HOJA DOMINICAL DE CATEQUESIS. DOMINGO 31 DEL TO. CICLO C. DIA 30 DE OCTUBRE DEL 2016
1. Las lecturas de la misa del
domingo
Primera lectura: Sabiduría, 11,
22–12, 2
Señor, el mundo entero es delante de
ti como un grano de polvo que ape-
nas inclina la balanza, como una gota
de rocío matinal que cae sobre la tie-
rra. Tú te compadeces de todos, por-
que todo lo puedes, y apartas los ojos
de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan. Tú amas todo lo
que existe y no aborreces nada de lo que has hecho, porque si hubieras odia-
do algo, no lo habrías creado. ¿Cómo podría subsistir una cosa si tú no qui-
sieras? ¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado? Pero tú eres indul-
gente con todos, ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida, porque tu es-
píritu incorruptible está en todas las cosas. Por eso reprendes poco a poco a
los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se apar-
ten del mal y crean en ti, Señor. Palabra de Dios
Salmo responsorial.Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf. 1)
R/. "Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey. "
Evangelio: Lucas 19, 1-10
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico lla-
mado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús,
pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces
se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por
allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pron-
to, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Zaqueo bajó rápidamente y
lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: “Se ha ido a
alojar en casa de un pecador”. Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: “Se-
ñor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien,
le doy cuatro veces más”. Y Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta
casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del
hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. Palabra del Señor
HOJA DOMINICAL DE
CATEQUESIS (CATEQUISTAS)
PARROQUIA DE SAN DIEGO Avda. de
San Diego, 61. 28053-Madrid
Domingo 31 del TO. Ciclo C. Día 30 de
octubre del 2016
DE LA HISTORIA DE ZAQUEO
Zaqueo está desesperadamente anhelante por ver a Cristo. Este anhelo por
parte del publicano es un testimonio que, a pesar de una vida indigna de la
ley de Dios e indigna de él en cuanto hombre, había conservado en el fondo
de su corazón un sentimiento de lo verdadero y hermoso, de la medida
humana de las cosas, y que ello es capaz de encontrarse con la medida
divina de las cosas. Y en este apasionado deseo suyo de ver a Cristo cara a
cara se encuentra con dos dificultades: es un hombre de poca estatura, por
cuya razón tiene que buscar el medio de atraer la mirada del Señor; pero
este medio va a convertirle en objeto de irrisión. Es un hombre pequeño;
tendrá que trepar a un árbol.
¿No somos todos nosotros hombres muy pequeños? ¿Eclipsados en medio
de la multitud e impedidos de ver? ¿No tenemos todos, una vez u otra, que
subirnos a una altura que no es la nuestra; que está por encima de nosotros
mismos, cuando seguimos siendo tan pequeños y tan pobres como si
estuviéramos al comienzo; y en ocasiones, cuando intentamos ser más altos
de lo que somos para encontrarnos cara a cara con Dios, ¿no corremos el
riesgo de provocar la sorpresa y la burla? Ser duramente criticado, ser
atacado abiertamente, ser desaprobado, esquivado y rechazado..., nuestro
orgullo, nuestra obstinación y nuestro deseo de afirmarnos se opondrá a
todo eso. Pero es mucho más difícil tolerar la burla y las risas.
Cuando Cristo entra en casa de Zaqueo, es recibido con reverencia y alegría;
esta consideración a Dios, esta alegría en presencia de Dios se ponen de
manifiesto en la vida de Zaqueo en su verdadera conversión, en un acto de
arrepentimiento, de metanoia, que significa una dirección completamente
nueva en su vida. Porque se ha encontrado con Dios, porque este
encuentro ha despertado en él la vida y alegría, porque su alma lisiada se
ha dilatado hasta el punto de ser verdaderamente humana, con toda la
profundidad de un alma humana en paz con Dios.
2. RECURSOS PARA LA SESIÓN DE CATEQUESIS
Zaqueo ciudad Jericó árbol sicómoro publicanos rico
Jesús desciende casa pecador salvación
1ª ¿En qué ciudad entró Jesús?
2ª ¿Cómo se llamaba el árbol en que estaba subido?
3ª ¿Cómo se llamaba el que buscaba a Jesús?
4 ¿De quienes era jefe este hombre?
4-b ¿Qué murmuraban todos que este hombre era?
5 ¿Cómo se fue a su casa Zaqueo?
CONCEPTO DE KERIGMA, ¿QUÉ ES?
a)- lo que se anuncia por medio del heraldo, de aquí “mensaje” como
resultado del acto de proclamar.
b)- el mismo acto de vocear, proclamar, al igual que el verbo.
Krýssein, verbo: “proclamar, pregonar, anunciar, dar a conocer, predicar”.
Kéryx, sustantivo concreto: “heraldo, pregonero, predicador”.
Por tanto, kéryx es “quien proclama”, krýssein es “la acción de proclamar”, y
kérygma es principalmente el contenido de la proclamación, es decir, el
“mensaje”.
EN EL NUEVO TESTAMENTO ¿CUÁNTAS VECES SALE ESTA PALABRA?
Kéryx o “heraldo” sólo 3 veces, kérygma o “mensaje” 8 veces, y krýssein o
“proclamar” 61 veces, distribuido así: 32 veces en los Sinópticos, 8 en los
Hechos de los Apóstoles, 19 en las cartas paulinas, 1 vez en 1 Pedro, y 1 vez
en Apocalipsis. El verbo krýssein no aparece en la literatura joánea ni en la
carta a los Hebreos ni en Santiago.
RELACIONES CON OTROS MINISTERIOS
a) Elementos diversos del Ministerio de la Palabra
El Ministerio de la Palabra toma diversas formas: en primer lugar la
evangelización o predicación misionera que se propone suscitar la fe. Sigue la
forma catequística. Luego la forma litúrgica (homilía). Por último la forma
teológica. Es importante distinguir estas formas, cada una de las cuales
obedece sus propias leyes, aún cuando guardan entre sí una íntima conexión"
DCG17
b) Secuencia de Primer Anuncio y luego catequesis
Entre evangelización y catequesis no hay ni separación u oposición, ni
identificación pura y simple, sino relaciones estrechas de integración y
complementaridad recíproca". CT 18
A la proclamación de la Buena Nueva ha de seguir una sólida catequesis a
todos los niveles, particularmente en la familia y en los ambientes juveniles.
La invitación a creer ha de ir acompañada por la oportuna instrucción acerca
de todo aquello que el Señor, por medio de su Iglesia, ha querido
enseñarnos. Sería un error catequizar sin haber evangelizado previamente.