PROCESO ADMINISTRATIVO Proceso administrativo de enfermería desde sus bases, ...
LAS CUATRO NEGACIONES DE AFRAU
1. Nacional | | 11
Junio de 2021
Esteban
A
frau miraba a la mar. Afrau
miraba a Annual. Todos en
Afrau saben que no tienen
más salida que el acantilado
que corta la playa y muere sin alcanzar
la orilla. Sidi Dris y Afrau sueñan con
tener a la vista a los cañoneros Laya y
Lauria asomando sus costados entre
las dos posiciones con la misión de
sacar de allí al mayor número de sol-
dados posible. Todos en Afrau miran el
azul de esa agua que multiplica la sed.
No tienen una orden clara, ni instruc-
ciones concretas de lo que deben ha-
cer; si retroceder a Annual, si intentar
la retirada para unirse a la columna del
general Silvestre o si alcanzar la orilla
y evacuar la posición por mar. Compo-
nen la guarnición 115 hombres del Re-
gimiento “Ceriñola” nº 42, una sección
de ametralladoras, dos piezas de arti-
llería Krupp con 18 artilleros, así como
30 policías indígenas y los destaca-
mentos de Ingenieros e Intendencia. El
día 22 de julio quedan definitivamente
cercados, recibiendo un duro castigo
por el fuego desde las posiciones ene-
migas. El día 23 muere el teniente Gra-
cia, que había quedado como jefe de la
posición y mandaba la artillería, que se
resiente en su tino por la pérdida de su
jefe. El día 24 se recibe un mensaje que
autoriza la capitulación; pero ese día,
en nuestra historia, aparece la primera
negativa. El teniente Vara de Rey, que
sucede en el mando al teniente Gracia,
se niega a capitular. Afrau tampoco se
rinde. El día 26, ante la presencia en la
playa de los buques de la Marina, se
decide la evacuación. Mientras inutili-
zan los cañones y ametralladoras que
se quedarán allí, el fuego enemigo es
intensísimo. Se reparten las municio-
nes y se dan las últimas consignas.
Los flancos de la salida de la posición
serán protegidos por las ametrallado-
ras del“Ceriñola”. En uno de sus límites
se encuentra el cabo Mariano García
Martín con sus soldados, protegien-
do el movimiento de sus compañeros
hacia la playa; los cañoneros apoyan
por el fuego, pero no es suficiente. El
combate se torna muy cercano, pues
Norberto Ruiz Lima / Madrid el enemigo intenta abordar la piel de
todos aquellos que abandonan la posi-
ción, batida por todos lados.
ElcaboMarianoGarcíasaltaparabus-
car la posición más propicia para la de-
fensa del flanco; en ese momento una
bala le atraviesa el vientre, que suma la
quemazón del disparo al calor del mes
de julio en el Rif. Desde 1918, cuando
se incorporó al Regimiento “Ceriñola”,
Mariano ha dado suficientes muestras
de valor como para adivinar que no va
a cejar en su empeño y que no aban-
donará el combate de ninguna de las
maneras. Se toca la barriga y piensa
que está herido muy grave, pero pue-
de seguir disparando para asegurar ese
flanco. Sus soldados del “Ceriñola” le
dicen que lo van a sacar de allí; en ese
momento de sus labios sale la segun-
da negativa de Afrau: «De aquí no me
muevo. Continuad vosotros la marcha,
que yo os protegeré mientras pueda
hacer fuego». Sus hombres salen hacia
la playa, donde les esperan las barcas
del Laya, y lo dejan atrás mientras oyen
los disparos del cabo García Martín,
que los protege. El cabo los ve marchar
y siente cada vez más dolor en el vien-
tre y en su alma guerrera, dándoles áni-
mos a los suyos con la mirada para que
nunca se rindan.
En ese momento otro grupo de sol-
dados, que van retrasados en su mar-
cha hacia la evacuación, lo ven y le
instan a que se vaya con ellos: «Ven
con nosotros, el enemigo está dema-
siado cerca», a lo que Mariano vuelve
a contestar: «De aquí no me muevo.
Continuad vosotros la marcha, que
yo os protegeré mientras pueda hacer
fuego». Y vuela de sus labios la tercera
negativa de Afrau.
Finalmente, los últimos soldados de
retaguardia que apoyan la evacuación
llegan al lugar donde el cabo Mariano
García sigue haciendo fuego. Nue-
vamente, le dicen que lo van a sacar
de allí. Hacen el amago de levantarlo,
y de sus labios sale la cuarta negati-
va de Afrau: «De aquí, no me muevo.
Continuad vosotros la marcha, que
yo os protegeré mientras pueda hacer
fuego. Estoy herido y haría muy lento
vuestro movimiento hacia las barcas.
Yo protegeré vuestro flanco». Lo decía
con tanto convencimiento, que los
dos soldados que intentaron auparlo
para llevárselo lo volvieron a dejar al
abrigo desde donde hacía fuego con-
tra la marea enemiga que les pisaban
los talones.
De nuevo para cubrir a sus compa-
ñeros, el cabo Mariano García Martín
empezó a hacer fuego, causando nu-
merosas bajas al enemigo, que ya lo
rodeaba por todas partes y no entendía
qué hacía a esas alturas del combate un
soldado disparando desde esa loma.
Finalmente, Mariano García sucumbió
ante las gumías enemigas; pero era ple-
namente consciente de que su acción
había salvado muchas vidas y de que su
muerte había merecido la pena. Mien-
tras agonizaba, vio cómo sus compañe-
ros, con el último apoyo del cañonero
Laya, conseguían arribar a la playa y
salvarse. Un total de 130 hombres, más
de 40 de ellos heridos, lo consiguieron.
El cadáver de Mariano no fue encontra-
do nunca. Y por su valor en la evacua-
ción de Afrau, donde se dieron ese día
cuatro negaciones, le fue concedida la
Cruz Laureada de San Fernando a título
póstumo, por Real Orden fechada el 5
de junio de 1922.
El cabo Mariano
García protegió
el movimiento
de sus compañeros
hacia la playa
Las cuatro negaciones
de Afrau
Un total de 130
hombres, más de
40 de ellos heridos,
consiguieron
salvar la vida
Pese a estar herido en el vientre, el cabo Mariano García siguió haciendo fuego con su ametralladora
Fotografía del cabo Mariano García publi-
cada en la revista Mundo Gráfico nº 519
(12 de octubre de 1921), junto a las de
otros héroes de la campaña de Melilla
Biblioteca
Nacional
de
España