El documento describe la evolución del pensamiento sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible desde la colonización española hasta las conferencias de Río en 1992 y Johannesburgo en 2002. Destaca hitos como la Conferencia de Estocolmo en 1972, la publicación del Informe Brundtland en 1987, y los acuerdos alcanzados en las cumbres de la Tierra de 1992 y 2002. Además, analiza los desafíos que enfrentan América Latina y el Caribe para alcanzar el desarrollo sostenible.
2. • Deslumbrados por su belleza, uno de los múltiples
calificativos que los españoles atribuyeron a la isla
Hispaniola fue el de “la isla de los mil ríos”. Los
recursos recién descubiertos les parecieron infinitos.
• Desde ese mismo instante comenzó a perfilarse una
cultura depredadora que subsistiría a la colonia y se
extendería hasta nuestros días
3. • La actitud del conquistador español respondía a una
visión del mundo que terminó arropando el planeta.
• Por eso las sociedades humanas evolucionaran
durante siglos sin que se tuviera una conciencia
clara sobre los impactos que se producían al medio
ambiente y a la base de recursos naturales.
4. • En la segunda mitad del siglo XX es que la
preocupación por los impactos ambientales toma
forma coherente.
• Un hito decisivo fue la Conferencia sobre Medio
Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo en
1972, donde se adoptaron resoluciones
paradigmáticas que comprometerían a los estados y
a los gobiernos del mundo con la conservación del
medio ambiente y los recursos naturales.
5. • Entre 1972 y 1992 se producirían acontecimientos
extraordinarios en el desarrollo de la ciencia y la
tecnología, en la transformación productiva de las
economías, incluyendo las de la región de América
Latina y el Caribe, y en el equilibrio de poder que
había marcado las relaciones internacionales a
partir de la Segunda Guerra Mundial.
6. • Saltaron a la arena internacional las inquietudes de
la comunidad científica por fenómenos emergentes
como el cambio climático y el calentamiento global,
la diversidad biológica, los síndromes de
degradación de los recursos naturales como la
desertificación y la sequía recurrente, y la
contaminación ocasionada por los patrones
vigentes de asentamiento humano, de producción y
de consumo.
7. • Se llegó a la conclusión de que los modos de
producción y de consumo imperantes resultaban
insostenibles; que se le estaba pidiendo demasiado
a la Tierra y que su futuro, y con ella el de la
humanidad, estaba comprometido.
• En este contexto de cambio fue que Naciones
Unidas convocó la Conferencia sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, conocida también como
“Cumbre de la Tierra” o Conferencia de Río, la cual
tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil, en junio de
1992.
8. • La Cumbre de la Tierra significó el reconocimiento
de que el estilo de desarrollo adoptado hasta
entonces había resultado ser ecológicamente
depredador, socialmente perverso y políticamente
injusto.
• Para la preparación de esta Cumbre se desarrolló
un proceso de consulta sin precedentes que
involucraría a más de 18 mil ciudadanos y
ciudadanas del mundo, representantes de la
comunidad científica, responsables
gubernamentales, de comunidades indígenas, de
organizaciones de la sociedad civil y de muchos
otros grupos y organizaciones.
9. • De este proceso, conducido por Gro Harlem
Brundtland, ex primera ministra de Noruega,
salió el famoso Informe Brundtland “Nuestro
Futuro Común”:
• Aquí se perfila la noción del desarrollo
sostenible como aquel que permite la
satisfacción de las necesidades de las
generaciones presentes sin comprometer la
satisfacción de las necesidades de las
generaciones futuras.
• Y se establece la idea clave de que el medio
ambiente no puede existir como una esfera
separada de las acciones y de las
aspiraciones de los seres humanos.
10. • La Conferencia de Río “dio inicio al proceso de
transición hacia un nuevo régimen internacional en
materia ambiental” y marcó el comienzo de una
nueva ronda de conferencias mundiales, conocida
como “el nuevo ciclo social” de Naciones Unidas,
para dar respuesta a las demandas de soluciones
a los problemas que surgieron en el escenario
internacional en los 20 años precedentes.
• Estas conferencias han contribuido a “la
consolidación ética y política de un régimen de
cooperación integrado por nuevos principios
jurídicos de carácter internacional”.
11. • En la Cumbre de la Tierra se adoptaron cinco
acuerdos multilaterales:
• La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo;
• El Programa 21, conocido también como
Agenda 21;
• Los Principios Sobre Bosques;
• La Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, y
• La Convención Sobre la Diversidad Biológica.
12. • Posteriormente se adoptaron:
• La Convención de las Naciones Unidas de
Lucha Contra la Desertificación y la Sequía;
• El Protocolo de Kyoto;
• El Protocolo de Cartagena;
• El Programa de Acción Mundial para la
Protección del Medio Marino de la
Contaminación por Fuentes Terrestres, y
• El Programa de Acción de Barbados relativo a
los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo,
conocidos como SIDS por sus siglas en inglés.
13. • Estos Acuerdos Multilaterales de Medio Ambiente
son vinculantes, por lo que su ratificación los
convierte leyes supranacionales que son de
cumplimiento obligatorio para los países signatarios.
• A partir de Río 92 se fue conformando una nueva
agenda internacional, marcada por las cumbres de
los años noventa sobre población, desarrollo social,
género, vivienda y alimentación, y se fue ampliando
el concepto de desarrollo sostenible, para
incorporar en un marco coherente y sistémico los
pilares económico, social, ambiental y político-
institucional del desarrollo.
14. • Una restricción de esta concepción del desarrollo
sostenible es la dificultad de expresar los
objetivos correspondientes a cada uno de esos
pilares con indicadores comunes de medición y
evaluación.
• Como el plano económico es el que ofrece
mayores ventajas para lograr esa articulación, a
partir de 1992 Naciones Unidas se esforzó para
desarrollar un enfoque metodológico integrado
que permita incorporar en los sistemas de
cuentas nacionales los valores de la naturaleza.
15. • A pesar de que Río 92 representó la respuesta
normativa más amplia y coordinada dada hasta
entonces por los gobernantes del mundo para
incorporar la dimensión ambiental en las políticas
de desarrollo, los avances en la aplicación de sus
acuerdos en la década de los 90 fueron muy
lentos y no se tradujeron en un efectivo freno a las
tendencias del deterioro del medio ambiente
global.
16. • Con la convocatoria de la Cumbre del Milenio en el
año 2000 y la adopción de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio por parte de 191 países, se
logró un mínimo planetario común, con metas e
indicadores específicos a ser cumplidos hasta el
2015, donde los distintos pilares del desarrollo
sostenible convergen de manera articulada, en
respuesta a la necesidad que tiene la humanidad
de alcanzar un equilibrio entre el crecimiento
económico, la equidad y la sostenibilidad
ambiental.
17. • En la Cumbre de Desarrollo Sostenible (Río
+10), celebrada en Johannesburgo en el 2002,
se reafirmó el desarrollo sostenible como una
cuestión central de la agenda internacional, se
dio un nuevo ímpetu a la acción global para
combatir la pobreza y proteger el medio ambiente
y se amplió la concepción del desarrollo
sostenible, particularmente en lo que respecta al
vínculo entre la pobreza, el medio ambiente y el
uso de los recursos naturales.
18. • A partir del año 2000 las conferencias
internacionales han hecho énfasis en la
cuantificación de las metas y en la
identificación de los mecanismos e
instrumentos que harán posible su
cumplimiento, con lo que ha adquirido
mayor relieve la necesidad de otorgar
prioridad al financiamiento para el
desarrollo sostenible.
19. • ¿Qué pasó en el mundo y en la región de América
Latina y el Caribe entre las Cumbres de Río y de
Johannesburgo?
• En el nivel internacional, el elemento distintivo
de los años 90 fue la consolidación del
proceso de globalización, que ha tenido como
sus motores impulsores el desarrollo
tecnológico, sobre todo de las tecnologías de
la información, y la integración de los
mercados.
20. • En América Latina y el Caribe la globalización
arropó a todas las economías, las cuales
conocieron profundas reformas económicas que
se centraron en una mayor apertura comercial,
en la liberalización de los mercados financieros
nacionales y de los flujos de capitales externos, y
en una participación cada vez mayor de la
iniciativa privada en la producción de bienes y
servicios, y en la provisión de servicios públicos y
prestaciones sociales.
21. • La reestructuración productiva de las economías
latinoamericanas y del Caribe se dio en base a
patrones de especialización muy marcados.
• La economía dominicana se sitúa en el patrón
caracterizado por la exportación de servicios, sobre
todo turísticos.
• Ese patrón ha tenido impactos importantes
sobre el medio ambiente.
22. • El balance de la región no ha sido muy positivo
en términos de desarrollo sostenible.
• Cuando los ministros de medio ambiente de la
región lanzaron la Iniciativa Latinoamericana y
Caribeña para el Desarrollo Sostenible
señalaron que entre 1992 y 2002 hubo avances
significativos en lo que se refiere a la toma de
conciencia y a la entrada en vigor de normas
jurídicas nacionales e internacionales, pero que
“persisten importantes desafíos” y que se hace
indispensable revertir las tendencias actuales de
degradación ambiental del medio natural y del
medio urbano y, en particular, eliminar a un ritmo
vigoroso la pobreza y la inequidad que afligen a
los países de la región.
23. • Hemos tenido éxitos relativos, pero
probablemente ningún país alcance una nota
suficiente si sus avances son evaluados con el
paradigma del desarrollo sostenible.
• Chile, por ejemplo, registra logros
significativos en términos de crecimiento
económico, de equidad y de desarrollo
político-institucional:
• Experimentó un crecimiento del PIB de
108% entre 1990 y 2004;
• Este crecimiento tuvo un impacto
significativo en la reducción de la
pobreza:
• Pero también ejerció una considerable
presión sobre los recursos naturales,
sobre todo en los sectores de la minería,
la silvicultura y la acuicultura, que fueron
los de mayor auge en ese período.
24. • No obstante, aún arrastramos déficits
significativos en materia de equidad y de
desarrollo político-institucional.
• En lo que respecta al medio ambiente, el propio
Banco Mundial destaca cómo el rápido
crecimiento económico y la urbanización
acelerada han afectado la calidad ambiental y han
puesto grandes presiones a la base de recursos
naturales de la República Dominicana.
• Estas presiones tienen que ver con el uso
inadecuado del espacio territorial y con la
mala gestión del recurso agua y de los
desechos sólidos.
25. • El desarrollo sostenible no sólo es
responsabilidad de una Secretaría de Estado, ni
siquiera de todo el gobierno. Compete a toda la
sociedad y a cada uno de sus integrantes cumplir
su agenda ambiental, enmarcándola en la agenda
ambiental nacional.
• Si mueren los bosques, y los ríos se convierten
en pequeños arroyos; si se dañan o se urbanizan
las mejores tierras agrícolas; si como
consecuencia de todo lo anterior mueren los
corales, también se arruinan las playas y con ellas
el Turismo.
26. • Dice Lester Brown que “el medio ambiente no es
parte de la economía, como creen muchos
responsables de planificación de las empresas y
economistas, sino que, en vez de ello, la economía
es parte del medio ambiente”. Si se acepta esta
visión, dice el destacado especialista, “la economía
debe ser diseñada para que sea compatible con el
ecosistema del que forma parte”.
27. • El Banco Mundial está apoyándonos en el
desarrollo de la agenda ambiental para el sector
energético, con un componente ambiental dentro
de un préstamo sectorial para electricidad, que
propicia la tercerización del cumplimiento de la
normativa por vía de un régimen de auditores
ambientales privados, así como la realización de
una evaluación ambiental estratégica del sector
energía.
• Es imperativo el desarrollo de instrumentos
económicos en el sector energía, para
aprovechar y potencializar las oportunidades de
reconversión, aumentando la participación de las
energías renovables en la matriz energética
nacional y reduciendo la dependencia de los
hidrocarburos importados.
28. • En el desarrollo de obras de infraestructura
tenemos que cambiar la cultura de depredación
por una cultura de conservación, garantizando que
por cada peso que se invierta en la construcción
de obras que son necesarias para el desarrollo
nacional, se guarde una proporción para
garantizar la conservación de los recursos
naturales que aprovecha.
• Hay países en nuestra región, como Costa Rica,
que han hecho de la conservación parte esencial
de su marca-país, con un turismo ecológico y con
un esquema de pagos por servicios ambientales
que constituyen ejemplos de buenas prácticas
ambientales reconocidos por todo el mundo.
29. • Si todavía hay escépticos que piensan que la
conservación es una carga y no una garantía de
rentabilidad, echemos una mirada al Japón, una
de las siete economías más desarrolladas del
mundo, sobresaliente además por su excepcional
desarrollo tecnológico, y donde la sabiduría de la
naturaleza ha sido escogida como lema de la
Exposición Universal de Aichi, la primera que se
realiza en el siglo XXI.