A casi seis meses del hecho, alguien le dice a Rodolfo Walsh: ¿hay un fusilado que vive?. En el curso de los meses siguientes descubre que hay más de uno: hay siete sobrevivientes de esa matanza. Y va contactándolos uno a uno, mientras reconstruye los hechos y continua acumulando, en forma clandestina, la categórica evidencia que se convertirá en OPERACIÓN MASACRE. Con la publicación del libro en 1957, Walsh no dio por terminada la investigación. En las sucesivas ediciones fue incorporando nuevos elementos y variando su reflexión final sobre los hechos, a medida que variaba su concepción sobre el sistema que regía a la Argentina. Los fusilamientos quedaron impunes; ¿los asesinos probados pero sueltos?. Según palabras del propio Walsh. OPERACIÓN MASACRE, sin embargo, cumple su cometido histórico: pulveriza la versión ¿oficial? de los hechos, impide el ocultamiento de la verdad y ofrece al futuro un invalorable ejemplo...
3. El 16 de septiembre de 1955 estalló en
Córdoba un levantamiento militar
comandado por el general Eduardo
Lombardi que contó con el apoyo de la
Marina de Guerra al mando del
Contraalmirante Isaac Rojas. Su
objetivo principal era derrocar al
Presidente Constitucional de la
República, General Juan Domingo
Perón.
4. Todos los sectores sociales que
apoyaron el golpe militar de 1995
estaban de acuerdo en caracterizar al
gobierno peronista como una
dictadura totalitaria o una "tiranía".
Por esta razón se sintieron
identificados con el nombre de
"Revolución Libertadora"
5. El objetivo central del gobierno de la
Revolución Libertadora fue reordenar
la sociedad y la economía mediante la
desperonización de la sociedad.
Así llegamos a la noche del 9 de Junio
de 1956…
6. Hubo levantamientos en distintos puntos del
país y todos ellos fueron detenidos por la policía
y los militares, ocurriendo la muerte de 31
personas entre asesinatos y fusilamientos, en
José León Suárez.
7. Cuando se produjeron los fusilamientos, Rodolfo
Walsh estaba trabajando en la compilación de
cuentos de la editorial Hachette. Una tarde de
1956, jugando al ajedrez en un bar de La Plata
escuchó la frase "Hay un fusilado que vive". A fines
de ese año, comenzó a investigar el caso con la
ayuda de la periodista Enriqueta Muñiz, y se
encontró con un gigantesco crimen organizado y
ocultado por el estado.
8. En el curso de los meses siguientes
descubre que hay siete sobrevivientes
de esa matanza. Los contacta uno a
uno, mientras reconstruye los hechos y
acumula, en forma clandestina, la
categórica evidencia que se convertirá
en Operación Masacre
9.
10. Esta obra maestra reúne testimonios
de sobrevivientes y datos históricos
que se unen para explicar y denunciar
detalladamente que pasó aquellos
días.
11. Primera parte: Las personas
Así titula la primera parte del libro, allí pinta
de cuerpo y alma a cada uno de los
protagonistas de los hechos en unas pocas
páginas. Y va deslizando los datos que, sobre
estas personas, pudo obtener de su
investigación, matizando con algunas
presunciones o dudas sobre otros que no
consiguió. Todos personajes de carne y
hueso, reales, cercanos, como cualquiera de
nosotros. Todos van hacia un destino trágico.
12. Segunda parte: Los hechos
Es la más fuerte y vertiginosa. La policía hace su
ingreso y las cosas se precipitan. La suerte está echada.
Muy lejos de allí, el alzamiento de los generales Valle y
Tanco ya es un hecho. Los detenidos pasan horas
dentro de la comisaría, lógicamente nerviosos por la
situación, unos más y otros menos. Pero nadie prevé el
trágico final. Son interrogados individualmente, les
preguntan por la revolución, la mayoría no tiene idea y
responde en consecuencia. Presumen, con razón, que
no van a soltarlos esa noche
.
13. Tercera parte: La evidencia
Todo un proceso judicial (Caso Livraga) que llega
hasta la Corte Suprema prueba la hipocresía, la
arbitrariedad y la injusticia que sufren los
inocentes de la masacre. Y es la base
fundamental con que Walsh se mete con lo
jurídico desde lo literario, desmenuza cada una
de las partes del injusto fallo y lo destroza con
altura y contundencia.
14. Rodolfo Walsh
Nació en 1927 en la localidad de
Choele-Choel, en la provincia de Rio Negro.
Su nombre integra desde el 25 de marzo de
1977 la larga lista de desaparecidos durante
la dictadura militar iniciada en 1976. Fue un
periodista, escritor y traductor argentino que
militó en las organizaciones guerrilleras FAP y
Montoneros.
“Operación Masacre cambió mi vida.
Haciéndola, descubrí, además de mis
perplejidades íntimas, que existía un
amenazante mundo exterior", dijo el
hombre, refiriéndose al libro que inició el
movimiento periodístico-literario de la novela
testimonial.
15. Testimonio del ‘’fusilado’’ que vive:
‘’…Como a las 5 y pico de la mañana nos sacan en un
carro de asalto, yo voy adelante, éramos 5 y 4 policías
que venían con el fusil. Bueno, nos llevan ¿A dónde?
Seguro a Campo de Mayo. Llegamos a la estación de José
León Suárez. Estaba todo oscuro, pero yo sabia donde
estaba. Dijeron «bajen los cinco», caminamos como unos
cien metros y ahí sentimos el golpe de manivela que para
mi era conocido, eran los fusiles. Recién ahí nos dimos
cuenta que nos iban a matar, viene un desparramo, los
gritos y a uno lo agarró la desesperación, yo lo sacudo y
me tiro cuerpo a tierra. Al otro lo vi que escapo por el
campo en diagonal, corrió mas rápido que los tiros, era
Giunta. Ya habían empezado los tiros…
16. …Empezaron a tirarme. Me tiraron tres tiros. Uno me pegó en
la nariz, apenas me saco un pedacito. Otro me perforó la
mandíbula de un lado a otro y a partir de esa época quedé
sordo de ese oído. Y en el brazo es una 45, me lo pegó
Rodríguez Moreno.
Me quedé sin moverme, siento que se van. Volvieron al carro
de asalto y ahí hubo unos tiros, se habían escapado uno de los
presos y dispararon contra los policías, eso lo supe después.
Cuando vi que ya no había moros en la costa, me levanté y vi a
los que estaban muertos. Al llegar al cruce de la barrera me
caigo desmayado junto a una garita donde había policías
adentro.
Me suben a un jeep y me llevan al policlínico San Martín. Me
dejan en la sala de primeros auxilios y ahí las muchachas me
salvaron parte de la vida.
17. Cuando me estaban por llevar a terapia intensiva vi que había
llegado. Pero como a las nueve de la noche me viene a buscar
la policía.
Mi papá recibió del gobernador el certificado de defunción
mío, porque había muerto en un tiroteo, porque había
mandado un telegrama para saber qué había pasado
conmigo y le respondieron con eso.
Me sacaron y me metieron en un calabozo durante 28 días.
Un día las cosas cambiaron, me dicen «vamos a la cárcel de
Olmos». El 17 de agosto me llevan y me encuentro con mi
abogado. Me hicieron el pianito y quede libre. El abogado
me dio dinero y fui a tomar el tren. Y mi casa se hizo tres
días de fiesta por mi regreso…’’