2. Los gases no polares se
pueden licuar, ello indica
que debe haber alguna
clase de fuerzas de
atracción entre ellas. El
origen de esta atracción
fue propuesto por primera vez en 1930 por Fritz
London, físico germano estadounidense. El
reconoció que el movimiento de los electrones en
un átomo o en una molécula puede crear un
momento dipolar instantáneo.
Todos los gases,
incluyendo los gases
nobles y las moléculas
no polares, son
susceptibles de ser
licuados. Por ello
deben de existir unas fuerzas atractivas entre las
moléculas o átomos de estas sustancias, que deben
ser muy débiles, puesto que sus puntos de ebullición
son muy bajos.
3. Las fuerzas dipolo dipolo o
fuerzas de Keesom son
aquellas interacciones
intermoleculares presentes
en moléculas con
momentos dipolar
Permanentes.
Es una de las fuerzas de Van der Waals
y, aunque está lejos de ser de las más fuertes, es
un factor clave que explica las propiedades físicas
de muchos compuestos.
El término “dipolo” alude explícitamente a dos
polos: uno negativo y otro positivo. Así, se habla
de moléculas dipolares cuando poseen regiones
definidas de altas y bajas densidades electrónicas,
lo cual solo es posible si los electrones “emigran”
preferencialmente hacia ciertos átomos: los más
electronegativos.
4. electronegativo como el Oxígeno, Nitrógeno o el
Flúor, la diferencia de la electronegatividad de
los dos átomos, provoca que el único electrón del
hidrógeno pase una mayor cantidad de tiempo
cerca del núcleo del átomo con la mayor
electronegatividad, lo que causa que este último
tenga una carga negativa, mientras que el átomo
de hidrógeno quede con carga positiva.
Antes de empezar a hablar
acerca de los puentes de
hidrógeno que existen en el
ADN, debemos definir que
es un puente de hidrógeno.
Este sucede cuando el
hidrógeno esta enlazado
a un átomo más
5. En el ADN los puentes de hidrógeno juegan un
papel muy
importante, ya
que estos son
los responsables
de unir las bases
nitrogenadas
complementarias en la doble hélice que tiene por
estructura el ADN. De esta forma las bases
complementarias Adenina y Timina están unidas
por dos puentes de hidrógeno, por otro lado la
Citosina y la Guanina están unidas por tres puentes
de hidrógeno, a causa de que estas últimas bases
están unidas no por dos sino por tres puentes de
hidrogeno.
A pesar de que el
hidrógeno tenga una
masa diminuta, por
medio de esta unión
se da una gran
estabilidad a las redes
de moléculas. Este
puente se puede
ver en muchas cosas en la naturaleza, como por
ejemplo el agua y el ADN.