1. Se cuenta la historia de una señora que tenía la costumbre de visitar las ventas de garaje o remates

2. Un día, encontró una tetera de cobre marcada en sólo $2.500 La tetera estaba muy deslustrada, y la compradora preguntó a la dueña de la tetera si sería posible limpiarla.

3. La vendedora amablemente se metió a la casa para encontrar un limpiador de cobre, y salió unos minutos después con la misma tetera

4. Ahora brillaba pero además de estar limpia y resplandeciente, la tetera también traía un nuevo precio. En vez de valer $2.500, tenía el precio de $10.000.

9. Hay un problema. Muchas veces, los que se consideran hijos de Dios no comparten su entusiasmo por la restauración. Al contrario; buscan la oportunidad de tirar pedradas a la persona que cae. Cuando nos portamos de esta manera, nos herimos a nosotros mismos. Dios nos llama a compartir su gozo al unirnos a él en su misión de reconciliación. El nos llama a restaurar, y no a condenar

11. ¿Nos sentimos un poco enojados al ver que ellos pueden alejarse de Dios, y luego regresar como si nada hubiera pasado?