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TRUJILLO:
el equilibrio fatalista
Francisco J. González C.
Fondo Editorial PORTRUJILLO
2
EXORDIO
Luego de mucho meditar decido publicar de nuevo este ensayo escrito en
1986 casi tal cual como en el original. Solo suprimo algunos cuadros
estadísticos y agrego unas notas escritas en letra cursiva que informan o
aclaran asuntos en razón del tiempo transcurrido. Juzgarán ustedes la
vigencia del mismo. FGC.
3
“…cuantas veces he hablado de la necesidad en que
estamos, de poner fin a la larga conspiración de prudencia
que desde todos los confines amenaza nuestro progreso
social.”
Marío Briceño Iragorri
El Caballo de Ledezma
4
PRÓLOGO
El texto escolar de Geografía de Venezuela que seguíamos en el
Colegio Salesiano de Valera, hace ya medio siglo, daba al país
tres millones de habitantes y a Trujillo el diez por ciento de esa
cifra, lo cual situaba a nuestro Estado en uno de los primeros
puestos de la demografía, detrás acaso, de Zulia, de Lara y de
Miranda. Táchira y Mérida, más extensos, tenían menor
población.
La producción de granos era abundante, tanto, que se
consideraba a Trujillo el granero de Venezuela, y antes de que las
mulas corianas trajeran sus cargas de maíz, venían, escoteras, a
recogerlo de Trujillo para remediar la cíclica escasez del grano,
causada por los largos veranos de la Sierra de Coro. El café, la
caña de azúcar, las papas, los productos pecuaríos
autoabastecían y aun permitían la exportación. El café Boconó era
5
famoso en el mercado mundial.
Semejante status soportaba bien el pasado azaroso de heroísmos
y decisiones trascendentales que ilustran la historia y por los
cuales Trujillo es una de las siete estrellas que decoran y
alumbran la bandera nacional.
Para quien nació en esa conciencia de su tierra no es, por
supuesto, grato saber que ahora Trujillo y Sucre son tenidos por
los más deprimidos socialmente y que para ellos se diseñan
programas emergentes de socorro, llámense bono alimentarío o
bolsa de alimentos. Eso es lo que ha inventado la administración
para conjurar la pobreza crítica de Trujillo, y ni siquiera se cumple;
y ello, a muchos anos de aquel pensamiento según el cual no
debe darse un pez al hombre, sino ensenarlo a pescar.
La decadencia de Trujillo no está constituida por la parálisis de su
crecimiento demográfico, sino por la penuria de su población: "de
cien mil familias que hay en el Estado, apenas doscientas sesenta
pertenecen a la clase alta, esto es, al primer estrato de la
sociedad", afirma el autor de este libro; y ello significa el 0.24% de
la población, contra el 1 %, que es la proporción nacional y el
6
2.2%, que es la del Distrito Federal, por ejemplo.
No son pocas las explicaciones que se dan al estancamiento, al
deteríoro y a la degradación trujillanos: la diáspora humana como
causa o como efecto, el empobrecimiento y fatiga de las tierras, el
atavismo social y político, los malos gobernantes, la pesadumbre
de la historia. Posiblemente todo ello y algo mas es cierto. Lo
doloroso es que corre el tiempo, se alternan en el poder los
partidos, se pasa de la abundancia suma a la limitación de los
recursos fiscales y Trujillo continúe en el piano inclinado de su
desventura.
El texto de geografía que menciono ponía como antípodas a
Bolívar, con doscientos treinta y ocho mil kilómetros cuadrados y
ochenta y cinco mil habitantes, y a Trujillo, con siete mil
cuatrocientos kilómetros cuadrados y casi trescientos mil habitan-
tes. Barinas, llamado inexplicablemente Zamora en aquel tiempo,
era la mueca de su propio pasado: la capital, colección de ruinas y
de escombros, tenía entonces menor población que Barrancas, y
parecía que la entidad iba a perder la condición de Estado.
7
Bolívar es hoy una de las regiones más pobladas, y si puede
hablarse todavía de antípodas, ellas podrían ser Barinas y Trujillo:
treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, plétora de recursos
importantes, polo de atracción demográfica, región perfectamente
conformada aquella; siete mil cuatrocientos kilómetros, fragilidad
de los recursos económicos, centro expulsor de su población,
imposible o equívoca región, esta. Posiblemente una descarga
razonable de su población o un largo crecimiento vegetativo
habrían sentado bien a Trujillo si su circunstancia demográfica no
fuera tan diabólica, que tiene el mismo efecto de las lluvias
torrenciales sobre la tierra labrada de las laderas. Como la capa
vegetal que ha enriquecido ha cuenca del lago de Maracaibo, así
la mejor gente trujillana bajo de sus riscos, ora a aportar mano de
obra en la empresa del petróleo en el Zulia, ora a probar suerte en
otro medio sin sombra de caciques caprichosos, ora a emprender
la aventura inacabable del hombre al amor de un sol diverso. A la
postre, emigrar se convirtió en el destino del trujillano, y ni el
mismo podría explicar la razón de su ausencia.
Cuántas veces hemos tropezado, en las grandes ciudades
8
Caracas, Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, aun Puerto Ordaz
con el gheto trujillano, uno más en los barríos marginales donde
se apaga la ola humana que viene, inatajable, desde el medio
rural. En Ios más nombrados barríos caraqueños los guetos son
de boconeses, de caracheros, de escuqueños, pues aun en la
lejanía de su arisco terruño perduran las asimetrías, disparidades
y diferencias que hacen de Trujillo un estado varío y desigual.
Alguna vez, de regreso de una gira política a un bello pueblo frío
del Estado Trujillo, llevamos a Caracas a dos bellas muchachas
de la más selecta sociedad local, que nos habían atendido en su
casa. Al preguntarles, una vez en Caracas, la dirección de su
residencia capitalina, indicaron la de un barrío miserable, de esos
emergentes y caóticos. No perdimos la ocasión de hacer después
la reflexión que tipifica el caso de la degradación trujillana.
Aquellas muchachas, de primera en su pueblo, pasaban a ser
lumpen, gente sin clasificación o disímbola en el vientre horrible
de la gran ciudad.
Si se compara con sus hermanos de Cordillera Mérida y Táchira,
9
Trujillo sale hoy en desventaja. Alguien diría que a Mérida lo salva
la persistencia iluminada de una universidad dos veces
centenaria, y al Táchira, la circunstancia de ser un pueblo nuevo,
sin reatos históricos y con el estímulo constante de una frontera
viva; en tanto que Trujillo tiene cansancio de su cargo de glorias y
de luchas, carece de territorío y endémicamente ha sido mal
gobernado.
Pero no son o no parecen ser bastantes esas razones. Una o
más, profundas, debe haber.
El geógrafo Francisco Gonzalez, autor de este libro, penetra en el
caso trujillano con resolución, y en un ensayo novedoso, como el
que tiene ante sí el lector, se atreve a develarlo y a comentarlo
con criterío científico.
Pertenece a las más recientes promociones universitarias, ha
visto y medido a espacio la razón de ser de Trujillo en su
geografía física y humana, en sus caprichos sociológicos, en su
desconcertante proceso económico, y tiene la capacidad y la
autoridad para dar su versión, que está en las páginas siguientes.
10
Ya debe mucho Trujillo a este joven investigador, perteneciente a
una dilatada y distinguida familia de La Quebrada, Distrito
Urdaneta. Junto a otros estudiosos y preocupados paisanos suyos
ha participado en numerosas iniciativas cívicas las más valientes y
modernas para modificar el cuadro de la sociedad trujillana como
debe modificarse: a través de un nuevo individuo labrado
intensamente por la educación.
En PORTRUJILLO, la gallarda Fundación para el desarrollo in-
tegral de ese Estado, Gonzalez es pieza fundamental, farero
animoso, dispuesto siempre a dar más de su fe convertida en
esfuerzo.
Antes de estas páginas, el "morocho" Gonzalez ha publicado
muchas otras, testimonio de su entrañable interés por la redención
de su tierra; ha incursionado en el quehacer universitarío, ha
pertenecido a numerosas sociedades, anhelante de ser útil en la
medida en que lo necesita y reclama su Estado nativo. Hasta se
ha comprometido en empresas políticas contingentes, tal vez
ansioso de encontrar en ellas marco y herramientas para sus
11
propósitos civilizadores. La misma devoción por su tierra, su
generosidad y su vocación de servicio le han impedido ver que un
hombre como el, tan eficiente y bien equipado, no debe limitarse
ni limitar su empeño en el cuadro de una determinada parcialidad
política, pues debiéndose a toda la comunidad y afanándose por
la suerte de ella toda, no debe prever más resistencias que la del
atraso ni más suspicacias que la de la envidia rasa.
En su misma cuna ha advertido Gonzalez la más protuberante
característica de la sociedad tradicional de Trujillo: el caudillismo.
Nativo de La Quebrada, desde su niñez debió escuchar historias y
consejas acerca de los caudillos grandes y pequeños a quienes
los campesinos mencionan todavía con sus primeros nombres y
con el comentarío y el recuerdo grabados conformes a la bondad
o la malicia que tuvieron. El General Federico, pongamos por
caso, empedernido habitador de La Quebrada, era bondadoso.
Los campesinos lo amaban y seguían, y el, desde el balconcete
de su modesta casa de la plaza, en los últimos años de su vida
12
patriarcal, observaba el ajetreo inocente del pueblo que lo tenía
como un punto de apoyo y referencia. “Él era caudillo no por el
dinero que tenía, sino por el respeto que todos le debíamos", me
explico en La Quebrada un campesino anónimo.
Ojalá Gonzalez mismo se atreva un día a estudiar ese
apasionante fenómeno del caudillismo trujillano, que no tiene igual
en la república. Grava tanto el comportamiento del hombre tru-
jillano esa modalidad social, que no es temerarío culparlo de
ciertas reacciones y hábitos que caracterizan a este pueblo.
Conviene situar en su justo lugar esa influencia, posiblemente
heredada de las encomiendas coloniales, ellas mismas asignadas
en Trujillo conforme a una difícil y caprichosa geografía. Eran
mesetas altas, valles estrechos, barreras montañosas, gargantas
insalvables las referencias topográficas que dislocan, más que
dividen, el mapa trujillano. Era apenas natural que de
encomendero se pasara a gamonal, de allí a cacique y de cacique
a caudillo, que es el cacique mayor, ya con ínfulas políticas,
jurisdicción suficiente y mesnadas bastantes para la aventura de
13
la guerra y del poder.
Conocimos las estribaciones del caudillismo y sabemos que en
sus postrimerías tenía más de sacrificio que de arrogancia. Era el
caudillo el jefe tutelar que aconsejaba, así para la siembra como
para el matrimonio, y protegía con sus influencias al leal que
delinquía por el honor o por el alcohol, o por ambas razones
combinadas: en los términos de la modesta baronía de su señor
hallaba santuarío si allí se refugiaba luego del delito; o bien lo
extraía con prontitud de la cárcel si el brazo de la justicia lo había
alcanzado ya. Penoso era ya el oficio del caudillo. Puertas
abiertas, oídos dispuestos, bolsa generosa para recibir, escuchar
y acudir. Todo contra una lealtad que ya no habría ocasión de
exigir o comprobar. De los tiempos en que el León de la Cordillera
tenia vigencia incontrastable en toda ella y, con la mano en la
mancera del arado recibía, como Cincinato, a los delegados de
Guzman Blanco que iban a Jajó a proponerle la paz o la alianza, a
estos, nuestros, de caudillos disminuidos ya, habían transcurrido
muchos años durante los cuales Trujillo fue feudal. Lo malo es
que luego no ha habido un Renacimiento.
14
El "morocho" Gonzalez lo propone en este libro, cuyos originales
he leído con entusiasmo. Geógrafo, como es, y buen geógrafo, y
sociólogo, además, por pasión, ahonda en el hecho físico y en el
social que en Trujillo dominan.
Puede uno no compartir con Francisco Gonzalez algunas de sus
conclusiones, pero no puede dejar de endosar la claridad y
precisión de sus análisis. Como él ha hecho con angustiada
penetración el diagnostico de su tierra y ha braceado, animoso,
por hallar soluciones, propone lo que cree que debe hacerse para
que nuestro Estado se vivifique y ande otra vez.
Como el autor, soy desvelado e incansable trotador y visitante de
los pueblos y aldeas trujillanos. Me duele ver en los campos, junto
a indiscutibles avances tecnológicos, el deteríoro de las
costumbres, de la vivienda, del vestido. Hasta no hace mucho, el
campesino había arribado a la bota de cuero. Hoy, con la
influencia de los inmigrantes no deseados, regresa, no a la cotiza
tradicional, sino a la babucha de plástico.
La casa de teja, o de fajina, ha dado paso al rancho de zinc; la
15
tapia pisada, al choreto bahareque; y no hay ya tejares ni tendales
en los campos, desde que se prohibió alimentarlos con leña y no
se ofreció un sustituto popular a gas o a petróleo para producir las
tejas y la cal. Entre su casa sucia, desordenada y promiscua, el
hombre trujillano no ha avanzado y antes ha retrocedido en su
miseria, que es la pobreza sin dignidad.
Propone Gonzalez la educación como primer remedio, y está en lo
justo. PORTRUJILLO, Fundación en la cual es figura principal, ha
intentado un ensayo piloto de preescolar para comenzar la
producción de un nuevo trujillano con quien sustituir
ventajosamente al hombre actual; y en cuanto a este, una red de
institutos que lo capaciten para ser útil.
Si el plan de PORTRUJILLO se cumple, en el Estado se
experimentará la novedosa promesa que es la educación
preescolar, destinada a suministrar en la edad óptima los valores
éticos fundamentales, junto con las proteínas, también
fundamentales, y el concepto verdadero de igualdad como no se
adquirirá en ninguna otra etapa de la vida. El programa de acción
16
para Trujillo debe tender al desarrollo armonioso de sus
potencialidades, y ya sería bastante que el trujillano no tuviera que
nacer bajo el signo del éxodo, pues es en su propio territorío
donde deben estar su desafío, su aventura y su destino. La clave
de todo esto pasa por una nueva educación y por nuevos
estímulos para que se desperece y abandone su fatalismo. Todo
lo demás serán palabras, que es lo que sobra ya en el país.
Palabras y castillos en el aire, mientras la democracia y el porvenir
no se edifiquen sobre un nuevo individuo alerta, responsable,
creador. Como fueron, sin más, los trujillanos de otra época,
cuando la patria era afán primordial.
Es inexcusable que a estas alturas del tiempo sigamos
improvisando soluciones y nos quedemos con los alcahuetes
remedios populistas. Guardando las proporciones debidas, el
Japón o Israel son infinitamente más pobres que Trujillo en
recursos económicos. La mente de su población ha sido, sin
embargo, el preferido campo de cultivo; y allí están esos dos
países, asombro y modelo del mundo. ¿Sera porque la raza
amarilla y la hebrea son superíores a la nuestra, mestizo? Nadie
17
lo aceptaría cuando se sabe que la disciplina social y la cultura de
la inteligencia y de las manos, combinadas en la ética del trabajo,
obran milagros. Que son precisamente los milagros de hoy.
No quiero detener más al lector, deseoso de entrar en materia.
Que es buena esta y amena, como que explica y desarrolla las
mejores ideas sobre la realidad y la promesa de Trujillo, patria
chica tanto más amada cuando más sufrida y tanto más visceral
cuanto que es por ella que nos unimos a la palpitación de la patria
mayor y a la vecindad del universo.
Miguel Ángel Burelli Rivas
18
PRIMERA PARTE
EL EQUILIBRÍO FATALISTA
19
INTRODUCCION
En el año de 1976 la Corporación de Los Andes publicó un pequeño
ensayo titulado "Trujillo al Derecho y al Revés", donde se trataba de
reflejar el gran contraste de la realidad trujillana: la potencialidad de sus
recursos frente a la pobreza de sus habitantes. Es un contraste parecido al
que acusan muchas regiones y países subdesarrollados, pero que en
nuestro Estado adquieren una connotación particular. Venezuela es un
país singularmente dotado de recursos naturales, situado frente al mar,
que goza de variados ambientes climáticos, con cierta importancia
estratégica para el juego de poder mundial y con una estructura social
permeable. Sin embargo, con una gran mayoría de su población viviendo
en condiciones de extrema miseria, con estructuras económicas duales,
gran deteríoro de su patrimonio nacional y con tremendos desequilibríos
espaciales.
El Estado Trujillo tiene, así mismo, inmensos recursos naturales,
variedad de ambientes climáticos, acceso a la comunicación marítima,
élites dirigentes en destacada posición nacional, y constituye, sin
embargo, una área marginal dentro de la geografía del subdesarrollo
20
venezolano.
Al Economista Marco Vinicio Salas le tocó, en dicho ensayo, desarrollar
el "Trujillo al Derecho" y describir, explicar y cuantificar las
potencialidades que existen. A mí me correspondió el tema de "Trujillo al
Revés", con toda la amarga estadística del atraso, discriminación del
poder central y marginalidad. Las fuerzas de las circunstancias
determinaron que, al contrarío de lo que buscabamos, el ensayo, mas que
una toma de conciencia y la disposición de avanzar, en muchos provocó
el lamento conformista, la acusaci6n autoinduigente y la exageración
pesimista.
A los diez anos de ese informe, a la luz de los nuevos indicadores del
Censo 1981 y de otras estadísticas, intento ahora un nuevo ensayo sobre
la realidad trujillana, procurando internarme en el campo de las
explicaciones causales y planteando de nuevo ideas y alternativas para
salir del atraso.
En esa época se planteó una especie de programa denominado
"Desarrollo Trujillano: Acción Concreta", que buscaba utilizar el
"Trujillo al Derecho" para voltear el "Trujillo al Revés". La mayoría de
21
las proposiciones allí contenidas, basadas en parte en las ideas del
conocido hombre público José Muchacho Bertoni, en las líneas de acción
estratégicas contenidas en el Programa Motatán - Cenizo elaborado por
Corpoandes y en otras recogidas de diversas fuentes, están aún vigentes,
algunas se han ejecutado, otras andan a medio camino, y a la mayoría los
vaivenes partidistas las mantienen archivadas. Sin embargo, la situación
mundial y, particularmente, la nacional ha cambiado y con ello el marco
de referencia. Los recursos financieros no son ahora tan abundantes ni tan
baratos. La situación cambiaria del signo monetarío hace obsoletas
algunas ideas y pone en vigencia otras no viables en aquellas
condiciones. Además se ha avanzado en el conocimiento del Estado
Trujillo y de país, de las condicionantes para su progreso y desarrollo, de
sus fuerzas dinámicas y retardatarias, de sus contradicciones.
Todo ello obliga a un nuevo intento, más actual, audaz y flexible. Una
revisión de lo que pasó en este decenio, de la evolución de la situación y
sus tendencias. Ensayar nuevas explicaciones. Proponer nuevas
alternativas.
22
El avance del Estado Trujillo en los últimos años ha sido indudable. Sin
embargo, el dinamismo ha sido más lento que el promedio nacional y
muy por detrás del experimentado por la región central.
En efecto, las cifras del censo 1981 acusan indicadores menos graves que
los que acusaban los censos de 1961 y 1971. Ahora hay más viviendas,
mejor equipamiento, menos mortalidad infantil, menos analfabetismo,
más carreteras, más producción agrícola, más comercio, más puestos
educativos, más radios, más periódicos, más vehículos.
Lamentablemente, también hay más deteríoro ambiental, más
intervención en las cuencas altas, más ranchos, más gente pobre.
Ahora, comparativamente, Trujillo continua a la zaga en el nivel de
desarrollo, pues el ritmo de crecimiento fue mayor en el promedio
nacional y mucho más alto en otros estados, como los centrales y centro
occidentales, que en nuestro caso. Algunas ciudades y estados
EL AVANCE EN EL REZAGO
23
aprovecharon mejor la coyuntura de abundancia de los años setenta y se
modernizaron, construyeron buena infraestructura, desarrollaron
instituciones educativas, financieras, de producción, en ellos se generó un
crecimiento sustantivo.
Los estados vecinos cuentan ahora con mejores servicios e infraestructura
que el Estado Trujillo; incluso tienen más clara su perspectiva coriónica.
El Táchira, por ejemplo, tiene un desarrollo agrícola importante, cierto
impulso industrial, ha desarrollado diversas instituciones financieras y
cuenta con varias instituciones de educación superíor, incluyendo la
importante Universidad Nacional Experimental del Táchira, que ejecuta
diversos proyectos de innovación y adaptación tecnológica sobre
problemas concretos de la realidad donde se inserta. El Estado Táchira ha
avanzado en su prosperidad económica y, lo que es muy importante,
cuenta con grupos humanos activos, que generan ideas, arriesgan
inversiones y crean empresas, dinamizando a la sociedad tachirense.
Mérida cambió la cara con un gran desarrollo urbanístico y paisajístico,
mejoramiento de los barríos, varíos y amplios accesos viales, moderno
equipamiento institucional y una futurista planta física para la
24
Universidad de Los Andes. También creo su Banco Andino, tiene una
prospera entidad de ahorro y préstamo y avanza sólidamente hacia una
especialización en la actividad turística. El Estado en su conjunto tiende
hacia la especialización turística y a la producción agropecuaria. Estas
dos actividades, junto a la educación superíor, atraen grupos que generan
ideas y luchan por llevarlas a la práctica.
Barinas se transformó con el desarrollo de la Universidad Nacional
Experimental de Los Llanos "Ezequiel Zamora", una completa vialidad
urbana y un importante grupo financiero. Los efectos multiplicadores de
esta realidad han influido en la modernización de todo el Estado Barinas,
que avanza hacia su prosperidad agropecuaria y silvícola. Es hoy un
territorío en rápida expansión que atrae nuevas inversiones para reforzar
su crecimiento. Lara consolidó algunas de sus instituciones financieras,
desarrolló una gran actividad industrial y agropecuaria y cuenta con
varias instituciones de educación superíor que contribuyen a generar
grupos de avanzada. Barquisimeto modernizó su infraestructura. Y la
vialidad que la conecta con su área de influencia, consolidando con ello
su papel rector de capital regional.
25
El Estado Zulia, por su parte, modernizo su capital, Maracaibo, y a
Cabimas, construyó una buena infraestructura agrícola, desarrolló una
completa red financiera y cuenta con cinco instituciones de educación
superíor. Maracaibo ejerce un sólido liderazgo urbano sobre su territorío
y concentra grupos humanos de creatividad avanzada. Logró igualmente
crear una base industrial diversificada.
El Estado Trujillo no puede mostrar resulta dos similares. Se avanzó en el
equipamiento de los Valles Altos, se establecieron algunas industrias
importantes, se logró la creación de la Sociedad Financiera de Los Andes,
se fundó el Instituto Universitarío de Tecnología y se avanzó en la
infraestructura universitaria de El Prado. También se crearon algunos
centros de investigación y se avanzó en el equipamiento urbano. Sin
embargo, nada de esto imita la transformación experimentada por sus
vecinos. Existe un evidente vacío universitarío, financiero, industrial y
urbanístico.
El Estado Trujillo se quedó a la cola de la carrera de inversiones de los
años setenta y ochenta, y ni siquiera se aprovechó la abundancia para
26
modernizar la pobreza, para equipar barríos, hacer avenidas, construir
parques; mucho menos para impulsar el desarrollo de la educación, la
salud y la economía.
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIE) de la
Universidad de Los Andes realizó para la Corporación de Los Andes un
informe titulado "Veinte Años de Economía en la Región de Los
Andes"1
, donde se afirma: "Desde el punto de vista económico esta
entidad federal se presenta como la más deprimida de las que integran el
ámbito regional. Varíos son los indicadores que se han tornado en cuenta
para tal conclusión: en general, el producto por habitante, tasas de
desempleo, condiciones sanitarío asistenciales, niveles de desnutrición,
condiciones de la vivienda, entre otros, han sido elementos que al ser
analizados demuestran que el Estado Trujillo se encuentra en situación
menos ventajosa que el resto de las entidades regionales". (15)
Más adelante agrega el informe: "Durante los veinte años objeto de
análisis, el Estado Trujillo fue la entidad con más bajo producto por
habitante. Para 1980, último año de la serie, este indicador alcanzo a Bs.
1
El IIE no ha podido elaborar más estos útiles estudios regionales por cuanto el Banco Central de Venezuela dejó de publicar
estadísticas regionales.
27
1.757,4, el cual era un 18,1% menor que el promedio regional", y el 68%
menor al promedio nacional.
Al analizar con mayor detenimiento la evolución de la economía andina,
se refuerza el criterío del avance en el rezago. Por ejemplo, para 1960 el
Estado Trujillo ocupaba el segundo lugar como productor agropecuarío,
mientras que en 1980 ocupaba el tercer lugar y, de no modificarse las
tendencias, será desplazado rápidamente por Barinas, que tiene una tasa
de crecimiento mayor.
En cuanto al sector manufacturero, en aquel año de 1960 ocupaba el
segundo lugar, pasando recientemente a ocupar la cola en la región
andina. Dentro de este mismo sector secundarío, la construcción pública,
que debería ser un elemento compensador de los desequilibríos y una vía
para la justicia redistributiva, generadora de empleo y dinamizador de la
economía, es muy reducida y Trujillo ocupa el último lugar en cuanto al
valor de la construcción oficial en la región. Otro tanto sucede con la
construcción privada. En lo que al sector terciarío de la economía se
refiere, también el Estado Trujillo bajó su participación regional del
segundo al tercer lugar, con el agravante que en el subsector que más
28
perdió importancia fue en el correspondiente a los servicios
educacionales, donde ahora ocupa el último lugar.
En síntesis, el Estado Trujillo ha venido perdiendo importancia
económica en el ámbito regional, y pasó de tener el 23,3 por ciento del
Producto Territorial Bruto regional en 1960, el segundo lugar después del
Estado Táchira, a tener, diez años después, el 20,8 por ciento, el tercer
lugar antes de Barinas. Los indicadores demuestran que estas tendencias
regresivas se mantienen.
Hoy las evidencias comprueban la persistencia del mal endémico
trujillano: el atraso. Las estadísticas son amargas y deben llevar a una
toma de conciencia de la realidad, desde la cual hay que partir para su
transformación. No para el lamento masoquista.
29
Evolución del Producto Territorial Bruto Por Habitante
Fuente: IIE-ULA
Índice de Crecimiento del PTB
Fuente: IIE-ULA
30
PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO
REGION DE LOS ANDES
Y ENTIDADES FEDERALES
(Miles de Bs. a precios de 1963)
Región de Los Andes
1960 1970 1980
Total 1.237.539,6 2.127.359,2 3.995.454,0
Sector Primarío 415.844,1 568.085,6 605.044,7
Sector Secundarío 233.654,1 583.025,5 1.446.216,7
Sector Terciarío 588.041,4 976.248,1 1.944.192,6
Estado Barinas
Total 277.714,2 480.867,1 810.407,1
Sector Primarío 193.056,0 242.474,6 200.587,6
Sector Secundarío 33.288,3 141.784,3 400.362,3
Sector Terciarío 51.369,9 96.608,2 208.457,2
31
Estado Mérida 1960 1970 1980
Total 251.603,9 488.937,8 1.043.866,4
Sector Primarío 62.608,7 96.589,8 132.063,3
Sector Secundarío 50.115,9 128.130,5 313.199,1
Sector Terciarío 138.879,3 264.244,5 598.604,0
Estado Táchira
Total 420.343,8 696.777,3 1.310.646,1
Sector Primarío 93.864,5 139.333,1 144.671,7
Sector Secundarío 93.432,3 175.176,4 470.678,9
Sector Terciarío 233.047,0 382.267,8 695.295,5
Estado Trujillo
Total 287.877,7 460.777,0 830.584,4
Sector Primarío 66.314,9 89.688,1 127.722,1
Sector Secundarío 56.817,6 137.961,3 261.026,4
Sector Terciarío 164.745,2 233.127,6 441.835,9
Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas
32
PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO POR
HABITANTES VENEZUELA, REGION DE LOS
ANDES Y ESTADO TRUJILLO
Años Venezuela Región Andes Edo. Trujillo
1960 4.303,6 1.263,5 1.012,8
1965 4.500.1 1.357,2 1.136,2
1970 5.199.5 1.543,0 1.229,8
1975 5.385.5 1.720,4 1.508,1
1980 5.452.2 2.146,8 1.757,4
Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los Andes.
33
INDICE DEL CRECIMIENTO P.T.B.
REGION ANDINA Y ENTIDADES FEDERALES
(Año Base 1960 = 100)
1960 1965 1970 1975 1980
Región de
Los Andes 100 137,0 171,9 255,9 322,9
Estado Barinas 100 144,3 173,2 194,2 291,8
Estado Mérida 100 149,6 194,3 266,2 414,9
Estado Táchira 100 123,9 165,8 227,9 311,8
Estado Trujillo 100 112,5 160,1 218,5 288,5
Fuente: IIE-ULA
34
P.T.B. EN SERVICIOS EDUCACIONALES
(Miles de Bs. a precios de 1963)
1960 1965 1970 1975 1980
Región de
Los Andes 77.880 111.782 150.413 263.704 380.677
Estado Barinas 6.640 9.993 13.886 24.336 43.446
Estado Mérida 27.948 43.825 67.582 142.045 201.856
Estado Táchira 25.127 33.859 40.989 58.924 82.795
Estado Trujillo 18.164 24.104 27.973 38.399 52.579
Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los
Andes.
35
Uno de los factores más importantes del atraso trujillano se relaciona con
la reducida porción de la población que tiene acceso a las posibilidades de
realización, la exagerada mengua de sus clases altas y medias; o lo que
podríamos llamar la aguda penuria de las élites.
La evidencia estadística más reveladora de este hecho social, de graves
repercusiones políticas, culturales y económicas, se deduce de la
investigación realizada por la Fundación Centro de Estudios sobre
Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana
(FUNDACREDESA), dentro del marco del Proyecto Venezuela, cuyo
objetivo es establecer las características generales del venezolano.
La metodología para estratificar la población incluye una multitud de
variables que la hacen muy válida y conveniente Se tomaron en cuenta el
ingreso, el consumo de alimentos, las características de la vivienda, el
nivel educativo, los hábitos culturales y otros elementos. Es el método
LA PENURIA DE LAS ÉLITES
36
Graffar modificado.2
Se aplicó la encuesta a muestras representativas de la
población venezolana y de algunos estados, entre ellos, Trujillo.
La población se dividió en cinco estratos. El primero corresponde a una
población de elevado estatus socioeconómico, y el último, el número
cinco, pertenece a una población que vive en condiciones de miseria
extrema. Las cifras ponen en evidencia la grave situación de Venezuela en
su conjunto, y dentro de ese cuadro, la situación de mayor gravedad
relativa de nuestro Estado. Conviene también señalar al Distrito Federal
como término de comparación.
En Venezuela, apenas el uno por ciento (1%) de la población vive en el
estrato número uno (clase alta), el cuatro y medio por ciento (4.4%) en el
estrato dos (clase media alta), el catorce por ciento (14%) en el estrato tres
(clase media baja), el cuarenta y dos por ciento (42%) en la clase pobre o
estrato número cuatro, y el treinta y ocho por ciento (38%) en el estrato
quinto (o de pobreza extrema).
Esta composición porcentual cambia bastante en el caso del Distrito
2
Véase el Tomo sobre Metodología del Proyecto Venezuela, editado por FUNDACREDESA
37
Federal; las cifras de las clases alta y media suben, mientras baja la de la
pobreza extrema. En efecto, en el estrato uno viven el 2,2%; de la
población, en el estrato dos el 9,5%, en el tercero el 18%, el estrato cuatro
sube al 45%, pero el estrato quinto baja al 24%.
La situación trujillana, en cambio, evidencia un incremento de los
porcentajes en los estratos cuarto y quinto. En el estrato uno vive apenas
el 0,24% de la población, en el segundo estrato el 2,2%, en el tercero el
13,3%, en el cuarto el 41,55% y en el quinto estrato el 42,7%.
En el caso del Estado Trujillo, la población que pertenece al estrato de
elevado status socioeconómico representa un cuarto del promedio
nacional y una décima parte del promedio del Distrito Federal. Apenas un
poco más de mil personas viven en condiciones excepcionales de ingreso,
educación, salud, vivienda y calidad de vida. En otras palabras, de cien
mil familias que hay en el Estado Trujillo, apenas doscientas sesenta
pertenecen a la clase alta así definida.
En el caso del segundo estrato, clase media alta, sucede otro tanto, pues
representa la mitad del promedio nacional y una cuarta parte del promedio
38
del Distrito Federal. De las 433.735 personas que aparecen censadas en el
Estado Trujillo, 9.585 estarían en este estrato número dos, un poco más de
dos mil familias.
Podemos suponer que las personas que pertenecen a los estratos uno y dos
están en mejores condiciones para ejercer el poder social y económico en
el Estado Trujillo. En este sentido, también se puede suponer entonces que
los cuatrocientos y tantos mil habitantes dependen de un poco menos de
diez mil. La élite dirigente del Estado no llega a representar el 2,5% de la
población. Si a esta especulación estadística agregamos que cerca de
trescientas mil personas son menores de treinta años, se llega a la cifra de
3.220 personas mayores de treinta años, en la clase media alta y en la
clase alta. Si tomamos en cuenta, además, que en nuestra sociedad el
papel de la mujer es marginal, la situación de la reducción del tamaño de
la élite dirigente se hace dramática.
He aquí la comprobación de uno de los hechos más graves de la situación
trujillana. La crítica reducción, la extrema debilidad de las clases
dirigentes y, concomitantes a ello, la ausencia de representatividad que
39
esas clases tienen.
40
El otro extremo de la situación no puede ser peor. El ochenta y cuatro por
ciento de la población trujillana vive en condiciones de alta pobreza, y
casi la mitad en condiciones de miseria. El estrato quinto, miseria
extrema, representa el 43% de la población, porcentaje mucho más
elevado que el promedio nacional y el doble que el promedio del Distrito
Federal.3
Dos investigaciones locales ratifican estas conclusiones, deducidas de las
investigaciones del Proyecto Venezuela. En 1981, el Instituto Agrarío
Nacional realizó un estudio sobre el Valle del Caus-Pocó, la fértil planicie
aluvional en la llamada Zona Baja del Estado Trujillo. Se investigó el
ingreso de 2.073 familias de algunos asentamientos campesinos de la
Reforma Agraria y se detectó que el 70,68% de las mismas tenían un
ingreso igual o menor a 1.142 bolívares mensuales, y el 90% era inferíor a
3
Según el Censo del 2011 Venezuela tenía un 24,57 % de pobres, el Distrito Federal un 12 % y el estado Trujillo un 24,30 %.
LA FRONDOSIDAD DE LA POBREZA
41
los 1.400 bolívares. El número de habitantes por familia en esa área es un
poco superíor a seis personas en promedio.
Más, recientemente, el 21 de julio de 1986, el Diarío de Los Andes
público, con la firma de Rafael E. Araujo G.4
, los resultados de una
investigación realizada por los alumnos Marisabel Segovia, Yesenia
Suarez y Ana Valera, en el Grupo Escolar "Salomón Briceño", de Las
Mesetas, población ubicada a medio camino entre Trujillo y Valera. Allí
se anota: "... el 36,45% de los niños provienen de familias cuyos ingresos
económicos son menores de bolívares mil (1.000,00), mientras que el
52,60 por ciento de los padres de los niños se encuentran desempleados.
Si al grupo de personas que no alcanzan un salarío de 1.000 bolívares
mensuales le agregamos el 21,73%, correspondiente a las personas que
solo llegan a bolívares 50 diaríos (1.500,00 mensuales), observamos que
aproximadamente el 60% de la población está comprendida entre los
parámetros de mensualidad de menos de 1.000 a 1.500 bolívares. Además,
si sumamos el 32,60 por ciento de los desempleados tenemos que el 91
4
Araujo G. Rafael E. "Salud para los Niños". En Diarío de los Andes, Valera, lunes 21 de julio de 1986. Pag. 6.
42
por ciento sobrevive en la miseria.
Todo esto quiere decir, en cifras absolutas, que 365.000 trujillanos viven
en condiciones socioeconómicas muy deficientes, y de ellas, 186.000
apenas sobreviven en estado de indigencia, en circunstancias que están
por debajo de lo necesarío para el mantenimiento de sus exigencias
vitales. Esta población, más de los cuatro quintos del total, participa muy
poco en la vida social, política y cultural del Estado Trujillo. Está al
margen de los centros de poder y su acceso a las oportunidades de ascenso
que da el sistema está seriamente limitado. Su rol económico es
importante en cuanto a fuerza de trabajo se refiere, pero prácticamente
tiene bloqueado el acceso a la tenencia de los medios de producción y al
ahorro.
Su papel en el mercado se reduce a los bienes de primera necesidad, con
la agravante de que el avance en la especialización productiva está
reduciendo la relativa autonomía de los campesinos (fracción importante
de los contingentes pobres), haciéndolos cada vez más dependientes de
una economía de mercado inestable e injusta.
43
El drama de la pobreza en el Estado Trujillo se evidencia también en
otras variables socioeconómicas asociadas al fenómeno. Por ejemplo, en
relación a la fuerza de trabajo, son diversos los hechos indicadores de una
situación de deteríoro frente al país en su conjunto.
El 27% de la población económicamente activa trabaja en el sector rural,
mientras el promedio nacional es de apenas el 11%.5
El caso inverso se
presenta con la industria, donde trabajan apenas el 7% los trujillanos,
mientras el porcentaje nacional el doble: el 14%.
Estos indicadores hablan con claridad de las características del trabajador
trujillano, especialmente al constatar que las condiciones laborales, las
remuneraciones y la seguridad social, son muy diferentes entre el sector
agropecuarío y los otros sectores de la economía. El trabajador agrícola en
general trabaja en muy malas condiciones, con salaríos bajos, sin el
amparo de los sistemas de seguridad social y sin organizaciones gremiales
que defiendan sus derechos.
En relación a los ingresos, también es evidente el fenómeno de la pobreza
5
PONER CIFRAS RECIENTES
44
trujillana. Mientras en el país el 17% de los trabajadores ganan menos de
1.000 bolívares al mes, ese porcentaje sube en el Estado Trujillo al 27%.
En cambio, los que ganan más de 6.000 bolívares mensuales representan
el 6% de los venezolanos; en Trujillo son apenas el 1,5 por ciento. Pero,
en cambio, el porcentaje de los que trabajan más de cuarenta horas
semanales es ligeramente superíor en el Estado Trujillo que en Venezuela
en su conjunto. Es decir, los trujillanos trabajan más, pero ganan menos.
Siempre se ha dicho que los trujillanos viven del gobierno; sin embargo,
las cifras desmienten esa conseja. De acuerdo a los resultados del Censo
General de Población del año 1981, el 24% de los venezolanos trabajaban
en el sector público, en cambio en Trujillo la cifra baja al 22%.
Por otra parte, los trabajadores en este Estado tienen un nivel de
capacitación inferíor al nivel promedio nacional. Basta decir que solo el
2% de la población trujillana tiene algún nivel de educación superíor, en
cambio la proporción a nivel nacional es de 7%. Agregamos que a pesar
de que el Estado tiene el 3% de la población venezolana, tiene sin
embargo, el 8% de los analfabetos del país.
45
Todo este problema de la pobreza se agrava aún más por la ineficacia de
los servicios que el sector público está obligado a prestar. Los estándares
de prestación de servicios tales como agua potable, cloacas, energía
eléctrica, teléfonos y otros son aún muy bajos, en comparación al país.
La situación de la pobreza es muy seria en tierras trujillanas, tanto que su
frondosidad es por sí misma un obstáculo al nacimiento y desarrollo de
voluntades de transformación.
46
La situación general anteríormente descrita se convierte en el principal
factor expulsor de la población trujillana. La pobreza, la concentración de
los medios de producción, la escasa oferta de empleo, el atraso
tecnológico, los malos servicios, la escasez de oportunidades de estudio y
el bloqueo que todo esto significa para el ascenso social, avientan a miles
de trujillanos fuera de su tierra en búsqueda de mejores oportunidades.
A estos factores de expulsión se agregan los factores de atracción que
ejercen las grandes ciudades, especialmente la capital y las ciudades
centrales. Por múltiples vías, el hombre pobre de los campos y barríos
trujillanos percibe que las oportunidades son mejores fuera de su tierra y
que por mal que viva allá no será nunca peor que en su tierra natal.
Además, recibe amplia información sobre una vida más atractiva, más
animada, menos monótona que ese "dejar pasar el tiempo", de los pueblos
y barriadas.
La acción concurrente de esos dos tipos de factores, de expulsión y de
LA DIÁSPORA
47
atracción, ha tenido consecuencias tremendas para el Estado Trujillo: la
cuarta parte de los trujillanos viven fuera de su estado natal. Según el
Censo General de Población del año 1981, de 579.909 personas que
declararon haber nacido en el Estado Trujillo, 146.174 residían en otras
partes del país situación ha sido persistente a lo largo de los últimos
cincuenta años, por lo que el tamaño de la población trujillana respecto a
la población del país ha venido perdiendo importancia.
En 1941, la población trujillana representaba el 7% de la población
nacional. En 1950, ese porcentaje bajó al 5,4%. Once años más tarde el
Censo de 1961 registró una población que significaba el 4,3% del
total nacional, y para 1971 la proporci6n bajo para situarse en el 3,5%.
Para 1981, la población trujillana representa menos del 3% del total
nacional. En apenas cuarenta años la población del Estado Trujillo ha
reducido su importancia respecto al país en más del doble, y las
tendencias que se observan es que este proceso continuara en los años
futuros, pues los planes nacionales de desarrollo siguen privilegiando las
48
áreas centrales del país.6
El proceso migratorío no sería tan grave si no fuera selectivo. El
análisis de la estructura por edades de la población trujillana demuestra
que justamente se van los que están en los estratos correspondientes a la
población económicamente activa, particularmente en edades
comprendidas entre los 20 y 50 años. Comparativamente con el promedio
de la población venezolana, en el Estado Trujillo hay más niños y viejos.
Este fenómeno de la migración selectiva que expulsa del Estado parte de
la población más dinámica de mejores expectativas, y retiene su población
inactiva, tiene hondas repercusiones en el proceso social y en el desarrollo
global.
De un lado, el Estado Trujillo invierte el esfuerzo de un costoso aparato
educativo para formar unos jóvenes que en buena parte (un 25%
aproximadamente) se irán a aplicar esos conocimientos a otros sitios del
país, sin rendir aquí los frutos en progreso y desarrollo que se espera de
ellos.
6
Para el Censo de 2001 la población del estado Trujillo era de 608.563 habitantes, lo que representa el 2,6% de la población venezolana.
Según el Censo de 2011 eran 686.367 habitantes, un 2,5 % del total nacional.
49
Del otro lado, los costos sociales de atención a los ancianos se
incrementan en relación al país en general. En el Estado Trujillo la
proporción de personas mayores de 70 años es el doble que el promedio
nacional. En cambio, la población entre 20 y 50 años es inferíor, lo que
evidencia la debilidad demográfica trujillana.
Entre las más graves consecuencias que tiene este fenómeno, se encuentra
la reducción de las posibilidades de surgimiento de grupos líderes, pues
generalmente los migrantes son en su mayoría los que se rebelan a una
adaptación pasiva al medio. Esto refuerza el círculo vicioso de la pobreza
y deja al Estado en situación de debilidad frente al poder del centralismo.
Al reducirse las posibilidades locales de surgimiento de ideas, proyectos y
decisiones, se imponen mes fácilmente las decisiones centrales,
generalmente inadecuadas a la situación real trujillana, concebidas fuera
de contexto, parciales y limitadas.
Un poema escrito por Rafael Ángel Barroeta, ilustra con belleza el drama
de la diáspora trujillana:
50
NOSTALGIA DEL CAMINANTE
Soy montañés y vine de la montaña un día buscando
mundos nuevos para mi corazón; en el alma un
autóctono grito de rebeldía, y en la boca el agreste
ritmo de una canción.
Del viejo lago indiano guste la poesía; del mar de Los
Caribes el indohispanico son; me dio su copla el llano, la
selva su armonía; y el Ávila diuturno su alegre
floración.
En justas apolíneas ornó el laurel mi frente. En labios
de mujeres sacie mi sed ardiente. Ingenuo en mi
optimismo, supe del bien y del mal.
Mas, hoy que solo un ansia de paz en mi alma existe,
quisiera irme por siempre bajo la tarde triste hacia el
remoto encanto de mi tierra natal.
51
Diversos analistas han anotado los mecanismos que se ponen en marcha
para mantener el nivel de pobreza de las comunidades, tanto a nivel
nacional como local. Son fuerzas que se oponen al progreso y que
refuerzan las condicionantes del desarrollo.
Gunnar Myrdal7
destacó el concepto de la "retrocausacion circular
acumulativa" para referirse al proceso dinámico mediante el cual diversos
factores actúan como multiplicadores de la regresión. El círculo vicioso de
la pobreza: ingreso bajo, ahorro bajo, inversión baja, productividad baja,
ingreso bajo, es dinámico y en el intervienen factores que aceleran el
proceso. Por ejemplo, si el ingreso es bajo, además es baja la nutrición y
con ello la salud se reciente, por lo que las posibilidades de trabajo ingreso
se reducen, lo que a su vez son causa efecto de menores ingresos y
mayores enfermedades.
Así mismo, si el ingreso es bajo las posibilidades de acceso a la educación
se verán reducidas, con lo que se mantienen los niveles de ignorancia y
falta de capacitación. Este hecho incide en mermar las posibilidades de
empleo y de ingreso.
Estos mecanismos actúan desde diversos ángulos y afectan todos los
7
Gunnar Myrdal fue premio Nobel de economía. Su esposa Raiza premio Nobel de la paz.
LA CULTURA DE LA POBREZA
52
factores, el más grave de los cuales es sin duda el aspecto cultural. El
sobre condicionante de fuerzas que se oponen al avance, provoca una
adaptación a la pobreza. John Kenneth Galbraith 8
sostiene que no hay
nada que mantenga mejor el equilibrío de la pobreza que la ausencia de
aspiración y la falta de esfuerzo por huir de ella, y agrega que tal conducta
es producto de la tendencia a la negativa a luchar contra lo imposible, "la
tendencia a preferir la resignación a la frustración". La gente acepta el
fatalismo. "Aunque tal aceptación no es sería de falta de carácter, más
bien es una respuesta profundamente racional. Dada la formidable fuerza
del equilibrío de la pobreza dentro de la cual viven, la adaptación es la
solución óptima" (25). Se genera, pues, una "cultura de la pobreza", que
consiste en vivir sin esperanza. Los hechos que evidencian la existencia
de esta "cultura de la pobreza" en el Estado Trujillo son tareas de una
investigación adicional; sin embargo, los resultados del Proyecto
Venezuela dan luces a este respecto. Por ejemplo, en los estratos más
pobres de la población, es bajo el porcentaje de personas que dan como
causas de la desigualdad las razones de orden económico. Tienden a dar
8
John Kenneth Galbraith fue un notable economista canadiense.
53
como causas el nivel cultural y otras razones no controlables por ellos
mismos.
La mayoría considera que los venezolanos no son iguales, lo que puede
ser interpretado como el reconocimiento de una verdad pasajera o como la
percepción de una situación permanente.
A la pregunta sobre las necesidades de la localidad que no han sido
atendidas, es sorprendente la importancia que la población de los estratos
cuatro y cinco dan a "la política externa" o "recreación y turismo", frente a
los servicios públicos o a los problemas económicos.
También demuestra esta investigación que la educación contribuye a la
adaptación a la pobreza y no a su rompimiento, como debería ser lo
espera-do. Las conclusiones son dramáticas: a) que la información que los
estudiantes, sujetos del presente estudio, poseen es INSUFICIENTE,
INADECUADA, esta DISTORSIONADA o es INEXISTENTE; b) que
dicha información es expresada por medio de un lenguaje DEFICIENTE,
de difícil comprensión, por las omisiones, transposiciones, pobreza de
léxico, alteraciones de la sintaxis, entre otros; c) que el aprendizaje no ha
54
dado como resultado una clara comprensión y dominio del sujeto humano
y de la naturaleza y el mundo cultural en que el hombre vive" (22).
Agrega el informe sobre el Estado Trujillo: "Y el individuo esta inerme,
desvalido. Saldrá de la escuela primaria y del bachillerato desnudo.
Desnudo de conocimientos básicos, de capacidad para pensar, para
enfrentarse a situaciones nuevas o cambiantes, sin herramientas. Confuso,
con la creencia que al pasar de grado o de año está capacitado para
entender el mundo y actuar en él. Y añadiremos: la ambigüedad del
pensamiento, la imprecisión del lenguaje, la ausencia de identidad, la
carencia de contenidos, lo llevaran inevitablemente, o mejor dicho,
conllevara a la imprecisión y ausencia de valores que orienten su conducta
por sendas de progreso y entendimiento sociales" (22).
Diversas investigaciones y algunos estudios realizados en las escuelas
trujillanas demuestran que la gran mayoría de los alumnos no tienen ni
idea de los límites de Venezuela, de qué país se independizó, no saben
orientarse, no saben que es Trujillo, ni donde está, ni cuáles son sus
recursos, ni su historia.
55
A las graves fallas del sistema educativo, agréguese el hecho que la
mayoría de los maestros y profesores, especialmente en las áreas fuera de
Valera y Trujillo, no viven donde trabajan, con la secuela de ausentismo,
retardo y abandono del papel de líder que el maestro debe tener. Este
desastre de la educación trujillana es uno de los asuntos más dramáticos
en la fenomenología del subdesarrollo. Siendo ella, la educación, uno de
los dos mecanismos para romper el fatalismo (el otro es el shock social o
la violencia revolucionaria), esta se comporta en el Estado Trujillo como
factor de atraso.
De esta manera son muchos los mecanismos que actúan sobre la
población trujillana para la adaptación pasiva a la pobreza, lo que explica
muchas de las frustraciones y fracasos que sufren los intentos de
organización y desarrollo que se hacen para mejoramiento social. Las
dificultades muchas veces insalvables que hay que afrontar en la
aplicación de programas de desarrollo.
Allí en esos mecanismos de adaptación a la pobreza está la explicación de
la dejadez que se observa en las ciudades y pueblos trujillanos y que
56
anotaba con preocupación el Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas en unas
Jornadas de Reflexión sobre la Realidad Trujillana que organizó
PORTRUJILLO en 1985. Es la ausencia del afán de perfección. Un hacer
las cosas por no dejar, sin arte y sin interés de permanencia. Un abandono
al acaso, al dejar hacer y a un no comprometerse.
Arturo Uslar Pietri9
se refería a este fenómeno y anotaba: "Va con esa
indefinible y extraña situación que llaman el subdesarrollo cierto tenaz
desdén por todo lo que signifique excelencia", y 1lamaba a ese antivalor:
"La Cárcel del Subdesarrollo". "A los pueblos atrapados en esa condición
que casi parece sin salida —anota el Dr. Uslar— les suena ese calificativo
a clase alta, a privilegio de rico, a lujo de poderosos, a ostentación vana de
falsas superíoridades. Con resentimiento se aferran, como un desafío, a su
dura condición de minusvalía y casi terminan por hacer de ella una
orgullosa afirmación de identidad" También allí, en la cultura de la
pobreza, deben buscarse las causas de la exagerada preeminencia de
actitudes disociativas: envidia, timidez, desprecio, mofa, intolerancia,
arrogancia, desconfianza. La dejadez, la inercia y el escaso valor que se le
9
Arturo Uslar Pietri. "La Cárcel del Subdesarrollo". En: El Nacional, domingo, 26 de mayo de 1985. Pag. A-4.
57
asigna al tiempo son las madres del ocio estéril, donde acunan esas
actitudes, dentro de las cuales la más dañina es la envidia, pues destruye
personas, grupos e iniciativas.
"La envidia resulta de la secreta comparación y paralelo de todos los días"
anota Ramón Escovar Salóm10
y agrega: "Por eso, es más fácil que
prospere en el atraso en los países o ciudades de poca población y en los
lugares donde el ocio ocupa mucho espacio y tiempo. El atraso social hace
que cada problema público se vuelva interpersonal... El subdesarrollo hace
que las cosas y las acciones se disparen entre personas concretas, con
nombre y apellido. Hay un paralelo constante, y en esa medida implacable
surge, como una exudación natural, ese íntimo dolor ardiente que es la
envidia"
Es patética la escasez de ideas y proyectos frente a la abundancia de
crítica a quien las tiene y osa ponerlas en práctica. Son grupos que tienden
a tolerar la quietud y el inmovilismo, pero que no soportan el arrojo y el
dinamismo de los audaces. Son las fuerzas del atraso en acción. El circulo
vicioso de la pobreza. El equilibrío fatalista.
10
Ramón Escovar Salóm. Envidia y Subdesarrollo. En: Diarío Los Andes. Viernes 18 de Julio de 1986. Pag. 6.
58
SEGUNDA PARTE
CAUSAS DEL FATALISMO
59
INTRODUCCIÓN
Son diversas las causas que se han anotado para explicar el fenómeno del
subdesarrollo, y, con ello, las del atraso de áreas geográficas como el
Estado Trujillo. Mucho se ha escrito sobre esto y la bibliografía es
abundante. Cosa curíosa: la mayoría de las explicaciones sobre la pobreza
de los países y regiones del llamado mundo subdesarrollado provienen del
llamado mundo desarrollado.
En dichas explicaciones influyen las diversas corrientes del pensamiento,
la perspectiva desde donde se sitúa el investigador y los intereses
predominantes en la época. Así se han llenado páginas que explican la
pobreza de estos países por el clima húmedo y cálido que tienen, por la
pereza de sus habitantes, por la ausencia de gobiernos fuertes, por un
sistema de valores que desprecia al trabajo, porque hay un crecimiento
exagerado de la población, por la explotación de que son objeto por los
países desarrollados, por la ausencia de la idea del progreso y, en fin, por
diversas y disimiles razones
En las próximas páginas intentaremos una explicación de las causas del
60
atraso trujillano, a la luz de algunas de esas teorías y frente al análisis
histórico y geográfico.
En Venezuela el análisis del fenómeno del subdesarrollo es muy reciente,
y más reciente aun es el análisis de los desequilibríos interregionales. De
manera que aquí hay una rica cantera para la investigación desde todos los
ángulos de las ciencias sociales. Intentemos entonces un aporte en este
sentido, buscando, con las categorías metodológicas más aceptadas, una
explicación.
61
La Teoría de la Dependencia ha dominado los análisis que se han venido
realizando a partir de los años 60 sobre el fenómeno del subdesarrollo.
Vino a sustituir a los análisis obtenidos de la economía clásica y
elaborados por CEPAL, que insistían en la escasez de la acumulación de
capital, en las acciones para crear las "condiciones para despegue" que
llevarían de una etapa de atraso a una de desarrollo, en las virtudes del
mercado, el Estado liberal y el populismo.
El incremento de la miseria, la agudización de los problemas políticos, el
aumento de la brecha entre países ricos y países pobres y, dentro de estos
últimos, entre regiones centrales y periféricas, unido todo ello a la toma de
conciencia producto de la difusión de nuevas ideas y de experiencias
como la cubana, peruana, chilena y algunas de orden particular dentro de
ciertos países, determinó el desarrollo de nuevas concepciones teóricas
LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
62
sobre el fenómeno del subdesarrollo y sobre las disparidades regionales
internas.
La Teoría de la Dependencia fue la respuesta más global y difundida.
Insiste esta teoría en que el subdesarrollo es consecuencia directa y
concomitante del desarrollo. La "otra cara de la moneda" de la riqueza. Es
decir a mayor desarrollo de los países avanzados, mayor subdesarrollo de
los pobres, por cuanto la riqueza de aquellos es precisamente la carencia
de estos. El obstáculo para el desarrollo es interíor al funcionamiento del
capitalismo mundial, que históricamente produce desarrollo en el centro y
subdesadesarrollo en la periferia.
"Es necesarío señalar que las desigualdades crecientes entre las regiones,
entendidas como espacios su nacionales, son una contradicción formal. En
efecto, los desequilibríos regionales al interíor de un país, según las
últimas corrientes que estudian el subdesarrollo, se explican como una
realidad concreta que surge como consecuencia de las relaciones
dependientes con los países desarrollados y de las relaciones sociales de
producción que se establecen" (41).
63
El centro, desde este punto de vista, corresponde a los países desarrollados
y la periferia a los países comúnmente englobados dentro del calificativo
de "Tercer Mundo", término "suigéneris" que trata de diferenciar otros dos
mundos: el capitalista y el socialista.
La consecuencia directa del fenómeno de la dependencia al interíor de los
países subdesarrollados es la aparición de la concentración, que abarca un
gran espectro de la realidad y domina el ámbito político, social,
económico, cultural y hasta geográfico.
Este fenómeno es la consecuencia directa de la forma como operan los
mecanismos de apropiación del excedente económico a través del
colonialismo interno. La monoproducción exportadora que concentra la
producción en pocas empresas volcadas a intereses extranjeros, concentra
el capital en pocos grupos vinculados entre sí, directa o indirectamente. A
su vez las empresas se localizan en pocas áreas geográficas o cerca de los
puertos de exportación, generando un efecto multiplicador que concentra a
su alrededor las empresas a ellas relacionadas y al crecimiento urbano.
La acción del Estado refuerza esa concentración por diversas vías que
64
tienen que ver, por una parte, con su vinculación a los intereses de esos
grupos económicos poderosos, por otra con la concentración de las
inversiones en infraestructura en esas áreas urbanas, lo que a su vez
genera efectos multiplicadores diversos que tienden a reforzar la
concentración.
De esta manera, el fenómeno de la dependencia genera grupos
privilegiados en la estructura geográfica, como expresión concreta de la
estructura económica.
En el caso concreto de Venezuela, el modelo primarío exportador se ha
mantenido durante más de cuatrocientos años y ha sido persistente en el
proceso de la concentración social y territorial. Si bien el petróleo acentuó
el proceso a partir de los años 20, el síndrome de la concentración ha
estado presente en el proceso venezolano desde el momento mismo de la
colonización.
Lo singular del caso venezolano, frente a la mayoría de los países
latinoamericanos, es que en estos últimos los impulsores del modelo
fueron los consorcios privados; en cambio aquí, a partir de la presencia
65
superlativa del petróleo, este papel lo asume directamente el Estado. El
sector público se robustece a través de los ingresos petroleros y concentra
el poder dentro del débil cuerpo social venezolano.
Las alianzas entre intereses refuerza el modelo social estratificado
piramidal de ancha base y reducida cima, y con el necesarío apoyo oficial
se genera un parque industrial capital-intensivo que ahorra mano de obra y
se concentra, en la misma área ya demográficamente densa y
estratégicamente localizada con vinculación al exteríor: el centro-norte-
costero.
En ese reducido espacio que representa un poco más del 2% de la
superficie del país, se concentra más del 40% de la población, el 50% del
empleo industrial, el 53% del empleo en servicios y allí se decide cerca
del 88% de la inversión pública, se elaboran casi todos los proyectos para
el resto del país y se diseñan las políticas sobre las más diversas
cuestiones para el interíor.
El fenómeno de la concentración en Venezuela se viene acentuando, aun
cuando la retórica de los planes nacionales insiste en las políticas de
66
desconcentración, descentralización y desarrollo del interíor. Las fuertes
inversiones públicas en Caracas y sus alrededores, reflejo del verdadero
plan, tienden a eliminar las deseconomías que la concentración genera y a
crear condiciones de vida ventajosas frente a la provincia.
Para muestra basta señalar el VII Plan de la Nación, que insiste en las
estrategias de desarrollo del interíor, pero prevé para las regiones capital y
central cerca del 50% de las inversiones.
Ya se ha dicho que esta concentración territorial es a su vez consecuencia
de la concentración económica y social. Baste decir que en Venezuela el
2,5% de las fincas concentran el 84% de la superficie cultivada, el 7% de
las fabricas concentra el 73,5% del empleo y el proceso de crecimiento de
la gran industria aumenta mientras el número de las pequeñas industrias
disminuye (27).
Dentro de esta perspectiva toca a Trujillo ocupar un espacio periférico
dentro de un país periférico como lo es Venezuela. Le concierne entonces
jugar un papel muy marginal dentro del complejo juego de factores
presentes. No tiene su territorío áreas atractivas para la atención de los
67
capitales transnacionales o de los grupos económicos del centro. No es un
área de interés estratégico para la producción o la distribución de bienes,
no es grande su mercado y tampoco ofrece interés para la seguridad
nacional.
Apenas tiene alguna importancia su territorío como productor de
alimentos, precisamente una de las actividades más descuidadas por el
modelo petrolero exportador y alimentarío importador.
En consecuencia no solo no existe transferencia de recursos desde el
centro, sino que el escaso ahorro regional va a reforzar el financiamiento
del centro, que también ha sido reforzado por el capital humano que la
diáspora trujillana (y del interíor en general) ha expulsado hacia allá.
El atraso del Estado Trujillo, desde el punto de vista de la Teoría de la
Dependencia, es la consecuencia del crecimiento del centro como
respuesta concreta de las imposiciones de los sobre condicionantes
externos. A la macrocefalia de Caracas corresponde el raquitismo
trujillano. A la multiplicidad de las oportunidades del centro la estrechez
de la provincia.
68
“TRUJILLO: UN BOLSÓN DE POBREZA, EN UNA REGIÓN
ATRASADA, EN UN PAÍS SUBDESARROLLADO”
69
La Teoría de la Dependencia no profundiza en las contradicciones que
evidentemente aparecen en el interíor de las sociedades. La contradicción
centro - periferia, el dualismo entre países dominantes y países
dependientes deja en la oscuridad una serie de fenómenos que ocurren al
interíor de las sociedades y que pueden llegar a ser los factores principales
de las condiciones generales de pobreza y de miseria.
Un profundo analista de la sociedad subdesarrollada, José Carlos
Mariátegui en sus "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana", anotaba en los años 20 la importancia del análisis de las
relaciones de clase al interíor de la sociedad, en especial la articulación de
los modos y formas de producción y de las contradicciones políticas e
ideológicas de estas clases.
Muy cómodo sería el simple esquema interpretativo de la Teoría de la
Dependencia y muy sencillo el programa de acción: la lucha
LAS MARCAS DE LA HISTORIA:
EL DIVISIONISMO Y EL CONSERVADURISMO
70
antiimperialista. Al introducir el análisis histórico de la conformación de
la estructura económico-social, sus determinantes ideológicos y sus
resultantes en la infraestructura, seguramente se descubren factores
importantes y decisivos que es necesarío transformar para modificar las
tendencias históricas que vienen reforzando la permanencia de esta
sociedad injusta.
En el intento de clarificar los factores de atraso de la sociedad trujillana se
debe entonces introducir el tema de los orígenes de la actual estructura
social, ya evidenciada en los capítulos que versan sobre el raquitismo de
las élites frente a la frondosidad de la pobreza.
Para un análisis más completo se requeriría enfocar diversos aspectos de
la realidad económica, en especial de la estructura de la propiedad, la
composición de los factores de producción, los mecanismos de
apropiación del excedente y otros aspectos relacionados. Igualmente, un
análisis profundo de las relaciones de clase, las ideologías y otros
elementos. Lamentablemente no está en el espíritu del presente trabajo ni
en la posibilidad del autor, la realización de este trabajo, que requeriría un
71
vasto análisis documental, un equipo interdisciplinarío y tiempo
suficiente; sin embargo, intentaremos una síntesis basada en los pocos
estudios que existen.
Nos atrevemos a afirmar que desde sus orígenes la sociedad trujillana ha
estado signada por dos elementos característicos: la división y el
conservadurismo. El primero tiene mucho que ver con la propia geografía
física del territorío, su localización en la transición norte de la cordillera
de Los Andes hacia la depresión Lara - Falcón y entre los llanos
occidentales y la depresión del Lago de Maracaibo, pero también tiene
connotaciones propiamente histórico - sociales.
El segundo elemento, caracterizado por una persistente tendencia
contraria a las innovaciones sociales y políticas, esta evidentemente
relacionada con una estructura productiva tipo feudaloide, que ha
persistido a lo largo de los años, resistiéndose a los cambios que
significaran la Revolución de Los Comuneros, la Guerra de
Independencia, la Guerra Federal, la Revolución Restauradora y hasta la
Reforma Agraria reciente.
72
Una síntesis del "divisionismo trujillano la escribe R. López Baralt,
recogida por el Prof. Nelson Pineda en su trabajo "Movimientos Políticos
en Trujillo: 1870-1899" (46). Dice así quien fuera Presidente Provisional
del Estado Trujillo: "La política de Trujillo es de suyo difícil por muchas
y variadas razones y hasta puede decirse con verdad, que cada uno de los
Distritos que lo componen tiene la suya, sus hombres que la informan, sus
intereses que la alientan, su topografía que la defiende y sus ideales que la
impulsan; todo suyo, todo propio de cada Distrito, sin otros lazos de unión
entre sí que los que aparentemente le imponen la acción administrativa
que se irradia del centro hacia la circunferencia, y que la mayor parte llega
hasta ellos desvirtuada por la malicia de las pasiones banderizas
arraigadas en ellos, o quizás del cáncer que consume sus mejores
elementos de vida, gasta a sus hombres y pone obstáculos, en ocasiones
insuperables, a la marcha regular y armónica del estado..."
Esta tragedia de la división tiene sus raíces en las particularidades geo-
económicas del nacimiento y desarrollo de la propiedad de la tierra. Antes
de la colonización española, en el territorío trujillano no se conocía la
73
propiedad privada: "Al igual que el paisaje, entre los Timoto - Cuicas los
bienes de la naturaleza eran comunes" (10).
Con la llegada de los españoles se inicia un proceso de repartición de
tierras y encomiendas de indígenas muy particular que constituye el
origen de la propiedad privada trujillana, con ella la división de clases y el
nacimiento de las contradicciones que a lo largo de cuatrocientos años han
mantenido una situación de desigualdad e injusticia.
Pero antes de profundizar en este punto medular conviene anotar dos
elementos históricos que de alguna manera contribuyeron a este fenómeno
de la división.
Américo Briceño Valero afirma en su Geografía del Estado Trujillo: "Las
Tierras Trujillanas eran 1lamadas antiguamente con el pomposo nombre
de Nación Cuicas, diseminada en los valles de Boconó, Castán, Mosquey,
Escuque, incluyendo también la región oriental del Lago de San
Bartolomé hasta las selváticas ciénegas de Moporo, en cuyas orillas los
españoles fundaron a Puerto Truxillo" (7).
Amílcar Fonseca afirma en su obra Orígenes Trujillanos: "La ubicación
74
geográfica de los kuikas en la época española correspondían en parte a los
límites territoriales del actual Estado Trujillo". Más adelante afirma:
"cuatro familias componían esta Nación: Timotes, Tostós, Eskuques y
Kuikas, alrededor de cuatro centros: Jajó, Boconó, Escuque y Carache".
Sin embargo, el Dr. Emigdio Cañizales Guédez afirma que en el actual
territorío trujillano se produce el encuentro entre dos culturas indígenas
equipotentes: la cultura kuika y la cultura timotes. De esta manera dos
naciones se reparten, se dividen el territorío y los antropólogos debieron
echar mano al guion para identificar el sincretismo de la cultura Timoto-
Cuicas. Los primeros al sur del Estado, en las tierras altas del Motatán, los
segundos en las tierras medias y bajas, hacia el centro y norte del Estado.
Por otra parte, Arturo Cardozo, al referir la hispanización de los Andes,
anota que la misma se inicia desde El Tocuyo, con Diego García de
Paredes y desde Santa Fe de Bogotá con Juan Rodríguez Suarez y Juan de
Maldonado. "Los dos lugares de origen imponen, desde el primer
momento, la división de la Cordillera en dos secciones: Una sometida a la
jurisdicción de la Provincia de Caracas y la otra el Virreinato de Santa Fe.
75
Su lindero natural será el río Motatán y sus vertientes. Esta división se
mantendrá en vigencia durante 225 años (10).
Las circunstancias de la ocupación indígena y española califican desde el
punto de vista geopolítico el carácter de transición de la geografía
trujillana: el alto Motatán: chibcha y meridional; el bajo Motatán y sus
afluentes: arawaco y septentríonal. Como afirma Cañizales Guédez, un
territorío de transición geopolítica, cultural y económica. Un territorío y
una sociedad signada por la división desde el comienzo de su historia.
Pero la conformación del divisionismo y conservadurismo trujillano tiene
mucho más que ver con la estructura feudal de la propiedad de la tierra.
Como ya se afirmó, los habitantes indígenas no conocieron la propiedad
privada de la tierra. Esta nace con la división de las tierras trujillanas en
encomiendas, hecho similar a otras zonas del país.
En Trujillo, sin embargo, la ocupación y posesión de la tierra tuvo
connotaciones particulares. Aquí los linderos de las vastas extensiones
eran "los ríos y las quebradas, las chapas y las filas de los cerros; dentro
76
de estas áreas se procura que estén comprendidas todas las parentelas de
una tribu" (10).
Estos grandes territoríos y sus habitantes eran entregados al encomendero
y su descendencia. Más tarde estas tierras extendieron sus linderos a costa
de los resguardos dejados a los indígenas o de las tierras baldías. Así, por
"merced" de los mandataríos españoles, por invasión o despojo y a veces
por compras venales en especies o en efectivo, nace un sistema de
propiedad latifundista, donde el propietarío ejerce potestad sobre tierras y
personas, antes esclavos ahora medianeros, cuya vigencia se extiende
hasta nuestros días.
En la gran encomienda trujillana tiene su origen la enorme diferenciación
de nuestra sociedad. En el resguardo de su permanencia el caudillismo y
el objeto del poder político. En su renta fácil, la acumulación de un capital
timorato. En su concentración territorial, la explicación de un
parroquialismo individualista, y en la rigidez de su estructura, la
exagerada tendencia trujillana hacia el conservadurismo y el excesivo
temor a las innovaciones.
77
La pequeña explotación agrícola donde el propietarío se compromete en el
trabajo diarío, compartiendo con los peones y parientes el esfuerzo
creador, no tuvo en Trujillo la importancia que en otras partes.
Predominaron aquí los cultivos de plantación y el sistema indirecto de
explotación a través de los esclavos – siervos - medianeros, lo que facilitó
el surgimiento de una pequeña pero poderosa oligarquía, negadora de
cualquier cambio que produjera avances que perjudicaran esa situación de
privilegio.
Los rubros agrícolas que sustentaron este sistema agro explotador fueron
fundamentalmente el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el trigo. Los dos
primeros tuvieron mucha importancia al comienzo de la colonia y
representan los primeros productos de exportación que alimentaron los
nacientes capitales. Se cultivaron en las planicies cercanas al Lago de
Maracaibo y en los alrededores de las ciudades y pueblos.
Luego obtuvo importancia el trigo que se extendió por todas las zonas
altas hasta bien entrado el presente siglo. Este cultivo, junto con otro de
clima frío como la arveja, abrieron las oportunidades a un nuevo
78
capitalismo asentado en los pequeños pueblos cordilleranos, cuna del
caudillismo conservador que caracteriza a Trujillo por largos años.
La caña de azúcar se extendió a lo largo y ancho del Estado, donde el
clima y la disponibilidad de agua lo permitiesen. Se cubrieron de
cañamelares las vegas medias y bajas del Motatán y sus afluentes del
Castán, del Carache, del Monaicito, y subió hasta los pueblos donde
reinaban el café, las arvejas y los garbanzos, desplazó el algodón y el ta-
baco y se constituyó en el señor de la economía trujillana. La producción
de panela y la destilación de aguardientes se convirtieron en las
actividades industriales más importantes (12).
El café se introduce en los primeros años del siglo XIX y adquiere mucha
importancia hacia el fin de siglo. Se concentra fundamentalmente en
Boconó y Escuque, aunque se siembra también en los alrededores de los
pueblos cordilleranos. Su periplo económico, sin embargo, no llega a
tener la duración que tuvieron el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el
trigo. El café fue una "fiebre" que nació, creció, alcanzó su plenitud y
declive en unos 50 años, desde 1870 hasta 1920, con grave declinación
79
desde 1880. De manera que no tuvo la importancia en la conformación de
una clase social cafetera, como si la tuvo en el caso del Táchira. El café,
cultivo que se vincula a la pequeña propiedad familiar, es consustancial
con el desarrollo de una clase más trabajadora, disciplinada y solidaria que
en el caso de otras plantaciones como el tabaco, el cacao y la caña de
azúcar, más aptas para el cultivo indirecto en grandes extensiones.
La oligarquía conservadora trujillana es entonces nieta de las grandes
encomiendas e hija de las plantaciones, fundamentalmente del trigo y la
caña de azúcar. Así mismo, su poder político.
El trigo no es propiamente una plantación, pero en Trujillo se comportó
como tal. Está directamente vinculado a la acumulación de capital y, muy
importante, a la acumulación de medianeros, criados, peones e
incondicionales. "No hay caudillaje en Trujillo que no cuente su
ascendiente en hectáreas y en hombres adscritos a la gleba", dice
Domingo Alberto Rangel (47).
En esta oligarquía conservadora, feudaloide y semiautarquica, encerrada
en cada valle cordillerano, es la que acuna, luego de la Independencia y
80
sobre todo a finales del siglo XIX y principios de este siglo, los caudillos
que emergen como reacción al avance de los tiempos y logran retardar
demasiado los procesos de cambio que ocurren en otras áreas del país. Su
lucha por la autonomía del Estado Trujillo fue por mantener los
privilegios y aislarlo de los cambios que ocurren en el resto del territorío
nacional.
El mismo grupo que mantiene la encomienda por más de 120 años, el
mismo que feudalismo luego la actividad agropecuaria, el mismo que
mantiene la paz boba de 1830 a 1870, es el que toma las armas para
asaltar prefecturas en defensa de sus pequeños feudos y el que luego se
acomoda a la política moderna para seguir negociando los mismos
privilegios de 430 años. Es el caudillismo hereditarío como no surgirá en
ninguna otra parte de Venezuela, según diría Domingo Alberto Rangel.
El conservadurismo es consustancial a sus intereses, sea cual sea el mote
político que se asigne. Son los grupos que se oponen en 1867 a la Real
Cédula que elimina las encomiendas. Son los que en 1872 se oponen y
hacen fracasar en La Mesa de Esnujaque el primer intento revolucionarío
81
de América: la Rebelión de los Comuneros. Son los que, a pesar de su
heroísmo innegable, hacen la independencia sin cambiar la estructura
socioeconómica. "Hasta el momento en que cesan los disparos de la
guerra federal, en el año de 1863, los próceres estarán cobrando a la patria
sus honoraríos por la tarea de la emancipación" (10).
Disparos estos que no se oirán en tierras trujillanas pues la Guerra Fe-
deral no pasó por ellas y, antes de lo acontecido en otras partes, aquí sirvió
para acrecentar el poderlo tradicional. Son los mismos grupos que dejaron
pasar la Revolución Restauradora para mantenerse en el poder.
El desarrollo del mercantilismo moderno, la explotación petrolera y la
férrea dictadura gomecista logran ablandar un poco cuatrocientos años de
dura caparazón conservadora, individualista y feudal.
Estos hechos, sumados a la inmigración europea, particularmente la
italiana, refrescaron la rígida sociedad trujillana y se inicia la
conformación de la aun tímida clase media.
El desarrollo del comercio y el incipiente artesanado generaron un
pequeño grupo de nueva mentalidad progresista. Son nuevos apellidos,
82
muchos de origen italiano, que se incorporan al trabajo directo, sin
desprecio por ningún oficio y sin temor de ensuciarse las manos. Son el
germen en esperanzador de una vanguardia aun por consolidarse.
La dictadura del General Juan Vicente Gómez unifica el ejército
venezolano y asesta un duro golpe al caudillismo trujillano al ejercer una
represión brutal. Las pequeñas autonomías feudales ceden ante la
arremetida de La Sagrada y a fuerza de sangre, violaciones y
confiscaciones vuelve la paz a los campos trujillanos.
La irrupción de la explotación petrolera también introduce cambios en la
conformación de la estructura socioeconómica y política trujillana. La
renta petrolera, canalizada hacia el sector público, fortalece al Estado y
debilita por consiguiente el poder de los grupos civiles. La construcción
de obras públicas y la producción petrolera atraen la mano de obra que
abandona los campos y deja a generales y coroneles sin gente.
Se institucionalizan las Fuerzas Armadas Nacionales. Es histórico el
dialogo que marca el fin de los caudillos trujillanos. El General Juan
Araujo dice: "Presidente, yo le respondo por Trujillo". El Presidente
83
Medina responde: "No, por el Estado Trujillo me responden las Fuerzas
Armadas".
Surgen los modernos partidos políticos que terminan de sustraer la antigua
y sumisa clientela. Se abandona la agricultura y los grandes tablones de
caña van cediendo paso a la expansión urbana. Los terratenientes cercanos
a las ciudades y pueblos trocan sus preocupaciones agrarias por la
especulación inmobiliaria y por las inversiones súper seguras en el
comercio cautivo. Del dinero fácil de las plantaciones se pasa al dinero
fácil del negociado de tierras, la especulación mercantilista y, luego de
1958, el negociado de las obras civiles del millonarío gobierno nacional.
De esta manera se llega a la situación actual: El 90% de la tierra es de
propiedad privada, el 80% son propiedades menores a 10 hectáreas que
ocupan el 17% de la superficie; en cambio, por contraste, las fincas de
más de 500 hectáreas que significan el 0,5% del número de fincas
existentes ocupan casi la mitad de las tierras. El exagerado número de
minifundios frente a unos pocos grandes latifundios. Es un proceso
histórico nacido en los mismos albores de la nacionalidad el que ha dado
84
lugar a la actual situación social, donde, además de las desigualdades ya
descritas, se nota la fatiga de una larga e intensa actuación, la pesada
carga de los abolengos y una inercia que se niega a obedecer la exigencia
de los cambios.
Aun hoy se siente demasiado el peso de este duro proceso histórico. Aun
hoy actúan con fuerza los intereses de la oligarquía conservadora que trata
de impedir la modernización de Trujillo, el desarrollo de su industria y sus
actividades financieras, la democratización de la propiedad, el acceso de
las bases a la cultura, al trabajo y a las decisiones. Es un sobre
condicionante histórico que determina gravísimos conflictos de clase que
atajan - como los frenos de las mulas de nuestros Generales y Doctores -
la marcha galopante de la historia.
85
F. Ratzel era un convencido de que todo análisis sobre la geografía
humana debe fundarse en la geografía física. En su "Antropogeografia"
concibió siempre a los grupos humanos o a las sociedades humanas
desarrollándose dentro de los límites de cierto marco natural, ocupando
una posición precisa en el globo y necesitando para nutrirse, para
subsistir, para crear, de un cierto espacio (18). Vidal de Lablache, uno de
los fundadores de la geografía humana francesa, estudió el papel del
medio ambiente y de la adaptación de los grupos humanos al mismo,
considerado como uno de los factores importante de apropiación de las
tierras de cultivos. Aun cuando afirmó que "todo lo relacionado con el
hombre es contingente" creo la noción de "modo de vida" para expresar la
síntesis que se da en las sociedades a lo largo de la evolución con el
entorno, hasta conformar "paisajes" característicos. En general, los
grandes creadores de la geografía moderna: Humboldt, Ritcher, Brunhes,
Demangeon, Sorre, desarrollaron los conceptos básicos de relaciones y
UNA GEOGRAFÍA QUE SEPARA
86
causalidades que contribuyen a explicar la repartición de los grupos
humanos, su grado de desarrollo y las particularidades de su conformación
geográfica. Pierre George vigorizo la geografía moderna como ciencia
aplicada al conocimiento de las situaciones, definidas estas como un
conjunto de relaciones múltiples por parte del medio y de la herencia
histórica. Desarrolló realmente el papel de la geografía en el análisis de
las regiones, como vía para una explicación y una actividad adecuada a las
circunstancias propias y al marco característico de cada región en
particular (26).
87
88
Hoy por hoy está sentado como un hecho incuestionable la influencia
decisiva que las múltiples relaciones del medio y los grupos sociales
tienen en las definiciones de una cultura, una economía y una sociedad
características. La geografía aporta cada vez más importantes elementos
para el conocimiento científico de una realidad social concreta y en la
búsqueda de alternativas adecuadas para su evolución en provecho del
hombre.
Estas interacciones, actuando a lo largo de la historia, determinan el
"genero de vida" característico de una región como expresión colectiva de
adaptación a una realidad, en un marco cultural dado, contando con un
nivel tecnológico determinado y en evolución constante.
Está claro que hoy, más que nunca, estos "géneros de vida" no son
autónomos, sino altamente relacionados con otros externos, dinámicos,
donde el elemento tecnológico adquiere cada vez mayor importancia
frente al medio natural y frente al propio hombre y la sociedad toda.
89
Es más, ciertos "géneros de vida" cada día tienden a generalizarse más y
más ante el avance de las comunicaciones y la urbanización, y se tiende,
al menos en el mundo occidental, hacia la estandarización de los paisajes
humanos.
German Wettstein López (60) insiste en la importancia que tiene el
estudio de los paisajes como camino metodológico para comprender
mejor el resultado de la interacción entre la sociedad y el medio, dentro
del marco de unas relaciones de producción dadas.
Las variables que van a definir las caracterizas de un paisaje, según
Wettstein:
1) La forma de implantación económica, sea espontanea, dirigida,
planificada, entre otros;
2) El lapso de creación, sea largo o breve;
3) El aporte de trabajo predominante, sea individual o colectivo,
tecnificado o no;
4) La actividad principal que ocupa la población activa: ganadería,
producción de alimentos, construcción individual, producción de energía,
etc.;
90
5) El modo de producción, sea capitalista, capitalista dependiente o
socialista;
6) Las relaciones de producción, según surjan de la propiedad privada,
colectiva, cooperativista, entre otros.;
7) La utilización de los recursos;
8) La valorización de los recursos;
9) El grado e integración a la sociedad global.
10) La tendencia histórica, en cuanto a su dinámica.
Valen las anteríores digresiones a manera de marco conceptual para el
análisis que se intentará a continuación, pues no abundan los estudios
donde el fenómeno del subdesarrollo involucre, al menos parcialmente,
un análisis propiamente geográfico. Los análisis se centran en
explicaciones que caen mayormente en el plano de la economía política,
aunque también ha habido estudios sobre la influencia de los factores
culturales, sociales, demográficos y hasta mentales, pero habría que estar
ciego para no darse cuenta de una indudable influencia del medio.
Basta con mirar en un Atlas del Mundo para darse cuenta de que las zonas
con predominio de economías manufactureras, por ejemplo,
91
características de áreas desarrolladas, se ubican casi en su totalidad al
norte del paralelo 20’ del Hemisferío Norte. En cambio, las zonas de
economía primitiva se extienden por el resto del mundo al sur de dicho
paralelo.
Es evidente que la población que goza de los más altos niveles de vida
donde se concentra el consumo de casi toda la producción mundial, vive
en unos pocos espacios claramente apreciables en las costas este y oeste
de los Estados Unidos y Canadá, en Europa Occidental, en Japón y
algunos otros espacios del hemisferío norte; en cambio, las grandes masas
humanas depauperadas se extienden prácticamente todas al sur de los 30’
de latitud norte. No existe ningún país desarrollado en la zona
intertropical.
Los venezolanos y, por supuesto, los trujillanos, ocupamos una "posición"
en el globo, usando la terminología de Ratel. De esta posición se derivan
una serie de consecuencias: Venezuela se ubica en plena zona
intertropical, entre los 0’, 45' y los 129
12' de latitud norte; en la misma
posición latitudinal que Colombia, Guyana, Surinam, Liberia, Ghana,
Costa de Marfil, Nigeria, Etiopia, Camboya, Ceilán, Filipinas y otros de
92
los países más atrasados del mundo.
No es el espíritu de este trabajo ahondar en las múltiples connotaciones
que esta posición en el globo terráqueo tiene, especialmente en cuanto al
clima y sus consecuencias. Tampoco señalar el fatalismo que podría
desprenderse de este hecho. Pero sería incompleto el análisis si se pasa
por alto el hecho incontrovertible y evidente que mucho tiene que ver el
solo lugar que ocupamos en la Tierra con el fenómeno de la pobreza en
Venezuela y por consiguiente en Trujillo. Seguramente no es por
casualidad que no nos acompañe en el medio intertropical ninguna nación
que haya desarrollado en forma destacada su civilización.
En la conformación del conjunto de elementos que define las
características fundamentales de Venezuela, y con ella Trujillo, como un
espacio subdesarrollado, entran las relaciones que se derivan del entorno
natural, propiamente dicho, con un complejo de factores climáticos,
fitogeográficos, edáficos, geomorfológicos, hidráulicos y de otro orden.
Estos factores han condicionado fuertemente la ocupación el desarrollo
humano del territorío y creado fuertes obstáculos que, sumados a los que
93
provienen de las relaciones de dependencia y a las determinantes
contradicciones de su estructura social, dan como resultados una sociedad
atrasada, en un espacio subdesarrollado.
No quiere decir esto que, superados los factores socioeconómicos del
atraso, particularmente la estructura de la propiedad, el acceso a la
educación y a la salud y el avance tecnológico, un cierto grado de
autodeterminación, junto con una inspiración colectiva hacia el avance,
no puedan vencerse las condicionantes de la geografía física. Pero ellas
están presentes y deberán ser tomadas en cuenta.
Las condicionantes arriba esbozadas atienden al espacio geográfico en su
connotación global; sin embargo, un análisis detallado del espacio
geográfico trujillano nos dará elementos particulares que contribuyen a
explicar la realidad actual trujillana y que habrán de ser tomadas en
cuenta a la hora de las recomendaciones que irán al final del presente
trabajo.
La tesis que se trata de establecer aquí se resume en la inexistencia de una
verdadera unidad regional trujillana y, como consecuencia, de una
estructura geográfica, social y comunicacional que genere lealtades de
94
tipo regional, compromisos con los que la "Trujillanidad" pueda significar
y que, antes por el contrarío, el análisis de la realidad conduce a la
constatación de una serie de elementos y factores que han conformado
estructuras locales mejor logradas que la estructura regional.
Este fenómeno del localismo no ha estado al servicio de un desarrollo
autónomo, pues,como se vió antes,la estructura de la sociedad y las
relaciones sociales que de ella se desprenden, particularmente las
relaciones de poder, han estado al servicio del mantenimiento de los
privilegios de pequeños grupos de poder es sus territoríos, ahogando las
las iniciativas de las escasas vanguardias con sentido progresista,
impidiuendo el surgimiento de un “proyecto” de un camino, de una visión
de futuro para Trujillo en su conjunto y distrayendo los escasos recursos
de parroquialismos estériles.
El concepto más apropiado para el análisis de la realidad de la unidad
trujillana es el de “región”, pues para los geógrafos este término tiene
unas connotaciones precisas que vale la pena explicar con claridad.
Robert E. Dockinson afirma que “la región es un área que presenta cierta
95
homogeneidad con relación a una serie de relaciones afines. Los
problemas se presentan en la relación de los criteríos adecuados que
permiten reconocer tales semejanzas regionales”. (17)
Igualmente establece que algunos autores consideran la existencia de
“unidades administrativas naturales”, esto es, unidades adecuadas en
virtud de constituir entidades sociales y económicas para utilizarlas desde
el punto de vista administrativo.
En este sentido suele considerarse a la región como una unidad espacial
“natural”, por el mero hecho de ser real, actual, que surge
expontáneamente de la auténtica estructura de la sociedad, en contraste
con las unidades administrativas “artificiales”, legado de un pasado ya
lejano ycib frecuencia inadecuado a las necesidades de la vida moderna.
Bernard Kayser establece que “ una región constituye sobre la tierra un
espacio perciso pero no inmutable, inscrito en un marco natural dado, y
que responde a tres características esenciales: los vínculos existente entre
sus habitantes, su organización en tirnio a un centri dotado de cierta
autonomía, y su integración funcional a una economía global”. (33)
Además anota como factores en la formación de las regiones de tipo
96
natural o físico – geográfico, las de tipo histórico, la polarización y la
administración.
Joep Lore define a la Región en los siguientes términos:
1) “La región está integralmente relacionada con una mayor;
2) Tiene un tamaño geográfico y una ubicación definida;
3) Cada región tiene un grupo de componentes subregionales, los cuales
son contiguos;
4) La región crea un conjunto de actitudes definidas;
5) La lealtad de la región…está subordinada a la lealtad al Estado
Nacional”.
Conviene aquí anotar una cita que hace Arturo Guillermo Muñoz (44) de
Karl N. Peutsch: “Debajo del estado soberano, las más importantes de
estas áreas y unidades no son solamente aquellas del gobierno local, sino
más bien las unidades del área Metropolitana y regional, provincia o
sección. Algunas de estas unidades regionales pueden contar con una
organización gubernamental que reafirme su existencia, tal como un
Estado bajo la forma federal de gobierno, pero otras regiones están unidas
97
solamente por una estructura básica social y comunicacional".
"El punto central del problema — añade Muñoz— es la capacidad de los
límites políticos de dar coherencia a la región frente a otros factores
existentes, tradicionalmente poderosos".
A la luz de los anteríores conceptos se debe establecer el carácter de
"región" que pueda tener el Estado Trujillo, para lo cual habría que
analizar:
1) El marco natural como elemento territorial integrador. Los vínculos entre
sus habitantes, las relaciones internas, la "lealtad" a la entidad y el conjunto
de actitudes que define.
2) El grado de polarización en torno a un centro urbano o su organización
en torno a una metrópoli ("... las regiones viven a través de su centro",
dice Labasse).
3) El grado de coherencia, producto de unos límites político
administrativos y un gobierno federal comunes.
Se puede afirmar sin lugar a dudas que el Estado Trujillo no es un
territorío homogéneo, ni una cuenca, ni una unidad natural. Por el
98
contrarío, la heterogeneidad física y climática es la característica
fundamental.
Tiene costas en el Lago de Maracaibo, llanuras aluviales litorales e
interíores, áreas montañosas de pronunciada pendiente, conos de
deyección y terrazas de suave topografía; zonas de origen marino y de
origen glaciar, pisos de clima cálido hasta de piso muy frío. Áreas
lluviosas y áreas de clima seco; vegetación selvática tupida y fecunda,
bosques xerofíticos y páramos ralos.
Su territorío se reparte en múltiples cuencas, unas que llevan sus aguas al
lago de Maracaibo, otras al río Orinoco y otras al mar Caribe.
Es lógico pensar entonces que a tan polifacético marco natural
corresponde diversas respuestas de los grupos humanos. No existe
entonces un paisaje trujillano, sino múltiples expresiones de las distintas
relaciones hombre - naturaleza.
No es fácil identificar algún elemento físico que caracterice a Trujillo.
Algún aspecto determinante de su marco natural que hable por toda su
extensión. Si al Zulia se le identifica con el calor y el lago, a Lara con el
paisaje seco, a Mérida con las altas montañas, al Táchira con la frontera, a
99
Barinas con el llano, así en el Zulia haya tierras frías, en Lara bosques
húmedos, en Mérida tierras llanas, en Táchira zonas sin relaciones
fronterizas, y en Barinas montañas, no tiene el Estado Trujillo ese punto
central de identidad.
No es, pues, su marco natural una unidad territorial integradora, sino más
bien paisajes diferenciados que dan a la geografía trujillana una imagen
de gran diversidad.
Los linderos naturales no "enmarcan" con definida precisión el territorío
del Estado Trujillo. Por el norte, el lindero con el Estado Zulia es el Río
Motatán de Los Negros y el Río Paují, de difícil de terminación, pues son
cursos de variada evolución, al punto que los mapas oficiales editados por
la Cartografía Nacional señalan como lindero el Caño Carrillo, que no
aparece en los textos legales de delimitación político territorial.
De remitirse estrictamente a la Ley de División Político Territorial del
Estado Trujillo, los puertos de Motatán del Lago, Ceuta y Tomoporo
serían trujillanos y la realidad es que son zulianos por la posesión de
hecho que tiene el Estado Zulia, por la jurisdicción que ejerce, por la
"zulianidad" que allí se aprecia y por las múltiples relaciones que ese
100
territorío mantiene con Maracaibo. Es una situación que jurídicamente
está en discusión pero que la realidad ha zanjado hace tiempo.
Con el Estado Lara los linderos en la cuenca del Río Jirahara están bien
definidos por las cumbres de Parajá, pero están en discusión. En la zona
de Puente Villegas hasta Agua de Obispos son linderos a media cuenca
que no significan verdaderos obstáculos naturales. Lo mismo sucede con
los límites con el Estado Portuguesa, donde las corrientes de las
quebradas Azufre y del Río Anús no separan ningún territorío.
Con Barinas los linderos naturales son bien definidos y marcan
separación real por las elevadas divisorias de aguas, pero con el Estado
Mérida una buena extensión de limites está definida por el zanjón de
Mucumís y la quebrada Tafallés en una zona de gran interconexión
económica como lo es el valle del Motatán. Así mismo sucede en el área
de la Carretera Panamericana entre Arapuey y Buena Vista.
De esta manera los límites políticos administrativos muchas veces no
están referidos a accidentes naturales que puedan contribuir a reforzar los
vínculos internos y, de alguna manera, restringir las relaciones con los
estados vecinos.
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  • 1. TRUJILLO: el equilibrio fatalista Francisco J. González C. Fondo Editorial PORTRUJILLO
  • 2. 2 EXORDIO Luego de mucho meditar decido publicar de nuevo este ensayo escrito en 1986 casi tal cual como en el original. Solo suprimo algunos cuadros estadísticos y agrego unas notas escritas en letra cursiva que informan o aclaran asuntos en razón del tiempo transcurrido. Juzgarán ustedes la vigencia del mismo. FGC.
  • 3. 3 “…cuantas veces he hablado de la necesidad en que estamos, de poner fin a la larga conspiración de prudencia que desde todos los confines amenaza nuestro progreso social.” Marío Briceño Iragorri El Caballo de Ledezma
  • 4. 4 PRÓLOGO El texto escolar de Geografía de Venezuela que seguíamos en el Colegio Salesiano de Valera, hace ya medio siglo, daba al país tres millones de habitantes y a Trujillo el diez por ciento de esa cifra, lo cual situaba a nuestro Estado en uno de los primeros puestos de la demografía, detrás acaso, de Zulia, de Lara y de Miranda. Táchira y Mérida, más extensos, tenían menor población. La producción de granos era abundante, tanto, que se consideraba a Trujillo el granero de Venezuela, y antes de que las mulas corianas trajeran sus cargas de maíz, venían, escoteras, a recogerlo de Trujillo para remediar la cíclica escasez del grano, causada por los largos veranos de la Sierra de Coro. El café, la caña de azúcar, las papas, los productos pecuaríos autoabastecían y aun permitían la exportación. El café Boconó era
  • 5. 5 famoso en el mercado mundial. Semejante status soportaba bien el pasado azaroso de heroísmos y decisiones trascendentales que ilustran la historia y por los cuales Trujillo es una de las siete estrellas que decoran y alumbran la bandera nacional. Para quien nació en esa conciencia de su tierra no es, por supuesto, grato saber que ahora Trujillo y Sucre son tenidos por los más deprimidos socialmente y que para ellos se diseñan programas emergentes de socorro, llámense bono alimentarío o bolsa de alimentos. Eso es lo que ha inventado la administración para conjurar la pobreza crítica de Trujillo, y ni siquiera se cumple; y ello, a muchos anos de aquel pensamiento según el cual no debe darse un pez al hombre, sino ensenarlo a pescar. La decadencia de Trujillo no está constituida por la parálisis de su crecimiento demográfico, sino por la penuria de su población: "de cien mil familias que hay en el Estado, apenas doscientas sesenta pertenecen a la clase alta, esto es, al primer estrato de la sociedad", afirma el autor de este libro; y ello significa el 0.24% de la población, contra el 1 %, que es la proporción nacional y el
  • 6. 6 2.2%, que es la del Distrito Federal, por ejemplo. No son pocas las explicaciones que se dan al estancamiento, al deteríoro y a la degradación trujillanos: la diáspora humana como causa o como efecto, el empobrecimiento y fatiga de las tierras, el atavismo social y político, los malos gobernantes, la pesadumbre de la historia. Posiblemente todo ello y algo mas es cierto. Lo doloroso es que corre el tiempo, se alternan en el poder los partidos, se pasa de la abundancia suma a la limitación de los recursos fiscales y Trujillo continúe en el piano inclinado de su desventura. El texto de geografía que menciono ponía como antípodas a Bolívar, con doscientos treinta y ocho mil kilómetros cuadrados y ochenta y cinco mil habitantes, y a Trujillo, con siete mil cuatrocientos kilómetros cuadrados y casi trescientos mil habitan- tes. Barinas, llamado inexplicablemente Zamora en aquel tiempo, era la mueca de su propio pasado: la capital, colección de ruinas y de escombros, tenía entonces menor población que Barrancas, y parecía que la entidad iba a perder la condición de Estado.
  • 7. 7 Bolívar es hoy una de las regiones más pobladas, y si puede hablarse todavía de antípodas, ellas podrían ser Barinas y Trujillo: treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, plétora de recursos importantes, polo de atracción demográfica, región perfectamente conformada aquella; siete mil cuatrocientos kilómetros, fragilidad de los recursos económicos, centro expulsor de su población, imposible o equívoca región, esta. Posiblemente una descarga razonable de su población o un largo crecimiento vegetativo habrían sentado bien a Trujillo si su circunstancia demográfica no fuera tan diabólica, que tiene el mismo efecto de las lluvias torrenciales sobre la tierra labrada de las laderas. Como la capa vegetal que ha enriquecido ha cuenca del lago de Maracaibo, así la mejor gente trujillana bajo de sus riscos, ora a aportar mano de obra en la empresa del petróleo en el Zulia, ora a probar suerte en otro medio sin sombra de caciques caprichosos, ora a emprender la aventura inacabable del hombre al amor de un sol diverso. A la postre, emigrar se convirtió en el destino del trujillano, y ni el mismo podría explicar la razón de su ausencia. Cuántas veces hemos tropezado, en las grandes ciudades
  • 8. 8 Caracas, Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, aun Puerto Ordaz con el gheto trujillano, uno más en los barríos marginales donde se apaga la ola humana que viene, inatajable, desde el medio rural. En Ios más nombrados barríos caraqueños los guetos son de boconeses, de caracheros, de escuqueños, pues aun en la lejanía de su arisco terruño perduran las asimetrías, disparidades y diferencias que hacen de Trujillo un estado varío y desigual. Alguna vez, de regreso de una gira política a un bello pueblo frío del Estado Trujillo, llevamos a Caracas a dos bellas muchachas de la más selecta sociedad local, que nos habían atendido en su casa. Al preguntarles, una vez en Caracas, la dirección de su residencia capitalina, indicaron la de un barrío miserable, de esos emergentes y caóticos. No perdimos la ocasión de hacer después la reflexión que tipifica el caso de la degradación trujillana. Aquellas muchachas, de primera en su pueblo, pasaban a ser lumpen, gente sin clasificación o disímbola en el vientre horrible de la gran ciudad. Si se compara con sus hermanos de Cordillera Mérida y Táchira,
  • 9. 9 Trujillo sale hoy en desventaja. Alguien diría que a Mérida lo salva la persistencia iluminada de una universidad dos veces centenaria, y al Táchira, la circunstancia de ser un pueblo nuevo, sin reatos históricos y con el estímulo constante de una frontera viva; en tanto que Trujillo tiene cansancio de su cargo de glorias y de luchas, carece de territorío y endémicamente ha sido mal gobernado. Pero no son o no parecen ser bastantes esas razones. Una o más, profundas, debe haber. El geógrafo Francisco Gonzalez, autor de este libro, penetra en el caso trujillano con resolución, y en un ensayo novedoso, como el que tiene ante sí el lector, se atreve a develarlo y a comentarlo con criterío científico. Pertenece a las más recientes promociones universitarias, ha visto y medido a espacio la razón de ser de Trujillo en su geografía física y humana, en sus caprichos sociológicos, en su desconcertante proceso económico, y tiene la capacidad y la autoridad para dar su versión, que está en las páginas siguientes.
  • 10. 10 Ya debe mucho Trujillo a este joven investigador, perteneciente a una dilatada y distinguida familia de La Quebrada, Distrito Urdaneta. Junto a otros estudiosos y preocupados paisanos suyos ha participado en numerosas iniciativas cívicas las más valientes y modernas para modificar el cuadro de la sociedad trujillana como debe modificarse: a través de un nuevo individuo labrado intensamente por la educación. En PORTRUJILLO, la gallarda Fundación para el desarrollo in- tegral de ese Estado, Gonzalez es pieza fundamental, farero animoso, dispuesto siempre a dar más de su fe convertida en esfuerzo. Antes de estas páginas, el "morocho" Gonzalez ha publicado muchas otras, testimonio de su entrañable interés por la redención de su tierra; ha incursionado en el quehacer universitarío, ha pertenecido a numerosas sociedades, anhelante de ser útil en la medida en que lo necesita y reclama su Estado nativo. Hasta se ha comprometido en empresas políticas contingentes, tal vez ansioso de encontrar en ellas marco y herramientas para sus
  • 11. 11 propósitos civilizadores. La misma devoción por su tierra, su generosidad y su vocación de servicio le han impedido ver que un hombre como el, tan eficiente y bien equipado, no debe limitarse ni limitar su empeño en el cuadro de una determinada parcialidad política, pues debiéndose a toda la comunidad y afanándose por la suerte de ella toda, no debe prever más resistencias que la del atraso ni más suspicacias que la de la envidia rasa. En su misma cuna ha advertido Gonzalez la más protuberante característica de la sociedad tradicional de Trujillo: el caudillismo. Nativo de La Quebrada, desde su niñez debió escuchar historias y consejas acerca de los caudillos grandes y pequeños a quienes los campesinos mencionan todavía con sus primeros nombres y con el comentarío y el recuerdo grabados conformes a la bondad o la malicia que tuvieron. El General Federico, pongamos por caso, empedernido habitador de La Quebrada, era bondadoso. Los campesinos lo amaban y seguían, y el, desde el balconcete de su modesta casa de la plaza, en los últimos años de su vida
  • 12. 12 patriarcal, observaba el ajetreo inocente del pueblo que lo tenía como un punto de apoyo y referencia. “Él era caudillo no por el dinero que tenía, sino por el respeto que todos le debíamos", me explico en La Quebrada un campesino anónimo. Ojalá Gonzalez mismo se atreva un día a estudiar ese apasionante fenómeno del caudillismo trujillano, que no tiene igual en la república. Grava tanto el comportamiento del hombre tru- jillano esa modalidad social, que no es temerarío culparlo de ciertas reacciones y hábitos que caracterizan a este pueblo. Conviene situar en su justo lugar esa influencia, posiblemente heredada de las encomiendas coloniales, ellas mismas asignadas en Trujillo conforme a una difícil y caprichosa geografía. Eran mesetas altas, valles estrechos, barreras montañosas, gargantas insalvables las referencias topográficas que dislocan, más que dividen, el mapa trujillano. Era apenas natural que de encomendero se pasara a gamonal, de allí a cacique y de cacique a caudillo, que es el cacique mayor, ya con ínfulas políticas, jurisdicción suficiente y mesnadas bastantes para la aventura de
  • 13. 13 la guerra y del poder. Conocimos las estribaciones del caudillismo y sabemos que en sus postrimerías tenía más de sacrificio que de arrogancia. Era el caudillo el jefe tutelar que aconsejaba, así para la siembra como para el matrimonio, y protegía con sus influencias al leal que delinquía por el honor o por el alcohol, o por ambas razones combinadas: en los términos de la modesta baronía de su señor hallaba santuarío si allí se refugiaba luego del delito; o bien lo extraía con prontitud de la cárcel si el brazo de la justicia lo había alcanzado ya. Penoso era ya el oficio del caudillo. Puertas abiertas, oídos dispuestos, bolsa generosa para recibir, escuchar y acudir. Todo contra una lealtad que ya no habría ocasión de exigir o comprobar. De los tiempos en que el León de la Cordillera tenia vigencia incontrastable en toda ella y, con la mano en la mancera del arado recibía, como Cincinato, a los delegados de Guzman Blanco que iban a Jajó a proponerle la paz o la alianza, a estos, nuestros, de caudillos disminuidos ya, habían transcurrido muchos años durante los cuales Trujillo fue feudal. Lo malo es que luego no ha habido un Renacimiento.
  • 14. 14 El "morocho" Gonzalez lo propone en este libro, cuyos originales he leído con entusiasmo. Geógrafo, como es, y buen geógrafo, y sociólogo, además, por pasión, ahonda en el hecho físico y en el social que en Trujillo dominan. Puede uno no compartir con Francisco Gonzalez algunas de sus conclusiones, pero no puede dejar de endosar la claridad y precisión de sus análisis. Como él ha hecho con angustiada penetración el diagnostico de su tierra y ha braceado, animoso, por hallar soluciones, propone lo que cree que debe hacerse para que nuestro Estado se vivifique y ande otra vez. Como el autor, soy desvelado e incansable trotador y visitante de los pueblos y aldeas trujillanos. Me duele ver en los campos, junto a indiscutibles avances tecnológicos, el deteríoro de las costumbres, de la vivienda, del vestido. Hasta no hace mucho, el campesino había arribado a la bota de cuero. Hoy, con la influencia de los inmigrantes no deseados, regresa, no a la cotiza tradicional, sino a la babucha de plástico. La casa de teja, o de fajina, ha dado paso al rancho de zinc; la
  • 15. 15 tapia pisada, al choreto bahareque; y no hay ya tejares ni tendales en los campos, desde que se prohibió alimentarlos con leña y no se ofreció un sustituto popular a gas o a petróleo para producir las tejas y la cal. Entre su casa sucia, desordenada y promiscua, el hombre trujillano no ha avanzado y antes ha retrocedido en su miseria, que es la pobreza sin dignidad. Propone Gonzalez la educación como primer remedio, y está en lo justo. PORTRUJILLO, Fundación en la cual es figura principal, ha intentado un ensayo piloto de preescolar para comenzar la producción de un nuevo trujillano con quien sustituir ventajosamente al hombre actual; y en cuanto a este, una red de institutos que lo capaciten para ser útil. Si el plan de PORTRUJILLO se cumple, en el Estado se experimentará la novedosa promesa que es la educación preescolar, destinada a suministrar en la edad óptima los valores éticos fundamentales, junto con las proteínas, también fundamentales, y el concepto verdadero de igualdad como no se adquirirá en ninguna otra etapa de la vida. El programa de acción
  • 16. 16 para Trujillo debe tender al desarrollo armonioso de sus potencialidades, y ya sería bastante que el trujillano no tuviera que nacer bajo el signo del éxodo, pues es en su propio territorío donde deben estar su desafío, su aventura y su destino. La clave de todo esto pasa por una nueva educación y por nuevos estímulos para que se desperece y abandone su fatalismo. Todo lo demás serán palabras, que es lo que sobra ya en el país. Palabras y castillos en el aire, mientras la democracia y el porvenir no se edifiquen sobre un nuevo individuo alerta, responsable, creador. Como fueron, sin más, los trujillanos de otra época, cuando la patria era afán primordial. Es inexcusable que a estas alturas del tiempo sigamos improvisando soluciones y nos quedemos con los alcahuetes remedios populistas. Guardando las proporciones debidas, el Japón o Israel son infinitamente más pobres que Trujillo en recursos económicos. La mente de su población ha sido, sin embargo, el preferido campo de cultivo; y allí están esos dos países, asombro y modelo del mundo. ¿Sera porque la raza amarilla y la hebrea son superíores a la nuestra, mestizo? Nadie
  • 17. 17 lo aceptaría cuando se sabe que la disciplina social y la cultura de la inteligencia y de las manos, combinadas en la ética del trabajo, obran milagros. Que son precisamente los milagros de hoy. No quiero detener más al lector, deseoso de entrar en materia. Que es buena esta y amena, como que explica y desarrolla las mejores ideas sobre la realidad y la promesa de Trujillo, patria chica tanto más amada cuando más sufrida y tanto más visceral cuanto que es por ella que nos unimos a la palpitación de la patria mayor y a la vecindad del universo. Miguel Ángel Burelli Rivas
  • 19. 19 INTRODUCCION En el año de 1976 la Corporación de Los Andes publicó un pequeño ensayo titulado "Trujillo al Derecho y al Revés", donde se trataba de reflejar el gran contraste de la realidad trujillana: la potencialidad de sus recursos frente a la pobreza de sus habitantes. Es un contraste parecido al que acusan muchas regiones y países subdesarrollados, pero que en nuestro Estado adquieren una connotación particular. Venezuela es un país singularmente dotado de recursos naturales, situado frente al mar, que goza de variados ambientes climáticos, con cierta importancia estratégica para el juego de poder mundial y con una estructura social permeable. Sin embargo, con una gran mayoría de su población viviendo en condiciones de extrema miseria, con estructuras económicas duales, gran deteríoro de su patrimonio nacional y con tremendos desequilibríos espaciales. El Estado Trujillo tiene, así mismo, inmensos recursos naturales, variedad de ambientes climáticos, acceso a la comunicación marítima, élites dirigentes en destacada posición nacional, y constituye, sin embargo, una área marginal dentro de la geografía del subdesarrollo
  • 20. 20 venezolano. Al Economista Marco Vinicio Salas le tocó, en dicho ensayo, desarrollar el "Trujillo al Derecho" y describir, explicar y cuantificar las potencialidades que existen. A mí me correspondió el tema de "Trujillo al Revés", con toda la amarga estadística del atraso, discriminación del poder central y marginalidad. Las fuerzas de las circunstancias determinaron que, al contrarío de lo que buscabamos, el ensayo, mas que una toma de conciencia y la disposición de avanzar, en muchos provocó el lamento conformista, la acusaci6n autoinduigente y la exageración pesimista. A los diez anos de ese informe, a la luz de los nuevos indicadores del Censo 1981 y de otras estadísticas, intento ahora un nuevo ensayo sobre la realidad trujillana, procurando internarme en el campo de las explicaciones causales y planteando de nuevo ideas y alternativas para salir del atraso. En esa época se planteó una especie de programa denominado "Desarrollo Trujillano: Acción Concreta", que buscaba utilizar el "Trujillo al Derecho" para voltear el "Trujillo al Revés". La mayoría de
  • 21. 21 las proposiciones allí contenidas, basadas en parte en las ideas del conocido hombre público José Muchacho Bertoni, en las líneas de acción estratégicas contenidas en el Programa Motatán - Cenizo elaborado por Corpoandes y en otras recogidas de diversas fuentes, están aún vigentes, algunas se han ejecutado, otras andan a medio camino, y a la mayoría los vaivenes partidistas las mantienen archivadas. Sin embargo, la situación mundial y, particularmente, la nacional ha cambiado y con ello el marco de referencia. Los recursos financieros no son ahora tan abundantes ni tan baratos. La situación cambiaria del signo monetarío hace obsoletas algunas ideas y pone en vigencia otras no viables en aquellas condiciones. Además se ha avanzado en el conocimiento del Estado Trujillo y de país, de las condicionantes para su progreso y desarrollo, de sus fuerzas dinámicas y retardatarias, de sus contradicciones. Todo ello obliga a un nuevo intento, más actual, audaz y flexible. Una revisión de lo que pasó en este decenio, de la evolución de la situación y sus tendencias. Ensayar nuevas explicaciones. Proponer nuevas alternativas.
  • 22. 22 El avance del Estado Trujillo en los últimos años ha sido indudable. Sin embargo, el dinamismo ha sido más lento que el promedio nacional y muy por detrás del experimentado por la región central. En efecto, las cifras del censo 1981 acusan indicadores menos graves que los que acusaban los censos de 1961 y 1971. Ahora hay más viviendas, mejor equipamiento, menos mortalidad infantil, menos analfabetismo, más carreteras, más producción agrícola, más comercio, más puestos educativos, más radios, más periódicos, más vehículos. Lamentablemente, también hay más deteríoro ambiental, más intervención en las cuencas altas, más ranchos, más gente pobre. Ahora, comparativamente, Trujillo continua a la zaga en el nivel de desarrollo, pues el ritmo de crecimiento fue mayor en el promedio nacional y mucho más alto en otros estados, como los centrales y centro occidentales, que en nuestro caso. Algunas ciudades y estados EL AVANCE EN EL REZAGO
  • 23. 23 aprovecharon mejor la coyuntura de abundancia de los años setenta y se modernizaron, construyeron buena infraestructura, desarrollaron instituciones educativas, financieras, de producción, en ellos se generó un crecimiento sustantivo. Los estados vecinos cuentan ahora con mejores servicios e infraestructura que el Estado Trujillo; incluso tienen más clara su perspectiva coriónica. El Táchira, por ejemplo, tiene un desarrollo agrícola importante, cierto impulso industrial, ha desarrollado diversas instituciones financieras y cuenta con varias instituciones de educación superíor, incluyendo la importante Universidad Nacional Experimental del Táchira, que ejecuta diversos proyectos de innovación y adaptación tecnológica sobre problemas concretos de la realidad donde se inserta. El Estado Táchira ha avanzado en su prosperidad económica y, lo que es muy importante, cuenta con grupos humanos activos, que generan ideas, arriesgan inversiones y crean empresas, dinamizando a la sociedad tachirense. Mérida cambió la cara con un gran desarrollo urbanístico y paisajístico, mejoramiento de los barríos, varíos y amplios accesos viales, moderno equipamiento institucional y una futurista planta física para la
  • 24. 24 Universidad de Los Andes. También creo su Banco Andino, tiene una prospera entidad de ahorro y préstamo y avanza sólidamente hacia una especialización en la actividad turística. El Estado en su conjunto tiende hacia la especialización turística y a la producción agropecuaria. Estas dos actividades, junto a la educación superíor, atraen grupos que generan ideas y luchan por llevarlas a la práctica. Barinas se transformó con el desarrollo de la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos "Ezequiel Zamora", una completa vialidad urbana y un importante grupo financiero. Los efectos multiplicadores de esta realidad han influido en la modernización de todo el Estado Barinas, que avanza hacia su prosperidad agropecuaria y silvícola. Es hoy un territorío en rápida expansión que atrae nuevas inversiones para reforzar su crecimiento. Lara consolidó algunas de sus instituciones financieras, desarrolló una gran actividad industrial y agropecuaria y cuenta con varias instituciones de educación superíor que contribuyen a generar grupos de avanzada. Barquisimeto modernizó su infraestructura. Y la vialidad que la conecta con su área de influencia, consolidando con ello su papel rector de capital regional.
  • 25. 25 El Estado Zulia, por su parte, modernizo su capital, Maracaibo, y a Cabimas, construyó una buena infraestructura agrícola, desarrolló una completa red financiera y cuenta con cinco instituciones de educación superíor. Maracaibo ejerce un sólido liderazgo urbano sobre su territorío y concentra grupos humanos de creatividad avanzada. Logró igualmente crear una base industrial diversificada. El Estado Trujillo no puede mostrar resulta dos similares. Se avanzó en el equipamiento de los Valles Altos, se establecieron algunas industrias importantes, se logró la creación de la Sociedad Financiera de Los Andes, se fundó el Instituto Universitarío de Tecnología y se avanzó en la infraestructura universitaria de El Prado. También se crearon algunos centros de investigación y se avanzó en el equipamiento urbano. Sin embargo, nada de esto imita la transformación experimentada por sus vecinos. Existe un evidente vacío universitarío, financiero, industrial y urbanístico. El Estado Trujillo se quedó a la cola de la carrera de inversiones de los años setenta y ochenta, y ni siquiera se aprovechó la abundancia para
  • 26. 26 modernizar la pobreza, para equipar barríos, hacer avenidas, construir parques; mucho menos para impulsar el desarrollo de la educación, la salud y la economía. El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIE) de la Universidad de Los Andes realizó para la Corporación de Los Andes un informe titulado "Veinte Años de Economía en la Región de Los Andes"1 , donde se afirma: "Desde el punto de vista económico esta entidad federal se presenta como la más deprimida de las que integran el ámbito regional. Varíos son los indicadores que se han tornado en cuenta para tal conclusión: en general, el producto por habitante, tasas de desempleo, condiciones sanitarío asistenciales, niveles de desnutrición, condiciones de la vivienda, entre otros, han sido elementos que al ser analizados demuestran que el Estado Trujillo se encuentra en situación menos ventajosa que el resto de las entidades regionales". (15) Más adelante agrega el informe: "Durante los veinte años objeto de análisis, el Estado Trujillo fue la entidad con más bajo producto por habitante. Para 1980, último año de la serie, este indicador alcanzo a Bs. 1 El IIE no ha podido elaborar más estos útiles estudios regionales por cuanto el Banco Central de Venezuela dejó de publicar estadísticas regionales.
  • 27. 27 1.757,4, el cual era un 18,1% menor que el promedio regional", y el 68% menor al promedio nacional. Al analizar con mayor detenimiento la evolución de la economía andina, se refuerza el criterío del avance en el rezago. Por ejemplo, para 1960 el Estado Trujillo ocupaba el segundo lugar como productor agropecuarío, mientras que en 1980 ocupaba el tercer lugar y, de no modificarse las tendencias, será desplazado rápidamente por Barinas, que tiene una tasa de crecimiento mayor. En cuanto al sector manufacturero, en aquel año de 1960 ocupaba el segundo lugar, pasando recientemente a ocupar la cola en la región andina. Dentro de este mismo sector secundarío, la construcción pública, que debería ser un elemento compensador de los desequilibríos y una vía para la justicia redistributiva, generadora de empleo y dinamizador de la economía, es muy reducida y Trujillo ocupa el último lugar en cuanto al valor de la construcción oficial en la región. Otro tanto sucede con la construcción privada. En lo que al sector terciarío de la economía se refiere, también el Estado Trujillo bajó su participación regional del segundo al tercer lugar, con el agravante que en el subsector que más
  • 28. 28 perdió importancia fue en el correspondiente a los servicios educacionales, donde ahora ocupa el último lugar. En síntesis, el Estado Trujillo ha venido perdiendo importancia económica en el ámbito regional, y pasó de tener el 23,3 por ciento del Producto Territorial Bruto regional en 1960, el segundo lugar después del Estado Táchira, a tener, diez años después, el 20,8 por ciento, el tercer lugar antes de Barinas. Los indicadores demuestran que estas tendencias regresivas se mantienen. Hoy las evidencias comprueban la persistencia del mal endémico trujillano: el atraso. Las estadísticas son amargas y deben llevar a una toma de conciencia de la realidad, desde la cual hay que partir para su transformación. No para el lamento masoquista.
  • 29. 29 Evolución del Producto Territorial Bruto Por Habitante Fuente: IIE-ULA Índice de Crecimiento del PTB Fuente: IIE-ULA
  • 30. 30 PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO REGION DE LOS ANDES Y ENTIDADES FEDERALES (Miles de Bs. a precios de 1963) Región de Los Andes 1960 1970 1980 Total 1.237.539,6 2.127.359,2 3.995.454,0 Sector Primarío 415.844,1 568.085,6 605.044,7 Sector Secundarío 233.654,1 583.025,5 1.446.216,7 Sector Terciarío 588.041,4 976.248,1 1.944.192,6 Estado Barinas Total 277.714,2 480.867,1 810.407,1 Sector Primarío 193.056,0 242.474,6 200.587,6 Sector Secundarío 33.288,3 141.784,3 400.362,3 Sector Terciarío 51.369,9 96.608,2 208.457,2
  • 31. 31 Estado Mérida 1960 1970 1980 Total 251.603,9 488.937,8 1.043.866,4 Sector Primarío 62.608,7 96.589,8 132.063,3 Sector Secundarío 50.115,9 128.130,5 313.199,1 Sector Terciarío 138.879,3 264.244,5 598.604,0 Estado Táchira Total 420.343,8 696.777,3 1.310.646,1 Sector Primarío 93.864,5 139.333,1 144.671,7 Sector Secundarío 93.432,3 175.176,4 470.678,9 Sector Terciarío 233.047,0 382.267,8 695.295,5 Estado Trujillo Total 287.877,7 460.777,0 830.584,4 Sector Primarío 66.314,9 89.688,1 127.722,1 Sector Secundarío 56.817,6 137.961,3 261.026,4 Sector Terciarío 164.745,2 233.127,6 441.835,9 Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas
  • 32. 32 PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO POR HABITANTES VENEZUELA, REGION DE LOS ANDES Y ESTADO TRUJILLO Años Venezuela Región Andes Edo. Trujillo 1960 4.303,6 1.263,5 1.012,8 1965 4.500.1 1.357,2 1.136,2 1970 5.199.5 1.543,0 1.229,8 1975 5.385.5 1.720,4 1.508,1 1980 5.452.2 2.146,8 1.757,4 Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los Andes.
  • 33. 33 INDICE DEL CRECIMIENTO P.T.B. REGION ANDINA Y ENTIDADES FEDERALES (Año Base 1960 = 100) 1960 1965 1970 1975 1980 Región de Los Andes 100 137,0 171,9 255,9 322,9 Estado Barinas 100 144,3 173,2 194,2 291,8 Estado Mérida 100 149,6 194,3 266,2 414,9 Estado Táchira 100 123,9 165,8 227,9 311,8 Estado Trujillo 100 112,5 160,1 218,5 288,5 Fuente: IIE-ULA
  • 34. 34 P.T.B. EN SERVICIOS EDUCACIONALES (Miles de Bs. a precios de 1963) 1960 1965 1970 1975 1980 Región de Los Andes 77.880 111.782 150.413 263.704 380.677 Estado Barinas 6.640 9.993 13.886 24.336 43.446 Estado Mérida 27.948 43.825 67.582 142.045 201.856 Estado Táchira 25.127 33.859 40.989 58.924 82.795 Estado Trujillo 18.164 24.104 27.973 38.399 52.579 Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los Andes.
  • 35. 35 Uno de los factores más importantes del atraso trujillano se relaciona con la reducida porción de la población que tiene acceso a las posibilidades de realización, la exagerada mengua de sus clases altas y medias; o lo que podríamos llamar la aguda penuria de las élites. La evidencia estadística más reveladora de este hecho social, de graves repercusiones políticas, culturales y económicas, se deduce de la investigación realizada por la Fundación Centro de Estudios sobre Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana (FUNDACREDESA), dentro del marco del Proyecto Venezuela, cuyo objetivo es establecer las características generales del venezolano. La metodología para estratificar la población incluye una multitud de variables que la hacen muy válida y conveniente Se tomaron en cuenta el ingreso, el consumo de alimentos, las características de la vivienda, el nivel educativo, los hábitos culturales y otros elementos. Es el método LA PENURIA DE LAS ÉLITES
  • 36. 36 Graffar modificado.2 Se aplicó la encuesta a muestras representativas de la población venezolana y de algunos estados, entre ellos, Trujillo. La población se dividió en cinco estratos. El primero corresponde a una población de elevado estatus socioeconómico, y el último, el número cinco, pertenece a una población que vive en condiciones de miseria extrema. Las cifras ponen en evidencia la grave situación de Venezuela en su conjunto, y dentro de ese cuadro, la situación de mayor gravedad relativa de nuestro Estado. Conviene también señalar al Distrito Federal como término de comparación. En Venezuela, apenas el uno por ciento (1%) de la población vive en el estrato número uno (clase alta), el cuatro y medio por ciento (4.4%) en el estrato dos (clase media alta), el catorce por ciento (14%) en el estrato tres (clase media baja), el cuarenta y dos por ciento (42%) en la clase pobre o estrato número cuatro, y el treinta y ocho por ciento (38%) en el estrato quinto (o de pobreza extrema). Esta composición porcentual cambia bastante en el caso del Distrito 2 Véase el Tomo sobre Metodología del Proyecto Venezuela, editado por FUNDACREDESA
  • 37. 37 Federal; las cifras de las clases alta y media suben, mientras baja la de la pobreza extrema. En efecto, en el estrato uno viven el 2,2%; de la población, en el estrato dos el 9,5%, en el tercero el 18%, el estrato cuatro sube al 45%, pero el estrato quinto baja al 24%. La situación trujillana, en cambio, evidencia un incremento de los porcentajes en los estratos cuarto y quinto. En el estrato uno vive apenas el 0,24% de la población, en el segundo estrato el 2,2%, en el tercero el 13,3%, en el cuarto el 41,55% y en el quinto estrato el 42,7%. En el caso del Estado Trujillo, la población que pertenece al estrato de elevado status socioeconómico representa un cuarto del promedio nacional y una décima parte del promedio del Distrito Federal. Apenas un poco más de mil personas viven en condiciones excepcionales de ingreso, educación, salud, vivienda y calidad de vida. En otras palabras, de cien mil familias que hay en el Estado Trujillo, apenas doscientas sesenta pertenecen a la clase alta así definida. En el caso del segundo estrato, clase media alta, sucede otro tanto, pues representa la mitad del promedio nacional y una cuarta parte del promedio
  • 38. 38 del Distrito Federal. De las 433.735 personas que aparecen censadas en el Estado Trujillo, 9.585 estarían en este estrato número dos, un poco más de dos mil familias. Podemos suponer que las personas que pertenecen a los estratos uno y dos están en mejores condiciones para ejercer el poder social y económico en el Estado Trujillo. En este sentido, también se puede suponer entonces que los cuatrocientos y tantos mil habitantes dependen de un poco menos de diez mil. La élite dirigente del Estado no llega a representar el 2,5% de la población. Si a esta especulación estadística agregamos que cerca de trescientas mil personas son menores de treinta años, se llega a la cifra de 3.220 personas mayores de treinta años, en la clase media alta y en la clase alta. Si tomamos en cuenta, además, que en nuestra sociedad el papel de la mujer es marginal, la situación de la reducción del tamaño de la élite dirigente se hace dramática. He aquí la comprobación de uno de los hechos más graves de la situación trujillana. La crítica reducción, la extrema debilidad de las clases dirigentes y, concomitantes a ello, la ausencia de representatividad que
  • 40. 40 El otro extremo de la situación no puede ser peor. El ochenta y cuatro por ciento de la población trujillana vive en condiciones de alta pobreza, y casi la mitad en condiciones de miseria. El estrato quinto, miseria extrema, representa el 43% de la población, porcentaje mucho más elevado que el promedio nacional y el doble que el promedio del Distrito Federal.3 Dos investigaciones locales ratifican estas conclusiones, deducidas de las investigaciones del Proyecto Venezuela. En 1981, el Instituto Agrarío Nacional realizó un estudio sobre el Valle del Caus-Pocó, la fértil planicie aluvional en la llamada Zona Baja del Estado Trujillo. Se investigó el ingreso de 2.073 familias de algunos asentamientos campesinos de la Reforma Agraria y se detectó que el 70,68% de las mismas tenían un ingreso igual o menor a 1.142 bolívares mensuales, y el 90% era inferíor a 3 Según el Censo del 2011 Venezuela tenía un 24,57 % de pobres, el Distrito Federal un 12 % y el estado Trujillo un 24,30 %. LA FRONDOSIDAD DE LA POBREZA
  • 41. 41 los 1.400 bolívares. El número de habitantes por familia en esa área es un poco superíor a seis personas en promedio. Más, recientemente, el 21 de julio de 1986, el Diarío de Los Andes público, con la firma de Rafael E. Araujo G.4 , los resultados de una investigación realizada por los alumnos Marisabel Segovia, Yesenia Suarez y Ana Valera, en el Grupo Escolar "Salomón Briceño", de Las Mesetas, población ubicada a medio camino entre Trujillo y Valera. Allí se anota: "... el 36,45% de los niños provienen de familias cuyos ingresos económicos son menores de bolívares mil (1.000,00), mientras que el 52,60 por ciento de los padres de los niños se encuentran desempleados. Si al grupo de personas que no alcanzan un salarío de 1.000 bolívares mensuales le agregamos el 21,73%, correspondiente a las personas que solo llegan a bolívares 50 diaríos (1.500,00 mensuales), observamos que aproximadamente el 60% de la población está comprendida entre los parámetros de mensualidad de menos de 1.000 a 1.500 bolívares. Además, si sumamos el 32,60 por ciento de los desempleados tenemos que el 91 4 Araujo G. Rafael E. "Salud para los Niños". En Diarío de los Andes, Valera, lunes 21 de julio de 1986. Pag. 6.
  • 42. 42 por ciento sobrevive en la miseria. Todo esto quiere decir, en cifras absolutas, que 365.000 trujillanos viven en condiciones socioeconómicas muy deficientes, y de ellas, 186.000 apenas sobreviven en estado de indigencia, en circunstancias que están por debajo de lo necesarío para el mantenimiento de sus exigencias vitales. Esta población, más de los cuatro quintos del total, participa muy poco en la vida social, política y cultural del Estado Trujillo. Está al margen de los centros de poder y su acceso a las oportunidades de ascenso que da el sistema está seriamente limitado. Su rol económico es importante en cuanto a fuerza de trabajo se refiere, pero prácticamente tiene bloqueado el acceso a la tenencia de los medios de producción y al ahorro. Su papel en el mercado se reduce a los bienes de primera necesidad, con la agravante de que el avance en la especialización productiva está reduciendo la relativa autonomía de los campesinos (fracción importante de los contingentes pobres), haciéndolos cada vez más dependientes de una economía de mercado inestable e injusta.
  • 43. 43 El drama de la pobreza en el Estado Trujillo se evidencia también en otras variables socioeconómicas asociadas al fenómeno. Por ejemplo, en relación a la fuerza de trabajo, son diversos los hechos indicadores de una situación de deteríoro frente al país en su conjunto. El 27% de la población económicamente activa trabaja en el sector rural, mientras el promedio nacional es de apenas el 11%.5 El caso inverso se presenta con la industria, donde trabajan apenas el 7% los trujillanos, mientras el porcentaje nacional el doble: el 14%. Estos indicadores hablan con claridad de las características del trabajador trujillano, especialmente al constatar que las condiciones laborales, las remuneraciones y la seguridad social, son muy diferentes entre el sector agropecuarío y los otros sectores de la economía. El trabajador agrícola en general trabaja en muy malas condiciones, con salaríos bajos, sin el amparo de los sistemas de seguridad social y sin organizaciones gremiales que defiendan sus derechos. En relación a los ingresos, también es evidente el fenómeno de la pobreza 5 PONER CIFRAS RECIENTES
  • 44. 44 trujillana. Mientras en el país el 17% de los trabajadores ganan menos de 1.000 bolívares al mes, ese porcentaje sube en el Estado Trujillo al 27%. En cambio, los que ganan más de 6.000 bolívares mensuales representan el 6% de los venezolanos; en Trujillo son apenas el 1,5 por ciento. Pero, en cambio, el porcentaje de los que trabajan más de cuarenta horas semanales es ligeramente superíor en el Estado Trujillo que en Venezuela en su conjunto. Es decir, los trujillanos trabajan más, pero ganan menos. Siempre se ha dicho que los trujillanos viven del gobierno; sin embargo, las cifras desmienten esa conseja. De acuerdo a los resultados del Censo General de Población del año 1981, el 24% de los venezolanos trabajaban en el sector público, en cambio en Trujillo la cifra baja al 22%. Por otra parte, los trabajadores en este Estado tienen un nivel de capacitación inferíor al nivel promedio nacional. Basta decir que solo el 2% de la población trujillana tiene algún nivel de educación superíor, en cambio la proporción a nivel nacional es de 7%. Agregamos que a pesar de que el Estado tiene el 3% de la población venezolana, tiene sin embargo, el 8% de los analfabetos del país.
  • 45. 45 Todo este problema de la pobreza se agrava aún más por la ineficacia de los servicios que el sector público está obligado a prestar. Los estándares de prestación de servicios tales como agua potable, cloacas, energía eléctrica, teléfonos y otros son aún muy bajos, en comparación al país. La situación de la pobreza es muy seria en tierras trujillanas, tanto que su frondosidad es por sí misma un obstáculo al nacimiento y desarrollo de voluntades de transformación.
  • 46. 46 La situación general anteríormente descrita se convierte en el principal factor expulsor de la población trujillana. La pobreza, la concentración de los medios de producción, la escasa oferta de empleo, el atraso tecnológico, los malos servicios, la escasez de oportunidades de estudio y el bloqueo que todo esto significa para el ascenso social, avientan a miles de trujillanos fuera de su tierra en búsqueda de mejores oportunidades. A estos factores de expulsión se agregan los factores de atracción que ejercen las grandes ciudades, especialmente la capital y las ciudades centrales. Por múltiples vías, el hombre pobre de los campos y barríos trujillanos percibe que las oportunidades son mejores fuera de su tierra y que por mal que viva allá no será nunca peor que en su tierra natal. Además, recibe amplia información sobre una vida más atractiva, más animada, menos monótona que ese "dejar pasar el tiempo", de los pueblos y barriadas. La acción concurrente de esos dos tipos de factores, de expulsión y de LA DIÁSPORA
  • 47. 47 atracción, ha tenido consecuencias tremendas para el Estado Trujillo: la cuarta parte de los trujillanos viven fuera de su estado natal. Según el Censo General de Población del año 1981, de 579.909 personas que declararon haber nacido en el Estado Trujillo, 146.174 residían en otras partes del país situación ha sido persistente a lo largo de los últimos cincuenta años, por lo que el tamaño de la población trujillana respecto a la población del país ha venido perdiendo importancia. En 1941, la población trujillana representaba el 7% de la población nacional. En 1950, ese porcentaje bajó al 5,4%. Once años más tarde el Censo de 1961 registró una población que significaba el 4,3% del total nacional, y para 1971 la proporci6n bajo para situarse en el 3,5%. Para 1981, la población trujillana representa menos del 3% del total nacional. En apenas cuarenta años la población del Estado Trujillo ha reducido su importancia respecto al país en más del doble, y las tendencias que se observan es que este proceso continuara en los años futuros, pues los planes nacionales de desarrollo siguen privilegiando las
  • 48. 48 áreas centrales del país.6 El proceso migratorío no sería tan grave si no fuera selectivo. El análisis de la estructura por edades de la población trujillana demuestra que justamente se van los que están en los estratos correspondientes a la población económicamente activa, particularmente en edades comprendidas entre los 20 y 50 años. Comparativamente con el promedio de la población venezolana, en el Estado Trujillo hay más niños y viejos. Este fenómeno de la migración selectiva que expulsa del Estado parte de la población más dinámica de mejores expectativas, y retiene su población inactiva, tiene hondas repercusiones en el proceso social y en el desarrollo global. De un lado, el Estado Trujillo invierte el esfuerzo de un costoso aparato educativo para formar unos jóvenes que en buena parte (un 25% aproximadamente) se irán a aplicar esos conocimientos a otros sitios del país, sin rendir aquí los frutos en progreso y desarrollo que se espera de ellos. 6 Para el Censo de 2001 la población del estado Trujillo era de 608.563 habitantes, lo que representa el 2,6% de la población venezolana. Según el Censo de 2011 eran 686.367 habitantes, un 2,5 % del total nacional.
  • 49. 49 Del otro lado, los costos sociales de atención a los ancianos se incrementan en relación al país en general. En el Estado Trujillo la proporción de personas mayores de 70 años es el doble que el promedio nacional. En cambio, la población entre 20 y 50 años es inferíor, lo que evidencia la debilidad demográfica trujillana. Entre las más graves consecuencias que tiene este fenómeno, se encuentra la reducción de las posibilidades de surgimiento de grupos líderes, pues generalmente los migrantes son en su mayoría los que se rebelan a una adaptación pasiva al medio. Esto refuerza el círculo vicioso de la pobreza y deja al Estado en situación de debilidad frente al poder del centralismo. Al reducirse las posibilidades locales de surgimiento de ideas, proyectos y decisiones, se imponen mes fácilmente las decisiones centrales, generalmente inadecuadas a la situación real trujillana, concebidas fuera de contexto, parciales y limitadas. Un poema escrito por Rafael Ángel Barroeta, ilustra con belleza el drama de la diáspora trujillana:
  • 50. 50 NOSTALGIA DEL CAMINANTE Soy montañés y vine de la montaña un día buscando mundos nuevos para mi corazón; en el alma un autóctono grito de rebeldía, y en la boca el agreste ritmo de una canción. Del viejo lago indiano guste la poesía; del mar de Los Caribes el indohispanico son; me dio su copla el llano, la selva su armonía; y el Ávila diuturno su alegre floración. En justas apolíneas ornó el laurel mi frente. En labios de mujeres sacie mi sed ardiente. Ingenuo en mi optimismo, supe del bien y del mal. Mas, hoy que solo un ansia de paz en mi alma existe, quisiera irme por siempre bajo la tarde triste hacia el remoto encanto de mi tierra natal.
  • 51. 51 Diversos analistas han anotado los mecanismos que se ponen en marcha para mantener el nivel de pobreza de las comunidades, tanto a nivel nacional como local. Son fuerzas que se oponen al progreso y que refuerzan las condicionantes del desarrollo. Gunnar Myrdal7 destacó el concepto de la "retrocausacion circular acumulativa" para referirse al proceso dinámico mediante el cual diversos factores actúan como multiplicadores de la regresión. El círculo vicioso de la pobreza: ingreso bajo, ahorro bajo, inversión baja, productividad baja, ingreso bajo, es dinámico y en el intervienen factores que aceleran el proceso. Por ejemplo, si el ingreso es bajo, además es baja la nutrición y con ello la salud se reciente, por lo que las posibilidades de trabajo ingreso se reducen, lo que a su vez son causa efecto de menores ingresos y mayores enfermedades. Así mismo, si el ingreso es bajo las posibilidades de acceso a la educación se verán reducidas, con lo que se mantienen los niveles de ignorancia y falta de capacitación. Este hecho incide en mermar las posibilidades de empleo y de ingreso. Estos mecanismos actúan desde diversos ángulos y afectan todos los 7 Gunnar Myrdal fue premio Nobel de economía. Su esposa Raiza premio Nobel de la paz. LA CULTURA DE LA POBREZA
  • 52. 52 factores, el más grave de los cuales es sin duda el aspecto cultural. El sobre condicionante de fuerzas que se oponen al avance, provoca una adaptación a la pobreza. John Kenneth Galbraith 8 sostiene que no hay nada que mantenga mejor el equilibrío de la pobreza que la ausencia de aspiración y la falta de esfuerzo por huir de ella, y agrega que tal conducta es producto de la tendencia a la negativa a luchar contra lo imposible, "la tendencia a preferir la resignación a la frustración". La gente acepta el fatalismo. "Aunque tal aceptación no es sería de falta de carácter, más bien es una respuesta profundamente racional. Dada la formidable fuerza del equilibrío de la pobreza dentro de la cual viven, la adaptación es la solución óptima" (25). Se genera, pues, una "cultura de la pobreza", que consiste en vivir sin esperanza. Los hechos que evidencian la existencia de esta "cultura de la pobreza" en el Estado Trujillo son tareas de una investigación adicional; sin embargo, los resultados del Proyecto Venezuela dan luces a este respecto. Por ejemplo, en los estratos más pobres de la población, es bajo el porcentaje de personas que dan como causas de la desigualdad las razones de orden económico. Tienden a dar 8 John Kenneth Galbraith fue un notable economista canadiense.
  • 53. 53 como causas el nivel cultural y otras razones no controlables por ellos mismos. La mayoría considera que los venezolanos no son iguales, lo que puede ser interpretado como el reconocimiento de una verdad pasajera o como la percepción de una situación permanente. A la pregunta sobre las necesidades de la localidad que no han sido atendidas, es sorprendente la importancia que la población de los estratos cuatro y cinco dan a "la política externa" o "recreación y turismo", frente a los servicios públicos o a los problemas económicos. También demuestra esta investigación que la educación contribuye a la adaptación a la pobreza y no a su rompimiento, como debería ser lo espera-do. Las conclusiones son dramáticas: a) que la información que los estudiantes, sujetos del presente estudio, poseen es INSUFICIENTE, INADECUADA, esta DISTORSIONADA o es INEXISTENTE; b) que dicha información es expresada por medio de un lenguaje DEFICIENTE, de difícil comprensión, por las omisiones, transposiciones, pobreza de léxico, alteraciones de la sintaxis, entre otros; c) que el aprendizaje no ha
  • 54. 54 dado como resultado una clara comprensión y dominio del sujeto humano y de la naturaleza y el mundo cultural en que el hombre vive" (22). Agrega el informe sobre el Estado Trujillo: "Y el individuo esta inerme, desvalido. Saldrá de la escuela primaria y del bachillerato desnudo. Desnudo de conocimientos básicos, de capacidad para pensar, para enfrentarse a situaciones nuevas o cambiantes, sin herramientas. Confuso, con la creencia que al pasar de grado o de año está capacitado para entender el mundo y actuar en él. Y añadiremos: la ambigüedad del pensamiento, la imprecisión del lenguaje, la ausencia de identidad, la carencia de contenidos, lo llevaran inevitablemente, o mejor dicho, conllevara a la imprecisión y ausencia de valores que orienten su conducta por sendas de progreso y entendimiento sociales" (22). Diversas investigaciones y algunos estudios realizados en las escuelas trujillanas demuestran que la gran mayoría de los alumnos no tienen ni idea de los límites de Venezuela, de qué país se independizó, no saben orientarse, no saben que es Trujillo, ni donde está, ni cuáles son sus recursos, ni su historia.
  • 55. 55 A las graves fallas del sistema educativo, agréguese el hecho que la mayoría de los maestros y profesores, especialmente en las áreas fuera de Valera y Trujillo, no viven donde trabajan, con la secuela de ausentismo, retardo y abandono del papel de líder que el maestro debe tener. Este desastre de la educación trujillana es uno de los asuntos más dramáticos en la fenomenología del subdesarrollo. Siendo ella, la educación, uno de los dos mecanismos para romper el fatalismo (el otro es el shock social o la violencia revolucionaria), esta se comporta en el Estado Trujillo como factor de atraso. De esta manera son muchos los mecanismos que actúan sobre la población trujillana para la adaptación pasiva a la pobreza, lo que explica muchas de las frustraciones y fracasos que sufren los intentos de organización y desarrollo que se hacen para mejoramiento social. Las dificultades muchas veces insalvables que hay que afrontar en la aplicación de programas de desarrollo. Allí en esos mecanismos de adaptación a la pobreza está la explicación de la dejadez que se observa en las ciudades y pueblos trujillanos y que
  • 56. 56 anotaba con preocupación el Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas en unas Jornadas de Reflexión sobre la Realidad Trujillana que organizó PORTRUJILLO en 1985. Es la ausencia del afán de perfección. Un hacer las cosas por no dejar, sin arte y sin interés de permanencia. Un abandono al acaso, al dejar hacer y a un no comprometerse. Arturo Uslar Pietri9 se refería a este fenómeno y anotaba: "Va con esa indefinible y extraña situación que llaman el subdesarrollo cierto tenaz desdén por todo lo que signifique excelencia", y 1lamaba a ese antivalor: "La Cárcel del Subdesarrollo". "A los pueblos atrapados en esa condición que casi parece sin salida —anota el Dr. Uslar— les suena ese calificativo a clase alta, a privilegio de rico, a lujo de poderosos, a ostentación vana de falsas superíoridades. Con resentimiento se aferran, como un desafío, a su dura condición de minusvalía y casi terminan por hacer de ella una orgullosa afirmación de identidad" También allí, en la cultura de la pobreza, deben buscarse las causas de la exagerada preeminencia de actitudes disociativas: envidia, timidez, desprecio, mofa, intolerancia, arrogancia, desconfianza. La dejadez, la inercia y el escaso valor que se le 9 Arturo Uslar Pietri. "La Cárcel del Subdesarrollo". En: El Nacional, domingo, 26 de mayo de 1985. Pag. A-4.
  • 57. 57 asigna al tiempo son las madres del ocio estéril, donde acunan esas actitudes, dentro de las cuales la más dañina es la envidia, pues destruye personas, grupos e iniciativas. "La envidia resulta de la secreta comparación y paralelo de todos los días" anota Ramón Escovar Salóm10 y agrega: "Por eso, es más fácil que prospere en el atraso en los países o ciudades de poca población y en los lugares donde el ocio ocupa mucho espacio y tiempo. El atraso social hace que cada problema público se vuelva interpersonal... El subdesarrollo hace que las cosas y las acciones se disparen entre personas concretas, con nombre y apellido. Hay un paralelo constante, y en esa medida implacable surge, como una exudación natural, ese íntimo dolor ardiente que es la envidia" Es patética la escasez de ideas y proyectos frente a la abundancia de crítica a quien las tiene y osa ponerlas en práctica. Son grupos que tienden a tolerar la quietud y el inmovilismo, pero que no soportan el arrojo y el dinamismo de los audaces. Son las fuerzas del atraso en acción. El circulo vicioso de la pobreza. El equilibrío fatalista. 10 Ramón Escovar Salóm. Envidia y Subdesarrollo. En: Diarío Los Andes. Viernes 18 de Julio de 1986. Pag. 6.
  • 59. 59 INTRODUCCIÓN Son diversas las causas que se han anotado para explicar el fenómeno del subdesarrollo, y, con ello, las del atraso de áreas geográficas como el Estado Trujillo. Mucho se ha escrito sobre esto y la bibliografía es abundante. Cosa curíosa: la mayoría de las explicaciones sobre la pobreza de los países y regiones del llamado mundo subdesarrollado provienen del llamado mundo desarrollado. En dichas explicaciones influyen las diversas corrientes del pensamiento, la perspectiva desde donde se sitúa el investigador y los intereses predominantes en la época. Así se han llenado páginas que explican la pobreza de estos países por el clima húmedo y cálido que tienen, por la pereza de sus habitantes, por la ausencia de gobiernos fuertes, por un sistema de valores que desprecia al trabajo, porque hay un crecimiento exagerado de la población, por la explotación de que son objeto por los países desarrollados, por la ausencia de la idea del progreso y, en fin, por diversas y disimiles razones En las próximas páginas intentaremos una explicación de las causas del
  • 60. 60 atraso trujillano, a la luz de algunas de esas teorías y frente al análisis histórico y geográfico. En Venezuela el análisis del fenómeno del subdesarrollo es muy reciente, y más reciente aun es el análisis de los desequilibríos interregionales. De manera que aquí hay una rica cantera para la investigación desde todos los ángulos de las ciencias sociales. Intentemos entonces un aporte en este sentido, buscando, con las categorías metodológicas más aceptadas, una explicación.
  • 61. 61 La Teoría de la Dependencia ha dominado los análisis que se han venido realizando a partir de los años 60 sobre el fenómeno del subdesarrollo. Vino a sustituir a los análisis obtenidos de la economía clásica y elaborados por CEPAL, que insistían en la escasez de la acumulación de capital, en las acciones para crear las "condiciones para despegue" que llevarían de una etapa de atraso a una de desarrollo, en las virtudes del mercado, el Estado liberal y el populismo. El incremento de la miseria, la agudización de los problemas políticos, el aumento de la brecha entre países ricos y países pobres y, dentro de estos últimos, entre regiones centrales y periféricas, unido todo ello a la toma de conciencia producto de la difusión de nuevas ideas y de experiencias como la cubana, peruana, chilena y algunas de orden particular dentro de ciertos países, determinó el desarrollo de nuevas concepciones teóricas LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
  • 62. 62 sobre el fenómeno del subdesarrollo y sobre las disparidades regionales internas. La Teoría de la Dependencia fue la respuesta más global y difundida. Insiste esta teoría en que el subdesarrollo es consecuencia directa y concomitante del desarrollo. La "otra cara de la moneda" de la riqueza. Es decir a mayor desarrollo de los países avanzados, mayor subdesarrollo de los pobres, por cuanto la riqueza de aquellos es precisamente la carencia de estos. El obstáculo para el desarrollo es interíor al funcionamiento del capitalismo mundial, que históricamente produce desarrollo en el centro y subdesadesarrollo en la periferia. "Es necesarío señalar que las desigualdades crecientes entre las regiones, entendidas como espacios su nacionales, son una contradicción formal. En efecto, los desequilibríos regionales al interíor de un país, según las últimas corrientes que estudian el subdesarrollo, se explican como una realidad concreta que surge como consecuencia de las relaciones dependientes con los países desarrollados y de las relaciones sociales de producción que se establecen" (41).
  • 63. 63 El centro, desde este punto de vista, corresponde a los países desarrollados y la periferia a los países comúnmente englobados dentro del calificativo de "Tercer Mundo", término "suigéneris" que trata de diferenciar otros dos mundos: el capitalista y el socialista. La consecuencia directa del fenómeno de la dependencia al interíor de los países subdesarrollados es la aparición de la concentración, que abarca un gran espectro de la realidad y domina el ámbito político, social, económico, cultural y hasta geográfico. Este fenómeno es la consecuencia directa de la forma como operan los mecanismos de apropiación del excedente económico a través del colonialismo interno. La monoproducción exportadora que concentra la producción en pocas empresas volcadas a intereses extranjeros, concentra el capital en pocos grupos vinculados entre sí, directa o indirectamente. A su vez las empresas se localizan en pocas áreas geográficas o cerca de los puertos de exportación, generando un efecto multiplicador que concentra a su alrededor las empresas a ellas relacionadas y al crecimiento urbano. La acción del Estado refuerza esa concentración por diversas vías que
  • 64. 64 tienen que ver, por una parte, con su vinculación a los intereses de esos grupos económicos poderosos, por otra con la concentración de las inversiones en infraestructura en esas áreas urbanas, lo que a su vez genera efectos multiplicadores diversos que tienden a reforzar la concentración. De esta manera, el fenómeno de la dependencia genera grupos privilegiados en la estructura geográfica, como expresión concreta de la estructura económica. En el caso concreto de Venezuela, el modelo primarío exportador se ha mantenido durante más de cuatrocientos años y ha sido persistente en el proceso de la concentración social y territorial. Si bien el petróleo acentuó el proceso a partir de los años 20, el síndrome de la concentración ha estado presente en el proceso venezolano desde el momento mismo de la colonización. Lo singular del caso venezolano, frente a la mayoría de los países latinoamericanos, es que en estos últimos los impulsores del modelo fueron los consorcios privados; en cambio aquí, a partir de la presencia
  • 65. 65 superlativa del petróleo, este papel lo asume directamente el Estado. El sector público se robustece a través de los ingresos petroleros y concentra el poder dentro del débil cuerpo social venezolano. Las alianzas entre intereses refuerza el modelo social estratificado piramidal de ancha base y reducida cima, y con el necesarío apoyo oficial se genera un parque industrial capital-intensivo que ahorra mano de obra y se concentra, en la misma área ya demográficamente densa y estratégicamente localizada con vinculación al exteríor: el centro-norte- costero. En ese reducido espacio que representa un poco más del 2% de la superficie del país, se concentra más del 40% de la población, el 50% del empleo industrial, el 53% del empleo en servicios y allí se decide cerca del 88% de la inversión pública, se elaboran casi todos los proyectos para el resto del país y se diseñan las políticas sobre las más diversas cuestiones para el interíor. El fenómeno de la concentración en Venezuela se viene acentuando, aun cuando la retórica de los planes nacionales insiste en las políticas de
  • 66. 66 desconcentración, descentralización y desarrollo del interíor. Las fuertes inversiones públicas en Caracas y sus alrededores, reflejo del verdadero plan, tienden a eliminar las deseconomías que la concentración genera y a crear condiciones de vida ventajosas frente a la provincia. Para muestra basta señalar el VII Plan de la Nación, que insiste en las estrategias de desarrollo del interíor, pero prevé para las regiones capital y central cerca del 50% de las inversiones. Ya se ha dicho que esta concentración territorial es a su vez consecuencia de la concentración económica y social. Baste decir que en Venezuela el 2,5% de las fincas concentran el 84% de la superficie cultivada, el 7% de las fabricas concentra el 73,5% del empleo y el proceso de crecimiento de la gran industria aumenta mientras el número de las pequeñas industrias disminuye (27). Dentro de esta perspectiva toca a Trujillo ocupar un espacio periférico dentro de un país periférico como lo es Venezuela. Le concierne entonces jugar un papel muy marginal dentro del complejo juego de factores presentes. No tiene su territorío áreas atractivas para la atención de los
  • 67. 67 capitales transnacionales o de los grupos económicos del centro. No es un área de interés estratégico para la producción o la distribución de bienes, no es grande su mercado y tampoco ofrece interés para la seguridad nacional. Apenas tiene alguna importancia su territorío como productor de alimentos, precisamente una de las actividades más descuidadas por el modelo petrolero exportador y alimentarío importador. En consecuencia no solo no existe transferencia de recursos desde el centro, sino que el escaso ahorro regional va a reforzar el financiamiento del centro, que también ha sido reforzado por el capital humano que la diáspora trujillana (y del interíor en general) ha expulsado hacia allá. El atraso del Estado Trujillo, desde el punto de vista de la Teoría de la Dependencia, es la consecuencia del crecimiento del centro como respuesta concreta de las imposiciones de los sobre condicionantes externos. A la macrocefalia de Caracas corresponde el raquitismo trujillano. A la multiplicidad de las oportunidades del centro la estrechez de la provincia.
  • 68. 68 “TRUJILLO: UN BOLSÓN DE POBREZA, EN UNA REGIÓN ATRASADA, EN UN PAÍS SUBDESARROLLADO”
  • 69. 69 La Teoría de la Dependencia no profundiza en las contradicciones que evidentemente aparecen en el interíor de las sociedades. La contradicción centro - periferia, el dualismo entre países dominantes y países dependientes deja en la oscuridad una serie de fenómenos que ocurren al interíor de las sociedades y que pueden llegar a ser los factores principales de las condiciones generales de pobreza y de miseria. Un profundo analista de la sociedad subdesarrollada, José Carlos Mariátegui en sus "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana", anotaba en los años 20 la importancia del análisis de las relaciones de clase al interíor de la sociedad, en especial la articulación de los modos y formas de producción y de las contradicciones políticas e ideológicas de estas clases. Muy cómodo sería el simple esquema interpretativo de la Teoría de la Dependencia y muy sencillo el programa de acción: la lucha LAS MARCAS DE LA HISTORIA: EL DIVISIONISMO Y EL CONSERVADURISMO
  • 70. 70 antiimperialista. Al introducir el análisis histórico de la conformación de la estructura económico-social, sus determinantes ideológicos y sus resultantes en la infraestructura, seguramente se descubren factores importantes y decisivos que es necesarío transformar para modificar las tendencias históricas que vienen reforzando la permanencia de esta sociedad injusta. En el intento de clarificar los factores de atraso de la sociedad trujillana se debe entonces introducir el tema de los orígenes de la actual estructura social, ya evidenciada en los capítulos que versan sobre el raquitismo de las élites frente a la frondosidad de la pobreza. Para un análisis más completo se requeriría enfocar diversos aspectos de la realidad económica, en especial de la estructura de la propiedad, la composición de los factores de producción, los mecanismos de apropiación del excedente y otros aspectos relacionados. Igualmente, un análisis profundo de las relaciones de clase, las ideologías y otros elementos. Lamentablemente no está en el espíritu del presente trabajo ni en la posibilidad del autor, la realización de este trabajo, que requeriría un
  • 71. 71 vasto análisis documental, un equipo interdisciplinarío y tiempo suficiente; sin embargo, intentaremos una síntesis basada en los pocos estudios que existen. Nos atrevemos a afirmar que desde sus orígenes la sociedad trujillana ha estado signada por dos elementos característicos: la división y el conservadurismo. El primero tiene mucho que ver con la propia geografía física del territorío, su localización en la transición norte de la cordillera de Los Andes hacia la depresión Lara - Falcón y entre los llanos occidentales y la depresión del Lago de Maracaibo, pero también tiene connotaciones propiamente histórico - sociales. El segundo elemento, caracterizado por una persistente tendencia contraria a las innovaciones sociales y políticas, esta evidentemente relacionada con una estructura productiva tipo feudaloide, que ha persistido a lo largo de los años, resistiéndose a los cambios que significaran la Revolución de Los Comuneros, la Guerra de Independencia, la Guerra Federal, la Revolución Restauradora y hasta la Reforma Agraria reciente.
  • 72. 72 Una síntesis del "divisionismo trujillano la escribe R. López Baralt, recogida por el Prof. Nelson Pineda en su trabajo "Movimientos Políticos en Trujillo: 1870-1899" (46). Dice así quien fuera Presidente Provisional del Estado Trujillo: "La política de Trujillo es de suyo difícil por muchas y variadas razones y hasta puede decirse con verdad, que cada uno de los Distritos que lo componen tiene la suya, sus hombres que la informan, sus intereses que la alientan, su topografía que la defiende y sus ideales que la impulsan; todo suyo, todo propio de cada Distrito, sin otros lazos de unión entre sí que los que aparentemente le imponen la acción administrativa que se irradia del centro hacia la circunferencia, y que la mayor parte llega hasta ellos desvirtuada por la malicia de las pasiones banderizas arraigadas en ellos, o quizás del cáncer que consume sus mejores elementos de vida, gasta a sus hombres y pone obstáculos, en ocasiones insuperables, a la marcha regular y armónica del estado..." Esta tragedia de la división tiene sus raíces en las particularidades geo- económicas del nacimiento y desarrollo de la propiedad de la tierra. Antes de la colonización española, en el territorío trujillano no se conocía la
  • 73. 73 propiedad privada: "Al igual que el paisaje, entre los Timoto - Cuicas los bienes de la naturaleza eran comunes" (10). Con la llegada de los españoles se inicia un proceso de repartición de tierras y encomiendas de indígenas muy particular que constituye el origen de la propiedad privada trujillana, con ella la división de clases y el nacimiento de las contradicciones que a lo largo de cuatrocientos años han mantenido una situación de desigualdad e injusticia. Pero antes de profundizar en este punto medular conviene anotar dos elementos históricos que de alguna manera contribuyeron a este fenómeno de la división. Américo Briceño Valero afirma en su Geografía del Estado Trujillo: "Las Tierras Trujillanas eran 1lamadas antiguamente con el pomposo nombre de Nación Cuicas, diseminada en los valles de Boconó, Castán, Mosquey, Escuque, incluyendo también la región oriental del Lago de San Bartolomé hasta las selváticas ciénegas de Moporo, en cuyas orillas los españoles fundaron a Puerto Truxillo" (7). Amílcar Fonseca afirma en su obra Orígenes Trujillanos: "La ubicación
  • 74. 74 geográfica de los kuikas en la época española correspondían en parte a los límites territoriales del actual Estado Trujillo". Más adelante afirma: "cuatro familias componían esta Nación: Timotes, Tostós, Eskuques y Kuikas, alrededor de cuatro centros: Jajó, Boconó, Escuque y Carache". Sin embargo, el Dr. Emigdio Cañizales Guédez afirma que en el actual territorío trujillano se produce el encuentro entre dos culturas indígenas equipotentes: la cultura kuika y la cultura timotes. De esta manera dos naciones se reparten, se dividen el territorío y los antropólogos debieron echar mano al guion para identificar el sincretismo de la cultura Timoto- Cuicas. Los primeros al sur del Estado, en las tierras altas del Motatán, los segundos en las tierras medias y bajas, hacia el centro y norte del Estado. Por otra parte, Arturo Cardozo, al referir la hispanización de los Andes, anota que la misma se inicia desde El Tocuyo, con Diego García de Paredes y desde Santa Fe de Bogotá con Juan Rodríguez Suarez y Juan de Maldonado. "Los dos lugares de origen imponen, desde el primer momento, la división de la Cordillera en dos secciones: Una sometida a la jurisdicción de la Provincia de Caracas y la otra el Virreinato de Santa Fe.
  • 75. 75 Su lindero natural será el río Motatán y sus vertientes. Esta división se mantendrá en vigencia durante 225 años (10). Las circunstancias de la ocupación indígena y española califican desde el punto de vista geopolítico el carácter de transición de la geografía trujillana: el alto Motatán: chibcha y meridional; el bajo Motatán y sus afluentes: arawaco y septentríonal. Como afirma Cañizales Guédez, un territorío de transición geopolítica, cultural y económica. Un territorío y una sociedad signada por la división desde el comienzo de su historia. Pero la conformación del divisionismo y conservadurismo trujillano tiene mucho más que ver con la estructura feudal de la propiedad de la tierra. Como ya se afirmó, los habitantes indígenas no conocieron la propiedad privada de la tierra. Esta nace con la división de las tierras trujillanas en encomiendas, hecho similar a otras zonas del país. En Trujillo, sin embargo, la ocupación y posesión de la tierra tuvo connotaciones particulares. Aquí los linderos de las vastas extensiones eran "los ríos y las quebradas, las chapas y las filas de los cerros; dentro
  • 76. 76 de estas áreas se procura que estén comprendidas todas las parentelas de una tribu" (10). Estos grandes territoríos y sus habitantes eran entregados al encomendero y su descendencia. Más tarde estas tierras extendieron sus linderos a costa de los resguardos dejados a los indígenas o de las tierras baldías. Así, por "merced" de los mandataríos españoles, por invasión o despojo y a veces por compras venales en especies o en efectivo, nace un sistema de propiedad latifundista, donde el propietarío ejerce potestad sobre tierras y personas, antes esclavos ahora medianeros, cuya vigencia se extiende hasta nuestros días. En la gran encomienda trujillana tiene su origen la enorme diferenciación de nuestra sociedad. En el resguardo de su permanencia el caudillismo y el objeto del poder político. En su renta fácil, la acumulación de un capital timorato. En su concentración territorial, la explicación de un parroquialismo individualista, y en la rigidez de su estructura, la exagerada tendencia trujillana hacia el conservadurismo y el excesivo temor a las innovaciones.
  • 77. 77 La pequeña explotación agrícola donde el propietarío se compromete en el trabajo diarío, compartiendo con los peones y parientes el esfuerzo creador, no tuvo en Trujillo la importancia que en otras partes. Predominaron aquí los cultivos de plantación y el sistema indirecto de explotación a través de los esclavos – siervos - medianeros, lo que facilitó el surgimiento de una pequeña pero poderosa oligarquía, negadora de cualquier cambio que produjera avances que perjudicaran esa situación de privilegio. Los rubros agrícolas que sustentaron este sistema agro explotador fueron fundamentalmente el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el trigo. Los dos primeros tuvieron mucha importancia al comienzo de la colonia y representan los primeros productos de exportación que alimentaron los nacientes capitales. Se cultivaron en las planicies cercanas al Lago de Maracaibo y en los alrededores de las ciudades y pueblos. Luego obtuvo importancia el trigo que se extendió por todas las zonas altas hasta bien entrado el presente siglo. Este cultivo, junto con otro de clima frío como la arveja, abrieron las oportunidades a un nuevo
  • 78. 78 capitalismo asentado en los pequeños pueblos cordilleranos, cuna del caudillismo conservador que caracteriza a Trujillo por largos años. La caña de azúcar se extendió a lo largo y ancho del Estado, donde el clima y la disponibilidad de agua lo permitiesen. Se cubrieron de cañamelares las vegas medias y bajas del Motatán y sus afluentes del Castán, del Carache, del Monaicito, y subió hasta los pueblos donde reinaban el café, las arvejas y los garbanzos, desplazó el algodón y el ta- baco y se constituyó en el señor de la economía trujillana. La producción de panela y la destilación de aguardientes se convirtieron en las actividades industriales más importantes (12). El café se introduce en los primeros años del siglo XIX y adquiere mucha importancia hacia el fin de siglo. Se concentra fundamentalmente en Boconó y Escuque, aunque se siembra también en los alrededores de los pueblos cordilleranos. Su periplo económico, sin embargo, no llega a tener la duración que tuvieron el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el trigo. El café fue una "fiebre" que nació, creció, alcanzó su plenitud y declive en unos 50 años, desde 1870 hasta 1920, con grave declinación
  • 79. 79 desde 1880. De manera que no tuvo la importancia en la conformación de una clase social cafetera, como si la tuvo en el caso del Táchira. El café, cultivo que se vincula a la pequeña propiedad familiar, es consustancial con el desarrollo de una clase más trabajadora, disciplinada y solidaria que en el caso de otras plantaciones como el tabaco, el cacao y la caña de azúcar, más aptas para el cultivo indirecto en grandes extensiones. La oligarquía conservadora trujillana es entonces nieta de las grandes encomiendas e hija de las plantaciones, fundamentalmente del trigo y la caña de azúcar. Así mismo, su poder político. El trigo no es propiamente una plantación, pero en Trujillo se comportó como tal. Está directamente vinculado a la acumulación de capital y, muy importante, a la acumulación de medianeros, criados, peones e incondicionales. "No hay caudillaje en Trujillo que no cuente su ascendiente en hectáreas y en hombres adscritos a la gleba", dice Domingo Alberto Rangel (47). En esta oligarquía conservadora, feudaloide y semiautarquica, encerrada en cada valle cordillerano, es la que acuna, luego de la Independencia y
  • 80. 80 sobre todo a finales del siglo XIX y principios de este siglo, los caudillos que emergen como reacción al avance de los tiempos y logran retardar demasiado los procesos de cambio que ocurren en otras áreas del país. Su lucha por la autonomía del Estado Trujillo fue por mantener los privilegios y aislarlo de los cambios que ocurren en el resto del territorío nacional. El mismo grupo que mantiene la encomienda por más de 120 años, el mismo que feudalismo luego la actividad agropecuaria, el mismo que mantiene la paz boba de 1830 a 1870, es el que toma las armas para asaltar prefecturas en defensa de sus pequeños feudos y el que luego se acomoda a la política moderna para seguir negociando los mismos privilegios de 430 años. Es el caudillismo hereditarío como no surgirá en ninguna otra parte de Venezuela, según diría Domingo Alberto Rangel. El conservadurismo es consustancial a sus intereses, sea cual sea el mote político que se asigne. Son los grupos que se oponen en 1867 a la Real Cédula que elimina las encomiendas. Son los que en 1872 se oponen y hacen fracasar en La Mesa de Esnujaque el primer intento revolucionarío
  • 81. 81 de América: la Rebelión de los Comuneros. Son los que, a pesar de su heroísmo innegable, hacen la independencia sin cambiar la estructura socioeconómica. "Hasta el momento en que cesan los disparos de la guerra federal, en el año de 1863, los próceres estarán cobrando a la patria sus honoraríos por la tarea de la emancipación" (10). Disparos estos que no se oirán en tierras trujillanas pues la Guerra Fe- deral no pasó por ellas y, antes de lo acontecido en otras partes, aquí sirvió para acrecentar el poderlo tradicional. Son los mismos grupos que dejaron pasar la Revolución Restauradora para mantenerse en el poder. El desarrollo del mercantilismo moderno, la explotación petrolera y la férrea dictadura gomecista logran ablandar un poco cuatrocientos años de dura caparazón conservadora, individualista y feudal. Estos hechos, sumados a la inmigración europea, particularmente la italiana, refrescaron la rígida sociedad trujillana y se inicia la conformación de la aun tímida clase media. El desarrollo del comercio y el incipiente artesanado generaron un pequeño grupo de nueva mentalidad progresista. Son nuevos apellidos,
  • 82. 82 muchos de origen italiano, que se incorporan al trabajo directo, sin desprecio por ningún oficio y sin temor de ensuciarse las manos. Son el germen en esperanzador de una vanguardia aun por consolidarse. La dictadura del General Juan Vicente Gómez unifica el ejército venezolano y asesta un duro golpe al caudillismo trujillano al ejercer una represión brutal. Las pequeñas autonomías feudales ceden ante la arremetida de La Sagrada y a fuerza de sangre, violaciones y confiscaciones vuelve la paz a los campos trujillanos. La irrupción de la explotación petrolera también introduce cambios en la conformación de la estructura socioeconómica y política trujillana. La renta petrolera, canalizada hacia el sector público, fortalece al Estado y debilita por consiguiente el poder de los grupos civiles. La construcción de obras públicas y la producción petrolera atraen la mano de obra que abandona los campos y deja a generales y coroneles sin gente. Se institucionalizan las Fuerzas Armadas Nacionales. Es histórico el dialogo que marca el fin de los caudillos trujillanos. El General Juan Araujo dice: "Presidente, yo le respondo por Trujillo". El Presidente
  • 83. 83 Medina responde: "No, por el Estado Trujillo me responden las Fuerzas Armadas". Surgen los modernos partidos políticos que terminan de sustraer la antigua y sumisa clientela. Se abandona la agricultura y los grandes tablones de caña van cediendo paso a la expansión urbana. Los terratenientes cercanos a las ciudades y pueblos trocan sus preocupaciones agrarias por la especulación inmobiliaria y por las inversiones súper seguras en el comercio cautivo. Del dinero fácil de las plantaciones se pasa al dinero fácil del negociado de tierras, la especulación mercantilista y, luego de 1958, el negociado de las obras civiles del millonarío gobierno nacional. De esta manera se llega a la situación actual: El 90% de la tierra es de propiedad privada, el 80% son propiedades menores a 10 hectáreas que ocupan el 17% de la superficie; en cambio, por contraste, las fincas de más de 500 hectáreas que significan el 0,5% del número de fincas existentes ocupan casi la mitad de las tierras. El exagerado número de minifundios frente a unos pocos grandes latifundios. Es un proceso histórico nacido en los mismos albores de la nacionalidad el que ha dado
  • 84. 84 lugar a la actual situación social, donde, además de las desigualdades ya descritas, se nota la fatiga de una larga e intensa actuación, la pesada carga de los abolengos y una inercia que se niega a obedecer la exigencia de los cambios. Aun hoy se siente demasiado el peso de este duro proceso histórico. Aun hoy actúan con fuerza los intereses de la oligarquía conservadora que trata de impedir la modernización de Trujillo, el desarrollo de su industria y sus actividades financieras, la democratización de la propiedad, el acceso de las bases a la cultura, al trabajo y a las decisiones. Es un sobre condicionante histórico que determina gravísimos conflictos de clase que atajan - como los frenos de las mulas de nuestros Generales y Doctores - la marcha galopante de la historia.
  • 85. 85 F. Ratzel era un convencido de que todo análisis sobre la geografía humana debe fundarse en la geografía física. En su "Antropogeografia" concibió siempre a los grupos humanos o a las sociedades humanas desarrollándose dentro de los límites de cierto marco natural, ocupando una posición precisa en el globo y necesitando para nutrirse, para subsistir, para crear, de un cierto espacio (18). Vidal de Lablache, uno de los fundadores de la geografía humana francesa, estudió el papel del medio ambiente y de la adaptación de los grupos humanos al mismo, considerado como uno de los factores importante de apropiación de las tierras de cultivos. Aun cuando afirmó que "todo lo relacionado con el hombre es contingente" creo la noción de "modo de vida" para expresar la síntesis que se da en las sociedades a lo largo de la evolución con el entorno, hasta conformar "paisajes" característicos. En general, los grandes creadores de la geografía moderna: Humboldt, Ritcher, Brunhes, Demangeon, Sorre, desarrollaron los conceptos básicos de relaciones y UNA GEOGRAFÍA QUE SEPARA
  • 86. 86 causalidades que contribuyen a explicar la repartición de los grupos humanos, su grado de desarrollo y las particularidades de su conformación geográfica. Pierre George vigorizo la geografía moderna como ciencia aplicada al conocimiento de las situaciones, definidas estas como un conjunto de relaciones múltiples por parte del medio y de la herencia histórica. Desarrolló realmente el papel de la geografía en el análisis de las regiones, como vía para una explicación y una actividad adecuada a las circunstancias propias y al marco característico de cada región en particular (26).
  • 87. 87
  • 88. 88 Hoy por hoy está sentado como un hecho incuestionable la influencia decisiva que las múltiples relaciones del medio y los grupos sociales tienen en las definiciones de una cultura, una economía y una sociedad características. La geografía aporta cada vez más importantes elementos para el conocimiento científico de una realidad social concreta y en la búsqueda de alternativas adecuadas para su evolución en provecho del hombre. Estas interacciones, actuando a lo largo de la historia, determinan el "genero de vida" característico de una región como expresión colectiva de adaptación a una realidad, en un marco cultural dado, contando con un nivel tecnológico determinado y en evolución constante. Está claro que hoy, más que nunca, estos "géneros de vida" no son autónomos, sino altamente relacionados con otros externos, dinámicos, donde el elemento tecnológico adquiere cada vez mayor importancia frente al medio natural y frente al propio hombre y la sociedad toda.
  • 89. 89 Es más, ciertos "géneros de vida" cada día tienden a generalizarse más y más ante el avance de las comunicaciones y la urbanización, y se tiende, al menos en el mundo occidental, hacia la estandarización de los paisajes humanos. German Wettstein López (60) insiste en la importancia que tiene el estudio de los paisajes como camino metodológico para comprender mejor el resultado de la interacción entre la sociedad y el medio, dentro del marco de unas relaciones de producción dadas. Las variables que van a definir las caracterizas de un paisaje, según Wettstein: 1) La forma de implantación económica, sea espontanea, dirigida, planificada, entre otros; 2) El lapso de creación, sea largo o breve; 3) El aporte de trabajo predominante, sea individual o colectivo, tecnificado o no; 4) La actividad principal que ocupa la población activa: ganadería, producción de alimentos, construcción individual, producción de energía, etc.;
  • 90. 90 5) El modo de producción, sea capitalista, capitalista dependiente o socialista; 6) Las relaciones de producción, según surjan de la propiedad privada, colectiva, cooperativista, entre otros.; 7) La utilización de los recursos; 8) La valorización de los recursos; 9) El grado e integración a la sociedad global. 10) La tendencia histórica, en cuanto a su dinámica. Valen las anteríores digresiones a manera de marco conceptual para el análisis que se intentará a continuación, pues no abundan los estudios donde el fenómeno del subdesarrollo involucre, al menos parcialmente, un análisis propiamente geográfico. Los análisis se centran en explicaciones que caen mayormente en el plano de la economía política, aunque también ha habido estudios sobre la influencia de los factores culturales, sociales, demográficos y hasta mentales, pero habría que estar ciego para no darse cuenta de una indudable influencia del medio. Basta con mirar en un Atlas del Mundo para darse cuenta de que las zonas con predominio de economías manufactureras, por ejemplo,
  • 91. 91 características de áreas desarrolladas, se ubican casi en su totalidad al norte del paralelo 20’ del Hemisferío Norte. En cambio, las zonas de economía primitiva se extienden por el resto del mundo al sur de dicho paralelo. Es evidente que la población que goza de los más altos niveles de vida donde se concentra el consumo de casi toda la producción mundial, vive en unos pocos espacios claramente apreciables en las costas este y oeste de los Estados Unidos y Canadá, en Europa Occidental, en Japón y algunos otros espacios del hemisferío norte; en cambio, las grandes masas humanas depauperadas se extienden prácticamente todas al sur de los 30’ de latitud norte. No existe ningún país desarrollado en la zona intertropical. Los venezolanos y, por supuesto, los trujillanos, ocupamos una "posición" en el globo, usando la terminología de Ratel. De esta posición se derivan una serie de consecuencias: Venezuela se ubica en plena zona intertropical, entre los 0’, 45' y los 129 12' de latitud norte; en la misma posición latitudinal que Colombia, Guyana, Surinam, Liberia, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria, Etiopia, Camboya, Ceilán, Filipinas y otros de
  • 92. 92 los países más atrasados del mundo. No es el espíritu de este trabajo ahondar en las múltiples connotaciones que esta posición en el globo terráqueo tiene, especialmente en cuanto al clima y sus consecuencias. Tampoco señalar el fatalismo que podría desprenderse de este hecho. Pero sería incompleto el análisis si se pasa por alto el hecho incontrovertible y evidente que mucho tiene que ver el solo lugar que ocupamos en la Tierra con el fenómeno de la pobreza en Venezuela y por consiguiente en Trujillo. Seguramente no es por casualidad que no nos acompañe en el medio intertropical ninguna nación que haya desarrollado en forma destacada su civilización. En la conformación del conjunto de elementos que define las características fundamentales de Venezuela, y con ella Trujillo, como un espacio subdesarrollado, entran las relaciones que se derivan del entorno natural, propiamente dicho, con un complejo de factores climáticos, fitogeográficos, edáficos, geomorfológicos, hidráulicos y de otro orden. Estos factores han condicionado fuertemente la ocupación el desarrollo humano del territorío y creado fuertes obstáculos que, sumados a los que
  • 93. 93 provienen de las relaciones de dependencia y a las determinantes contradicciones de su estructura social, dan como resultados una sociedad atrasada, en un espacio subdesarrollado. No quiere decir esto que, superados los factores socioeconómicos del atraso, particularmente la estructura de la propiedad, el acceso a la educación y a la salud y el avance tecnológico, un cierto grado de autodeterminación, junto con una inspiración colectiva hacia el avance, no puedan vencerse las condicionantes de la geografía física. Pero ellas están presentes y deberán ser tomadas en cuenta. Las condicionantes arriba esbozadas atienden al espacio geográfico en su connotación global; sin embargo, un análisis detallado del espacio geográfico trujillano nos dará elementos particulares que contribuyen a explicar la realidad actual trujillana y que habrán de ser tomadas en cuenta a la hora de las recomendaciones que irán al final del presente trabajo. La tesis que se trata de establecer aquí se resume en la inexistencia de una verdadera unidad regional trujillana y, como consecuencia, de una estructura geográfica, social y comunicacional que genere lealtades de
  • 94. 94 tipo regional, compromisos con los que la "Trujillanidad" pueda significar y que, antes por el contrarío, el análisis de la realidad conduce a la constatación de una serie de elementos y factores que han conformado estructuras locales mejor logradas que la estructura regional. Este fenómeno del localismo no ha estado al servicio de un desarrollo autónomo, pues,como se vió antes,la estructura de la sociedad y las relaciones sociales que de ella se desprenden, particularmente las relaciones de poder, han estado al servicio del mantenimiento de los privilegios de pequeños grupos de poder es sus territoríos, ahogando las las iniciativas de las escasas vanguardias con sentido progresista, impidiuendo el surgimiento de un “proyecto” de un camino, de una visión de futuro para Trujillo en su conjunto y distrayendo los escasos recursos de parroquialismos estériles. El concepto más apropiado para el análisis de la realidad de la unidad trujillana es el de “región”, pues para los geógrafos este término tiene unas connotaciones precisas que vale la pena explicar con claridad. Robert E. Dockinson afirma que “la región es un área que presenta cierta
  • 95. 95 homogeneidad con relación a una serie de relaciones afines. Los problemas se presentan en la relación de los criteríos adecuados que permiten reconocer tales semejanzas regionales”. (17) Igualmente establece que algunos autores consideran la existencia de “unidades administrativas naturales”, esto es, unidades adecuadas en virtud de constituir entidades sociales y económicas para utilizarlas desde el punto de vista administrativo. En este sentido suele considerarse a la región como una unidad espacial “natural”, por el mero hecho de ser real, actual, que surge expontáneamente de la auténtica estructura de la sociedad, en contraste con las unidades administrativas “artificiales”, legado de un pasado ya lejano ycib frecuencia inadecuado a las necesidades de la vida moderna. Bernard Kayser establece que “ una región constituye sobre la tierra un espacio perciso pero no inmutable, inscrito en un marco natural dado, y que responde a tres características esenciales: los vínculos existente entre sus habitantes, su organización en tirnio a un centri dotado de cierta autonomía, y su integración funcional a una economía global”. (33) Además anota como factores en la formación de las regiones de tipo
  • 96. 96 natural o físico – geográfico, las de tipo histórico, la polarización y la administración. Joep Lore define a la Región en los siguientes términos: 1) “La región está integralmente relacionada con una mayor; 2) Tiene un tamaño geográfico y una ubicación definida; 3) Cada región tiene un grupo de componentes subregionales, los cuales son contiguos; 4) La región crea un conjunto de actitudes definidas; 5) La lealtad de la región…está subordinada a la lealtad al Estado Nacional”. Conviene aquí anotar una cita que hace Arturo Guillermo Muñoz (44) de Karl N. Peutsch: “Debajo del estado soberano, las más importantes de estas áreas y unidades no son solamente aquellas del gobierno local, sino más bien las unidades del área Metropolitana y regional, provincia o sección. Algunas de estas unidades regionales pueden contar con una organización gubernamental que reafirme su existencia, tal como un Estado bajo la forma federal de gobierno, pero otras regiones están unidas
  • 97. 97 solamente por una estructura básica social y comunicacional". "El punto central del problema — añade Muñoz— es la capacidad de los límites políticos de dar coherencia a la región frente a otros factores existentes, tradicionalmente poderosos". A la luz de los anteríores conceptos se debe establecer el carácter de "región" que pueda tener el Estado Trujillo, para lo cual habría que analizar: 1) El marco natural como elemento territorial integrador. Los vínculos entre sus habitantes, las relaciones internas, la "lealtad" a la entidad y el conjunto de actitudes que define. 2) El grado de polarización en torno a un centro urbano o su organización en torno a una metrópoli ("... las regiones viven a través de su centro", dice Labasse). 3) El grado de coherencia, producto de unos límites político administrativos y un gobierno federal comunes. Se puede afirmar sin lugar a dudas que el Estado Trujillo no es un territorío homogéneo, ni una cuenca, ni una unidad natural. Por el
  • 98. 98 contrarío, la heterogeneidad física y climática es la característica fundamental. Tiene costas en el Lago de Maracaibo, llanuras aluviales litorales e interíores, áreas montañosas de pronunciada pendiente, conos de deyección y terrazas de suave topografía; zonas de origen marino y de origen glaciar, pisos de clima cálido hasta de piso muy frío. Áreas lluviosas y áreas de clima seco; vegetación selvática tupida y fecunda, bosques xerofíticos y páramos ralos. Su territorío se reparte en múltiples cuencas, unas que llevan sus aguas al lago de Maracaibo, otras al río Orinoco y otras al mar Caribe. Es lógico pensar entonces que a tan polifacético marco natural corresponde diversas respuestas de los grupos humanos. No existe entonces un paisaje trujillano, sino múltiples expresiones de las distintas relaciones hombre - naturaleza. No es fácil identificar algún elemento físico que caracterice a Trujillo. Algún aspecto determinante de su marco natural que hable por toda su extensión. Si al Zulia se le identifica con el calor y el lago, a Lara con el paisaje seco, a Mérida con las altas montañas, al Táchira con la frontera, a
  • 99. 99 Barinas con el llano, así en el Zulia haya tierras frías, en Lara bosques húmedos, en Mérida tierras llanas, en Táchira zonas sin relaciones fronterizas, y en Barinas montañas, no tiene el Estado Trujillo ese punto central de identidad. No es, pues, su marco natural una unidad territorial integradora, sino más bien paisajes diferenciados que dan a la geografía trujillana una imagen de gran diversidad. Los linderos naturales no "enmarcan" con definida precisión el territorío del Estado Trujillo. Por el norte, el lindero con el Estado Zulia es el Río Motatán de Los Negros y el Río Paují, de difícil de terminación, pues son cursos de variada evolución, al punto que los mapas oficiales editados por la Cartografía Nacional señalan como lindero el Caño Carrillo, que no aparece en los textos legales de delimitación político territorial. De remitirse estrictamente a la Ley de División Político Territorial del Estado Trujillo, los puertos de Motatán del Lago, Ceuta y Tomoporo serían trujillanos y la realidad es que son zulianos por la posesión de hecho que tiene el Estado Zulia, por la jurisdicción que ejerce, por la "zulianidad" que allí se aprecia y por las múltiples relaciones que ese
  • 100. 100 territorío mantiene con Maracaibo. Es una situación que jurídicamente está en discusión pero que la realidad ha zanjado hace tiempo. Con el Estado Lara los linderos en la cuenca del Río Jirahara están bien definidos por las cumbres de Parajá, pero están en discusión. En la zona de Puente Villegas hasta Agua de Obispos son linderos a media cuenca que no significan verdaderos obstáculos naturales. Lo mismo sucede con los límites con el Estado Portuguesa, donde las corrientes de las quebradas Azufre y del Río Anús no separan ningún territorío. Con Barinas los linderos naturales son bien definidos y marcan separación real por las elevadas divisorias de aguas, pero con el Estado Mérida una buena extensión de limites está definida por el zanjón de Mucumís y la quebrada Tafallés en una zona de gran interconexión económica como lo es el valle del Motatán. Así mismo sucede en el área de la Carretera Panamericana entre Arapuey y Buena Vista. De esta manera los límites políticos administrativos muchas veces no están referidos a accidentes naturales que puedan contribuir a reforzar los vínculos internos y, de alguna manera, restringir las relaciones con los estados vecinos.