2. El origen
Los voladores de Papantla se originaron en las regiones de Totonaca
ubicada en los límites de Veracruz con Puebla, aunque hay vestigios de un
ritual similar representado en cerámica en culturas de los estados de
Jalisco, Colima y Nayarit.
Otras versiones apuntan a que este ritual como hoy lo conocemos ya se
celebraba en antiguos centros ceremoniales como Yohualicha,
3. Los rituales
Este ritual tenia el objetivo de que las lluvias regresaran y que crezca en
maíz.
Los hombres-pájaro ascienden al tronco de un árbol de pino,
normalmente de alrededor de 25 metros, y hacen una especie de danza,
más cerca de los dioses, seduciendo a los 4 puntos cardinales (la danza
también se lleva a cabo por 4 hombres, cada uno apuntando hacia un
punto cardinal), con el fin de que venga la lluvia. Su significado más
profundo se manifiesta en la generación de 52 vueltas por parte de 4 los
voladores: cada uno hace 13 vueltas, y en total suman los 52 años del ciclo
solar.
La vestimenta LA VESTIMENTA
Originalmente la vestimenta de los voladores eran disfraces elaborados
con plumas de aves, posteriormente, debido al proceso de mestizaje, la
indumentaria fue cambiando ante la influencia española. Hoy el traje
empleado en el ritual por los indígenas esta colocado encima de sus
tradicionales prendas de manta blanca.
4.
5. preparación
Todo en esta danza sigue un orden muy preciso. En su forma más tradicional, se realiza usando como mástil
el tronco de un árbo.La selva o al bosque con ofrendas de comida. Este tronco una vez limpio de ramas, se
replanta con actos ceremoniales, en el lugar en el que se realizará la danza. Hecho esto, se “viste”, rodeándolo con
la cuerda que servirá para subir y coronándolo con “la manzana” o “carrete”, que es el elemento circular giratorio
que se pone en la punta, y “el cuadro” o “pixtla”, del que colgarán las cuerdas de los voladores. En nuestros días se
están utilizando también mástiles de metal, sobre todo en lugares como los sitios arqueológicos o en los jardines
de los museos, pero en la colocación o “siembra” de esos mástiles se siguen realizando rituales estrictos, con
ofrendas de comida y bebida. El vestuario que acompaña a la danza es hermoso y rico en colores, con pañuelos
bordados, los tocados con brillantes espejos, blancas camisas papantlecas y recias botas de color negro. Cuatro
voladores representan los puntos cardinales y el lugar central lo ocupa el “caporal” que tiene una mayor
experiencia y que es el encargado de dirigir el ritual a través de sus movimientos y del sonido de su flauta y de un
pequeño tambor. Todos los voladores deben prepararse con cuidado y dedicación, porque este arte no se
aprende en un solo día, sino que es producto de un entrenamiento lento y pleno de conocimientos ancestrales.
Existe una escuela para niños voladores en la comunidad de Papantla, Veracruz, donde se continúa protegiendo
esta tradición. Subir al mástil y volar, es transformarse, entrar en comunicación con el cosmos; esto es un
privilegio, pero también una gran responsabilidad.