Panorama Sociodemográfico de México 2020: GUANAJUATO
Le monde diplomatique cono sur sept 2017
1. septiembre 2017
el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A.
Paraguay 1535 (1061)
Buenos Aires, Argentina
Publicación mensual
Año XIX, Nº 219
Precio del ejemplar: $80
En Uruguay: 100 pesos
www.eldiplo.org
José Natanson JULIO Burdman María Esperanza Casullo CLAUDIO
Scaletta Olivier Cyran Philippe Descamps Anne-Cécile Robert Serge Halimi
9771514522005
00211
Crisis democrática en Venezuela
Dossier
00219
M.A.f.I.A.
El macrismo consolida su poder seduciendo a los sectores
medios. ¿Logrará construir una nueva hegemonía política?
La clase media en
tiempos de Macri
La decisión de Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Constituyente sumó tensión
al conflicto venezolano. Acosado por las amenazas de Estados Unidos y presionado por
un creciente descontento popular, el chavismo busca sobrevivir en el poder.
Escriben
Renaud Lambert
Anne Vigna
2. 2 | Edición 219 | septiembre 2017
por José Natanson
¿Cómo se sostiene el macrismo? ¿Quiénes
integransucoaliciónsocial?
Haydiferentesformasdeabordarlacues-
tión. La primera es de clase: las encuestas
coinciden en que Cambiemos obtiene sus
mejoresresultadosentrelossectoresconestudios
terciariosouniversitarios(indicadordeclasesocial
mediayalta)ylospeoresentreaquellosconprima-
riacompleta,delmismomodoquesuperformance
mejoraenlosbarriosyzonasmásacomodados(1),
enunacorrelaciónqueseinvierteenespejoperfec-
toconelperonismo,loqueporsupuestonosignifica
quesubasesocialestéintegradaexclusivamentepor
laclasealta,nisiquierasóloporlaclasemedia,co-
modemuestraelhechodequeenlasPASOdeagos-
toElisaCarrióseimpusoentodaslascomunasdela
Ciudad(aunqueconmenosvotos,ganótambiénen
LuganoySoldati),ycomoconfirmanlavictoriade
EstebanBullrichenlospartidosdeTresdeFebrero
ySanMiguelylostriunfosoficialistasenprovincias
comoJujuyyCorrientes.Ensuma,elmarcadoses-
gosocialnodeberíaoscurecerlaevidenciadequeel
macrismoesunacoaliciónpoliclasista.
Lasegundaperspectivaesetaria.Comoseñala-
mosenotraoportunidad(2),elmacrismoseinclina
hacialoquelaliteraturaespecializadallamapiado-
samente “adultos mayores”: las encuestas revelan
queCambiemosmejorasusresultadosentrelosma-
yoresde50años,loquepodríaexplicarseporeldes-
plazamientodelvotoanti-peronista(másadultoque
eljusticialista)delradicalismoalmacrismo,asícomo
porlasapelacionesalordensocialylaseguridadque
hoyestánenelcentrodesuprogramadegobiernoy
queconstituyenvaloresconservadoresmáspopula-
resentrelosviejosqueentrelasnuevasgeneraciones.
Laúltimaperspectiva,sobrelaquequierollamar
la atención aquí, es territorial. Como se ve clara-
menteenlosmapasincluidosenestapágina,ladis-
tribucióndelapoyoalmacrismocoincidecasima-
temáticamenteconelmapadelasoja.¿Elgobierno
siembra porotos y cosecha votos? En cierto modo
sí,aunque,diríanlossociólogos,esmáscomplejo:
laeconomíasojeradeterminauntipodeconfigura-
ciónproductivaquemodelauntipodesociedadque
eslaquealfinalvotaaMacri.Sucedeque,frenteala
visiónestereotipadadelkirchnerismo,queaexcep-
cióndelabrevegestióndeJuliánDomíngueznunca
logrócomprendercabalmentelamutaciónexperi-
Estanuevarealidadprodujoundesplazamiento
delimaginariorural:deestancierosaempresarios,
ydelastradicionalesorganizacionespatronalesco-
molaSociedadRuralalasnuevasasociacionesde
perfiltécnicocomoAAPRESIDylosgruposCREA,
inspiradosenlasasociacionesdecooperacióndel
agrofrancésyorientadosalintercambiodetecno-
logíayexperiencias,comopartedeunprocesoque
fueacompañadoporunsugestivocambiodelook:
de la tradicional percepción del campo como un
resabio conservador, oligárquico y rentista, a una
imagenligadaalainnovaciónylacompetitividad.
Importapocosielcamporealmenteesasí,siima-
genyrealidadencajan;locentralesqueasísevea
símismo.Yqueestaautopercepción,quecomenzó
conla“revoluciónverde”delos60,continuóconla
introduccióndelasiembradirectaenlos90yseter-
minódeconsolidarconelboomdeloscommodities,
sintonizaconciertostópicosdeldiscursomacris-
ta:elprogresoconcebidocomomodernización,el
emprendedorismocomoantítesisdeladependen-
ciaestatalyunainserciónenelmundoquenocues-
tionaelrolsubordinadoenladivisióninternacional
deltrabajo.Ladecisiónfundantedeestevínculo–
elcombo,únicoenelmundo,dedevaluaciónybaja
deretenciones–eslabasematerialsobrelaquedes-
cansaestanuevaidentificaciónpolítica.
Valores
Transformadaenunsujetosocial,lazonanúcleose
sumaalosotrosdosgruposqueconformanlacoa-
liciónmacrista.Elprimerosonlasclasesmediasde
losgrandescentrosurbanos,endondeCambiemos
arrasa.Elsegundoestáconstituidoporlaclaseme-
diabaja,loquePabloSemánllamael“moyanismo
social”(4):desdesualejamientodefinitivodelkir-
chnerismoenelsegundogobiernodeCristina,cata-
lizadoporelreclamoporelimpuestoalasganancias
ysimbolizadoporlarupturaconHugoMoyano,este
sectorquedóflotandoalaesperadeunarepresenta-
ciónpotente,quealprincipioparecióencarnarSer-
gioMassaperoque–ajuzgarporlosresultadosde
lasPASO–terminódesplazándoseaCambiemos.
¿Será suficiente para construir una nueva he-
gemoníapolítica?Silahegemoníaes,enladefini-
ciónclásicaqueGramscielaboraapartirdeLenin,
lacapacidaddeungrupodeasumirlaconducción
político-moral de la sociedad y transformar sus
valores en los valores dominantes, la experiencia
reciente demuestra que este “consenso espontá-
neo”seempiezaaconstruirdesdelaoposiciónpe-
roseafianzaunavezasumidoelgobierno.
Esaesalmenoslaimpresiónquesurgederevi-
sarlaexperienciadelostresgrandesciclosdemo-
cráticos:elalfonsinismo,cuyahegemoníafuehis-
tóricamentebreveperoquelogrósedimentaruna
seriedevalores–laabolicióndelaviolenciapolíti-
ca,lasubordinaciónmilitaralpodercivil,laselec-
ciones como el momento máximo de definición
democrática–queestánenlabasedenuestravida
ciudadana;elmenemismo,delquesehablamenos
peroqueduranteunadécadacontagiósuimagina-
rio a un sector importante de la sociedad, y el kir-
chnerismo,quetambiénlogróimponerunacierta
miradadelmundo,enparticularvinculadaalapro-
tecciónsocialdelossectoresmásdébilesyelnece-
sarioroldelEstadoenlaeconomía.
Deestemodo,conelapoyodelosbarriosacomo-
dados de las grandes ciudades (la clase media), la
adhesióndeunapartedelosconurbanos(eltrabaja-
¿Hegemomíamacrista?
mentadaporelcampoargentino,la“economíadela
soja”constituyeunentramadodensoyheterogéneo
queincluyedesdelospuertosdelasmultinacionales
sobreelParanáylasgrandespropiedadestradicio-
nalesalosnuevospoolsdesiembray,adquiriendo
cada día más centralidad, las empresas prestado-
rasdeservicios:comosedescribeconprecisiónen
laspáginas6y7deestaedición,losclásicosterra-
tenientes y peones conviven cada vez más con los
arrendatarios,losingenierosagrónomos,losveteri-
narios,losmecánicosdemaquinariaagrícola,lospi-
lotosdelosavionesfumigadores,lostransportistas…
Enestemarco,losclásicoslímitesentreloruraly
lourbanosedifuminanyelcamposearticulacada
vezmásconlasfinanzas,laindustriaylosmediosde
comunicación.Cuandosehabladeunalocalidadco-
moun“pueblo”sepuedeestarhaciendoreferenciaa
unaciudadde100milhabitantes,conunaconcesio-
nariadeToyota,localesmultimarcaqueofrecenlos
mismosjeansJazmínChebarqueenlosshoppings
porteños y un PIB equivalente al de Recoleta. Del
mismomodo,elchacarerodealpargatasyboinapue-
deparecerrústicoperotalvezdispongade:dosca-
mionetasde50mildólares,unasembradoradepre-
cisiónquecompróenExpoagroaunmillóndedóla-
res,unacasaenSunchalesquecomparteconsumu-
jeryundepartamentoenRosariodondevivesuhijo,
queestudiaAgronomía(élsequierededicaralcine).
Como señalan Carla Gras y Valeria Hernández
(3), el campo experimentó en las últimas décadas
una“revoluciónsilenciosa”quesuelepasarsepor
alto a la hora del análisis político: el régimen de
creaciónderiqueza,quetradicionalmentegiróal-
rededordelapropiedaddelatierra,estácentrado
hoy en la tecnología, que no es sólo la mediación
quehabilitaloscambiosproductivossinoelprinci-
palvectordeacumulacióncapitalista.Aunqueuna
sociedad como la argentina, con 40 millones de
personasyunafuertepulsiónigualitarista,nopue-
desostenersesóloenelagro,lasfinanzasylosser-
vicios,quesonlossectoresalosqueeldiseñoeco-
nómicomacristadecidióapostar,lociertoesqueel
campofueconstruyendounanarrativa,casidiría-
mos un relato, acerca de su rol como el verdadero
protagonistadeldesarrollonacional:ultrainnova-
dor,desprovistodereclamosproteccionistas,gene-
radordedivisasgenuinasyadaptadocomoningún
otroalasexigenciasdelcapitalismoglobalizado.
Zona sembrada
con soja
1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9%
Cantidad de votos
Zona sembrada
con soja
1% 100% 24,0% 46,0% 68,0% 89,9%
Cantidad de votos
Distritos donde
ganó Cambiemos
Núcleo sojero
Fuente: El Atlas de la Argentina de Le Monde diplomatique. Fuente: La Nación.
4. 4 | Edición 219 | septiembre 2017
Delradicalismoalmacrismo
L
as PASO de agosto dejaron un dato
principal:elmacrismo,quepasódego-
bernarunsolodistritoyganarlaselec-
cionespresidencialesporunaestrecha
diferenciaenelballottage,seconsolidó
comounpartidonacionalypasóaser
asíelpoloestructurantedelsistemapolíticonacional,
quesiempreseorganizasegúnelejegobierno-oposi-
ción.Elsegundodatoesquehalogradoconsolidarco-
mopropiosavotantesquehabíalogrado“pescar”en
2015:sucrecimientoelectoralsediomayoritariamente
enprovinciasdondesehabíaimpuestoenlasegunda
vueltadelaspresidencialesperoquecuentancongo-
bernadoresperonistasyunahistoriadeadhesiónaljus-
ticialismo,comoCórdoba,SanLuisyLaPampa.
Si esto se confirma en octubre, el macrismo con-
solidaría una base social nacional, integrada por las
clasesmediasurbanas(ganóenmuchascapitalesde
provincia,incluyendoalaciudaddeFormosa),junto
a las zonas ligadas a las actividades agroexportado-
ras.LabasedevotantesdeCambiemos,entonces,se
solapaconlabasedelantiguoPartidoRadical,apun-
totalqueparecehaberlaabsorbidodemaneraefec-
por María Esperanza Casullo*
La representación política de los sectores medios
tiva. La hipótesis es que la mayoría de los votantes
históricos del radicalismo no apoyan a Cambiemos
de manera estratégica o sólo “para ganarle al kirch-
nerismo” sino que han migrado de manera conven-
cida hacia una nueva identidad política; de ser así,
parece difícil que regresen al partido en un futuro,
sobretodoporqueelnúcleodelPROenCambiemos
noestádispuestoadejarqueestosuceda.
Una forma de ver este fenómeno son las internas
deCambiemosendiezprovincias:Catamarca,Córdo-
ba,EntreRíos,LaPampa,SanLuis,SantaCruz,Neu-
quén,Mendoza,SaltaySanJuan.Enunadecisiónque
nopuedeserunacoincidencia,ladirigencianacional
deCambiemosoptóporimpugnarjudicialmentelas
listasopositorasenvariosdeestosdistritos.EnNeu-
quénySanLuisfuelajusticialaquehabilitófinalmen-
telacompetencia;enSantaFelaalianzaserompióy
unsectorsepresentóporafuera,mientrasqueenTie-
rradelFuegoelsectoropositorquedóinhabilitadopor
vía judicial (el presidente de la UCR provincial tam-
bién terminó candidateándose en una lista aparte).
Por supuesto, el caso más resonante es el de Martín
LousteauenlaCiudaddeBuenosAires,quefueforza-
doacompetirconunalistapropia.Hayquenotarque,
aúnconestejuegobruscointernodelPROhaciasus
sociosdelaUCR,losvotantesnoparecieronnuclearse
alrededordeladefensadelaidentidadradical,como
confirmaelescaso13%obtenidoporLousteau.
Engeneral,laslistasinternasopositoras,ligadasa
sectores tradicionales del radicalismo, fueron inha-
bilitadas o derrotadas, y los votantes optaron masi-
vamenteporlaidentidadcambiemista.
¿Es este un fenómeno novedoso? ¿Representa
Cambiemosalgototalmentedistintodelacentenaria
identidadradical?Enciertomodo,Cambiemosesal-
go viejo y algo nuevo al mismo tiempo. Es viejo por-
que representa la fusión en un partido de una hege-
monía cultural por parte de la élite hacia las clases
medias, algo que ya existía durante el siglo XX. El
datonuevoenlaconsolidacióndeCambiemoscomo
partidonacionalnoeslaconductapolíticadelascla-
ses medias que ahora votan convencidas al macris-
mo sino la politización de las elites, que resolvieron
asumir de manera franca un lugar de competencia
yconducciónenlapolíticapartidariaargentina.Es-
te alineamiento de liderazgo político novedoso con
Dossier
La clase media
en tiempos
de Macri
Aunque la elite argentina viene ejerciendo un influjo cultural sobre los sectores medios al
menos desde los años 60, esta hegemonía no se había traducido en un proyecto político.
La gran novedad en el ascenso del macrismo es la decisión de las clases propietarias de
construir un partido capaz de atraer a la clase media y desplazar al radicalismo.
M.A.f.I.A.
6. 6 | Edición 219 | septiembre 2017
Elavancedel
capitalismoenelagro
A
partir de la década del 90 comen-
zóamanifestarseenelagroargen-
tino una nueva complejización de
las clases medias rurales, que por
extensiónsontambiénurbanas.El
procesoseconsolidóenlos2000y
expresaloscambiossucedidosenlaproducciónysu
organización.Elinterésporestefenómenosurgede
lasospechadequeestasnuevasclasesmedias“ruro-
urbanas”–conperdóndelneologismo–son,comolo
indicaelamarilloelectoralintensoenelcinturónce-
realero-sojero-aceiterodelcentrodelpaís,partefun-
damentaldelabasesocialdelaAlianzaCambiemos.
Esdecir,sonlasclasesquebrindaronymantuvieron
el apoyo al regreso a la normalidad neoliberal tras el
impassepopulistadelperíodo2003-2015.
Desde esta hipótesis, el foco debe ponerse en dos
añosclave:2008y2015.Elprimeromarcólairrupción
contundentedeestasclases enel escenariopolítico;
elsegundorepresentólaconsolidaciónelectoraldel
bloquedepoderenelquesereferencian.
por Claudio Scaletta*
Nuevo campo, nuevas clases, nuevas representaciones
Lasrevueltasagrariasde2008contralasretencio-
nesmóviles,consuscortesderuta,suscacerolazosy
susmovilizacionesurbanas,nofueronentoncesuna
simpleexpresióndelasoligarquíastradicionalesre-
presentadasporalmenostresdelascuatroentidades
delagropampeano.Esdecir,nofueronlamanifesta-
ción de las antiguas contradicciones campo-ciudad
o de la dicotomía entre pueblo y oligarquía. Tampo-
cofueronsolamenteunaexpresióndelpoderíodela
oligarquíaagrariatradicional,quesiemprerechazóla
intervenciónestatalengeneralyladelperonismoen
particular, en especial si ello se traducía en algún lí-
mitesobreelaccesoalprecioplenoyendivisasdesus
productosdeexportación.
Cualquierobservadorimparcialpodríahabervisto
en el ya lejano 2008 que quienes irrumpían apoyan-
doalllamado“campo”–así,entérminosgenéricos–y
apuntabandellenocontraelmodelopopulista,eran
un conglomerado de actores más complejo y exten-
didoquelaoligarquíatradicional,esdecirlaaltabur-
guesíaagropecuaria.Unaclaseque,dichoseadepa-
so,nuncafuesolamenteagropecuaria,sinobastante
más sofisticada, diversificada comercial y financie-
ramente,yconparticipaciónenelentramadoindus-
trial.Aunquelafotodeentonces,conlamaquinariaen
lasrutas,las4x4,laboinaylacamperadegamuzacon
bombachademarcapodíaaparentarserelbackstage
de una película de patrones y peones, allí había bas-
tantemás.Sinohubierasidoasí,seríanincomprensi-
bleslasmarchasenlasciudades,elapoyodelosauto-
movilistas en las rutas y la movilización política que
ganólavotaciónencontradelasretencionesmóviles.
Creer,casidiezañosdespués,quesolosetratódeuna
reacciónoligárquicacontraungobiernopopulardes-
cribe muy limitadamente la problemática, y deja es-
caparloprincipal,unanuevacomplejidadsocialdela
quelopolíticoesapenasunaexpresión.
Agriculturización y sojización
Aunque la relación no es lineal, no hay cambios en
la estructura de clases sin cambios en la estructura
productiva. La actual estructura agraria comenzó a
Dossier
La clase media
en tiempos
de Macri
Los grandes cambios ocurridos en los años 90 y 2000 en la estructura productiva
agraria complejizaron la estructura de clases. La sojización, la expansión productiva,
el cambio tecnológico y sus nuevos actores permitieron la aparición de una nueva clase
media “ruro-urbana” con una clara preferencia electoral.
M.A.f.I.A.
8. 8 | Edición 219 | septiembre 2017
Elingresobásicoenla
economíadelosrobots
Del pacto social fordista a la “gig economy”, el trabajo está
cambiando radicalmente. La precarización laboral y el déficit
creciente en los sistemas de seguridad social exigen soluciones
urgentes. El salario básico universal figura en la agenda tanto
de la derecha neoliberal como de la izquierda radical.
Una discusión pendiente
por Francesca Bria*
A
pesardequelatecnologíage-
nera procesos y productos
más rápidos, baratos y me-
jores, junto a avances en las
ciencias biológicas, la inteli-
gencia artificial y el big data, vemos cre-
cerlasdesigualdadesdelingreso,delari-
queza y del poder político. Para entender
haciadóndevamosyporquéestamosan-
teladesaparicióndelosbuenostrabajosy
unacrecientepolarizacióndelasociedad,
debemosampliarnuestrofocomásalláde
unmeroanálisisdelcambiotecnológicoy
lastendenciastécnico-económicas.
Nosenfrentamosalcolapsoestructural
delcontratosocialdelsigloXX(lademo-
cracia social del New Deal), que proveía
cobertura y protección a los trabajadores
y una redistribución entre renta y mano
deobraatravésdesalariosmínimosnego-
ciados por el Estado, acuerdos colectivos
queinvolucrabanalossindicatosy,porsu-
puesto,unaestructuraimpositivapodero-
sa.Esepactosocialyanosesostieneyhoy
se consolida una nueva generación que
se siente cada vez más excluida: parte del
problema pasa por la financiarización de
laeconomía,poreltraspasomasivoderi-
quezadelaeconomíarealalossectoresfi-
nancierosydealtatecnología,porlairrup-
ción de las plataformas monopólicas y la
gigeconomy(unaeconomíabasadaenem-
pleospuntualeseintermitentesynoyaen
los puestos permanentes de la era indus-
trial)yelaugedelasmáquinasengeneral.
El rápido cambio tecnológico, motiva-
doprincipalmenteporlaintroducciónde
las tecnologías de información y comu-
nicación en todos los sectores de la eco-
nomía, no produjo una edad dorada de la
sociedad del conocimiento ni las prome-
tidas inversiones en tecnologías susten-
tables, nuevos trabajos y bienestar. Lejos
deello,lapolarizacióndelingresoaumen-
ta, los salarios siguen cayendo y la tasa de
progreso tecnológico disminuye (1). Esta
situaciónsevefavorecidaporlaincapaci-
daddelosgobiernosdeaplicarimpuestos
alasgananciasprovenientesdelaaltatec-
nologíaygravardemaneramásdecididaa
losgigantesfinancieros.
El auge de la economía robótica
Apesardelosavancesnotablesdelosúlti-
mosaños,laautomatizacióntotalestáaún
en sus inicios. La tecnología de semicon-
ductoresvieneprogresandoaunatasadel
40% desde hace más de 50 años. Esto dio
piealacreacióndemáquinasinteligentes,
desderobotsyautosautónomoshastadro-
nes,queestántransformandolaeconomía.
La llamada “Internet de las cosas” (la co-
nexiónalareddeobjetosdeusocotidiano,
desdeelectrodomésticoshastaautos)ylas
“ciudades inteligentes” se expanden. La
economía está virando de la manufactu-
raciónala“infofacturación”:lascapacida-
des de la industria manufacturera están a
puntodecambiarradicalmentegraciasala
robóticaylacomputarizaciónyalaugede
loquelascompañíasalemanasllaman“In-
dustria4.0”,quehacereferenciaalasfábri-
casinteligentescuyotrabajosebasaenuna
combinaciónderobots,interconectividad,
digitalización,impresión3D,etc.
La tecnología ya no es más una maqui-
naria que solo automatiza tareas físicas;
también está empezando a automatizar
tareas mentales. El auge de la inteligen-
ciaartificialgeneraráunatransformación
aúnmayor.Lasmáquinasempiezanacom-
prender nuestro discurso y a identificar
patronesdedatoscomplejos.Porejemplo,
ladivisióndeGoogleDeepMindestádesa-
rrollandoalgoritmoscapacesdeaprender
porsímismos.Unejemplodecómolainte-
ligenciaartificialestácambiandolasocie-
dadeselacuerdoentreGoogleDeepMind
y el Servicio Nacional de Salud británico,
queledioaccesoaGooglealosdatosde1,6
millones de pacientes, incluyendo histo-
rialesmédicosydatosentiemporealpara
desarrollar predicciones, lo cual puso en
alertaalaopiniónpúblicasobrecuestiones
deprivacidaddelosciudadanos.
Los gigantes tecnológicos se desplie-
gancadavezmásenelterrenodelasalud,
laeducación,eltransporteylavivienda, y
empiezanabrindarserviciosantesprovis-
tosporelEstado.Laexpansióndelaindus-
triatecnológicanosoloafectaalamanufac-
turayala“cuartarevoluciónindustrial”,tal
comoladefinióelempresarioalemánKla-
usSchwabenelForoEconómicoMundial:
esmuyprobablequeGoogle,Facebookyel
restodelosgigantesdigitaleseventualmen-
tedirijanlasinfraestructurasbásicassobre
lascualesfuncionanlassociedadesdehoy.
Laeconomíarobóticayaestáaquí.Fox-
conn, la fábrica más grande del mundo
(productora del iPhone de Apple, entre
otrascosas),queempleaamásdeunmillón
detrabajadoresenChina,yaestáinstalan-
do robots a una tasa de 10.000 al año, y se
estimaqueel30%desusempleadosserán
reemplazados por robots antes del 2020.
Amazon tiene 15.000 robots trabajando
en sus centros de distribución. Al mismo
tiempo,lascompañíastercerizancadavez
más el trabajo hacia sus propios clientes:
reemplazantrabajadoreshumanosconsis-
temasautomáticosdeautoservicio,alaho-
radecomprarenunalmacén,encargaruna
hamburguesaopagarunestacionamiento.
En la cadena de supermercados Tesco de
Gran Bretaña, por ejemplo, el 80% de las
transaccionesyasondeautoservicio.
En este contexto, parece claro que la
inteligencia artificial reemplazará pro-
gresivamente todas las tareas repetitivas,
de rutina y algorítmicas. Según el econo-
mista especializado en tecnología Brian
Arthur, esta “segunda economía”, en la
que las computadoras sólo hacen nego-
cios con otras computadoras reemplaza-
rá, hacia 2025, el trabajo de alrededor de
100millonesdepersonasentodoelmun-
do.Investigacionesrecientesindicanque
el 35% de los trabajos en Gran Bretaña, e
incluso más en Estados Unidos, corren el
riesgo de ser automatizados (2). La com-
binación de los autos sin conductor y de
Uberdestruiráunos4millonesdepuestos
de trabajo en Estados Unidos. De hecho,
Uber ya ha implementado sus nuevos au-
tos sin conductor en Pittsburgh. Amazon
está reemplazando trabajadores de los
sectoresdeventasy,siimplementaladis-
tribucióncondrones,lograráautomatizar
tambiénáreasdedepósitoytransporte.
En suma, estamos ante un efecto de
desplazamiento masivo que implica más
destrucción de trabajos que creación de
nuevos puestos. Los gigantes tecnológi-
cos obtienen ganancias enormes y cada
vez más gente es empujada hacia el sec-
tor de servicios de la economía, con bajos
salariosotrabajostemporariosenventas,
restaurantesytransporte,hoteleríaycui-
dadodeniñosyancianos.
Precarización y “uberización”
Estas tendencias se ven reforzadas por
el auge de la “economía por demanda” o
“gig”.Lascompañíasdeserviciostradicio-
nalesestánsiendodesplazadasporlosin-
termediariosdelainformación(Amazon,
Google,Airbnb,etc)quecontrolanlaspla-
taformasdigitales,quesoncapacesdeex-
traergrandesrentasderedesdeexternali-
dadesyseconviertenrápidamenteencua-
si monopolios: la llamada “uberización”
delosservicios.Alcontrolarlaplataforma,
estascompañíasconviertentodo–desdela
saludhastalavivienda–enunactivo,yca-
datransaccióneconómicaseconvierteen
una subasta. Como es sabido, nada mini-
L
a economía tecnológica, los ro-
bots, la inteligencia artificial y
el modelo Uber traen apare-
jadas paradojas. Mientras los
dueñosdeApple,Amazon,Google,Face-
bookyMicrosoftocupaneltop10delos
multimillonarios de Forbes, un crecien-
te número de personas se desplazan a
la economía freelance o de servicios, con
salarios cada vez más bajos.
Frenteaesteproblema,elsalariouni-
versal parece una solución posible, se-
gún perspectivas opuestas como la de-
recha neoliberal y la izquierda radical.
Los gurúes de Silicon Valley proponen
un “impuesto a los robots”. Sin embar-
go, no discuten el esquema de riqueza
de nuestra época, que incluye enviar
sus ganancias extraordinarias a cuentas
offshore y plataformas monopólicas.
Francesca Bria, encargada de tecno-
logía ciudadana de Barcelona, propo-
ne retomar una perspectiva más social,
la de los economistas marxistas italia-
nos. Según ella, si el ingreso universal
no es acompañado por una redistri-
bución de las ganancias, el modelo no
será sustentable.
Pero mientras definimos el modelo
ideal, urge avanzar en soluciones. Ca-
nadá, Finlandia, Holanda, Suiza y Kenia
yaloestánhaciendo,condistintaspers-
pectivas. Para ellos, la transformación
digital será distinta. Al menos, no los to-
mará de sorpresa. g
Natalia Zuazo
Debates
del
futuro
10. 10 | Edición 219 | septiembre 2017
Elnuevopaisajemediático
deEstadosUnidos
La prensa estadounidense atraviesa una crisis similar a la que vive la
prensa mundial. La lógica mercantil se impone sacrificando contenido
y calidad en favor del infoentretenimiento y el modelo digital no
termina de ser rentable. Por su parte, los medios que apuestan por
otro periodismo y por otras audiencias enfrentan enormes obstáculos.
Las tensiones de un modelo en plena transformación
por Rodney Benson*
hacelargotiempo.Enlosañosochenta,un
grupo que cotiza en Bolsa como Gannet,
que publica en particular USA Today (el
periódiconacionalmásvendidodelpaís),
alcanza con sus cien títulos una ganancia
neta del 25%, incluso más. Se impone co-
mo un modelo. ¿La receta? Eliminar a la
competenciaconelobjetodegarantizarse
un monopolio local, reducir el personal y
comprimirlospresupuestos,llenarlaspá-
ginas con noticias baratas y maximizar la
publicidad.Hastahacepocorepresentaba
el80%delacifradenegociosdelaprensa
escrita estadounidense, o sea, la más alta
proporciónenlospaísesoccidentales.
El giro del compromiso al servicio del
públicohacialalógicamercantilapareció
a plena luz cuando, un día de 1986, Wall
Streethizocaerlacotizacióndelasaccio-
nesdeKnightRidderprecisamentecuan-
doellegendariogrupodeprensaacababa
decosecharsietepremiosPulitzer,unade
las más prestigiosas recompensas profe-
sionales del mundo. Un analista bursátil
habría explicado entonces a Frank Haw-
kins, director del conglomerado, cuando
lo interrogaba sobre la causa de esa pér-
dida: “Eso ocurre porque ganas demasia-
dos Pulitzer. El dinero consagrado a esos
proyectosdeberíaquedarseenelcasillero
‘resultados’” (4). La presión siguió acen-
tuándoseenlosañosnoventa,poniendola
optimizacióndelasgananciasporencima
decualquierotraconsideración.
Precisamente en este contexto poco
glorioso sobrevino, por olas sucesivas, la
crisis de comienzos del siglo XXI: la de-
clinación de los clasificados y de las pro-
pagandasimpresasnocompensadaporla
actividad online; las crisis financieras de
2001 y 2008, que recortaron todavía más
los ingresos publicitarios. Entre 2005 y
2016,estosúltimospasaronde49a20mil
millonesdedólares,deloscualessolamen-
teel30%fueronrecolectadosonline,don-
delastarifassonmenoselevadas.Aunque
enaumento,losingresosdelosabonosno
compensanlaspérdidaspublicitarias.Las
cotizaciones de las acciones se vinieron
abajoyunterciodelos60.000empleosde
tiempocompletodelaprensaescritades-
aparecieron,recayendoloscortesmásim-
portantes en el reportaje, la investigación
ylacoberturadelosasuntospúblicos(5).
Resultado: una cantidad creciente de
gruposbiencotizadosvendendiariosim-
portantes a grandes fortunas. En 2013, el
fundador de Amazon, Jeffrey Bezos, ad-
quirió The Washington Post, y el propie-
tario del equipo de béisbol de los Boston
RedSox,JohnHenry,compróTheBoston
Globe. El año siguiente Glen Taylor, pro-
pietario del equipo de básquet del Min-
nesota Timberwolves, echó mano del
Star-Tribune, el diario más importante
de ese Estado. A fines de 2015, el multi-
millonario conservador Sheldon Adel-
son adquirió Las Vegas Review-Journal.
Estos magnates introdujeron algo de di-
versidad en un universo económico ho-
mogéneo y, si lo desearan, podrían resis-
tirlapresiónalaquelossometelaganan-
cia. The Washington Post y The New York
Timesfueronprecursoreseninvestigarla
administración de Trump, y no es casua-
lidad si ninguno de los dos está en manos
de un grupo de medios (la mayoría de las
acciones de The New York Times perte-
necen a la familia Sulzberger). Este tipo
de propiedad individual suscita nuevas
inquietudes sobre posibles sesgos polí-
ticos, conflictos de intereses o faltas de
transparencia. Trump aprovechó la oca-
sión para tuitear contra el “AmazonWas-
hingtonPost” y amenazó a la empresa de
venta online con una investigación anti-
trust para intimidar a Bezos. Si bien las
motivaciones reales del presidente esta-
dounidense no dependen con seguridad
H
ace medio siglo, el presi-
dente estadounidense Ri-
chard Nixon fustigaba a
“los medios” como si se
tratara de una única enti-
dad indistinta. En una época dominada
porunaspocascadenasdetelevisión,re-
vistas y periódicos, no estaba totalmen-
te equivocado. Sin embargo, desde co-
mienzos de los años 2000, el paisaje se
ha diversificado mucho.
Pueden distinguirse por lo menos tres
familias, abarcando todos los géneros y
soportes. En primer lugar la familia del
infoentretenimientomasivo(1),consitios
internetbienestablecidoscomoBuzzFeed
yelHuffingtonPost,asícomograndesca-
denasdetelevisiónnacionales(CBS,ABC,
NBC, CNN) y sus filiales locales. Luego
vienelafamiliapartidaria(2),representa-
daporFox(conservadora),MSNBC(pro-
gresista), radios principalmente conser-
Washington, 8-6-17 (Yuri Gripas/Reuters)
vadoras, la blogósfera y las sátiras políti-
cas como “The Daily Show”, presentado
por Trevor Noah, y “Last Week Tonight
with John Oliver”. La tercera familia pri-
vilegiaunperiodismodecalidadcontítu-
los como The New York Times, The Wall
Street Journal, Politico, revistas naciona-
lescomoTimeyTheAtlantic,asícomolos
principales diarios regionales. Los secto-
res público y asociativo, minoritarios pe-
ro dinámicos, en ocasiones proponen un
contrapeso a ese sistema indexado sobre
laeconomíademercado.
Pero los límites entre estas categorías
son flexibles y porosos. Cadenas de tele-
visión y sitios como el Huffington Post y
Vox intentan reconciliar periodismo de
calidad e infoentretenimiento; la neu-
tralidad política ostentada por The New
York Times y otros medios dominantes
es fuertemente impugnada por críticos
conservadores. En el otro extremo del
espectro, cuando el mayor operador de
televisión local, Sinclar, mirado por el
70% de los hogares estadounidenses, re-
cluta a un ex portavoz de Donald Trump
en el puesto de analista político en je-
fe, le reprochan utilizar sus 173 cadenas
para “promover un programa esencial-
mente de derecha” (3).
Ganancias vs. calidad
Para comprender bien el advenimiento
de este nuevo ecosistema hay que volver
al período que siguió a la supuesta “edad
deoro”delosañossetenta,marcadaporel
Watergate:losañosochentaynoventa,en
cuyo transcurso la ganancia se convirtió
enelprincipioyelfindelosmedios.
MientrasqueenFranciaunagrancan-
tidad de diarios gastan más de lo que ga-
nanynopodríansobrevivirsinlasayudas
públicas, la información da buenos divi-
dendos en Estados Unidos, y esto desde
11. | 11
solo del derecho a la competencia, tam-
biénesciertoqueAmazondominaunnú-
mero creciente de sectores, lo que multi-
plicalosriesgosdeconflictodeintereses.
La debilidad del sector público
Para la mayoría de los ciudadanos, la te-
levisión sigue siendo la principal fuente
de información (57% de los adultos recu-
rríanaestemedioen2016,contraun38%
a Internet, según el Pew Research Cen-
ter). Preocupados por mantener su au-
dienciaenlaeradelcableydeInternet,los
grandesnoticierostelevisivos(ABC,CBS,
NBC) se vuelven cada vez más sensacio-
nalistas y superficiales. La cobertura de
lascuestionesdefondodurantelacampa-
ñapresidencialpasódedoscientosveinte
minutos en 2008 a treinta y dos minutos
en2016(6).Alainversa,lossitiosabierta-
mente partidistas, como los radicales de
derechaBreitbarteInfoWars,tratancues-
tionesdefondoperodeformanloshechos,
cuandonomientenlisayllanamente.
En la mayoría de las democracias se-
ría lógico que el Estado intervenga pa-
ra paliar el derrumbe económico de este
sistema hiper comercial, marcado por la
subproducción de informaciones de ca-
lidad y la superproducción de noticias
sensacionalistas y engañosas. En Estados
Unidos, en cambio, una acción pública
suscitaríalaoposiciónsalvajedeunacoa-
lición de conservadores anti Estado y de
periodistas profesionales motivados por
una lectura rigorista de la Primera En-
mienda, que a su juicio prohíbe toda ac-
cióndelEjecutivoenlaprensa.Porcierto,
losmediosdel“serviciopúblico”noestán
aresguardodelaspresionesestatales,pe-
rocomosuautonomíasebeneficiadeuna
cen un amplio abanico de temas, ideas y
formatos. Recopiladores como el Huff-
ington Post y BuzzFeed producen cada
vez más contenidos originales, incluyen-
do informaciones y reportajes políticos.
Politico y The Hill dan una imagen deta-
lladadelasbambalinasdelapolítica.Más
allá del Top 50, sitios más modestos co-
moMedium(lanzadoporEvanWilliams,
el cofundador de Twitter) privilegian los
largos artículos de fondo. Dos merecen
una atención particular por sus prácticas
periodísticassingulares:VoxyViceNews.
Lejos de las exclusivas, los redacto-
res de Vox escogen temas complejos, co-
mo el conflicto sirio, el “Obamacare” o el
cambio climático, y aportan un análisis
en profundidad mechado con gráficos,
preguntas y respuestas y diaporamas.
Dossiers temáticos, lúdicos pero serios,
tratan acerca de temas tan variados co-
mo “Los 18 mejores programas televisi-
vos disponibles en la actualidad” (pues-
to al día todas las semanas), “Violencias
policiales: 9 hechos que hay que cono-
cer” (4 de enero de 2016), “El Bitcoin
explicado” (3 de noviembre de 2015) y
“Comprender el sistema migratorio es-
tadounidense” (4 de agosto de 2015).
Vice se caracteriza por un periodismo
en profundidad con un tono muy perso-
nal que pone el acento en el aspecto vi-
sual. En su serie de documentales difun-
didos en la cadena de cable Home Box
Office (HBO) –pero también disponi-
blesgratuitamenteensusitioosucadena
YouTube–, ofrece un panorama valioso
delavidacotidianaenpaísescomoUcra-
nia, Corea del Norte, la República Cen-
troafricanaeincluso,en2014,enlosterri-
torios en posesión del Estado Islámico
protección estructural, como en el Reino
Unido,enAlemaniayenlospaísesescan-
dinavos (7), en general proponen infor-
macionesmuchomásprofundasycríticas
quesusequivalentescomerciales.
En comparación con otros grandes
países democráticos, Estados Unidos
tiene el sector más pequeño de medios
subvencionados. Los financiamientos
del Public Broadcasting Service (PBS) y
delaNationalPublicRadio(NPR)repre-
sentan menos de 3 euros por habitante,
contra70eurosenFrancia,86eurosenel
ReinoUnido,116eurosenAlemaniay152
euros en Noruega. En realidad, la mayo-
ría de los fondos de PBS y NPR proviene
de donaciones, en virtud del estatuto hí-
brido de esos grupos audiovisuales, a la
vez público y sin fines de lucro. Sin em-
bargo, aún incluyendo esas donaciones,
los medios públicos estadounidenses no
reciben ni 8 euros por cabeza (8).
El modelo digital
Aunque hayan revisado a la baja sus am-
biciones periodísticas luego de la cri-
sis económica, los medios comerciales
“tradicionales” (es decir, empresas que
producían en el origen diarios, revistas
y cadenas de televisión) siguen siendo
dominantes, tanto en términos de volu-
men de negocios como de beneficios o
de audiencia online. Los principales si-
tios de información, el Huffington Post y
BuzzFeed,generanmuypocasganancias,
incluso ninguna. Lejos estamos del mar-
gen habitual de 8 a 15% de la prensa en
papel,sincontarlosresultadosabultados
de las cadenas de información por cable.
Los medios digitales financiados úni-
camente por publicidad online trabajan
con equipos minúsculos y peor pagos
quelasredaccionestradicionales.Laver-
sión estadounidense del Huffington Post
cuenta con apenas unos 250 redactores
de tiempo completo, muchos de los cua-
les se contentan con reciclar lo que pro-
ducen otros órganos de prensa, mientras
que The New York Times emplea a 1.300
periodistasprofesionalesdetiempocom-
pleto, de los cuales ninguno agrega, su-
puestamente,contenidosyaexistentes.
SegúnlosdatosrecogidosporComSco-
reen2015,losmediostradicionalesatraen
másinternautasquesuscompetidoresna-
cidos online. Dentro de lo normal, ABC,
CNN, NBC, CBS, USA Today, The New
YorkTimesyFoxfiguranentrelosdiezsi-
tios de información más consultados en
Estados Unidos. Incluyendo las importa-
cionesbritánicascomolaBBC(15º)y The
Guardian(17º),ocupan29delosprimeros
50lugaresdeestaclasificación.
El hecho de que 21 medios de la nueva
generación figuren en esta clasificación,
sin embargo, da cuenta de una transfor-
mación notoria. Los órganos de prensa
presentes únicamente en internet ofre-
Siete empresas
que cotizan en
Bolsa poseen
un cuarto de
los diarios
estadounidenses.
d
12. 12 | Edición 219 | septiembre 2017
(documental que ganó el prestigioso
premioPeabody).SegúnDannyGold,co-
rresponsal de Vice, se trata de “borrarse”
y de servir de “puente” para que los pro-
tagonistas del documental expresen su
punto de vista personal (9). Vice llega a
un público mucho más joven –25 años en
promedio–quelosmediostradicionales.
De todos modos, hay un punto oscuro:
el que hace planear sobre la información
elpublirreportajemodernoconocidocon
elnombrede“publicidadnativa”,porque
loscontenidospatrocinadoscomienzana
sersutilmenteintegradosenelcorazónde
lalíneaeditorial.Vice,igualqueBuzzFeed,
es uno de sus pioneros gracias a su agen-
cia de marketing Virtue. Por ejemplo uno
desussitios,llamadoTheCreatorsProject
yfinanciadoporsu“asociadofundadorIn-
telligentsia”,proponereportajesdondein-
genieros y artistas utilizan material de la
marca de informática. La denominación
“asociado fundador” sugiere que las mar-
casnosecontentanconasociarsunombre
aunprogramasinoquebuscaninfluirenla
líneaeditorialsegúnsusintereses.
Detrás de la imagen tendencia y alter-
nativa cultivada por Vice se oculta un es-
quema comercial que no puede ser más
capitalista. Entre sus inversores se en-
cuentra la Fox (James Murdoch, hijo del
magnate Rupert Murdoch, sesiona en
adelante en su consejo de administra-
ción), Time Warner Inc., Hearst, Disney,
A&E Network y cantidad de otras socie-
dades de capital de riesgo. En suma, los
nuevossitiosdeinformaciónonlineofre-
cen un paisaje contrastado. Sus cualida-
des distintivas podrían resultar frágiles
una vez recuperado y domesticado el im-
pulsoexperimentalinicialporlosimpera-
tivoscomerciales.
Los límites de la alternatividad
A menudo se da por descontado ese
principio: los ámbitos donde los medios
comerciales no pueden o no quieren
aventurarse, sobre todo la investigación
y el reportaje sobre cuestiones sociales,
incumben a la filantropía. Pero el perio-
dismo sin fines de lucro ¿basta realmen-
te para colmar el vacío?
Entre2005y2014,308mediossinfines
de lucro aparecieron en Estados Unidos,
en veinticinco Estados (10). La mayoría
funcionaba esencialmente gracias a cola-
boracionesdegrandesfundacionescomo
Ford,MacArthur,GatesyKnight,ydecían
garantizar una forma de servicio público.
Unestudiorecientesobre18deellos(tan-
to locales o regionales como federales)
muestra que asignan del 34 al 85% de su
presupuesto al editorial, contra el 12 al
16% promedio de los medios comerciales
(11). En general se especializan en los re-
portajes e investigaciones sobre política
internaorelacionesexteriores.
Esa prensa sin fines de lucro contri-
buyó a la renovación del periodismo de
investigación, como el sitio ProPublica
(fundadoen2008),laureadocondospre-
miosPulitzer,yotrosmenosrecientespe-
ro en plena expansión: el Center for In-
vestigative Reporting (fundado en 1977)
y el Center for Public Integrity (fundado
en1989).ProPublica,porejemplo,enfocó
los proyectores en la Cruz Roja (“Cómo
la Cruz Roja recolectó quinientos millo-
nes de dólares para construir seis vivien-
das en Haití”) (12), en las relaciones inte-
resadasentrelaReservaFederalyciertos
gigantes financieros, o incluso en los es-
fuerzos particularmente agresivos de los
hospitales para recuperar el dinero que
lesdebenfamiliasmodestas.
A pesar de estas realizaciones, todas
arraigadasenunacorrientedereformis-
mo liberal de izquierda, las fundaciones
no pueden contrabalancear el fracaso
económico del periodismo comercial
estadounidense. Las donaciones a los
órganos de prensa alcanzan a lo sumo
150 millones de dólares por año: una go-
ta de agua respecto de la pérdida de los
ingresos publicitarios en la gran prensa.
Losmásimportantesmediossinfinesde
lucro, ProPublica y el Christian Science
Monitor, emplean entre 70 y 80 perio-
distas cada uno. Pero muchos otros me-
diosfuncionanconequiposdeunadoce-
na de periodistas como máximo.
Además, la mayoría de las fundacio-
nes no se comprometen a largo plazo.
Con sus consejos de administración do-
minados por jefes de empresa, conci-
ben su acción como una ayuda transito-
ria que le permita a los órganos sin fines
de lucro cimentarse convirtiéndose en
verdaderas empresas. Así, les aconse-
jan destinar su información a un público
de gama más alta, a la vez susceptible de
firmar cheques y de atraer anunciantes
prestigiosos.Algunosmedios,comoPro-
Publica, ponen sus artículos a disposi-
cióndesitioscomerciales:conquistanvi-
sibilidad, pero no autonomía económica
ni independencia frente a sus donantes.
Las publicaciones sin fines de lucro
que intentan llegar a un público menos
elitista tienen todavía más dificultades.
ElSanFranciscoPublicPress,fundadoen
2009 por Michael Stoll, que quería con-
vertirlo en el “The Wall Street Journal del
pueblo”, rechaza la publicidad y el pa-
drinazgo de las grandes empresas. “Los
trabajadores con bajos salarios –explica
Stoll–nolesinteresanalospublicistasde
los diarios tradicionales que promueven
productos de lujo”. El San Francisco Pu-
blic Press funciona principalmente gra-
cias a una mano de obra voluntaria y con
un presupuesto anual inferior a 100.000
dólares. A pesar de la calidad de sus in-
vestigaciones, le cuesta trabajo adquirir
envergadura. Una conclusión se impo-
ne:losmediossinfinesdelucroquesees-
fuerzan por llegar a públicos menospre-
ciados por la prensa de mercado apenas
lo lograrán mientras las fundaciones que
losfinanciannotenganojosmásquepara
losnuevosmodelosdeempresa.
Por último, hay que tener en cuenta
que las donaciones de las fundaciones no
son “gratuitas”. Esas sumas, desbloquea-
das gracias a generosas deducciones fis-
cales,constituyenunredireccionamiento
de los recursos públicos hacia entidades
opacas. “No estamos reglamentados, no
nos piden que rindamos cuentas –testi-
monia un responsable de las donaciones
a la prensa–. No tengo necesidad de con-
certarunacitacongentequenotengoga-
nasdever,comotodoelmundoenlafun-
dación. Estoy en la obligación de hacer lo
mejor posible en el ejercicio de mis fun-
ciones, pero no creo que las fundaciones
sean la mejor manera de servir el interés
generalenunademocracia”(13).
Con mucha frecuencia, la generosi-
dad trae aparejadas obligaciones implí-
citas. Los grandes donantes prefieren fi-
nanciar proyectos específicos más que el
funcionamiento corriente, creando una
presión permanente para adaptar el con-
tenido a sus exigencias. Habida cuenta
de su dependencia respecto de la caridad
privada,losmediospúblicospadecenesas
coercionesentodasuextensión.En2012,
PBScreóunaseriedevariosepisodiosso-
bre la economía estadounidense que, pa-
trocinada por Dow Chemical, se ajustaba
estrechamente a los intereses de la em-
presa. En 2013, la misma cadena realizó
un documental sobre los drones subven-
cionado por Lockheed Martin, quien los
fabrica. Por último, en 2014 produjo una
serie, “The Pension Peril”, que detallaba
los problemas causados por las jubilacio-
moseparaelcuartoinferiordelcuartosu-
perior, mientras que en Europa Occiden-
tal hasta las personas menos instruidas y
menos adineradas están casi tan bien in-
formadascomolasmásprivilegiadas(17).
Nada tiene de sorprendente cuando se
sabe que la elite de los medios estadouni-
denses se compromete a suministrar “in-
formaciones de calidad para un público
de calidad” (18), dejando al resto la tarea
dearreglárselasconelcontenidoindigen-
teodeformadodelosdiariostelevisivoso
dealgunossitiosdeinternet.
Yaseaelitista,partidarioomasivo,nin-
gún medio estadounidense ha logrado
ocuparsedelaprecariedadligadaalaglo-
balizaciónquesubyacealmalestarpolíti-
co actual. Pocos son aquellos que se dig-
nan a hablar de las poblaciones que viven
al margen de la elite urbana y cultural, o
incluso a dirigirse a ellas. Se trata de gru-
pos sociales que pesan en el plano elec-
toral, pero a los cuales ningún indicador
ubicaenelcasillerodeposiblesdonantes,
delosabonadospotencialesodelosblan-
cos publicitarios selectos. El tratamiento
de Trump, ya sea halagüeño o crítico, es
muy rentable; muy pocos medios tienen
el coraje de fijar su atención en otras par-
tes. Así, los imperativos comerciales ha-
cen la ley. A fin de cuentas, el nuevo pai-
saje mediático norteamericano podría
resultarmuchomenosdiversificadodelo
que parece en una primera impresión.g
1.VéaseSophieEustacheyJessicaTrochet,
“Cuandolasnoticiassonelmarketing”,LeMonde
diplomatique,ediciónConoSur,agostode2017.
2.Véase“Venenoporradioytelevisión”,LeMonde
diplomatique,ediciónConoSur,abrilde2014.
3.SydneyEmber,“SinclairrequiresTV
stationstoairsegmentsthattilttothe
right”,TheNewYorkTimes,12-5--17.
4.PhilipMeyer,TheVanishingNewspaper.
SavingJournalismintheInformationAge,
UniversityofMissouriPress,2004.
5.“NewspapersFactSheet”,PewResearch
Center,Washington,DC,1-6-17.
6.Conteoefectuadodossemanasantesdelescrutinio.
AndrewTyndall,“Issues?WhatIssues?”,Tyndall
Report,25-10-16,http://tyndallreport.com
7.VéaseAndréSchiffrin,“L’Étatnorvégien
protecteurdelaculture”,LeMonde
diplomatique,París,marzode2010.
8.RodneyBenson,MatthewPowersy
TimothyNeff,“Publicmediaautonomyand
accountability:Bestandworstpolicypracticesin
12leadingdemocracies”,InternationalJournal
ofCommunication,Vol.11,LosAngeles,2017.
9.DeclaracionesdeDannyGoldalNewYorkCenter
forCommunication,NuevaYork,23-11-15.
10.JesseHolcombyAmyMitchell,“Personal
wealth,capitalinvestments,andphilanthropy”,
StateoftheMediaReport,PewResearchCenter,
Washington,DC,26demarzode2014.
11.“Findingafoothold:Hownonprofit
newsventuresseeksustainability”,Knight
Foundation,Miami,28-10-13.
12.JustinElliottyLauraSullivan,“HowtheRed
CrossraisedhalfabilliondollarsforHaiti–and
builtsixhomes”,3-6-15,www.propublica.org
13.Entrevistaconunresponsabledelafundación
quequisoguardarelanonimato,marzode2013.
14.MichaelGetler,“Tensionsoverpensions”,
PBSOmbudsman,14-2-14,www.pbs.org.
15.AmyMitchell,JeffreyGottfried,JocelynKiley
yKaterinaEvaMatsa,“Politicalpolarizationand
mediahabits”,PewResearchCenter,21-10-14.
16.RichardFletcheryRasmusKleisNielsen,“Social
mediaappearstodiversityyournewsdiet,notnarrow
it”,NiemanLab,21-6-17,www.niemanlab.org
17.JamesCurran,ShantoIyengar,AnkerBrink
LundeInkaSalovaara-Moring,“Mediasystem,
publicknowledgeanddemocracy.Acomparative
study”,EuropeanJournalofCommunication,
ThousandOaks(California),Vol.24,N° 1,2009.
18.DeclaracionesdeArthurSulzbergerJr.,
directordeTheNewYorkTimes,alaColumbia
SchoolofJournalism,NuevaYork,6-4-11.
*Profesor de Sociología y de Ciencias de la
Comunicación en la New York University.
Traducción: Víctor Goldstein
nes de los funcionarios, con los subsidios
deuninversormultimillonarioquequería
suprimirlas. “Esos escándalos –confiesa
elmediadordePBS–ponendemanifiesto
los compromisos éticos en los arreglos fi-
nancieros y la falta de transparencia para
los telespectadores, que en parte derivan
de las dificultades de financiar el sistema
públicoderadiotelevisión”(14).
Polarizaciones
¿Qué conclusiones sacar de las expe-
riencias estadounidenses en el campo
de la hipercomercialización mediáti-
ca y de la filantropía? Si bien hay algu-
nos puntos positivos, serios problemas
estructurales limitan la capacidad del
sistema para informar correctamente al
conjunto de los ciudadanos sobre los te-
mas que los involucran.
Debilitados,losgrandesgrupossobre-
viven.Gannetrecientementeintentó–en
vano– comprar Tronc (ex-Tribune Co.),
propietario del Chicago Tribune y del an-
tañoreputadoLosAngelesTimes.Lacon-
solidación del sector prosigue. Siete em-
presas que cotizan en Bolsa poseen un
cuartodelosdiariosnorteamericanos.La
propiedad de las cadenas locales se con-
centra como nunca. Su papel en el espec-
táculo permanente alrededor de Trump
nolesinspiramuchosescrúpulos.Puesto
quelasaudienciasylasgananciastrepan,
¿dóndeestáelproblema?
El periodismo profesional sigue esca-
seando (hasta The New York Times, que
durante largo tiempo resistió, anunció
en la primavera pasada la supresión de
cienpuestosdesecretariosderedacción).
En un momento en el que los publicistas
afianzansudominiosobreelprocesoedi-
torial a través de los contenidos patroci-
nados, la prensa comercial digital pade-
ce presiones todavía más fuertes que sus
predecesores tradicionales. Por cierto, el
abono constituye un maná para algunos
diarios de primera categoría como The
Wall Street Journal,The Washington Post
y The New York Times (que cuenta con
másdedosmillonesdeabonadosonline),
peronopuedefuncionarparatodos.
Los ataques incesantes de Trump ha-
cia los periodistas que lo critican acen-
tuaron la fragmentación ideológica del
paisaje mediático. En 2014, en una esca-
la política graduada de - 10 puntos a la iz-
quierdaa+10puntosaladerecha,loslec-
tores de The New York Times, The Wash-
ington Post y Politico se situaban entre 3
y 5 puntos a la derecha, Fox News (fuera
delasemisionesdeopinión)adospuntos
a la derecha del centro, mientras que el
restodelosmediosdederecha(Breitbart,
los comentadores Sean Hannity y Rush
Limbaugh) se dirigían a una audiencia
seis puntos a la derecha del centro. Úni-
camente Yahoo News y The Wall Street
Journal atraían un lectorado que se per-
cibíacomorelativamentecentrista(15).
Semejante situación plantea una cues-
tióncrucial:¿cómohacercircularlainfor-
mación entre esos públicos escindidos? A
menudo acusadas de reforzar los prejui-
cios,lasredessocialesaportaríanmássolu-
cionesqueproblemas.Segúnunestudiore-
ciente,lejosdeencerrarseenlas“burbujas”
dondenotraspasanmásquelasnoticiasque
refuerzansusconvicciones,losusuariosde
redessocialestienenmásposibilidadesde
tropezarconpuntosdevistacontrariosalos
suyosquelosnousuarios(16).
En definitiva, la inquietud de los usua-
rios por lo que respecta a la polarización
partidaria de los medios oculta una esci-
sión de clase mucho más abismal. Los es-
tadounidenses más adinerados y los más
instruidos saben tanto sobre los asuntos
públicoscomosusequivalenteseuropeos.
PeroenEstadosUnidosuninmensoabis-
d
13. | 13
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14. 14 | Edición 219 | septiembre 2017
El lobby antirruso
derrota a Trump
Vientos belicistas soplan desde Washington: ¿después de Corea del
Norte y Afganistán, sigue Rusia? Pero con el tradicional oponente
ruso, no es el presidente Donald Trump quien juega con fuego, sino un
poderoso partido de la guerra, integrado por sus adversarios políticos,
los servicios de inteligencia y los medios de comunicación.
La escalada contra Moscú
por Serge Halimi*
eran más que improvisaciones, “mar-
cas de debilidad frente a Estados-clien-
tesqueestánapuntodeescapársele”(5).
Obama añadía: “Los rusos no pueden
cambiarnosodebilitarnosdemanerasig-
nificativa. Es un país pequeño, es un país
débil,ysueconomíanoproducenadaque
otrosquierancomprar,denoserpetróleo,
gasyarmas”.Loqueentoncestemíadesu
homólogorusoerasobretodo…lasimpatía
queinspirabaaTrumpyasuspartidarios:
“Treintaysieteporcientodeloselectores
republicanosapruebanaVladimirPutin,el
exjefedelaKGB.¡RonaldReagandebees-
tarrevolviéndoseensutumba!”(6).
A partir de enero de 2017, el sueño
eterno de Reagan había recuperado su
tranquilidad.“Lospresidenteslleganyse
van,perolapolíticanocambia”,concluía
Putin (7). Los historiadores estudiarán
algúndíaesaspocassemanasdurantelas
cuales convergieron los esfuerzos de los
servicios de inteligencia estadouniden-
ses, de los dirigentes del ala clintoniana
del Partido Demócrata, de la mayoría de
los congresistas republicanos y de los
medios hostiles a Trump. ¿Su proyec-
país en peligro”. Algunos dieron un paso
másyvotaronporClinton(10).
Quedabalaprensa.Tambiénellatemía
que la incompetencia de Trump amena-
zara el orden internacional dominado
por Estados Unidos. No tenía ninguna
prevencióncontralascruzadasmilitares,
sobre todo cuando éstas podían ser bar-
nizadas con grandes principios humani-
tarios, internacionalistas, progresistas.
Ahora bien, según esos criterios, ni Putin
ni su predilección por los nacionalistas
de derecha no eran irreprochables. Pero
Arabia Saudita o Israel tampoco. Lo cual
noimpedíaquelaprimerapudieracontar
con The Wall Street Journal, ferozmente
antirruso. En cuanto a Israel, la casi tota-
lidaddelosmediosestadounidensesapo-
yaban su política, aunque la extrema de-
rechaparticipeensugobierno.
Poco más de una semana antes de que
Trump asumiera sus funciones, el pe-
riodista y abogado Glenn Greenwald –a
quiensedebelapublicacióndelasrevela-
cionesdeEdwardSnowdensobrelospro-
gramasdevigilanciamasivadelaNational
SecurityAgency(NSA)–alertabasobreel
cursodelosacontecimientos.Élobserva-
baquelosmediosestadounidensesseha-
bían vuelto “la herramienta más valiosa”
de los servicios de inteligencia “que en
su mayoría soñaron, sirven, creen y apo-
yan”.Enelmismomomentolosdemócra-
tas,“todavíabajoelimpactodeunfracaso
electoral tan inesperado como traumáti-
co”, parecieron “perder la razón y acep-
tarcualquierconjetura,saludarcualquier
táctica,aliarseacualquiermiserable”(11).
La coalición antirrusa no había al-
canzado aún todos sus objetivos pero ya
Greenwald vislumbraba las ambiciones
del“Estadoprofundo”:“Enestemomen-
to asistimos a una guerra abierta entre,
por un lado, esa facción no electa pero
muypoderosaqueresideenWashington
y ve pasar a los presidentes y, por el otro,
aquel a quien la democracia estadouni-
denseeligiópresidente”.Alimentadapor
los servicios de inteligencia, una sospe-
cha galvanizaba a todos los adversarios
del nuevo inquilino de la Casa Blanca:
Moscú poseía secretos comprometedo-
res –financieros, electorales, sexuales–
contra Trump, que lo paralizarían en ca-
so de crisis entre los dos países (12).
Un arma de política interior
La sospecha de un entendimiento tene-
brosodeestetipo,queeleconomistaclin-
tonianoPaulKrugmanresumióhablando
deun“equipoTrump-Putin”,transformó
el militantismo antirruso en un arma de
políticainteriorcontraunpresidentecada
vez más detestado fuera del bloque ultra-
conservador.Yanoesrarooíramilitantes
deizquierdaconvertirseenapologistasdel
FBI o de la CIA, desde que esas dos agen-
cias sirven de refugio a una oposición lar-
vada al presidente estadounidense. Y que
locombatenconfiltracionespermanentes.
Puede comprenderse por qué el pira-
teo de los datos del Partido Demócrata,
imputadoporlosserviciosdeinteligencia
estadounidenseaRusiacautivaalPartido
Demócratayalaprensa.Golpedoble:per-
mite deslegitimar la elección de Trump y
le impide a éste promover cualquier des-
congelamiento con Moscú. Washington
ofuscándose por la injerencia de una po-
tenciaextranjeraenlosasuntosinteriores
de otro Estado, hasta en sus elecciones:
¿quiénlevantatodavíaesaextravagancia?
Y ¿quién señala que hace poco tiempo no
fue el Kremlin el que espiaba las conver-
sacionestelefónicasdeAngelaMerkel,si-
no la Casa Blanca de Obama? Al interro-
gar al ex director de la CIA James Clap-
per, un representante –republicano– de
Carolina del Norte, Thom Tillis, rompió
to común? Impedir todo entendimiento
entre Moscú y Washington.
La coalición antirrusa
Los motivos de cada uno eran diferen-
tes. Los servicios de inteligencia y algu-
nos sectores del Pentágono temían que
un acercamiento entre Trump y Putin
pudiera privarlos de un enemigo presen-
table, una vez destruido el poder militar
delEI.Losclintonianosestabanapurados
porimputarsuderrotainesperadaaotros
quenofueranlacandidataquehabíanes-
cogido y su campaña inepta: el pirateo de
los datos del Partido Demócrata imputa-
do a Moscú venía como anillo al dedo pa-
raeso.Losneoconservadores“quehabían
promovidolaguerradeIrak,quedetesta-
ban a Putin y que consideraban que la se-
guridad de Israel no era negociable” (8)
estaban indignados por las tentaciones
neoaislacionistasdeTrump.
Por último, los medios –The New York
Times y The Washington Post en particu-
lar–soñabanconunnuevoWatergate.No
ignorabanquesulectorado–burgués,ur-
bano, cultivado– detestaba con pasión al
presidente electo, despreciaba su vulga-
ridad,sustropismosdeextremaderecha,
su violencia, su falta de cultura (9). Y por
consiguiente buscarían cualquier infor-
mación o rumor susceptible de provocar
su destitución o su dimisión forzada. Un
poco como en la novela de Agatha Chris-
tie, Asesinato en el Orient Express, cada
uno, en suma, tenía sus razones para gol-
pearalmismoblanco.
La intriga se anudó con relativa facili-
dadgraciasalaporosidaddelasfronteras
que separan esos cuatro universos. Entre
los halcones republicanos, encarnados
porJohnMcCain,presidentedelaComi-
sióndelasFuerzasArmadasdelSenado,y
elcomplejomilitar-industrial,elentendi-
mientocaíaporsupropiopeso.Losarqui-
tectosdelasúltimasaventurasimperiales
estadounidenses, en particular en Irak,
no habían experimentado con comodi-
dad la campaña de 2016 ni las burlas que
Trump había reservado a su experticia.
Unos cincuenta intelectuales y oficiales
anunciaron que, aunque republicanos, se
negaríanaapoyaralcandidatodesuparti-
doque“pondríalaseguridadnacionaldel
Moscú, 6-7-17 (Kirill Kudryavtsev/AFP)
(Viene de la página 40 )
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