La lexicología estudia la estructura léxica de las lenguas según relaciones sistemáticas y patrones recurrentes. Se diferencia de la lexicografía, que se enfoca en describir formas léxicas de una lengua particular para elaborar diccionarios. La lexicología analiza temas como la etimología de palabras y las relaciones entre conceptos y palabras.
1. Lexicología
La lexicología es la subdisciplina de la lingüística que tiene por cometido la clasificación,
representación y estudio de la estructura léxica según relaciones sistemáticas y patrones
recurrentes en la lengua.
La lexicología es diferente a la lexicografía. La lexicografía pretende simplemente describir
o recoger formas léxicas y se centra en una lengua particular. Como tal la lexicografía es
una disciplina instrumental cuyo fin es la elaboración de diccionarios en los cuales se
ofrecen informaciones de orden etimológico, categorial, combinatorio, semántico y
contextual sobre cada uno de los términos censados. Por otro lado, la lexicología pretende
hacer generalizaciones sobre la estructura de léxico, las relaciones entre palabras y el modo
en como la lengua representa ciertas áreas semánticas. La lexicología trata asuntos como:
El origen de las palabras (etimología), algo para lo que se requiere el auxilio de la
lingüística histórica.
Las relaciones entre conceptos y palabras (onomasiología y semasiología).
Una unidad léxica comprende también las diferentes formas flexivas que una
palabra adopta en su variación morfológica para expresar género, número, persona,
modo, tiempo, etc entre una serie de categorías gramaticales y por ello las unidades
que estudia exclusivamente la lexicología son los lexemas, unidades invariables con
significado léxico que poseen cierta autonomía y se combinan entre sí o con
morfemas para formar unidades léxicas.
Estas unidades léxicas pueden constituir una lexía, esto es, un conjunto de monemas
La lexicografía es la ciencia aplicada del lenguaje que se ocupa de la elaboración y el
análisis crítico de diccionarios. Para ello, no sólo se sustenta en los principios teóricos y
metodológicos de la lingüística, sino que cuenta con los suyos propios. Al igual que la
lexicología, posee una dimensión teórica y una práctica.
El término proviene del arte realizado por el lexicógrafo, que a su vez proviene del griego
lexikográphos, compuesto por lexikós (λεξικόν) que significa colección de palabras o
vocablos de una lengua, y -gráphos (-γπαφορ), escribir. Por lo que corresponde al arte de
coleccionar palabras que deben entrar en un léxico, o simplemente quien escribe
diccionarios.
La lexicografía es1
una muy antigua disciplina que busca una sistemática colección y
explicación de todas las palabras (o más estrictamente, unidades léxicas) de un lenguaje,
pero generalmente en amplitud más que en profundidad, cosa que hace su disciplina
hermana la lexicología. Entre estas unidades léxicas no sólo se incluye palabras
individuales sino que también modismos, palabras compuestas e incluso morfemas
dependientes.
2. La disciplina lexicográfica no se circunscribe exclusivamente a "compilar diccionarios"
sino que también abarca todo un conjunto de análisis de índole teórica en lo que se conoce
normalmente como lexicografía teórica2
o metalexicografía.3
Esta disciplina teórica repasa
tanto los orígenes de la elaboración de diccionarios, como aspectos relacionados con su
estructura formal, la tipología, los métodos de compilación, o los vínculos existentes entre
ésta y otras disciplinas ya sean lingüísticas o no.
Vocabulario pasivo vs. Vocabulario activo
14/05/2012 · de Sergio · en Vocabulario. ·
El aprendizaje de una lengua extranjera se asemeja al proceso que constituye la
construcción de una casa. Del mismo modo que no se puede empezar una casa por el
tejado, la adquisición de una lengua es un proceso estratégicamente planeado con
anterioridad y que empieza con la creación de una base sólida a partir de la cual vamos a
levantar nuestro edificio “lingüístico”.
En este sentido, necesitamos una gramática sólida y siempre dispuesta a unir las pequeñas
piezas que vayamos adquiriendo durante la edificación de una lengua, de igual modo hace
el cemento con los ladrillos. Si el cemento es la gramática, los ladrillos son aquellas
piezas de vocabulario necesarias para poder cubrir las necesidades comunicativas.
Necesitamos de ambos para construir una casa y, además, deben tener unas proporciones
ajustadas a los objetivos y metas en relación a cómo queramos construir esa casa o lengua.
No es lo mismo elaborar unos planos para una casa de campo que para una mansión en las
afueras de una gran ciudad. Sin embargo, ambas viviendas siempre se empiezan de igual
modo: la elaboración de planos, la creación de una base sólida y la posterior adición de
material hasta levantar un edificio acorde a nuestras necesidades.
No es lo mismo “conocer” que “utilizar”
El hablante nativo de una lengua de nivel cultural medio, dispone de un amplio abanico de
palabras para expresarse y comunicarse en su lengua nativa. Sin embargo, de todo ese
vocabulario que conoce y re
conoce, sólo utiliza una quinta parte de él. Es decir, si un hablante nativo posee un
vocabulario de unas 40.000-50.000 palabras, sólo utiliza alrededor de 8.000-10.000
3. palabras de forma activa, ya sea porque salen de su boca, ya sea porque las escribe. De esta
manera, las conversaciones cotidianas en las que estará inmerso cada día este hablante
nativo estarán constituidas por unas 1.500-2.000 palabras.
Vocabulario activo y pasivo
En términos no académicos, el vocabulario pasivo es aquél que conforma todas aquellas
palabras o expresiones que se encuentran dentro de nuestra cabeza, pero que raramente
salen fuera de ella.
Cojamos por ejemplo una página de una novela y analicémosla brevemente. Seguramente,
como hablantes nativos de la lengua, conozcamos y reconozcamos todas esas palabras. Sin
embargo, se nos presentarán bastantes que nunca o, casi nunca, habremos utilizado en
nuestra vida.
Ahora cojamos una novela extranjera cuya lengua nos sea familiar pero no habitual.
Seguramente existirán bastantes palabras que desconozcamos. No obstante, habrán ciertas
palabras que ya conozcamos, ya sea porque hemos recibido “inputs” constantes de ellas, ya
sea porque en algún momento de nuestro aprendizaje las hemos memorizado. ¿Pero,
realmente, las utilizamos? ¿Conforman parte de nuestro vocabulario activo o, por el
contrario, reconocemos que significan pero nunca las hemos utilizado y se hallan
anquilosadas en nuestro vocabulario pasivo?
Drenando vocabulario pasivo a vocabulario activo
Una buena expresión de vocabulario se produce porque el hablante posee un vocabulario
activo amplio y rico. Por lo tanto, todo hablante está interesado en ampliar ese tipo de
vocabulario. ¿Cómo podemos hacerlo?
Siguiendo la proporción que he indicado al principio, por cada 5 palabras de vocabulario
pasivo una acaba formando parte de nuestro vocabulario activo. En este sentido,
debemos ampliar primero nuestro vocabulario pasivo de tal modo que luego podamos
utilizar algunas de estas palabras en una conversación o expresión escrita de forma natural.
En resumen, cuanto más vocabulario pasivo tengamos y reconozcamos, más
vocabulario activo podremos utilizar.
Campos semánticos en lingüística
Cada lengua tiene su propia manera de parcelar la realidad, es decir, considerar qué objetos
comparten rasgos semánticos y cuáles deben ser considerados ámbitos diferentes. Y por
tanto cada lengua elige unos rasgos relevantes y desecha otros. En gran medida la
estructuración de los campos semánticos y los rasgos más relevantes dependen de factores
extralingüísticos y tienen que ver, frecuentemente, con aspectos históricos o culturales
contingentes. Un ejemplo de esta arbitrariedad se encuentra por ejemplo en la serie de
4. palabras selva - bosque - madera - leña del español, que no coincide ni con la distinción
bois - fôret del francés ni con la distinción forest - wood del inglés. Otro ejemplo conocido
debido a Franz Boas es que ciertas lenguas esquimales tienen más de media docena de
palabras para lo que en otras se expresa simplemente como 'nieve'.
Los campos semánticos pueden adoptar diversas estructuras. Las más interesantes son las
ramificantes y las lineales. Un campo semántico puede representarse como un conjunto de
formas léxicas de significado bien definido. Muchas veces dicho conjunto de formas
léxicas puede dotarse de cierta estructura ordenada mediante relaciones semánticas.
Lógicamente una palabra o forma léxica pertenecerá en general a varios campos
semánticos, siendo una posible definición de la palabra la intersección de todos los campos
semánticos a los que pertenece.
El medio natural en interrelación con el ser humano
Introducción a la relación entre hombre y naturaleza.
Tal vez se preguntan, ¿por qué existe tanta diversidad de sistemas socioculturales? Es decir,
¿por qué hay tantas culturas diferentes y tantas formas de sociedad? Uno de los factores
fundamentales que lo explican es la gran
variedad de hábitat que presenta el planeta.
No es lo mismo vivir en el desierto, que en la
selva o en la costa. Las costumbres cambian
según el clima, la flora, la fauna. Por ejemplo,
la alimentación: ¿por qué tiene éxito el
“agüita de coco” en la costa? ¿Por qué no es
algo común en México? Porque si estás a 40º
en el “solazo” y con una palma al lado, lo que
quieres es refrescarte.
Y hablando de alimentos es importante decir
que conforme ha evolucionado el hombre, las
culturas se han vuelto más eficaces para
producir sus alimentos.
A continuación se mencionan los cuatro modos primitivos de subsistencia:
La caza y la recolección:
El medio condiciona la vida.
5. En la caza, el hombre se dedica a recolectar lo que la naturaleza produce por sí misma. Por
ejemplo: Los Kung, del sur de África en el desierto de Kalahari, los productos de la caza y
la recolección individual por los diversos miembros del campamento constituyen al final
del día un fondo común y se distribuye “equitativamente”.
Horticultura:
En este modo de subsistencia se cultivan semillas,
raíces y tubérculos, utilizando como instrumentos
de producción un bastón de cavar. Sólo utilizan la
energía muscular y se diferencian de los
agricultores en la falta de medios para roturar el
suelo.
Un ejemplo claro de la horticultura son los
Tsembaga, caso típico de subsistencia en Nueva
Guinea, donde cultivan tan sólo el 10 por ciento
del territorio y de ahí se alimenta el 99 por ciento
de los habitantes.
Pastoralismo:
Se basa en la existencia de grandes rebaños de
animales domesticados, de los que se extrae leche,
sangre, pieles y carne. Una característica importante de los pueblos pastores es la
“transhumancia”, que quiere decir que durante una parte del año viven en poblados de las
tierras bajas, pero cuando los pastos y el agua escasean, se trasladan a los pastos de las
montañas. Un pueblo típicamente pastor son los Fulani, de Nigeria.
La agricultura:
Es un modo de subsistencia distinto de la horticultura, pues la tecnología es más avanzada y
permite roturar el suelo. No se trata sólo de una diferencia cuantitativa, sino también
cualitativa: la agricultura permite explotar gran número de hábitat y, por consiguiente, las
sociedades resultantes son más heterogéneas.
Los Swat Pathan, pueblo de Pakistán, tiene una población de 400.000 individuos que
dependen fundamentalmente del cultivo del maíz, trigo, arroz y cebada, aparte de una gran
variedad de frutos y vegetales.
Cazador yagán
6. El hombre obtiene de la tierra gran parte de
los productos que le permiten vivir, ya sea en
forma directa o indirecta. Hay productos
como los agrícolas, ganaderos, pesqueros,
mineros y forestales, que el ser humano
necesita para su mantenimiento, y que extrae
directamente de la tierra.
Muchos otros elementos, que también usa
frecuentemente —como la ropa, alimentos
más elaborados, materiales de construcción,
etcétera— provienen indirectamente de la
naturaleza. Son derivados de materias naturales.
Por estas razones, es importante comprender que muchos elementos del paisaje tienen gran
significado económico para el hombre. En definitiva, gracias a lo que el hombre extrae de
la naturaleza, puede vivir.
Los productos económicos están en estrecha relación con el clima, el relieve y
características del suelo de cada región. Por ello, en todas partes no se pueden encontrar los
mismos recursos.
Concepto y características de actividades en el medio natural
Concepto: Cualquier actividad que se realiza en contacto con el medio natural, fuera del
ambiente cotidiano. Actividad individual o colectiva con un fin más o menos próximo
utilizando y/o luchando con los elementos que constituyen el entorno físico.
Piragüismo. Imagen 4. Producción propia.
Características: Toda actividad que se desarrolle en la naturaleza presentará, entre otras
las siguientes características:
Atado a la naturaleza
7. Serán distintas en número y duración a las actividades realizadas en el horario
escolar.
Pueden presentar un riesgo físico, aunque se puede reducir con el conocimiento del
medio.
Permiten mayor contacto entre el profesorado y alumnado, favoreciendo las
relaciones entre ellos.
Permiten una enseñanza para la utilización más racional del medio natural.
Tienen un carácter global y se aconseja un tratamiento interdisciplinar.
Es una actividad muy motivante. Motivación basada en el placer por:
o Aventura y exploración.
o Descubrimiento del medio.
o Moverse con independencia.
o Conocerse a uno mismo.
o Constatar coraje y valentía.
Ampliar el campo de actividad y relaciones.
Favorecen la autonomía del alumno en:
o Dominio de un máximo de situaciones.
o Toma de iniciativas propias.
o El desarrollo del espíritu crítico.
TIPOS DE REGIONES NATURALES
Existen diferentes formas de denominar a las regiones naturales de nuestro pa�s. Por ejemplo, de
acuerdo con la vegetaci�n que existe en ellas, se pueden clasificar de la siguiente manera:
bosque de con�feras y encinos, bosque de monta�a, pastizal, matorral, chaparral, sabana,
selva seca, selva h�meda, suelos salinosos y regi�n marina.
Bosques de con�feras y encinos
Se localizan en lugares de clima templado con lluvias
todo el a�o, corresponde a gran parte de los lugares
monta�osos. Estos bosques se conforman por
�rboles de hojas caducas como fresnos, encinos,
robles y nogales, alternados con pinos. Los bosques
de con�feras tienen variedades como los abetos,
8. Bosque de coníferas y encinos
ocotes, oyameles y pinos. La fauna de estas regiones
la conforman ardillas, coyotes, venados, el gato
mont�s y algunas especies en peligro de extinci�n,
como el berrendo.
Bosque de monta�a
Es caracter�stico de lugares con un clima templado
en el verano y fr�o en el invierno. En esta zona hay
pastos y matorrales muy verdes. Los �rboles son de
maderas duras, como los robles, oyameles, abetos,
abedules y nogales. La fauna es variada. Hay aves
como la lechuza y el halc�n, roedores, zorras y
gatos monteses.
Bosque de montaña
Pastizal
El pastizal semitropical se da en tierras poco
f�rtiles con suelos muy porosos. Se caracteriza
por extensas praderas de poca altura, con pastos
que se polinizan o fecundan por la acci�n del
viento. La flora o vegetaci�n se encuentra de
manera dispersa, es abundante en maleza y hay
pocos �rboles.
9. Pastizal
Son pocas las especies de animales. Predominan las iguanas y los insectos. En lugares de clima
templado tambi�n hay pastizales, tienen caracter�sticas parecidas a los que existen en los
lugares semitropicales. La fauna es m�s variada. En ellos viven topos, tuzas, ardillas terrestres,
ratones y serpientes.
Matorral
Esta zona es caracter�stica de un clima seco.
Abundan las plantas peque�as con ra�ces muy
profundas y extensas. Algunas plantas son
espinosas, con hojas gruesas y siempre verdes,
como los mezquites, huizaches y lechuguilla. La
fauna est� representada, principalmente, por
serpientes, reptiles y ar�cnidos.