Star Wars se ha convertido, por derecho propio, en una realización icónica del género, al punto que ha merecido la publicación de diversos libros dedicados al análisis de sus múltiples aspectos filosóficos y éticos, bien patentes habida cuenta de la forma como George Lucas forjó la saga. Por ejemplo, ha producido todo un malo con estilo como Darth Vader y su célebre frase, dirigida a Luke Skywalker: “Yo soy tu padre”. Para colmo, un malo cuya dimensión ética no suele captarse, ni siquiera de lejos, por parte de muchos seguidores de la ciencia ficción en Colombia, quienes apenas lo ven con ligereza como un niño caprichoso y egoísta enfundado tras su armadura de color negro. Peor aún, en el año 2005, el Parlamento del Reino Unido aprobó una ley sobre el Odio Religioso y Racial, en cuyo debate se propuso incluir una enmienda con el fin de excluir de toda protección a los “Caballeros Jedi, los satanistas y los amantes de los sacrificios animales”, una cuestión surgida con motivo del censo oficial sobre religiones, el cual mostró que más de cincuenta mil personas (el 0,5% de la población) habían declarado su fe en el jediismo, siendo así la cuarta religión del Reino Unido. Con todo, a último momento, desestimaron esa enmienda. Así, como puede verse, estamos moliendo con yeguas, aquí y en Vladivostok. Sencillamente, con la buena ciencia ficción pasa lo mismo que con el caviar: solo está hecho para paladares exquisitos, no para el vulgo.
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
La Dimension Etica de Star Wars
1. LA DIMENSIÓN ÉTICA DE STAR WARS
Carlos Eduardo de Jesús Sierra Cuartas
Profesor Asociado con Tenencia del Cargo, Universidad Nacional de Colombia
Miembro Sociedad Julio Garavito
Día: Sábado 30 de Marzo de 2019
Hora: 11 Am – 1:00 Pm
Lugar: Auditorio del Planetario de Medellín “Jesús Emilio Ramírez González”
En Wikipedia, la enciclopedia libre por antonomasia, comienza como sigue el artículo dedicado a la
historia de la ciencia ficción en Colombia: “La literatura de ciencia ficción en Colombia se caracteriza
por su escasez de autores y obras. Un estudio de las publicaciones entre 1928 y 1996 arroja la existencia
de tan solo 17 obras”. ¡17 obras en todo un siglo para un país, algo que, por así decirlo, en el Primer
Mundo escriben en cuestión de media hora! He aquí una muestra dramática de la precaria incorporación
del modo científico de entender el mundo en este país de colombiapithecus. De aquí que no sea para nada
raro una memez que le pude escuchar a un profesor de ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia
el martes 13 de noviembre de 2018 en la sala de computadores de la respectiva biblioteca central: “A mí
no me interesa la ciencia ficción. Yo solo leo sobre ciencia real”. De aquí que él no pueda distinguir entre
2001 y Star Wars, entre Hal 9000 y el entrañable R2D2, entre el Tigre Tony y un tonificante. Esto
contrasta sobremanera con personas como Michio Kaku, Carl Sagan y Alan Lightman, verdaderos
científicos a la vez que profundos conocedores de la ciencia ficción.
Figura de Darth Vader en tamaño natural en una exposición del Centro Comercial Los Molinos, Medellín, del
año 2015. (Fotografía del autor).
2. La ironía a este respecto resalta todavía más habida cuenta de que Star Wars se ha convertido, por derecho
propio, en una realización icónica del género, al punto que ha merecido la publicación de diversos libros
dedicados al análisis de sus múltiples aspectos filosóficos y éticos, bien patentes habida cuenta de la
forma como George Lucas forjó la saga. Por ejemplo, ha producido todo un malo con estilo como Darth
Vader y su célebre frase, dirigida a Luke Skywalker: “Yo soy tu padre”. Para colmo, un malo cuya
dimensión ética no suele captarse, ni siquiera de lejos, por parte de muchos seguidores de la ciencia
ficción en Colombia, quienes apenas lo ven con ligereza como un niño caprichoso y egoísta enfundado
tras su armadura de color negro. Peor aún, en el año 2005, el Parlamento del Reino Unido aprobó una
ley sobre el Odio Religioso y Racial, en cuyo debate se propuso incluir una enmienda con el fin de excluir
de toda protección a los “Caballeros Jedi, los satanistas y los amantes de los sacrificios animales”, una
cuestión surgida con motivo del censo oficial sobre religiones, el cual mostró que más de cincuenta mil
personas (el 0,5% de la población) habían declarado su fe en el jediismo, siendo así la cuarta religión del
Reino Unido. Con todo, a último momento, desestimaron esa enmienda. Así, como puede verse, estamos
moliendo con yeguas, aquí y en Vladivostok. Sencillamente, con la buena ciencia ficción pasa lo mismo
que con el caviar: solo está hecho para paladares exquisitos, no para el vulgo.
Figura del Maestro Yoda en tamaño natural en una exposición del Centro Comercial Los Molinos, Medellín, del
año 2015. (Fotografía del autor).
En fin, entre los temas de índole ética abordados por autores diversos a propósito de Star Wars, cabe señalar los
siguientes: La valorización del individuo, los peligros de la democracia ciega, el capitalismo global, los usos de la
tecnociencia, el feminismo, el empoderamiento, el imperio galáctico como un estado racial, género y sexualidad,
el fetichismo, las grandes religiones orientales, etcétera. Además, la saga, con motivo de su precuela, aportó el
primer actor digital de la Historia: Jar Jar Binks, santo de devoción de casi nadie como lo denomina con tino Dan
North, ese bufón rústico con aspecto de molesta lagartija que, con justa razón, tuvo una recepción hostil por parte
del público, tanta que, en la Internet, proliferan los resultados al buscar bajo la frase “Jar Jar Binks debe morir”.
En otras palabras, George Lucas tuvo una mala idea al concebir a semejante personaje. No obstante, Star Wars
permanece incólume y enhiesta como una de las grandes realizaciones de la ciencia ficción contemporánea, sobre
todo para quienes tenemos alma de Caballeros Jedi.
3. Figura de Jar Jar Binks en tamaño natural en una exposición del Centro Comercial Los Molinos, Medellín, del
año 2015. (Fotografía del autor).