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Cuatro Formas de Enfrentar el Perfeccionismo
Escrito por: Ps. Ignacio Peña Lang;
© 2011 PsiSalud.com
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Según evidencia clínica, existe una conexión importante entre las actitudes perfeccionistas y
depresión. El psiquiatra David Burns señala: “ los perfeccionistas van a responder
probablemente a su percepción de un fracaso o inadaptación, con una acelerada pérdida de
autoestima que puede gatillar episodios de severa depresión y ansiedad". Es así como, el
hecho de reconocer repetidas veces una brecha entre lo realizado y las expectativas
grandiosas, puede llevar a la baja de la autoestima y a la depresión. Ante el fracaso, las
personas muy perfeccionistas tienden a reducir automáticamente su valor propio, sintiéndose
obligados a ser todavía más perfectos para evitar un futuro fracaso. El psicólogo Michael Pirot
explica cómo opera en los perfeccionistas un círculo vicioso de auto derrota: “su creencia
distorsionada de que deben ser perfectos con el fin de sentirse bien a sus propios ojos, los deja
en realidad listos para el fracaso, el cual los conduce a la auto condena, a una auto aceptación
disminuida y a la depresión, lo que redunda en renovados esfuerzos para ser perfectos”.
¿Cómo enfrentar el perfeccionismo?
A continuación comparto alguna de las formas para evitar el perfeccionismo o reducirlo en la
medida que no se constituya como factor de riesgo a desarrollar estados depresivos.
Compárese con otros: a pesar de que las recomendaciones generales apuntan a lo contrario,
de vez en cuando es bueno mirar hacia el entorno y darnos cuenta, por ejemplo, que existen
personas que tienen relaciones personales muy satisfactorias sin poseer cuerpos de
“modelos”; personas con exitosas carreras a pesar de ocasionales errores o desajustes;
hogares acogedores y felices con muebles si sacudir.
Tómese algún tiempo libre: las personas perfeccionistas tienden a sobrecargarse de
obligaciones y también a otros. Vea la forma de eludir un par de obligaciones, aquellas que
realmente no quiere tener pero piensa que “debe”. Mire su lista de “cosas que debe hacer” y
vea cuales puede postregar o definitivamente eliminar de la lista. En seguida, convierta ese
espacio que quedó, en un espacio para “no llenar “en su agenda y trate de cubrirlo con lo que
su cuerpo y espíritu quiera. ¿Una siesta? ¿Visitar algún lugar? ¿Bailar? ¿Meditar? ¿Caminar en
el césped?
De pequeños pasos: existe una directa conexión entre perfeccionismo y procrastinación.
Podríamos pensar que las personas perfeccionistas quieren hacer las cosas cuidadosamente y
a tiempo, pero en vez de eso, quien tiende en demasía al perfeccionismo, a menudo siente tal
presión para hacer las cosas que se abruma a sí mismo incluso antes de comenzar a hacerlas.

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Bien, son tantas las cosas que tienen hacer que se ven obligados a dar excusas a muchas otras
que no pudieron concretarse. Elija cosas pequeñas que hacer, algunas que no lo intimiden y
concrételas. Más vale una pequeña acción cumplida que muchas otras grandes que no podrá
tomar acción.
Frente a la excesiva autocrítica en el perfeccionismo, dígase a usted mismo lo que le diría a un
amigo si éste estuviese sobre exigiéndose y maltratando a sí mismo...
Si a un amigo le diría que tome las cosas con calma, que no se critique tanto y vaya a
descansar, ¿por qué no se lo diría a usted mismo?