El documento presenta reflexiones sobre varias virtudes como la verdad, la humildad, la generosidad, la puntualidad, la obediencia, el respeto y la responsabilidad. Cada sección define la virtud y explica por qué es importante practicarla para tener buenas relaciones interpersonales y una sociedad armoniosa.
2. VERDAD
Creo firmemente que Dios es la suma y el fundamento de toda verdad.
Eso quiso decir Jesús cuando predicó: “Yo soy el camino, la verdad
y la vida.”
Aprendí que la mayor recompensa por decir la verdad, es que me hace
libre; por oposición en contrario, la mentira me esclaviza.
Si digo la verdad no me preocupo por su consecuencia, porque
responde a mis motivaciones personales, que son racionales y lógicas.
Expresan lo que creo bueno para mí y para mis semejantes. Mi verdad
es parte indisoluble de mi propia conciencia.
Si miento pierdo mi libertad de sentirme íntegro, satisfecho y orgulloso
de mí mismo.
3. HUMILDAD
La humildad es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos, de
nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos, y que nos
impide por lo tanto creernos superiores a los demás. Los que son
humildes no se sobrestiman ni maltratan a los menos favorecidos
desde el punto de vista social, económico o de educación.
Saben mas que nadie que esto se debe a las desigualdades de
nuestras sociedades y que la suerte de haber nacido en un hogar con
más oportunidades que otros no les da derecho a creerse superiores ni
mejores que aquellos que no tuvieron fortuna.
PARA SER HUMILDES...
No permitamos que “se nos suban los humos” cuando obtengamos
algún triunfo, premio o distinción en nuestro estudio o nuestro trabajo.
La inmensa satisfacción que ello representa es el premio en sí
mismo, y no da para que nos creamos superiores al resto del género
humano.
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5. GENEROSIDAD
La generosidad es una de las virtudes humanas más hermosas. El
generoso vive su relación con las cosas desde una perspectiva de
condición, de apertura a los demás. No se encierra en sus intereses,
no agota su existencia en la búsqueda del propio placer, en el
acapararlo todo para sí. El generoso descubre las necesidades del
otro, ve las cosas materiales como medios para servir, para dar, para
establecer lazos de amistad.
«Actúa en favor de otras personas desinteresadamente, y con alegría,
teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de la aportación para
esas personas, aunque le cueste un esfuerzo.»
6. PUNTUALIDAD
La puntualidad es una virtud que cada vez menos personas ponen en
práctica. Se puede afirmar que la puntualidad se ha devaluado. Incluso,
se mitifica y se crean leyendas urbanas sobre lo 'chic' o elegante que es
llegar tarde a un lugar. ¡Qué pena! Hacer de la impuntualidad una virtud.
¡Qué gran error!
La puntualidad es una manera de respetar a los demás. Si hay algo
valioso en el mundo es el tiempo, y ser rigurosamente puntuales ayuda
al desarrollo correcto de los acontecimientos diarios. Como dice un
popular y sabio consejo: "Rico no es el que tiene dinero, sino el que
tiene tiempo". El tiempo no se recupera, el dinero si puede recuperarse.
Hacer a alguien esperar, es tirar por la borda su tiempo.
7. OBEDIENCIA
La obediencia es una actitud responsable de colaboración y
participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia y
el trabajo productivo. Una de las cosas que más trabajo nos cuestan es
someter nuestra voluntad a la orden de otra persona. Vivimos en una
época donde se rechaza cualquier forma de autoridad, así como las
reglas o normas que todos debemos cumplir. La soberbia y el egoísmo
nos hacen sentir autosuficientes, superiores, sin rendir nuestro juicio y
voluntad ante otros pretextando la defensa de nuestra libertad.
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9. RESPETO
Podríamos pensar que faltar al respeto es simplemente tener malos
modales. Claro, hablar con la boca llena, presentarnos sucios a la
escuela o el trabajo, o empujar a los otros para pasar son conductas
irrespetuosas. Sin embargo, significan poco en comparación con las
verdaderas faltas de respeto: tocar a alguien sin su consentimiento;
burlarnos de una religión, de un trabajo o una forma de vida diferente a
la nuestra, querer utilizar a los demás como medios para nuestros
planes, abusar de quienes están en desventaja (los ancianos, las
personas enfermas, los niños muy pequeños, los animales). Debes
evitarlo siempre. A veces la mejor forma es seguir las reglas. Pero
pensar siempre “debo hacer esto”, “no debo hacer lo otro” es solo el
primer paso. El gran progreso en la búsqueda del respeto no esta en la
inteligencia, sino en el corazón: el amor a los demás sirve de guía e
inspiración para cuidarlos y honrarlos por formar parte de la vida.
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11. RESPONSABILIDAD
Toda educación tiene que tener por objetivo formar personas
honestas, con convicciones profundas, fundamentadas en valores. La
responsabilidad personal es muy importante para todos, pequeños y
grandes. La fuerza del educador está en su manera de hacer, en el
optimismo con que afronta las dificultades, en la madurez con que
toma las decisiones, en no detenerse nunca para llegar a su mejora
humana y, sobre todo, en la respuesta que da a sus deberes
familiares, profesionales y sociales. Una característica de esta
responsabilidad es asumir los actos que uno hace sin cargar, si se
equivoca, las culpas a los otros. Se trata de conseguir de los hijos y de
las hijas, para ayudar a la responsabilidad, que sepan qué tienen que
hacer y cómo lo tienen que hacer, en cada momento de su vida en
casa, en la escuela, con los amigos, sin buscar excusas y
enfrentándose a las consecuencias de sus actos.
12. HONRADEZ
La honradez ayuda al trabajador a no perder su empleo. La honradez
consiste no sólo en no llevarse del trabajo cosas materiales, sino
también en no robar tiempo por recesos demasiado largos. Al
empleado honrado se le considera valioso y confiable.
13. A un hombre se le
mide por sus
valores, no por sus
riquezas.