. g 1.ObservatorioElectoralConsultores,encuestanacional, 1.050casostelefónicos,28al30dejuliode2016. *Periodista. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
  • 4. 4 | Edición 219 | septiembre 2017 Delradicalismoalmacrismo L as PASO de agosto dejaron un dato principal:elmacrismo,quepasódego- bernarunsolodistritoyganarlaselec- cionespresidencialesporunaestrecha diferenciaenelballottage,seconsolidó comounpartidonacionalypasóaser asíelpoloestructurantedelsistemapolíticonacional, quesiempreseorganizasegúnelejegobierno-oposi- ción.Elsegundodatoesquehalogradoconsolidarco- mopropiosavotantesquehabíalogrado“pescar”en 2015:sucrecimientoelectoralsediomayoritariamente enprovinciasdondesehabíaimpuestoenlasegunda vueltadelaspresidencialesperoquecuentancongo- bernadoresperonistasyunahistoriadeadhesiónaljus- ticialismo,comoCórdoba,SanLuisyLaPampa. Si esto se confirma en octubre, el macrismo con- solidaría una base social nacional, integrada por las clasesmediasurbanas(ganóenmuchascapitalesde provincia,incluyendoalaciudaddeFormosa),junto a las zonas ligadas a las actividades agroexportado- ras.LabasedevotantesdeCambiemos,entonces,se solapaconlabasedelantiguoPartidoRadical,apun- totalqueparecehaberlaabsorbidodemaneraefec- por María Esperanza Casullo* La representación política de los sectores medios tiva. La hipótesis es que la mayoría de los votantes históricos del radicalismo no apoyan a Cambiemos de manera estratégica o sólo “para ganarle al kirch- nerismo” sino que han migrado de manera conven- cida hacia una nueva identidad política; de ser así, parece difícil que regresen al partido en un futuro, sobretodoporqueelnúcleodelPROenCambiemos noestádispuestoadejarqueestosuceda. Una forma de ver este fenómeno son las internas deCambiemosendiezprovincias:Catamarca,Córdo- ba,EntreRíos,LaPampa,SanLuis,SantaCruz,Neu- quén,Mendoza,SaltaySanJuan.Enunadecisiónque nopuedeserunacoincidencia,ladirigencianacional deCambiemosoptóporimpugnarjudicialmentelas listasopositorasenvariosdeestosdistritos.EnNeu- quénySanLuisfuelajusticialaquehabilitófinalmen- telacompetencia;enSantaFelaalianzaserompióy unsectorsepresentóporafuera,mientrasqueenTie- rradelFuegoelsectoropositorquedóinhabilitadopor vía judicial (el presidente de la UCR provincial tam- bién terminó candidateándose en una lista aparte). Por supuesto, el caso más resonante es el de Martín LousteauenlaCiudaddeBuenosAires,quefueforza- doacompetirconunalistapropia.Hayquenotarque, aúnconestejuegobruscointernodelPROhaciasus sociosdelaUCR,losvotantesnoparecieronnuclearse alrededordeladefensadelaidentidadradical,como confirmaelescaso13%obtenidoporLousteau. Engeneral,laslistasinternasopositoras,ligadasa sectores tradicionales del radicalismo, fueron inha- bilitadas o derrotadas, y los votantes optaron masi- vamenteporlaidentidadcambiemista. ¿Es este un fenómeno novedoso? ¿Representa Cambiemosalgototalmentedistintodelacentenaria identidadradical?Enciertomodo,Cambiemosesal- go viejo y algo nuevo al mismo tiempo. Es viejo por- que representa la fusión en un partido de una hege- monía cultural por parte de la élite hacia las clases medias, algo que ya existía durante el siglo XX. El datonuevoenlaconsolidacióndeCambiemoscomo partidonacionalnoeslaconductapolíticadelascla- ses medias que ahora votan convencidas al macris- mo sino la politización de las elites, que resolvieron asumir de manera franca un lugar de competencia yconducciónenlapolíticapartidariaargentina.Es- te alineamiento de liderazgo político novedoso con Dossier La clase media en tiempos de Macri Aunque la elite argentina viene ejerciendo un influjo cultural sobre los sectores medios al menos desde los años 60, esta hegemonía no se había traducido en un proyecto político. La gran novedad en el ascenso del macrismo es la decisión de las clases propietarias de construir un partido capaz de atraer a la clase media y desplazar al radicalismo. M.A.f.I.A.
  • 5. | 5 unahegemoníaculturalquellevadécadashacemuy probable que Cambiemos se consolide como el par- tidoqueintegrealasclasesmediasyseconviertaen elherederodefinitivodelradicalismo. Los partidos mayoritarios durante el siglo XX Escomúnencontrarmencionesaladebilidaddelos partidospolíticosargentinosduranteelsigloXX.Ya GinoGermaniplanteabalacríticaalmodeloargenti- no de integración política de las clases medias y tra- bajadoras(1).EnEuropaOccidental,decíaGermani, las clases obreras y las clases medias lograron su in- corporaciónpolíticamediantelaconstruccióndeor- ganizaciones partidarias, al tiempo que los partidos conservadoresodederecharepresentaban,también demaneraclara,losinteresesdelasclasespropieta- rias. Pero en Argentina los derechos políticos no se lograrondemaneragradualsinoquefueron“otorga- dos”,segúnlaexpresióndeGermani,porlíderesper- sonalistas.Estemodelodeincorporaciónpopulista, válido tanto para el radicalismo yrigoyenista como para el peronismo, sería el responsable de las carac- terísticas “patológicas” de los partidos argentinos: movimientistas,conunadébilimprontaideológico- programática, demasiado centrados en la figura del líderyconunafrágilrepresentacióndeclase. Análisisposteriorespusieronendudaestacerte- zadelasociologíanacionalfundante:NormanLupu y Susan Stokes demostraron que la representación de clase de los dos grandes partidos argentinos era más estable que lo que el viejo modelo germaniano suponía. Demostraron que entre 1946 y 1983 el voto fue más “europeo” de lo que podría pensarse: la cla- se media votaba al radicalismo, en tanto que la clase trabajadoraylossectoresmáspobres,tantourbanos comorurales,seinclinabanmayoritariamentealpe- ronismo(2).Enotraspalabras,losvotantesparecían estar mucho menos confundidos sobre qué partido los representaba a ellos, a su visión de mundo y sus intereses, que los sociólogos o los politólogos. Los partidos políticos tenían la capacidad de convocar apoyos sociales segmentados por clase, estables en eltiempoyreconociblesidentitariamente. Sin embargo, hasta 1983 la democracia argenti- na estuvo sujeta a una sucesión de golpes de Estado y el peronismo estuvo proscripto durante 18 años. ¿Cómo puede haber sido tan débil una democracia conpartidosrelativamentefuertes?Aunqueporsu- puesto no hubo un único factor, hay que mencionar que la única clase social que durante esta etapa no estuvo representada claramente por un partido po- lítico fue la élite económica: empresaria, financie- rayagrícola.LaSociedadRural,laUniónIndustrial Argentinaylosgrandesbancosnodisponíandeuna fuerza política que los representara claramente, comparable al Partido Conservador británico o al PartidoRepublicanoestadounidense. La función representativa de los intereses de las élites no fue, al menos hasta el menemismo, asumi- daporelperonismo:RicardoSidicaromuestracómo losgruposempresariosrechazaronalperonismoaún cuandoJuanDomingoPerónimaginabaalianzaspo- sibles entre su movimiento, profundamente antico- munista,ylaburguesíanacional(3).Perotampocofue asumidademaneraabiertaporelradicalismo.Lascú- pulasempresarialespodíanconfluirconlaUCRenla oposiciónalperonismoeinclusoapoyaralosgobier- nosradicales,sobretodoenlosiniciosdesusmanda- tos.Sinembargo,nodudabanenrecostarseensecto- resdelasFuerzasArmadaseinclusoenapoyarlosgol- pesdeEstadocontralospropiospresidentesradicales cuandopercibíanqueéstosyanolasrepresentaban. SiapartirdelascensodeCambiemoslaéliteparece habersearticuladoconlasclasesmediasenunmismo proyectocomún,larelacióndeestamismaéliteconel radicalismofuehistóricamenteambigua.Ynopuede entenderse sin mirar al espejo de esta idea, que es la ambivalencia del radicalismo hacia la élite. Durante todas estas décadas, en efecto, el radicalismo estuvo lideradopordirigentesenraizadosenlaclasemedia, hijosdeinmigrantes,radicadosenciudadescomoLa Plata,CórdobaoChascomús,queexpresabanunahis- toriademovilidadsocialligadaalaeducaciónpública yelEstado.Asícomoelperonismohablabadeltraba- jador, la justicia social y la solidaridad combativa de loshumildes,losdirigentesradicaleshablabandelsa- crificio,laausteridadrepublicana,laentregaalapolí- ticacomounatareaalaquesededicalavidaentera.La dirigenciadelaUCRnoplanteabaunaoposiciónfran- caalasvisionesdemundoencarnadasenlossectores propietarios,perosíunaautonomíadelapolítica. La hegemonía cultural Sin embargo, y este dato es central para entender el crecimientodeCambiemos,puedeplantearsecomo hipótesisque,aúnenestasdécadasdefuerteligazón política con el Partido Radical, los votantes de clase media desarrollaban una vida cotidiana en la cual la hegemoníaculturaldelaselitesligadasalmercadoy aunavisióntecnocráticadelapolíticasefuefortale- ciendo progresivamente. La capacidad de las clases propietariasparaestabilizarunahegemoníapolítica porvíaelectoral(o,enrealidad,porcualquierotravía) fuemuylimitada,perosucapacidaddeestableceruna hegemoníaculturalfueencambiomuysignificativa. A partir de los 60, en efecto, comenzaron a apa- recer una serie de dispositivos culturales que ex- presaron de manera clara la admiración de las cla- ses medias urbanas hacia las elites modernizantes delmomentodesarrollista.Revistas,publicidadesy programas de televisión celebraban la moderniza- ción del país y la nueva clase que la expresaba: los ejecutivosdelascompañíasmultinacionales.Lare- vista Primera Plana renovó al periodismo al combi- nar un discurso liberalizante en lo económico con unaestudiadaneutralidadhacialademocracialibe- ralyunacríticaculturalsumamentesofisticada,que iba del cine europeo a las producciones del Institu- toDiTella,todosalpicadodepublicidades queven- díandesdecigarrilloshastajabonesgraciasalnuevo aspiracional de “los ejecutivos”. Tal vez en la figura del ejecutivo, tan central a la década del 60, pueda encontrarse un lazo con la nueva identidad tecno- cráticaygerencialdelmacrismo. Unlugardondeesposiblecomprobaresacorrien- te de atracción cultural cargada de ambivalencia es otro gran producto cultural que nos ofrece una ven- tanahaciaciertaclasemediaqueenlos60y70vivía en un departamento de tres ambientes, se educaba en la escuela pública, compraba un televisor color y unCitroen3CVyvacacionabadossemanasalañoen una playa de la provincia de Buenos Aires: Mafalda, laniñaconinquietudespolíticas,depadreempleado y madre ama de casa, que soñaba con ser traductora enlaONUparasolucionarlosproblemasdelmundo. MafaldavaacompraralalmacéndeManolito,elhijo de inmigrantes gallegos que expresa la ética del tra- bajo,laacumulacióneconómicayeldesinteréspolí- tico.Ledice:“Memandamimamáacompraraceitu- nas. ¿Qué tal están, Manolito?” Manolito responde: “¡Ahhh, para ejecutivos!”. La construcción del eje- cutivo–elCEOdehoy–comounafiguraaspiracional parasectoresdelaclasemediaurbanaesunlegadode larga data. (Mafalda, sin embargo, mostraba una se- riedepreocupacionesético-políticasqueleeranpro- pias;enotraviñeta,secongratuladeque“llególaNa- vidad,queesparatodos,nosóloparalosejecutivos”.) Estamezcladefascinaciónconrechazomarcósin dudaslaculturadelasclasesmediasenladécadadel ochenta. El gobierno de Raúl Alfonsín mostró una orientación distinta, más socialdemócrata, entron- cadaconlosvaloresdecompromisomilitanteconlo públicoyunavisiónépicadelapolítica,asícomocon unaposiciónnoalineadaenpolíticaexterior.Peroel alfonsinismofuemenosunaexpresióndelaesencia delaUCRqueelresultadodeunliderazgoabsoluta- menteexcepcional.YaenelgobiernodeFernandode laRúa,elGrupoSushi,nucleadoalrededordefiguras comoHernánLombardiyDaríoLopérfido,pudoin- terpretarestéticaycomunicacionalmentelaprome- sadeunanuevamodernidadqueimaginabalapolíti- cacomoalgomásaspiracionalquesacrificialoépico; noescasualque,luegodelaimplosióndel2001,am- bos se incorporaran al núcleo original del gobierno delPROenlaCiudaddeBuenosAires. El ethos macrista ElascensodeCambiemospuedeleersecomounpro- cesogradualporelcualciertossectoresdelaéliteem- presarial lograron canalizar en un proyecto político propio y electoralmente viable esa corriente que los unía y los une culturalmente con las clases medias urbanas(corrientequeseconstruye,hayquedecirlo, desdeelefectivocontroldelosprincipalesmotoresde edificacióndelahegemoníacultural,esdecirlosme- diosdecomunicaciónmasivos).Cambiemosanclasu apelaciónalasclasesmediasenlarecuperaciónaspi- racionaldeeseethosmodernizante,unpocoenretira- dadelaesferapública,quelosniñosimaginadospor Quinohacecuarentaañosyamostraban:laideadeque laacumulaciónderiquezaesunvalorpositivo,quela felicidadauténticaseencuentraenlosproyectosper- sonales,yquelapolíticanodeberíaserunaactividada laqueunosededicalasveinticuatrohorasdeldía. En este sentido, y como ya señalamos, el dato realmente nuevo no es que las clases medias urba- nas voten a Cambiemos sino que dirigentes como MauricioMacriylosmiembrosfundadoresdelPRO hayan decidido lanzarse a construir un partido ca- paz de fusionar una ascendencia cultural preexis- tente con un poder político logrado mediante la competencia electoral. Cambiemos parece haber obtenido la clave para cancelar la antigua ambiva- lencia entre fascinación y autonomía con la élite queexpresabalaidentidadculturalypolíticadeuna mayoríadelasclasesmediasurbanasnacionales:es- teessindudassumayoréxitoensuproyectodecon- solidarse como un partido político nacional capaz dedisputardeigualaigualconelperonismo. g 1.“Losprocesosdemovilizacióneintegraciónyelcambiosocial”, DesarrolloEconómico,Vol.3,N°3,octubre-diciembrede1963. 2.“Lasbasessocialesdelospartidospolíticosargentinos. 1912-2013”,DesarrolloEconómico,Vol.48,N°162,2008. 3.Lostresperonismos.Estadoypodereconómico,SigloXXI,2010. *Politóloga. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
  • 6. 6 | Edición 219 | septiembre 2017 Elavancedel capitalismoenelagro A partir de la década del 90 comen- zóamanifestarseenelagroargen- tino una nueva complejización de las clases medias rurales, que por extensiónsontambiénurbanas.El procesoseconsolidóenlos2000y expresaloscambiossucedidosenlaproducciónysu organización.Elinterésporestefenómenosurgede lasospechadequeestasnuevasclasesmedias“ruro- urbanas”–conperdóndelneologismo–son,comolo indicaelamarilloelectoralintensoenelcinturónce- realero-sojero-aceiterodelcentrodelpaís,partefun- damentaldelabasesocialdelaAlianzaCambiemos. Esdecir,sonlasclasesquebrindaronymantuvieron el apoyo al regreso a la normalidad neoliberal tras el impassepopulistadelperíodo2003-2015. Desde esta hipótesis, el foco debe ponerse en dos añosclave:2008y2015.Elprimeromarcólairrupción contundentedeestasclases enel escenariopolítico; elsegundorepresentólaconsolidaciónelectoraldel bloquedepoderenelquesereferencian. por Claudio Scaletta* Nuevo campo, nuevas clases, nuevas representaciones Lasrevueltasagrariasde2008contralasretencio- nesmóviles,consuscortesderuta,suscacerolazosy susmovilizacionesurbanas,nofueronentoncesuna simpleexpresióndelasoligarquíastradicionalesre- presentadasporalmenostresdelascuatroentidades delagropampeano.Esdecir,nofueronlamanifesta- ción de las antiguas contradicciones campo-ciudad o de la dicotomía entre pueblo y oligarquía. Tampo- cofueronsolamenteunaexpresióndelpoderíodela oligarquíaagrariatradicional,quesiemprerechazóla intervenciónestatalengeneralyladelperonismoen particular, en especial si ello se traducía en algún lí- mitesobreelaccesoalprecioplenoyendivisasdesus productosdeexportación. Cualquierobservadorimparcialpodríahabervisto en el ya lejano 2008 que quienes irrumpían apoyan- doalllamado“campo”–así,entérminosgenéricos–y apuntabandellenocontraelmodelopopulista,eran un conglomerado de actores más complejo y exten- didoquelaoligarquíatradicional,esdecirlaaltabur- guesíaagropecuaria.Unaclaseque,dichoseadepa- so,nuncafuesolamenteagropecuaria,sinobastante más sofisticada, diversificada comercial y financie- ramente,yconparticipaciónenelentramadoindus- trial.Aunquelafotodeentonces,conlamaquinariaen lasrutas,las4x4,laboinaylacamperadegamuzacon bombachademarcapodíaaparentarserelbackstage de una película de patrones y peones, allí había bas- tantemás.Sinohubierasidoasí,seríanincomprensi- bleslasmarchasenlasciudades,elapoyodelosauto- movilistas en las rutas y la movilización política que ganólavotaciónencontradelasretencionesmóviles. Creer,casidiezañosdespués,quesolosetratódeuna reacciónoligárquicacontraungobiernopopulardes- cribe muy limitadamente la problemática, y deja es- caparloprincipal,unanuevacomplejidadsocialdela quelopolíticoesapenasunaexpresión. Agriculturización y sojización Aunque la relación no es lineal, no hay cambios en la estructura de clases sin cambios en la estructura productiva. La actual estructura agraria comenzó a Dossier La clase media en tiempos de Macri Los grandes cambios ocurridos en los años 90 y 2000 en la estructura productiva agraria complejizaron la estructura de clases. La sojización, la expansión productiva, el cambio tecnológico y sus nuevos actores permitieron la aparición de una nueva clase media “ruro-urbana” con una clara preferencia electoral. M.A.f.I.A.
  • 7. | 7 transformarse en los años 70 y se consolidó a partir de los 90 y los primeros 2000. La corriente princi- pal de este proceso fue la agriculturización, es decir eldesplazamientodelaactividadpecuariaporlaes- trictamenteagraria.Unavancesobreelqueseasentó unatransformacióninternadelaagricultura,lasoji- zación, es decir, el peso creciente de la soja sobre el conjuntodelaproducción. Mientrasenelúltimocuartodesigloeláreasem- brada de trigo, maíz y girasol se mantuvo relativa- mente estable, la producción y el área de soja no de- jarondecrecer,confuerzaenlos90yaunmásenlos 2000. El producto agropecuario se expandió a una tasa del 3,1% anual entre 1993 y 2000, al tiempo que cayóelstockvacuno,conunfaenamientoqueseachi- cóal0,5%anual.Enelmismoperíodo,laproducción sojeracrecióal9,5%anual.Parafinesdelos90yare- presentabael40%delaproduccióntotaldecereales yoleaginosas.Luegodelacrisisde2001,entre2002- 2007elagrovolvióapisarelaceleradorhastaalcanzar unatasadecrecimientodel5,8%anual,profundizan- do al mismo tiempo la sojización. Entre la campaña 2000/2001 y la 2010/11, es decir en la primera déca- dadelsiglo,laproduccióndesojacrecióel82%,lade maíz el 50%, la de girasol el 15% y la de trigo cayó el 4%(1).Lascifrasdelacampaña2016/2017muestran unáreasembradaquesedistribuyedelsiguientemo- do:soja20,2millonesdehectáreas,trigo4,6millones, maíz5,7millonesygirasol1,8millones.Enotraspala- braslasojayasuperael60%deláreasembrada. Las causas principales de este proceso fueron económicasyprescindendelasvariacionesdelosci- clos políticos. De todos modos, vale señalar que los 2000 no fueron una etapa adversa ni mucho menos una contratendencia al proceso de sojización. Lo que aquí importa, sin embargo, es detenerse en las causaseconómicas,paraavanzarluegoenlastrans- formaciones sociales del proceso. Mirando el fenó- menoenellargoplazo,esdecirprescindiendodelos cambios coyunturales, el impulso base de la sojiza- ción tiene dos patas: su mayor rentabilidad en rela- ción a los cultivos tradicionales y el aumento de la demandamundial,productodelasrevolucionesin- dustriales asiáticas. Esta mayor demanda se vincu- labaalusodelos“residuos”delamoliendadelasoja para la alimentación animal, lo que se tradujo en un aumento bastante sostenido de los precios. Nótese además que el residuo es un “subproducto” de un procesoindustrial,laelaboracióndeaceite,queasu vezpuedeserelinsumobásicodebiocombustibles. Yuxtapuesto a este fenómeno se produjo el cam- bio tecnológico, especialmente el uso del paque- te de los transgénicos resistentes a herbicidas más la siembra directa. Esta combinación también tuvo gran incidencia sobre los costos, y por lo tanto en la rentabilidadrelativadelcultivo. Elavancesojeroprodujootrosdosfenómenoscon- comitantes.Laprofundizacióndelaagriculturización desplazóaotrasactividades,comolaganadería,hacia zonasmenosfértiles,avanzósobrezonastípicamente tamberasdeSantaFeyCórdoba,yprovocólaexpan- siónextrapampeanadelafronteraagrícola,esdecir hacia zonas que hasta entonces no aparecían aptas paraloscultivostípicamentepampeanos.Endefiniti- va,lasojacomenzóasertambiénunfenómeno“extra pampeano” y un cultivo importante para provincias comoChaco,SantiagodelEsterooSalta.Elfenómeno extendióla“presencianacional”delasclasesquecon- ducenelprocesoproductivo,alavezquetransformóa muchasdelasllamadaseconomíasregionales. Crisol de clases Laexpansiónproductivayelcambiotecnológicotam- biénseexpresaronentransformacionesenlaorgani- zacióndelaproducción,conincidenciaenlasrelacio- nesdepropiedad.Estefenómenobrindóelpuntapié inicialparalacomplejizacióndelaestructuradeclases. El cambio tecnológico premió la producción en grandesescalasy,porextensión,castigóalaspeque- ñas.Esteprocesoyasemanifestabaenlacomparación entre los censos agropecuarios de 2002 y 1988, que mostróunacaídadeentreel25yel30%enlacantidad deproductoresenlasprincipalesprovinciasproduc- toras.Segúnlosdatoscensaleslasexplotacionesagro- pecuariaspasaronde421.221a333.533.Siestosesuma alaexpansióndelafronteraagrícolaydeláreasem- brada,seadvierteunimportanteaumentopromedio eneltamañodelasexplotaciones.Esteagrandamien- to, dicho sea de paso, era acorde a las demandas del cambiotécnico.Enparalelo,tambiénseobservóuna caídaenlademandadetrabajo.Entre1996y2006,por ejemplo,lamasasalarialtotaldelsectoragropecuario seredujoencasi500millonesdedólarescorrientes. Siseobservanestosnúmerosenformaaisladapo- dría llegarse a la falsa conclusión de una simplifica- cióndelaestructurasocialenvezdeunacomplejiza- ción.Lafotomostraríaunaproducciónconcentrada yconmenosactoresconduciendoyparticipandodel proceso. La película verdadera demanda en cambio abrir el paquete y mirar lo que hay adentro, funda- mentalmenteentérminosdelasdemandasysujetos delcambiotecnológico.Comenzarelcambiotécnico supusolaaparicióndenuevosactoresdesdeafueray desdeadentrodelcircuito. Desde afuera las estrellas fueron las empresas biotecnológicas, las proveedoras del paquete trans- génico,asícomo,enmenormedida,lasproveedoras delanuevamaquinariaagrícolaolasfirmasdeman- dantesdemateriasprimasdelcomplejoaceitero.La irrupción de las empresas biotecnológicas significó laaparicióndeunsujetodistintoaldeotrosprovee- dores sectoriales, en tanto comenzaron a disputar su participación en la distribución de la renta agra- ria. Situación que, en consecuencia, en los inicios fue fuente de importantes conflictos intrasectoria- les.Convienerecordar,porejemplo,lasdisputaspor “elusopropio”delassemillasylosvariadosintentos decobroderoyalties. Desdeadentroloqueseprodujofuelaapariciónde unsujetonuevo,elcontratistarural,quenoesniuno sólonitieneunorigencomún.Selopuedecomenzar aexplicarapartirdelaumentodelaescaladelapro- ducciónque,asuvez,demandóelusodemaquinarias másgrandesyespecíficas,comolassembradoraspa- ra “directa”, que no roturan los suelos, o los aviones fumigadores.Aquíapareceunainterrelación:lasma- quinariasmásgrandes,modernasycarasdemandan mayores superficies para su amortización, pero a la vezsucapacidaddetrabajoexcedeaestassuperficies. La nueva realidad abrió la puerta a dos procesos. Eldelospropietariosdegrandessuperficiesquepo- dían ofrecer los servicios de su maquinaria a las ex- plotacionesmáschicas.Yeldelosdueñosdeexplo- tacionesmáschicasqueposeíanmaquinariasconca- pacidadexcedentecuyousopodíantambiénofrecer aterceros.Adicionalmente,elaumentodelarentabi- lidadagropecuariasetradujoenfuertesaumentosen elpreciodelatierra.Sibienestosignificóunaganan- ciapatrimonialparatodos,paralosproductoresmás chicospasóasermásfácilaumentarsucapitalización comprandomaquinariasqueadquiriendonuevastie- rras.Éstasevolvíacasilaúnicasalidaparaaumentar lasposibilidadeslaboralesdelgrupofamiliar.Final- mentetambiénaparecieroncontratistasquenoeran propietarios de tierras y que comenzaron a invertir enmaquinariaapartirdeladelegacióndeotrosacto- resoporsusvínculosconél.Talpuedeserelcaso,por citaralgunosejemplos,deunmecánicodepueblo,de unantiguoencargadodelparquedemaquinariasde unagranexplotaciónodeunpilotodeaviónbuscan- doposibilidadesdenegocios. Deestabrevísimadescripcióndeunprocesocom- plejo puede deducirse la gran variedad de tipos de contratistas en función de su relación con la propie- daddelatierraydesicontratantrabajoasalariadoose concentranenelfamiliar(2).Alavezpuedenespecia- lizarseendistintaslabores,desdelasiembra,lacose- chaolasfumigaciones,puedenlimitarsutrabajoasu áreadeinfluenciaobienpuedensernómades,verda- deros“golondrinasmecanizados”. Retomandoeldatocentraldelaumentodelprecio de la tierra por la mayor rentabilidad, el fenómeno tambiéndiolugaranuevasformasdediferenciación social. Una de ellas fueron las figuras de arrendado- res y arrendatarios. Frente a la combinación del au- mento de las escalas de producción y del precio de la tierra, muchos pequeños chacareros optaron por alquilar sus campos. Un comportamiento bastante distinto al abandono de la producción por expro- piación de etapas anteriores y una etapa superior y menosaristocráticadeabsentismo.Porelladodelos arrendatarios,losarriendospermitieronelaumento deescalanecesarioparaamortizarlasmaquinarias. Al mismo tiempo, convivieron con el ingreso de un sujetopredecibleentiemposdefinancierizacióndel capital, es decir de abundancia de capitales buscan- donichosdealtarentabilidad:lospoolsdesiembray losfondosdeinversiónagrarios. El nuevo “campo” Aunque no existen cifras unificadas y los datos de- ben reconstruirse a partir de distintas fuentes sec- toriales, el actual pano- rama del agro muestra que al menos un 50% de las tierras productivas se encuentra bajo alguna forma de arrendamiento y que los contratistas se ocupan de la siembra de más del 60% de la super- ficie y de la cosecha en el 80%deláreasembrada. Una primera aproxima- ción a la estructura de clases “ruro-urbanas” del agro pampeano, cu- yos cultivos ya son tam- bién extrapampeanos, muestra a pequeños, medianos y grandes propie- tarios y empresarios rurales que se ocupan direc- tamente de la producción o que la tercerizan total oparcialmenteatravésdecontratistasoarriendos. También aparece una pluralidad de contratistas de distintos tamaños y con distinta relación con la propiedad de la tierra, incluyendo los “sin tierra”, con variados tamaños empresarios, grados de es- pecialización y que contratan o no mano de obra asalariada.Haytambiénarrendadoresabsentistas, arrendatarios, gestores de pools de siembra y de servicios financieros, técnicos, veterinarios y pro- veedores de insumos. Transportistas y proveedo- res de acopios y servicios de logística y comerciali- zación. La mayoría de estos actores ya no necesita residir en las explotaciones y habita en los núcleos urbanos. Sólo muy pocos pertenecen a lo que ca- balmente puede denominarse burguesía agraria. El grueso integra las nuevas clases medias “ruro- urbanas”. Son “el campo”, pero no la oligarquía. Sin embargo, en todosellosexiste una identifica- ción plena con las demandas políticas sectoriales. Con prescindencia de la incidencia individual de cada medida, son los que no querían retenciones ni limitaciones en el acceso a las divisas. Son mayori- tariamente pequeños empresarios y profesionales, trabajadoresmeritocráticosqueasumenlosvalores del sector. No quieren “planes” sociales, la pobre- za urbana es para ellos una realidad lejana. El Es- tado, con su clase política, pero especialmente con sus impuestos y restricciones, representa el adver- sario a vencer. En este punto son cabalmente “cam- pesinos”. No es un arcano adivinar sus preferencias electoralespresentes.Apesardetodaslascontradic- cionesdelcapitalismoagrarioyaunqueloscircuitos productivos sigan conducidos desde afuera por una decenadecomercializadoras,mayormentemultina- cionales, se ven a sí mismos como los ganadores del modeloiniciadoendiciembrede2015. g 1.J.Rodríguez,“Loscambiosenlaproducciónagrícola pampeana.Elprocesodesojizaciónysusefectos”, RevistaVocesenelFénix,N°12,marzode2012. 2.J.M.VillullayC.Amarilla,“Loscontratistasdeservicios demaquinariaenlaagriculturapampeana:¿unaclase socialensímisma?”,DocumentodeTrabajodelCentro InterdisciplinariodeEstudiosAgrarios,N°7,FCE-UBA,2011. *Economista y periodista. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Entre 1996 y 2006, la masa salarial total del sector agropecuario se redujo en casi 500 millones de dólares corrientes.
  • 8. 8 | Edición 219 | septiembre 2017 Elingresobásicoenla economíadelosrobots Del pacto social fordista a la “gig economy”, el trabajo está cambiando radicalmente. La precarización laboral y el déficit creciente en los sistemas de seguridad social exigen soluciones urgentes. El salario básico universal figura en la agenda tanto de la derecha neoliberal como de la izquierda radical. Una discusión pendiente por Francesca Bria* A pesardequelatecnologíage- nera procesos y productos más rápidos, baratos y me- jores, junto a avances en las ciencias biológicas, la inteli- gencia artificial y el big data, vemos cre- cerlasdesigualdadesdelingreso,delari- queza y del poder político. Para entender haciadóndevamosyporquéestamosan- teladesaparicióndelosbuenostrabajosy unacrecientepolarizacióndelasociedad, debemosampliarnuestrofocomásalláde unmeroanálisisdelcambiotecnológicoy lastendenciastécnico-económicas. Nosenfrentamosalcolapsoestructural delcontratosocialdelsigloXX(lademo- cracia social del New Deal), que proveía cobertura y protección a los trabajadores y una redistribución entre renta y mano deobraatravésdesalariosmínimosnego- ciados por el Estado, acuerdos colectivos queinvolucrabanalossindicatosy,porsu- puesto,unaestructuraimpositivapodero- sa.Esepactosocialyanosesostieneyhoy se consolida una nueva generación que se siente cada vez más excluida: parte del problema pasa por la financiarización de laeconomía,poreltraspasomasivoderi- quezadelaeconomíarealalossectoresfi- nancierosydealtatecnología,porlairrup- ción de las plataformas monopólicas y la gigeconomy(unaeconomíabasadaenem- pleospuntualeseintermitentesynoyaen los puestos permanentes de la era indus- trial)yelaugedelasmáquinasengeneral. El rápido cambio tecnológico, motiva- doprincipalmenteporlaintroducciónde las tecnologías de información y comu- nicación en todos los sectores de la eco- nomía, no produjo una edad dorada de la sociedad del conocimiento ni las prome- tidas inversiones en tecnologías susten- tables, nuevos trabajos y bienestar. Lejos deello,lapolarizacióndelingresoaumen- ta, los salarios siguen cayendo y la tasa de progreso tecnológico disminuye (1). Esta situaciónsevefavorecidaporlaincapaci- daddelosgobiernosdeaplicarimpuestos alasgananciasprovenientesdelaaltatec- nologíaygravardemaneramásdecididaa losgigantesfinancieros. El auge de la economía robótica Apesardelosavancesnotablesdelosúlti- mosaños,laautomatizacióntotalestáaún en sus inicios. La tecnología de semicon- ductoresvieneprogresandoaunatasadel 40% desde hace más de 50 años. Esto dio piealacreacióndemáquinasinteligentes, desderobotsyautosautónomoshastadro- nes,queestántransformandolaeconomía. La llamada “Internet de las cosas” (la co- nexiónalareddeobjetosdeusocotidiano, desdeelectrodomésticoshastaautos)ylas “ciudades inteligentes” se expanden. La economía está virando de la manufactu- raciónala“infofacturación”:lascapacida- des de la industria manufacturera están a puntodecambiarradicalmentegraciasala robóticaylacomputarizaciónyalaugede loquelascompañíasalemanasllaman“In- dustria4.0”,quehacereferenciaalasfábri- casinteligentescuyotrabajosebasaenuna combinaciónderobots,interconectividad, digitalización,impresión3D,etc. La tecnología ya no es más una maqui- naria que solo automatiza tareas físicas; también está empezando a automatizar tareas mentales. El auge de la inteligen- ciaartificialgeneraráunatransformación aúnmayor.Lasmáquinasempiezanacom- prender nuestro discurso y a identificar patronesdedatoscomplejos.Porejemplo, ladivisióndeGoogleDeepMindestádesa- rrollandoalgoritmoscapacesdeaprender porsímismos.Unejemplodecómolainte- ligenciaartificialestácambiandolasocie- dadeselacuerdoentreGoogleDeepMind y el Servicio Nacional de Salud británico, queledioaccesoaGooglealosdatosde1,6 millones de pacientes, incluyendo histo- rialesmédicosydatosentiemporealpara desarrollar predicciones, lo cual puso en alertaalaopiniónpúblicasobrecuestiones deprivacidaddelosciudadanos. Los gigantes tecnológicos se desplie- gancadavezmásenelterrenodelasalud, laeducación,eltransporteylavivienda, y empiezanabrindarserviciosantesprovis- tosporelEstado.Laexpansióndelaindus- triatecnológicanosoloafectaalamanufac- turayala“cuartarevoluciónindustrial”,tal comoladefinióelempresarioalemánKla- usSchwabenelForoEconómicoMundial: esmuyprobablequeGoogle,Facebookyel restodelosgigantesdigitaleseventualmen- tedirijanlasinfraestructurasbásicassobre lascualesfuncionanlassociedadesdehoy. Laeconomíarobóticayaestáaquí.Fox- conn, la fábrica más grande del mundo (productora del iPhone de Apple, entre otrascosas),queempleaamásdeunmillón detrabajadoresenChina,yaestáinstalan- do robots a una tasa de 10.000 al año, y se estimaqueel30%desusempleadosserán reemplazados por robots antes del 2020. Amazon tiene 15.000 robots trabajando en sus centros de distribución. Al mismo tiempo,lascompañíastercerizancadavez más el trabajo hacia sus propios clientes: reemplazantrabajadoreshumanosconsis- temasautomáticosdeautoservicio,alaho- radecomprarenunalmacén,encargaruna hamburguesaopagarunestacionamiento. En la cadena de supermercados Tesco de Gran Bretaña, por ejemplo, el 80% de las transaccionesyasondeautoservicio. En este contexto, parece claro que la inteligencia artificial reemplazará pro- gresivamente todas las tareas repetitivas, de rutina y algorítmicas. Según el econo- mista especializado en tecnología Brian Arthur, esta “segunda economía”, en la que las computadoras sólo hacen nego- cios con otras computadoras reemplaza- rá, hacia 2025, el trabajo de alrededor de 100millonesdepersonasentodoelmun- do.Investigacionesrecientesindicanque el 35% de los trabajos en Gran Bretaña, e incluso más en Estados Unidos, corren el riesgo de ser automatizados (2). La com- binación de los autos sin conductor y de Uberdestruiráunos4millonesdepuestos de trabajo en Estados Unidos. De hecho, Uber ya ha implementado sus nuevos au- tos sin conductor en Pittsburgh. Amazon está reemplazando trabajadores de los sectoresdeventasy,siimplementaladis- tribucióncondrones,lograráautomatizar tambiénáreasdedepósitoytransporte. En suma, estamos ante un efecto de desplazamiento masivo que implica más destrucción de trabajos que creación de nuevos puestos. Los gigantes tecnológi- cos obtienen ganancias enormes y cada vez más gente es empujada hacia el sec- tor de servicios de la economía, con bajos salariosotrabajostemporariosenventas, restaurantesytransporte,hoteleríaycui- dadodeniñosyancianos. Precarización y “uberización” Estas tendencias se ven reforzadas por el auge de la “economía por demanda” o “gig”.Lascompañíasdeserviciostradicio- nalesestánsiendodesplazadasporlosin- termediariosdelainformación(Amazon, Google,Airbnb,etc)quecontrolanlaspla- taformasdigitales,quesoncapacesdeex- traergrandesrentasderedesdeexternali- dadesyseconviertenrápidamenteencua- si monopolios: la llamada “uberización” delosservicios.Alcontrolarlaplataforma, estascompañíasconviertentodo–desdela saludhastalavivienda–enunactivo,yca- datransaccióneconómicaseconvierteen una subasta. Como es sabido, nada mini- L a economía tecnológica, los ro- bots, la inteligencia artificial y el modelo Uber traen apare- jadas paradojas. Mientras los dueñosdeApple,Amazon,Google,Face- bookyMicrosoftocupaneltop10delos multimillonarios de Forbes, un crecien- te número de personas se desplazan a la economía freelance o de servicios, con salarios cada vez más bajos. Frenteaesteproblema,elsalariouni- versal parece una solución posible, se- gún perspectivas opuestas como la de- recha neoliberal y la izquierda radical. Los gurúes de Silicon Valley proponen un “impuesto a los robots”. Sin embar- go, no discuten el esquema de riqueza de nuestra época, que incluye enviar sus ganancias extraordinarias a cuentas offshore y plataformas monopólicas. Francesca Bria, encargada de tecno- logía ciudadana de Barcelona, propo- ne retomar una perspectiva más social, la de los economistas marxistas italia- nos. Según ella, si el ingreso universal no es acompañado por una redistri- bución de las ganancias, el modelo no será sustentable. Pero mientras definimos el modelo ideal, urge avanzar en soluciones. Ca- nadá, Finlandia, Holanda, Suiza y Kenia yaloestánhaciendo,condistintaspers- pectivas. Para ellos, la transformación digital será distinta. Al menos, no los to- mará de sorpresa. g Natalia Zuazo Debates del futuro
  • 9. | 9 Juan Lecuona, sin título, 2011 (Gentileza Galería Jorge Mara - La Ruche) mizamásloscostos–enparticularloscos- toslaborales–queunasubasta. Peromásalládelacapacidaddeextraer gananciasdetodoslospuntosdeunatran- sacción,desdeelpuntodevistadelasrela- cioneslaboraleslasempresasdeeconomía deintercambiooperanenunmodelopre- previsional: la cobertura social de los tra- bajadores es mínima y casi no hay posibi- lidadesdeestableceracuerdoscolectivos. Uber está intentando transferir cada vez más costos, ligados a seguridad y educa- ción,directamenteasusconductores,quie- nesahoraluchanporunsalariomínimo.El “capitalismodelasplataformas”buscacon- vertiralostrabajadoresenemprendedores precarizados,enmicrorrentistasqueacep- tentrabajarademanda,viviendoaldía,de pagoenpago.Estanuevaformadetrabajo tambiénimplicauncontroldelamente.A lostrabajadoresdelaetapatayloristaseles pedíaque,unavezfinalizadalajornada,se desconectaran.Alostrabajadoresdehoyse lesexigequenosedesconectennunca,que esténdisponibleslas24horasdeldía. En este contexto, para debatir el futu- ro del trabajo en el siglo XXI es necesa- rio considerar la dimensión de clase de la inequidad y el crecimiento de la llamada “clase precarizada” (“precariat”). Asis- timos a una creciente frustración y rabia en la clase trabajadora, la clase media y la juventud provocada por la inestabilidad económica, el desempleo y la precariza- ción, tal como demuestran las múltiples protestas registradas en Europa, como la revuelta generacional francesa contra la nueva ley laboral, el “Movimiento noche de pie” (Nuit debout mouvement), que ha ocupado plazas e impulsado huelgas du- rante el último año. El desempleo juvenil en Europa ha alcanzado picos de más del 40%enPortugal,EspañaeItalia. Luego de la recesión de 2008, frente a la perspectiva de un desempleo de largo plazo, muchos trabajadores no tuvieron más remedio que convertirse en autóno- mos o buscar contratos temporales. En GranBretañahaaumentadoelnúmerode contratosdecerohorasenelsectorservi- cios. En Estados Unidos, el universo de la economíapordemanda,delostrabajado- res independientes y freelance alcanza al 20% del total de la fuerza de trabajo. Me- nosdel7%delostrabajadoresestadouni- denses se encuentran sindicalizados. Ca- da vez más, las personas no saben lo que ganarán al mes siguiente. El mercado la- boral se ha convertido en un mercado- subasta que no les da ninguna seguridad a los trabajadores. Como consecuencia, los jóvenes y los trabajadores tempora- riosnopuedenplanificarsufuturo,pagar lascuentas,obtenerpréstamosparairala universidad,formarunafamilia,comprar unacasaopagarunahipoteca.Vivenatra- pados en esta trampa de la precariedad, que se conjuga además con el creciente déficitdelaspolíticasdeseguridadsocial. La economía actual, en suma, encierra unaparadoja:elaumentodelaproductivi- dadcomoconsecuenciadelcambiotecno- lógicogeneraenormesganancias,altiempo quelossalariospierdencadavezmáspeso relativo.Lascompañíastecnológicascrean eincorporantecnologíaparareemplazarla manodeobra,perosedebilitalademanda agregada.¿Quién vaacomprartodosesos productosenelfuturo?Apesardelosavan- cesdelaeconomíarobóticadelaabundan- ciaydeloscostosmarginalesnulosdeacce- soalainformacióndigital,losmercadosde hoy se caracterizan por la persistencia de grandesmonopolios,comolaseconomías enredde Google,UberyAmazon.¿Cómo reconciliarloscostosmarginalesnulosde los bienes de información con la tasa a la cual se crean nuevos multimillonarios de la tecnología? ¿Cómo usar la abundancia bóticadicequegeneraráenormesriquezas paralosdueñosdelasplataformas,quelue- goayudaránalasociedadapagarloscostos agregados, sirviendo espontáneamente al bien común. Sin embargo, esto no sucede, ylasgananciasquenosegravannopueden serreinvertidasenbienestarsocial,empleo yplanesdesalariobásico. Peroademástodoindicaquehabrácam- biosenelfuturo.ElbienestarsocialdeSili- conValleyysueconomíadebienesgratui- tos, que hoy es subsidiada por publicidad y vigilancia, no durará para siempre. De hecho,laperspectivamásprobableesque los ciudadanos, encerrados dentro de sus infraestructuras digitales, tengan que co- menzarapagaraestascorporacionespara poderteneracceso,convirtiendoasílosser- viciossocialesbásicosenunprivilegio. Como han reclamado los economistas marxistasitalianosdurantelosúltimosvein- te años, tenemos que introducir un salario básicogarantizadocomoingresoprimario, como respuesta a las inequidades que trae aparejadasel“capitalismocognitivo”dehoy, enelqueeltrabajosocialnoreconocidoyno remunerado,eltrabajoinformal,lastareas decuidado,eltrabajoafectivoyrelacional– todosfundamentalesparalaeconomíayso- ciedadactuales–,tienenunrolcadavezmás central.Elsalariobásicoseráimportantepa- ra estabilizar las sociedades en un sistema deproducciónydecreaciónderiquezaque sehavueltocadavezmáscolectivoysocial, mientrasquelasgananciassoncadavezmás privadas.Elsalariobásicopermitiráqueel trabajocreativoreemplacealastareasruti- nariasyalgorítmicasque,detodosmodos,ya estánsiendoreemplazadasporlainteligen- ciaartificial.Loquenecesitamosesunsala- riobásicocomodividendodelaproductivi- dadaumentadaporlosrobotsquevuelvaa lasociedadresponsabledeproducircolecti- vamenteesariqueza.Un“dividendobásico universal”,comopropusoelexministrode EconomíagriegoYanisVaroufakis. Lapreguntaes:¿quiénseestáquedando conlasgananciasdelosdividendosdigita- les?¿Cómopodemosgarantizarqueesaga- nancianodescanseencuentasoffshoresino queseinviertaeninfraestructurasocialpa- racrearvaloralargoplazoparalasociedad ypromoveruncrecimientointeligente,in- clusivoysustentable?Elsalariobásiconoes lasoluciónalacrisisglobalactual,sinouna base.Eldesafío,desdemipuntodevista,no tienequeverconladesaparicióndelostra- bajos,sinoconladistribucióndelingreso,y conladefinicióndeuncaminoalargoplazo paraestecambio.Eldesafíoesdesarrollar unaeconomíasocialyunsistemaprevisio- nal que no estén exclusivamente orienta- dos hacia el mundo laboral. Necesitamos unarevoluciónenmuchosdenuestroshá- bitosyórdenessocialesyeconómicos.Te- nemos que inventar nuevas instituciones (comoelsalariobásico)quelesaquenpro- vechoaestatransformacióndebasetecno- lógicaparaelbeneficiocolectivo. g 1.SegúnTylerCowen,autordeElgranestancamiento (2011),laeconomíaestadounidensevivióunaexpansión tecnológicaproductodelapostRevoluciónIndustrialque enlosúltimoscuarentaañosgenerómenosriquezadelo quesecree,perolosgobernantessiguendandorespuestas comosielcrecimientofueraelmismo.Estogeneraun malestar–yconflictos–enlapolíticayenlaeconomía. 2.“Thefutureofemployment:howsusceptible areJobstocomputerisation”,CarlFreyy MichaelOsborne,UniversidaddeOxford, 2013.Disponibleen:http://bit.ly/1mj2qSJ 3.SegúndijoLucaMaestri,ChiefFinancialOfficer (CFO)delacompañía,enunaconferenciaen febrerode2017(“Applehas$246billionincash, nearlyalloverseas”,CNNMoney,1–2–17). *Jefa de Tecnología e Innovación Digital de la ciudad de Barcelona. Doctora en Innovación, Emprendi- miento y Diseño, Imperial College de Londres. Traducción: Virginia Higa © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur generada por los robots y cómo distribuir las ganancias económicas? No se trata de unacuestiónsimplementeeconómicasino deunadiscusiónpolíticaydepoder. Salario básico universal LaselitestecnológicasdeEstadosUnidos abogan hoy por el salario básico, que ha sido defendido de modos muy diversos, tanto por la izquierda radical como por la derecha neoliberal. Para muchos espe- cialistasdeSiliconValley,elsalariobásico es una herramienta de protección para la gentequeperderásutrabajoacausadela globalizaciónyelcambiotecnológico,yal mismo tiempo una forma de volver al Es- tadomáseficienteyausteroaleliminarla burocraciaprevisional.Laideaessimple- mente darle dinero a la gente: un salario básico universal como red de asistencia social última. Otros experimentos públi- cos a gran escala tienen lugar en Canadá, FinlandiayHolanda.InclusoSuizahace- lebrado un referéndum nacional sobre el salariobásicouniversal.Google.orgesuna de los fundadoras de un experimento en Kenia (una prueba al azar que proveerá a 6.000 kenianos de un ingreso básico du- rante una década), mientras que Y Com- binator, una de las empresas acelerado- rasdestartupsmásinfluyentesdeSilicon Valley, está desarrollando un proyecto de investigaciónsobresalariobásicoconuna primerapruebapilotoenOakland. Sostengo que necesitamos una pers- pectiva sobre el salario básico que no sea neoliberal. La pregunta central es quién pagará por el salario básico, dado que los Estadosestánendeudadosyamenudotie- nenpocoespaciofiscalparaimplementar medidasdeestanaturaleza.BillGatespro- poneun“impuestoalosrobots”paralidiar coneldesempleotecnológicocausadopor la automatización. Sin embargo, gravar a los robots sigue sin resolver el problema principal. La razón por la cual la indus- tria tecnológica tiene tanto dinero es que los gobiernos ya no lo tienen. En su lugar, ese dinero descansa en las cuentas offs- hore de las empresas de Silicon Valley y WallStreet.MiremossinoaApple,queha anunciado hace poco que cuenta con 230 milmillonesdedólaresenefectivopoten- cialmentegravable–perofueradeEstados Unidos–(3)oaGoogle,quesehaconverti- doenlasociedadanónimamásvaliosadel mundo luego de anunciar que sus ganan- ciasglobalesaumentaronun13%llegando a75milmillonesdedólareselañopasado, haciendo de Alphabet, su controlante, la compañía más valiosa del mundo. Tam- biénlavaluacióndeUber,AirbnbyLyftpa- receninmunesaladeflacióndelmercado. Hay una brecha enorme entre los ingre- sosdeestasempresasylavaluacióndees- tetipodecompañías.Porejemplo,Airbnb recolectó 3,1 mil millones en capitales de riesgoyhoytieneunavaluaciónde30mil millones,locuallaharíavalercasidiezve- cesmásquesusingresosiniciales,unvalor mucho mayor que el de los hoteles Hyatt. Uberhoyendíaestáaumentandosusfon- dosyseestimasuvaloren50milmillones, cifraquincevecessuperiorasusingresos. Enrealidad,losmultimillonariostecno- lógicosdeSiliconValleyquepromuevenel salariobásicosonelprincipalobstáculopa- ra la implementación del mismo. Es claro quenoseránellosquieneslopaguen,yaque prefierenponersuefectivoencuentasoffs- hore, como revelaron los Panamá Papers. El Foro Económico Mundial declaró que elvalor–paralasociedadylaindustria–de latransformacióndigitalpodríasermayor a100billonesdedólarespara2025.Eldis- curso habitual al analizar la economía ro-
  • 10. 10 | Edición 219 | septiembre 2017 Elnuevopaisajemediático deEstadosUnidos La prensa estadounidense atraviesa una crisis similar a la que vive la prensa mundial. La lógica mercantil se impone sacrificando contenido y calidad en favor del infoentretenimiento y el modelo digital no termina de ser rentable. Por su parte, los medios que apuestan por otro periodismo y por otras audiencias enfrentan enormes obstáculos. Las tensiones de un modelo en plena transformación por Rodney Benson* hacelargotiempo.Enlosañosochenta,un grupo que cotiza en Bolsa como Gannet, que publica en particular USA Today (el periódiconacionalmásvendidodelpaís), alcanza con sus cien títulos una ganancia neta del 25%, incluso más. Se impone co- mo un modelo. ¿La receta? Eliminar a la competenciaconelobjetodegarantizarse un monopolio local, reducir el personal y comprimirlospresupuestos,llenarlaspá- ginas con noticias baratas y maximizar la publicidad.Hastahacepocorepresentaba el80%delacifradenegociosdelaprensa escrita estadounidense, o sea, la más alta proporciónenlospaísesoccidentales. El giro del compromiso al servicio del públicohacialalógicamercantilapareció a plena luz cuando, un día de 1986, Wall Streethizocaerlacotizacióndelasaccio- nesdeKnightRidderprecisamentecuan- doellegendariogrupodeprensaacababa decosecharsietepremiosPulitzer,unade las más prestigiosas recompensas profe- sionales del mundo. Un analista bursátil habría explicado entonces a Frank Haw- kins, director del conglomerado, cuando lo interrogaba sobre la causa de esa pér- dida: “Eso ocurre porque ganas demasia- dos Pulitzer. El dinero consagrado a esos proyectosdeberíaquedarseenelcasillero ‘resultados’” (4). La presión siguió acen- tuándoseenlosañosnoventa,poniendola optimizacióndelasgananciasporencima decualquierotraconsideración. Precisamente en este contexto poco glorioso sobrevino, por olas sucesivas, la crisis de comienzos del siglo XXI: la de- clinación de los clasificados y de las pro- pagandasimpresasnocompensadaporla actividad online; las crisis financieras de 2001 y 2008, que recortaron todavía más los ingresos publicitarios. Entre 2005 y 2016,estosúltimospasaronde49a20mil millonesdedólares,deloscualessolamen- teel30%fueronrecolectadosonline,don- delastarifassonmenoselevadas.Aunque enaumento,losingresosdelosabonosno compensanlaspérdidaspublicitarias.Las cotizaciones de las acciones se vinieron abajoyunterciodelos60.000empleosde tiempocompletodelaprensaescritades- aparecieron,recayendoloscortesmásim- portantes en el reportaje, la investigación ylacoberturadelosasuntospúblicos(5). Resultado: una cantidad creciente de gruposbiencotizadosvendendiariosim- portantes a grandes fortunas. En 2013, el fundador de Amazon, Jeffrey Bezos, ad- quirió The Washington Post, y el propie- tario del equipo de béisbol de los Boston RedSox,JohnHenry,compróTheBoston Globe. El año siguiente Glen Taylor, pro- pietario del equipo de básquet del Min- nesota Timberwolves, echó mano del Star-Tribune, el diario más importante de ese Estado. A fines de 2015, el multi- millonario conservador Sheldon Adel- son adquirió Las Vegas Review-Journal. Estos magnates introdujeron algo de di- versidad en un universo económico ho- mogéneo y, si lo desearan, podrían resis- tirlapresiónalaquelossometelaganan- cia. The Washington Post y The New York Timesfueronprecursoreseninvestigarla administración de Trump, y no es casua- lidad si ninguno de los dos está en manos de un grupo de medios (la mayoría de las acciones de The New York Times perte- necen a la familia Sulzberger). Este tipo de propiedad individual suscita nuevas inquietudes sobre posibles sesgos polí- ticos, conflictos de intereses o faltas de transparencia. Trump aprovechó la oca- sión para tuitear contra el “AmazonWas- hingtonPost” y amenazó a la empresa de venta online con una investigación anti- trust para intimidar a Bezos. Si bien las motivaciones reales del presidente esta- dounidense no dependen con seguridad H ace medio siglo, el presi- dente estadounidense Ri- chard Nixon fustigaba a “los medios” como si se tratara de una única enti- dad indistinta. En una época dominada porunaspocascadenasdetelevisión,re- vistas y periódicos, no estaba totalmen- te equivocado. Sin embargo, desde co- mienzos de los años 2000, el paisaje se ha diversificado mucho. Pueden distinguirse por lo menos tres familias, abarcando todos los géneros y soportes. En primer lugar la familia del infoentretenimientomasivo(1),consitios internetbienestablecidoscomoBuzzFeed yelHuffingtonPost,asícomograndesca- denasdetelevisiónnacionales(CBS,ABC, NBC, CNN) y sus filiales locales. Luego vienelafamiliapartidaria(2),representa- daporFox(conservadora),MSNBC(pro- gresista), radios principalmente conser- Washington, 8-6-17 (Yuri Gripas/Reuters) vadoras, la blogósfera y las sátiras políti- cas como “The Daily Show”, presentado por Trevor Noah, y “Last Week Tonight with John Oliver”. La tercera familia pri- vilegiaunperiodismodecalidadcontítu- los como The New York Times, The Wall Street Journal, Politico, revistas naciona- lescomoTimeyTheAtlantic,asícomolos principales diarios regionales. Los secto- res público y asociativo, minoritarios pe- ro dinámicos, en ocasiones proponen un contrapeso a ese sistema indexado sobre laeconomíademercado. Pero los límites entre estas categorías son flexibles y porosos. Cadenas de tele- visión y sitios como el Huffington Post y Vox intentan reconciliar periodismo de calidad e infoentretenimiento; la neu- tralidad política ostentada por The New York Times y otros medios dominantes es fuertemente impugnada por críticos conservadores. En el otro extremo del espectro, cuando el mayor operador de televisión local, Sinclar, mirado por el 70% de los hogares estadounidenses, re- cluta a un ex portavoz de Donald Trump en el puesto de analista político en je- fe, le reprochan utilizar sus 173 cadenas para “promover un programa esencial- mente de derecha” (3). Ganancias vs. calidad Para comprender bien el advenimiento de este nuevo ecosistema hay que volver al período que siguió a la supuesta “edad deoro”delosañossetenta,marcadaporel Watergate:losañosochentaynoventa,en cuyo transcurso la ganancia se convirtió enelprincipioyelfindelosmedios. MientrasqueenFranciaunagrancan- tidad de diarios gastan más de lo que ga- nanynopodríansobrevivirsinlasayudas públicas, la información da buenos divi- dendos en Estados Unidos, y esto desde
  • 11. | 11 solo del derecho a la competencia, tam- biénesciertoqueAmazondominaunnú- mero creciente de sectores, lo que multi- plicalosriesgosdeconflictodeintereses. La debilidad del sector público Para la mayoría de los ciudadanos, la te- levisión sigue siendo la principal fuente de información (57% de los adultos recu- rríanaestemedioen2016,contraun38% a Internet, según el Pew Research Cen- ter). Preocupados por mantener su au- dienciaenlaeradelcableydeInternet,los grandesnoticierostelevisivos(ABC,CBS, NBC) se vuelven cada vez más sensacio- nalistas y superficiales. La cobertura de lascuestionesdefondodurantelacampa- ñapresidencialpasódedoscientosveinte minutos en 2008 a treinta y dos minutos en2016(6).Alainversa,lossitiosabierta- mente partidistas, como los radicales de derechaBreitbarteInfoWars,tratancues- tionesdefondoperodeformanloshechos, cuandonomientenlisayllanamente. En la mayoría de las democracias se- ría lógico que el Estado intervenga pa- ra paliar el derrumbe económico de este sistema hiper comercial, marcado por la subproducción de informaciones de ca- lidad y la superproducción de noticias sensacionalistas y engañosas. En Estados Unidos, en cambio, una acción pública suscitaríalaoposiciónsalvajedeunacoa- lición de conservadores anti Estado y de periodistas profesionales motivados por una lectura rigorista de la Primera En- mienda, que a su juicio prohíbe toda ac- cióndelEjecutivoenlaprensa.Porcierto, losmediosdel“serviciopúblico”noestán aresguardodelaspresionesestatales,pe- rocomosuautonomíasebeneficiadeuna cen un amplio abanico de temas, ideas y formatos. Recopiladores como el Huff- ington Post y BuzzFeed producen cada vez más contenidos originales, incluyen- do informaciones y reportajes políticos. Politico y The Hill dan una imagen deta- lladadelasbambalinasdelapolítica.Más allá del Top 50, sitios más modestos co- moMedium(lanzadoporEvanWilliams, el cofundador de Twitter) privilegian los largos artículos de fondo. Dos merecen una atención particular por sus prácticas periodísticassingulares:VoxyViceNews. Lejos de las exclusivas, los redacto- res de Vox escogen temas complejos, co- mo el conflicto sirio, el “Obamacare” o el cambio climático, y aportan un análisis en profundidad mechado con gráficos, preguntas y respuestas y diaporamas. Dossiers temáticos, lúdicos pero serios, tratan acerca de temas tan variados co- mo “Los 18 mejores programas televisi- vos disponibles en la actualidad” (pues- to al día todas las semanas), “Violencias policiales: 9 hechos que hay que cono- cer” (4 de enero de 2016), “El Bitcoin explicado” (3 de noviembre de 2015) y “Comprender el sistema migratorio es- tadounidense” (4 de agosto de 2015). Vice se caracteriza por un periodismo en profundidad con un tono muy perso- nal que pone el acento en el aspecto vi- sual. En su serie de documentales difun- didos en la cadena de cable Home Box Office (HBO) –pero también disponi- blesgratuitamenteensusitioosucadena YouTube–, ofrece un panorama valioso delavidacotidianaenpaísescomoUcra- nia, Corea del Norte, la República Cen- troafricanaeincluso,en2014,enlosterri- torios en posesión del Estado Islámico protección estructural, como en el Reino Unido,enAlemaniayenlospaísesescan- dinavos (7), en general proponen infor- macionesmuchomásprofundasycríticas quesusequivalentescomerciales. En comparación con otros grandes países democráticos, Estados Unidos tiene el sector más pequeño de medios subvencionados. Los financiamientos del Public Broadcasting Service (PBS) y delaNationalPublicRadio(NPR)repre- sentan menos de 3 euros por habitante, contra70eurosenFrancia,86eurosenel ReinoUnido,116eurosenAlemaniay152 euros en Noruega. En realidad, la mayo- ría de los fondos de PBS y NPR proviene de donaciones, en virtud del estatuto hí- brido de esos grupos audiovisuales, a la vez público y sin fines de lucro. Sin em- bargo, aún incluyendo esas donaciones, los medios públicos estadounidenses no reciben ni 8 euros por cabeza (8). El modelo digital Aunque hayan revisado a la baja sus am- biciones periodísticas luego de la cri- sis económica, los medios comerciales “tradicionales” (es decir, empresas que producían en el origen diarios, revistas y cadenas de televisión) siguen siendo dominantes, tanto en términos de volu- men de negocios como de beneficios o de audiencia online. Los principales si- tios de información, el Huffington Post y BuzzFeed,generanmuypocasganancias, incluso ninguna. Lejos estamos del mar- gen habitual de 8 a 15% de la prensa en papel,sincontarlosresultadosabultados de las cadenas de información por cable. Los medios digitales financiados úni- camente por publicidad online trabajan con equipos minúsculos y peor pagos quelasredaccionestradicionales.Laver- sión estadounidense del Huffington Post cuenta con apenas unos 250 redactores de tiempo completo, muchos de los cua- les se contentan con reciclar lo que pro- ducen otros órganos de prensa, mientras que The New York Times emplea a 1.300 periodistasprofesionalesdetiempocom- pleto, de los cuales ninguno agrega, su- puestamente,contenidosyaexistentes. SegúnlosdatosrecogidosporComSco- reen2015,losmediostradicionalesatraen másinternautasquesuscompetidoresna- cidos online. Dentro de lo normal, ABC, CNN, NBC, CBS, USA Today, The New YorkTimesyFoxfiguranentrelosdiezsi- tios de información más consultados en Estados Unidos. Incluyendo las importa- cionesbritánicascomolaBBC(15º)y The Guardian(17º),ocupan29delosprimeros 50lugaresdeestaclasificación. El hecho de que 21 medios de la nueva generación figuren en esta clasificación, sin embargo, da cuenta de una transfor- mación notoria. Los órganos de prensa presentes únicamente en internet ofre- Siete empresas que cotizan en Bolsa poseen un cuarto de los diarios estadounidenses. d
  • 12. 12 | Edición 219 | septiembre 2017 (documental que ganó el prestigioso premioPeabody).SegúnDannyGold,co- rresponsal de Vice, se trata de “borrarse” y de servir de “puente” para que los pro- tagonistas del documental expresen su punto de vista personal (9). Vice llega a un público mucho más joven –25 años en promedio–quelosmediostradicionales. De todos modos, hay un punto oscuro: el que hace planear sobre la información elpublirreportajemodernoconocidocon elnombrede“publicidadnativa”,porque loscontenidospatrocinadoscomienzana sersutilmenteintegradosenelcorazónde lalíneaeditorial.Vice,igualqueBuzzFeed, es uno de sus pioneros gracias a su agen- cia de marketing Virtue. Por ejemplo uno desussitios,llamadoTheCreatorsProject yfinanciadoporsu“asociadofundadorIn- telligentsia”,proponereportajesdondein- genieros y artistas utilizan material de la marca de informática. La denominación “asociado fundador” sugiere que las mar- casnosecontentanconasociarsunombre aunprogramasinoquebuscaninfluirenla líneaeditorialsegúnsusintereses. Detrás de la imagen tendencia y alter- nativa cultivada por Vice se oculta un es- quema comercial que no puede ser más capitalista. Entre sus inversores se en- cuentra la Fox (James Murdoch, hijo del magnate Rupert Murdoch, sesiona en adelante en su consejo de administra- ción), Time Warner Inc., Hearst, Disney, A&E Network y cantidad de otras socie- dades de capital de riesgo. En suma, los nuevossitiosdeinformaciónonlineofre- cen un paisaje contrastado. Sus cualida- des distintivas podrían resultar frágiles una vez recuperado y domesticado el im- pulsoexperimentalinicialporlosimpera- tivoscomerciales. Los límites de la alternatividad A menudo se da por descontado ese principio: los ámbitos donde los medios comerciales no pueden o no quieren aventurarse, sobre todo la investigación y el reportaje sobre cuestiones sociales, incumben a la filantropía. Pero el perio- dismo sin fines de lucro ¿basta realmen- te para colmar el vacío? Entre2005y2014,308mediossinfines de lucro aparecieron en Estados Unidos, en veinticinco Estados (10). La mayoría funcionaba esencialmente gracias a cola- boracionesdegrandesfundacionescomo Ford,MacArthur,GatesyKnight,ydecían garantizar una forma de servicio público. Unestudiorecientesobre18deellos(tan- to locales o regionales como federales) muestra que asignan del 34 al 85% de su presupuesto al editorial, contra el 12 al 16% promedio de los medios comerciales (11). En general se especializan en los re- portajes e investigaciones sobre política internaorelacionesexteriores. Esa prensa sin fines de lucro contri- buyó a la renovación del periodismo de investigación, como el sitio ProPublica (fundadoen2008),laureadocondospre- miosPulitzer,yotrosmenosrecientespe- ro en plena expansión: el Center for In- vestigative Reporting (fundado en 1977) y el Center for Public Integrity (fundado en1989).ProPublica,porejemplo,enfocó los proyectores en la Cruz Roja (“Cómo la Cruz Roja recolectó quinientos millo- nes de dólares para construir seis vivien- das en Haití”) (12), en las relaciones inte- resadasentrelaReservaFederalyciertos gigantes financieros, o incluso en los es- fuerzos particularmente agresivos de los hospitales para recuperar el dinero que lesdebenfamiliasmodestas. A pesar de estas realizaciones, todas arraigadasenunacorrientedereformis- mo liberal de izquierda, las fundaciones no pueden contrabalancear el fracaso económico del periodismo comercial estadounidense. Las donaciones a los órganos de prensa alcanzan a lo sumo 150 millones de dólares por año: una go- ta de agua respecto de la pérdida de los ingresos publicitarios en la gran prensa. Losmásimportantesmediossinfinesde lucro, ProPublica y el Christian Science Monitor, emplean entre 70 y 80 perio- distas cada uno. Pero muchos otros me- diosfuncionanconequiposdeunadoce- na de periodistas como máximo. Además, la mayoría de las fundacio- nes no se comprometen a largo plazo. Con sus consejos de administración do- minados por jefes de empresa, conci- ben su acción como una ayuda transito- ria que le permita a los órganos sin fines de lucro cimentarse convirtiéndose en verdaderas empresas. Así, les aconse- jan destinar su información a un público de gama más alta, a la vez susceptible de firmar cheques y de atraer anunciantes prestigiosos.Algunosmedios,comoPro- Publica, ponen sus artículos a disposi- cióndesitioscomerciales:conquistanvi- sibilidad, pero no autonomía económica ni independencia frente a sus donantes. Las publicaciones sin fines de lucro que intentan llegar a un público menos elitista tienen todavía más dificultades. ElSanFranciscoPublicPress,fundadoen 2009 por Michael Stoll, que quería con- vertirlo en el “The Wall Street Journal del pueblo”, rechaza la publicidad y el pa- drinazgo de las grandes empresas. “Los trabajadores con bajos salarios –explica Stoll–nolesinteresanalospublicistasde los diarios tradicionales que promueven productos de lujo”. El San Francisco Pu- blic Press funciona principalmente gra- cias a una mano de obra voluntaria y con un presupuesto anual inferior a 100.000 dólares. A pesar de la calidad de sus in- vestigaciones, le cuesta trabajo adquirir envergadura. Una conclusión se impo- ne:losmediossinfinesdelucroquesees- fuerzan por llegar a públicos menospre- ciados por la prensa de mercado apenas lo lograrán mientras las fundaciones que losfinanciannotenganojosmásquepara losnuevosmodelosdeempresa. Por último, hay que tener en cuenta que las donaciones de las fundaciones no son “gratuitas”. Esas sumas, desbloquea- das gracias a generosas deducciones fis- cales,constituyenunredireccionamiento de los recursos públicos hacia entidades opacas. “No estamos reglamentados, no nos piden que rindamos cuentas –testi- monia un responsable de las donaciones a la prensa–. No tengo necesidad de con- certarunacitacongentequenotengoga- nasdever,comotodoelmundoenlafun- dación. Estoy en la obligación de hacer lo mejor posible en el ejercicio de mis fun- ciones, pero no creo que las fundaciones sean la mejor manera de servir el interés generalenunademocracia”(13). Con mucha frecuencia, la generosi- dad trae aparejadas obligaciones implí- citas. Los grandes donantes prefieren fi- nanciar proyectos específicos más que el funcionamiento corriente, creando una presión permanente para adaptar el con- tenido a sus exigencias. Habida cuenta de su dependencia respecto de la caridad privada,losmediospúblicospadecenesas coercionesentodasuextensión.En2012, PBScreóunaseriedevariosepisodiosso- bre la economía estadounidense que, pa- trocinada por Dow Chemical, se ajustaba estrechamente a los intereses de la em- presa. En 2013, la misma cadena realizó un documental sobre los drones subven- cionado por Lockheed Martin, quien los fabrica. Por último, en 2014 produjo una serie, “The Pension Peril”, que detallaba los problemas causados por las jubilacio- moseparaelcuartoinferiordelcuartosu- perior, mientras que en Europa Occiden- tal hasta las personas menos instruidas y menos adineradas están casi tan bien in- formadascomolasmásprivilegiadas(17). Nada tiene de sorprendente cuando se sabe que la elite de los medios estadouni- denses se compromete a suministrar “in- formaciones de calidad para un público de calidad” (18), dejando al resto la tarea dearreglárselasconelcontenidoindigen- teodeformadodelosdiariostelevisivoso dealgunossitiosdeinternet. Yaseaelitista,partidarioomasivo,nin- gún medio estadounidense ha logrado ocuparsedelaprecariedadligadaalaglo- balizaciónquesubyacealmalestarpolíti- co actual. Pocos son aquellos que se dig- nan a hablar de las poblaciones que viven al margen de la elite urbana y cultural, o incluso a dirigirse a ellas. Se trata de gru- pos sociales que pesan en el plano elec- toral, pero a los cuales ningún indicador ubicaenelcasillerodeposiblesdonantes, delosabonadospotencialesodelosblan- cos publicitarios selectos. El tratamiento de Trump, ya sea halagüeño o crítico, es muy rentable; muy pocos medios tienen el coraje de fijar su atención en otras par- tes. Así, los imperativos comerciales ha- cen la ley. A fin de cuentas, el nuevo pai- saje mediático norteamericano podría resultarmuchomenosdiversificadodelo que parece en una primera impresión.g 1.VéaseSophieEustacheyJessicaTrochet, “Cuandolasnoticiassonelmarketing”,LeMonde diplomatique,ediciónConoSur,agostode2017. 2.Véase“Venenoporradioytelevisión”,LeMonde diplomatique,ediciónConoSur,abrilde2014. 3.SydneyEmber,“SinclairrequiresTV stationstoairsegmentsthattilttothe right”,TheNewYorkTimes,12-5--17. 4.PhilipMeyer,TheVanishingNewspaper. SavingJournalismintheInformationAge, UniversityofMissouriPress,2004. 5.“NewspapersFactSheet”,PewResearch Center,Washington,DC,1-6-17. 6.Conteoefectuadodossemanasantesdelescrutinio. AndrewTyndall,“Issues?WhatIssues?”,Tyndall Report,25-10-16,http://tyndallreport.com 7.VéaseAndréSchiffrin,“L’Étatnorvégien protecteurdelaculture”,LeMonde diplomatique,París,marzode2010. 8.RodneyBenson,MatthewPowersy TimothyNeff,“Publicmediaautonomyand accountability:Bestandworstpolicypracticesin 12leadingdemocracies”,InternationalJournal ofCommunication,Vol.11,LosAngeles,2017. 9.DeclaracionesdeDannyGoldalNewYorkCenter forCommunication,NuevaYork,23-11-15. 10.JesseHolcombyAmyMitchell,“Personal wealth,capitalinvestments,andphilanthropy”, StateoftheMediaReport,PewResearchCenter, Washington,DC,26demarzode2014. 11.“Findingafoothold:Hownonprofit newsventuresseeksustainability”,Knight Foundation,Miami,28-10-13. 12.JustinElliottyLauraSullivan,“HowtheRed CrossraisedhalfabilliondollarsforHaiti–and builtsixhomes”,3-6-15,www.propublica.org 13.Entrevistaconunresponsabledelafundación quequisoguardarelanonimato,marzode2013. 14.MichaelGetler,“Tensionsoverpensions”, PBSOmbudsman,14-2-14,www.pbs.org. 15.AmyMitchell,JeffreyGottfried,JocelynKiley yKaterinaEvaMatsa,“Politicalpolarizationand mediahabits”,PewResearchCenter,21-10-14. 16.RichardFletcheryRasmusKleisNielsen,“Social mediaappearstodiversityyournewsdiet,notnarrow it”,NiemanLab,21-6-17,www.niemanlab.org 17.JamesCurran,ShantoIyengar,AnkerBrink LundeInkaSalovaara-Moring,“Mediasystem, publicknowledgeanddemocracy.Acomparative study”,EuropeanJournalofCommunication, ThousandOaks(California),Vol.24,N° 1,2009. 18.DeclaracionesdeArthurSulzbergerJr., directordeTheNewYorkTimes,alaColumbia SchoolofJournalism,NuevaYork,6-4-11. *Profesor de Sociología y de Ciencias de la Comunicación en la New York University. Traducción: Víctor Goldstein nes de los funcionarios, con los subsidios deuninversormultimillonarioquequería suprimirlas. “Esos escándalos –confiesa elmediadordePBS–ponendemanifiesto los compromisos éticos en los arreglos fi- nancieros y la falta de transparencia para los telespectadores, que en parte derivan de las dificultades de financiar el sistema públicoderadiotelevisión”(14). Polarizaciones ¿Qué conclusiones sacar de las expe- riencias estadounidenses en el campo de la hipercomercialización mediáti- ca y de la filantropía? Si bien hay algu- nos puntos positivos, serios problemas estructurales limitan la capacidad del sistema para informar correctamente al conjunto de los ciudadanos sobre los te- mas que los involucran. Debilitados,losgrandesgrupossobre- viven.Gannetrecientementeintentó–en vano– comprar Tronc (ex-Tribune Co.), propietario del Chicago Tribune y del an- tañoreputadoLosAngelesTimes.Lacon- solidación del sector prosigue. Siete em- presas que cotizan en Bolsa poseen un cuartodelosdiariosnorteamericanos.La propiedad de las cadenas locales se con- centra como nunca. Su papel en el espec- táculo permanente alrededor de Trump nolesinspiramuchosescrúpulos.Puesto quelasaudienciasylasgananciastrepan, ¿dóndeestáelproblema? El periodismo profesional sigue esca- seando (hasta The New York Times, que durante largo tiempo resistió, anunció en la primavera pasada la supresión de cienpuestosdesecretariosderedacción). En un momento en el que los publicistas afianzansudominiosobreelprocesoedi- torial a través de los contenidos patroci- nados, la prensa comercial digital pade- ce presiones todavía más fuertes que sus predecesores tradicionales. Por cierto, el abono constituye un maná para algunos diarios de primera categoría como The Wall Street Journal,The Washington Post y The New York Times (que cuenta con másdedosmillonesdeabonadosonline), peronopuedefuncionarparatodos. Los ataques incesantes de Trump ha- cia los periodistas que lo critican acen- tuaron la fragmentación ideológica del paisaje mediático. En 2014, en una esca- la política graduada de - 10 puntos a la iz- quierdaa+10puntosaladerecha,loslec- tores de The New York Times, The Wash- ington Post y Politico se situaban entre 3 y 5 puntos a la derecha, Fox News (fuera delasemisionesdeopinión)adospuntos a la derecha del centro, mientras que el restodelosmediosdederecha(Breitbart, los comentadores Sean Hannity y Rush Limbaugh) se dirigían a una audiencia seis puntos a la derecha del centro. Úni- camente Yahoo News y The Wall Street Journal atraían un lectorado que se per- cibíacomorelativamentecentrista(15). Semejante situación plantea una cues- tióncrucial:¿cómohacercircularlainfor- mación entre esos públicos escindidos? A menudo acusadas de reforzar los prejui- cios,lasredessocialesaportaríanmássolu- cionesqueproblemas.Segúnunestudiore- ciente,lejosdeencerrarseenlas“burbujas” dondenotraspasanmásquelasnoticiasque refuerzansusconvicciones,losusuariosde redessocialestienenmásposibilidadesde tropezarconpuntosdevistacontrariosalos suyosquelosnousuarios(16). En definitiva, la inquietud de los usua- rios por lo que respecta a la polarización partidaria de los medios oculta una esci- sión de clase mucho más abismal. Los es- tadounidenses más adinerados y los más instruidos saben tanto sobre los asuntos públicoscomosusequivalenteseuropeos. PeroenEstadosUnidosuninmensoabis- d
  • 13. | 13 El primer suplemento dietario que combina en una sola cápsula los beneficios del Aceite de Chía* y el efectivo Plus de los Fitoesteroles. SEPTIEMBRE MES DEL CORAZÓN www.chiacaps.com | 0-800-333-ELEA (3532)Suplementa dietas insuficientes. Consulte a su médico y/o farmacéutico. *El aceite de Chia es la fuente vegetal natural más rica en ácidos grasos Omega-3. Doble protección para tu corazón ESCUCHÁ AL TUYO Recordá que la prevención es la mejor manera de cuidarlo. Ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos.
  • 14. 14 | Edición 219 | septiembre 2017 El lobby antirruso derrota a Trump Vientos belicistas soplan desde Washington: ¿después de Corea del Norte y Afganistán, sigue Rusia? Pero con el tradicional oponente ruso, no es el presidente Donald Trump quien juega con fuego, sino un poderoso partido de la guerra, integrado por sus adversarios políticos, los servicios de inteligencia y los medios de comunicación. La escalada contra Moscú por Serge Halimi* eran más que improvisaciones, “mar- cas de debilidad frente a Estados-clien- tesqueestánapuntodeescapársele”(5). Obama añadía: “Los rusos no pueden cambiarnosodebilitarnosdemanerasig- nificativa. Es un país pequeño, es un país débil,ysueconomíanoproducenadaque otrosquierancomprar,denoserpetróleo, gasyarmas”.Loqueentoncestemíadesu homólogorusoerasobretodo…lasimpatía queinspirabaaTrumpyasuspartidarios: “Treintaysieteporcientodeloselectores republicanosapruebanaVladimirPutin,el exjefedelaKGB.¡RonaldReagandebees- tarrevolviéndoseensutumba!”(6). A partir de enero de 2017, el sueño eterno de Reagan había recuperado su tranquilidad.“Lospresidenteslleganyse van,perolapolíticanocambia”,concluía Putin (7). Los historiadores estudiarán algúndíaesaspocassemanasdurantelas cuales convergieron los esfuerzos de los servicios de inteligencia estadouniden- ses, de los dirigentes del ala clintoniana del Partido Demócrata, de la mayoría de los congresistas republicanos y de los medios hostiles a Trump. ¿Su proyec- país en peligro”. Algunos dieron un paso másyvotaronporClinton(10). Quedabalaprensa.Tambiénellatemía que la incompetencia de Trump amena- zara el orden internacional dominado por Estados Unidos. No tenía ninguna prevencióncontralascruzadasmilitares, sobre todo cuando éstas podían ser bar- nizadas con grandes principios humani- tarios, internacionalistas, progresistas. Ahora bien, según esos criterios, ni Putin ni su predilección por los nacionalistas de derecha no eran irreprochables. Pero Arabia Saudita o Israel tampoco. Lo cual noimpedíaquelaprimerapudieracontar con The Wall Street Journal, ferozmente antirruso. En cuanto a Israel, la casi tota- lidaddelosmediosestadounidensesapo- yaban su política, aunque la extrema de- rechaparticipeensugobierno. Poco más de una semana antes de que Trump asumiera sus funciones, el pe- riodista y abogado Glenn Greenwald –a quiensedebelapublicacióndelasrevela- cionesdeEdwardSnowdensobrelospro- gramasdevigilanciamasivadelaNational SecurityAgency(NSA)–alertabasobreel cursodelosacontecimientos.Élobserva- baquelosmediosestadounidensesseha- bían vuelto “la herramienta más valiosa” de los servicios de inteligencia “que en su mayoría soñaron, sirven, creen y apo- yan”.Enelmismomomentolosdemócra- tas,“todavíabajoelimpactodeunfracaso electoral tan inesperado como traumáti- co”, parecieron “perder la razón y acep- tarcualquierconjetura,saludarcualquier táctica,aliarseacualquiermiserable”(11). La coalición antirrusa no había al- canzado aún todos sus objetivos pero ya Greenwald vislumbraba las ambiciones del“Estadoprofundo”:“Enestemomen- to asistimos a una guerra abierta entre, por un lado, esa facción no electa pero muypoderosaqueresideenWashington y ve pasar a los presidentes y, por el otro, aquel a quien la democracia estadouni- denseeligiópresidente”.Alimentadapor los servicios de inteligencia, una sospe- cha galvanizaba a todos los adversarios del nuevo inquilino de la Casa Blanca: Moscú poseía secretos comprometedo- res –financieros, electorales, sexuales– contra Trump, que lo paralizarían en ca- so de crisis entre los dos países (12). Un arma de política interior La sospecha de un entendimiento tene- brosodeestetipo,queeleconomistaclin- tonianoPaulKrugmanresumióhablando deun“equipoTrump-Putin”,transformó el militantismo antirruso en un arma de políticainteriorcontraunpresidentecada vez más detestado fuera del bloque ultra- conservador.Yanoesrarooíramilitantes deizquierdaconvertirseenapologistasdel FBI o de la CIA, desde que esas dos agen- cias sirven de refugio a una oposición lar- vada al presidente estadounidense. Y que locombatenconfiltracionespermanentes. Puede comprenderse por qué el pira- teo de los datos del Partido Demócrata, imputadoporlosserviciosdeinteligencia estadounidenseaRusiacautivaalPartido Demócratayalaprensa.Golpedoble:per- mite deslegitimar la elección de Trump y le impide a éste promover cualquier des- congelamiento con Moscú. Washington ofuscándose por la injerencia de una po- tenciaextranjeraenlosasuntosinteriores de otro Estado, hasta en sus elecciones: ¿quiénlevantatodavíaesaextravagancia? Y ¿quién señala que hace poco tiempo no fue el Kremlin el que espiaba las conver- sacionestelefónicasdeAngelaMerkel,si- no la Casa Blanca de Obama? Al interro- gar al ex director de la CIA James Clap- per, un representante –republicano– de Carolina del Norte, Thom Tillis, rompió to común? Impedir todo entendimiento entre Moscú y Washington. La coalición antirrusa Los motivos de cada uno eran diferen- tes. Los servicios de inteligencia y algu- nos sectores del Pentágono temían que un acercamiento entre Trump y Putin pudiera privarlos de un enemigo presen- table, una vez destruido el poder militar delEI.Losclintonianosestabanapurados porimputarsuderrotainesperadaaotros quenofueranlacandidataquehabíanes- cogido y su campaña inepta: el pirateo de los datos del Partido Demócrata imputa- do a Moscú venía como anillo al dedo pa- raeso.Losneoconservadores“quehabían promovidolaguerradeIrak,quedetesta- ban a Putin y que consideraban que la se- guridad de Israel no era negociable” (8) estaban indignados por las tentaciones neoaislacionistasdeTrump. Por último, los medios –The New York Times y The Washington Post en particu- lar–soñabanconunnuevoWatergate.No ignorabanquesulectorado–burgués,ur- bano, cultivado– detestaba con pasión al presidente electo, despreciaba su vulga- ridad,sustropismosdeextremaderecha, su violencia, su falta de cultura (9). Y por consiguiente buscarían cualquier infor- mación o rumor susceptible de provocar su destitución o su dimisión forzada. Un poco como en la novela de Agatha Chris- tie, Asesinato en el Orient Express, cada uno, en suma, tenía sus razones para gol- pearalmismoblanco. La intriga se anudó con relativa facili- dadgraciasalaporosidaddelasfronteras que separan esos cuatro universos. Entre los halcones republicanos, encarnados porJohnMcCain,presidentedelaComi- sióndelasFuerzasArmadasdelSenado,y elcomplejomilitar-industrial,elentendi- mientocaíaporsupropiopeso.Losarqui- tectosdelasúltimasaventurasimperiales estadounidenses, en particular en Irak, no habían experimentado con comodi- dad la campaña de 2016 ni las burlas que Trump había reservado a su experticia. Unos cincuenta intelectuales y oficiales anunciaron que, aunque republicanos, se negaríanaapoyaralcandidatodesuparti- doque“pondríalaseguridadnacionaldel Moscú, 6-7-17 (Kirill Kudryavtsev/AFP) (Viene de la página 40 ) d