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DEPARTAMENTO DE EMPLEO
Y ASUNTOS SOCIALES
ENPLEGU ETA GIZARTE
GAIETAKO SAILA
76 GIZARTEA HOBETUZ
DOCUMENTOS DE BIENESTAR SOCIAL
LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA
CENTRADA EN LA PERSONA
GIZARTEA HOBETUZ
DOCUMENTOS DE BIENESTAR SOCIAL
76 GIZARTEA HOBETUZ
DOCUMENTOS DE BIENESTAR SOCIAL
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA
CENTRADA EN LA PERSONA
Guía para la intervención profesional
en los centros y servicios de atención a personas
mayores en situación de fragilidad o dependencia
Teresa Martínez Rodríguez
ENPLEGU ETA GIZARTE DEPARTAMENTO DE EMPLEO
GAIETAKO SAILA Y ASUNTOS SOCIALES
Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco
Vitoria-Gasteiz, 2011
Edición: 1.a junio 2011
Tirada: 500 ejemplares
© Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco
Departamento de Empleo y Asuntos Sociales
Edita: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco
Donostia-San Sebastián, 1 - 01010 Vitoria-Gasteiz
Diseño de cubierta: Canaldirecto
Fotocomposición: Ipar, S. Coop.
Zurbaran, 2-4 - 48007 Bilbao
Impresión: Estudios Gráficos Zure
Carretera Lutxana-Asua 24A - 48950 Erandio-Goikoa (Bizkaia)
ISBN: 978-84-457-3157-4
D.L.: BI 2.019-2011
Un registro bibliográfico de esta obra puede consultarse en el catálogo de la Biblioteca General del
Gobierno Vasco: http://www.euskadi.net/ejgvbiblioteka
5
PRESENTACIÓN
Es para mí un motivo de gran satisfacción poner a disposición de todos los que
de una forma u otra participamos en la atención y cuidado de las personas mayores
esta guía, LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA.
El cambio demográfico al que asistimos hace imprescindible la puesta en marcha
de políticas que realcen el valor y la aportación que realizan las personas mayores a
la sociedad. Estas políticas deben recoger las medidas que sean necesarias para pro-
tegerles y cuidarles cuando sufren situaciones de dependencia y no pueden valerse
por sí mismos. Ello sitúa en la primera línea de prioridad las políticas sociales in-
tegrales, necesariamente coordinadas e interinstitucionales. Unas políticas sociales
que contemplen la prevención de la discapacidad y de la dependencia, la seguridad
económica, la salud, la vivienda accesible, la participación de los mayores en sus co-
munidades así como la protección de las personas en situaciones de dependencia y el
apoyo de sus familias cuidadoras.
Pero hoy día no podemos conformarnos con la visión de la suficiencia (versus
insuficiencia) de la oferta y provisión de servicios para las personas mayores. Debe-
mos responder a una exigencia ciudadana que demanda nuevas formas de hacer que
sintonicen con las preferencias de las personas y permitan que éstas, aun cuando ne-
cesiten ser cuidadas por otros, sigan controlando sus propias vidas. Y ello requiere
una firme apuesta por modelos de atención que orienten el diseño de los recursos y
sus intervenciones técnicas.
En lo que atañe a los servicios de apoyo y cuidados a las personas en situación
de especial vulnerabilidad o dependencia, la apuesta del Gobierno del País Vasco es
inequívoca. La intervención social, además de proteger y cubrir las necesidades de
estas personas, ha de propiciar la autonomía de los individuos y de los grupos, favo-
recer su inclusión social, mejorar su bienestar y garantizar el ejercicio de los dere-
chos que, como ciudadanos y ciudadanas, tienen.
6
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
Éste es el objetivo de la guía que desde el Departamento de Empleo y Asuntos
Sociales —en colaboración con el Grupo Matia— presentamos. Una guía que ofre-
ce las bases conceptuales y las metodologías de intervención precisas para llevar a
cabo diseños de servicios e intervenciones técnicas desde un modelo de atención
centrado en las personas. Un modelo orientado hacia las personas, hacia su cali-
dad de vida y hacia su bienestar cotidiano. Una atención que se dirija no solo a dar
respuesta a las necesidades derivadas de la dependencia sino que vele por sus dere-
chos, preferencias y deseos. No es otra idea que la de concebir los cuidados desde
la dignidad y el apoyo a la autonomía. Incluso en las personas con altos grados de
discapacidad, tendencia que en los países más avanzados en políticas sociales va co-
brando fuerza y consistencia desde hace varias décadas.
Esta guía introduce algunos retos al proponer una nueva visión de las personas
mayores, de los roles profesionales y demandar sistemas organizativos más flexi-
bles. Será un camino no exento de dificultades, que apela a un compromiso institu-
cional y profesional, pero que sin duda merece la pena.
Estoy segura de que la guía que tiene en sus manos tendrá una enorme utilidad
para avanzar en este camino. No es fácil dar con herramientas que faciliten la con-
creción de los modelos de atención en el día a día. Y menos aún que éstas no aca-
ben como meros «recetarios». Creo que este documento da en la tecla. Porque a la
par de exponer de una forma clara y sintética las bases e ideas centrales del modelo
de atención gerontológica centrada en la persona, muestra y sugiere elementos me-
todológicos de gran valor para facilitar su aplicación. Porque, además, al plantearse
como un proceso abierto, invita al compromiso e implicación de los equipos técni-
cos y de los responsables de servicios.
Solo me queda animar a los responsables institucionales, empresarios del sector,
movimiento asociativo y profesionales que día a día apoyan y mejoran la calidad
de vida de las personas mayores, a que hagan suyo lo que esta obra propone y la re-
construyan, junto con las personas usuarias y sus familias, trasladando, adaptando y
enriqueciendo con sus ideas las propuestas que este texto nos ofrece. Animo a hacer
realidad este modelo en los escenarios cotidianos de cuidados, y por tanto, espacios
de vida, donde las personas nos relacionamos.
Este es un manual que pretende generar reflexión, servir de orientación y forta-
lecer la calidad de los procesos asistenciales, entendiendo ésta desde la mejora de la
calidad de vida de las personas usuarias. Si alguno de estos objetivos se ven cumpli-
dos, habrá merecido la pena.
GEMMA ZABALETA ARETA
Consejera de Empleo y Asuntos Sociales
7
AGRADECIMIENTOS DE LAAUTORA
Revisión externa de la Guía
Esta guía ha incorporado los comentarios y las sugerencias que este grupo de
expertos y expertas realizaron a la misma tras la lectura de una primera versión.
Con estas aportaciones este trabajo se ha visto enriquecido y sustancialmente mejo-
rado tanto en sus contenidos como en su formato. Mi enorme agradecimiento a to-
dos ellos por su esfuerzo e implicación.
• Ana Agirre Agirre. Responsable de formación, docencia y publicaciones de
Matía Innova. Fundación MATÍA.
• Pura Díaz Veiga. Investigadora. Fundación INGEMA.
• M.ª Isabel Genua Iturria. Directora asistencial y de Innovación. Fundación MATÍA.
• Marije Goikoetxea Iturregui. Profesora de ética de la Universidad de Deusto.
Presidenta del Comité de ética de intervención social de Bizkaia.
• Pilar Rodríguez Rodríguez. Experta en gerontología. Directora de la colección
«Gerontología Social» de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
• Mayte Sancho Castiello, Directora científica. Fundación MATIA-INGEMA.
• José Javier Yanguas Lezuán. Director Fundación INGEMA.
Otros agradecimientos
Este trabajo no solo es producto de la revisión temática efectuada sino de años
de trabajo con las personas mayores y de reflexiones compartidas con colegas, ami-
8
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
gos y amigas, profesionales de atención directa, responsables de servicios, familias
y personas usuarias.
Mi especial agradecimiento:
• A las muchas personas mayores que he tenido ocasión de conocer y poder es-
cuchar; también a sus familias.
• A todos los profesionales de atención directa de los centros y servicios que de
una forma u otra han compartido sus dificultades cotidianas y sus respuestas.
• A Fundación Matía por apostar por nuevos modelos en la intervención geron-
tológica, y especialmente a Mayte Sancho, por haber confiado en mí este tra-
bajo que tanto me ha hecho y me sigue haciendo reflexionar.
• Al Gobierno del País Vasco por su apoyo al proyecto y por incluir esta guía en
su colección Gizartea Hobetuz / Documentos de Bienestar Social.
9
ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
CAPÍTULO I. ¿Qué es la atención gerontológica centrada en la persona? 19
1. La dignidad de la persona como punto de partida . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2. Los modelos de atención centrada en la persona . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.1. Referentes y principales desarrollos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.2. Lo que aportan frente a otros enfoques . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3. La atención gerontológica centrada en la persona . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.1. Definición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.2. Principios rectores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.3. El momento del ciclo vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3.4. Asuntos importantes en la aplicación del modelo y algunas caracte-
rísticas de su metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
CAPÍTULO II. Primer asunto importante: la atención personalizada desde
la autonomía y la independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Idea 1. Trabajamos con personas. Reconocemos su singularidad . . . . . 47
Idea 2. Trabajamos con personas. Promocionamos su autonomía. . . . . 49
Idea 3. Trabajamos con personas. Creamos entornos flexibles, facilita-
dores y proveedores de apoyos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
10
2.2. Instrumentos valiosos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
2.3. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
CAPÍTULO III. Segundo asunto importante: lo privado, lo íntimo y la con-
fidencialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Idea 1. Trabajamos con personas. Protegemos su honor y su intimidad 113
Idea 2. Trabajamos con personas. Construimos relaciones asistenciales
basadas en la confianza y en el respeto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Idea 3. Trabajamos con personas. Garantizamos la confidencialidad . . . 116
2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
CAPÍTULO IV. Tercer asunto importante: lo propio, lo cotidiano, lo sig-
nificativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Idea 1. Trabajamos con personas. Buscamos su bienestar en el día a día 137
Idea 2. Trabajamos con personas. Creamos entornos significativos . . . . 138
Idea 3. Trabajamos con personas. Damos oportunidades de empodera-
miento e integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
CAPÍTULO V. Cuarto asunto importante: las familias . . . . . . . . . . . . . . . 157
1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Idea 1. Trabajamos con personas. Valoramos la importancia de las fa-
milias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Idea 2. Trabajamos con personas. Facilitamos la participación de las
familias en el cuidado profesional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
11
Idea 3. Trabajamos con personas. Intervenimos también con las fa-
milias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
CAPÍTULO VI. Quinto asunto importante: lo organizativo y los profesio-
nales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Idea 1. Trabajamos con personas. Armonizamos organización y trato
personalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Idea 2. Trabajamos con personas. Nos relacionamos desde nuevos roles
profesionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
Idea 3. Trabajamos con personas. Promovemos cambios para ganar en
calidad de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
Nota final: Y todo esto ¿merece la pena? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Referencias bibliográficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
13
INTRODUCCIÓN
Desde que el psicoterapeuta norteamericano Carl Rogers planteara las bases de
la terapia centrada en el cliente, este enfoque, caracterizado fundamentalmente por
ser una intervención no directiva donde la persona se convierte en actor activo de
su cambio, ha tenido aplicaciones en diversos ámbitos. La educación centrada en el
alumno, la medicina centrada en el paciente, la planificación centrada en la persona
en el ámbito de la discapacidad o incluso en el mundo empresarial, el marketing y
su orientación hacia el cliente, son algunos ejemplos. Estos desarrollos tienen en co-
mún una pretensión: dar un papel central a la autonomía de los sujetos a quienes van
dirigidas las actuaciones profesionales.
Los principios que habitualmente definen la atención gerontológica: personali-
zación, integralidad, promoción de la autonomía y la independencia, participación,
bienestar subjetivo, privacidad, integración social, continuidad, entre otros, son ha-
bitualmente enunciados y aceptados. Sin embargo, la concreción de ellos en el día a
día de los servicios y centros, muchas veces sujetos a numerosas normas organizati-
vas, condiciones laborales y rutinas asistenciales, queda pendiente o se tropieza con
importantes dificultades.
Tiene en sus manos una guía titulada la ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA
EN LA PERSONA, como modelo de atención para mejorar la calidad de vida de las
personas mayores en situación de fragilidad o dependencia usuarias de los servicios
y centros de atención sociosanitaria. Pretende contribuir a un necesario cambio en el
enfoque de la intervención gerontológica, situando en el centro de atención a la per-
sona mayor, permitiendo su autonomía, potenciando su independencia y destacando
el papel terapéutico de lo cotidiano y lo significativo para cada individuo.
Se trata de una herramienta para facilitar la aplicación de este modelo de aten-
ción en el día a día de los contextos de cuidados y procesos asistenciales. Se dirige
14
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
tanto a orientar servicios (ayuda a domicilio, cuidados diversos) como a los centros
(de día, residenciales), con independencia de que algunos de los contenidos de esta
guía hayan sido elaborados pensando en la mayor complejidad organizativa que tie-
nen estos últimos.
Optar por un modelo de atención centrada en la persona demanda una nueva
concepción de los papeles y relaciones de quienes tomamos parte en el proceso de
atención (personas usuarias, familias y profesionales, fundamentalmente). También
exige metodologías de intervención acordes a estas nuevas miradas y la revisión y
ajuste de algunos sistemas organizativos.
El propósito de esta guía es presentar a los profesionales de atención directa las
bases conceptuales de este modelo de atención así como elementos metodológicos
que faciliten su traslado a la intervención cotidiana en los servicios y centros. Para
ello, se organiza en torno a seis capítulos.
El primer capítulo, de carácter introductorio, resume las bases conceptuales de
LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA. Se recoge su definición,
sus principales referentes y desarrollos, los principios rectores en que se basa y sus
características más relevantes.
El resto de capítulos se dedica a lo que se ha denominado Asuntos importantes
para la concreción de este modelo en los recursos formales de atención a personas
mayores en situación de fragilidad o dependencia. Concretamente, a lo largo de esta
guía se tratan cinco asuntos importantes:
• La atención personalizada desde la autonomía y la independencia (capítulo II).
• Lo privado, lo íntimo y la confidencialidad (capítulo III).
• Lo propio, lo significativo, lo cotidiano (capítulo IV).
• Las familias (capítulo V).
• Lo organizativo y los profesionales (capítulo VI).
Estos cinco capítulos presentan una estructura similar procurando ser pedagó-
gicos y permitir a los equipos técnicos una fácil consulta. Comienzan con un testi-
monio por parte de profesionales en relación al asunto tratado con la pretensión de
suscitar reflexión. Siguen con una breve introducción y el planteamiento de algunas
preguntas a las que se pretende dar respuestas a lo largo del capítulo. Para ello se
realiza un recorrido a través de tres epígrafes:
1. Conociendo y poniendo en valor. En este primer apartado, en torno a varias
ideas principales se exponen distintas consideraciones que no solo deben ser
INTRODUCCIÓN
15
conocidas sino reconocidas como valores en la intervención por los equipos
profesionales en relación al asunto importante expuesto.
2. Llevándolo a la práctica cotidiana. Con este segundo epígrafe se pretende
facilitar información sobre cómo hacer efectivas las cuestiones anteriores en
los contextos aplicados. En función de los contenidos relacionados con cada
asunto importante, se incluyen aportaciones referidas a:
• Las principales estrategias metodológicas para trasladar este modelo a la
intervención cotidiana, incorporando varios ejemplos de sus aplicaciones.
• Algunos instrumentos valiosos para llevar a la práctica los elementos y
consideraciones, ofreciendo también ejemplos diversos de su uso.
• Contenidos y pautas para la buena praxis, en relación también a cada
asunto importante.
Es preciso señalar dos cuestiones. Por un lado, que el objetivo no ha sido rea-
lizar una revisión exhaustiva de instrumentos y metodologías sino sencilla-
mente destacar algunos ejemplos positivos que puedan resultar orientativos
para los equipos técnicos. Por otro lado, que aunque se presentan numerosas
herramientas (algunas de gran similitud), no se pretende transmitir la idea de
la necesaria utilización de todas ellas, y mucho menos la de la conveniencia
de aplicarlas a cada persona usuaria. Se trata de dar a conocer distintas posi-
bilidades que permitan construir con cada persona usuaria una metodología
que se adapte a sus características.
3. Los riesgos del día a día. En este tercer apartado se señalan algunos aspectos
o circunstancias a las que deberemos prestar especial atención en el día a día
para evitar distanciamientos con el modelo. Se ha pretendido identificar los
«puntos negros» más frecuentes ante los que los profesionales hemos de es-
tar más alerta en relación a cada asunto importante. Los documentos «¡Cui-
dado con!» incluidos en cada capítulo se han elaborado con el propósito de
alertar sobre algunos riesgos.
Antes de meternos de lleno en la lectura o consulta de esta guía debemos ser
conscientes que avanzar hacia servicios y centros orientados a la persona es algo
posible pero no es un camino exento de dificultades. Requiere implicación y com-
promiso por parte de los responsables de los recursos y también por parte de los
equipos técnicos, ya que introduce una forma diferente de ver a las personas mayo-
res usuarias de los servicios y nuevos modos de relacionarse e intervenir. Apela a
una actitud individual de apertura al cambio, partiendo de lo que venimos haciendo
bien, que son muchas cosas, pero con ánimo de revisión y de incorporar a nuestros
«modos de hacer» nuevas propuestas.
16
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
Esta guía es un instrumento que trata de aportar a gestores y a profesionales
conceptualización y metodologías que orienten la gestión de la organización hacia
un modelo de atención centrada en las personas. Pero orientándolo no solo hacia las
necesidades de las personas sino también hacia sus derechos y preferencias.
Ha de ser entendida como un recurso de apoyo que puede ser de gran utilidad,
pero sin olvidar que las propuestas que aquí se recogen han de ser trasladadas a cada
realidad, integrándolas en la gestión de cada centro o servicio y contando con la im-
plicación de todos los protagonistas. Un cometido que necesariamente ha de ser rea-
lizado desde cada organización, logrando una visión compartida y basada en el re-
conocimiento de los derechos de las personas.
Esta guía…
No pretende:
• Detallar un modelo de gestión de centro o servicio.
• Restar importancia a las competencias propias de cada profesional ni a los conoci-
mientos de las distintas disciplinas necesarios para una atención integral.
• Cuestionar los programas de intervención y terapias ya validados.
• Convertirse en una propuesta metodológica cerrada ni mucho menos definitiva.
• Realizar un inventario exhaustivo de todos los instrumentos u opciones técnicas exis-
tentes.
• La aplicación uniforme de metodologías para las personas.
Sí pretende:
• Aportar elementos conceptuales y alternativas metodológicas que permitan avan-
zar hacia una atención orientada a la calidad de vida de las personas y a sus dere-
chos.
• Señalar nuevas formas de trabajo en el que los equipos se impliquen y construyan,
junto con las personas usuarias y en su caso las familias, intervenciones técnicas
acordes al modelo y a la realidad de cada contexto asistencial.
• Orientar, dar pistas sobre opciones metodológicas e instrumentos que ayuden a
construir planes de atención adaptados a cada persona usuaria.
• Generar reflexión en torno a las buenas prácticas y a los riesgos de las interven-
ciones cotidianas de modo que haya coherencia entre los principios rectores de la
gerontología y la intervención profesional como contexto dinámico de interacción
social.
INTRODUCCIÓN
17
Como no podría ser de otro modo, esta guía no está concebida como un docu-
mento definitivo. Pretende permanecer actualizada y estar abierta a sugerencias y a
nuevas ideas en la atención a las personas mayores.
Por ello, la autora agradece el envío de propuestas, comentarios, observaciones
así como las dificultades halladas en la implantación del modelo. Ello, sin duda,
ayudará a mejorar sus contenidos en sucesivas revisiones.
m.teresa.martinezrodriguez@asturias.org
Capítulo I
¿QUÉ ES LAATENCIÓN
GERONTOLÓGICA CENTRADA
EN LA PERSONA?
21
1. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA COMO PUNTO DE PARTIDA
Dignidad deriva del adjetivo latino dignus y se traduce por «valioso». El con-
cepto de dignidad se basa en el «reconocimiento de la persona como valiosa en sí
misma por el mero hecho de su condición humana». Toda persona, independien-
temente de sus características individuales (sexo, edad, raza, condiciones físicas y
psicológicas), situación económica, social y cultural, así como de sus creencias o
formas de pensar, es por tanto, merecedora de respeto.
La Atención Gerontológica Centrada en la Persona es un modelo de aten-
ción que asume, como punto de partida, que las personas mayores, como seres
humanos que son, merecen ser tratadas con igual consideración y respeto que
cualquier otra, desde el reconocimiento de que todas las personas tenemos igual
dignidad.
Las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia son especial-
mente vulnerables a recibir un trato que no respete su dignidad.
La definición de dignidad no es algo objetivo, al depender en último término de
dónde cada persona sitúa la frontera sobre lo que considera digno o indigno. El con-
cepto de dignidad lo delimitan los consensos sociales, los derechos recogidos en la
legislación vigente, pero también los límites desde donde cada individuo conforma
su propio concepto de dignidad.
En lo que atañe a la atención profesional a las personas en situación de fragili-
dad o dependencia, el trato digno implica buscar la conjunción de las dos dimensio-
nes de la capacidad personal: la autonomía y la independencia. La autonomía como
derecho y capacidad de controlar la propia vida, y por tanto como término opuesto a
heteronomía. La independencia como desenvolvimiento en la vida cotidiana, y por
tanto, como término opuesto a dependencia.
El trato digno en la atención a las personas mayores en situación de dependen-
cia se traduce en buscar el máximo beneficio terapéutico y la máxima independencia
22
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
y control de la vida cotidiana posibles, desde el marco de la atención integral y de
la calidad de vida de los individuos. Y se concreta en aspectos de la atención coti-
diana como: a) el bienestar físico y emocional, b) el respeto y apoyo a las propias
decisiones y preferencias en relación con la vida cotidiana, c) la promoción de la in-
dependencia desde la creación de entornos físicos y sociales facilitadores, d) la pro-
tección y garantía de la intimidad y la privacidad, e) la protección de la propia iden-
tidad y el cuidado de la imagen personal, f) el fomento de la inclusión social o g) el
respeto a la edad adulta.
2. LOS MODELOS DE ATENCIÓN CENTRADA EN LA PERSONA
La búsqueda de la atención individualizada no es algo nuevo en la intervención
social. Tampoco es algo que, por mucho que figure en nuestros objetivos de trabajo,
se consiga fácilmente.
La principal característica que define a los modelos de atención orientados en
la persona, frente a otros modelos tradicionalmente diseñados desde la óptica de los
servicios, es que se reconoce el papel central de la persona usuaria en su atención
y, en consecuencia, se proponen estrategias para que sea ella misma quien realmente
ejerza el control sobre los asuntos que le afectan. Esta es la principal aportación y lo
realmente innovador de estos modelos frente a los que se orientan a los servicios, en
los que aun estando entre sus objetivos la atención individualizada, el sujeto tiene
un papel más pasivo y se sitúa como receptor de servicios, siendo los profesionales
desde su rol de expertos quienes prescriben lo más adecuado a sus necesidades indi-
viduales.
En primer lugar, repasaremos brevemente los principales referentes y desarro-
llos de los modelos orientados a las personas. En segundo lugar, lo que éstos apor-
tan frente a otros enfoques.
2.1. REFERENTES Y PRINCIPALES DESARROLLOS
2.1.1. La psicología humanista y la terapia centrada en el cliente
de Carl Rogers
La psicología humanista surge en el siglo XX como «una tercera fuerza» fren-
te a las dos corrientes entonces prevalentes: el conductismo y el psicoanálisis. La
psicología humanista pretende alejarse de una visión reduccionista, mecanicista y
determinista del ser humano. Este es más que la suma de sus partes, lleva a cabo su
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
23
existencia en un contexto humano, es consciente, tiene capacidad de elección y es
intencional.
Esta corriente supuso la defensa y recuperación de conceptos como el de subje-
tividad, el de experiencia vital o el de construcción de significados. Cabe destacar
algunas asunciones de las que la psicología humanista parte y que tienen una espe-
cial relevancia para los procesos de intervención social:
a) el interés por centrarse en la persona y en el significado que ésta otorga a su
propia experiencia;
b) la dignidad de la persona como valor central;
c) la atención a las características específicamente humanas como la capacidad
de decidir, la creatividad o la necesidad de autorrealización:
d) el interés en el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona;
e) la idea de la persona tanto en relación a cómo se descubre a sí misma, como
en su interdependencia con los otros (individuos y grupos).
Carl Rogers (1902-1987) fue uno de los autores principales de este movimiento.
Su principal contribución fue su método terapéutico: la terapia centrada en el clien-
te, también denominada terapia no directiva.
La terapia centrada en el cliente parte de la hipótesis central de que el individuo
posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el cambio del concepto
de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido. Apuesta por la de-
nominación «cliente» frente a «paciente», ya que el cliente permanece con la res-
ponsabilidad y libertad sobre el proceso terapéutico como un agente activo, en con-
traposición al paciente que mantiene una posición más pasiva.
El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes psicológicas favorables
para que la persona pueda explotar dichos medios. En esta terapia cabe destacar dos
características: la confianza radical en la persona y el rechazo al papel directivo del
terapeuta.
Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del tera-
peuta para el buen resultado de la terapia. Destaca tres:
a) La aceptación incondicionalmente positiva de la persona en búsqueda de
ayuda. El terapeuta acepta sin condición alguna la manera en que la persona
está dispuesta a revelarse y demostrarse en la relación frente al terapeuta.
b) La empatía, es decir, la capacidad del terapeuta de entrar en el mundo del
cliente, de ponerse en su lugar y llegar a comprender sus vivencias.
24
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
c) La autenticidad o congruencia, que permiten al terapeuta el diálogo since-
ro y constructivo con el cliente. El terapeuta sigue siendo un experto, pero
se comunica también como ser humano al servicio del cliente que busca
ayuda.
Enfatizar la importancia de la actitud del terapeuta y del modo de relacionarse
con el cliente, es una de las grandes aportaciones de Rogers, como condición nece-
saria para favorecer el proceso de cambio y de desarrollo del ser humano.
La visión de la persona y del proceso de interacción profesional/cliente de
la Terapia Centrada en el Cliente han suscitado gran interés en diversos campos
profesionales y este enfoque ha sido trasladado, aunque con diferentes matices, a
otros ámbitos de atención donde los profesionales mantienen relaciones de ayuda
hacia otros.
En el ámbito educativo se hace mención a la atención centrada en el alumno/a.
Una corriente pedagógica que sitúa en el centro al alumno, entendiéndolo como per-
sona donde los factores afectivos y sociales tienen tanta importancia como los cog-
nitivos. Su apuesta es alcanzar el aprendizaje significativo. Ello se logra partiendo
de lo que el alumno conoce, de sus intereses y especialmente de su mundo afectivo.
Esta visión implica una revisión en profundidad de los métodos educativos donde
en muchas ocasiones sucede lo contrario: es el alumno el que debe adaptarse y «lo-
grar» adquirir conocimientos que en no pocas ocasiones se sitúan muy alejados de
éste. La educación centrada en el alumno requiere condiciones y actitudes en el edu-
cador; éste se convierte en facilitador del aprendizaje alejándose del rol tradicional
donde el docente es quien sabe y decide cómo ha de enseñar.
En el ámbito de salud cada vez es más frecuente el término de la medicina
centrada en el paciente, introducido por Balint, en contraposición a la medicina
centrada en la enfermedad. La atención sanitaria centrada en la persona enfatiza
elementos como: la exploración en conjunto de la enfermedad y de la experiencia
de la enfermedad o dolencia; la comprensión de la persona en forma integral y en
su contexto; la búsqueda del diálogo y entendimiento entre el profesional sanita-
rio y el paciente; compartir el control y la responsabilidad del proceso de atención
y la construcción de un vínculo y el desarrollo de una relación médico-paciente.
Todo ello demanda en el profesional habilidades que permitan una comunicación
efectiva.
Este enfoque ha sido también trasladado a la atención a personas con necesida-
des especiales (discapacidad, dependencia). Concretamente la Planificación Centra-
da en la Persona, enfoque y metodología al que se hace referencia en distintas oca-
siones en esta guía, por su interés, será abordado con posterioridad con algo más de
detalle.
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
25
2.1.2. Los principios rectores en la intervención social
Otro importante referente de los modelos orientados a la persona lo constituyen
el conjunto de principios rectores que con frecuencia son enunciados en la interven-
ción social.
Desde esta perspectiva se insiste en que toda intervención social ha de estar ne-
cesariamente sustentada en un modelo donde se propongan una serie de principios
y los correspondientes criterios técnicos de actuación. Ello se considera una cues-
tión imprescindible para lograr intervenciones bien fundamentadas y coherentes en
su aplicación.
Como marco principal, cabe destacar en primer lugar los principios que seña-
la la ética en relación a la práctica asistencial clínica, aplicables también a la in-
tervención social. Desde la ética se enuncian, derivados del principio ontológico
de la dignidad de la persona, otros cuatro principios materiales universales recto-
res de las interacciones sociales: la no maleficencia, la justicia, la autonomía y la
beneficencia.
Principios de la Ética aplicados a las intervenciones gerontológicas
• El principio de no maleficencia obliga a los profesionales de los servicios gerontológi-
cos a no hacer daño (físico, psicológico o social) a la persona mayor ni a sus familia-
res, así como a realizar buenas prácticas en la intervención. En la práctica profesional
diaria esto se traduce en la obligación de realizar aquellas intervenciones que están
indicadas, por suponer beneficios para las personas, y evitar las que están contrain-
dicadas por generar daño o riesgos de lesión para éstas.
• El principio de justicia obliga moralmente a los profesionales de los recursos de
atención a personas mayores a no discriminar a ninguna persona por razones so-
ciales y a distribuir los recursos de forma equitativa entre las personas de similar
necesidad.
• El principio de autonomía dicta a los profesionales de los centros de atención social a
promover y respetar las decisiones de las personas usuarias. Ello implica reconocer el
derecho de las personas mayores a tener y expresar sus propias opiniones, así como
a identificar y llevar a cabo intervenciones basadas en sus valores, creencias y pro-
yectos de vida.
• El principio de beneficencia insta a los profesionales de los recursos de atención
a personas mayores a hacer el bien a éstas. Esto se traduce en procurar el mayor
beneficio para la persona partiendo del concepto subjetivo del bien de la propia
persona mayor, y si este es desconocido, de la mayor calidad de vida objetiva es-
perable.
26
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
Desde la planificación de las políticas sociales es habitual el enunciado de los
principios que delimitan el marco rector de las mismas. Las distintas leyes de servi-
cios sociales, así como sus desarrollos normativos, relatan diversos principios de los
que se deriva, y en este sentido cabría ser descrito, el ideario del buen hacer profe-
sional en este sector.
En esta línea Fernando Fantova señala los principios que han de guiar la buena
praxis profesional en los servicios sociales, citando los siguientes: prevención, enfo-
que comunitario, personalización, sinergia, continuidad de la atención, promoción
de la autonomía, normalización e integración (Fantova 2008).
Por su parte, Pilar Rodríguez, en la descripción de un modelo de atención inte-
gral centrada en las personas en situación de dependencia, destaca un total de siete
principios rectores que deben orientar la intervención, de los cuales, a su vez, se de-
rivan determinados criterios técnicos que han de verse cumplidos en las actuaciones
e interacciones profesionales. Estos principios son: la autonomía, la participación, la
integralidad, la individualidad, la independencia, la inclusión social y la continuidad
en la atención (Rodríguez 2006, 2010).
Principios y criterios en la atención integral centrada
en las personas en situación de dependencia
(Rodríguez 2006, 2010)
PRINCIPIOS
(Relacionados con la persona,
su dignidad y sus derechos)
CRITERIOS DE INTERVENCIÓN DERIVADOS
AUTONOMÍA Diversidad
PARTICIPACIÓN
Accesibilidad
Interdisciplinariedad
INTEGRALIDAD Globalidad
INDIVIDUALIDAD
Flexibilidad
Atención Personalizada
INDEPENDENCIA
Prevención
Rehabilitación
CONTINUIDAD DE LA ATENCIÓN
Coordinación
Convergencia
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
27
2.1.3. El concepto de calidad de vida
Un tercer referente de los modelos de atención centrada en la persona lo
constituyen las aportaciones existentes en torno al concepto de calidad de vida.
El término calidad de vida, a pesar de haber suscitado gran atención por parte
de la investigación, todavía hoy adolece de una insuficiente definición sin exis-
tir suficiente consenso sobre el mismo. De hecho son diversas las definiciones y
modelos explicativos que pretenden dar cuenta de la multidimensionalidad del
concepto Calidad de Vida y de las relaciones que sus componentes mantienen.
Entre ellos cabe citar el modelo ecológico de Lawton, los modelos comporta-
mentales (Kaplan, 1994; Csikszentmihalyi, 1998; Reig, 2000); el modelo de pro-
ceso dinámico (Angermeyer y Kilian, 2000) o el modelo de homeostasis (Cum-
mins, 2000).
Sin entrar en cada uno de ellos, sí cabe poner de relieve la evolución del con-
cepto, que ha ido incorporando progresivamente componentes objetivos y subje-
tivos (Felce y Perry, 1995). La dimensión objetiva recoge todas aquellas variables
que son enunciadas como condiciones objetivas de vida como la vivienda, los ingre-
sos económicos, la salud, la red de apoyo existente o la disponibilidad de recursos
comunitarios. La dimensión subjetiva, por su parte, incluye la satisfacción personal
con relación a estas condiciones de vida, la cual además viene mediatizada por los
valores del individuo.
La organización Mundial de la Salud enfatiza esta dimensión subjetiva del
concepto Calidad de Vida definiéndolo como «la percepción que un individuo tie-
ne de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valo-
res en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas,
sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo
complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de indepen-
dencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de
su entorno».
Por haberse convertido en un referente en relación a las personas con discapa-
cidad, cabe también mencionar el modelo de Schalock quien identifica ocho di-
mensiones de calidad de vida para las personas (Schalock 1996,1997; Verdugo y
Schalock, 2001). Este modelo presenta la calidad de vida como un concepto mul-
tidimensional compuesto por ocho dimensiones diferentes, las cuales, además pue-
den ser formuladas mediante distintos indicadores. Las dimensiones propuestas
por Schalock han sido constatadas en diversos estudios transculturales en el campo
de la salud mental, la educación, la discapacidad, la salud y las personas mayores
(Schalock y Verdugo, 2002).
28
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
Modelo de Calidad de Vida de Schalock y Verdugo, 2002
DIMENSIONES INDICADORES
1. Bienestar Emocional
1. Satisfacción: estar satisfecho, feliz y contento.
2. Autoconcepto: estar a gusto con su cuerpo, con su forma
de ser, sentirse valioso.
3. Ausencia de estrés: disponer de un ambiente seguro, es-
table y predecible, no sentirse nervioso, saber lo que tiene
que hacer y que puede.
2. Relaciones
Interpersonales
4. Interacciones: estar con diferentes personas, disponer de
redes sociales.
5. Relaciones: tener relaciones satisfactorias, tener amigos y
familiares y llevarse bien con ellos.
6. Apoyos: sentirse apoyado a nivel físico, emocional, econó-
mico. Disponer de personas que le ayuden cuando lo nece-
site y que le den información sobre sus conductas.
3. Bienestar Material
7. Estatus económico: disponer de ingresos suficientes para
comprar lo que necesita o le gusta.
8. Empleo: tener un trabajo digno que le guste y un ambiente
laboral adecuado.
9. Vivienda: disponer de una vivienda confortable, donde se
sienta a gusto y cómodo.
4. Desarrollo Personal
10. Educación: tener posibilidades de recibir una educación
adecuada, de acceder a títulos educativos, de que se le en-
señen cosas interesantes y útiles.
11. Competencia personal: disponer de conocimientos y habi-
lidades sobre distintas cosas que le permitan manejarse de
forma autónoma en su vida diaria, su trabajo y su ocio, sus
relaciones sociales.
12. Desempeño: tener éxito en las diferentes actividades que
realiza, ser productivo y creativo.
5. Bienestar Físico
13. Salud: tener un buen estado de salud, estar bien alimenta-
do, no tener síntomas de enfermedad.
14. Actividades de la vida diaria: estar bien físicamente para po-
der moverse de forma independiente y realizar por sí mismo
actividades de autocuidado, como la alimentación, el aseo,
vestido, etc.
15. Atención sanitaria: disponer de servicios de atención sanita-
ria eficaces y satisfactorios.
16. Ocio: estar bien físicamente para poder realizar distintas ac-
tividades de ocio y pasatiempos.
…/…
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
29
…/…
DIMENSIONES INDICADORES
6. Autodeterminación
17. Autonomía/Control Personal: tener la posibilidad de decidir
sobre su propia vida de forma independiente y responsable.
18. Metas y valores personales: disponer de valores personales,
expectativas, deseos hacia los que dirija sus acciones.
19. Elecciones: disponer de distintas opciones entre las cuales
elegir de forma independiente según sus preferencias, por
ejemplo, dónde vivir, en qué trabajar, qué ropa ponerse, qué
hacer en su tiempo libre, quiénes son sus amigos.
7. Inclusión Social
20. Integración y participación en la comunidad: acceder a to-
dos los lugares y grupos comunitarios y participar del mis-
mo modo que el resto de personas sin discapacidad.
21. Roles comunitarios: ser una persona útil y valorada en los
distintos lugares y grupos comunitarios en los que participa,
tener un estilo de vida similar al de personas sin discapaci-
dad de su edad.
22. Apoyos sociales: disponer de redes de apoyo y de ayuda
necesaria de grupos y servicios cuando lo necesite.
8. Derechos
23. Derechos humanos: que se conozcan y respeten sus dere-
chos como ser humano y no se le discrimine por su disca-
pacidad.
24. Derechos legales: disponer de los mismos derechos que el
resto de los ciudadanos y tener acceso a procesos legales
para asegurar el respeto de estos derechos.
2.1.4. La atención sociosanitaria y la gestión de casos
El concepto de atención sociosanitaria nace como respuesta a la necesidad de
atención integral e integrada de las personas mayores, especialmente cuando éstas
precisan de cuidados de larga duración por presentar enfermedades crónicas o en-
contrarse en situaciones de dependencia.
Los modelos y desarrollos desde la perspectiva sociosanitaria en los países de-
sarrollados han sido numerosos, unos apostando por la integración de estructuras,
otros más próximos a la cooperación entre servicios, pero pretendiendo todos ellos
conjugar dos ideas centrales: la continuidad en los cuidados allí donde se produz-
ca la situación de necesidad y la coordinación de la atención sanitaria y social, de
modo que se permita una respuesta adecuada a las necesidades diversas y cambian-
tes de las personas mayores.
30
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
En referencia al actual sistema sanitario español, Bengoa y Nuño, en su publi-
cación Curar y cuidar (Bengoa y Nuño, 2008) alertan sobre la necesidad de liderar
un cambio en el sistema girando de una atención dirigida exclusivamente a la enfer-
medad aguda hacia los pacientes socio-sanitarios, donde las personas mayores y la
gestión de la enfermedad crónica sean objeto de especial consideración. Ponen de
relieve el papel de la innovación desde la puesta en marcha de modelos de atención
proactiva planificados para la gestión de las enfermedades crónicas dando máxima
importancia a la prevención y al seguimiento de los casos por parte del sistema.
En esta línea cabe destacar el Modelo de cuidados continuados (The Chronic
Care Model) formulado por Wagner (Wagner, 1999) desde el cual se incluyen al-
gunas cuestiones relevantes como: adaptar los recursos a las necesidades de los pa-
cientes, potenciar la prevención, la práctica proactiva de los profesionales, favorecer
la autogestión del paciente, la evidencia científica de los procesos estandarizados
o la toma de datos para lograr un cuidado eficiente.
Desarrollos posteriores de este modelo como el modelo expandido de cuida-
dos (The Expanded Chronic Care Model, Barr et al., 2003) o el Modelo de Cuida-
dos Innovadores para las condiciones crónicas (ICCC-Innovative Care for Chronic
Conditions, WHO, 2002), así como modelos que han surgido desde aplicaciones
concretas (el Kaiser Permanente-EE.UU; el PRISMA-Programme de Recherche sur
l’Integration des Services pour le Mantien de l’Autonomie de Québec-Canada; o el
SIPA —Services Intégrés pour Personnes Agées— Montreal-Canadá, entre otros)
suscitan en la actualidad gran interés como alternativas viables paras ser aplicadas
en la atención sociosanitaria que requieren las personas mayores y, especialmente,
quienes se encuentran en situación de dependencia.
Estos modelos, a pesar de exhibir diferencias entre ellos, tienen en común algu-
nos elementos relevantes. Siguiendo la revisión efectuada por Carrillo y cols. (Ca-
rrillo y cols., 2010) en el Informe Claves para la construcción del espacio sociosa-
nitario en España, editado por Antares Consulting, cabe relacionar diversos factores
de éxito en la aplicación de estos modelos, a saber:
a) la segmentación de la población, de modo que se pueda identificar las nece-
sidades de los distintos grupos diana;
b) la figura del gestor de casos, como coordinador del plan de atención e inter-
locutor principal;
c) la protocolización de los procesos asistenciales desde criterios basados en la
evidencia, para uso común entre profesionales y recursos;
d) el abordaje interdisciplinar y el trabajo en equipo;
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
31
e) el uso de las TIC tanto como herramientas para compartir información como
de comunicación con el paciente y entre profesionales;
f) la imbricación de políticas de distinto nivel: macro, meso y micro de la gestión.
De estos elementos citados, nos detendremos en el origen y desarrollo de la ges-
tión de casos (case management) entendiéndolo no como figura profesional sino
como modelo de intervención para la atención personalizada. Porque a pesar de no
existir un único modelo en la gestión de casos, las principales características de sus
diversos desarrollos se han convertido en sugerentes aportaciones para los modelos
de atención centrada en la persona.
El origen de la gestión de casos suele vincularse al movimiento de la desinstitu-
cionalización que se inició en los años cincuenta en EE.UU. y que posteriormente
se extendió por Europa. Dicho movimiento alertaba sobre los efectos negativos del
internamiento en centros como tratamiento a determinados problemas sociales (en-
fermedad mental, infancia, envejecimiento) y proponía como respuesta alternativa
una intervención psicosocial coordinada de diferentes servicios, de modo que se
permitiera a la persona seguir en su propio entorno y lo más integrada posible en la
comunidad. Sin duda, esto supuso un cambio cualitativo de primer orden en la con-
cepción de la intervención social y en el diseño de los recursos.
La gestión de casos, basada en la necesidad de coordinar los recursos comu-
nitarios en respuesta a las necesidades de las personas, ha dado lugar a distintos
desarrollos. Cabe distinguir aproximaciones más centradas en la persona y en sus
intereses, y otras más dirigidas a la búsqueda de la eficiencia del sistema de pro-
visión de recursos. Esta doble apreciación se refleja en las dos siguientes defini-
ciones:
• La Asociación Nacional de Trabajadores Sociales de EE.UU. (National Asso-
ciation of Social Workers, 1992) define la gestión de casos como «un método
de provisión de servicios por parte de un profesional que valora las necesida-
des del cliente, y de su familia cuando sea adecuado, en colaboración con él,
y aconseja, articula, coordina, monitoriza, evalúa y defiende las necesidades
y los intereses de sus clientes y propone un paquete de medidas y/o servicios
acorde a sus necesidades variantes».
• La Case Management Society of America (CMSA) define la gestión de casos
como «un proceso de colaboración en el asesoramiento, planificación, acceso
(o facilitación) y defensa de las opciones y servicios, para encontrar las mejo-
res opciones a las necesidades de salud de los individuos, mediante la comuni-
cación y los recursos disponibles a fin de promover la calidad y la eficacia de
costes en los resultados».
32
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
Los modelos de gestión de casos pueden diferir tanto en sus objetivos, como en
su metodología, en quién o quiénes realizan la función de coordinador, y también
en cómo se entiende la participación del cliente. Sarabia (Sarabia 2007) mencio-
na, en este sentido, cuatro modelos:
a) Modelo asesor (Broker Model). Valora las necesidades y orienta hacia servi-
cios. Sin embargo ejerce escaso acompañamiento y sitúa la responsabilidad
del acceso a los recursos en el cliente o en su familia, sin encargarse de ga-
rantizar su acceso.
b) Modelo de fortalezas (Strengths Model). Se ocupa de las necesidades y de
los deseos de las personas. Identifica las fortalezas de las personas y su obje-
tivo es incrementarlas. Cabe destacar que la dirección de proceso está en el
propio cliente, apoyando que las personas diseñen sus propias metas y las lo-
gren. Busca la disponibilidad de recursos en igualdad de oportunidades para
las personas que los precisan.
c) Modelo PACT (Program for Assertive Community Training). Procedente del
ámbito de salud mental, pretende el manejo de los síntomas y la mejora ins-
trumental, social y familiar de los pacientes y sus familias, prestando apoyo
desde equipos interdisciplinares que actúan en la comunidad sin separar al
paciente de la misma.
d) Modelo terapéutico (Rehabilitation Model). Enfatiza las metas del cliente
frente a las metas del sistema. Presta atención tanto a las capacidades, pero
se fija también en los déficits funcionales, entendiéndolos como barreras
para abordar las metas personales.
Aunque la gestión de casos no responda a un modelo uniforme, cabe subra-
yar las características y elementos comunes que se aprecian en los diferentes de-
sarrollos:
• Otorgan a la persona un lugar central y asumen la necesidad de una atención
individualizada.
• Pretenden lograr la continuidad de los cuidados entre los distintos dispositi-
vos, sistemas y profesionales.
• Incorporan la presencia de un coordinador/a o gestor del caso, figura clave
para permitir tanto un adecuado seguimiento como la imprescindible coopera-
ción dentro de la red de recursos sociales y sanitarios. En este sentido suelen
distinguir la figura del coordinador del caso, diferenciándola de los distintos
profesionales de referencia que pueden coexistir cuando la persona accede a
varios sistemas de atención.
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
33
• Apuestan por el diseño de planes individualizados de atención donde, a modo
de contrato entre usuarios y sistema, se establecen objetivos, actuaciones y se-
guimiento/evaluación de las intervenciones profesionales.
2.1.5. La discapacidad y el enfoque de la Planificación Centrada
en la Persona (PCP)
En este breve recorrido, es obligado mencionar las aportaciones y metodologías
procedentes de la Planificación Centrada en la persona (habitualmente abreviada
como PCP), la cual se ha venido desarrollando y aplicando en el ámbito de la aten-
ción a las personas con discapacidad.
La PCP surge como un movimiento de reivindicación de los derechos de las
personas con discapacidad y, especialmente, en torno a la normalización. Entre los
años 70 y 80, grupos de afectados, familiares y profesionales en países como Cana-
dá, EE.UU. y Reino Unido, generaron una importante reflexión sobre los conceptos,
servicios y modos de intervención hacia las personas con discapacidad. Su principal
propósito era, y es, la defensa de la autodeterminación y la visibilización de las ca-
pacidades de este grupo social, procurando instrumentos y procedimientos que per-
mitan conseguir dichos objetivos.
La PCP ha sido definida como una metodología facilitadora para que la pro-
pia persona con discapacidad, sobre la base de su historia, capacidades y deseos,
planifique las metas que quiere alcanzar para mejorar su vida. Para ello puede ser
necesario, si la persona presenta una grave afectación, el ejercicio de la autodeter-
minación de forma indirecta, es decir mediada por otros, ofreciendo un grupo social
referencial así como los apoyos precisos.
La PCP se sustenta en varias asunciones básicas (López y cols., 2004):
• Ninguna persona es igual a otra, y por tanto la atención individualizada debe
ser el valor central de los servicios que prestan apoyo a las personas.
• La persona es el centro del proceso de planificación. Se parte de sus derechos,
el foco se sitúa en sus capacidades, en sus preferencias y en las elecciones de
las personas. Los apoyos que se precisan para ello cobran la máxima impor-
tancia.
• La interdependencia del sujeto con su red social próxima. La familia y
los amigos son esenciales en el desarrollo del proyecto vital de la persona
con discapacidad y tienen un papel clave en el ejercicio de la autodetermi-
nación.
34
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
• La PCP se entiende como un proceso continuo donde la escucha y el aprendizaje
modulan los cursos de acción. Se trata, por tanto, de un proceso flexible y abierto
al cambio, dispuesto a adaptarse a las diferentes necesidades, deseos y aspiracio-
nes de la personas en las diferentes etapas y circunstancias de su vida.
La puesta en marcha de metodologías basada en la PCP requiere, además de la
anunciada filosofía, un proceso de implementación en el cual cabe destacar: a) la figu-
ra del facilitador del proceso que actúa a modo de coordinador de todo el desarrollo
metodológico, b) la presencia de un grupo de apoyo compuesto por personas rele-
vantes que puedan contribuir a planear el proyecto de vida de la persona con disca-
pacidad, y c) diversos instrumentos metodológicos (mapas de relacionales, biográfi-
cos, de preferencias) diseñados para apoyar dicho proceso.
2.1.6. Enfoques orientados hacia la persona desde los recursos
gerontológicos
También desde la red de recursos de cuidados de larga duración para las perso-
nas mayores asistimos a un progresivo interés por los enfoques que sitúan a éstas y
a sus derechos en el centro de la intervención.
En primer lugar, cabe citar los diseños de servicios y centros alineados con lo
que se conoce como el Modelo Housing, desde el que fundamentalmente se viene
apostando por el desarrollo diversificado de una amplia gama de apoyos y servi-
cios que hagan posible que las personas mayores sigan viviendo en su casa, incluso
cuando éstas presentan niveles importantes de dependencia.
El mayor apoyo de este modelo es el común deseo de las personas de enveje-
cer en casa. Opción preferida porque, en general, favorece la continuidad de vida,
permite estar rodeado de las pertenencias y recuerdos, preserva la independencia y
la privacidad, y además facilita algo muy importante que no siempre en los centros
residenciales se logra: que la persona siga tomando sus propias decisiones y contro-
lando su día a día.
Para los casos en que, por diferentes motivos, la persona mayor no puede seguir
viviendo en su casa, desde el modelo Housing se pretende que la atención tenga lu-
gar en centros que, además de proporcionar los cuidados necesarios, se asemejen lo
más posible al concepto de hogar. La idea no es otra que vivir «fuera de casa, pero
como en casa».
Estos nuevos modelos de alojamientos se iniciaron ya hace varias décadas y van
siendo progresivamente consolidados en algunos países desarrollados (Países Nór-
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
35
dicos, Holanda, Francia, Reino Unido, EE.UU, Canadá, etc.), en respuesta a las ins-
tituciones residenciales mayoritariamente rechazadas por la ciudadanía.
Los modelos de alojamientos alternativos al hogar que pueden enmarcarse den-
tro del modelo Housing buscan garantizar el trato digno y la defensa de los derechos
de las personas mayores, y especialmente de quienes se encuentran en situación de
fragilidad o dependencia y requieren, por tanto, ser cuidadas por otros. Tienen en
común características como las siguientes:
• Combinan la existencia espacios privados que garanticen la intimidad con
otros comunes que potencien la actividad social.
• Permiten y animan a que las personas lleven sus propiedades (muebles, perte-
nencias) para construir un «hogar propio y significativo».
• Apoyan y dan importancia a las actividades cotidianas y significativas.
• Defienden la autodeterminación, el respeto a los proyectos de vida y a las pre-
ferencias de las personas.
• Apuestan por metodologías de planificación centradas en la persona donde las
personas con discapacidades tengan un papel activo en sus cuidados y atención.
Concretamente, desde la Red europea Saumon se impulsaron las Unidades de
Convivencia como recursos de alojamiento para las personas mayores en situación
de dependencia, muchas de ellas con deterioro cognitivo o demencia. Se diseñaron
como alternativos a las clásicas residencias, demostrado frente a éstas su capacidad
para mejorar la calidad de vida de las personas (Leichsenring y cols., 1998; Guisset
y cols., 1998).
Siguiendo la descripción recogida en el Libro Blanco de la Dependencia (Minis-
terio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2004), las Unidades de Convivencia, modelo ya
desarrollado en distintos países europeos y en Norteamérica (se estimaba entonces
unas 400 en toda Europa), se caracterizan fundamentalmente por apostar por:
• Un modo de vida parecido al hogar y un abordaje terapéutico desde la realiza-
ción de las actividades cotidianas y significativas para la persona.
• Una atención personalizada, desde los derechos y deseos de la persona, inclu-
yendo la asunción de ciertos riesgos.
• El apoyo individual para favorecer, desde la acogida, la adaptación de cada
persona y su integración en la unidad.
• La dispensación de servicios sociales y sanitarios desde la red local de la co-
munidad.
36
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
• La atención profesional durante las 24 horas.
• El concepto de vivienda para toda la vida, lo que implica que las personas que
viven allí permanecen, si así lo desean hasta el final, no viéndose obligadas a
trasladarse a otro recurso ante procesos de deterioro.
• Otorgar a las familias un papel central.
En segundo lugar, hay que destacar las aportaciones de Kitwood (Kitwood,
1997) quien desarrolla el concepto de la atención centrada en la persona con de-
mencia, argumentando la urgencia de revisar los modos de atención. Enfatiza la im-
portancia de empatizar con la persona, con sus necesidades y de permitir el desarro-
llo de su independencia, su individualidad y su autonomía el mayor tiempo posible.
Acentúa la importancia del entorno social en relación a la adecuación conductual y
a la reducción de la discapacidad, mostrando la necesidad de capacitar y modificar
las actitudes y abordajes de los profesionales. La falta de compresión y manejo am-
biental adecuado, lo que el propio autor calificaba de «psicología social maligna»,
puede ser la causa de muchas alteraciones de conductas, que no son sino la forma
en que las personas con demencia expresan su malestar.
Junto a sus colegas de la Universidad de Bradford (Bradford Dementia Group,
1997) diseñaron el Dementia Care Mapping, metodología destinada a evaluar la ca-
lidad de la atención en servicios para personas con demencia. Su interés radica en
su pretensión de sintonizar con el punto de vista de las personas con demencias, re-
gistrando desde la observación externa la interacción de los cuidadores con éstas. El
sistema de observación identifica tanto los detractores como los potenciadores per-
sonales, permitiendo, una vez registrados éstos, establecer líneas de mejora para fa-
vorecer el bienestar de las personas usuarias a través de la modificación ambiental y
principalmente desde una interacción más positiva de los profesionales.
Finalmente, cabe decir que hasta la fecha, en España los modelos de servicios
centrados en la persona han tenido un escaso desarrollo en el campo de la geronto-
logía.
Sin embargo, existen algunas iniciativas pioneras que, por su valor ejemplar, es
de justicia nombrar. Este ha sido el caso de la puesta en marcha de un número limi-
tado de Unidades de Convivencia en distintas localidades como las de Donostia-San
Sebastián (F. Matía), Torrijos-Toledo o Lanzarote, entre otras. También hay que se-
ñalar que se han llevado a cabo experiencias muy variadas para la mejora de la cali-
dad de vida tanto en centros residenciales como de atención diurna; en unas ocasio-
nes apostando por la atención personalizada en recursos de capacidad muy reducida,
en otras incorporando el diseño de módulos de convivencia independientes en cen-
tros de mayor tamaño.
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
37
2.2. LO QUE APORTAN FRENTE A OTROS ENFOQUES
Cuando nos acercamos por primera vez a modelos o metodologías centrados en
la persona, pueden surgir preguntas como las siguientes: ¿la individualización no es
algo que habitualmente guía la intervención social?, ¿qué otra cosa sino las perso-
nas mayores son el centro de las intervenciones gerontológicas?, ¿acaso no es lo que
venimos buscando en los recursos sociosanitarios desde hace tiempo?
Los modelos de atención centrada en la persona aportan una visión radicalmente
diferente de otros abordajes más clásicos, aunque éstos también busquen la atención
individualizada. Van más allá de la atención habitual, aportando una mirada que pro-
fundiza en la idea de lo individual ligada necesariamente a la autonomía personal y
a la gestión de la vida cotidiana, donde tiene una influencia determinante el plan de
atención que se diseña, y cómo éste se construye desde un determinado servicio.
Sevilla y cols. (Sevilla y cols., 2009) enumeran con claridad las principales dife-
rencias existentes entre los modelos más tradicionales, habitualmente centrados en
los servicios, y lo que aportan los modelos centrados en la persona.
Diferencia entre los modelos de atención*
MODELOS CENTRADOS EN LA PERSONA MODELOS CENTRADOS EN EL SERVICIO
Sitúan su foco en las capacidades y habili-
dades de la persona.
Se centran en los déficits y necesidades;
tienden a etiquetar.
Su intervención es de macronivel (plan de
vida).
Intervienen a micronivel (conductas deter-
minadas, patologías).
Se comparten decisiones con usuarios,
amigos, familia, profesionales.
Las decisiones dependen fundamental-
mente de los profesionales.
Ven a la gente dentro de su comunidad y
de su entorno habitual.
Encuadran a la gente en el contexto de los
servicios sociales.
Acercan a la gente descubriendo experien-
cias comunes.
Distancian a la gente enfatizando sus dife-
rencias.
Esbozan un estilo de vida deseable, con un
ilimitado número de experiencias deseables.
Planean la vida compuesta de programas
con un número limitado de opciones.
Se centran en la calidad de vida. Se centran en cubrir las plazas que ofrece
un servicio.
Crean equipos de PCP para solucionar los
problemas que vayan surgiendo.
Confían en equipos estándares interdisci-
plinarios.
…/…
38
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
…/…
MODELOS CENTRADOS EN LA PERSONA MODELOS CENTRADOS EN EL SERVICIO
Responsabilizan a los que trabajan directa-
mente para tomar buenas decisiones.
Delegan el trabajo en los que trabajan di-
rectamente.
Organizan acciones en la comunidad para
incluir usuarios, familia y trabajadores.
Organizan reuniones para los profesiona-
les.
Responden a las necesidades basándose
en responsabilidades compartidas y com-
promiso personal.
Responden a las necesidades basándo-
se en la descripción de los puestos de tra-
bajo.
Los servicios pueden adaptarse y respon-
der a las personas. Los recursos pueden
distribuirse para servir a los intereses de la
gente.
Los servicios no responden a las necesi-
dades individuales. Están limitados a un
menú fijado previamente. Mantienen los in-
tereses profesionales.
Las nuevas iniciativas valen la pena incluso
si tienen un pequeño comienzo.
Las nuevas iniciativas solo valen si pueden
implantarse a gran escala.
Utilizan un lenguaje familiar y claro. Manejan un lenguaje clínico y con tecnicis-
mos.
* Algunas características de los modelos de atención, según estén centrados en la persona o en el servicio. Resumi-
do y adaptado de Sevilla J; Abellán R; Herrera G; Pardo C; Casas X; Fernández R (2009).
Esta mirada comparativa resulta ilustrativa y es capaz de generar reflexión; sin
embargo, es importante matizar lo siguiente: apostar por modelos centrados en la
persona no pasa por renunciar a los conocimientos contrastados, a los programas,
estrategias e instrumentos validados que venimos aplicando. Los modelos que habi-
tualmente venimos utilizando aportan conocimientos, protocolos, programas, siste-
mas de gestión, técnicas e instrumentos estandarizados que contribuyen al rigor y a
la sistematización de las intervenciones.
Se trata, por tanto, de compaginar los procedimientos e intervenciones ya
contrastados con una nueva visión que permita ubicar a la persona en el centro
de los procesos asistenciales, posibilitando su rol activo y entender la atención
desde la coordinación de apoyos de su entorno. Para ello será preciso incluir nue-
vas estrategias, técnicas e instrumentos que nos abran otras puertas, otros modos
de hacer. Este es el reto que nos ocupa. Lo cual hace preciso profundizar, pero
partiendo del conocimiento existente y de las prácticas validadas que hoy por
hoy nos resultan valiosos. No se trata, por tanto, de iniciar un camino de «des-
profesionalización», sino todo lo contrario, de adquirir un «plus» de profesiona-
lización, que pasa por revisar los métodos que venimos manejando e integrar en
éstos nuevas propuestas.
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
39
3. LAATENCIÓN GERONTOLÓGICACENTRADAEN LAPERSONA
3.1. DEFINICIÓN
La Atención Gerontológica Centrada en la Persona puede ser definida como un
enfoque de la intervención, como una metodología de intervención y, desde una vi-
sión más amplia, como un modelo de atención.
La Atención Gerontológica Centrada en la Persona:
• Es un enfoque de la atención donde la persona, desde su auto-determinación en
relación a su calidad de vida, es el eje central de las intervenciones profesionales.
• Como metodología, aporta un conjunto de técnicas e instrumentos que facili-
tan la intervención personalizada y orientada a la persona.
• Como modelo, partiendo del reconocimiento de la dignidad de todo ser huma-
no, busca la autodeterminación y la mayor independencia posible de las per-
sonas mayores en situación de fragilidad o dependencia en su proceso de aten-
ción para así mejorar su calidad de vida y su bienestar subjetivo.
Esta guía propone la Atención Gerontológica Centrada en la Persona como un
modelo, y para ello integra y desarrolla a lo largo de la misma cuatro elementos:
a) Los principios rectores, enunciados en referencia a las personas, que orientan
de forma genérica los objetivos de las intervenciones y los criterios técnicos.
b) Los asuntos importantes y consideraciones en que se concretan los principios
rectores en relación con los agentes y contextos de intervención cotidiana.
c) Las opciones metodológicas (estrategias, técnicas a instrumentos de inter-
vención) acordes a los principios y consideraciones.
d) Las pautas y contenidos para la buena praxis, incluyendo la identificación
de los riesgos en el día a día.
3.2. PRINCIPIOS RECTORES
Siguiendo en líneas generales la propuesta de principios rectores en el modelo
de atención integral en las personas en situación de dependencia propuesto por Pilar
Rodríguez, La Atención Gerontológica Centrada en la Persona se orienta en los si-
guientes principios (Adaptado de Rodríguez 2006, 2010):
• Dignidad. Las personas mayores, con independencia del estado en que se en-
cuentren con respecto a sus capacidades, tienen derecho al respeto a su dife-
40
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
rencia, y a ser consideradas como seres valiosos y merecedores de respeto al
igual que el resto de seres humanos. A este principio fundador, le acompañan
otros más que a continuación se enuncian.
• Competencia. Las personas mayores tienen capacidades, con independencia
de los apoyos que precisen, para desarrollar, en mayor o menor grado, actua-
ciones competentes.
• Autonomía. Las personas mayores tienen derecho a mantener el control de su
propia vida, y por tanto, a actuar con libertad.
• Participación. Las personas mayores tienen derecho a estar presentes en la
toma de decisiones que afecten al desarrollo de su vida.
• Integralidad. La persona es un ser multidimensional en el que interactúan as-
pectos biológicos, psicológicos y sociales.
• Independencia. Las personas mayores tienen derecho a mantener el mayor
grado de independencia posible en su vida cotidiana y a recibir apoyos diver-
sos y adaptados a su situación que minimicen su dependencia de los demás.
• Individualidad. Todas las personas son iguales en cuanto al ejercicio de sus
derechos de ciudadanía pero cada una de ellas es única y diferente.
• Inclusión social. Las personas mayores son miembros activos de la comuni-
dad y ciudadanos con derechos. Por ello, han de tener acceso y posibilidad de
disfrutar de los recursos comunitarios en igualdad con el resto de la población.
• Bienestar. Las personas mayores han de tener acceso a programas dirigidos a la
promoción de su salud y a la mejora de su bienestar personal (físico, material
y emocional). Las personas en situación de fragilidad o dependencia, incluso
cuando presenten grados importantes de afectación y discapacidad, tienen dere-
cho a recibir apoyos que mejoren su situación y su bienestar subjetivo.
• Continuidad de la atención. Las personas mayores en situación de fragilidad o
dependencia deben tener acceso a los apoyos que precisan de manera continuada
y adaptada permanentemente a las circunstancias cambiantes de su proceso.
3.3. EL MOMENTO DEL CICLO VITAL
La mayor parte de desarrollos metodológicos procedentes de enfoques centrados
en la persona proceden de aplicaciones de otros contextos (educación, discapacidad
intelectual, mujeres, minorías étnicas, etc.) donde con frecuencia se trabaja con
otros grupos de edad: menores, jóvenes y adultos jóvenes.
¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
41
La aplicación de estos enfoques a personas mayores es muy reciente y los su-
puestos básicos de estas metodologías son válidos para quienes tienen más edad.
Cuestiones como el respeto al proyecto vital y a los deseos futuros, la atención a las
preferencias de cada individuo sobre los cuidados o la organización de la vida coti-
diana, resultan también trascendentales para las personas mayores.
Sin embargo, la aplicación de estas metodologías a personas mayores de edad
avanzada puede requerir ciertas adaptaciones, en cuanto que el momento vital y los
planteamientos de futuro (integración social, laboral, etc.) difieren de quienes tie-
nen menos años y un proyecto vital completo pendiente de conducir y completar.
En los proyectos de vida de los niños, de las personas jóvenes, e incluso adultas,
cobra gran importancia el factor de futuro y de desarrollo personal integral. Por ello
estas metodologías subrayan con fuerza asuntos como los sueños o deseos, los pla-
nes de futuro, teniendo gran importancia los ámbitos que permiten una vida más in-
dependiente y desarrollo personal como el trabajo, las relaciones de pareja o la vida
independiente del ámbito familiar.
En este sentido, los proyectos vitales de las personas mayores se diferencian de
quienes tienen menos años en que se sitúan al final del ciclo vital y muchos de estas
metas de vida que empujan a los más jóvenes, bien ya se han visto cumplidas o bien
no tienen el mismo valor. Reconocer esto no significa renunciar a los deseos de las
personas mayores ni obviar la dimensión de futuro que también éstas tienen; no obs-
tante, es preciso no perder de vista que, frente a los planes de futuro, cobran mayor
importancia en el diseño de las metodologías e instrumentos, objetivos como favo-
recer la continuidad del proyecto vital o la validación emocional de los mismos.
3.4. ASUNTOS IMPORTANTES EN LAAPLICACIÓN DEL MODELO
Y ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE SU METODOLOGÍA
La aplicación de los principios rectores previamente enunciados en los contex-
tos de cuidados no se ve exenta de dificultades. La insuficiente formación de algunos
equipos, la falta de coherencia en las metodologías e intervenciones, la rutina cotidia-
na, o las limitaciones que en ocasiones impone la organización del centro pueden ha-
cer que los principios y valores se queden en simples declaraciones de intenciones.
En esta guía se revisan cinco asuntos importantes en la aplicación del modelo
en el día a día de la intervención gerontológica. Son los siguientes:
• La atención personalizada desde la autonomía y la independencia.
• Lo privado, lo íntimo y la confidencialidad.
• Lo propio, lo significativo, lo cotidiano.
42
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
• El papel de las familias.
• Lo organizativo y los nuevos roles de los profesionales.
Partiendo del reconocimiento de que trabajamos con personas, en torno a estos
cinco asuntos se enuncian las principales ideas y consideraciones que este modelo
de atención incorpora como asunciones básicas a contemplar en la intervención co-
tidiana y se ofrecen aportes metodológicos diversos para apoyar su concreción en
los procesos asistenciales.
Para finalizar este primer capítulo introductorio, es preciso resaltar algunas ca-
racterísticas de las metodologías que se proponen, ya que contienen elementos di-
ferenciadores de las técnicas e instrumentos clásicos con los que venimos trabajan-
do. En este sentido, cabe destacar que el modelo y las metodologías que propone la
Atención Gerontológica Centrada en la Persona:
• Demandan nuevos conocimientos y competencias profesionales. Hay que in-
sistir en que no es un modelo des-profesionalizado. Aporta un nuevo «modo
de vida» en la práctica profesional, que requiere tanto de competencias pro-
fesionales específicas y conocimientos de cada una de las disciplinas que in-
tervienen en el proceso de intervención gerontológica, como de otras más
transversales y comunes a todo el equipo que permitan a la persona usuaria el
máximo control posible de su proceso de atención y de su vida.
• Conforman un conjunto de herramientas para utilizar de una forma flexible y
siempre adaptada a cada persona. No proporciona una batería estándar para
aplicar de forma sistemática a las personas usuarias. Se trata de un proceso de
intervención o planificación continuo y abierto.
• Requieren alta creatividad por parte de los equipos técnicos y los grupos de
apoyo creados. En no pocas ocasiones lo más apropiado será buscar nuevas
ideas y construir nuevos abordajes para llegar a implicar a los participantes.
Los instrumentos que aquí se muestran son vías para lograr el reconocimiento
de la persona y su participación.
• Pretenden ser sencillas, operativas y cercanas. Su principal objetivo es reco-
nocer e implicar a la persona usuaria y al grupo. De ahí la importancia de que
visualicen bien lo que quieren mostrar y utilicen un lenguaje comprensible
alejado de tecnicismos.
• No son instrumentos pensados para diagnosticar ni medir cuantitativamente
los efectos de la intervención, por lo que los requisitos de fiabilidad y validez
pierden importancia. Ello no resulta en absoluto incompatible con la utiliza-
ción de otros que sí requieren el cumplimiento de estas condiciones.
Capítulo II
Primer asunto importante:
LAATENCIÓN PERSONALIZADA
DESDE LAAUTONOMÍA Y
LA INDEPENDENCIA
45
Y esto nos hizo pensar…
Invertíamos mucho tiempo en las reuniones de equipo,
todos los profesionales nos juntábamos cada semana
para revisar los planes de atención de cada residente.
Pensábamos que era la mejor manera de procurar una
buena atención.
Un día, un residente, Pedro, me preguntó qué se «cocía»
en aquella sala donde estaba toda la «plana mayor
reunida». Yo le dije que estábamos planificando la atención
de un nuevo ingreso. Pedro me dijo cariñosamente, casi
en tono de broma: «Pues si un día me toca el repaso a mí,
me avisáis, que no me gustaría que se hablara de mis cosas
sin yo enterarme».
Esto me hizo darme cuenta que preguntábamos poco.
Que nuestro método, muy profesional, podía ser
mejorado.
Compartí mi inquietud con el resto del equipo; al
principio no nos poníamos de acuerdo en cómo
interpretar este suceso. Pero hablamos bastante y ello nos
permitió reflexionar, llegar a algunos consensos y empezar
a cambiar algunas cosas. Y en ello estamos…
(Maribel, profesional de residencia)
46
Las personas tenemos algunas características comunes. Algunas si-
tuaciones, al compartir necesidades, hacen que nos parezcamos más.
Tener una enfermedad determinada, el momento del ciclo vital que
atravesamos, no valernos por nosotros mismos y tener que depender
de los demás puede hacer que las personas nos asemejemos.
Sin embargo, las diferencias interindividuales constatadas en el proceso
de envejecimiento rompen el tópico de la uniformidad de las personas
mayores y hacen indispensable la atención individualizada. Diferencias
detectadas no solo en cuanto al proceso biológico sino en los modos
de adaptación a los cambios y su expresión a través de emociones,
conductas y formas de relación social.
Cada uno de nosotros, cada una de nosotras, tenemos nuestra propia
trayectoria vital que nos diferencia: una biografía que comprende un
pasado, que contextualiza nuestro presente y determina, al menos en
parte, nuestro futuro. Una trayectoria vital trazada desde el contacto
del individuo con su medio y que ha sido construida fundamentalmente
desde la relación social. Este es el hecho que hace que cada persona sea
única, y por tanto, deba ser tratada desde su singularidad. Esto cobra una
especial relevancia cuando la persona se encuentra en una situación de
vulnerabilidad, cuando al encontrarse ante una mayor indefensión suele
depender del apoyo y decisiones de los demás.
El modelo de atención gerontológica centrada en la persona se entiende
desde la personalización, desde la autonomía personal y desde el logro
del mayor grado posible de independencia, como modo de favorecer el
bienestar del individuo.
Pero surgen preguntas:
• ¿Cómo favorecer que las personas mayores usuarias de los servicios
participen, decidan y tengan el mayor control posible de su día a día?
• ¿Esto es posible con las personas que tienen un importante deterioro
cognitivo?
• ¿Hay límites en el ejercicio de la autonomía personal? ¿Y en la
independencia?
• ¿Cómo conseguir un trato personalizado en el día a día?
• ¿Cómo lograr esto sin que se produzca discriminación entre las
personas que atendemos?
47
1. CONOCIENDO Y PONIENDO EN VALOR
IDEA 1. TRABAJAMOS CON PERSONAS. RECONOCEMOS
SU SINGULARIDAD
a) Partiendo de cada biografía
• Nuestra biografía nos proporciona algo muy importante: el sentido de
identidad. Permite integrar y conectar pasado, presente y futuro dando
unidad a nuestra vida.
• Cada persona usuaria, por su biografía, es diferente a las demás. La in-
dividualidad, en este modelo, además de ser una característica intrínseca
a la persona, se considera un gran valor.
• Reconocer la singularidad de la persona hace imprescindible la atención
personalizada. Atención que ha de concretarse en un plan individual en
coherencia con cada proyecto de vida donde la persona participe y ejerza
control.
• La biografía se convierte en el principal referente de la atención y del
trato personalizado. Ésta puede ser definida como el conjunto de infor-
maciones recogidas, identificativas y significativas de las trayectorias vi-
tales del individuo.
• En los casos de deterioro cognitivo, conocer la biografía de la persona
y tomarla como referencia es de gran ayuda para poder personalizar la
atención.
48
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
«La persona es el resultado final, siempre provisional mientras funcione su ce-
rebro, de su historia interactiva individual elaborada en entornos físicos, cultu-
rales, sociales y afectivos específicos, a través del lenguaje y otras formas de
comunicación. En síntesis: la persona es el producto singular de su biografía»
(Ramón Bayés).
b) El proyecto vital
• A lo largo de nuestra vida, todas las personas vamos construyendo nues-
tro propio proyecto de vida. Viene marcado por nuestra experiencia y
biografía, pero también por nuestra situación actual, nuestras expectati-
vas de futuro y por los apoyos con que contamos.
• Las personas mayores, aun estando en la última etapa del ciclo vital,
también tienen sus propios proyectos de vida. El proyecto vital solo con-
cluye con la muerte. En la vejez, tiene gran importancia poder continuar
con el proyecto singular de vida así como lograr dar valor y un significa-
do positivo a lo vivido.
• Esto es algo que todavía cobra mayor importancia cuando la persona
mayor vive en un centro residencial fuera de su entorno habitual. La
continuidad del proyecto vital, evitando rupturas no deseadas con los há-
bitos y estilos de vida, resulta entonces esencial.
• Los diferentes recursos asistenciales y los equipos técnicos deben con-
vertirse en apoyos que permitan que las personas usuarias continúen y
completen sus proyectos de vida.
¿Qué es el proyecto de vida?
El proyecto de vida es la forma que las personas tenemos de plantearnos nues-
tra existencia, para conseguir nuestras metas y deseos en relación a distintos
ámbitos de desarrollo personal y social: el trabajo, la familia, la red social de
apoyos y afectos, los intereses y aficiones, etc.
c) Los objetivos de la atención
• Los objetivos asistenciales no deben quedarse solo en proteger a la
persona, sino también deben plantearse, con independencia de su nivel
LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA
49
competencial, la capacitación y la provisión de apoyos para favorecer la
máxima autogestión y vida independiente.
• El desarrollo de la autonomía, el logro de la máxima independencia y el
bienestar subjetivo son los objetivos que de una forma equilibrada han de
orientar los planes de atención.
Autonomía no es lo contrario de dependencia
—La autonomía personal es la capacidad del individuo para hacer eleccio-
nes, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. El término
opuesto a autonomía no es dependencia sino heteronomía.
—La dependencia hace referencia a la necesidad de atenciones por parte
de otras personas para realizar las tareas de la vida cotidiana. El término
opuesto a dependencia es independencia. Las personas mayores en situa-
ción de fragilidad o dependencia pueden tener disminuida o no su autono-
mía personal.
d) Las preferencias y los deseos
• La persona debe tener opción a expresar sus preferencias y que éstas
sean, en la medida de lo posible, respetadas. Para ello es preciso que
los equipos técnicos conozcan a la persona y existan oportunidades para
atender sus deseos.
• En el caso de personas con deterioro cognitivo u otras alteraciones psi-
coemocionales, la observación cotidiana de la persona y de sus reaccio-
nes ante las distintas situaciones de actividad y cuidados sirve para cono-
cer cómo la persona muestra aceptación o rechazo ante lo que le vamos
proponiendo.
IDEA 2. TRABAJAMOS CON PERSONAS. PROMOCIONAMOS
SU AUTONOMÍA
a) El control sobre lo cotidiano
• En el desarrollo de la autonomía el día a día cobra una importancia ex-
trema. En el domicilio, en el centro de día, en la residencia, en el ba-
50
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
rrio…, en cada momento del día y en relación a cuestiones muy concre-
tas (cómo me arreglo, dónde voy, en qué actividades empleo mi tiempo,
con quién me relaciono) y en contacto con las personas que allí convi-
ven, es donde la persona mayor puede ver facilitado o dificultado su pro-
yecto vital.
• El control de lo cotidiano tiene un papel central para el bienestar emocio-
nal y la autoestima. La percepción de control sobre el medio se produce
cuando la persona siente que sus acciones tienen efecto en el medio que
le rodea y, especialmente, cuando éstas le resultan eficaces para conse-
guir resultados positivos o modificar algo que le causa malestar o no le
agrada.
• La falta de control percibido ocurre cuando los acontecimientos que nos
rodean se suceden sin que tengan relación alguna con lo que hacemos.
Ello provoca indefensión en la persona, y a su vez puede acabar produ-
ciendo reacciones intensas de malestar (enojo, agresividad…), apatía,
abandono personal o depresión.
Debemos saber que …
—Cuando las personas presentan niveles altos de dependencia, su necesidad
de ejercer control sobre el medio puede ser expresada mediante peticiones
repetitivas y sucesivas órdenes a los cuidadores.
—Atribuir esta conducta a la necesidad de aumentar su percepción de con-
trol a través de las acciones de otros, sin banalizar su importancia, así como
buscar la facilitación de dicho control (productos de apoyo, modificación
ambiental) es la actitud profesional correcta.
b) Visibilizando las capacidades
• Observar e identificar las capacidades de las personas, buscar apoyos
que las rescaten y visibilizarlas son aspectos fundamentales para la pro-
moción de la autonomía.
• La mirada profesional no puede limitarse a detectar las dificultades sino
también ha de fijarse en las capacidades de las personas y en buscar los
LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA
51
apoyos precisos para que éstas desarrollen actuaciones competentes y
adquieran el mayor control posible de sus asuntos cotidianos.
• Es imprescindible que la persona mayor sea consciente de sus capacida-
des; darse cuenta de lo que uno es capaz de hacer estimula y fortalece la
autoestima.
• También es primordial que quienes rodeamos a la persona mayor (pro-
fesionales, familias, amigos) nos demos cuenta de sus capacidades. Con
esta forma de mirar, mejoraremos la percepción de su capacidad, se lo
transmitiremos y transformaremos la forma de relacionarnos.
c) La participación de la persona en su plan de atención
El Plan de Atención y Vida
Es el instrumento básico donde recogemos las valoraciones, informaciones
personales, objetivos, ideas, propuestas de intervención, apoyos personaliza-
dos y recomendaciones para que la persona adquiera el mayor grado de auto-
gestión sobre su vida cotidiana.
Es un instrumento dinámico, que propicia el diálogo entre la persona usuaria,
la familia, los allegados y los profesionales. Una hoja de ruta consensuada para
atender necesidades y apoyar el proyecto de vida de cada persona desde el
impulso de su autonomía.
• El Plan de Atención y Vida (PAyV) va a tener gran influencia en la vida
presente y futura de la persona mayor que requiere cuidados. Porque
ahora, en su día a día, han entrado a formar parte los profesionales, los
cuidados y las actividades que se propongan.
• Porque se trata de la propia vida de la persona usuaria, el PAyV debe di-
señarse y llevarse a cabo desde la máxima participación posible de quien
la protagoniza: la persona mayor.
• Siempre que la persona mayor lo acepte, es conveniente abrir la posibili-
dad de crear un grupo social de apoyo y consenso (profesionales, familia,
amistades) que participe en el diseño y desarrollo de este plan.
• La persona usuaria ha de tener un papel central en las propuestas, de-
seos y decisiones en relación con la mejora de su calidad de vida.
52
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
d) Cuando la persona tiene deterioro cognitivo
Una importante distinción:
la autonomía como capacidad y como derecho
—La autonomía como capacidad se refiere al conjunto de habilidades que
cada persona tiene para hacer sus propias elecciones, tomar sus decisio-
nes y responsabilizarse de las consecuencias de las mismas. La autono-
mía se aprende, se adquiere mediante su ejercicio, mediante el aprendiza-
je que proviene de uno mismo y de la interacción social. Se trata, así pues,
de un ejercicio directo de las propias personas y desde su propio control
que se aprende.
—La autonomía como derecho hace referencia a la garantía de que las per-
sonas, al margen de sus capacidades, puedan desarrollar un proyecto vi-
tal basado en su identidad personal y tener control sobre el mismo. En el
caso de personas con grave afectación, el ejercicio del derecho a su autono-
mía suele ser indirecto, es decir mediado por otros y a través de los apo-
yos precisos.
López Fraguas y cols. (2004).
• Las personas cuyas competencias están muy mermadas (deterioro cog-
nitivo importante, trastorno mental severo…), pueden necesitar ser sus-
tituidas por otros para gestionar aspectos muy elementales de su vida.
En estos casos la autodeterminación se hace efectiva a través de los otros
—familia, allegados, profesionales—.
• Sustituir a los demás en sus decisiones no es algo fácil. Ponerse en el pa-
pel del otro y decidir según su criterio, su estilo de vida y sus preferen-
cias (porque en esto consiste el ejercicio indirecto de la autonomía) pue-
de llegar a ser complicado pero algunas estrategias pueden ayudarnos.
Algunas estrategias para sustituir a las personas en sus decisiones
—Conocer y tener en cuenta la biografía de la persona.
—Saber si existen y respetar las voluntades previamente expresadas.
—Interesarnos e informarnos sobre los hábitos y las rutinas que le generan
bienestar.
—Acercarnos, mediante la observación, a sus preferencias actuales y perma-
necer atentos a los cambios.
LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA
53
• Además, la autonomía no es una cuestión de todo o nada. Depende de
cada tarea o situación. La mayoría de las personas con deterioro cogniti-
vo, con los apoyos precisos, pueden y deben seguir decidiendo sobre mu-
chas cuestiones cotidianas, a la par de precisar ser sustituidas en la toma
de decisiones de los asuntos más complejos.
Debemos saber que …
—La competencia para decidir y actuar depende de cada situación. No todas
las situaciones requieren el mismo grado de competencia. No es lo mismo
decidir dónde pasar la tarde (en la habitación, en la sala común) o si partici-
par en una actividad determinada que renunciar a un tratamiento prescrito e
importante para la propia salud.
—Por tanto, la valoración de la competencia personal en relación a su capaci-
dad de autogestión ha de realizarse para cada situación y demanda concre-
ta. La competencia requerida dependerá de las consecuencias de la decisión
y del beneficio/perjuicio que la misma genere para la propia persona o para
terceros.
e) Conciliando seguridad, autonomía y bienestar
• En no pocas ocasiones la seguridad es el único criterio que contempla-
mos en los cuidados a la persona mayor. Una seguridad que con frecuen-
cia limita su autonomía e incluso puede afectar a su bienestar emocional
(limitar la libre deambulación, el acceso a sus pertenencias, las sujecio-
nes físicas…).
• La vida cotidiana no está exenta de riesgos, y habitualmente los asumi-
mos con naturalidad. El desarrollo de la autonomía en la personas en si-
tuación de dependencia conlleva asumir ciertos riesgos. Riesgos calcu-
lados, pero riesgos. Esta visión debe ser clarificada y compartida con la
persona mayor y con sus familiares.
• Es preciso equilibrar la seguridad, el bienestar emocional y la autono-
mía de las personas usuarias en las intervenciones. Ante las situaciones
cotidianas en las que entran en conflicto estos objetivos será preciso va-
lorar detenidamente cada situación y consensuar actuaciones y medidas
que concilien estos tres objetivos. Todos ellos son importantes para la ca-
lidad de vida de la persona.
54
LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA
f) Las medidas restrictivas y las sujeciones
• En los centros de atención a personas mayores se tiende a utilizar en ex-
ceso medidas de sujeción y que restringen la libertad de las personas. Es
habitual la distinción entre medidas de sujeción física o mecánica y de
sujeción química o farmacológica.
• No todas las medidas de sujeción son iguales ni tienen los mismos efec-
tos. Unas son restrictivas mientras otras no lo son. Unas pueden ser apli-
cadas de forma voluntaria mientras otras se aplican de forma involunta-
ria. No obstante, tanto las medidas restrictivas como las que conllevan
una sujeción, deben ser aplicadas exclusivamente para proteger a las
personas de riesgos importantes o de daños para su salud o para la de ter-
ceras personas.
Definiciones Norma Liber-Ger
Restricción: se trata de cualquier acción (médica, química, física, psicológica,
social o de cualquier otro tipo), palabra u obra que se utiliza con el propósito o
la intención de limitar o constreñir la libre circulación o capacidad de toma de
decisiones de uno mismo o de una tercera persona.
Sujeción: se trata de cualquier método manual o físico, instrumento mecá-
nico, material o equipamiento adjunto al cuerpo del paciente, que impide su
movilidad y/o el acceso a parte de su cuerpo. Estas a su vez, se pueden sub-
dividir en:
—Sujeción Restrictiva: cuando se utiliza con un carácter restrictivo, como ele-
mento que la persona usuaria no puede retirar fácilmente y restringe su liber-
tad de movimientos o normal acceso a parte de su cuerpo.
—Sujeción No Restrictiva: cuando se utiliza sin carácter restrictivo, como ele-
mento que permita a la persona usuaria mantener una posición corporal co-
rrecta y lo más fisiológica posible.
Además, tanto las restricciones como las sujeciones pueden ser voluntarias o
involuntarias, según la persona dé su consentimiento o no.
Tomado de: Norma Liber-Ger. Fundación Cuidados Dignos. www.cuidadosdignos.org
• Si es preciso utilizar medidas de sujeción física hemos de asegurarnos
que se toman como última opción, es decir cuando no han funcionado
otras alternativas, ya que suponen una importante limitación de libertad
además de provocar malestar.
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  • 2.
  • 3. 76 GIZARTEA HOBETUZ DOCUMENTOS DE BIENESTAR SOCIAL LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Guía para la intervención profesional en los centros y servicios de atención a personas mayores en situación de fragilidad o dependencia Teresa Martínez Rodríguez ENPLEGU ETA GIZARTE DEPARTAMENTO DE EMPLEO GAIETAKO SAILA Y ASUNTOS SOCIALES Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco Vitoria-Gasteiz, 2011
  • 4. Edición: 1.a junio 2011 Tirada: 500 ejemplares © Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco Departamento de Empleo y Asuntos Sociales Edita: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco Donostia-San Sebastián, 1 - 01010 Vitoria-Gasteiz Diseño de cubierta: Canaldirecto Fotocomposición: Ipar, S. Coop. Zurbaran, 2-4 - 48007 Bilbao Impresión: Estudios Gráficos Zure Carretera Lutxana-Asua 24A - 48950 Erandio-Goikoa (Bizkaia) ISBN: 978-84-457-3157-4 D.L.: BI 2.019-2011 Un registro bibliográfico de esta obra puede consultarse en el catálogo de la Biblioteca General del Gobierno Vasco: http://www.euskadi.net/ejgvbiblioteka
  • 5. 5 PRESENTACIÓN Es para mí un motivo de gran satisfacción poner a disposición de todos los que de una forma u otra participamos en la atención y cuidado de las personas mayores esta guía, LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA. El cambio demográfico al que asistimos hace imprescindible la puesta en marcha de políticas que realcen el valor y la aportación que realizan las personas mayores a la sociedad. Estas políticas deben recoger las medidas que sean necesarias para pro- tegerles y cuidarles cuando sufren situaciones de dependencia y no pueden valerse por sí mismos. Ello sitúa en la primera línea de prioridad las políticas sociales in- tegrales, necesariamente coordinadas e interinstitucionales. Unas políticas sociales que contemplen la prevención de la discapacidad y de la dependencia, la seguridad económica, la salud, la vivienda accesible, la participación de los mayores en sus co- munidades así como la protección de las personas en situaciones de dependencia y el apoyo de sus familias cuidadoras. Pero hoy día no podemos conformarnos con la visión de la suficiencia (versus insuficiencia) de la oferta y provisión de servicios para las personas mayores. Debe- mos responder a una exigencia ciudadana que demanda nuevas formas de hacer que sintonicen con las preferencias de las personas y permitan que éstas, aun cuando ne- cesiten ser cuidadas por otros, sigan controlando sus propias vidas. Y ello requiere una firme apuesta por modelos de atención que orienten el diseño de los recursos y sus intervenciones técnicas. En lo que atañe a los servicios de apoyo y cuidados a las personas en situación de especial vulnerabilidad o dependencia, la apuesta del Gobierno del País Vasco es inequívoca. La intervención social, además de proteger y cubrir las necesidades de estas personas, ha de propiciar la autonomía de los individuos y de los grupos, favo- recer su inclusión social, mejorar su bienestar y garantizar el ejercicio de los dere- chos que, como ciudadanos y ciudadanas, tienen.
  • 6. 6 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Éste es el objetivo de la guía que desde el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales —en colaboración con el Grupo Matia— presentamos. Una guía que ofre- ce las bases conceptuales y las metodologías de intervención precisas para llevar a cabo diseños de servicios e intervenciones técnicas desde un modelo de atención centrado en las personas. Un modelo orientado hacia las personas, hacia su cali- dad de vida y hacia su bienestar cotidiano. Una atención que se dirija no solo a dar respuesta a las necesidades derivadas de la dependencia sino que vele por sus dere- chos, preferencias y deseos. No es otra idea que la de concebir los cuidados desde la dignidad y el apoyo a la autonomía. Incluso en las personas con altos grados de discapacidad, tendencia que en los países más avanzados en políticas sociales va co- brando fuerza y consistencia desde hace varias décadas. Esta guía introduce algunos retos al proponer una nueva visión de las personas mayores, de los roles profesionales y demandar sistemas organizativos más flexi- bles. Será un camino no exento de dificultades, que apela a un compromiso institu- cional y profesional, pero que sin duda merece la pena. Estoy segura de que la guía que tiene en sus manos tendrá una enorme utilidad para avanzar en este camino. No es fácil dar con herramientas que faciliten la con- creción de los modelos de atención en el día a día. Y menos aún que éstas no aca- ben como meros «recetarios». Creo que este documento da en la tecla. Porque a la par de exponer de una forma clara y sintética las bases e ideas centrales del modelo de atención gerontológica centrada en la persona, muestra y sugiere elementos me- todológicos de gran valor para facilitar su aplicación. Porque, además, al plantearse como un proceso abierto, invita al compromiso e implicación de los equipos técni- cos y de los responsables de servicios. Solo me queda animar a los responsables institucionales, empresarios del sector, movimiento asociativo y profesionales que día a día apoyan y mejoran la calidad de vida de las personas mayores, a que hagan suyo lo que esta obra propone y la re- construyan, junto con las personas usuarias y sus familias, trasladando, adaptando y enriqueciendo con sus ideas las propuestas que este texto nos ofrece. Animo a hacer realidad este modelo en los escenarios cotidianos de cuidados, y por tanto, espacios de vida, donde las personas nos relacionamos. Este es un manual que pretende generar reflexión, servir de orientación y forta- lecer la calidad de los procesos asistenciales, entendiendo ésta desde la mejora de la calidad de vida de las personas usuarias. Si alguno de estos objetivos se ven cumpli- dos, habrá merecido la pena. GEMMA ZABALETA ARETA Consejera de Empleo y Asuntos Sociales
  • 7. 7 AGRADECIMIENTOS DE LAAUTORA Revisión externa de la Guía Esta guía ha incorporado los comentarios y las sugerencias que este grupo de expertos y expertas realizaron a la misma tras la lectura de una primera versión. Con estas aportaciones este trabajo se ha visto enriquecido y sustancialmente mejo- rado tanto en sus contenidos como en su formato. Mi enorme agradecimiento a to- dos ellos por su esfuerzo e implicación. • Ana Agirre Agirre. Responsable de formación, docencia y publicaciones de Matía Innova. Fundación MATÍA. • Pura Díaz Veiga. Investigadora. Fundación INGEMA. • M.ª Isabel Genua Iturria. Directora asistencial y de Innovación. Fundación MATÍA. • Marije Goikoetxea Iturregui. Profesora de ética de la Universidad de Deusto. Presidenta del Comité de ética de intervención social de Bizkaia. • Pilar Rodríguez Rodríguez. Experta en gerontología. Directora de la colección «Gerontología Social» de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. • Mayte Sancho Castiello, Directora científica. Fundación MATIA-INGEMA. • José Javier Yanguas Lezuán. Director Fundación INGEMA. Otros agradecimientos Este trabajo no solo es producto de la revisión temática efectuada sino de años de trabajo con las personas mayores y de reflexiones compartidas con colegas, ami-
  • 8. 8 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA gos y amigas, profesionales de atención directa, responsables de servicios, familias y personas usuarias. Mi especial agradecimiento: • A las muchas personas mayores que he tenido ocasión de conocer y poder es- cuchar; también a sus familias. • A todos los profesionales de atención directa de los centros y servicios que de una forma u otra han compartido sus dificultades cotidianas y sus respuestas. • A Fundación Matía por apostar por nuevos modelos en la intervención geron- tológica, y especialmente a Mayte Sancho, por haber confiado en mí este tra- bajo que tanto me ha hecho y me sigue haciendo reflexionar. • Al Gobierno del País Vasco por su apoyo al proyecto y por incluir esta guía en su colección Gizartea Hobetuz / Documentos de Bienestar Social.
  • 9. 9 ÍNDICE Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 CAPÍTULO I. ¿Qué es la atención gerontológica centrada en la persona? 19 1. La dignidad de la persona como punto de partida . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 2. Los modelos de atención centrada en la persona . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 2.1. Referentes y principales desarrollos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 2.2. Lo que aportan frente a otros enfoques . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 3. La atención gerontológica centrada en la persona . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 3.1. Definición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 3.2. Principios rectores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 3.3. El momento del ciclo vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 3.4. Asuntos importantes en la aplicación del modelo y algunas caracte- rísticas de su metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 CAPÍTULO II. Primer asunto importante: la atención personalizada desde la autonomía y la independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Idea 1. Trabajamos con personas. Reconocemos su singularidad . . . . . 47 Idea 2. Trabajamos con personas. Promocionamos su autonomía. . . . . 49 Idea 3. Trabajamos con personas. Creamos entornos flexibles, facilita- dores y proveedores de apoyos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
  • 10. 10 2.2. Instrumentos valiosos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 2.3. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 CAPÍTULO III. Segundo asunto importante: lo privado, lo íntimo y la con- fidencialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Idea 1. Trabajamos con personas. Protegemos su honor y su intimidad 113 Idea 2. Trabajamos con personas. Construimos relaciones asistenciales basadas en la confianza y en el respeto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Idea 3. Trabajamos con personas. Garantizamos la confidencialidad . . . 116 2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 CAPÍTULO IV. Tercer asunto importante: lo propio, lo cotidiano, lo sig- nificativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Idea 1. Trabajamos con personas. Buscamos su bienestar en el día a día 137 Idea 2. Trabajamos con personas. Creamos entornos significativos . . . . 138 Idea 3. Trabajamos con personas. Damos oportunidades de empodera- miento e integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152 3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 CAPÍTULO V. Cuarto asunto importante: las familias . . . . . . . . . . . . . . . 157 1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 Idea 1. Trabajamos con personas. Valoramos la importancia de las fa- milias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 Idea 2. Trabajamos con personas. Facilitamos la participación de las familias en el cuidado profesional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
  • 11. 11 Idea 3. Trabajamos con personas. Intervenimos también con las fa- milias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 CAPÍTULO VI. Quinto asunto importante: lo organizativo y los profesio- nales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 1. Conociendo y poniendo en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 Idea 1. Trabajamos con personas. Armonizamos organización y trato personalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 Idea 2. Trabajamos con personas. Nos relacionamos desde nuevos roles profesionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183 Idea 3. Trabajamos con personas. Promovemos cambios para ganar en calidad de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 2. Llevándolo a la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 2.1. Estrategias metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 2.2. Contenidos y Pautas para la Buena Praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193 3. Los riesgos del día a día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204 Nota final: Y todo esto ¿merece la pena? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 Referencias bibliográficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
  • 12.
  • 13. 13 INTRODUCCIÓN Desde que el psicoterapeuta norteamericano Carl Rogers planteara las bases de la terapia centrada en el cliente, este enfoque, caracterizado fundamentalmente por ser una intervención no directiva donde la persona se convierte en actor activo de su cambio, ha tenido aplicaciones en diversos ámbitos. La educación centrada en el alumno, la medicina centrada en el paciente, la planificación centrada en la persona en el ámbito de la discapacidad o incluso en el mundo empresarial, el marketing y su orientación hacia el cliente, son algunos ejemplos. Estos desarrollos tienen en co- mún una pretensión: dar un papel central a la autonomía de los sujetos a quienes van dirigidas las actuaciones profesionales. Los principios que habitualmente definen la atención gerontológica: personali- zación, integralidad, promoción de la autonomía y la independencia, participación, bienestar subjetivo, privacidad, integración social, continuidad, entre otros, son ha- bitualmente enunciados y aceptados. Sin embargo, la concreción de ellos en el día a día de los servicios y centros, muchas veces sujetos a numerosas normas organizati- vas, condiciones laborales y rutinas asistenciales, queda pendiente o se tropieza con importantes dificultades. Tiene en sus manos una guía titulada la ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA, como modelo de atención para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia usuarias de los servicios y centros de atención sociosanitaria. Pretende contribuir a un necesario cambio en el enfoque de la intervención gerontológica, situando en el centro de atención a la per- sona mayor, permitiendo su autonomía, potenciando su independencia y destacando el papel terapéutico de lo cotidiano y lo significativo para cada individuo. Se trata de una herramienta para facilitar la aplicación de este modelo de aten- ción en el día a día de los contextos de cuidados y procesos asistenciales. Se dirige
  • 14. 14 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA tanto a orientar servicios (ayuda a domicilio, cuidados diversos) como a los centros (de día, residenciales), con independencia de que algunos de los contenidos de esta guía hayan sido elaborados pensando en la mayor complejidad organizativa que tie- nen estos últimos. Optar por un modelo de atención centrada en la persona demanda una nueva concepción de los papeles y relaciones de quienes tomamos parte en el proceso de atención (personas usuarias, familias y profesionales, fundamentalmente). También exige metodologías de intervención acordes a estas nuevas miradas y la revisión y ajuste de algunos sistemas organizativos. El propósito de esta guía es presentar a los profesionales de atención directa las bases conceptuales de este modelo de atención así como elementos metodológicos que faciliten su traslado a la intervención cotidiana en los servicios y centros. Para ello, se organiza en torno a seis capítulos. El primer capítulo, de carácter introductorio, resume las bases conceptuales de LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA. Se recoge su definición, sus principales referentes y desarrollos, los principios rectores en que se basa y sus características más relevantes. El resto de capítulos se dedica a lo que se ha denominado Asuntos importantes para la concreción de este modelo en los recursos formales de atención a personas mayores en situación de fragilidad o dependencia. Concretamente, a lo largo de esta guía se tratan cinco asuntos importantes: • La atención personalizada desde la autonomía y la independencia (capítulo II). • Lo privado, lo íntimo y la confidencialidad (capítulo III). • Lo propio, lo significativo, lo cotidiano (capítulo IV). • Las familias (capítulo V). • Lo organizativo y los profesionales (capítulo VI). Estos cinco capítulos presentan una estructura similar procurando ser pedagó- gicos y permitir a los equipos técnicos una fácil consulta. Comienzan con un testi- monio por parte de profesionales en relación al asunto tratado con la pretensión de suscitar reflexión. Siguen con una breve introducción y el planteamiento de algunas preguntas a las que se pretende dar respuestas a lo largo del capítulo. Para ello se realiza un recorrido a través de tres epígrafes: 1. Conociendo y poniendo en valor. En este primer apartado, en torno a varias ideas principales se exponen distintas consideraciones que no solo deben ser
  • 15. INTRODUCCIÓN 15 conocidas sino reconocidas como valores en la intervención por los equipos profesionales en relación al asunto importante expuesto. 2. Llevándolo a la práctica cotidiana. Con este segundo epígrafe se pretende facilitar información sobre cómo hacer efectivas las cuestiones anteriores en los contextos aplicados. En función de los contenidos relacionados con cada asunto importante, se incluyen aportaciones referidas a: • Las principales estrategias metodológicas para trasladar este modelo a la intervención cotidiana, incorporando varios ejemplos de sus aplicaciones. • Algunos instrumentos valiosos para llevar a la práctica los elementos y consideraciones, ofreciendo también ejemplos diversos de su uso. • Contenidos y pautas para la buena praxis, en relación también a cada asunto importante. Es preciso señalar dos cuestiones. Por un lado, que el objetivo no ha sido rea- lizar una revisión exhaustiva de instrumentos y metodologías sino sencilla- mente destacar algunos ejemplos positivos que puedan resultar orientativos para los equipos técnicos. Por otro lado, que aunque se presentan numerosas herramientas (algunas de gran similitud), no se pretende transmitir la idea de la necesaria utilización de todas ellas, y mucho menos la de la conveniencia de aplicarlas a cada persona usuaria. Se trata de dar a conocer distintas posi- bilidades que permitan construir con cada persona usuaria una metodología que se adapte a sus características. 3. Los riesgos del día a día. En este tercer apartado se señalan algunos aspectos o circunstancias a las que deberemos prestar especial atención en el día a día para evitar distanciamientos con el modelo. Se ha pretendido identificar los «puntos negros» más frecuentes ante los que los profesionales hemos de es- tar más alerta en relación a cada asunto importante. Los documentos «¡Cui- dado con!» incluidos en cada capítulo se han elaborado con el propósito de alertar sobre algunos riesgos. Antes de meternos de lleno en la lectura o consulta de esta guía debemos ser conscientes que avanzar hacia servicios y centros orientados a la persona es algo posible pero no es un camino exento de dificultades. Requiere implicación y com- promiso por parte de los responsables de los recursos y también por parte de los equipos técnicos, ya que introduce una forma diferente de ver a las personas mayo- res usuarias de los servicios y nuevos modos de relacionarse e intervenir. Apela a una actitud individual de apertura al cambio, partiendo de lo que venimos haciendo bien, que son muchas cosas, pero con ánimo de revisión y de incorporar a nuestros «modos de hacer» nuevas propuestas.
  • 16. 16 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Esta guía es un instrumento que trata de aportar a gestores y a profesionales conceptualización y metodologías que orienten la gestión de la organización hacia un modelo de atención centrada en las personas. Pero orientándolo no solo hacia las necesidades de las personas sino también hacia sus derechos y preferencias. Ha de ser entendida como un recurso de apoyo que puede ser de gran utilidad, pero sin olvidar que las propuestas que aquí se recogen han de ser trasladadas a cada realidad, integrándolas en la gestión de cada centro o servicio y contando con la im- plicación de todos los protagonistas. Un cometido que necesariamente ha de ser rea- lizado desde cada organización, logrando una visión compartida y basada en el re- conocimiento de los derechos de las personas. Esta guía… No pretende: • Detallar un modelo de gestión de centro o servicio. • Restar importancia a las competencias propias de cada profesional ni a los conoci- mientos de las distintas disciplinas necesarios para una atención integral. • Cuestionar los programas de intervención y terapias ya validados. • Convertirse en una propuesta metodológica cerrada ni mucho menos definitiva. • Realizar un inventario exhaustivo de todos los instrumentos u opciones técnicas exis- tentes. • La aplicación uniforme de metodologías para las personas. Sí pretende: • Aportar elementos conceptuales y alternativas metodológicas que permitan avan- zar hacia una atención orientada a la calidad de vida de las personas y a sus dere- chos. • Señalar nuevas formas de trabajo en el que los equipos se impliquen y construyan, junto con las personas usuarias y en su caso las familias, intervenciones técnicas acordes al modelo y a la realidad de cada contexto asistencial. • Orientar, dar pistas sobre opciones metodológicas e instrumentos que ayuden a construir planes de atención adaptados a cada persona usuaria. • Generar reflexión en torno a las buenas prácticas y a los riesgos de las interven- ciones cotidianas de modo que haya coherencia entre los principios rectores de la gerontología y la intervención profesional como contexto dinámico de interacción social.
  • 17. INTRODUCCIÓN 17 Como no podría ser de otro modo, esta guía no está concebida como un docu- mento definitivo. Pretende permanecer actualizada y estar abierta a sugerencias y a nuevas ideas en la atención a las personas mayores. Por ello, la autora agradece el envío de propuestas, comentarios, observaciones así como las dificultades halladas en la implantación del modelo. Ello, sin duda, ayudará a mejorar sus contenidos en sucesivas revisiones. m.teresa.martinezrodriguez@asturias.org
  • 18.
  • 19. Capítulo I ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA?
  • 20.
  • 21. 21 1. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA COMO PUNTO DE PARTIDA Dignidad deriva del adjetivo latino dignus y se traduce por «valioso». El con- cepto de dignidad se basa en el «reconocimiento de la persona como valiosa en sí misma por el mero hecho de su condición humana». Toda persona, independien- temente de sus características individuales (sexo, edad, raza, condiciones físicas y psicológicas), situación económica, social y cultural, así como de sus creencias o formas de pensar, es por tanto, merecedora de respeto. La Atención Gerontológica Centrada en la Persona es un modelo de aten- ción que asume, como punto de partida, que las personas mayores, como seres humanos que son, merecen ser tratadas con igual consideración y respeto que cualquier otra, desde el reconocimiento de que todas las personas tenemos igual dignidad. Las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia son especial- mente vulnerables a recibir un trato que no respete su dignidad. La definición de dignidad no es algo objetivo, al depender en último término de dónde cada persona sitúa la frontera sobre lo que considera digno o indigno. El con- cepto de dignidad lo delimitan los consensos sociales, los derechos recogidos en la legislación vigente, pero también los límites desde donde cada individuo conforma su propio concepto de dignidad. En lo que atañe a la atención profesional a las personas en situación de fragili- dad o dependencia, el trato digno implica buscar la conjunción de las dos dimensio- nes de la capacidad personal: la autonomía y la independencia. La autonomía como derecho y capacidad de controlar la propia vida, y por tanto como término opuesto a heteronomía. La independencia como desenvolvimiento en la vida cotidiana, y por tanto, como término opuesto a dependencia. El trato digno en la atención a las personas mayores en situación de dependen- cia se traduce en buscar el máximo beneficio terapéutico y la máxima independencia
  • 22. 22 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA y control de la vida cotidiana posibles, desde el marco de la atención integral y de la calidad de vida de los individuos. Y se concreta en aspectos de la atención coti- diana como: a) el bienestar físico y emocional, b) el respeto y apoyo a las propias decisiones y preferencias en relación con la vida cotidiana, c) la promoción de la in- dependencia desde la creación de entornos físicos y sociales facilitadores, d) la pro- tección y garantía de la intimidad y la privacidad, e) la protección de la propia iden- tidad y el cuidado de la imagen personal, f) el fomento de la inclusión social o g) el respeto a la edad adulta. 2. LOS MODELOS DE ATENCIÓN CENTRADA EN LA PERSONA La búsqueda de la atención individualizada no es algo nuevo en la intervención social. Tampoco es algo que, por mucho que figure en nuestros objetivos de trabajo, se consiga fácilmente. La principal característica que define a los modelos de atención orientados en la persona, frente a otros modelos tradicionalmente diseñados desde la óptica de los servicios, es que se reconoce el papel central de la persona usuaria en su atención y, en consecuencia, se proponen estrategias para que sea ella misma quien realmente ejerza el control sobre los asuntos que le afectan. Esta es la principal aportación y lo realmente innovador de estos modelos frente a los que se orientan a los servicios, en los que aun estando entre sus objetivos la atención individualizada, el sujeto tiene un papel más pasivo y se sitúa como receptor de servicios, siendo los profesionales desde su rol de expertos quienes prescriben lo más adecuado a sus necesidades indi- viduales. En primer lugar, repasaremos brevemente los principales referentes y desarro- llos de los modelos orientados a las personas. En segundo lugar, lo que éstos apor- tan frente a otros enfoques. 2.1. REFERENTES Y PRINCIPALES DESARROLLOS 2.1.1. La psicología humanista y la terapia centrada en el cliente de Carl Rogers La psicología humanista surge en el siglo XX como «una tercera fuerza» fren- te a las dos corrientes entonces prevalentes: el conductismo y el psicoanálisis. La psicología humanista pretende alejarse de una visión reduccionista, mecanicista y determinista del ser humano. Este es más que la suma de sus partes, lleva a cabo su
  • 23. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 23 existencia en un contexto humano, es consciente, tiene capacidad de elección y es intencional. Esta corriente supuso la defensa y recuperación de conceptos como el de subje- tividad, el de experiencia vital o el de construcción de significados. Cabe destacar algunas asunciones de las que la psicología humanista parte y que tienen una espe- cial relevancia para los procesos de intervención social: a) el interés por centrarse en la persona y en el significado que ésta otorga a su propia experiencia; b) la dignidad de la persona como valor central; c) la atención a las características específicamente humanas como la capacidad de decidir, la creatividad o la necesidad de autorrealización: d) el interés en el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona; e) la idea de la persona tanto en relación a cómo se descubre a sí misma, como en su interdependencia con los otros (individuos y grupos). Carl Rogers (1902-1987) fue uno de los autores principales de este movimiento. Su principal contribución fue su método terapéutico: la terapia centrada en el clien- te, también denominada terapia no directiva. La terapia centrada en el cliente parte de la hipótesis central de que el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido. Apuesta por la de- nominación «cliente» frente a «paciente», ya que el cliente permanece con la res- ponsabilidad y libertad sobre el proceso terapéutico como un agente activo, en con- traposición al paciente que mantiene una posición más pasiva. El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes psicológicas favorables para que la persona pueda explotar dichos medios. En esta terapia cabe destacar dos características: la confianza radical en la persona y el rechazo al papel directivo del terapeuta. Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del tera- peuta para el buen resultado de la terapia. Destaca tres: a) La aceptación incondicionalmente positiva de la persona en búsqueda de ayuda. El terapeuta acepta sin condición alguna la manera en que la persona está dispuesta a revelarse y demostrarse en la relación frente al terapeuta. b) La empatía, es decir, la capacidad del terapeuta de entrar en el mundo del cliente, de ponerse en su lugar y llegar a comprender sus vivencias.
  • 24. 24 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA c) La autenticidad o congruencia, que permiten al terapeuta el diálogo since- ro y constructivo con el cliente. El terapeuta sigue siendo un experto, pero se comunica también como ser humano al servicio del cliente que busca ayuda. Enfatizar la importancia de la actitud del terapeuta y del modo de relacionarse con el cliente, es una de las grandes aportaciones de Rogers, como condición nece- saria para favorecer el proceso de cambio y de desarrollo del ser humano. La visión de la persona y del proceso de interacción profesional/cliente de la Terapia Centrada en el Cliente han suscitado gran interés en diversos campos profesionales y este enfoque ha sido trasladado, aunque con diferentes matices, a otros ámbitos de atención donde los profesionales mantienen relaciones de ayuda hacia otros. En el ámbito educativo se hace mención a la atención centrada en el alumno/a. Una corriente pedagógica que sitúa en el centro al alumno, entendiéndolo como per- sona donde los factores afectivos y sociales tienen tanta importancia como los cog- nitivos. Su apuesta es alcanzar el aprendizaje significativo. Ello se logra partiendo de lo que el alumno conoce, de sus intereses y especialmente de su mundo afectivo. Esta visión implica una revisión en profundidad de los métodos educativos donde en muchas ocasiones sucede lo contrario: es el alumno el que debe adaptarse y «lo- grar» adquirir conocimientos que en no pocas ocasiones se sitúan muy alejados de éste. La educación centrada en el alumno requiere condiciones y actitudes en el edu- cador; éste se convierte en facilitador del aprendizaje alejándose del rol tradicional donde el docente es quien sabe y decide cómo ha de enseñar. En el ámbito de salud cada vez es más frecuente el término de la medicina centrada en el paciente, introducido por Balint, en contraposición a la medicina centrada en la enfermedad. La atención sanitaria centrada en la persona enfatiza elementos como: la exploración en conjunto de la enfermedad y de la experiencia de la enfermedad o dolencia; la comprensión de la persona en forma integral y en su contexto; la búsqueda del diálogo y entendimiento entre el profesional sanita- rio y el paciente; compartir el control y la responsabilidad del proceso de atención y la construcción de un vínculo y el desarrollo de una relación médico-paciente. Todo ello demanda en el profesional habilidades que permitan una comunicación efectiva. Este enfoque ha sido también trasladado a la atención a personas con necesida- des especiales (discapacidad, dependencia). Concretamente la Planificación Centra- da en la Persona, enfoque y metodología al que se hace referencia en distintas oca- siones en esta guía, por su interés, será abordado con posterioridad con algo más de detalle.
  • 25. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 25 2.1.2. Los principios rectores en la intervención social Otro importante referente de los modelos orientados a la persona lo constituyen el conjunto de principios rectores que con frecuencia son enunciados en la interven- ción social. Desde esta perspectiva se insiste en que toda intervención social ha de estar ne- cesariamente sustentada en un modelo donde se propongan una serie de principios y los correspondientes criterios técnicos de actuación. Ello se considera una cues- tión imprescindible para lograr intervenciones bien fundamentadas y coherentes en su aplicación. Como marco principal, cabe destacar en primer lugar los principios que seña- la la ética en relación a la práctica asistencial clínica, aplicables también a la in- tervención social. Desde la ética se enuncian, derivados del principio ontológico de la dignidad de la persona, otros cuatro principios materiales universales recto- res de las interacciones sociales: la no maleficencia, la justicia, la autonomía y la beneficencia. Principios de la Ética aplicados a las intervenciones gerontológicas • El principio de no maleficencia obliga a los profesionales de los servicios gerontológi- cos a no hacer daño (físico, psicológico o social) a la persona mayor ni a sus familia- res, así como a realizar buenas prácticas en la intervención. En la práctica profesional diaria esto se traduce en la obligación de realizar aquellas intervenciones que están indicadas, por suponer beneficios para las personas, y evitar las que están contrain- dicadas por generar daño o riesgos de lesión para éstas. • El principio de justicia obliga moralmente a los profesionales de los recursos de atención a personas mayores a no discriminar a ninguna persona por razones so- ciales y a distribuir los recursos de forma equitativa entre las personas de similar necesidad. • El principio de autonomía dicta a los profesionales de los centros de atención social a promover y respetar las decisiones de las personas usuarias. Ello implica reconocer el derecho de las personas mayores a tener y expresar sus propias opiniones, así como a identificar y llevar a cabo intervenciones basadas en sus valores, creencias y pro- yectos de vida. • El principio de beneficencia insta a los profesionales de los recursos de atención a personas mayores a hacer el bien a éstas. Esto se traduce en procurar el mayor beneficio para la persona partiendo del concepto subjetivo del bien de la propia persona mayor, y si este es desconocido, de la mayor calidad de vida objetiva es- perable.
  • 26. 26 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Desde la planificación de las políticas sociales es habitual el enunciado de los principios que delimitan el marco rector de las mismas. Las distintas leyes de servi- cios sociales, así como sus desarrollos normativos, relatan diversos principios de los que se deriva, y en este sentido cabría ser descrito, el ideario del buen hacer profe- sional en este sector. En esta línea Fernando Fantova señala los principios que han de guiar la buena praxis profesional en los servicios sociales, citando los siguientes: prevención, enfo- que comunitario, personalización, sinergia, continuidad de la atención, promoción de la autonomía, normalización e integración (Fantova 2008). Por su parte, Pilar Rodríguez, en la descripción de un modelo de atención inte- gral centrada en las personas en situación de dependencia, destaca un total de siete principios rectores que deben orientar la intervención, de los cuales, a su vez, se de- rivan determinados criterios técnicos que han de verse cumplidos en las actuaciones e interacciones profesionales. Estos principios son: la autonomía, la participación, la integralidad, la individualidad, la independencia, la inclusión social y la continuidad en la atención (Rodríguez 2006, 2010). Principios y criterios en la atención integral centrada en las personas en situación de dependencia (Rodríguez 2006, 2010) PRINCIPIOS (Relacionados con la persona, su dignidad y sus derechos) CRITERIOS DE INTERVENCIÓN DERIVADOS AUTONOMÍA Diversidad PARTICIPACIÓN Accesibilidad Interdisciplinariedad INTEGRALIDAD Globalidad INDIVIDUALIDAD Flexibilidad Atención Personalizada INDEPENDENCIA Prevención Rehabilitación CONTINUIDAD DE LA ATENCIÓN Coordinación Convergencia
  • 27. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 27 2.1.3. El concepto de calidad de vida Un tercer referente de los modelos de atención centrada en la persona lo constituyen las aportaciones existentes en torno al concepto de calidad de vida. El término calidad de vida, a pesar de haber suscitado gran atención por parte de la investigación, todavía hoy adolece de una insuficiente definición sin exis- tir suficiente consenso sobre el mismo. De hecho son diversas las definiciones y modelos explicativos que pretenden dar cuenta de la multidimensionalidad del concepto Calidad de Vida y de las relaciones que sus componentes mantienen. Entre ellos cabe citar el modelo ecológico de Lawton, los modelos comporta- mentales (Kaplan, 1994; Csikszentmihalyi, 1998; Reig, 2000); el modelo de pro- ceso dinámico (Angermeyer y Kilian, 2000) o el modelo de homeostasis (Cum- mins, 2000). Sin entrar en cada uno de ellos, sí cabe poner de relieve la evolución del con- cepto, que ha ido incorporando progresivamente componentes objetivos y subje- tivos (Felce y Perry, 1995). La dimensión objetiva recoge todas aquellas variables que son enunciadas como condiciones objetivas de vida como la vivienda, los ingre- sos económicos, la salud, la red de apoyo existente o la disponibilidad de recursos comunitarios. La dimensión subjetiva, por su parte, incluye la satisfacción personal con relación a estas condiciones de vida, la cual además viene mediatizada por los valores del individuo. La organización Mundial de la Salud enfatiza esta dimensión subjetiva del concepto Calidad de Vida definiéndolo como «la percepción que un individuo tie- ne de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valo- res en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de indepen- dencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno». Por haberse convertido en un referente en relación a las personas con discapa- cidad, cabe también mencionar el modelo de Schalock quien identifica ocho di- mensiones de calidad de vida para las personas (Schalock 1996,1997; Verdugo y Schalock, 2001). Este modelo presenta la calidad de vida como un concepto mul- tidimensional compuesto por ocho dimensiones diferentes, las cuales, además pue- den ser formuladas mediante distintos indicadores. Las dimensiones propuestas por Schalock han sido constatadas en diversos estudios transculturales en el campo de la salud mental, la educación, la discapacidad, la salud y las personas mayores (Schalock y Verdugo, 2002).
  • 28. 28 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Modelo de Calidad de Vida de Schalock y Verdugo, 2002 DIMENSIONES INDICADORES 1. Bienestar Emocional 1. Satisfacción: estar satisfecho, feliz y contento. 2. Autoconcepto: estar a gusto con su cuerpo, con su forma de ser, sentirse valioso. 3. Ausencia de estrés: disponer de un ambiente seguro, es- table y predecible, no sentirse nervioso, saber lo que tiene que hacer y que puede. 2. Relaciones Interpersonales 4. Interacciones: estar con diferentes personas, disponer de redes sociales. 5. Relaciones: tener relaciones satisfactorias, tener amigos y familiares y llevarse bien con ellos. 6. Apoyos: sentirse apoyado a nivel físico, emocional, econó- mico. Disponer de personas que le ayuden cuando lo nece- site y que le den información sobre sus conductas. 3. Bienestar Material 7. Estatus económico: disponer de ingresos suficientes para comprar lo que necesita o le gusta. 8. Empleo: tener un trabajo digno que le guste y un ambiente laboral adecuado. 9. Vivienda: disponer de una vivienda confortable, donde se sienta a gusto y cómodo. 4. Desarrollo Personal 10. Educación: tener posibilidades de recibir una educación adecuada, de acceder a títulos educativos, de que se le en- señen cosas interesantes y útiles. 11. Competencia personal: disponer de conocimientos y habi- lidades sobre distintas cosas que le permitan manejarse de forma autónoma en su vida diaria, su trabajo y su ocio, sus relaciones sociales. 12. Desempeño: tener éxito en las diferentes actividades que realiza, ser productivo y creativo. 5. Bienestar Físico 13. Salud: tener un buen estado de salud, estar bien alimenta- do, no tener síntomas de enfermedad. 14. Actividades de la vida diaria: estar bien físicamente para po- der moverse de forma independiente y realizar por sí mismo actividades de autocuidado, como la alimentación, el aseo, vestido, etc. 15. Atención sanitaria: disponer de servicios de atención sanita- ria eficaces y satisfactorios. 16. Ocio: estar bien físicamente para poder realizar distintas ac- tividades de ocio y pasatiempos. …/…
  • 29. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 29 …/… DIMENSIONES INDICADORES 6. Autodeterminación 17. Autonomía/Control Personal: tener la posibilidad de decidir sobre su propia vida de forma independiente y responsable. 18. Metas y valores personales: disponer de valores personales, expectativas, deseos hacia los que dirija sus acciones. 19. Elecciones: disponer de distintas opciones entre las cuales elegir de forma independiente según sus preferencias, por ejemplo, dónde vivir, en qué trabajar, qué ropa ponerse, qué hacer en su tiempo libre, quiénes son sus amigos. 7. Inclusión Social 20. Integración y participación en la comunidad: acceder a to- dos los lugares y grupos comunitarios y participar del mis- mo modo que el resto de personas sin discapacidad. 21. Roles comunitarios: ser una persona útil y valorada en los distintos lugares y grupos comunitarios en los que participa, tener un estilo de vida similar al de personas sin discapaci- dad de su edad. 22. Apoyos sociales: disponer de redes de apoyo y de ayuda necesaria de grupos y servicios cuando lo necesite. 8. Derechos 23. Derechos humanos: que se conozcan y respeten sus dere- chos como ser humano y no se le discrimine por su disca- pacidad. 24. Derechos legales: disponer de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos y tener acceso a procesos legales para asegurar el respeto de estos derechos. 2.1.4. La atención sociosanitaria y la gestión de casos El concepto de atención sociosanitaria nace como respuesta a la necesidad de atención integral e integrada de las personas mayores, especialmente cuando éstas precisan de cuidados de larga duración por presentar enfermedades crónicas o en- contrarse en situaciones de dependencia. Los modelos y desarrollos desde la perspectiva sociosanitaria en los países de- sarrollados han sido numerosos, unos apostando por la integración de estructuras, otros más próximos a la cooperación entre servicios, pero pretendiendo todos ellos conjugar dos ideas centrales: la continuidad en los cuidados allí donde se produz- ca la situación de necesidad y la coordinación de la atención sanitaria y social, de modo que se permita una respuesta adecuada a las necesidades diversas y cambian- tes de las personas mayores.
  • 30. 30 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA En referencia al actual sistema sanitario español, Bengoa y Nuño, en su publi- cación Curar y cuidar (Bengoa y Nuño, 2008) alertan sobre la necesidad de liderar un cambio en el sistema girando de una atención dirigida exclusivamente a la enfer- medad aguda hacia los pacientes socio-sanitarios, donde las personas mayores y la gestión de la enfermedad crónica sean objeto de especial consideración. Ponen de relieve el papel de la innovación desde la puesta en marcha de modelos de atención proactiva planificados para la gestión de las enfermedades crónicas dando máxima importancia a la prevención y al seguimiento de los casos por parte del sistema. En esta línea cabe destacar el Modelo de cuidados continuados (The Chronic Care Model) formulado por Wagner (Wagner, 1999) desde el cual se incluyen al- gunas cuestiones relevantes como: adaptar los recursos a las necesidades de los pa- cientes, potenciar la prevención, la práctica proactiva de los profesionales, favorecer la autogestión del paciente, la evidencia científica de los procesos estandarizados o la toma de datos para lograr un cuidado eficiente. Desarrollos posteriores de este modelo como el modelo expandido de cuida- dos (The Expanded Chronic Care Model, Barr et al., 2003) o el Modelo de Cuida- dos Innovadores para las condiciones crónicas (ICCC-Innovative Care for Chronic Conditions, WHO, 2002), así como modelos que han surgido desde aplicaciones concretas (el Kaiser Permanente-EE.UU; el PRISMA-Programme de Recherche sur l’Integration des Services pour le Mantien de l’Autonomie de Québec-Canada; o el SIPA —Services Intégrés pour Personnes Agées— Montreal-Canadá, entre otros) suscitan en la actualidad gran interés como alternativas viables paras ser aplicadas en la atención sociosanitaria que requieren las personas mayores y, especialmente, quienes se encuentran en situación de dependencia. Estos modelos, a pesar de exhibir diferencias entre ellos, tienen en común algu- nos elementos relevantes. Siguiendo la revisión efectuada por Carrillo y cols. (Ca- rrillo y cols., 2010) en el Informe Claves para la construcción del espacio sociosa- nitario en España, editado por Antares Consulting, cabe relacionar diversos factores de éxito en la aplicación de estos modelos, a saber: a) la segmentación de la población, de modo que se pueda identificar las nece- sidades de los distintos grupos diana; b) la figura del gestor de casos, como coordinador del plan de atención e inter- locutor principal; c) la protocolización de los procesos asistenciales desde criterios basados en la evidencia, para uso común entre profesionales y recursos; d) el abordaje interdisciplinar y el trabajo en equipo;
  • 31. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 31 e) el uso de las TIC tanto como herramientas para compartir información como de comunicación con el paciente y entre profesionales; f) la imbricación de políticas de distinto nivel: macro, meso y micro de la gestión. De estos elementos citados, nos detendremos en el origen y desarrollo de la ges- tión de casos (case management) entendiéndolo no como figura profesional sino como modelo de intervención para la atención personalizada. Porque a pesar de no existir un único modelo en la gestión de casos, las principales características de sus diversos desarrollos se han convertido en sugerentes aportaciones para los modelos de atención centrada en la persona. El origen de la gestión de casos suele vincularse al movimiento de la desinstitu- cionalización que se inició en los años cincuenta en EE.UU. y que posteriormente se extendió por Europa. Dicho movimiento alertaba sobre los efectos negativos del internamiento en centros como tratamiento a determinados problemas sociales (en- fermedad mental, infancia, envejecimiento) y proponía como respuesta alternativa una intervención psicosocial coordinada de diferentes servicios, de modo que se permitiera a la persona seguir en su propio entorno y lo más integrada posible en la comunidad. Sin duda, esto supuso un cambio cualitativo de primer orden en la con- cepción de la intervención social y en el diseño de los recursos. La gestión de casos, basada en la necesidad de coordinar los recursos comu- nitarios en respuesta a las necesidades de las personas, ha dado lugar a distintos desarrollos. Cabe distinguir aproximaciones más centradas en la persona y en sus intereses, y otras más dirigidas a la búsqueda de la eficiencia del sistema de pro- visión de recursos. Esta doble apreciación se refleja en las dos siguientes defini- ciones: • La Asociación Nacional de Trabajadores Sociales de EE.UU. (National Asso- ciation of Social Workers, 1992) define la gestión de casos como «un método de provisión de servicios por parte de un profesional que valora las necesida- des del cliente, y de su familia cuando sea adecuado, en colaboración con él, y aconseja, articula, coordina, monitoriza, evalúa y defiende las necesidades y los intereses de sus clientes y propone un paquete de medidas y/o servicios acorde a sus necesidades variantes». • La Case Management Society of America (CMSA) define la gestión de casos como «un proceso de colaboración en el asesoramiento, planificación, acceso (o facilitación) y defensa de las opciones y servicios, para encontrar las mejo- res opciones a las necesidades de salud de los individuos, mediante la comuni- cación y los recursos disponibles a fin de promover la calidad y la eficacia de costes en los resultados».
  • 32. 32 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA Los modelos de gestión de casos pueden diferir tanto en sus objetivos, como en su metodología, en quién o quiénes realizan la función de coordinador, y también en cómo se entiende la participación del cliente. Sarabia (Sarabia 2007) mencio- na, en este sentido, cuatro modelos: a) Modelo asesor (Broker Model). Valora las necesidades y orienta hacia servi- cios. Sin embargo ejerce escaso acompañamiento y sitúa la responsabilidad del acceso a los recursos en el cliente o en su familia, sin encargarse de ga- rantizar su acceso. b) Modelo de fortalezas (Strengths Model). Se ocupa de las necesidades y de los deseos de las personas. Identifica las fortalezas de las personas y su obje- tivo es incrementarlas. Cabe destacar que la dirección de proceso está en el propio cliente, apoyando que las personas diseñen sus propias metas y las lo- gren. Busca la disponibilidad de recursos en igualdad de oportunidades para las personas que los precisan. c) Modelo PACT (Program for Assertive Community Training). Procedente del ámbito de salud mental, pretende el manejo de los síntomas y la mejora ins- trumental, social y familiar de los pacientes y sus familias, prestando apoyo desde equipos interdisciplinares que actúan en la comunidad sin separar al paciente de la misma. d) Modelo terapéutico (Rehabilitation Model). Enfatiza las metas del cliente frente a las metas del sistema. Presta atención tanto a las capacidades, pero se fija también en los déficits funcionales, entendiéndolos como barreras para abordar las metas personales. Aunque la gestión de casos no responda a un modelo uniforme, cabe subra- yar las características y elementos comunes que se aprecian en los diferentes de- sarrollos: • Otorgan a la persona un lugar central y asumen la necesidad de una atención individualizada. • Pretenden lograr la continuidad de los cuidados entre los distintos dispositi- vos, sistemas y profesionales. • Incorporan la presencia de un coordinador/a o gestor del caso, figura clave para permitir tanto un adecuado seguimiento como la imprescindible coopera- ción dentro de la red de recursos sociales y sanitarios. En este sentido suelen distinguir la figura del coordinador del caso, diferenciándola de los distintos profesionales de referencia que pueden coexistir cuando la persona accede a varios sistemas de atención.
  • 33. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 33 • Apuestan por el diseño de planes individualizados de atención donde, a modo de contrato entre usuarios y sistema, se establecen objetivos, actuaciones y se- guimiento/evaluación de las intervenciones profesionales. 2.1.5. La discapacidad y el enfoque de la Planificación Centrada en la Persona (PCP) En este breve recorrido, es obligado mencionar las aportaciones y metodologías procedentes de la Planificación Centrada en la persona (habitualmente abreviada como PCP), la cual se ha venido desarrollando y aplicando en el ámbito de la aten- ción a las personas con discapacidad. La PCP surge como un movimiento de reivindicación de los derechos de las personas con discapacidad y, especialmente, en torno a la normalización. Entre los años 70 y 80, grupos de afectados, familiares y profesionales en países como Cana- dá, EE.UU. y Reino Unido, generaron una importante reflexión sobre los conceptos, servicios y modos de intervención hacia las personas con discapacidad. Su principal propósito era, y es, la defensa de la autodeterminación y la visibilización de las ca- pacidades de este grupo social, procurando instrumentos y procedimientos que per- mitan conseguir dichos objetivos. La PCP ha sido definida como una metodología facilitadora para que la pro- pia persona con discapacidad, sobre la base de su historia, capacidades y deseos, planifique las metas que quiere alcanzar para mejorar su vida. Para ello puede ser necesario, si la persona presenta una grave afectación, el ejercicio de la autodeter- minación de forma indirecta, es decir mediada por otros, ofreciendo un grupo social referencial así como los apoyos precisos. La PCP se sustenta en varias asunciones básicas (López y cols., 2004): • Ninguna persona es igual a otra, y por tanto la atención individualizada debe ser el valor central de los servicios que prestan apoyo a las personas. • La persona es el centro del proceso de planificación. Se parte de sus derechos, el foco se sitúa en sus capacidades, en sus preferencias y en las elecciones de las personas. Los apoyos que se precisan para ello cobran la máxima impor- tancia. • La interdependencia del sujeto con su red social próxima. La familia y los amigos son esenciales en el desarrollo del proyecto vital de la persona con discapacidad y tienen un papel clave en el ejercicio de la autodetermi- nación.
  • 34. 34 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA • La PCP se entiende como un proceso continuo donde la escucha y el aprendizaje modulan los cursos de acción. Se trata, por tanto, de un proceso flexible y abierto al cambio, dispuesto a adaptarse a las diferentes necesidades, deseos y aspiracio- nes de la personas en las diferentes etapas y circunstancias de su vida. La puesta en marcha de metodologías basada en la PCP requiere, además de la anunciada filosofía, un proceso de implementación en el cual cabe destacar: a) la figu- ra del facilitador del proceso que actúa a modo de coordinador de todo el desarrollo metodológico, b) la presencia de un grupo de apoyo compuesto por personas rele- vantes que puedan contribuir a planear el proyecto de vida de la persona con disca- pacidad, y c) diversos instrumentos metodológicos (mapas de relacionales, biográfi- cos, de preferencias) diseñados para apoyar dicho proceso. 2.1.6. Enfoques orientados hacia la persona desde los recursos gerontológicos También desde la red de recursos de cuidados de larga duración para las perso- nas mayores asistimos a un progresivo interés por los enfoques que sitúan a éstas y a sus derechos en el centro de la intervención. En primer lugar, cabe citar los diseños de servicios y centros alineados con lo que se conoce como el Modelo Housing, desde el que fundamentalmente se viene apostando por el desarrollo diversificado de una amplia gama de apoyos y servi- cios que hagan posible que las personas mayores sigan viviendo en su casa, incluso cuando éstas presentan niveles importantes de dependencia. El mayor apoyo de este modelo es el común deseo de las personas de enveje- cer en casa. Opción preferida porque, en general, favorece la continuidad de vida, permite estar rodeado de las pertenencias y recuerdos, preserva la independencia y la privacidad, y además facilita algo muy importante que no siempre en los centros residenciales se logra: que la persona siga tomando sus propias decisiones y contro- lando su día a día. Para los casos en que, por diferentes motivos, la persona mayor no puede seguir viviendo en su casa, desde el modelo Housing se pretende que la atención tenga lu- gar en centros que, además de proporcionar los cuidados necesarios, se asemejen lo más posible al concepto de hogar. La idea no es otra que vivir «fuera de casa, pero como en casa». Estos nuevos modelos de alojamientos se iniciaron ya hace varias décadas y van siendo progresivamente consolidados en algunos países desarrollados (Países Nór-
  • 35. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 35 dicos, Holanda, Francia, Reino Unido, EE.UU, Canadá, etc.), en respuesta a las ins- tituciones residenciales mayoritariamente rechazadas por la ciudadanía. Los modelos de alojamientos alternativos al hogar que pueden enmarcarse den- tro del modelo Housing buscan garantizar el trato digno y la defensa de los derechos de las personas mayores, y especialmente de quienes se encuentran en situación de fragilidad o dependencia y requieren, por tanto, ser cuidadas por otros. Tienen en común características como las siguientes: • Combinan la existencia espacios privados que garanticen la intimidad con otros comunes que potencien la actividad social. • Permiten y animan a que las personas lleven sus propiedades (muebles, perte- nencias) para construir un «hogar propio y significativo». • Apoyan y dan importancia a las actividades cotidianas y significativas. • Defienden la autodeterminación, el respeto a los proyectos de vida y a las pre- ferencias de las personas. • Apuestan por metodologías de planificación centradas en la persona donde las personas con discapacidades tengan un papel activo en sus cuidados y atención. Concretamente, desde la Red europea Saumon se impulsaron las Unidades de Convivencia como recursos de alojamiento para las personas mayores en situación de dependencia, muchas de ellas con deterioro cognitivo o demencia. Se diseñaron como alternativos a las clásicas residencias, demostrado frente a éstas su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas (Leichsenring y cols., 1998; Guisset y cols., 1998). Siguiendo la descripción recogida en el Libro Blanco de la Dependencia (Minis- terio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2004), las Unidades de Convivencia, modelo ya desarrollado en distintos países europeos y en Norteamérica (se estimaba entonces unas 400 en toda Europa), se caracterizan fundamentalmente por apostar por: • Un modo de vida parecido al hogar y un abordaje terapéutico desde la realiza- ción de las actividades cotidianas y significativas para la persona. • Una atención personalizada, desde los derechos y deseos de la persona, inclu- yendo la asunción de ciertos riesgos. • El apoyo individual para favorecer, desde la acogida, la adaptación de cada persona y su integración en la unidad. • La dispensación de servicios sociales y sanitarios desde la red local de la co- munidad.
  • 36. 36 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA • La atención profesional durante las 24 horas. • El concepto de vivienda para toda la vida, lo que implica que las personas que viven allí permanecen, si así lo desean hasta el final, no viéndose obligadas a trasladarse a otro recurso ante procesos de deterioro. • Otorgar a las familias un papel central. En segundo lugar, hay que destacar las aportaciones de Kitwood (Kitwood, 1997) quien desarrolla el concepto de la atención centrada en la persona con de- mencia, argumentando la urgencia de revisar los modos de atención. Enfatiza la im- portancia de empatizar con la persona, con sus necesidades y de permitir el desarro- llo de su independencia, su individualidad y su autonomía el mayor tiempo posible. Acentúa la importancia del entorno social en relación a la adecuación conductual y a la reducción de la discapacidad, mostrando la necesidad de capacitar y modificar las actitudes y abordajes de los profesionales. La falta de compresión y manejo am- biental adecuado, lo que el propio autor calificaba de «psicología social maligna», puede ser la causa de muchas alteraciones de conductas, que no son sino la forma en que las personas con demencia expresan su malestar. Junto a sus colegas de la Universidad de Bradford (Bradford Dementia Group, 1997) diseñaron el Dementia Care Mapping, metodología destinada a evaluar la ca- lidad de la atención en servicios para personas con demencia. Su interés radica en su pretensión de sintonizar con el punto de vista de las personas con demencias, re- gistrando desde la observación externa la interacción de los cuidadores con éstas. El sistema de observación identifica tanto los detractores como los potenciadores per- sonales, permitiendo, una vez registrados éstos, establecer líneas de mejora para fa- vorecer el bienestar de las personas usuarias a través de la modificación ambiental y principalmente desde una interacción más positiva de los profesionales. Finalmente, cabe decir que hasta la fecha, en España los modelos de servicios centrados en la persona han tenido un escaso desarrollo en el campo de la geronto- logía. Sin embargo, existen algunas iniciativas pioneras que, por su valor ejemplar, es de justicia nombrar. Este ha sido el caso de la puesta en marcha de un número limi- tado de Unidades de Convivencia en distintas localidades como las de Donostia-San Sebastián (F. Matía), Torrijos-Toledo o Lanzarote, entre otras. También hay que se- ñalar que se han llevado a cabo experiencias muy variadas para la mejora de la cali- dad de vida tanto en centros residenciales como de atención diurna; en unas ocasio- nes apostando por la atención personalizada en recursos de capacidad muy reducida, en otras incorporando el diseño de módulos de convivencia independientes en cen- tros de mayor tamaño.
  • 37. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 37 2.2. LO QUE APORTAN FRENTE A OTROS ENFOQUES Cuando nos acercamos por primera vez a modelos o metodologías centrados en la persona, pueden surgir preguntas como las siguientes: ¿la individualización no es algo que habitualmente guía la intervención social?, ¿qué otra cosa sino las perso- nas mayores son el centro de las intervenciones gerontológicas?, ¿acaso no es lo que venimos buscando en los recursos sociosanitarios desde hace tiempo? Los modelos de atención centrada en la persona aportan una visión radicalmente diferente de otros abordajes más clásicos, aunque éstos también busquen la atención individualizada. Van más allá de la atención habitual, aportando una mirada que pro- fundiza en la idea de lo individual ligada necesariamente a la autonomía personal y a la gestión de la vida cotidiana, donde tiene una influencia determinante el plan de atención que se diseña, y cómo éste se construye desde un determinado servicio. Sevilla y cols. (Sevilla y cols., 2009) enumeran con claridad las principales dife- rencias existentes entre los modelos más tradicionales, habitualmente centrados en los servicios, y lo que aportan los modelos centrados en la persona. Diferencia entre los modelos de atención* MODELOS CENTRADOS EN LA PERSONA MODELOS CENTRADOS EN EL SERVICIO Sitúan su foco en las capacidades y habili- dades de la persona. Se centran en los déficits y necesidades; tienden a etiquetar. Su intervención es de macronivel (plan de vida). Intervienen a micronivel (conductas deter- minadas, patologías). Se comparten decisiones con usuarios, amigos, familia, profesionales. Las decisiones dependen fundamental- mente de los profesionales. Ven a la gente dentro de su comunidad y de su entorno habitual. Encuadran a la gente en el contexto de los servicios sociales. Acercan a la gente descubriendo experien- cias comunes. Distancian a la gente enfatizando sus dife- rencias. Esbozan un estilo de vida deseable, con un ilimitado número de experiencias deseables. Planean la vida compuesta de programas con un número limitado de opciones. Se centran en la calidad de vida. Se centran en cubrir las plazas que ofrece un servicio. Crean equipos de PCP para solucionar los problemas que vayan surgiendo. Confían en equipos estándares interdisci- plinarios. …/…
  • 38. 38 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA …/… MODELOS CENTRADOS EN LA PERSONA MODELOS CENTRADOS EN EL SERVICIO Responsabilizan a los que trabajan directa- mente para tomar buenas decisiones. Delegan el trabajo en los que trabajan di- rectamente. Organizan acciones en la comunidad para incluir usuarios, familia y trabajadores. Organizan reuniones para los profesiona- les. Responden a las necesidades basándose en responsabilidades compartidas y com- promiso personal. Responden a las necesidades basándo- se en la descripción de los puestos de tra- bajo. Los servicios pueden adaptarse y respon- der a las personas. Los recursos pueden distribuirse para servir a los intereses de la gente. Los servicios no responden a las necesi- dades individuales. Están limitados a un menú fijado previamente. Mantienen los in- tereses profesionales. Las nuevas iniciativas valen la pena incluso si tienen un pequeño comienzo. Las nuevas iniciativas solo valen si pueden implantarse a gran escala. Utilizan un lenguaje familiar y claro. Manejan un lenguaje clínico y con tecnicis- mos. * Algunas características de los modelos de atención, según estén centrados en la persona o en el servicio. Resumi- do y adaptado de Sevilla J; Abellán R; Herrera G; Pardo C; Casas X; Fernández R (2009). Esta mirada comparativa resulta ilustrativa y es capaz de generar reflexión; sin embargo, es importante matizar lo siguiente: apostar por modelos centrados en la persona no pasa por renunciar a los conocimientos contrastados, a los programas, estrategias e instrumentos validados que venimos aplicando. Los modelos que habi- tualmente venimos utilizando aportan conocimientos, protocolos, programas, siste- mas de gestión, técnicas e instrumentos estandarizados que contribuyen al rigor y a la sistematización de las intervenciones. Se trata, por tanto, de compaginar los procedimientos e intervenciones ya contrastados con una nueva visión que permita ubicar a la persona en el centro de los procesos asistenciales, posibilitando su rol activo y entender la atención desde la coordinación de apoyos de su entorno. Para ello será preciso incluir nue- vas estrategias, técnicas e instrumentos que nos abran otras puertas, otros modos de hacer. Este es el reto que nos ocupa. Lo cual hace preciso profundizar, pero partiendo del conocimiento existente y de las prácticas validadas que hoy por hoy nos resultan valiosos. No se trata, por tanto, de iniciar un camino de «des- profesionalización», sino todo lo contrario, de adquirir un «plus» de profesiona- lización, que pasa por revisar los métodos que venimos manejando e integrar en éstos nuevas propuestas.
  • 39. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 39 3. LAATENCIÓN GERONTOLÓGICACENTRADAEN LAPERSONA 3.1. DEFINICIÓN La Atención Gerontológica Centrada en la Persona puede ser definida como un enfoque de la intervención, como una metodología de intervención y, desde una vi- sión más amplia, como un modelo de atención. La Atención Gerontológica Centrada en la Persona: • Es un enfoque de la atención donde la persona, desde su auto-determinación en relación a su calidad de vida, es el eje central de las intervenciones profesionales. • Como metodología, aporta un conjunto de técnicas e instrumentos que facili- tan la intervención personalizada y orientada a la persona. • Como modelo, partiendo del reconocimiento de la dignidad de todo ser huma- no, busca la autodeterminación y la mayor independencia posible de las per- sonas mayores en situación de fragilidad o dependencia en su proceso de aten- ción para así mejorar su calidad de vida y su bienestar subjetivo. Esta guía propone la Atención Gerontológica Centrada en la Persona como un modelo, y para ello integra y desarrolla a lo largo de la misma cuatro elementos: a) Los principios rectores, enunciados en referencia a las personas, que orientan de forma genérica los objetivos de las intervenciones y los criterios técnicos. b) Los asuntos importantes y consideraciones en que se concretan los principios rectores en relación con los agentes y contextos de intervención cotidiana. c) Las opciones metodológicas (estrategias, técnicas a instrumentos de inter- vención) acordes a los principios y consideraciones. d) Las pautas y contenidos para la buena praxis, incluyendo la identificación de los riesgos en el día a día. 3.2. PRINCIPIOS RECTORES Siguiendo en líneas generales la propuesta de principios rectores en el modelo de atención integral en las personas en situación de dependencia propuesto por Pilar Rodríguez, La Atención Gerontológica Centrada en la Persona se orienta en los si- guientes principios (Adaptado de Rodríguez 2006, 2010): • Dignidad. Las personas mayores, con independencia del estado en que se en- cuentren con respecto a sus capacidades, tienen derecho al respeto a su dife-
  • 40. 40 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA rencia, y a ser consideradas como seres valiosos y merecedores de respeto al igual que el resto de seres humanos. A este principio fundador, le acompañan otros más que a continuación se enuncian. • Competencia. Las personas mayores tienen capacidades, con independencia de los apoyos que precisen, para desarrollar, en mayor o menor grado, actua- ciones competentes. • Autonomía. Las personas mayores tienen derecho a mantener el control de su propia vida, y por tanto, a actuar con libertad. • Participación. Las personas mayores tienen derecho a estar presentes en la toma de decisiones que afecten al desarrollo de su vida. • Integralidad. La persona es un ser multidimensional en el que interactúan as- pectos biológicos, psicológicos y sociales. • Independencia. Las personas mayores tienen derecho a mantener el mayor grado de independencia posible en su vida cotidiana y a recibir apoyos diver- sos y adaptados a su situación que minimicen su dependencia de los demás. • Individualidad. Todas las personas son iguales en cuanto al ejercicio de sus derechos de ciudadanía pero cada una de ellas es única y diferente. • Inclusión social. Las personas mayores son miembros activos de la comuni- dad y ciudadanos con derechos. Por ello, han de tener acceso y posibilidad de disfrutar de los recursos comunitarios en igualdad con el resto de la población. • Bienestar. Las personas mayores han de tener acceso a programas dirigidos a la promoción de su salud y a la mejora de su bienestar personal (físico, material y emocional). Las personas en situación de fragilidad o dependencia, incluso cuando presenten grados importantes de afectación y discapacidad, tienen dere- cho a recibir apoyos que mejoren su situación y su bienestar subjetivo. • Continuidad de la atención. Las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia deben tener acceso a los apoyos que precisan de manera continuada y adaptada permanentemente a las circunstancias cambiantes de su proceso. 3.3. EL MOMENTO DEL CICLO VITAL La mayor parte de desarrollos metodológicos procedentes de enfoques centrados en la persona proceden de aplicaciones de otros contextos (educación, discapacidad intelectual, mujeres, minorías étnicas, etc.) donde con frecuencia se trabaja con otros grupos de edad: menores, jóvenes y adultos jóvenes.
  • 41. ¿QUÉ ES LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA? 41 La aplicación de estos enfoques a personas mayores es muy reciente y los su- puestos básicos de estas metodologías son válidos para quienes tienen más edad. Cuestiones como el respeto al proyecto vital y a los deseos futuros, la atención a las preferencias de cada individuo sobre los cuidados o la organización de la vida coti- diana, resultan también trascendentales para las personas mayores. Sin embargo, la aplicación de estas metodologías a personas mayores de edad avanzada puede requerir ciertas adaptaciones, en cuanto que el momento vital y los planteamientos de futuro (integración social, laboral, etc.) difieren de quienes tie- nen menos años y un proyecto vital completo pendiente de conducir y completar. En los proyectos de vida de los niños, de las personas jóvenes, e incluso adultas, cobra gran importancia el factor de futuro y de desarrollo personal integral. Por ello estas metodologías subrayan con fuerza asuntos como los sueños o deseos, los pla- nes de futuro, teniendo gran importancia los ámbitos que permiten una vida más in- dependiente y desarrollo personal como el trabajo, las relaciones de pareja o la vida independiente del ámbito familiar. En este sentido, los proyectos vitales de las personas mayores se diferencian de quienes tienen menos años en que se sitúan al final del ciclo vital y muchos de estas metas de vida que empujan a los más jóvenes, bien ya se han visto cumplidas o bien no tienen el mismo valor. Reconocer esto no significa renunciar a los deseos de las personas mayores ni obviar la dimensión de futuro que también éstas tienen; no obs- tante, es preciso no perder de vista que, frente a los planes de futuro, cobran mayor importancia en el diseño de las metodologías e instrumentos, objetivos como favo- recer la continuidad del proyecto vital o la validación emocional de los mismos. 3.4. ASUNTOS IMPORTANTES EN LAAPLICACIÓN DEL MODELO Y ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE SU METODOLOGÍA La aplicación de los principios rectores previamente enunciados en los contex- tos de cuidados no se ve exenta de dificultades. La insuficiente formación de algunos equipos, la falta de coherencia en las metodologías e intervenciones, la rutina cotidia- na, o las limitaciones que en ocasiones impone la organización del centro pueden ha- cer que los principios y valores se queden en simples declaraciones de intenciones. En esta guía se revisan cinco asuntos importantes en la aplicación del modelo en el día a día de la intervención gerontológica. Son los siguientes: • La atención personalizada desde la autonomía y la independencia. • Lo privado, lo íntimo y la confidencialidad. • Lo propio, lo significativo, lo cotidiano.
  • 42. 42 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA • El papel de las familias. • Lo organizativo y los nuevos roles de los profesionales. Partiendo del reconocimiento de que trabajamos con personas, en torno a estos cinco asuntos se enuncian las principales ideas y consideraciones que este modelo de atención incorpora como asunciones básicas a contemplar en la intervención co- tidiana y se ofrecen aportes metodológicos diversos para apoyar su concreción en los procesos asistenciales. Para finalizar este primer capítulo introductorio, es preciso resaltar algunas ca- racterísticas de las metodologías que se proponen, ya que contienen elementos di- ferenciadores de las técnicas e instrumentos clásicos con los que venimos trabajan- do. En este sentido, cabe destacar que el modelo y las metodologías que propone la Atención Gerontológica Centrada en la Persona: • Demandan nuevos conocimientos y competencias profesionales. Hay que in- sistir en que no es un modelo des-profesionalizado. Aporta un nuevo «modo de vida» en la práctica profesional, que requiere tanto de competencias pro- fesionales específicas y conocimientos de cada una de las disciplinas que in- tervienen en el proceso de intervención gerontológica, como de otras más transversales y comunes a todo el equipo que permitan a la persona usuaria el máximo control posible de su proceso de atención y de su vida. • Conforman un conjunto de herramientas para utilizar de una forma flexible y siempre adaptada a cada persona. No proporciona una batería estándar para aplicar de forma sistemática a las personas usuarias. Se trata de un proceso de intervención o planificación continuo y abierto. • Requieren alta creatividad por parte de los equipos técnicos y los grupos de apoyo creados. En no pocas ocasiones lo más apropiado será buscar nuevas ideas y construir nuevos abordajes para llegar a implicar a los participantes. Los instrumentos que aquí se muestran son vías para lograr el reconocimiento de la persona y su participación. • Pretenden ser sencillas, operativas y cercanas. Su principal objetivo es reco- nocer e implicar a la persona usuaria y al grupo. De ahí la importancia de que visualicen bien lo que quieren mostrar y utilicen un lenguaje comprensible alejado de tecnicismos. • No son instrumentos pensados para diagnosticar ni medir cuantitativamente los efectos de la intervención, por lo que los requisitos de fiabilidad y validez pierden importancia. Ello no resulta en absoluto incompatible con la utiliza- ción de otros que sí requieren el cumplimiento de estas condiciones.
  • 43. Capítulo II Primer asunto importante: LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA
  • 44.
  • 45. 45 Y esto nos hizo pensar… Invertíamos mucho tiempo en las reuniones de equipo, todos los profesionales nos juntábamos cada semana para revisar los planes de atención de cada residente. Pensábamos que era la mejor manera de procurar una buena atención. Un día, un residente, Pedro, me preguntó qué se «cocía» en aquella sala donde estaba toda la «plana mayor reunida». Yo le dije que estábamos planificando la atención de un nuevo ingreso. Pedro me dijo cariñosamente, casi en tono de broma: «Pues si un día me toca el repaso a mí, me avisáis, que no me gustaría que se hablara de mis cosas sin yo enterarme». Esto me hizo darme cuenta que preguntábamos poco. Que nuestro método, muy profesional, podía ser mejorado. Compartí mi inquietud con el resto del equipo; al principio no nos poníamos de acuerdo en cómo interpretar este suceso. Pero hablamos bastante y ello nos permitió reflexionar, llegar a algunos consensos y empezar a cambiar algunas cosas. Y en ello estamos… (Maribel, profesional de residencia)
  • 46. 46 Las personas tenemos algunas características comunes. Algunas si- tuaciones, al compartir necesidades, hacen que nos parezcamos más. Tener una enfermedad determinada, el momento del ciclo vital que atravesamos, no valernos por nosotros mismos y tener que depender de los demás puede hacer que las personas nos asemejemos. Sin embargo, las diferencias interindividuales constatadas en el proceso de envejecimiento rompen el tópico de la uniformidad de las personas mayores y hacen indispensable la atención individualizada. Diferencias detectadas no solo en cuanto al proceso biológico sino en los modos de adaptación a los cambios y su expresión a través de emociones, conductas y formas de relación social. Cada uno de nosotros, cada una de nosotras, tenemos nuestra propia trayectoria vital que nos diferencia: una biografía que comprende un pasado, que contextualiza nuestro presente y determina, al menos en parte, nuestro futuro. Una trayectoria vital trazada desde el contacto del individuo con su medio y que ha sido construida fundamentalmente desde la relación social. Este es el hecho que hace que cada persona sea única, y por tanto, deba ser tratada desde su singularidad. Esto cobra una especial relevancia cuando la persona se encuentra en una situación de vulnerabilidad, cuando al encontrarse ante una mayor indefensión suele depender del apoyo y decisiones de los demás. El modelo de atención gerontológica centrada en la persona se entiende desde la personalización, desde la autonomía personal y desde el logro del mayor grado posible de independencia, como modo de favorecer el bienestar del individuo. Pero surgen preguntas: • ¿Cómo favorecer que las personas mayores usuarias de los servicios participen, decidan y tengan el mayor control posible de su día a día? • ¿Esto es posible con las personas que tienen un importante deterioro cognitivo? • ¿Hay límites en el ejercicio de la autonomía personal? ¿Y en la independencia? • ¿Cómo conseguir un trato personalizado en el día a día? • ¿Cómo lograr esto sin que se produzca discriminación entre las personas que atendemos?
  • 47. 47 1. CONOCIENDO Y PONIENDO EN VALOR IDEA 1. TRABAJAMOS CON PERSONAS. RECONOCEMOS SU SINGULARIDAD a) Partiendo de cada biografía • Nuestra biografía nos proporciona algo muy importante: el sentido de identidad. Permite integrar y conectar pasado, presente y futuro dando unidad a nuestra vida. • Cada persona usuaria, por su biografía, es diferente a las demás. La in- dividualidad, en este modelo, además de ser una característica intrínseca a la persona, se considera un gran valor. • Reconocer la singularidad de la persona hace imprescindible la atención personalizada. Atención que ha de concretarse en un plan individual en coherencia con cada proyecto de vida donde la persona participe y ejerza control. • La biografía se convierte en el principal referente de la atención y del trato personalizado. Ésta puede ser definida como el conjunto de infor- maciones recogidas, identificativas y significativas de las trayectorias vi- tales del individuo. • En los casos de deterioro cognitivo, conocer la biografía de la persona y tomarla como referencia es de gran ayuda para poder personalizar la atención.
  • 48. 48 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA «La persona es el resultado final, siempre provisional mientras funcione su ce- rebro, de su historia interactiva individual elaborada en entornos físicos, cultu- rales, sociales y afectivos específicos, a través del lenguaje y otras formas de comunicación. En síntesis: la persona es el producto singular de su biografía» (Ramón Bayés). b) El proyecto vital • A lo largo de nuestra vida, todas las personas vamos construyendo nues- tro propio proyecto de vida. Viene marcado por nuestra experiencia y biografía, pero también por nuestra situación actual, nuestras expectati- vas de futuro y por los apoyos con que contamos. • Las personas mayores, aun estando en la última etapa del ciclo vital, también tienen sus propios proyectos de vida. El proyecto vital solo con- cluye con la muerte. En la vejez, tiene gran importancia poder continuar con el proyecto singular de vida así como lograr dar valor y un significa- do positivo a lo vivido. • Esto es algo que todavía cobra mayor importancia cuando la persona mayor vive en un centro residencial fuera de su entorno habitual. La continuidad del proyecto vital, evitando rupturas no deseadas con los há- bitos y estilos de vida, resulta entonces esencial. • Los diferentes recursos asistenciales y los equipos técnicos deben con- vertirse en apoyos que permitan que las personas usuarias continúen y completen sus proyectos de vida. ¿Qué es el proyecto de vida? El proyecto de vida es la forma que las personas tenemos de plantearnos nues- tra existencia, para conseguir nuestras metas y deseos en relación a distintos ámbitos de desarrollo personal y social: el trabajo, la familia, la red social de apoyos y afectos, los intereses y aficiones, etc. c) Los objetivos de la atención • Los objetivos asistenciales no deben quedarse solo en proteger a la persona, sino también deben plantearse, con independencia de su nivel
  • 49. LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA 49 competencial, la capacitación y la provisión de apoyos para favorecer la máxima autogestión y vida independiente. • El desarrollo de la autonomía, el logro de la máxima independencia y el bienestar subjetivo son los objetivos que de una forma equilibrada han de orientar los planes de atención. Autonomía no es lo contrario de dependencia —La autonomía personal es la capacidad del individuo para hacer eleccio- nes, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. El término opuesto a autonomía no es dependencia sino heteronomía. —La dependencia hace referencia a la necesidad de atenciones por parte de otras personas para realizar las tareas de la vida cotidiana. El término opuesto a dependencia es independencia. Las personas mayores en situa- ción de fragilidad o dependencia pueden tener disminuida o no su autono- mía personal. d) Las preferencias y los deseos • La persona debe tener opción a expresar sus preferencias y que éstas sean, en la medida de lo posible, respetadas. Para ello es preciso que los equipos técnicos conozcan a la persona y existan oportunidades para atender sus deseos. • En el caso de personas con deterioro cognitivo u otras alteraciones psi- coemocionales, la observación cotidiana de la persona y de sus reaccio- nes ante las distintas situaciones de actividad y cuidados sirve para cono- cer cómo la persona muestra aceptación o rechazo ante lo que le vamos proponiendo. IDEA 2. TRABAJAMOS CON PERSONAS. PROMOCIONAMOS SU AUTONOMÍA a) El control sobre lo cotidiano • En el desarrollo de la autonomía el día a día cobra una importancia ex- trema. En el domicilio, en el centro de día, en la residencia, en el ba-
  • 50. 50 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA rrio…, en cada momento del día y en relación a cuestiones muy concre- tas (cómo me arreglo, dónde voy, en qué actividades empleo mi tiempo, con quién me relaciono) y en contacto con las personas que allí convi- ven, es donde la persona mayor puede ver facilitado o dificultado su pro- yecto vital. • El control de lo cotidiano tiene un papel central para el bienestar emocio- nal y la autoestima. La percepción de control sobre el medio se produce cuando la persona siente que sus acciones tienen efecto en el medio que le rodea y, especialmente, cuando éstas le resultan eficaces para conse- guir resultados positivos o modificar algo que le causa malestar o no le agrada. • La falta de control percibido ocurre cuando los acontecimientos que nos rodean se suceden sin que tengan relación alguna con lo que hacemos. Ello provoca indefensión en la persona, y a su vez puede acabar produ- ciendo reacciones intensas de malestar (enojo, agresividad…), apatía, abandono personal o depresión. Debemos saber que … —Cuando las personas presentan niveles altos de dependencia, su necesidad de ejercer control sobre el medio puede ser expresada mediante peticiones repetitivas y sucesivas órdenes a los cuidadores. —Atribuir esta conducta a la necesidad de aumentar su percepción de con- trol a través de las acciones de otros, sin banalizar su importancia, así como buscar la facilitación de dicho control (productos de apoyo, modificación ambiental) es la actitud profesional correcta. b) Visibilizando las capacidades • Observar e identificar las capacidades de las personas, buscar apoyos que las rescaten y visibilizarlas son aspectos fundamentales para la pro- moción de la autonomía. • La mirada profesional no puede limitarse a detectar las dificultades sino también ha de fijarse en las capacidades de las personas y en buscar los
  • 51. LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA 51 apoyos precisos para que éstas desarrollen actuaciones competentes y adquieran el mayor control posible de sus asuntos cotidianos. • Es imprescindible que la persona mayor sea consciente de sus capacida- des; darse cuenta de lo que uno es capaz de hacer estimula y fortalece la autoestima. • También es primordial que quienes rodeamos a la persona mayor (pro- fesionales, familias, amigos) nos demos cuenta de sus capacidades. Con esta forma de mirar, mejoraremos la percepción de su capacidad, se lo transmitiremos y transformaremos la forma de relacionarnos. c) La participación de la persona en su plan de atención El Plan de Atención y Vida Es el instrumento básico donde recogemos las valoraciones, informaciones personales, objetivos, ideas, propuestas de intervención, apoyos personaliza- dos y recomendaciones para que la persona adquiera el mayor grado de auto- gestión sobre su vida cotidiana. Es un instrumento dinámico, que propicia el diálogo entre la persona usuaria, la familia, los allegados y los profesionales. Una hoja de ruta consensuada para atender necesidades y apoyar el proyecto de vida de cada persona desde el impulso de su autonomía. • El Plan de Atención y Vida (PAyV) va a tener gran influencia en la vida presente y futura de la persona mayor que requiere cuidados. Porque ahora, en su día a día, han entrado a formar parte los profesionales, los cuidados y las actividades que se propongan. • Porque se trata de la propia vida de la persona usuaria, el PAyV debe di- señarse y llevarse a cabo desde la máxima participación posible de quien la protagoniza: la persona mayor. • Siempre que la persona mayor lo acepte, es conveniente abrir la posibili- dad de crear un grupo social de apoyo y consenso (profesionales, familia, amistades) que participe en el diseño y desarrollo de este plan. • La persona usuaria ha de tener un papel central en las propuestas, de- seos y decisiones en relación con la mejora de su calidad de vida.
  • 52. 52 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA d) Cuando la persona tiene deterioro cognitivo Una importante distinción: la autonomía como capacidad y como derecho —La autonomía como capacidad se refiere al conjunto de habilidades que cada persona tiene para hacer sus propias elecciones, tomar sus decisio- nes y responsabilizarse de las consecuencias de las mismas. La autono- mía se aprende, se adquiere mediante su ejercicio, mediante el aprendiza- je que proviene de uno mismo y de la interacción social. Se trata, así pues, de un ejercicio directo de las propias personas y desde su propio control que se aprende. —La autonomía como derecho hace referencia a la garantía de que las per- sonas, al margen de sus capacidades, puedan desarrollar un proyecto vi- tal basado en su identidad personal y tener control sobre el mismo. En el caso de personas con grave afectación, el ejercicio del derecho a su autono- mía suele ser indirecto, es decir mediado por otros y a través de los apo- yos precisos. López Fraguas y cols. (2004). • Las personas cuyas competencias están muy mermadas (deterioro cog- nitivo importante, trastorno mental severo…), pueden necesitar ser sus- tituidas por otros para gestionar aspectos muy elementales de su vida. En estos casos la autodeterminación se hace efectiva a través de los otros —familia, allegados, profesionales—. • Sustituir a los demás en sus decisiones no es algo fácil. Ponerse en el pa- pel del otro y decidir según su criterio, su estilo de vida y sus preferen- cias (porque en esto consiste el ejercicio indirecto de la autonomía) pue- de llegar a ser complicado pero algunas estrategias pueden ayudarnos. Algunas estrategias para sustituir a las personas en sus decisiones —Conocer y tener en cuenta la biografía de la persona. —Saber si existen y respetar las voluntades previamente expresadas. —Interesarnos e informarnos sobre los hábitos y las rutinas que le generan bienestar. —Acercarnos, mediante la observación, a sus preferencias actuales y perma- necer atentos a los cambios.
  • 53. LAATENCIÓN PERSONALIZADA DESDE LAAUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA 53 • Además, la autonomía no es una cuestión de todo o nada. Depende de cada tarea o situación. La mayoría de las personas con deterioro cogniti- vo, con los apoyos precisos, pueden y deben seguir decidiendo sobre mu- chas cuestiones cotidianas, a la par de precisar ser sustituidas en la toma de decisiones de los asuntos más complejos. Debemos saber que … —La competencia para decidir y actuar depende de cada situación. No todas las situaciones requieren el mismo grado de competencia. No es lo mismo decidir dónde pasar la tarde (en la habitación, en la sala común) o si partici- par en una actividad determinada que renunciar a un tratamiento prescrito e importante para la propia salud. —Por tanto, la valoración de la competencia personal en relación a su capaci- dad de autogestión ha de realizarse para cada situación y demanda concre- ta. La competencia requerida dependerá de las consecuencias de la decisión y del beneficio/perjuicio que la misma genere para la propia persona o para terceros. e) Conciliando seguridad, autonomía y bienestar • En no pocas ocasiones la seguridad es el único criterio que contempla- mos en los cuidados a la persona mayor. Una seguridad que con frecuen- cia limita su autonomía e incluso puede afectar a su bienestar emocional (limitar la libre deambulación, el acceso a sus pertenencias, las sujecio- nes físicas…). • La vida cotidiana no está exenta de riesgos, y habitualmente los asumi- mos con naturalidad. El desarrollo de la autonomía en la personas en si- tuación de dependencia conlleva asumir ciertos riesgos. Riesgos calcu- lados, pero riesgos. Esta visión debe ser clarificada y compartida con la persona mayor y con sus familiares. • Es preciso equilibrar la seguridad, el bienestar emocional y la autono- mía de las personas usuarias en las intervenciones. Ante las situaciones cotidianas en las que entran en conflicto estos objetivos será preciso va- lorar detenidamente cada situación y consensuar actuaciones y medidas que concilien estos tres objetivos. Todos ellos son importantes para la ca- lidad de vida de la persona.
  • 54. 54 LAATENCIÓN GERONTOLÓGICA CENTRADA EN LA PERSONA f) Las medidas restrictivas y las sujeciones • En los centros de atención a personas mayores se tiende a utilizar en ex- ceso medidas de sujeción y que restringen la libertad de las personas. Es habitual la distinción entre medidas de sujeción física o mecánica y de sujeción química o farmacológica. • No todas las medidas de sujeción son iguales ni tienen los mismos efec- tos. Unas son restrictivas mientras otras no lo son. Unas pueden ser apli- cadas de forma voluntaria mientras otras se aplican de forma involunta- ria. No obstante, tanto las medidas restrictivas como las que conllevan una sujeción, deben ser aplicadas exclusivamente para proteger a las personas de riesgos importantes o de daños para su salud o para la de ter- ceras personas. Definiciones Norma Liber-Ger Restricción: se trata de cualquier acción (médica, química, física, psicológica, social o de cualquier otro tipo), palabra u obra que se utiliza con el propósito o la intención de limitar o constreñir la libre circulación o capacidad de toma de decisiones de uno mismo o de una tercera persona. Sujeción: se trata de cualquier método manual o físico, instrumento mecá- nico, material o equipamiento adjunto al cuerpo del paciente, que impide su movilidad y/o el acceso a parte de su cuerpo. Estas a su vez, se pueden sub- dividir en: —Sujeción Restrictiva: cuando se utiliza con un carácter restrictivo, como ele- mento que la persona usuaria no puede retirar fácilmente y restringe su liber- tad de movimientos o normal acceso a parte de su cuerpo. —Sujeción No Restrictiva: cuando se utiliza sin carácter restrictivo, como ele- mento que permita a la persona usuaria mantener una posición corporal co- rrecta y lo más fisiológica posible. Además, tanto las restricciones como las sujeciones pueden ser voluntarias o involuntarias, según la persona dé su consentimiento o no. Tomado de: Norma Liber-Ger. Fundación Cuidados Dignos. www.cuidadosdignos.org • Si es preciso utilizar medidas de sujeción física hemos de asegurarnos que se toman como última opción, es decir cuando no han funcionado otras alternativas, ya que suponen una importante limitación de libertad además de provocar malestar.