1. Circe era hija del Sol y de Perseis,
hija del Océano. Habitaba en la isla
de Ea (en la Odisea está en Italia en
la península llamada monte Circeo).
2. Cuando Ulises, después de sus
aventuras en el país de los
lestrigones, remonta la costa italiana,
aborda en la isla de Eea. Envía en
reconocimiento a la mitad de su
tripulación, al mando de Eurícolo. El
grupo penetra en un bosque y llega a
un valle, donde los hombres
descubren un brillante palacio
guardando su puerta leones y lobos.
Entran en él, con excepción de
Eurícolo, que prefiere permanecer a
la defensiva, ocultándose y
observando la acogida de la que se
hace objeto a sus compañeros. Los
griegos son bien acogidos por la
dueña del palacio, que no es otra sino
Circe.
3. Circe acompañó a sus huéspedes al
interior del lujoso salón, donde los
alimentó con sabrosos manjares, a
los que añadió una pócima, y con un
toque de su varita convirtiéndoles
a todos en cerdos y arrojándolos a
una sucia pocilga, tirándole
bellotas y restos de los manjares
como única comida .A pesar de su
conversión física, siguieron
manteniendo su lucidez humana,
haciendo de ello el sufrimiento
mayor aún.
4. Acercándose, apareció frente a él
un hermosos joven, empuñando una
varita dorada. Reconociendo Ulises
al dios Hermes, este preguntó al
héroe cuáles eran sus intenciones, y
explicándole la situación de sus
hombres, le preguntó si pensaba
enfrentarse a Circe él solo. Hermes
ofreció ayuda a Ulises entregándole
una planta de flores blancas y
raíces negras, llamada moly,
mencionándole su capacidad de
evitar que cualquier hechicería le
afectase, y advirtiéndole que
cuando la diosa sacase su varita
para tocarle, él debía blandir su
sable y arrojarse sobre ella
imitando la acción de matarla.
5. Ulises hizo tal y como le había
indicado el dios Hermes. Cuando
la hechicera le ofreció de beber ,
Ulises agregó la hierba al
brebaje provocando que el
hechizo de Circe no tuviera
ningún efecto sobre él , por lo
cual luego la obligó a que
regresara a sus hombres a sus
formas humanas.
6. Aceptando Circe la petición del
héroe, fueron desfilando los
cerdos, a los que al toque de la
varita mágica volvió a convertir en
hombres. Agradecidos a Ulises sus
hombres lo abrazaron y
agradecieron su liberación.
Presenciando esto la diosa Circe
ofreció a Ulises y todos sus
hombres a permanecer en el
palacio el tiempo que quisieran sin
ser hechizados.