1. ¿Recuerda el primer llanto de su hijo? Desde el momento de su nacimiento, los bebés se
empiezan a comunicar a través del llanto.
Al principio, es posible que los llantos de su recién nacido le parezcan un idioma extranjero.
Pero, antes de lo que usted cree, aprenderá el "idioma" de su bebé y será capaz de
responder a sus necesidades.
Cómo se comunican los bebés
Los bebés nacen con la facultad del llanto y está será su forma de comunicarse durante un
tiempo. Por lo general, los llantos de un bebé indican que algo va mal: estómago vacío, un
pañal mojado o sucio, pies fríos, cansancio, necesidad de de que lo cojan en brazos y lo
abracen, etc.
En poco tiempo, usted será capaz de reconocer qué necesidad está expresando su bebé y
reaccionará en consonancia. De hecho, a veces lo que necesita un bebé se puede identificar
a partir del tipo de llanto que utiliza; por ejemplo, el llanto de "tengo hambre" suele ser
breve y agudo, mientras que el llanto de "estoy molesto" suele ser más variable y agitado.
Su bebé también puede llorar cuando se siente agobiado por todas las imágenes y sonidos
del mundo que le rodea, o sin ningún motivo aparente. No se sienta mal ni se ponga
nervioso cuando su bebé llore y usted no consiga consolarlo de inmediato: el llanto es una
forma que tienen los bebés de desconectar de los estímulos cuando se sienten
sobrecargados.
El llanto es la principal forma que tienen los bebés de comunicarse, pero también pueden
utilizar formas de comunicación más sutiles. Aprender a reconocerlas es gratificante y puede
reforzar el vínculo con su pequeño.
Un recién nacido puede distinguir entre el sonido de la voz humana y otros sonidos. Intente
prestar atención al modo en que su hijo responde a su voz, que ya asociará a todas las
atenciones que usted le brinda: alimento, calor, caricias.
Si su bebé empieza a llorar mientras está acostado en su moisés, compruebe lo deprisa que
se calma en cuanto oye su voz aproximándosele. Y vea con qué atención le escucha cuando
usted le habla en tono cariñoso. Tal vez su bebé todavía no logre coordinar la vista y el oído,
pero es posible que, incluso mientras fije la mira en el vacío, su pequeño esté prestando una
atenta atención a lo que usted le diga. Es posible que su bebé adapte sutilmente sus
posturas corporales y sus expresiones faciales y que hasta mueva brazos y piernas cuando
usted le hable.
2. Es posible que durante el primer mes de la vida de su hijo usted logre entrever un atisbo de
su primera sonrisa, ¡un bienvenido complemento a sus facultades comunicativas!