1. Texto y fotografía:
PEQUEÑO RELATO S-35 Juan Carlos Calavia
Miranda
Estos son recuerdos de algún tiempo vivido a bordo del submarino S-35 (Narciso Monturiol).
En primer lugar lanzar desde estas letras un afectuoso saludo a todas las personas que aquí se
nombren o se sientan aludidas.
El que escribe fue un marinero voluntario del curso 2º del 81, que terminó sirviendo en el S-35 de Cabo
2ª de marinería (electricista), popularmente conocido entre la dotación del barco por el “Maño”.
La vida a bordo de este barco era de todo menos monótona, pues era el submarino que más navegaba
de la flotilla (dentro de su serie)- En este tiempo se visitaron puertos como Melilla, Ceuta, Málaga,
Cádiz, Ferrol, Lisboa, Toulón, Palma, Marín, Fuerteventura, Gran Canaria, etc., casi siempre haciendo
maniobras con otros buques de guerra nacionales e internacionales.
2. En este época lo mandaba el Comandante Guillermo Scharffusen, para mí un buen hombre y con
unas dotes de mando y marineras impresionantes. De segundo el T.N. F. Lara, que fue Comandante
del S-61 en el año 85, y oficiales como los T.N. Albert, T.N. Ocejo, T.N. Galindo (luego Comandante
del S-63 en el año 95), etc. Como veis fue una buena escuela de submarinistas.
3. En una ocasión yendo a Toulón navegamos con mar arbolada durante toda la travesía de ida y vuelta,
por lo que el barco escoraba constantemente a ambas bandas. Hacer inmersión era una aventura por
el peligro que conlleva hacerlo en esas condiciones, y Snorkel ni os cuento, pues los taponazos de la
válvula de admisión al cerrarse provocaban un vacío en el interior del barco de a punto pararse los
diéseles, en fin una navegación muy, muy dura. Pues bien, cuando llegamos a Cartagena estábamos
todos hechos polvo y el barco con mil y un problemas, el Comandante saltó al muelle y le dijo al
Comandante de Flotilla ¡A sus órdenes mi Comandante, sin novedad en la travesía, listo el barco para
salir a la mar en 24 horas¡.
4. También recodar las noches de guardia en los timones de buceo, donde a lo mejor a cota 180 la paz
reinaba y en la cámara de mando se comentaban por parte de los Suboficiales (todos ellos veteranos
5. submarinistas) mil historias de navegaciones acaecidas en submarinos mucho más antiguos. O en
superficie, realizando guardia de serviola con todo tipo de climatologías, disfrutando del aire fresco y
limpio (muy de agradecer después de 3 o 4 días en inmersión)
6. Momentos tan excitantes como el hacer inmersión: oír la alarma, saltar desde el puente hasta los
timones de buceo oyendo entrar el agua en los lastres y al oficial de guardia ordenar ¡cota 270, 4
grados de inclinación a bajar, cerrar ventilaciones, nivelar barco¡. O al hacer superficie y escuchar
órdenes como ¡sopla proa, sopla popa, sopla flotabilidad, cerrar Quinstons, abrir escotilla de torreta¡ y
subir al puente chorreando agua salada.
7. Muchos días y noches inolvidables y divertidos con los compañeros en los puertos disfrutando de
algún permiso.
8. También hay momentos menos divertidos a bordo, como limpiar, baldear, pintar, etc., pero de estos
no me quiero acordar.
9. En fin, la vida en un submarino puede ser más o menos bonita, más o menos agradable, pero siempre
una experiencia inolvidable donde los compañeros se convierten en amigos que no se olvidan nunca.
10. “Buena navegación para todos y un saludo a todos los submarinistas del mundo”.
Juan Carlos Calavia Miranda