El documento describe la importancia de escuchar a Dios, quien siempre llama a nuestra puerta. Nos invita a aprender de María, quien escuchó a Dios y guardó su palabra en su corazón. También enfatiza la necesidad de escuchar en medio del ruido de esta sociedad para que nuestra palabra surja del equilibrio con el silencio.

1. Dios viene, está siempre viniendo y llama a tuDios viene, está siempre viniendo y llama a tu
puerta.puerta.
Es preciso escucharlo.Es preciso escucharlo.
Escucha sus pasos, escucha su llamada. Como María.Escucha sus pasos, escucha su llamada. Como María.
En María tienes, tenemos todos,En María tienes, tenemos todos,
un modelo de escucha, una escucha que acogeun modelo de escucha, una escucha que acoge
y que guarda en el corazón el tesoro de la palabra.y que guarda en el corazón el tesoro de la palabra.
Solamente escuchando podemos alcanzarSolamente escuchando podemos alcanzar
la Sabiduría que necesitamos para caminarla Sabiduría que necesitamos para caminar
iluminados por aquella luz que nos proporcionailuminados por aquella luz que nos proporciona
la paz, la seguridad…la paz, la seguridad…
Escucha, acostúmbrate a escucharEscucha, acostúmbrate a escuchar
en esta sociedad que desborda y que agota conen esta sociedad que desborda y que agota con
cantidad de palabras.cantidad de palabras.
Escucha para que tu palabra nazca siemmpreEscucha para que tu palabra nazca siemmpre
de un equilibrio con el silencio.de un equilibrio con el silencio.
José AlegreJosé Alegre
Abad de PobletAbad de Poblet
Texto: Lucas 1, 39-45. Cuarto domingo Adviento C .Texto: Lucas 1, 39-45. Cuarto domingo Adviento C .
Comentarios y presentación: M. Asun Gutiérrez Cabriada.Comentarios y presentación: M. Asun Gutiérrez Cabriada.
Música: Caccini. Avemaría.Música: Caccini. Avemaría.

2. 3939
Por aquellos días, María se puso en caminoPor aquellos días, María se puso en camino
y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá.y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá.
Jesús, el Camino, todavía no puede caminar solo.Jesús, el Camino, todavía no puede caminar solo.
Necesita ser llevado por su joven madre,Necesita ser llevado por su joven madre,
portadora de buenas noticias, mensajera de alegría.portadora de buenas noticias, mensajera de alegría.
Las circunstancias y acontecimientos personales que está viviendo no le impidenLas circunstancias y acontecimientos personales que está viviendo no le impiden
a María continuar su vida cotidiana, pensar en l@s demás,a María continuar su vida cotidiana, pensar en l@s demás,
acercarse a quien la necesita.acercarse a quien la necesita.
Camina de prisa. El impulso del Espíritu no entiende de lentitudes.Camina de prisa. El impulso del Espíritu no entiende de lentitudes.
Podemos aprender de María a “visitar” , a pensar en l@s demás, a llevar a JesúsPodemos aprender de María a “visitar” , a pensar en l@s demás, a llevar a Jesús
donde vayamos; a traducir nuestra alegría y nuestro amor en ayuda y solidaridad.donde vayamos; a traducir nuestra alegría y nuestro amor en ayuda y solidaridad.
Ain Karen.Ain Karen.
Lugar al que fue MaríaLugar al que fue María

3. 4040
Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 4141
Y cuandoY cuando
Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltosIsabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos
en su seno.en su seno.
Nosotr@s también podemos vivir la situaciónNosotr@s también podemos vivir la situación
de María y de Isabel.de María y de Isabel.
Nos puede suceder que , como a Isabel,Nos puede suceder que , como a Isabel,
alguien nos visite, ponga en marcha la vidaalguien nos visite, ponga en marcha la vida
que cada un@ llevamos dentroque cada un@ llevamos dentro
brotando una reacción de inmensa alegría.brotando una reacción de inmensa alegría.
También nos puede pasar que, al estilo de María,También nos puede pasar que, al estilo de María,
alguna de nuestras actitudes provoque alegría,alguna de nuestras actitudes provoque alegría,
esperanza, ganas de vivir ... en l@s demás.esperanza, ganas de vivir ... en l@s demás.

4. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo,Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, 4242
exclamó aexclamó a
grandes voces:grandes voces:
–Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.–Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
En el encuentro entre estas dos mujeres sencillas, representantes del Antiguo yEn el encuentro entre estas dos mujeres sencillas, representantes del Antiguo y
del Nuevo Testamento, está también el encuentro entre el Mesías y su Precursor,del Nuevo Testamento, está también el encuentro entre el Mesías y su Precursor,
Entre Jesús y toda la humanidad.Entre Jesús y toda la humanidad.
Bendecir es hablar bien, ensalzar, alabar, glorificar.Bendecir es hablar bien, ensalzar, alabar, glorificar.
Ojalá estemos dispuest@s a bendecir con frecuencia, a decir bien a Dios, a lasOjalá estemos dispuest@s a bendecir con frecuencia, a decir bien a Dios, a las
personas, a todas las criaturas.personas, a todas las criaturas.
¿Se podría decir de cada un@ de nosotr@s que donde estamos, donde vamos,¿Se podría decir de cada un@ de nosotr@s que donde estamos, donde vamos,
llevamos alegría, bendición, esperanza, Buena Noticia?llevamos alegría, bendición, esperanza, Buena Noticia?

5. 4343
Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga aPero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a
visitarme?visitarme?
4444
Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltosPorque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltos
de alegría en mi seno.de alegría en mi seno.
La alegría contagiosa es un rasgo característico de las personas portadoras de
Jesús.
El mismo Espíritu nos mueve hoy a hacer de nuestra vida un encuentro. ¿Con quién?El mismo Espíritu nos mueve hoy a hacer de nuestra vida un encuentro. ¿Con quién?
¿Qué tipo de encuentros tengo con l@s demás? ¿Superficiales? ¿Interesados?¿Qué tipo de encuentros tengo con l@s demás? ¿Superficiales? ¿Interesados?
¿Profundos y humanos a nivel de amistad, de solidaridad, de fe? ¿Contagio alegría¿Profundos y humanos a nivel de amistad, de solidaridad, de fe? ¿Contagio alegría
e ilusión a las personas con las que me encuentro?e ilusión a las personas con las que me encuentro?

6. 4545
¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho
el Señor se cumplirá.el Señor se cumplirá.
La fe siempre es motivo de alegría y un impulso para acudir junto a quien necesitaLa fe siempre es motivo de alegría y un impulso para acudir junto a quien necesita
nuestra presencia; para acompañar a vivir. Es el lenguaje que todo el mundonuestra presencia; para acompañar a vivir. Es el lenguaje que todo el mundo
entiende: la fe y la alegría traducidas en disponibilidad, acogida, cercanía, servicioentiende: la fe y la alegría traducidas en disponibilidad, acogida, cercanía, servicio
y solidaridad.y solidaridad.
Dios cumple siempre sus promesas contando con nosotr@s.Dios cumple siempre sus promesas contando con nosotr@s.

7. Con la caída de la hoja empecé a comulgarCon la caída de la hoja empecé a comulgar
con el hijo que llevaba dentro.con el hijo que llevaba dentro.
Todas las madres imaginan y hacen cábalasTodas las madres imaginan y hacen cábalas
sobre cómo será su hijo.sobre cómo será su hijo.
Sueñan despiertas y van dibujandoSueñan despiertas y van dibujando
su posible perfil, sus gustos, sus andares.su posible perfil, sus gustos, sus andares.
Hablan en la intimidad con él.Hablan en la intimidad con él.
Cuando cerraba los ojos e intentabaCuando cerraba los ojos e intentaba
escuchar las sensaciones que meescuchar las sensaciones que me
transmitía el hijo que llevaba en mistransmitía el hijo que llevaba en mis
entrañas, sólo sentía una paz sin nombreentrañas, sólo sentía una paz sin nombre
y, eso sí, una fuerza interior que nacíay, eso sí, una fuerza interior que nacía
de lo débil, de algo tan frágilde lo débil, de algo tan frágil
y pequeño como yo.y pequeño como yo.
Pedro Miguel Lamet.Pedro Miguel Lamet.
(Las palabras calladas. Diario de María de Nazaret).(Las palabras calladas. Diario de María de Nazaret).