Este documento presenta el mensaje del Papa Benedicto XVI para la Cuaresma. El Papa invita a los fieles a centrarse en Cristo crucificado durante este tiempo y a profundizar en su relación con Dios a través de la oración, los sacramentos y obras de caridad. La Cuaresma debe ser un periodo de renovación espiritual que conduzca a una participación más plena en la Pascua.
2. Dios convoca
a los miembros
de su Pueblo
+ “Convertíos a mi
de todo corazón”
+ “Dios es compasivo
y misericordioso”
+ “Misericordia, Señor,
porque hemos pecado”
+ “Dejaos
reconciliar
con Dios”
Miércoles de ceniza
3. Ahora es el Tiempo
“favorable” para
VIVIR
la APERTURA
a los demás
+ Caridad
+ Comprensión
+ Amabilidad
+ Perdón
+ Buena acogida
+
4. Sí, ahora es el Tiempo
“favorable” para
VIVIR
la
APERTURA
a Dios
+ Escucha de la
Palabra
+ Oración
+ Eucaristía
+ Reconciliación
+
5. Y soy consciente que mis PRUEBAS
y TENTACIONES de “hoy” son:
* Me tienta el tener tiempo para todo
menos para lo importante.
Y lamentarlo, pero no hacer nada
para cambiarlo.
* Me tienta, Señor, el desaliento,
lo difícil que a veces se presentan las
cosas.
* Me tienta la desesperanza,
la falta de utopía.
* Me tienta el dejarlo para mañana,
cuando hay que empezar a cambiar hoy
* Me tienta creer que te
escucho
cuando escucho mi voz.
6. Por eso quiero, Señor,
que tú estés a mi lado y
me des…
+ capacidad para
escucharte.
+ serenidad y fuerza
para vencer el mal.
+ equilibrio en mi escala
de valores.
+ renuncia a cosas
superfluas.
+
8. MENSAJE del Papa –Benedicto XVI–
para la CUARESMA:
“Mirarán al que traspasaron” (Jn 19, 37)
Este es el lema bíblico que guía este año nuestra
reflexión cuaresmal.
La Cuaresma es un tiempo
propicio para aprender a
permanecer con María y
Juan, el discípulo amado,
junto a Áquel que en la
Cruz consuma el sacrificio
de su vida para toda la
Humanidad.
9. Por tanto, con una atención más viva, dirijamos
nuestra mirada, en este tiempo de penitencia y
de oración a Cristo crucificado que, muriendo
en el Calvario, nos ha revelado plenamente el
amor de Dios.
En la Encíclica “Deus
caritas est” he tratado
con detenimiento el
tema del AMOR,
destacando sus dos
formas fundamentales:
el agape y el eros.
10. ¡Miremos con confianza el costado
traspasado (“corazón”) de Jesús, del que
salió “sangre y agua”! (Jn 19, 34).
Los Padres de la Iglesia consideraron estos
elementos como símbolos de los Sacramentos
del Bautismo y de la Eucaristía.
Con el agua del Bautismo, gracias a la acción
del Espíritu Santo, se nos revela la intimidad
del Amor Trinitario… En el camino cuaresmal
hagamos memoria de nuestro Bautismo.
La sangre, símbolo del Amor del Buen Pastor,
llega a nosotros especialmente en el misterio
eucarístico...
Vivamos, pues, la Cuaresma como
tiempo “eucarístico”, en el que
aceptamos el Amor de Jesús.
11. Que la Cuaresma sea para todos
los cristianos una experiencia
renovada del Amor de Dios que
se nos ha dado en Cristo, y amor
que por nuestra parte cada día
debemos “volver a dar” al
prójimo, especialmente al que
sufre y al necesitado.
Sólo así podremos
participar plenamente en
la alegría de la Pascua.