Comentario crítico sobre “reconfiguraciones comunicativas del saber y del nar...
Comentario el tutor virtual en los entornos de la teleformación
1. COMENTARIO CRÍTICO SOBRE “EL TUTOR VIRTUAL EN LOS ENTORNOS DE LA TELEFORMACIÓN” DE ROSALÍA
ROMERO Y MARÍA DEL CARMEN LLORENTE
El texto se presenta como un reflexión en torno a cuáles deben ser las cualidades que debe presentar un tutor
en teleformación para promover en sus estudiantes más que un encuentro con las nuevas tecnologías, una
forma de pensamiento. Es así que para cumplir con tales objetivos el tutor debe desempeñar ciertos roles,
cumplir con funciones determinadas, a la vez que debe desarrollar unas competencias específicas para
mostrarse como un mediador óptimo entre el conocimiento, el estudiante y la tecnología.
En ese orden de ideas, las autoras del texto, Rosalía Romero y María del Carmen Llorente, presentan un modelo
sobre los roles que debe asumir un tutor en teleformación: Uno es el rol pedagógico que se presenta como un
eje fundamental para la “creación del conocimiento especializado” (Romero & Llorente, s.f., p. 204) así como de
dirigir las discusiones que se lleven a cabo en el ambiente virtual; el rol social como una forma de creación de
vínculos entre diferentes sujetos participantes del mismo ambiente virtual; el rol de dirección con el ánimo de
establecer reglas que den un orden y una claridad sobre las labores y el uso del ambiente, y un rol técnico, que
como su nombre lo indica, debe dar cuenta de las especificaciones que requiere el ambiente así como el
software que el mismo involucra en sus tareas. Al mismo tiempo, sugiriendo las autoras una clasificación hecha
por Adell y Gisbert, el tutor debe tener igualmente las habilidades que caracterizan a un docente como las de
diseñar currículos y materiales, ser un facilitador del aprendizaje y de la solución de problemas, evaluar los de
procesos y aprendizajes de los estudiantes, así como “diagnosticar las necesidades académicas de los
estudiantes” (Romero & Llorente, s.f., p. 205)a través de seguimiento y supervisión de las actividades y, conocer
técnicamente y de forma suficiente sus recursos y herramientas, respectivamente.
En seguida, siguiendo a Cabero, las autoras presentan las funciones que debe cumplir un tutor en entornos de
teleformación: Una es la función técnica encaminada a el correcto desarrollo y funcionamiento de la plataforma
involucrando actividades que permitan el conocimiento y manejo de la misma por parte de los estudiantes. La
segunda es la función académica que debe dirigirse a la “elaboración de los contenidos, el diagnostico y la
evaluación formativa” (s.f., p. 208). En tercer lugar, la función organizativa que se encarga de la gestión y los
servicios que ofrece la plataforma. Una cuarta es al función orientadora que se encarga de “ofrecer un
asesoramiento personalizado del curso online en aspectos relacionados con las diferentes técnicas y estrategias
de formación” (s.f., 209). Como quinta y última se encuentra la función social que se encarga de la parte
motivacional y de las dinámicas que se usen para incentivar a los estudiantes a continuar en dichos cursos.
A continuación las autoras presentan en el texto las competencias que debe tener un tutor en ambientes de
teleformación, que de una u otra manera están directamente relacionadas con los roles y las funciones del
tutor: pedagógicas, técnicas y organizativas. Aquí se presenta como un referente importante para la adquisición
de dichas competencias la participación en comunidades virtuales de aprendizaje, para así fomentar relaciones
por parte del tutor con individuos inmersos en dichas actividades, y que estimule la participación al momento de
trabajar junto con sus estudiantes.
Respecto al contexto educativo, el sistema de nuestro país va muy a la ligera con el asunto y si bien, ha
trabajado en la adecuación de muchos centros de informática para colegios y comunidades, se queda corto en la
2. tecnología que ofrece, así como la escasa y mal planteada formación sobre el tema. Se ha pensado de manera
ligera sobre lo instrumental dejando de lado la calidad y una buena exploración frente a los fenómenos y
actividades que este tipo de formación conlleva. Es evidente la poca formación de maestros que manejen dichos
temas de forma óptima y crítica, que conlleve a pensarse en tales artefactos y dinámicas como herramientas
que funcionan como complementos importantes en la formación educativa de los estudiantes de hoy en día, y
que es esa medida, estén acorde con las necesidades y demandas de la sociedad actual.
Un buen ejemplo de ello se ve en las propias clases que imparten los maestros, ajenas de cualquier tipo de
equipo tecnológico, pues asumen que eso no hace parte de su enseñar cotidiano, cuando la misma tecnología
está en la vida diaria de los estudiantes, y si se quiere, de los mismos maestros. Se percibe el ambiente de
temor, de apatía pero también de desconocimiento y desinterés por estos avances tecnológicos, y sin embrago,
se propone un sistema que esté a la vanguardia sin medir en impacto de éste en la comunidad educativa, en
primera instancia, y luego en la sociedad en general.
En conclusión -algo prematura con respecto al tema-, es evidente la distancia frente a los elementos que aporta
la tecnología en un sistema educativo que, como lo manifestara Martín-Barbero, se niega a aceptar otras voces y
demanda de una nueva forma de comunicarse en donde las tecnologías juegas un papel preponderante.
Además, la formación del tutor virtual exige una preparación de experiencia y conceptual alta, de modo que en
realidad se vuelva un facilitador de conocimientos teniendo domo medio las tecnologías de la información. Por
otra parte, y es un asunto no considerado en el texto, este tipo de ambientes sin una preparación o formación
previa o dirigida sobre el asunto termina por aniquilar la posibilidad de la interacción humana esencial para el
desarrollo de cualquier habilidad, teniendo en cuenta el paradigma de la gramática generativa transformacional
del que se ha tomado -mal- la noción de competencia, requiere de dejar esa adquisición de aspectos
procedimentales (competencias) y ver cómo estás son desarrolladas en la cotidianidad por los usuarios de estos
(la actuación).
PREGUNTAS
¿Qué tan eficaz es el sistema educativo colombiano planteado desde el uso de la tecnología como posibilidad de
alfabetización?
¿Puede un ambiente de teleformación con la asesoría de un tutor desplazar el lugar del contacto frente a frente
con un docente?
¿Qué se requeriría para desarrollar una cultura educativa que involucre tecnología y sentido humano al mismo
tiempo?