Este documento describe la atracción de una persona hacia otra basada en su sonrisa y porte a pesar de no ser físicamente atractivo. La persona observa al sujeto de su atracción durante varios días sin atreverse a hablarle. Un día, el sujeto voltea y la ve observándolo, aunque no está claro si la reconoció. Más tarde se encuentran y el sujeto la llama por su nombre, aunque resulta que en realidad buscaba a otra persona. A pesar del malentendido, la persona sigue sintiéndose atraída por la sonrisa
1. El dueño de los defectos.
No es guapo, pero su porte es excelente y su cuerpo es tan tentador como un
vaso de agua frio en el verano más caluroso. Pero sin dudas lo que más llama la
atención y lo que me logró cautivar fue su sonrisa con esos defectos que lo hacían
lucir tan esplendorosamente atractivo y porque no, coqueto.
Lo había estado observando desde hacía vario tiempo, sin saludarle ni dirigirle la
palabra. Tan solo lo miraba, que, más que mirarlo, era más bien contemplarlo.
Verlo caminar y sonreírle a todo el mundo de una manera tan extraordinaria que
hasta daban ganas de acercarme yo también, pero… ¿Qué cosas iba a decirle?
¿Qué es lo que le iba a contar? ¿Con que gran pretexto iba yo a hablarle?.
Está claro que no me iba simplemente acercar sin algún tema de conversación, ni
mucho menos, a decirle lo extraordinario que era su sonrisa con sus defectos.
Así pasaron varios días contemplándolo de lejos, asombrada todavía por lo
coqueta que podía ser su sonrisa y por lo bien que se veía con su ropa aunque no
fuera de las más alta calidad, o de la mejor marca, pero como ya dije antes: tiene
un grandioso porte que hace que todo le quede bien.
Siguieron pasando los días y yo seguía asombrada y seguía ilusionada en que
algún día me iba a dirigir la palabra o mínimo yo me atreviera a preguntarte
cualquier cosa que fuera buena para que pudiese oír su voz.
Un día de todos esos yo te observaba como siempre desde la venta de aquel
edificio por el cual pasabas todos los días a la misma ahora, cuando de repente,
alzo su mirada el tiempo necesario para que mi corazón lograra paralizarse.
¿Me habrá visto? ¿Se habrá dado cuenta que te miraba?
Claro que volteo, pero no sé si fue para verme a mi o por simple curiosidad.
Decidí no darle importancia e irme a lavar la cara al baño para despejarme un
poco de aquella impresión que me dio.
Cual fue mi sorpresa que al salir del salón estaba ahí parado, casi tan cerca de la
puerta que tuve que esquivarle, lo mire una fracción de segundo y seguí mi
camino hacía el baño de damas. A penas di unos cuantos pasos cuando de pronto
escuche mi nombre a mis espaldas, lo escuche de una voz desconocida pero
conocida para mí.
Era el que me llamaba y por mi nombre, que no sé de donde lo supo.
Me voltee lentamente con temor a equivocarme que no se tratara de mí y que
fuese tan solo una coincidencia del destino.
“Sí, tu amiga” salieron esas palabras de su boca al ver mi reacción, yo para
disimular fingí un dolor de pierna, para después cojear un poco hacia donde él se
encontraba.
“¿Vas en este salón?” me pregunto mirándome fijamente a los ojos, haciendo que
yo me pusiese más nerviosa aún.
“sí” le conteste fingiendo desinterés el cual no servía de nada porque seguramente
mi cara estaba colorada.
“Conoces a…” En ese instante mi cerebro se apago y me di cuenta que no me
buscaba a mi sino buscaba a alguien más.
Trate de escuchar lo que me dijo pero no le preste más atención y no recuerdo
como hui de ahí.
Aunque siempre serás el dueño de los defectos que tanto me encanta observar.
-benjitajessik