14. Todos los años en el primer domingo de Cuaresma se
nos habla de cómo Jesús quiso prepararse para su
predicación evangélica, haciendo penitencia y, como
humano que era, dejándose tentar por el demonio.
15. El evangelio de este
día es de san Marcos.
Habla de Jesús en el
desierto de una
manera muy breve,
pasando ya a sus
primeros mensajes.
Mc 1, 12-15
16. En aquel tiempo, el Espíritu empujó a
Jesús al desierto. Se quedó en el desierto
cuarenta días, dejándose tentar por
Satanás; vivía entre alimañas, y los
ángeles le servían. Cuando arrestaron a
Juan, Jesús se marchó a Galilea a
proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se
ha cumplido el plazo, está cerca el reino de
Dios: convertíos y creed en el Evangelio."
Mc 1,12-15
17. La palabra
“Cuaresma”
viene de los 40
días que Jesús
pasó en el
desierto. Son 40
días que se nos
proponen para
vivir mejor la
Pascua del
Señor.
18. Y para mejor
prepararnos a vivir
la pascua en la
tierra y sobre todo
la del cielo, se nos
propone la primera
predicación de
Jesús.
19. Hay una parte un poco más negativa: “Convertíos”.
Convertirse es cambiar. Porque muchas veces estamos
demasiado metidos en lo material.
20. Para convertirse, es
necesario hacer
alguna penitencia,
pues arrancarse de lo
material cuesta.
Necesitamos
arrancarnos de lo
material para caminar
hacia Dios.
21. Antiguamente había
varias penitencias
determinadas; pero
cada vez es más
difícil determinar
penitencias
concretas para
todos, porque la
vida está muy
diversificada. Por
eso, lo importante
es tener espíritu de
penitencia.
22. Normalmente se
debe hacer algo
en concreto para
cambiar el
corazón de piedra
en corazón de
carne, para que
muera el hombre
viejo y nazca una
vida nueva,
resucitada a la
vida de amor de
caridad y
misericordia.
23. La verdadera caridad
y misericordia es el
ayuno que agrada al
Señor. De poco
servirá hacer o decir
que hacemos
penitencias por Dios,
si no hacemos el bien
a nuestro prójimo.
33. En la conversión a
Dios lo importante es
lo positivo. Si
hacemos alguna
penitencia para
apartarnos del mal,
es para conseguir un
bien: “creer en el
evangelio”. No es
sólo creer en Jesús,
sino llenar nuestra
vida de su amor.
34. No es fácil
conseguirlo, si
hemos estado
metidos en el
pecado o en el
vicio. Por eso
necesitamos de
vez en cuando
irnos al
“desierto”.
Como Jesús.
35. El desierto en la vida cristiana no es un lugar geográfico.
Significa soledad, combate, oración.
Es tener
ratos, quizá
días,
apartados de
lo mundano y
dedicados
más a
fomentar el
espíritu.
36. Necesitamos ratos de estar a solas con Dios para estar
menos esclavizados por la materia. Dios es quien nos
llama. El mismo Señor de la libertad nos llama al
desierto. Abramos el corazón.
Un poco al
menos es la
misa del
domingo y
otros
encuentros
cristianos.
40. El pueblo de Dios avanza
hasta la cumbre pascual.
Hacer CLICK
41. Cuando uno va de
verdad a un
“desierto
espiritual”, como
pueden ser unos
“ejercicios
espirituales”,
siente un poco
más las
tentaciones o
pruebas que Dios
permite para
purificarnos.
Jesús, como
humano, tuvo
varias tentaciones.
42. En el evangelio de este año que, por ser del ciclo B, es
de san Marcos, no se especifican, como en otros
evangelistas. Pero a través de la vida de Jesús,
aparecen especificadas como la tentación de convertir
el evangelio en poder, gloria o triunfo fácil.
43. Pero muchas veces serán tentaciones más “sutiles”, por
las cuales querremos vivir tranquilos en la religión, o
vivir con gloria y honores, evitando el esfuerzo y el
sacrificio.
En nuestra vida
de cristianos se
pueden dar
tentaciones más
“vastas” para
seguir el camino
del mal.
44. Son dos prácticas a las que la Iglesia nos invita en la
Cuaresma: leer o escuchar más la palabra de Dios y orar
más y más profundamente.
Jesús nos
enseña a
rechazar la
tentación
por medio
de la palabra
de Dios y la
oración.
45. Escuchar más la
palabra de Dios es
para comprender
mejor qué es lo que
quiere Dios de
nuestra vida.
Veremos que nos
dice que el fin en
esta vida no es el
poder y la gloria,
sino la humildad, el
servicio y la entrega.
46. Tentaciones hacia el mal siempre ha habido en la
historia del mundo. Y muchas veces la humanidad se
pervirtió. Una vez en que Dios quiso mostrar cuánto le
molesta la maldad humana fue por medio del “diluvio
universal”:
Hasta
“pensar
exterminar al
hombre junto
con la tierra”.
47. Pero Dios, que
siempre es bueno,
vio la bondad de
Noé y su familia y
les salvó. Terminó
el diluvio e hizo un
pacto con la
humanidad. Sobre
este pacto nos
habla hoy la
primera lectura,
que dice así:
48. Dios dijo a Noé y a sus hijos: "Yo hago un pacto con
vosotros y con vuestros descendientes, con todos
los animales que os acompañaron: aves, ganado y
fieras; con todos los que salieron del arca y ahora
viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el
diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro
diluvio que devaste la tierra." Y Dios añadió: "Ésta
es la señal del pacto que hago con vosotros y con
todo lo que vive con vosotros, para todas las
edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi
pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la
tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi
pacto con vosotros y con todos los animales, y el
diluvio no volverá a destruir los vivientes."
Génesis 9,8-15
49. Ofrece un pacto de respeto mutuo y de amor que ha de
extenderse a todo ser viviente y ha de repercutir en toda
la tierra. Dios y el hombre trabajarán juntos para la vida,
nunca para la muerte.
Dios no
puede ser
vencido por
la maldad,
sino que
anuncia una
amistad
perpetua
con los
hombres.
50. Dios quiere que el hombre viva y que sea, a su vez,
vivificador. Dios y el hombre trabajando juntos para
hacer la tierra más bonita, más segura, más fecunda.
Vemos que
hay aspectos
numerosos y
esperanza-
dores, que
nos deben
llevar al
optimismo.
51. Por eso debe haber un esfuerzo de superación, un
esfuerzo de liberación y un hambre de justicia. Siempre
en alianza con nuestro Padre Dios.
No todo en
nosotros es
barro y
veneno, sino
que hay un
soplo de
vida y un
aliento de
espíritu.
52. Al hablar de la alianza con Dios, hoy se nos habla del
arco Iris. El arco Iris es como un signo de conciliación.
Es un signo de amistad, primero entre el cielo y la
tierra, y es además un signo de entendimiento entre un
punto y otro de la tierra.
Es el signo de paz
entre diversos
pueblos y naciones.
53. El arco Iris es como un signo del abrazo de Dios. Jesús
es el abrazo vivo y personalizado entre Dios y los
hombres. Nos muestra la sonrisa de Dios y nos prepara
para el eterno abrazo.
54. La Cuaresma busca
prepararnos cada vez
más intensamente para
ese abrazo. Pero, como
hay dificultades,
debemos atender a las
tentaciones para
evitarlas y no caer en
ellas.
55. Muchas veces rezamos a Dios Padre con la oración que
Jesús nos enseñó: el padrenuestro. Terminamos con las
últimas peticiones muy propias de la Cuaresma:
“No nos
dejes
caer en la
tentación
y
líbranos
del mal.
56. Y no nos dejes
caer en la
tentación.
Automático