2. La fachada de mármol se encuentra entre las obras más
importantes del renacimiento florentino. - Se diseñó la gran
puerta central, los frisos y el complemento superior de la
fachada, en mármol blanco y verde oscuro. - Se armonizó los
elementos previos góticos con los nuevos, puramente
renacentistas. - Las incrustaciones bicolores se inspiran en el
romántico florentino. - Se presentan dos volutas que permiten
salvar la distancia existente entre la nave central y las laterales.
- La fachada consta de dos volutas que unen el cuerpo central
con los laterales, dando así proporción y armonía con la obra. El empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado del
repertorio ofrecido por la antigüedad - La relación armónica
entre el ancho cuerpo inferior y el cuerpo superior de esta
fachada que es mucho más estrecho, la resolvió el arquitecto
con las dos volutas ya mencionadas. - Se puede observar el
empleo de muchas formas geométricas en la obra, como los
cuadrados que hay entre las pilastras de la parte superior de la
fachada, círculos, como los que hay en las volutas y en el
frontón. - La fachada tiene un arco de medio punto
característico de la arquitectura clásica. - Combina elementos
geométricos: círculo, triángulo, cuadrado. Se emplea este
recurso para pasar del triángulo al círculo. - Tiene ventanas
ojivales y un rosetón gótico, destacan las dos aletas triangulares
con roleos.
3. El paisaje de fondo es agreste, salvaje y de un matizado
tono azul. La composición está formada por dos planos, la
Gioconda (podríamos decir que forma una composición
triangular) y el paisaje. La Gioconda es el comienzo del
paisaje y el cielo, que asciende hacia el horizonte, es el
final, ya que todos los elementos del paisaje se confunden
entre sí, porque las líneas de contorno están muy poco
marcadas, utiliza la técnica de sfumato, difumina los
rasgos hasta hacerlos indefinibles. Utiliza colores ocre para
las sombras oscuras, albayalde y amarillo sulfuroso para
los colores carne. Para el paisaje utiliza el negro,
tonalidades de marrón y gamas de azules, difuminando el
color para marcar la lejanía y proximidad del paisaje, que
se percibe pero no se determina. Hace un uso sombrío de
la luz tanto en el retrato como en el paisaje. Progresa
desde el fondo, se concreta en la transparencia de los
velos, en los pliegues del vestido, entre los cabellos, y
resbala sobre el rostro y las manos haciendo sentir bajo la
piel diáfana, el pulso de la sangre. Otro de los objetivos
logrados por Da Vinci es la naturalidad de la obra. El brillo
de sus ojos, la "transparencia" de su piel por la que parece
que fluya la sangre, la minuciosidad por la que es pintado
su pelo, la manera tan detallada de tratar su rostro; un
claro reflejo de lo natural. Es un siglo en el que la pintura
vive una notable evolución, la figura del hombre será el
núcleo de este movimiento. ESTILO AL QUE
PERTENECE: Renacimiento s XVI "Cinquecento"
4. Escultura en bulto redondo. 4,34 metros de altura. Obra
realizada sobre mármol, mediante cincel. El David de Miguel
Ángel representa a gran tamaño a este rey bíblico, al estilo
clásico: completamente desnudo y como atleta, que porta en su
mano izquierda una honda (apoyada sobre su hombro) y, en la
derecha, una piedra. Son claramente apreciables los rasgos del
rostro, el cabello rizado, la musculatura, la diartrosis y el
contrapposto de la figura. El artista eligió, como motivo para la
obra, el momento previo al enfrentamiento de David con el
gigante Goliat (cuya cabeza no aparece derrotada a sus pies,
como era usual en otras representaciones). Por ello, el aspecto
contenido y expectante que nos muestra la figura, con los rasgos
típicos de un luchador que se apresta al combate. Esa
expectación se traduce en la mirada, enormemente penetrante,
y se expresa también mediante la tensión corporal: la
musculatura (e incluso los tendones y las venas) son claramente
perceptibles. En definitiva, podemos hablar de un movimiento
claramente contenido, que se convierte en pura tensión corporal.
Además, para que la tensión no pueda confundirse con un
absoluto equilibrio, Miguel Ángel emplea el contrapposto y
aumenta los volúmenes de ciertas partes del cuerpo, que vienen
a simbolizar la fortaleza (no sólo ni mayormente física) del rey
David. Tales rasgos son claramente perceptibles en el tamaño
de la cabeza (cuyo canon corresponde a 1/8 del total del cuerpo)
y en la potencia y tamaño de la mano derecha, que sujeta la
piedra, arma que el rey empleará para derrotar a Goliat. Todo
ello conduce al concepto de terribilitá que caracteriza otras obras
del autor. Todos estos rasgos convierten a la figura escultórica
del rey David en un símbolo de la libertad, y representan a la
perfección los ideales renacentistas de belleza masculina.
5. Estilo plateresco que inicia en el siglo XVI y se puede
considerar como una combinación de elementos del mudéjar
y del gótico. Se caracteriza por edificios cuyas fachadas
están ricamente decoradas con adornos almohadillados,
medallones, escudos, columnas con capiteles corintios y
pilastras decoradas con insectos, hojas, etcétera. Estos
elementos se aplica a todo tipo de arquitectura: civil
universidades, palacios y religiosa conventos, iglesias
Fachada de la Universidad de Salamanca
Estilo Plateresco
Se trata de una fachada muy decorada, que recuerda a un
retablo (con calles y cuerpos). Aparecen medallones,
escudos, motivos heráldicos, remate en crestería
(decoración calada imitando a una cresta), etc. La
decoración se dispone a candelieri (elementos ornamentales
que imitan candelabros u otros elementos constructivos,
arquitectónicos o simplemente abstractos). También
aparecen desnudos (algo que va a ser típico del arte del
Renacimiento) como Hermes y Venus. También hay
grutescos.
6. En esta obra, la Santa Cena, es evidente la influencia de Leonardo (cf. La Última Cena), aunque ambos autores
eligieron diferentes momentos para su obra. Aquí, el artista muestra una gran sabiduría en el tratamiento del espacio,
al colocar unos objetos en primer plano, para conseguir profundidad, y un arco al fondo que no sólo enmarca la figura
de Jesucristo, sino que hace que la mirada del espectador se aleje hacia el infinito. Por otra parte, la composición,
rigurosa en su geometría, faculta el rechazo a Judas gracias a la línea oblicua que su figura representa en la derecha
del cuadro. Esta obra ha conseguido formar parte de la cultura visual de la Humanidad ya que constituye, junto con la
de Leonardo, el estereotipo de cómo pudo ser la Santa Cena. La disposición en la mesa corresponde al segundo modo
de representación según la tradición occidental: mesa rectangular, todos sentados al contrario de la tradición pascual
en la que debían estar de pie, vemos a Juan, el predilecto de Jesús, apoyado sobre su pecho y a Judas colocado a
parte del resto de apóstoles y sin el nimbo. A modo de curiosidad, obsérvese que Judas aparece representado como
pelirrojo. Esto se remonta a una antigua tradición medieval que atribuye al apóstol este color de cabello, y que explica
cierta fama de portadores de “mala suerte” y “desgracia” que persigue a los pelirrojos en algunas culturas, siendo,
naturalmente, nada más que un prejuicio.
7. La escultura del Renacimiento español es original por los materiales empleados. Por ejemplo, se utiliza mucho la
madera policromada de pino con la técnica del estofado, en la que se aplica una fina capa de pan dorado y luego se
pinta encima y se raspa para que se vea el dorado. Se siguen construyendo sepulcros, retablos, sillerías de coro y
retratos. Es una escultura renacentista de 1517 concebida para el enterramiento de estos monarcas. Su autor es el
escultor italiano Doménico Fancelli. Se encuentra en la Capilla Real de Granada. Está realizado en mármol de Carrara.
El diseño es como una ampliación del empleado por Fancelli para el sepulcro de infante don Juan, hijo de los Reyes
Católicos. Se trata de un cuerpo con las paredes en talud y el plano horizontal lo suficientemente amplio como para
cobijar los dos yacentes. Repitió el recurso de esculpir unos grifos en las esquinas, dulcificando así esos cuatro
ángulos, detalle que fue muy ensalzado. A su lado incluyó esta vez unos niños en aparente movimiento. En las
esquinas superiores de la plataforma están incluidos los cuatro más famosos Padres de la Iglesia latina Las paredes
están revestidas de medallones y hornacinas con veneras todo acompañado por una rica decoración de escudos
reales, coronas frutales, castillos, ángeles, yugos, etc. En los medallones centrales se ven las escenas del Bautismo y
Resurrección y a ambos lados las figuras de ocho apóstoles (cuatro en cada lado) que están sentados y metidos en
hornacinas a veneradas. Se asume el concepto humanista de la muerte, significando no la idea medieval del triunfo de
la muerte sino el triunfo sobre la muerte conseguido mediante la Fama. La fuerza expresiva de los distintos grupos
escultóricos así como el relieve de los elementos decorativos de unión contrastan vivamente con el bajorrelieve casi
8. Francia fue el primer país en acoger con entusiasmo el estilo renacentista. El Renacimiento llegó a finales del siglo XV,
cuando Carlos VIII regresó en1496con algunos artistas italianos tras la conquista de Nápoles. El Renacimiento francés no
empieza propiamente hasta el siglo XVl y se refiere en dos fases: la primera, los elementos estructurales son los góticos y la
ornamentación es renacentista y en la segunda la influencia clásica es más directa aunque generalmente se mezcla con
formas y estructuras nacionales, producto de la evolución del arte a través del tiempo en el propio país. El arte francés es de
carácter elegante y refinado, cosa que se proyecta en sus obras arquitectónicas. Los arquitectos franceses del
Prenacimiento y del período neoclásico son especialistas en construcciones palaciegas, poseen los castillos más bellos del
mundo. El Castillo Real de Chambord inspira un sentido de la monumentalidad pionero en la arquitectura francesa de
aquella época. Se trata de una construcción que, se caracteriza por los detalles formales y su trazado extenso que intentaba
obtener en todos los ángulos y el carácter marcadamente arquitectónico tanto del interior como de l exterior, es una catedral
laica que proclama el dominio del poder temporal sobre el eclesiástico. Está dotado de ocho torres inmensas, 440
habitaciones, 365 chimeneas y 84 escaleras. Chambord constituye un conjunto sorprendente entre las formas artísticas
heredadas de siglos anteriores y la arquitectura innovadora del Renacimiento Italiano (logias, terrazas, machones, verticales
y molduras horizontales) que proporcionan una visión de grandes texturas a las fachadas exteriores. El decorado esculpido
es una de las obras maestras del renacimiento francés. El torreón se encuentra rematado por las terrazas desde donde se
puede apreciar diferentes torres que son recubiertas por tejados altos y en punta de pizarra que ofrecen hermosas vistas
panorámicas.
9. EL RENACIMIENTO PINTURA RENACENTISTA
FRANCESA Se caracteriza por su extenso uso del
estuco, así como frescos, y un sistema elaborado (y a
menudo misterioso) de iconografía alegórica y
mitológica. Inspirados en la literatura griega como
Heliodoro. Predomina en esta escuela lo ornamental,
con motivos decorativos como lo grotesco,
representaciones estilizadas de tiras o bandas de
cuero en espiral y los putti. Se aprecia un cierto
erotismo en estas representaciones. La elegancia de
las figuras muestran la influencia del manierismo
italiano. Al tratarse de un estilo que se desarrolló a lo
largo de un siglo, fue cambiando en cuando al colorido,
siendo más cálido y contrastado, ya se anticipan
rasgos de tendencias pictóricas posteriores, como el
Barroco o el Clasicismo. La protagonista de esta obra
anónima fechada en torno a 1594-1598 es conocida
gracias a una copia posterior que se hizo del mismo en
la que figura el nombre de la dama rubia representada:
Gabrielle d’Estrées, favorita del rey de Francia
Enrique IV que estuvo a punto de ser su esposa, pero
fue muerta en extrañas circunstancias. Algunos
interpretaron la figura que aparece en el cuadro en
último plano, al fondo de la estancia, como una bruja
que se afana en destejer la vida de Gabrielle. La
respuesta, al igual que el nombre del pintor de esta
enigmática escena, permanecerá siempre escondida.
10. ARQUITECTURA RENACENTISTA ALEMANA Fue
construido entre 1615 y 1620 bajo la dirección del
arquitecto Elías Holl y está considerado el edificio
Secular renacentista más significativo al norte de
Alpes. En 1944 quedó muy dañado tras un bombardeo,
y al finalizar la guerra se reconstruyó la fachada. Se
puede observar la incorporación de elementos clásicos
como el arco de medio punto. Además de elementos
ornamentales como los pequeños frontones en cada
ventanal. Es considerado el mejor ejemplo del estilo del
renacimiento, y el primer edificio del mundo que tuvo
más de seis plantas, lo que fue todo un reto para la
época. El diseñador se inspiró en la arquitectura de
lugares como Florencia, en Italia. También este Edificio
fue hecho para reforzar la imagen de la Ciudad Libre
Imperial de Augsburgo en dos detalles que se
encuentran principalmente en la parte de enfrente del
edificio. Uno de ellos es un gran cono o estróbilo de
pino de cobre que es el símbolo de la ciudad y el otro
es el Reichsadler o el Águila Imperial del Santo Imperio
Romano.
11. PINTURA RENACENTISTA ALEMANA Es un cuadro
del pintor alemán ALBERTO DURERO, el más
reconocido como el pintor del renacimiento de la pintura
alemana. Es una pintura al óleo sobre madera de
álamo, que mide 162cms de alto y 194,5 cm de ancho.
La fiesta del rosario es la principal obra ejecutada
durante esta estancia veneciana de Durero. Refleja la
apropiación de las técnicas venecianas, visible
esencialmente en el uso del color; conserva, sin
embargo, caracteres pictóricos típicamente germánicos.
El retrato de los principales personajes se hace,
obviamente, de «segunda mano» a partir de grabados o
retratos cuyo Durero tuvo conocimiento. Antes de pintar
su cuadro, Durero hizo numerosos estudios sobre la
anatomía, la geometría, y matemáticas, lo que es
característico del humanismo renacentista. Más
concretamente, este segundo viaje veneciano tuvo
ocasión de mejorar el arte del matiz y el uso de la
perspectiva matemática bajo la influencia de Giovanni
Bellini. Domina también todas las técnicas italianas
sobre tabla. Se observa una profundización en los
detalles, que Durero cuidó de representar bien para
lograr un mayor realismo. En efecto, se llega a ver en
este cuadro las sombras, a diferencia de lo que ocurría
en los iconos bizantinas, lo que evidencia una evolución
en la manera de pintar y en las técnicas empleadas. La
línea del horizonte pasa por lo alto del busto de María y,
en consecuencia, por el punto de fuga, que es la joya
roja que lleva la Virgen, lo que atrae la mirada sobre ella
y en consecuencia sobre los tres personajes restantes.
También puede apreciarse un eje de simetría, que pasa
por la corona y la joya de María.