Max Weber analiza la política y la ciencia como vocaciones. Explica que la política implica la influencia sobre el rumbo de una asociación política como el Estado, el cual se fundamenta en el monopolio legítimo de la violencia. Identifica tres tipos de liderazgo político: carismático, legal y tradicional. También distingue entre políticos ocasionales, semiprofesionales y profesionales. En cuanto a la ciencia, señala las diferencias entre las oportunidades de los estudiantes alemanes y estadounidenses para dedicarse a
Max Weber y las vocaciones políticas y científicas
1. EL POLITICO Y EL CIENTIFICO
MAX WEBER
Este libro esta basado en dos conferencias que Max Weber dio, y dividido también en
dos partes. La primera se titula:
La política como vocación, en ella comienza preguntándonos sobre qué es y que
entendemos por política; nos explica que es la dirección o influencia sobre el rumbo que
tome una asociación política; además, define a la asociación política como Estado.
El Estado se define y fundamenta por el uso de la violencia, pues nos dice que sin la
violencia en el Estado imperaría la anarquía; esto se convierte en un monopolio, pues es
el Estado es el único que legítimamente puede utilizarla.
Weber también nos habla de la justificación de legitimidad de la dominación, la cual
está basada en el liderazgo. Para el autor existen tres tipos de fundamentos para el
liderazgo: El carisma, la legalidad y la tradición.
Los lideres carismáticos son los que mueven a las masas sólo (y no es que sea poco) por
su gracia personal, logran que las personas hagan los que ellos dicen basados en la
confianza que ellos inspiran. Los políticos por vocación son los que gozan de la gracia
personal, los cuales son llamados caudillos.
Max Weber nos afirma que toda persona que hace política aspira al poder; poder para
obtener prestigio o como medio para conseguir un fin u objetivo.
También nos diserta que existen tres tipos de políticos:
** Los políticos ocasionales, quienes somos todos, pues en algún momento
participamos de las decisiones políticas, por ejemplo cuando emitimos nuestro voto para
elegir a alguna autoridad.
** Los políticos semiprofesionales, son los que se dedican a la política sólo por
necesidad; es decir que viven de la política. Son funcionarios.
** Los políticos profesionales, son los que viven para la política (aunque a veces
también de ella). Weber nos dice que los políticos profesionales son una nueva era de
funcionarios, son capaces, preparados e intelectuales; pues integran modernidad.
Aunque Weber también define que un buen funcionario no debería hacer política, sino
dedicarse exclusivamente a cumplir con sus labores, es decir a administrar, ya que para
eso han sido contratados. También opina sobre los periodistas, considera que son
políticos a tiempo completo; pues no solo se dedican a la política cuando hay campañas
y/o elecciones, sino todo el año.
2. Para Weber son tres las cualidades que todo político debe tener: La pasión, es la entrega
y el esfuerzo que le pone a una causa, esta cualidad no hace que un hombre sea político,
si es que no está el servicio de una causa; la mesura, que hace que el político no se
desvíe de su propósito y pueda separar los hombres de las cosas; y el sentido de
responsabilidad para que guíe su acción. El peor enemigo de un político es la vanidad.
Finalmente, nos habla de los dos más grandes pecados que existen en la política:
La ausencia de finalidades, es decir objetivos; y la falta de responsabilidad; aunque un
pecado nos lleva al otro.
La ciencia como vocación, comienza hablando y comparando a los estudiantes
alemanes con los americanos, y como es que son tan distintas sus posibilidades y
oportunidades. Las políticas en materia de educación que toman cada país son tan
distintas; pues existen muchas diferencias entre oportunidades de los estudiantes de
estos países. Los estudiantes de las universidades alemanas, si quieren dedicarse a la
profesión de científica (asistentes de docentes) tienen que empezar como un
privatdozent es decir que tienen que postular para el puesto y no tienen sueldo; en
cambio los estudiantes universitarios americanos cuando deciden dedicarse a esta
profesión tienen mayores facilidades y oportunidades, además de recibir un salario,
aunque no es mucho, es el equivalente al de un obrero en Alemania.
Weber nos dice que la profesión académica, no basta con ser cualificado como sabio,
sino que hay que estarlo como un maestro; pues un sabio no es siempre un buen
maestro, y viceversa, un buen maestro no siempre es un sabio. Aunque a veces los
estudiantes en las universidades no buscan sólo a un profesor, sino a un caudillo.
Por otro lado nos dice que para dedicarse a la ciencia se debe tener mucha pasión, y si
no se contase con esta cualidad es mejor dedicarse a otra actividad; pero a veces un
aficionado tiene mayores alcances científicos, aunque presentaría limitaciones por no
contar con un método científico.
Weber nos diserta a que no se debe solo anhelar y esperar las cosas, sino trabajar y
responder con actos a esos anhelos. Un verdadero científico debe liberarse de prejuicios,
de creencias anteriormente adquiridas (como creer en un dios), y basarse sólo en su
racionalismo para obtener las conclusiones de sus investigaciones; utilizando para ello
los métodos y las técnicas adecuadas; pues los valores no deben interferir en la
adquisición de nuevos conocimientos. Un científico es (y debe ser) un investigador y no
un profeta.