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Catequesis. Parábola de la vid
1. Catequesis Parábola de la Vid
Objetivos Que los niñ@s conozcan mejor la naturaleza que nos rodea. Descubrir el significado y enseñanza de Jesús, a través de la parábola.
Experiencia humana ¿Os acordáis que es la vid? (una planta trepadora, parra, cepa) ¿Y qué es el sarmiento? (la rama que brota de la vid) ¿Qué fruto da? (racimos de uva) ¿Para qué se poda o corta algunas ramas de la vid? (Se corta para que crezca más fuerte y de más frutos. ¿Qué pasa si la rama se desprende de la vid por si misma? (No produce fruto, se seca y es utilizado para hacer fuego). ¿Dónde crece esta planta? (crece en suelos arenosos y pedregosos)
Ya conocemos algo más de esta planta. Ahora vamos a leer la parábola de la Vid, a ver que nos enseña Jesús a través de ella y de la naturaleza.
La Palabra de Dios nos ilumina
Jn 15, 1-12 «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
2. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
Meditamos la Palabra ¿Con que se compara a si mismo Jesús? (con la vid)
¿Y a nosotros? (con los sarmientos)
¿Y a las buenas obras? (con los frutos…los racimos de uvas).
¿Quién cuida de la vid y de los sarmientos? (el viñador)
¿Quién dice Jesús que es el viñador? (el Padre)
¿Qué pasa con el sarmiento que no da fruto? (se seca y se echa al fuego).
¿Y con el sarmiento que da fruto? (lo limpia o poda para que de aún más fruto).
Como una rama no puede dar frutos sin la planta o el árbol al que pertenece, nosotros los cristianos, difícilmente daremos buenos frutos sin estar unidos a Cristo.
¿Cómo mantenernos unidos a Cristo? A través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía. La oración y la lectura de la Palabra de Dios. Esto nos da fuerza y anima para ser mejor persona y dar frutos buenos.
¿Qué significado tiene en nosotros limpiar y podar nuestras “ramas”? Que vayamos poco a poco cortando, nuestro egoísmo, materialismo, malos humores, rencillas...
¿Qué espera de nosotros el Señor? que demos frutos abundante.
¿Cuáles son esos frutos? Las buenas obras que nacen desde el Amor.
¿Qué mandamiento nuevo nos da Jesús? el mandamiento del Amor.
3. ¿Qué nos pide Jesús? Que nos amemos unos a otros como Él nos Ama.
Jesús nos enseña que el Amor de Dios nacido en nuestro corazón y en Comunión con Él, es la vía más directa, para dar frutos buenos y abundantes. Nos muestra el camino a seguir para estar unido a Él: La Eucaristía, la Palabra, la oración.
Nos entrega un mandamiento nuevo: “Amaos los unos a los otros como Yo os he Amado”. Es decir, un Amor profundo, entregado, gratuito...
Expresamos nuestra fe
Oración Rezamos juntos el Padrenuestro
Compromiso Durante las vacaciones de verano, intentaré en lo posible, ir a la Iglesia más próxima a casa y Celebrar la Eucaristía.
Manuela González Aguilera