1. Miguel de Cervantes Saavedra decía:
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en
el tiempo que están más secas las esperanzas".
Al acabar el curso, organizando despedidas y actividades y evaluando y cuadrando notas,
se nos puede olvidar dar gracias a Dios por tantos regalos recibidos en los últimos meses.
Siempre agradecer
Parar y mirar atrás es una necesidad. Las prisas y las urgencias del día a día pueden
llevarnos a dejar de percibir el Amor de Dios que se esconde en cada detalle de nuestra
vida.
La pandemia ha seguido marcando este curso, pero aquí en nuestro Instituto Gandhi se
han podido hacer clases presenciales y retomar muchas actividades.
Aunque en algunos países la situación sigue siendo crítica, globalmente las vacunas han
evitado muchísimas muertes y han permitido que muchas personas contagiadas de Covid
hayan pasado la enfermedad sin complicaciones.
Y cada uno conoce exactamente las gracias recibidas este curso. ¿Qué personas te
hicieron sonreír y recuperar la esperanza? ¿Quién te ayudó a superarte o simplemente a
mantenerte y no desmoronarte o tirar la toalla?
¿Por qué das gracias tú?
Oración
Dios Padre bueno, que siempre estás con nosotros y nos muestras tu amor lleno de
misericordia, ¡hoy terminamos este curso escolar!
Dos semestres llenos de cambios: clases virtuales, presencialidad escalonada, y días
de empezar a vivir en esta nueva normalidad, apoyados de nuestra mascarilla, gel y
de normas sanitarias que nos han ayudado a cuidar nuestra salud y queriendo
siempre poner lo mejor de nosotros.
Lo que en estos meses hemos aprendido, nuestro trabajo, nuestra alegría, nuestro
cansancio, nuestras dudas, fracasos y éxitos…
¡Hoy te lo entregamos de todo corazón!
Gracias porque hoy somos mejores personas, porque valoramos la presencia de un
ser querido, por tener a nuestros amigos cerca de nosotros y poder ver a nuestros
maestros que nos comparten no solo conocimientos, sino también su propia vida.
Te pedimos por cada uno de los profesores que nos han enseñado, por los nuevos
amigos que hemos hecho, por los compañeros… bendícelos a todos.
Ilumínanos para que podamos tener buenas decisiones y los que están a mi
alrededor puedan ver una luz en nuestras personas.
Queremos decirte que tenemos bien puestos los pies en la tierra y nuestros ojos
mirando al cielo donde tú Señor vives.
Finalmente, te pido que te sigas quedando con nosotros y ahora que vamos de
vacaciones nos permitas seguir aprendiendo de otra manera, ayudando en casa y los
que más me necesitan.
Ayudados siempre bajo tu mirada y contigo, Jesús amigo nuestros que nunca fallas.
Amén.
2. Oración para agradecer lo vivido y aprendido en el ciclo escolar.
Gracias, Señor, por haber llegado al final de esta etapa de la Primaria creyendo,
confiando y amándote.
Fueron muchas las veces que animaste mi fe, las que corriste a mi encuentro.
Siempre sentí el calor de tu mano, aún en plena oscuridad.
Gracias por las ayudas, la compañía y la alegría que me han brindado mis
compañeros y amigos a lo largo de mi estancia en el Instituto.
Gracias por todo lo recibido en estos seis años y también de lo que no fui consciente.
Gracias por tantos ojos que me miraron con ternura,
por tantas manos que se adelantaron a estrechar la mía,
por tantos labios, cuyas palabras y sonrisas me alentaron,
por tantos oídos que me escucharon.
Gracias, Señor, por tanto, por lo que he recibido, que no fue mérito mío, sino dones
tuyos, por la salud que me sostuvo, por el trabajo que desempeñé, y por el descanso
que disfruté.
Gracias, incluso, por aquel fracaso y aquella desilusión, de los que aprendí.
También, Señor, quiero hoy pedirte perdón por la palabra que callé,
por esa mano que no ofrecí, por la sonrisa que escatimé,
por el saludo que negué, por la mirada que desvié,
por la disculpa que no pedí, por esos oídos que no presté,
por ese gozo que no compartí, por tanta lágrima que no derramé,
por esa verdad que omití, por las veces, Señor, que me separé de Tí.
Por todo, Señor, gracias y perdón.
Buenos días a todos:
Vamos a aprovechar este momento, para hacer un ratito de oración. Una oración en
primer lugar, de agradecimiento. Agradecer el esfuerzo que hemos hecho cada uno
desde su lugar y situación para protegernos los unos a los otros: con distancias, con
cuidados de mascarilla, con uso responsable del gel, con la limpieza y desinfección
de todo, con paciencia, intentando regular nuestros miedos, cuidando con cariño al
que no podía más… ¡enhorabuena a todos y a todas! Gracias por el esfuerzo y el
cariño que habéis puesto cada uno, cada una.
Por otro lado, acordarnos de las personas que lo están pasando peor y están
enfermos a causa del COVID. Especialmente de los familiares y amigos que han
fallecido a causa de la pandemia. Hacemos unos segundos de silencio para traer a
todas esas personas a la memoria del corazón. Podemos acompañar el gesto de
silencio, llevándonos una mano al corazón.
3. Gracias
Gracias, Señor, por este curso que termina,
por todo lo que he vivido y compartido, por todo lo que he avanzado,
porque he he crecido como persona.
Gracias, Señor, por mis compañeros, por los buenos momentos que he pasado,
por los malos ratos en los que, sin pedirlo, he sentido la cercanía y el apoyo de ellos.
Gracias, Señor, por las personas que me han ayudado,
por todos los que han estado a mi lado.
Gracias, Señor, por nuestros compañeros y profesores:
por aquellos que nos hacen fácil la tarea diaria,
por los que nos exigen mayor empeño y dedicación.
Llega el final de curso. Comenzamos las vacaciones con la intención de seguir
siendo
signo de amor, de entrega y alegría en medio de mi familia y amigos.
Gracias por tanta confianza en mí.
Gracias por tantas “misiones” que a lo largo del curso que hemos compartido.
Gracias por tu presencia cercana y amiga.
Gracias porque cuentas con nosotros y nos dices, para el próximo curso,
que nos reunamos todos juntos y sigamos “aventurándonos en todas las misiones”
que nos encomiendes.