1. MICROHISTORIAS.
1. Analizar cada libro. ¿Qué cuenta?,¿Qué
imágenes muestra?, ¿Qué mensaje deja?
2. Describe los aspectos culturales que resulta
3. Averigua el contexto latinoamericano e
internacional de la época. Explícalo a través
de un esquema o cuadro en el escrito.
4. Busca alguna expresión cultural. Analiza, establece relaciones y agrégalas al
trabajo.
1 - El libro cuenta la historia de María Elena Walsh, su infancia, sus sueños,
su trayectoria. Podemos encontrar al leer toda la trayectoria de una mujer que desde
chica soñó con la poesía, la música y hoy sus canciones van de generación a generación
gracias a que dicha niña, dicha mujer siempre fue detrás de su sueño.
2- Los aspectos culturales que se resaltan en el libro son, la música, la
escritura, la poesía, la comedia musical, la geografía argentina, el tranvía, el folclore.
Eran tiempo de los Beatles. Fue la banda de rock que puso al mundo patas para
arriba. Los jóvenes se hicieron fanáticos de la música de esos cuatros pibes de Liverpool
en los años 60. María Elena acepto en 1958 escribir algunos libretos de programas
infantiles para televisión. La geografía argentina siempre estuvo muy presente en todas
sus canciones.
El tranvía era un medio de transporte callejero muy común en Buenos Aires a
principios del 1900, cuando no había colectivos. El primer de su tipo circulo en 1863, y
al principio era tirado por caballos. Todavía hoy en algunas calles adoquinadas pueden
verse los rieles de viejos tranvías.
3- María Elena Walsh (1930 – 2011) fue una escritora, cantautora y
compositora argentina. Su obra revolucionó la poesía en la infancia. Su imagen, junto
con la del mexicano Francisco Gabilondo Solera y la cubana Teresita Fernández, es
destacada en el panorama latinoamericano de canciones para niños. Entre sus obras
más conocidas se encuentra “Manuelita”, la famosa tortuga que fue llevada al cine en
1999 bajo la dirección de Manuel García Ferré, y varias de sus canciones fueron
musicalizadas por personalidades como Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat.
Del linaje de su padre, ferroviario inglés, heredó el gusto por el piano, y de su
madre, argentina descendiente de andaluces, heredó su amor a la naturaleza. Fue
criada en un gran caserón con un amplio patio, un gallinero, y por lo tanto en contacto
con animales. En ese ambiente fue desarrollando su inspiración. A los 15 años publicó
2. su primer poema en la revista “El Hogar” y poco después comenzó a escribir para el
diario La Nación. En 1947, cuando aún estudiaba en la Escuela Nacional de Bellas Artes,
publicó “Otoño imperdonable”, su primer libro -y el que recibiría el segundo premio
Municipal de Poesía con alabanza de los escritores hispanoamericanos del circuito
literario del momento. A partir de allí, su vida dio un vuelco.
Hoy, en el aniversario de su nacimiento, homenajeamos a María Elena Walsh:
una mujer que trastocó las estructuras de la poesía y la didáctica infantil; que trascendió
las fronteras del tiempo a través de un arte que supo congeniar la denuncia y el estilo
con el disparate y el humor; y que supo conmover a jóvenes y adultos con sus letras y
canciones. Una mujer que no guardó al silencio sus ideas ni se calló ante las opresiones
de la última dictadura cívico-militar argentina del ‘76. Una mujer para recordar.
VIDA Y OBRA: PERONISMO Y DICTADURA
Fue en el año 1949 que María Elena Walsh, invitada por Juan Ramón Jiménez,
viajó a los Estados Unidos, pero no pasaría mucho tiempo hasta que la autora eligiera
exiliarse en París, por decisión propia, debido a sus ideas antiperonistas que recaían,
sobre todo, en una fuerte crítica a la demagogia del régimen en el contexto de una
Argentina que entraba en la segunda presidencia de Juan Domingo Perón y que
terminaría con la dictadura de Eduardo Lonardi y su predecesor, Pedro Aramburu. Allí
comenzaría a tomar forma el histórico dúo “Leda y María”, junto a Leda Valladares (una
de las primeras mujeres en egresar de la Universidad Nacional de Tucumán y
fuertemente ligada al folclore). La crítica parisina de esa época las recibió con
entusiasmo y grabaron el disco “Le Chant du Monde”. Por esa época, María Elena Walsh
comenzó a escribir sus canciones y texto infantiles, siempre desde la creatividad y la
imaginación, corriéndose de la didáctica tradicional.
Pero cuando regresaron a Argentina en los años ‘70, las integrantes del famoso
dúo “Leda y María” se encontraron con un país gobernado por militares y con un alto
componente machista. Su dúo no triunfó, como lo hizo en París, en un contexto en el
que se creía que los verdaderos grupos folcloristas debían estar conformados por
hombres. María Elena tampoco se quedaría callada ni guardaría sus opiniones en contra
de la Junta Militar que tomó el poder durante la última dictadura argentina, y denunció
aquí y allá, donde pudo, los abusos del régimen y su ideología represiva. En 1975, por
ejemplo, cantó “Cómo la cigarra” en un contexto de asesinatos y violencia, pero no
repercutió porque no se entendió que hablaba de nosotros: la historia de los
argentinos.
Tantas veces me borraron/ Tantas desaparecí / a mi propio entierro fui / sola y
llorando.
Hice un nudo en el pañuelo / pero me olvidé después / que no era la única vez / y
volví cantando
Cantando al sol como la cigarra…
3. Recién hoy, muchas de sus letras se transformaron en una suerte de “himno
nacional”. María Elena Walsh fue una mujer que, en tiempos de una dictadura que
intentaba implantar un estilo de vida machista, patriarcal y con ideales que miraran
hacia una “familia tipo”, asumió la tarea de ser la voz de aquellos que, por miedo,
angustia, represión o desaparición forzada, no pudieron hablar. Esto le valió que toda su
obra fuera censurada. Sus letras son la voz de la rebeldía, el desencanto y la oposición a
la censura y la represión de la libertad.
No es casual que escribiera para los niños, esos infantes que despiertan en un
mundo lleno de utopías donde todavía todo puede hacerse realidad a través de su
propio andar. En 1979 escribió para Clarín: “Todos tenemos el lápiz roto y una
descomunal goma de borrar ya incrustada en el cerebro. Pataleamos y lloramos hasta
formar un inmenso río de mocos que va a dar a la mar de lágrimas y sangre que
supimos conseguir en esta castigadora tierra”.
EL RETORNO A LA DEMOCRACIA
En 1985, María Elena Walsh fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de
Buenos Aires, y en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y
Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. Ya en democracia se recopilaron
sus canciones para niños y adultos, y en 1997 apareció Manuelita ¿dónde vas? El primer
presidente constitucional en tomar el país tras la dictadura cívico militar del ’76, Raúl
Alfonsín, la invitó a formar parte del Consejo para la Consolidación de la Democracia.
Fueron años en los que las voces artísticas, acalladas por las persecuciones, represiones
y desapariciones durante la dictadura, se animaban a reaparecer en escena, a denunciar
aquí y allá los episodios que marcaron a fuego la piel de la República Argentina con
heridas de las que todavía hoy recupera.
En este contexto llegaron los mayores reconocimientos nacionales a la autora.
En 1981 obtuvo el Premio Konex de Platino en la disciplina Infantil, y en 1994 el mismo
en la categoría de Literatura Infantil. En el año 2000 recibió el Gran Premio de Honor de
la SADE. María Elena Walsh, símbolo de la cultura popular, de masas e infantil, falleció
en enero de 2011 a sus 80 años de edad y después de una prolongada internación en la
que su gran amor, Sara Facio, siempre estuvo presente para asistirla y acompañarla. En
el año 2014 recibió el Konex de Honor, premio otorgado a la figura fallecida más
importante de las Letras Argentinas.
4- "La música no se puede tocar - sólo existe en el momento en que es
aprehendida - y sin embargo puede alterar profundamente cómo vemos el mundo y
nuestro propio mundo. La música puede hacernos transitar momentos difíciles de
nuestras vidas, al hacer que cambie la forma en que nos vemos a nosotros mismos y
todo lo que nos rodea. Es algo muy poderoso", dice David Byrne en su extenso libro
"How music works" ("Cómo funciona la música").
4. La música que se compuso, interpretó y difundió en Argentina entre los 70 y los
primeros años de la década del 2000, da cuenta de cómo la creación artística es capaz
de acompañar procesos culturales, a veces bebiendo de ellos, otras alimentando las
voluntades de los seres que los protagonizan.
Esas décadas pisan una línea histórica que va desde los prolegómenos del golpe
del 24 de marzo de 1976 (del que este lunes se cumplen 38 años), hasta el
cuestionamiento de las promesas democráticas en los 90, pasando por los años de
régimen militar y la transición a un gobierno electo en diciembre de 1983, presidido por
Raúl Alfonsín.
Lea: ¿Cómo vivimos el año que Argentina recuperó la democracia?
Van del rock contestatario de Pedro y Pablo, que sin tapujos cantaba una lista de
demandas y disgustos, a la poesía metafórica de Charly García y de regreso a la ira, la
bronca, con Bersuit Vergarabat y tantos otros en los 90.
Mujer canta y hace palmasDerechos de autor de la imagen BBC MUNDO
Image caption
Una escena de un concierto de 2013 en conmemoración por los 30 años del
retorno a la democracia en Argentina.
Entre ellos, con ellos, con sus puntos de contacto y diferencias, Víctor Heredia,
Mercedes Sosa, María Elena Walsh, Teresa Parodi, Sumo, Patricio Rey y sus Redonditos
de Ricota, Los Violadores, Divididos, Soda Stereo, León Gieco, los Fabulosos Cadillacs, y
más.
Para quienes nacimos en 1976 y crecimos en ese período de transición, estos
nombres y sobre todo su música, fueron una ayuda para entender lo que iba
sucediendo, para ponerle nombre a las cosas que ocurrían a nuestro alrededor.
De esa casi inagotable lista de melodías, de sonidos y artistas hago aquí
recorrido muy personal, de unas pocos, que para mí fueron clave en organizar el
discurso y el sentir de la época. Es una lista de "canciones de libertad", porque todas de
algún modo remiten a ese estado o a la lucha por alcanzarlo.
Es, cierto, breve e incompleta. Quien lea estas líneas seguro piensa en posibles
listas diferentes, en las canciones que faltan. Por eso, al final de esta nota, está abierta
la invitación a contar cuáles son las "canciones de libertad" que habría que agregar.
Además de las canciones hay artistas y otras personas con quienes tuve la
oportunidad de conversar en un viaje a Buenos Aires en diciembre. Algunos son
compositores de las canciones de la lista, otros son artistas que fueron influidos o
influyeron en los diferentes períodos.
Comenzamos con Teresa Parodi, quien cuenta cómo la afectó la persecución
tras el golpe de 1976 (su camino fue el exilio interno, desde la provincia de Corrientes a
la ciudad de Buenos Aires, donde no era conocida) y toca algunos puntos esenciales del
rol social de la música.
Esta versión editada de la conversación que tuvimos en su departamento del
centro de Buenos Aires abre con un fragmento de la que es posiblemente su más
conocida composición, Pedro Canoero (que -confieso- cantó por mi insistencia), y cierra
con un tema inédito -compuesto el día anterior a la entrevista-, que precisamente habla
de la relación entre el artista y su música: "Todo lo que tengo".
5. Parodi habla en la entrevista de la sensibilidad del artista para poner en palabras
y melodía lo que está ocurriendo. En "Los Dinosaurios", de 1983, Charly García dice:
Los amigos del barrio pueden desaparecer,los cantores de radio pueden
desaparecer,los que están en los diarios pueden desaparecer,la persona que amas
puede desaparecer.
Para agregar, finalmente: "Pero los dinosaurios van a desaparecer". Recuerdo de
pequeño cuando me explicaron que los dinosaurios de la canción representaban a los
generales del régimen militar, responsable de la muerte y desaparición de 30.000
personas, según organismos de derechos humanos.
Lea: Viaje al delta donde "llovieron cuerpos"
Recuerdo cómo esas frases me ayudaron a entender y, sobre todo, a sentir.
Charly García contó en su momento que la letra tenía otro origen, como lo cita
Mara Favoretto en su libro "Charly en el país de las alegorías" (a su vez tomado de
"Charly García", de Daniel Chirom): "Al principio no lo hice con la onda política sino con
la onda de que no hay que atarse a nada, porque cuando te apegás a las cosas, cuando
más tenés, sentís más la falta de algo".
García dice "al principio", como admisión de que el sentido de las canciones
cambia con su escucha. Se las apropia el público y cuando eso sucedió con ese tema,
dice Favoretto, Los Dinosaurios "se convirtió en una de las alegorías esópicas y políticas
más exitosas de la época porque el público la interpretó de inmediato".
Este es un fragmento de la canción:
Algo parecido ocurrió con "Sin Cadenas", de Los Pericos, banda de reggae rock
generalmente más asociada con canciones ligeras. Algunos de sus temas, como el
"Ritual de la banana", eran clásicos de fiestas o bailes de fines de los 80 y principios de
los 90.
Pero "Sin Cadenas", que en origen cuenta la historia de un boxeador, formó
parte de la banda musical del documental "Botín de Guerra", de David Blaustein, en el
que se relata el trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo, la organización de mujeres
que buscan a sus nietos, nacidos de madres que fueron detenidas, desaparecidas,
muertas durante el régimen militar y entregados a familias en adopción.
Desde entonces, "Sin Cadenas" se volvió un himno de la Madres de Plaza de
Mayo, quienes lo usaron en actos y en material de difusión. Y el significado de su letra
cambió.
Frente de la ESMADerechos de autor de la imagenNATALIO COSOY
Image caption
La entrevista con los hermanos Gonçalves tuvo lugar en este lugar, donde
funcionó uno de los principales centros de detención y tortura del régimen militar.
Una de sus estrofas dice así:
Nada escapa, nada muere,nadie olvida, eso lo sé.Nada escapa, nada muereNadie
olvida, eso lo sé
El bajista de Los Pericos es Gastón Gonçalves. En los 90 lo iba a ver a los
conciertos, como miles -como yo-, un chico que entonces se llamaba Claudio Novoa.
6. En 1995 Claudio supo que no se llamaba Claudio, sino Manuel, Manuel
Gonçalves y era medio hermano de Gastón, de mismo padre. Manuel fue hallado por
las Abuelas de Plaza de Mayo.
Esta entrevista fue grabada en lo que era la ESMA (Escuela de Mecánica de la
Armada), un complejo de las fuerzas armadas que funcionó como centro de detención
del régimen militar, por el que se calcula pasaron unas 5.000 personas y del que muy
pocos salieron con vida.
Allí, Gastón (a la izquierda en la foto) y Manuel cuentan su historia, hablan de su
primer encuentro, de Los Pericos y de "Sin Cadenas" (de la que se incluye un
fragmento).
Gastón (izq) y Manuel GonçalvesDerechos de autor de la imagenNATALIO COSOY
El final de la entrevista fue muy significativo. Mientras conversábamos, se acercó
a Gastón una persona que trabaja en la ex ESMA para darle esos documentos que
nunca había visto, que recién habían encontrado (ahora en la ESMA funcionan varios
organismos de derechos humanos, y Manuel está a cargo de una de esas oficinas).
Manuel GonçalvesDerechos de autor de la imagenNATALIO COSOY
Manuel Gonçalves en el momento en que recibió nuevos documentos sobre la
historia de su madre.
Eran documentos que hablaban de su madre, de su historia.
Y ese es un ejemplo que da cuenta de cuán viva está toda esta historia en
Argentina: siempre aparece un nuevo trozo de ese pasado, para contarnos cosas
nuevas.
Lo sabe Víctor Heredia, quien en noviembre de 2013 tuvo confirmación, como
otros músicos y artistas, que durante el régimen militar estaba en una lista negra,
censurado. Su nombre estaba en una serie de documentos que se descubrieron
entonces en un edificio castrense.
Lea: Listas negras y otros documentos secretos de la Junta Militar argentina
Heredia también es alguien que tiene clara conciencia de la importancia de no
dejarse acallar, ni de bajar los brazos.
Una de sus composiciones, "Todavía Cantamos", habla de eso. Esta es la canción.
Una de las cosas que le pregunté al entrevistarlo fue cómo nació esta canción.
Esta es una versión resumida de la conversación, que tuvimos justo antes de un
concierto que dio frente a la estación de tren de Paso del Rey, en el conurbano de
Buenos Aires, donde pasó su niñez, en la que responde a esa pregunta y también habla
de la fuerza de la composición y del rol de la música en la sociedad.
Víctor HerediaDerechos de autor de la imagenNATALIO COSOY
Heredia dice que cuando el público celebra una canción "lo que la gente aplaude
es la coincidencia".
Eso es lo que comprobó Miguel Cantilo cuando su dúo Pedro y Pablo estrenó la
"Marcha de la Bronca" a comienzos de los 70.
7. En esta entrevista, Cantilo me contó que la inspiración para componerla vino de
mano de Bob Dylan, pero la necesidad vino del momento que él vivía entonces.
También habla de cómo reaccionó la gente al escucharla por primera vez y cómo fue su
vida en años de régimen militar (la edición de la entrevista incluye un fragmento de la
"Marcha de la Bronca").
La ira con la que cantaba Cantilo reapareció en un rol central en la década del
90.
El gobierno de Alfonsín había abierto en diciembre de 1983 un período de
primavera democrática.
Sumo y la irreverencia
Una banda que no se puede dejar de nombrar en este contexto es Sumo. El
grupo le dio un enorme sentido a la idea de libertad, como prueba, como ejemplo, la
canción "Que me pisen" "Esta canción de 1986", dice el historiador de la música
Esteban Buch en su libro Oíd Mortales, "recoge sin duda una vivencia colectiva, la de
una generación que, formada bajo el gobierno militar, aparece en escena luego de
Malvinas haciendo del 'rock nacional' su principal rasgo idiosincrático". "Que me pisen",
agrega Buch, "con su tono burlón y su ritmo bailable, relaciona el patriotismo escolar
con la muerte (la letra dice 'yo quiero a mí bandera' y luego 'que me pisen, que me
pisen, que me pisen'). Pocas críticas al sistema educativo lograrán semejante densidad".
"Diciembre ya no sería un mes de consignas resignadas, ni de piñatas
monstruosas, ni de clamores en el desierto", dice el historiador Sergio Pujol en su libro
"Rock y Dictadura".
"Las noches habían vuelto a ser hospitalarias, luminosas". Y recuerda: "En las
últimas semanas del año, se mezcló la fiesta del rock con el fervor cívico recuperado".
Pero hacia el final del gobierno de Alfonsín, en 1989, Argentina se vio envuelta
en una profunda crisis económica hiperinflacionaria.
Lo siguió un gobierno peronista, pero de corte neoliberal, encabezado por Carlos
Menem. Muchos vieron con desdén sus políticas de indulto a militares acusados de
crímenes de lesa humanidad, y de ajuste y privatización de servicios públicos en lo
económico.
Entre ellos, Gustavo Cordera, excantante de Bersuit Vergarabat (hoy líder del
grupo La Caravana Mágica), a quien entrevisté en su casa de Buenos Aires.
Cordera me habló, entre otras cosas, de una canción de Bersuit Vergarabat que
incluyo en esta lista porque resume esa desazón de los 90: "Se viene". No solo da
cuenta del malestar social de la época, sino que en su letra puede adivinarse un
elemento premonitorio:
Se viene el estallido, se viene el estallido, de mi guitarra, de tu gobierno,
también.
El tema es de fines de los 90. Pocos años después, en diciembre de 2001, el
entonces presidente Fernando de la Rúa debió dejar en helicóptero la Casa Rosada,
sede del Ejecutivo en Argentina. En dos semanas el país vio pasar cinco presidentes uno
tras otro, hasta que la situación comenzó finalmente a normalizarse.
8. Lea: Las semanas de los cinco presidentes
Fue decididamente un estallido.
Ese es uno de los temas que aborda Cordera en esta versión resumida de la
entrevista que me concedió, donde también cuenta cómo y cuándo comenzó a
entender lo que ocurría durante el régimen militar y cómo Bersuit Vergarabat empezó a
trabajar junto a Abuelas de Plaza de Mayo (incluye un fragmento de "Se viene").
Cordera menciona al final las emociones. Y de todas las canciones que repasé
mientras armaba esta lista, hay una que me toca esa fibra, la del sentir, especialmente.
Dice:
Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y
llorando.
Es "Como la Cigarra", de María Elena Walsh, quien la grabó por primera vez en
1973 y la compuso pensando en las vicisitudes de la vida del artista.
Pero, como con tantos otros de los temas de esta lista, fue reinterpretada por
sus oyentes.
"La sola mención del verbo 'desaparecer' en medio de una canción que estaba
levantando vuelo en el tramo final de la dictadura militar produjo un impacto
considerable entre oyentes que, como los tísicos de otros tiempos, agudizaban el oído
en busca de la verdad", dice Sergio Pujol en su biografía de María Elena Walsh.
El historiador explica bellamente que "en esa búsqueda de toda palabra o gesto
que pudieran ser interpretados a la luz de la transición democrática, 'La Cigarra' salió
para siempre del frío invernal y desde entonces permaneció cantando entre los
argentinos".
Así la canta, eterna, Mercedes Sosa: