3. Dedico mi obra a mi hermano Leonardo, a mis
sobrinos Julia y Bruna.
Agradezco a mi editor Rodolfo M. Fattoruso, cuyo
profesionalismo y seriedad han sido soporte
fundamental en mi trabajo.
4. Capítulo 1
El croquis de Antonio
Antonio de la Banda, después de diplomarse en la Universidad Sao
Paulo, hizo el doctorado en Historia en Lisboa. Entretanto Joseph
Husson, de nacionalidad canadiense, era licenciado en Arqueología
por la Universidad Federal de Paraná.
Así era cuando yo los conocí allá por el año 1985. Por ese entonces
ambos estaban becados, no sé por quién, en la Facultad de
Humanidades y Ciencias de Montevideo.
En verdad, tenía la certeza de que mis primeros contactos con ellos
había sido por intermedio de John Chaster, aunque este último me
jura que no los conoce, o por lo menos no los recuerda, por lo cual no
sé bien cómo llegamos a conocernos y cosechar una proficua amistad
que perdura hasta el día de hoy.
Ya por entonces ellos habían comenzado a estudiar la Piedra Furada,
y con un trabajo que arrancaba a finales del año 1981, principios de
82, en el marco de un proyecto, creo yo que secreto, o por lo menos
reservado, llevado adelante por el gobierno militar de la época.
Y cuando entablamos relación ya tenían más o menos clara una línea
teórica en relación al origen y naturaleza del fenómeno “Piedra
Furada” tal cual lo referían.
Cuando los vientos del destino me empujaron de vuelta a mi pueblo y
la vida me llevó a recostarme en mostradores tan diferentes a los del
Archivo General de la Nación y de la Biblioteca Nacional, perdí
contacto con John, con Antonio con Joseph, así como con Marletti,
con Cabrelli, con Fernando y otros tantos de los guetos siempre
inquisidores de la intelectualidad.
Pero con el correr del tiempo poco a poco y más que nada llevado por
una inercia (casi gravedad) fui arrastrado sobre la espiral de ese
mundo, y pese a que eran tiempos de comunicaciones tan precarias,
tiempos del télex y tiempos del teléfono con operadora de por medio,
logré contactar a mis viejos amigos, y una Semana Santa allá por el
87-88, me honraron con su visita.
Acompañados por un botánico cuyo nombre se ha borrado de mi
memoria, de quien recuerdo era muy amigo del Loco Abel, aquél
5. biólogo marino que trabajó por años en el MGAP y del que tiempo
después, supe que se había radicado en el puerto de Río Grande en
Brasil.
Fuimos entonces a la Piedra Furada, y allí estuvimos toda una jornada
en la que ellos se la gastaron midiéndola, tomándole fotografías y
recolectando algunas rocas y otros materiales que luego se los
llevaron.
Cuando estuve por Curitiba a principio de los noventa, supe que
habían retornado a Rivera y reengancharon algunos estudios sobre la
Piedra Furada, pero después se ausentaron y desde entonces pasaron
muchos años sin que nada se supiese de ellos, hasta que en el 2001
sorpresivamente se me apareció Antonio.
Recuerdo que había venido a Uruguay con la única misión de hacerse
de un bonsái expresamente encargado por sus jefes en una empresa
productora que tenia su vivero por el Pinar o Solimar, no lo recuerdo
muy bien.
Pero quiso el destino que justo coincidiera con la aftosa y las barreras
sanitarias del mundo entero estaban muy celosas en relación a todo
producto de origen animal o vegetal que saliera del Uruguay. Por ese
motivo no pudo embarcarlo por el aeropuerto.
Entonces, en conocimiento de que yo estaba en el ramo del comercio
internacional y aduanas, tuvo la idea de venirse por Rivera y entrar
vía Brasil, para lo cual daba por descontada mi cooperación.
Allí estuvimos haciendo algunas gestiones y al fin se fue vía terrestre
hasta Sao Paulo y de ahí para afuera. Llevando consigo el misterioso
bonsái, que en verdad a mí me parecía ordinario y común, pero
según supongo, tendría algún valor muy especial para que justificara
cruzar medio mundo en un vuelo sobre el cielo de tres continentes a
fin de hacerse de un objeto que podrían comprar fácilmente en
cualquier ciudad del primer mundo.
Pero allá las fortunas y sus dueños con sus excentricidades. En los
días en que estuvo por Rivera tuvimos tiempo de conversar
largamente y fue cuando me enteré que Joseph había agarrado para
el lado de la Antropología y lideraba por entonces un grupo de adictos
a la cocaína en el afán de recuperarlos.
“Por un lado es una lastima”, me decía Antonio,- “es sin dudas
técnicamente el mejor Arqueólogo que anda por la vuelta, pero
económicamente le va muy bien”.
En verdad en aquellos tiempos el drama de la adicción era patrimonio
exclusivo de la elite económicamente pudiente, y las familias
afectadas no ahorraban esfuerzos financieros en recuperar a las
6. victimas de este azote que con las décadas se popularizaría y se
transformara en un flagelo social a nivel mundial.
Pero sin entrar en detalles de la terapia ofrecida, más o menos la
misma radicaba en transformar “a un adicto en un inca”, o sea
basado en la teoría popularizada de que la cocaína es nada más que
una maldición de las deidades andinas hacia los blancos, al pretender
arrebatar hijo por hijo del blanco, hasta cobrar vida por vida, las que
la conquista había arrebatado a los Incaicos: se procedía a tomar a
un joven blanco adicto, y lisa y llanamente transmutarlo en un Inca
puro.
Todo eso por medio de una serie compleja de rituales e iniciaciones, y
así, al renacer como un Inca, quedaba curado de la maldita aducción.
El tratamiento comenzaba con una larga peregrinación intentando
encontrar los cinco sitios sagrados de los Mayas donde estaban
escondidas las cinco calaveras de cristal, ese periodo duraba de ocho
a diez meses, durante los cuales cruzaban caminando gran parte del
continente sur y centro, americano desde sendas coloradas del Chaco
argentino, al inundado pantanal brasilero, las montañas andinas de
Perú, las nacientes del Amazonas, las coloridas junglas de Costa Rica
y Belice, y para mi sorpresa incluían en algunos casos el Norte del
Uruguay, y más precisamente, la Piedra Furada.
Con real curiosidad le pregunté a Antonio si científicamente creía si el
procedimiento tenía algún asidero, para lo cual me brindó una
explicación que en verdad me dejó satisfecho.
“En verdad”, me dijo, “un adicto es victima de su entorno social
primero y que deriva en una dependencia química después”. Al
comenzar, el tratamiento con el rigor del trajinar entre selvas,
montañas y desiertos en la búsqueda de los sitios sagrados, lleva al
organismo a los limites de la sobrevivencia, y por una cuestión
natural llegado a tal extremo, el cuerpo humano en primer término
procuraría satisfacer las emergencias más elementales, la sed, la
comida, etc., postergando la química de la adicción.
Culminada esta etapa el paciente se curaría la dependencia química;
luego el proceso cultural de reeducar lo aislaría del entorno que lo
había acarreado a la dependencia, entonces complementaría el
círculo.
Lo más interesante del tratamiento era que al finalizar los pacientes
curados procuraban nuevos horizontes, y luego de tantas jornadas de
privaciones, meditaciones, oraciones, estudios, etc., se le
despertaban las vocaciones y había surgido una generación de
arqueólogos, sociólogos, sicólogos, antropólogos, etc., que bastante
le había catapultado la ciencia social desde entonces.
7. Y por sobre todo resultaba altamente rentable para Joseph y su
equipo. La noche antes de su partida departimos largamente sobre su
vida y su trabajo.
Me confesó que estaba trabajando para una fundación belga
conjuntamente con un equipo abocados a indagar sobre el origen del
hombre americano y en aquel momento estaban embarcados a los
resultados de una reciente excavación en la Frontera entre Guatemala
y Belice.
Me refirió a que ya por aquel entonces el análisis genético del hombre
americano del periodo pre hispánico revelaba un variado origen,
justificando la teoría de que muchísimo antes del formal
descubrimiento de América, Vikingos, chinos, negros, polinesios, no
solo habían llegado a este continente, sino que habían interactuado
cultural y genéticamente, haciendo valiosos aportes en la delineación
del perfil racial del hombre americano.
Entonces volvimos al tema recurrente de la Piedra Furada. Me dijo
que rea una lastima que no se continuaran con los estudios iniciados.
Me dijo textualmente:
“Los milicos sabían bastante, y pretendieron saber mucho más. Pero
después, cuando la democracia apareció en el horizonte pararon con
todo, tomaron sus archivos y se esfumaron”.
Me refirió entonces a la incidencia del Brujo Lope Rega, en la
formación de un grupo esotérico que avanzó bastante en los estudios
en muchos sitios en América. Y al fin me mencionó algo a lo que no le
di importancia, pero al día de hoy lo rescato de mi memoria a fin de
comprender las cosas que Mario me describe en su carta.
“En las líneas de Nazca hay una figura que se llama la espiral y el
triangulo; es la versión gigante de la Piedra Furada, tanto en su
orientación como en su estructura, teniendo en cuenta su boca
principal, como que el triangulo o punta de lanza que se superpone es
exactamente la misma que forman los tres apéndices internos,
sumados al cuarto de la boca menor.
Si además tenemos en cuenta que al continuar los puntos de los
apéndices tanto de los tres de la boca mayor y el de la boca menor,
en el centro de la piedra, idéntica a la de las espirales de Nazca, se
dibuja un cuadrado cuyos vértices están perfectamente alineados a
los cuatro puntos cardinales.
Después me dibujó un croquis en el que detallaba las dimensiones de
la piedra, y la proporción exacta del tercio, tanto en las medidas de
las bocas describiendo una circunferencia exactamente la tercera
parte una de la otra, que las medidas de los apéndices de la boca
mayor eran exactamente tres veces mayor que el apéndice de la boca
8. menor, y por sobre todo de que se sumaba a que la chimenea
completaría el cuarto punto cardinal descripto por los Mayas.
Además, siguiendo una línea recta, basada en la teoría del triple,
descubriríamos que entre la punta de la flecha en relación a la de
Nazca, apuntaría a un lugar preciso en las cercanías de la piedra
donde existe un gran peñasco, donde podría existir algo importante
enterrado.
Me decía que estuvieron a punto de hacer las excavaciones
correspondientes, pero justo por razones políticas el proyecto abortó
y todo quedó en el aire.
En vedad debo reconocer que pese a que en un principio el tema me
interesó mayúsculamente, debo admitir que la rutina fría y distante
de esos asuntos me hicieron olvidar rápidamente los detalles de la
conversación, aunque guardé en mis archivos el croquis de la Piedra
que Antonio me dibujó en una servilleta, en la Lanchería de la
Rodoviaria de Livramento, mientras esperábamos por su embarque.
Capítulo 2
Primeras revelaciones
Mi estimado amigo Beto,
¿Cómo estás? Sabes, al comenzar a escribir estas líneas tuve la
tentación de encabezarla con un “Prezado Senhor”… pues ciertamente
te traería hermosos y no tan hermosos recuerdos de nuestro
cotidiano de la Curitiba de los noventa, cuando la quimera de
nuestros esfuerzos empresariales nos llevaban a volantear cartas vías
Sedex, ofreciendo servicios, garantías y ventaja de nuestra
legendaria empresa “GLOUBOSSA”. Bueno, “pa qué acordarse de una
época pasada”, como diría del Pepe Larralde…
Pero resulta ineludible al reenganchar un contacto contigo traer a luz
viejos recuerdos de viejos tiempos, impregnadas de residuos de
aventuras universitarias donde nos cruzamos y enganchamos dos
generaciones bien diferentes, yo casi ocho años más viejo, y tú con la
hidalguía de una frustrada resistencia política, que al fin de nada te
sirvió, ni creo te valió el más mínimo reconocimiento.
-…”y allí nomás donde un día la lanza metió punta y el sable revolvió
polvaredas, en quites y defensas, en puteadas que se quedó olvidada
9. en una baba de cansancio y agonía…”, al decir del poeta. Pero en
verdad, querido amigo, no es mi deseo amargarte con menciones a
tiempos perdidos al pedo, aunque sospecho que de lograr mi
propósito pre-pensado, en algunos pasajes de esta mi carta, la
amargura te será inevitable.
En primer lugar ciertamente te sorprenderá que utilice un medio tan
primitivo como la de la “carta postal” común y corriente, al viejo
estilo de los setenta, ochenta y algo bastante del noventa, teniendo a
mi alcance métodos más ágiles, rápidos y quién sabe prácticos de
comunicarnos, máxime, cuando ciertamente recordarás que yo fui
pionero en la cibernética, en sus primeros tiempos.
Pero debes creer que tengo mis razones y te las he de explicar en el
correr de estas líneas. En primer lugar te escribo una carta porque
resulta mucho más seguro, y casi que inoculado de cualquier
interferencia, de organismos públicos o privados dedicados al
espionaje inteligencia y contra inteligencia, (o recontra espionaje,
como decía el agente 86).
Debieras de saber que las más peligrosas organizaciones terroristas
del mundo, con Al Qaeda a la cabeza, prefieren las cartas y los viejos
métodos de comunicación que hicieron estragos en las guerras del
siglo XX, a los medios electrónicos, que están diseñados,
programados y pensados para que una elite mundial, usurpadora del
destino de la humanidad y del planeta, pueda interceptar e intervenir
cualquier contacto, comunicación, dato, cualquier cosa que sea de su
interés.
Por eso, mi viejo amigo debo advertirte que si pretendes entrar al
mundo del misticismo científico, al peligroso mundo de las ciencias
ocultas (proscriptas, al contestatario mundo de lo prohibido, ya sea
en procura de alcanzar “la verdad” en su estado puro (vieja ambición
de los sabios), o ya sea para divertirte un rato, corres de igual
manera el mismo riesgo, pues el poder de los usurpadores no admite
cuestionamientos a sus pareceres ni a sus procederes, ni a sus
técnicas, ya que su pseudo ciencia goza del prestigio de toda la
estructura de marketing donde ni en broma admiten
cuestionamientos, y en su enfermiza obsesión de detentar el poder
no miden esfuerzos en condenar al ridículo, al desprecio y más aún a
quien se atreviese a cuestionar el complejo y engañoso engranaje de
su estúpida estructura.
Por eso prefiero la carta al viejo estilo, pues ellos, aún a sabiendas de
que se abre por esta vía una grieta que corroe las más herméticas
estructuras de seguridad, encuentran tremendas dificultades para
capacitar y disponer de personal de confianza que estén
10. suficientemente preparados para interferir eficientemente, con la
discreción necesaria sobre este obsoleto medio de comunicación.
Y como supondrás, la discreción en sus métodos represivos hace en
esencia los cimientos culturales de esta hipócrita “liberalidad” de
pensamientos de la que tanto presumen.
Al leer estas primeras líneas de mi carta ciertamente comenzarás a
desconfiar EN que me haya vuelto paranoico, y que tus temores más
ingratos en nuestra lejana juventud se han vuelto realidad, o sea que
tal cual temías, me he quedado redondamente loco.
Pero calma, amigo, nada de eso ha sucedido, y para tranquilizarte te
digo que la vida desde aquella tardecita en que nos despedimos
presurosamente, en el viejo edificio recostado al parque Botánico de
Curitiba, las cosas me han ido bastante bien; mucho mejor de lo que
augurábamos o soñábamos por aquel entonces.
MARIO
Capítulo 3
Lo que sabía Colón
Mucho has escuchado nombrar a los Templarios, ¿verdad? Sus
secretos, su origen y sobre todo su final…. Pero hay algo que quizás d
los Templarios poco se ha dicho, aunque ciertamente se refiera a uno
de sus más importantes legados.
El hecho de que quizás de alguna manera fueron los creadores
culturales del capitalismo, tal cual lo concebimos hoy en día. Pues
bueno es recordarte que más allá del enigmático origen de sus
riquezas, de sus tesoros, de sus supuestas reliquias, lo que sin duda
hicieron fue crear “la imagen del solvente”, como símbolo, como
sinónimo de poder.
Fueron entonces los primeros en emitir órdenes de pago,
antecedentes primitivos de nuestras modernas tarjetas de crédito.
Por primera vez un documento certificado por la orden del Templo
podía ser equivalente al monto que se estipulara sin necesidad de
11. cargar con el efectivo, cosa que de por sí cambió la idiosincrasia del
viajero, e inventó una nueva manera de comercializar.
En cualquier lugar del mundo donde existiera reconocimiento de su
existencia y poder, un sello de la Orden, era moneda contante y
sonante. O sea que nacía por primera vez el simbolismo como factor
determinante en la economía.
Curiosa paradoja, los pobres Caballeros de Cristo, en cuyo escudo se
dibujaban dos jinetes sobre un mismo caballo en demostración de la
pobreza que padecían, se habían transformado en el Banco Mundial o
en el FMI de los primeros años y siglos del segundo milenio. ¡Y vaya
si tendrían territorios bajo su mágica influencia!...
Desde los Alpes a Los Apelinos, desde la Britania hasta los limites de
las arenas del Sahara, de ésta y de aquella orilla del Mediterráneo,
desde las olas del Atlántico hasta las márgenes del Mar Muerto, de la
Galia a Jerusalén y más allá….quién sabe… más allá por el este, más
allá por el oeste… Cachemira quizás, o aún el Potosí, quién sabe…
¿quién podría decirlo?
Tal vez seria hora, mi amigo, de que te preguntaras cual seria la
razón por la que aquel genovés, al servicio de la corona Ibérica,
embarcara con tres Carabelas partiendo del Puerto de Palos en 1492,
con la bandera del Imperio que lo bancaba, pero al llegar a las
Canarias le cambió las vestiduras a sus embarcaciones y la arropó
con las cruces de la Orden Templaria.
Una orden que, hasta donde sabia, había sido exterminada casi
doscientos años antes del referido viaje de Colón, y que gozaba del
desprecio y persecución de los inquisidores, del Papa y de los reinos
afiliados. En tal sentido, bueno quería que sepas que todo aquel que
se atreviese a cruzar el océano de la Atlántida (y Colón, viejo lobo de
mar, bien que lo sabia), debía usar la insignia de los amos de esos
mares, pues al pisar la tierra del otro lado del mundo, esa bandera le
serviría como tarjeta de presentación para las colonias afines a la
Orden del Templo que esperaban su regreso desde hacia casi ya
cuatro centurias.
Naturalmente no voy a dar por cerrado el encare de los Templarios,
pues tiene mucho que ver con el objetivo de esta carta. Pero si de
capítulos estuviésemos hablando, para cerrar esta parte debo
reconocer que aquello que fue su fortaleza también fue la causa que
atizó el filo de la espada que los exterminó.
Por lo menos eso es lo que se pretendió, pues las huestes de Felipe
IV, apadrinados por la debilitada Iglesia del Papa Clemente V creyó
encontrar sabia solución a sus tormentos económicos, aniquilando a
12. sus máximos acreedores aquel fatídico viernes 13 de octubre de
1307, dieron por divinamente por saldada la deuda contraída y
documentada del reino galo, que por cierto había llegado a extremos
insostenibles.
Más allá de los detalles de aquella masacre, con los últimos
templarios que bajo el rigor de la tortura declaraban a voluntad de
sus tiranos las más herejes traiciones y absurdas adoraciones, bueno
es señalar que al expirar el ultimo de los jerarcas de la Orden del
Templo caducó de por sí el valor de los conformes suscritos Y colorín
colorado, todos vivieron felices para siempre.
Capítulo 4
El poder secreto
Te sorprenderás que haga mención a la inquisición en términos tan
actuales, cuando en verdad estarías seguro que sólo en la cabeza de
un paranoico podría imaginarse que la progresista democracia
Occidental pudiese admitir en su seno tales debilidades medievales.
Pues mi estimado amigo, sorpresa mayúscula tendrías si
comprendieras el grado salvaje y sofisticado al que llegan los
inquisidores modernos en su tarea de ocultar la verdad y hacerse de
sus pruebas.
Por cierto que ni se me pasaría por la cabeza intentar convencerte de
la misma, pues ciertamente consideraría una tarea absolutamente
inútil y sin sentido. Por supuesto, así habría de ser si no hubiese
pasado lo que pasó y tuviese la imperiosa necesidad no sólo de
recurrir a tu ayuda sino además, quien sabe, advertirte de eventuales
peligros a los que pudieras exponerte.
Y no es necesario que saltes de la silla y procedas a cerrar ventanas y
banderolas; en verdad no creo que las patrullas inquisidoras del
tercer milenio hayan salido esta madrugada portando una orden
Papal para prenderte. Creo que eso no ha sucedido; por lo menos no
por ahora. Pero en verdad quizás un amigo muy cercano y querido de
tu persona no ha corrido con tu misma suerte y bien puede estar
arañando el frío piso de una húmeda mazmorra de la inquisición
moderna.
13. Si es que aún está con vida… Has de recordar que te dije que en la
ardua tarea de reclutar profesionales para nuestra empresa
intentamos durante años hacernos de los servicios de tu amigo
Joseph Husson o por lo menos de alguno de los de su equipo, y que
jamás habíamos logrado nuestro propósito.
Pero por alguna razón eso hace dos meses pareció comenzar a
cambiar. Al principio uno de sus discípulos se presentó en nuestra
sede en Washington anunciando que Husson quería reunirse en forma
urgente con nuestra dirección.
Entusiasmados con la posibilidad de romper l fin el hielo con su
equipo, inmediatamente se hicieron los contactos pertinentes y en
dos días estaba el comando director y técnico a la espera de
concretar la referida reunión.
Pero lamentablemente ni Husson ni su discípulo aparecieron más.
Intentamos hacer los contactos, pero fue absolutamente imposible
dar con su paradero, ni de ninguno de los de su equipo.
Era como si la tierra se los hubiese tragado. Pero hace un par de días
un equipo nuestro que hace excavaciones en la frontera entre
Guatemala y Belice fue contactado por uno de los muchachos de
Husson y contó la versión que mientras el Profesor Husson y su gente
terminaban un trabajo en la frontera entre Venezuela y Colombia,
habrían sido secuestrados por un extraño grupo que no parece estar
en consonancia con ninguno de los operativos en la zona.
Has de suponer con razón que nuestro trabajo nos obliga a tener
buenos contactos con los grupos insurgentes de todas las partes del
mundo y las primeras informaciones que nos han reportado indican
que ni las FARC ni el ELN, ni el Remanente las Autodefensas han
operado ni se han hecho de ningún grupo de arqueólogos en la zona
señalada.
Entonces nuestra mirada posa preocupantemente sobre “O Anjo” (“El
Ángel”). Por motivos que mas adelante procuraré explicarte esta
organización tiene alguna vinculación con lo que has encarado en tu
libro sobre Los clavos de la cruz, pues nace precisamente al finalizar
la segunda guerra mundial, bajo la protección del reinado del
peronismo en Argentina.
Pero rápidamente se expandió por Brasil donde hoy esta su dirección
y operan eficientemente en los cuatro rincones del plantea.
Íntimamente vinculado al nazismo en sus orígenes, e integrado por
importantes miembros de la cúpula alemana sobreviviente, que al
amparo de sus amigos de este lado del océano se ha dedicado a
proteger y ampliar el vasto archivo esotérico que sobrevivió al Tercer
Reich.
14. Y no tienes idea del poder ni de la vasta riqueza de sus tesoros.
Tampoco tienes idea de lo peligroso de sus métodos. No tienes ideas
de lo ambicioso y maléfico de sus proyectos, entre los que en forma
más urgente se proponen hacerse de las reliquias del Cristianismo.
Deberías saber que se proponen iniciar una nueva cruzada a fin de
recuperar la Tierra Santa, su territorio, sus templos, sus ruinas,
limpiándola de judíos y cristianos impuros y por supuesto, de los
musulmanes.
Manejando testamentos que quedaron a su deposición de la
inteligencia nazi al finalizar la guerra, hace años están componiendo
un poderoso arsenal que no solo incluye, como es de suponer, las
más sofisticadas armas convencionales, sino que además se han
hecho de armas atómicas, químicas, y ahora se proponen recuperar
entre las cenizas armas letales que delinearon la historia bélica de la
Humanidad en los albores de la civilización, tales como el Arca de la
Alianza, a la que más que un valor de simbolismo religioso le
atribuyen la condición de un letal potencial militar certificado en la
historia bíblica del pueblo judío.
Habrás de conocer tal versión que versa sobre el tema que en
realidad el Arca de Moisés no era otra cosa que una poderosa arma
que Jehová, le habría confiado al pueblo judío a fin de enfrentar a los
enemigos del pueblo elegido en su peregrinar en busca de la tierra
prometida.
La misma versión santa narra que cuando accidentalmente uno de los
escoltas la tocó inmediatamente cayó carbonizado. Cuando sitiaron a
Jericó, su presencia y el son de las trompetas derribaron los muros de
la fortaleza pagana. Sin entrar a analizar cuanta realidad, cuanto de
folclore o fantasía hay en estas versiones, puedo dar testimonio que
hasta donde sabemos “O Anjo” tiene en su poder valiosos secretos y
que sus métodos, al estilo del partido bajo cuya bendición han nacido,
son realmente peligrosos. Y no juegan cuando refieren a sus
proyectos.
“O Anjo” es algo así como la cúspide evolutiva donde convergen
varias organizaciones que operan y han operado a lo largo de los
últimos setenta años, habiendo estado vinculados a organizaciones y
personalidades de triste memoria reciente.
La Triple A, en Argentina Lope Rega, Lucio Geli, y su P2, entre tantas
otras de no menor valía y peligrosidad. Quizás también, y luego
15. veremos la mencionada por ti, Hermandad de la Cocinería. Es posible
que la desaparición de Joseph tenga alguna vinculación con un
reciente hallazgo de nuestros equipos en Chiapas, donde un papiro al
mejor estilo egipcio que data del siglo 1 de nuestra era fue
encontrado en el área donde años atrás se había encontrado una de
las cinco calaveras de cristal adjudicadas a la cultura Maya.
Es posible que tenga algo que ver con sus recientes excavaciones en
Venezuela. Pero es posible también que tengan algo que ver sus
excavaciones y conocimientos sobre la Piedra Furada. Todo esto en el
escabroso terreno de las especulaciones En resumen es muy probable
que todo lo relatado en conjunto tenga que ver con su desaparición y
posible secuestro.
Pero lo cierto es que alguno ha sucedido en los últimos tiempos que
determinó su frenético intento de contactarnos. Es por demás sabido
que “O Anjo” ha seguido los pasos del Apóstol Tomás, y luego de los
templarios. Tenemos argumentos para creer que estamos dividiendo
al medio los hallazgos, algo parecido a la mitad de un mapa de un
tesoro al mejor estilo de una novela de Piratas.
Capítulo 5
Las Colonias Templarias
Cuando renace el gnosticismo en el seno del cristianismo
fundamentalmente a manos de los Cataros, éstos heredan por
tradición las versiones que narraban sobre la vida de Tomás, sus
viajes y sus descubrimientos.
Luego los nueve Caballeros del Templo en sus excavaciones
encuentran los pergaminos con los detalles de la travesía, mapas y
guías. He aquí, el secreto de la riqueza templaria. Ya en las primeras
décadas de la naciente orden se dispuso de lo necesario para viajar al
Nuevo Mundo señalado en busca de las reliquias allí enterradas.
Fue entonces cuando supieron, al contactar a las civilizaciones
autóctonas, que alrededor de una centuria de la ultima partida de
16. Tomás, un cónclave entre los hombres más sabios de todas las tribus,
de todo el mundo de este lado del Atlántico había dispuesto enterrar
junto a las cinco calaveras de cristal, herencia de la extinta tribu
sabia de los Shooln, contemporáneos y enemigos de los Atlantes, los
cinco pergaminos enviados por los egipcios junto con cinco códices
más.
Allí se enseñaba los códigos y coordenadas para entender el mapa
cósmico tallado en el desierto de Nazca, donde se enseña los sitios
precisos donde están guardadas las reliquias del cristianismo y
judaísmo, así como la manera de encontrar los portales que
comunican con otras dimensiones, entre otros secretos de
proporciones impensadas de la Humanidad, de su pasado y quién
sabe de su futuro.
Así los Templarios llegaron hasta el Potosí, donde hicieron de la gran
fortuna que los hizo tan poderosos, e iniciaron y trazaron una ruta
para extraer el metal y enviarlo al puerto de la Rochelle en la costa
francesa cerca de la Bretaña.
Más precisamente delinearon tres rutas que nacían en las minas del
centro del continente, y concluían dos de ellas en las costas de lo que
hoy es Brasil, sobre las cercanías de donde hoy están los puertos de
Santos y de Río Grande, y una tercera en la costa de la Patagonia,
lugar donde había llegado por primera vez el apóstol Tomás mil años
atrás.
Aunque se supone que este último estaba más destinado a las
incursiones rumbo a la cordillera a fin de dar con los lugares donde se
suponía que estaban escondidas las reliquias.
Los Templarios profundizaron muchísimo en los secretos vinculados al
lugar donde estaban enterradas las reliquias del judaísmo y del
cristianismo. Y antes de que la Orden fuera disuelta por la espada de
Felipe el Hermoso, habían identificado tres sitios de singular
importancia donde habitaban tres eremitas guardianes.
El primero en las selváticas costas venezolanas, al pie de un peñasco
donde se enclavaba una caverna, el segundo en otra caverna en
17. Chiapas, México, y la otra en algún lugar al oriente de los grandes
ríos, en el sur del continente sud americano, en una caverna tallado
sobre una gran cosa.
Una vez identificados estos sitios se establecieron allí a fin de estudiar
los referidos lugares, pero luego, al disolverse la Orden en la
metrópoli, se perdió toda referencia y poco se sabe sobre la suerte
que corrieron las referidas colonias templarias.
Capítulo 6
Una caverna en Chiapas
De llegarse a la constatación de que en verdad existió el contacto
entre le elite del primitivo cristianismo, así como de que un cónclave
de sabios indígenas alrededor del año doscientos codificó un mapa de
naturaleza cósmica que fue retractado en las llanuras de Nazca,
donde se revelan secretos milenarios que pueden dar por tierra los
padrones preestablecidos, y dar inicio a una nueva era, donde los
conocimientos antediluvianos y post diluvianos al fin se encuentren y
se sumen, y abran los portales para que los hermanos perdidos,
desde los tiempos de la hundida Atlántida salgan de sus cuevas en los
confines de las profundidades terrestres, o de sus burbujas, del fondo
de los abismos oceánicos, ciertamente, todas las profecías de todas
las naciones, de todos los tiempos podrían comenzar a tener algún
sentido lógico y confluir fantásticamente en un punto luminoso
común.
Pero antes de llegar a ese estatus fantástico debemos afrontar a
quienes este sueño podría resultarles una pesadilla y no escatiman
esfuerzos en frustrar, aunque sea en la fantasía poética de una
novela, una versión de tales proporciones.
Mucho me temo que nuestro común amigo Joseph Husson esté en
manos de tales oscuros personajes. En nuestro reciente hallazgo en
la selva de Chiapas, donde hemos encontrado el papiro, existe una
18. caverna que tiene una chimenea cuya boca coincide durante el
solsticio de verano del hemisferio norte con la alineación de los
satélites de Neptuno, Tritón y Nerdia, cuya orbita sumada equivale a
365.24119912 días, lo que se corresponde exactamente hasta el
séptimo digito con la orbita terrestre.
Muchos elementos nos hacen pensar que ese sitio refiere a uno de
los tres lugares donde se asentaron los Templarios a fin de hacerse
de los secretos mapeados en Nazca y al fin encontrar el arca de la
alianza, el Santo Grial y el resto de los tesoros milenarios de
fundamental significado religioso y quizás de inconmensurable valía
bélica.
De ser así podemos haber encontrado una punta, una referencia para
entender y decodificar el mapa de Nazca nosotros por nuestra propia
cuenta, y si la lógica que nos llevó a este desentierro se corresponde
con la realidad, el otro punto a relacionar es precisamente la Piedra
Furada.
Ya a principios del 1800, cuando Félix de Azara llegó a la cuenca del
Paraguay y el Uruguay fue notificado de la existencia de una extraña
tribu de hombres blancos y ojos azules que habitaban donde se
encontraban dos pequeñas cuchillas, justamente donde las aguas se
dividían entre el Río Uruguay y la Laguna Merín.
Cuando manifestó el interés de conocerlos fue informado por uno de
sus secretarios que bien pudo haber sido el mismísimo José Artigas,
vasto conocedor de esta zona, que la referida tribu había sido
aniquilada por los indios Minuanes que subían hasta esas latitudes en
procura de caballos.
Que como único resabio de esa misteriosa tribu había quedado una
singular roca tallada, que según referían los mismos, había sido
construida por un ermitaño mucho tiempo atrás.
Debo señalarte que de igual manera nuestro trabajo en Chiapas fue
igualmente precedido por una leyenda semejante que hablaba del
hogar de los hijos de Kukul Kan, el dios bárbaro de piel blanca que
adoraban los Mayas.
19. Entre otras cosas, por ésta y otras razones que sería muy largo
enumerártelas por este medio, nuestra mirada se posa sobre la
Piedra Furada.
Pero hete aquí que los pioneros en el estudio de la misma son
precisamente la gente de Joseph Husson, quienes en la década del
ochenta excavaron la Piedra Furada al servicio de las organizaciones
lideradas por el Brujo Lope Rega y la gente de la P2 que hoy tiene su
epígono esotérico en “O Anjo”.
Sabemos que se encontró algo importante allí, así como suponemos
que “O Anjo” sabe de nuestro reciente descubrimiento.
Por eso tengo la sospecha, como te he dicho, de que tenemos la
mitad del mapa del tesoro.
¿Comprendes ahora el por qué de mis sospechas en relación a la
desaparición de Husson?
Tenemos la fundada sospecha de que nuestro hallazgo dio sentido a
lo que “O Anjo” tiene en su poder en relación a la Piedra Furada.
Tenemos razones para creer que al filtrar la información de lo que
tenemos en manos, Husson comprendió finalmente que lo que sabía
era demasiado importante como para que su vida no corriera peligro
y resolvió intentar contactarnos a fin de cambiar información por
seguridad.
Pero mucho me temo que “O Anjo” hubiese llegado antes. Quizás
puedas al fin entender las razones de mi abrupta aparición por este
medio tan poco convencional en la actualidad; ciertamente, lo que
necesito de ti es más que nada comprensión de la gravedad de la
situación personal de una migo en común.
No pido que creas al pie de la letra todo lo aquí expuesto, apenas
apelo a tu sensibilidad como amigo a que te mantengas alerta en
20. relación a cualquier mensaje, cualquier indicio que pudieses recibir en
relación al estado de Husson, que no titubees en hacerme llegar en
forma urgente por le medio que te detallo al pie de la carta.
De igual manera, como si percibes algún movimiento extraño en
relación a la Piedra Furada, que también me lo informes con
prontitud, pese a que has de suponer ya tenemos un equipo
destinado a barrer las migajas de lo que pueda haber sobrado, en
forma muy discreta, por cierto.
Mi estimado amigo, espero que este material le pueda servir de algo
en su naciente carrera literaria. De no se asi, no abrigues ningún tipo
de remordimiento si decides usarla para avivar el fuego de la estufa
en alguna gélida noche de invierno cuando sopla la sudestada.
Un abrazo