Este ensayo discute la inclusión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el aula. Señala que a pesar de la inversión del gobierno en proyectos como "Canaima Educativo", los docentes no han adoptado ampliamente las TIC como recursos educativos. Las TIC deben usarse de manera estratégica para apoyar el aprendizaje, no como sustitutos de la metodología pedagógica. Incluir las TIC es importante para desarrollar habilidades digitales y prepar
1. República Bolivariana de Venezuela
Universidad Bicentenaria de Aragua
DIEP | Decanato de Investigación, Extensión y Postgrado
Coordinación del Centro de Estudios a Distancia del DIEP-UBA
LAS TIC EN EL AULA
(Ensayo)
Autora: Iris C., Meléndez S.
V-13132735
Maracay, Noviembre de 2017
2. Las TIC en el Aula
En algún momento de nuestro ejercicio docente nos hemos cuestionado si eso
de introducir las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) será más
provecho que desperdicio, pues ha habido tantos puntos de vista sobre el tema que
provoca no menos que dudas o falsos temores por lo poco o casi nulo que sabemos al
respecto.
Conocemos de la política de Estado en el apoyo de las TIC en el proceso
educativo de las niñas, niños y jóvenes con el impulso y promoción del Proyecto
“Canaima Educativo” y toda la inversión de recursos para concretar el proyecto;
pero lo que podemos ver aún hoy, a varios años de iniciado tal iniciativa, que los
docentes no han decidido incluir las tecnologías como recursos educativos que
aporten al proceso de formación académica, la reducción de la llamada “Brecha
Digital” y la apropiación de tales procesos por parte del estudiantado. Como apunta
Pere Marqués (2012), “lo relevante debe ser siempre lo educativo, no lo tecnológico.
Las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje, ni generan automáticamente
innovación educativa.” Las muchas experiencias que se pueden recoger de las
opiniones de estudiantes de diversos institutos nos da luces de la función “utilitaria”
que se hace del recurso tecnológico dentro del aula, usando los equipos como meros
contenedores de información o, a lo mucho, instrumentos para crear documentos
exigidos por el docente para el cumplimiento de una tarea o actividad, sea en la
sesión de clase como de asignación para la casa.
Se le acuña a las TIC la responsabilidad del fracaso de su inclusión por el solo
hecho de usarlas sin ver más allá, manteniendo la misma metodología pedagógica
como si de cualquier libro se tratase. Siguiendo a Pere Marqués y parafraseando sus
ideas, las TIC sirven para “hacer cosas con ellas”: como recursos de apoyo al
aprendizaje, para adquirir competencias digitales, para la búsqueda, consulta y
elaboración de información, para relacionarse con otras comunidades de aprendizaje
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3. dentro o fuera del centro educativo, y otras cosas más que dependerán de la
planificación del docente y las expectativas del estudiantado.
Entonces, cabría la pregunta: ¿por qué incluir las TIC en el proceso de
aprendizaje?, a lo que podrían sucederse múltiples respuestas dependiendo del punto
de vista del docente y su bagaje de competencias profesionales, del estudiante y su
experiencia en el uso del recurso, de los padres en la posibilidad de acompañar la
educación con buena orientación durante el proceso, siendo compañeros de camino
con sus hijos en el proceso de formación; en fin, lo que no podría ningún actor
educativo es ignorar que la era digital llegó para quedarse y transformar la forma en
que vemos y nos relacionamos en el mundo de hoy.
Para Martínez (2009) existen, al menos, dos perspectivas del modo en que las
TIC están implantándose en la escuela: la primera donde “las nuevas herramientas
que dominan el mundo productivo del nuevo siglo requieren desarrollar un conjunto
de habilidades y destrezas en el uso y la gestión de estos nuevos medios” (p. 62); es
decir, que la escuela debe enfocarse en la preparación de la generación actual en el
uso de las herramientas digitales orientadas en las economías empresariales movidas
por lo digital, las relaciones institucionales, la producción industrial, lo que exige una
población con competencias, habilidades y destrezas digitales muy específicas y bien
desarrolladas.
La segunda plantea “el posible cambio de las estructuras de aprendizaje que se
puede observar en las nuevas generaciones que tempranamente se ven expuestas al
uso de tecnologías digitales y generan nuevas formas de adquirir habilidades, manejar
información y construir nuevos aprendizajes” (p. 63), lo que pone en el tapete la
desfasada estructura de las escuelas y universidades actuales como la causante de una
juventud con potencial digital y que no puede alcanzar sus metas por la muy poca
motivación y formación en las aulas gerenciadas por docentes que no promocionan
las TIC en su práctica.
Como se puede ver en la propuesta de los autores mencionados, no está fácil la
respuesta en lo que a inclusión de las TIC en la escuela se refiere; más bien, estas
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4. posturas muestran el gran trabajo que tienen los institutos pedagógicos en la
formación profesional del docente del nuevo siglo, donde lo digital está cada vez más
“colado” en el aula dada la presente resistencia dentro de la metodología escolar que
se niega transformarse para potenciar la adquisición, por parte de los estudiantes, de
las habilidades, destrezas y competencias digitales que les permitirán conocer, saber
ser y saber hacer mediante el uso del recurso tecnológico.
Cada vez son muy pocos los docentes que, durante su período de formación
profesional, usaron la máquina de escribir como recurso para elaborar informes, como
éste, monografías y algún otro documento, las famosas enciclopedias como
repositorio de la información que se requería para dicho trabajo, y las habilidades y
destrezas para el uso correcto y eficiente de estos en el menor tiempo y la mayor
productividad. Nadie puede negar que vivimos una era de revolución digital donde la
tecnología está cambiando no solo cómo nos relacionamos sino cómo y qué debemos
aprender para afrontar las nuevas profesiones, cada una con su propio nivel de
complejidad que exigirá mayores y mejores habilidades, destrezas y competencias
profesionales.
Gusten o no, las TIC llegaron para quedarse; queda asumirlas y usarlas para
potenciar el proceso educativo dentro y fuera de las aulas, del tiempo dedicado a la
escolaridad, sea presencial o a distancia, dándoles el rol que deben tener: recursos
didácticos enmarcados en una metodología aplicada por competencias en una
sociedad del conocimiento interconectada y siempre cambiante.
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5. REFERENCIAS CONSULTADAS
HERNÁNDEZ, G. y CERVIÑO, M. (2009). Las TIC en el Aula: Profesoras y
Profesores. [Documento en línea] Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y
de Formación del Profesorado. Disponible: http://www.ite.educacion.es/
formacion/materiales/112/cd/m7/las_tic_en_el_aula_profesoras_y_profesores.html
[Consulta: 17/11/2017]
MARQUÉS, P. (2012). Impacto de las TIC en Educación: Funciones y Limitaciones.
Artículo en línea. Revista 3Ciencias. Publicada en 28/12/2012. Disponible:
https://www.3ciencias.com/wp-content/uploads/2013/01/impacto-de-las-tic.pdf
[Consulta: 22/11/2017]
MARTÍNEZ, H. (2009). Los Desafíos de las TIC para el Cambio Educativo. [Libro
en línea] Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, Fundación Santillana. Disponible: http://www.oei.es/metas2021/
LASTIC2.pdf [Consulta: 22/11/2017]
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