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Principales propuestas Documento PRO
“Qué tiene que cambiar en Córdoba”
a. Visión General
Detener el populismo, haciendo frente al intento del Kirchnerismo de dominar
ambas cámaras en el 2021 es el desafío estratégico de la Provincia de
Córdoba.
Los cambios de fondo son cambios globales en todo el planeta. Apostamos a
tener, desde el Gobierno de Córdoba, una mirada intensa de la integración de
Argentina al mundo
Si tuviéramos que resumir en una sola frase -en un solo grito- cuál es la
aspiración pendiente que todos los cordobeses y todos los argentinos
tenemos desde hace muchos años seguramente sería ésta: “queremos
vivir en un país con aquella gran clase media, emprendedora y llena de
oportunidades que soñaron nuestros abuelos inmigrantes”.
Esa “movilidad ascendente” como la llaman los técnicos -ese “m´ hijo el
doctor”- que proponía nuestra tierra “a todos los hombres del mundo que
quieran habitar el suelo argentino” (preámbulo de nuestra Constitución
Nacional de 1853) es el faro que debe guiar nuestro proyecto como nación.
La esperanza vence al miedo. Es una actitud que tenemos que forjar más allá
de cuál sea el resultado que logremos. “Tal vez no vivamos para ver los
cambios que estamos promoviendo y lo vean nuestros hijos”… es así. Para
que eso ocurra, hay que ponerse en acción y dar el primer paso, luego el
segundo, y así hasta que el cambio esté en marcha.
La pregunta central es ¿cómo lo logramos? El resumen de nuestra
propuesta está aquí: si le damos más libertad y poder a la gente y la
preparamos para que sea libre, para que cada uno sea artífice de su destino y
de su realización, asegurando la igualdad de oportunidades, tratando de
depender lo menos posible del Estado para lograrlo, entonces cambia el país y
también el mundo. (Ver bases ideológicas)
El proyecto tiene una virtud: es suficientemente ambicioso como para
movilizarnos, pero es concreto: si al final del día hay más personas con
oportunidades de realizarse está avanzando. Si son menos, estamos
retrocediendo.
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b. Nuestra visión de Gobierno para Córdoba
Diagnóstico: El “ciclo peronista” de Gobierno en Córdoba muestra síntomas
claros de agotamiento. La falta de reacción contundente y activa para mitigar el
impactado de la pandemia y la prolongada cuarentena por parte de los
funcionarios es una prueba evidente.
Córdoba tiene una gran fortaleza; la gran clase media y nuestra estructura
productiva. El entramado social ha consolidado a lo largo de nuestra historia
una gran clase media conformada por miles de profesionales, cuentapropistas,
pequeños comerciantes y empresarios pymes, pequeñas industrias familiares
dispersas por toda la geografía provincial (en cada pueblo y en cada ciudad)
que, a pesar de todos, siguen yendo para adelante.
Esta fortaleza histórica, está más que claro, sobrevive en amenaza
constante. Viene deteriorándose a lo largo de las décadas. Y en el último año
de pandemia y cuarentena es evidente que ha sufrido un duro golpe.
La gran clase media cordobesa no pide subsidios, no se arrodilla ante los
políticos para que le den nada. Está dispuesta a arreglársela sin el Estado,
interactuando a nivel de comunidad y con iniciativa privada. Sólo quiere reglas
claras, acceso barato al crédito, igualdad de oportunidades y posibilidades de
venderle nuestros productos al país y al mundo.
Quiere capacitarse, quiere interactuar con la cultura local, nacional y también
internacional y no compra relatos ni de uno ni de otro extremo.
Esta cultura del progreso corre peligro de debilitarse en las nuevas
generaciones. Y no podemos dejar que eso ocurra. Parte del cambio que
proponemos es para que esto no cambie en Córdoba. Y por el contrario se
proyecte a nivel país.
El interior del interior. Vale la pena remarcar que, a pesar de que el Gran
Córdoba creció como el resto de los grandes conglomerados del país, en
nuestro caso esta matriz de clase media y estructura productiva ha permitido
que haya cientos de pueblos y ciudades con sus fábricas que equilibra y
estabiliza la distribución de las personas por todo el territorio. Otro tanto con el
turismo que hace eso mismo de distinta manera.
Si tenemos esta potencia y este potencial, podemos creer siendo realistas que
un gobierno ordenado a nivel provincial y a nivel nacional haría despegar no
sólo la economía de Córdoba sino también la sociedad.
¿Cómo lograrlo en el corto plazo y en el marco de esta pandemia?
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c. Nuestra propuesta Económica
Nuestro objetivo de Gobierno está muy claro: que todo el que tenga una
iniciativa en Córdoba, la desarrolle.
Esto es: encuentre de parte del Estado Provincial todos los caminos allanados y todos
los estímulos para que se concrete y se despliegue.
Desde el Estado vamos a hacer las obras que son básicas para que las
iniciativas tengan infraestructura.
Vamos a preocuparnos para que los servicios públicos sean
competitivos, por lo menos con respecto al resto del país (que los cordobeses
no tengamos que pagar la electricidad más cara que los porteños por ejemplo).
La provincia de Córdoba tiene que ser la jurisdicción que menos
impuestos cobre a la actividad económica en todo el país, eliminando
ingresos brutos y simplificando el sistema tributario a un impuesto simple de
pagar, progresivo y justo, asentado sobre las ganancias y no sobre la actividad
(como es ingresos brutos, sellos y otros impuestos distorsivos)
Y la gran herramienta para potenciar a todo aquel que tenga una iniciativa
es el crédito. Allí es donde el Estado tiene la posibilidad de marcar la
diferencia. Porque en un marco de incertidumbre política y económica los
bancos privados y financieras hacen imposible que alguien con un proyecto
pueda conseguir dinero para desarrollarlo sin morir en el pago de intereses.
Pero el Estado tiene otros fines y por eso puede ofrecer crédito a tasas de
interés subsidiadas. El financiamiento es la herramienta más transparente y
más respetuosa de la igualdad de oportunidades que puede tener un Estado:
asegurarse que todo el que tenga una iniciativa con expectativas fundadas de
éxito tenga acceso al dinero para desarrollarlo.
Podemos multiplicar esta estructura con la entrada de jóvenes que quieren
iniciar sus emprendimientos y proyectos así como personas que están en
condiciones de lanzarse por sí mismos.
Cuando hablamos de iniciativas estamos pensando en las miles de acciones que
pueden suscitarse cuando se la deja a la gente operar en libertad: desde un grupo de
jóvenes que lanza una nueva aplicación con posibilidades de llevarla a otros lugares
del mundo, hasta un conjunto de baile folclórico que decide dar un paso más allá y
profesionalizarse o una madre que reacciona a la crisis y comienza a vender
empanadas o pan o ese profesor que se anima a poner un pequeño instituto…
¿Qué más puede hacer el Estado para que no quede ninguna iniciativa sólo en
los papeles por falta de apoyo?
Parece mentira esto que vamos a proponer pero es así: el Estado provincial debe
preocuparse de intervenir para corregir ciertas distorsiones que no se encaran desde
el orden nacional y que desalientan el crecimiento de las empresas y los
emprendimientos.
Por ejemplo: la incertidumbre que hoy genera emprender una relación laboral así
como las cargas laborales y el eventual despido. Hace años que todos coincidimos
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en que un modelo similar al que hoy utilizan los empleados de la construcción, donde
en cada sueldo se ha pactado ya un porcentaje que luego automáticamente funciona
como fondo de despido cierto y previsible por ambas partes, podría ser un marco para
que las contrataciones de personas no sufran ante la eventualidad de que un juicio
laboral termine fundiendo el emprendimiento.
Las cargas laborales, la cuota sindical y otros costos que no van a los
bolsillos de los trabajadores pero que encarecen su contratación deben ser
revisados con una política de asistencia provincial.
Así como subsidiamos a los estudiantes para que vayan en transporte al
colegio, tenemos que cubrir desde la órbita provincial el costo que impide
que se tome más gente en blanco en la economía de Córdoba. Si no lo
podemos hacer con todas las empresas, al menos lo hagamos por un tiempo
con las empresas que nacen y también con la contratación de empleados
jóvenes y sin experiencia que hoy no están pudiendo ingresar al mercado
laboral por las altas barreras que suponen estas cargas y la incertidumbre.
Córdoba está en condiciones de internacionalizar una parte importante de su
economía en lo inmediato y eso sería un “boom económico” (ingreso de
dólares). Pero aquí los cordobeses necesitamos al Estado provincial de nuestro lado,
luchando contra la decisión del Estado Nacional de trabar el comercio internacional al
son de frases hechas como “asegurar que el precio del pan o del asado esté barato” o
conceptos de ese estilo.
Para aprovechar el costo muy competitivo de nuestro trabajo expresado en dólares
respecto de otras regiones del mundo, desde el gobierno provincial tenemos que
asegurarle a cualquiera que exportar sus productos o servicios, que el Estado
Nacional no se quedará con sus dólares o le aplicará retenciones o impuestos
absurdos.
La capacitación de los nuevos profesionales y trabajadores en Córdoba está por
muy debajo de las expectativas. La educación que reciben los profesionales en la
Universidad nacional de Córdoba que es la más importante institución es deficitaria y
alejada de la realidad de las empresas de Córdoba. Porque –esto hay que decirlo- no
hay diálogo entre las empresas y la universidad por una distorsión ideológica de
algunos de sus directivos desde hace ya mucho tiempo (el diálogo es mínimo). Otro
tanto con la universidad provincial, con los institutos y con la educación pública
primaria y secundaria.
Las empresas de Córdoba si las alentamos con beneficios impositivos y certidumbre
de que esos pasantes no generarán luego problemas judiciales al calor de las lagunas
legales, pueden hacerse cargo de capacitar a la fuerza laboral joven de Córdoba.
Por último, para cumplir con el objetivo es condición que la Justicia provincial
funcione. Que sea rápida y eficiente para resolver los conflictos que se suscitan por la
actividad comercial y privada. Si se emprende un desarrollo inmobiliario para alquilar
propiedades, pero cada problema de desalojo que se produce demora un año en
resolverse, entonces ese emprendedor le conviene mantener su plata en el mercado
financiero.
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d. Nuestra propuesta fiscal: Reestructurar el Estado
Vamos a la realidad. Tenemos un Estado provincial que nos sale caro y está mal
configurado.
Cuando vemos esta tabla advertimos el desfasaje entre la cantidad de empleados que
tenemos en empresas como EPEC y Banco de Córdoba y los sueldos que pagamos
por tener esas “empresas públicas”. También duelen esos más de 40.000 empleados
que trabajan en la Administración pública que son más que los policías y con mejores
sueldos promedio.
Poder Judicial Cargos: 2.370 Promedio remuneración $ 331.937
Administración
Pública Cargos: 40.519 Promedio remuneración $ 78.056
Policía Cargos: 25.101 Promedio remuneración $ 72.689
Educación Cargos: 83.829 Promedio remuneración $ 53.884
Poder Ejecutivo
y Legislativo Cargos: 976 Promedio remuneración $ 153.226
EPEC Cargos: 3.674 Promedio remuneración $ 231.326
Banco
de Córdoba Cargos: 3.109 Promedio remuneración $ 208.804
Municipalidad
de Córdoba Cargos: 10.304 Promedio remuneración $ 111.301
Municipios
del interior Cargos: 29.290 Promedio remuneración $ 53.250
Los contribuyentes estamos pagando al Estado $ 555.240 millones de pesos al año
para que nos provean los servicios y hagan las obras que necesitamos. Pero veamos
que los gastos corrientes (y dentro de ellos el gasto en personal) se lleva la inmensa
mayoría quedando pocos recursos para inversiones en capital
¿Quién paga este gasto público provincial? Allí está la clave de nuestra propuesta
de cambio. La “fiesta” la está pagando el sector económico a través del impuesto a los
ingresos brutos y de sellos además de los impuestos nacionales que le son luego
transferidos por coparticipación a la provincia.
Podemos observar que el impuesto automotor y el impuesto a los inmuebles tiene una
recaudación muy básica. Y en cambio Ingresos Brutos es el 22% del total de los
ingresos de la provincia, capturando una parte de todos los negocios, no sólo las
ganancias sino sobre el ingreso inicial (no importa que luego el comerciante o
empresario pierda plata después)
Proponemos una reforma tributaria profunda en Córdoba para reordenar estas
distorsiones.
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Un tema fundamental es cuánto nos está costando a todos los cordobeses
mantener el déficit de la Caja Provincial. Los cordobeses estamos pagando al año
aproximadamente $ 10.000 millones que podrían ir a triplicar el presupuesto que
dedicamos a construir escuelas, viviendas u hospitales.
Proponemos un plan progresivo para transformar la Caja de Jubilaciones
provinciales en una entidad privada, similar a las Cajas de Jubilaciones de
profesionales. Que puedan pagar las jubilaciones que permita el giro propio de los
ingresos de los activos, sin que el Estado Provincial tenga que subsidiarlo con fondos
de todos los cordobeses.
El otro desafío es reestructura la Empresa Provincial de Energía de Córdoba
(Epec). Proponemos avanzar hacia su privatización o por lo menos el ingreso de
privados para una gestión mixta que nos permita depurar a esa institución de
privilegios y corrupciones acumuladas por años.
e. Nuestra propuesta Social
¿Qué hace concretamente hoy el Estado Provincial por nuestras familias?
Empecemos por lo básico: ¿la provincia nos garantiza la seguridad cuando
caminamos o estamos en nuestros hogares o tenemos que pagar -si es que podemos-
alguien extra que nos cuide? Si tenemos alguna dolencia ¿Vamos al hospital público a
hacernos atender o -si podemos- nos vamos a instancias privadas que nos dan más
certeza de una buena atención? Incluso a la hora de elegir una obra social y aún
teniendo la oportunidad de tener Apross ¿estamos dispuestos a pagar algo extra para
tener otro tipo de cobertura o nos resulta suficiente esa instancia?
A nivel de educación la pregunta es similar: ¿elegimos la escuela pública o -si
podemos- nos inclinamos más por instancias de gestión privada?
La última pregunta básica para cerrar el círculo es: ¿qué experiencia tenemos cuando
tenemos que gestionar algo ante la Justicia de Córdoba, o ante organismos que deben
darnos autorizaciones o validaciones?
Estos cuatro servicios básicos de un Estado: seguridad, salud, educación y
justicia, las familias de Córdoba no sienten que cumplan sus expectativas.
Posiblemente en algún caso no sean un desastre, como puede ser en salud por
ejemplo, pero a la hora de la verdad el que puede no los elige.
Esto no fue siempre así: varios de nosotros fuimos a escuela pública, vivimos en
barrios abiertos de Córdoba sólo protegidos por la policía provincial y nos hemos
hecho atender en hospitales públicos. La mirada podría extenderse muchos más allá:
jugamos en espacios públicos con chicos y chicas de otros barrios y pudimos disfrutar
de múltiples propuestas que brindaba el Estado. Pero ahora no es así.
La gestión pública de todos estos años ha dejado mediocridad en estas
instancias de lo público. Y en todos los casos muestran performances más bien
pobres.
A los efectos del objetivo que estamos proponiendo de apostar todo al desarrollo de
una gran clase media pujante, el contraste con lo que hoy hace el Estado provincial
por las familias deja mucho que desear.
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De los ingresos que percibe una familia, una parte importante va a pagar impuestos. Y
a la hora de recibir estos servicios tan importantes hay que volver a pagar para
garantizarse un umbral de calidad. Pagar por la salud, pagar por la educación, pagar
por la seguridad….
En la otra cara de la moneda, el Estado provincial viene creciendo en otras funciones
que no son éstas básicas, sin que nadie se anime a ponerle el “cascabel al gato”.
Tenemos entonces un enorme Banco Público (Banco de Córdoba), una empresa de
energía pública (EPEC), una obra social pública (APROSS), una caja de jubilaciones
provincial pública, una empresa que maneja las concesiones y peajes, una lotería, etc.
¿Sirven estos agregados? ¿Tenemos un crédito más barato y accesible desde el
Banco de Córdoba para el desarrollo empresario? ¿Tenemos tarifas de electricidad
más baratas que en otras provincias? ¿Tenemos acaso una mejor jubilación u obra
social? Está claro que no.
¿Cómo atendemos el crecimiento de la pobreza y la marginalidad que empeorará
con la Pandemia? El gasto social en Córdoba está mal gestionado. No faltan
recursos, falta gestión efectiva.
Sabemos que las instituciones del Estado no están llegando a dónde deben, ni están
protegiendo como corresponde a los que deberían proteger. No están en los barrios
cerca de la gente. No al menos, de un modo que resulte suficiente.
Proponemos hacer un primer foco en mejorando estas 4 instituciones:
La Escuela
Los Centros de Salud
La Sociedad Civil, clubes incluidos
El Espacio Público
Hoy, la Escuela no logra que los chicos terminen el proceso completo y va
excluyendo progresivamente a chicos, al punto de ser llamada “Fábrica de Ni-Ni”, pues
esos chicos no se integran ni al trabajo ni al estudio terciario o universitario. Aun así, la
Escuela es la institución por excelencia para concentrar nuestro trabajo. Porque está
presente en cada barrio; porque tiene edificios, canchas, salones; tiene RRHH y
recursos económicos.
Los recursos económicos de cada Escuela que hoy son “teóricos”, sean reales,
públicos y transparentes. Y si las Escuelas no tuvieran más que lo relativo a los
sueldos, entonces sin dudas, tendremos que sacar de la Publicidad de Gobierno u
otros ítems que, frente a esta urgencia, carecen de sentido.
Los Centros de Salud también presentes en casi todos los barrios tienen que estar
perfectos; lamentablemente, hoy dan asco, en su mayoría. Necesitamos que, si no hay
presupuesto para mejorar todos los Dispensarios, Hospitales Públicos y Centros de
Salud, se abra el juego y que sean los propios vecinos los que lo mantengan pintado,
con los techos impermeabilizados, que funcionen todas sus instalaciones. Los
gobiernos, en sus presupuestos pictóricos. hacen obras SIN destinar recursos al
mantenimiento de las mismas. Nuevamente el cuidar al otro cara a cara, nos muestra
que la respuesta más adecuada debe ser local. ¡Cuidar a todos!, ese es el objetivo de
tener buenos centros de Salud.
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El cambio en la Sociedad Civil incluyendo a los clubes ¡Dejemos que surja la
iniciativa privada y comunitaria en todas sus formas! La invitación es que pensemos
CON la Gente, no bajemos con recetas porque puede haber más y mejores ideas. Van
a surgir nuevos trabajos, nuevos recursos, nuevos líderes. Invitemos a la Gente a
pensar y a buscar las soluciones a los problemas reales que los rodean, de nuevo, a
los problemas locales. ¡Serán las soluciones más acertadas!
Los clubes deportivos deben considerados “tareas esenciales”. Necesitamos todos los
clubes llenos de chicos haciendo deportes porque desarrolla buenos hábitos.
El cambio en el Espacio Público. El Espacio Público es el lugar común. Que esté
bien cuidado, limpio, prolijo y estéticamente bello inclusive tiene beneficios para el
100% de la población.
Aquí de nuevo, ¡abran el juego! Así como el Central Park de la Ciudad de Nueva York
es cuidado y sostenido por vecinos; por el propio interés de vivir mejor o tener mayor
seguridad, surgirán acciones para cuidar la cañada, el contaminado Río Suquía, el
Parque Sarmiento o la Plaza Colón.
En definitiva, queremos hacer eje desde nuestro gobierno en los valores
comunitarios que todavía sobreviven en nuestra cultura y que están expresados
en los cientos de instituciones intermedias que reúnen a la gente y la entrelazan
a lo largo y a lo ancho de toda la provincia. Desde el Club del Barrio, la
parroquia, la organizaciones no gubernamentales, el centro vecinal, las
cooperativas, las fundaciones y asociaciones civiles, las mutuales….
Este entramado, aunque debilitado por un individualismo creciente, todavía nos
permite aspirar a construir una sociedad y un Estado guiado por el principio de
subsidiariedad.
Que no haga el Estado lo que puede hacer la comunidad y la propia iniciativa de la
gente. Y que no haga el nivel superior lo que puede resolver el nivel más básico. Es un
juego de equilibrio, el Estado debe respetar el impulso privado y al mismo tiempo debe
procurar el bien común. Estamos hablando como proyecto político para Córdoba de
una sociedad que se consolida de abajo hacia arriba, confiando en la gente e incluso
valorando la diversidad que este tipo de convocatorias produce.
En este tipo de entramados, es clave la figura del dirigente o del conjunto de dirigentes
que los conducen, que tiene autoridad propia por lo que han hecho y lo que hacen.
Ese tipo de dirigente legitimado por fuera de cualquier esquema político, es muy
importante (diríamos incluso que es vital) que pueda interactuar y hacer sus aportes al
sistema político tradicional, para renovarlo y llenarlo de energía.
Para fortalecer y ayudar a financiar a estas asociaciones de la Sociedad Civil,
vamos a permitir que cada contribuyente pueda canalizar el 5% de lo que paga
en concepto de Impuesto Inmobiliario y/o Automotor y dirigirlo en forma directa
y automática a entidades de Bien Público, debidamente registradas.
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f. Nuestra propuesta Educativa
La propuesta “revolucionaria” es que en Córdoba apostemos, como sociedad, a una
educación que supere sus enormes falencias, no a través de una gestión estatal
centralizada como se ha ensayado durante los últimos 20 años, sino al calor de la
diversidad que produce la intromisión de la sociedad civil, la iniciativa privada y
comunitaria y la decisión de los padres en este ámbito que hoy los repele.
Hablamos de permitir que un porcentaje importante de las escuelas públicas de
gestión estatal pasen a ser inspiradas y dirigidas por actores sociales,
instituciones civiles o religiosas, cooperadoras de padres o emprendedores.
Cada uno le dará su impronta, respetando -por supuesto- un núcleo básico de
contenidos universales y mecanismos que garanticen la calidad educativa.
El principio de subsidiariedad aplicado al ámbito de la educación pública puede
producir un verdadero círculo virtuoso, de abajo hacia arriba.
Los fondos seguirían siendo aportados por el Estado en su totalidad, como ahora, pero
su administración sería más eficiente, pues estaría en el nivel donde deben tomarse
las decisiones y sujeta a resultados.
La “revolución” se completaría promoviendo que los padres que envían a sus hijos a
escuelas públicas también puedan elegir la institución que mejor los interprete. Que
incluso puedan premiar o castigar el desempeño de la escuela moviendo sus chicos si
no están conformes. Dado que ahora el boleto educativo gratuito permite que los niños
se movilicen sin costo hacia cualquier escuela, podríamos avanzar sin problema en
este sentido.
Queremos para Córdoba un sistema educativo plural y diverso.
g. Nuestra propuesta en Salud
En nuestro gobierno revisaremos toda la estructura porque queremos lograr la máxima
eficencia y calidad de atención. Pero para ello hay que reformular toda la estrategia
desde la prevención hasta la máxima complejidad.
La medicina preventiva es la herramienta fundamental para que la gente viva sana y
no tensione el sistema. La organización de los agentes preventores tiene que tener la
capilaridad suficiente como para acercarse a la gente y sobre todo a los sectores más
vulnerables sin esperar a que el problema llegue ya conformado a los dispensarios.
Tanto la medicina preventiva como el nivel primario de la salud (los dispensarios)
deben ser completamente manejados por los municipios y comunas, cuestión que hoy
no ocurre porque se solapan las competencias municipales y provinciales con el
descontrol que eso acarrea. Los gobiernos locales son los que saben (o deberían
saber) gestionar ese nivel inicial.
Los hospitales públicos y unidades de mediana y alta complejidad, por el contrario,
deben ser concentrados por el nivel provincial (es una locura
-por ejemplo- que el Hospital de Urgencias de la Ciudad de Córdoba siga siendo
municipal).
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Pero la verdadera revolución la realizaremos con dos medidas muy concretas:
1) cuando le demos a cada afiliado de APROSS la oportunidad de confirmar que
quiere quedarse en la obra social del Estado o la posibilidad de pasar a la obra
social o prepaga que elija con el consiguiente traslado de su contribución.
2) cuando le demos a cada cordobés que no tiene ninguna cobertura de salud ni obra
social, una “cobertura” organizada con los fondos que hoy el Estado aporta sin
control, que le permita al hospital público que lo atienda cobrar por ese servicio al
Estado, así como al paciente la posibilidad de ir a hacerse atender a una instancia
privada, pagando la diferencia.
De esta manera los costos y los ingresos será eficientes y transparentes tanto para el
sector público como para el sector privado y podrán “competir” en calidad de atención.
Este cambio que parece técnico producirá un giro rotundo en la manera en que la
salud pública atiende y provocará una mayor integración entre el sector público y el
sector privado tan necesario en estos tiempos.
h. Nuestra propuesta en Seguridad
La seguridad es el gran talón de Aquiles de los gobiernos de De la Sota y Schiaretti. Y
la falta de políticas eficaces ha hecho que, a lo largo del tiempo, la situación se haya
vuelto dramática, tanto en lo que hace al delito como a la falta de preparación y
funcionamiento de la Seguridad y la Justicia.
Lo nuevo no es sólo que la delincuencia está aumentando, así como la sensación de
inseguridad.
Lo más grave es que por debajo de la superficie del fenómeno de la inseguridad,
se viene produciendo en los últimos 10 años una transformación muy profunda
y preocupante de consecuencias graves. El factor que lo ha desencadenado es
la irrupción y el dominio de las redes de narcotráfico, que operan en nuestra
provincia (y en todo el territorio nacional) con una impunidad notable.
El accionar del narcotráfico en nuestra provincia lo ha cambiado todo. Con su caja
económica -dinero en efectivo- y un producto que permite ganar plata fácil sin mayor
esfuerzo (y sin mayor riesgo dado el escaso resultado de la persecución penal) ha ido
“disciplinando” a los delincuentes, haciéndolos parte de una estructura de mayor
escala, recursos y más fácil conversión a dinero del fruto de los delitos.
Hoy ya no sólo operan con drogas, sino con trata de personas, tráfico de armas para el
delito, robos de camiones, desarmaderos, tráfico de mercadería ilegal, secuestros.
Aunque muchos delincuentes no son conscientes de que operan para estas redes
(porque sólo responden al cabecilla que les facilita el arma y la reducción de lo robado)
son una pieza más en el rompecabezas que se va organizando.
Los que lideran, operan a nivel nacional, con contactos internacionales. Su capacidad
financiera es muy importante.
En Córdoba por tanto el mapa del delito ahora no hay que confeccionarlo de abajo
hacia arriba como era antes hasta hace una década, sino al revés: desde las cabezas
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que poseen el financiamiento para sostener y someter toda la estructura hacia abajo,
hasta el último “perejil” que es usado como mano de obra barata.
En toda la cadena de mando de la red, por ahora se produce un quiebre en un punto.
Hacia arriba están los verdaderos jefes, cuyo perfil dista mucho de ser el de los
cabecillas de los mandos medios, algunos de los cuales son circunstancialmente
juzgados y apresados.
De este tipo de bandas con base territorial hay decenas en el territorio provincial de
distinto tipo que incluso compiten por el dominio de la zona.
En la oferta se incluyen también barras bravas, punteros políticos, dirigentes
comunitarios que han distorsionado su accionar e incluso bolicheros y productores de
bailes de cuarteto. Pero en los niveles superiores la competencia es muy reducida
incluso a nivel nacional.
Si tenemos en cuenta que el eje de estas organizaciones ha pasado a ser el tráfico
internacional de drogas y que a nivel mundial, los “jugadores” son mafias como los
carteles colombianos y mexicanos, la guerrilla colombiana y peruana, la mafia rusa, la
mafia calabresa 'Ndrangheta que introduce la droga a Europa y otros, incluso con la
protección de ciertos Estados en el mundo, podemos advertir la importancia y el poder
que pueden tener los operadores que representan a esas organizaciones en nuestro
país.
Estas redes utilizan tecnología y una metodología eficiente para todas sus operaciones
delictuales. Con la misma dinámica con la que logran ingresar al país un cargamento
con 1.000 kilos de cocaína desde Colombia y entregarla procesada y camuflada para
ser enviada a Europa en el puerto de Buenos Aires, traen mujeres esclavizadas de
República Dominicana para que terminen obligadas a dar servicios en un Burdel de
Morteros (por dar sólo un ejemplo de su flexibilidad). Se despliegan sobre el territorio
con una red de distribución y acción que sería la envidia de cualquier empresa
comercial.
No podemos tener una mirada superficial del fenómeno y contentarnos con noticas de
capturas de delincuentes con poca cantidad de estupefacientes.
Recordemos además que todavía hoy el 70% de las drogas que llegan a Córdoba son
procesadas para la exportación vía el puerto y el aeropuerto de Capital Federal, con
destino a Europa. Lo que queda aquí se utiliza para financiar la operación y satisfacer
el consumo interno.
Pero -insistimos- en esa misma logística, entregan armas para que los delincuentes
operen, reducen lo robado y lo transportan, traen mujeres para la prostitución,
entregan mercadería ilegal, etc.
El hecho que un vendedor senegalés en la peatonal de Córdoba, pueda ofrecer a un
transeúnte desde un “DVD trucho” hasta una bolsita con cocaína no debe extrañarnos
en este marco.
Hay que detenerse particularmente en el dominio de los barrios carenciados por partes
de los narcos porque es un tema que duele y preocupa.
Los narcotraficantes no se han contentado con este dominio sobre el mapa de la
delincuencia. Han ido tomando los barrios marginales, donde antes teníamos
delincuentes sólo en forma excepcional y actuando a su suerte.
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Hoy coexisten algunas zonas del Gran Córdoba con un porcentaje extraordinario de
familias enteras comprometidas con estas redes de una u otra manera. Todos saben
quién vende, quién cocina, quien es el jefe y cuándo viene el auto del jefe que está
todavía más arriba. Nadie está dispuesto a denunciar, porque en general han
comprobado con sus propios ojos, ciertos vínculos entre los policías de la zona y estos
vendedores de drogas.
Por lo menos hay 50 barrios en Córdoba muy comprometidos con esta situación de
señorío de los narcotraficantes. Durante la pandemia, el “cáncer” ha crecido dándole
soporte a personas desesperadas.
¿Qué debemos hacer entonces? Nuestra propuesta es cambiar completamente
la estrategia.
Antes que nada sepamos que esta matriz sólo se puede combatir de manera eficaz
desde el nivel nacional. Todos defendemos el federalismo, pero justo en este caso se
requiere operar en todo el territorio del país, sus fronteras, su sistema financiero, sus
rutas, sus trenes y aviones, su sistema de telefonía, de internet, centralizando la
información que producen las fuerzas de seguridad, de las policías provinciales y
hasta de los inspectores municipales.
Mientras no tengamos una legislación adecuada, una fuerza nacional especializada en
combatir estas redes y un fuero judicial también especializado en juzgarlos, no
lograremos resultados contundentes.
¿Qué podemos hacer desde Córdoba? El cambio debe comenzar desde el
principio. Las hipótesis de trabajo tanto en la faceta de prevención del delito como en
la persecutoria deben tener como premisa que ningún delito en Córdoba está exento
de vinculación con estas estructuras de crimen organizado y así debe ser abordado.
Las excepciones que se vayan comprobando probablemente confirmarán la regla.
Algunas iniciativas, a modo de ejemplo:
“Vamos por los jefes máximos de las redes” Necesitamos reformular las
prioridades en las líneas de investigación y concentrarnos en apresar a los
cabecillas. Eso requiere tecnología, capacitación de jueces y policías,
presupuesto, voluntad política y fuerzas especializadas con capacidad de
investigación sofisticada. Un cuerpo de jueces que investigue el vínculo entre
poder político y narcotráfico y sus ramificaciones en la policía y también en la
propia Justicia.
Mayores controles En paralelo necesitamos obstaculizar el modo en que fluye el
delito por todo el territorio provincial. Una cuestión tan simple como sofisticar los
controles ruteros para que no sólo pongan multas por llevar las luces apagadas,
sería un golpe de muerte a la logística de estas organizaciones. Aunque la
introducción de la Droga a Córdoba se da por múltiples vías (avionetas ilegales,
camiones, ómnibus, correo, viajeros con equipajes, etc) la droga en algún
momento se traslada por carreteras.
Eficiencia en la recepción de denuncias. El incentivo para que todo el que
tenga algún dato lo denuncie y la sistematización eficiente de esa información
también multiplicaría por mil nuestra vigilancia sobre las diferentes aristas de la
realidad del delito en Córdoba.
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Fuerzas y Equipos de saturación de zonas. También se requieren ciertas
acciones extraordinarias para romper esa matriz que se está consolidando a nivel
territorial. Debemos generar una fuerza de elite preparada para hacer operativos
de saturación de zonas urbanas tomadas por el narcotráfico. Esas fuerzas deben
incluir no sólo policías, investigadores, fiscales y funcionarios (para que todas las
decisiones se puedan tomar en tiempo real sobre el terreno) sino además
trabajadores sociales, educadores, agentes religiosos, promotores comunitarios,
etc. Hablamos de intervenciones que, tras el objetivo de reinstalar la “normalidad”,
integrar nuevamente la comunidad al resto de la ciudad, recuperar la confianza y
los lazos comunitarios, durarán varios meses.
Si queremos que “no nos maten para robarnos un par de zapatillas”, en definitiva, no
será suficiente con poner más policías y comprarles chaleco y hasta un auto.
Vamos a encarar una transformación profunda de la estructura de la seguridad
con mirada integral (incluyendo justicia, policía judicial, policía provincial,
enlace con las fuerzas federales, capacitación, involucramiento de la ciudadanía
y la comunidad, etc)