Este documento habla sobre el abuso sexual infantil en la ciudad de Buenos Aires. Indica que cinco denuncias de abuso son reportadas diariamente al equipo encargado, pero que tres de los adultos que denuncian luego se niegan a continuar con el proceso legal, lo que hace que esos casos sean desestimados. También menciona que algunas familias no quieren que el abusador sea llevado ante la justicia por temor a destruir la dinámica familiar.
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Abuso sexual en las personas
1. ABU SO SEXUAL
Hoy en día Abusan y violan los padres, los abuelos, los tíos, los hermanos
mayores y los compañeros de la madre que a veces cumplen función
paterna.
Así mismo, la información es pública. En este caso se trata de niños y
niñas de la ciudad de Buenos Aires cuyos familiares han recurrido a las
comisarías para denunciar el abuso. A veces una madre, una tía o una
vecina. Llegan con la víctima de la mano, en oportunidades solamente
piden la intervención policial.
La policía inmediatamente se comunica con el Equipo que se ocupa de
Delitos contra la Integridad Sexual y depende del Programa las Víctimas
contra las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
porque tiene un Orden del Día, desde el año 2006, y debe cumplirla; tiene
obligación de convocarnos.
2. ¿QUE SE DEBE DE HACER CON LAS
VICTIMAS?
El Equipo se hace presente, dialoga con el niño o la niña, además de escuchar
al adulto, y automáticamente se convierte en el testigo que habrá de reproducir
su diálogo con el niño o la niña en calidad testimonial ante el juez porque es la
primera persona técnica que toma contacto con la víctima. El juez atiende este
testimonio que le resulta fundamental para la continuidad de la investigación.
Así sucede cuando se puede investigar, tal como recomienda la protección de
niños y niñas descripta en los documentos internacionales. La protección es un
hecho, no alcanza con las palabras y las quejas agrupadas, voluminosas y
reiteradas.
3. HAY MAS DENUNCIAS !
Los números son explícitos. Este Equipo afirma que recibe cinco
denuncias diarias por abuso sexual contra niños y niñas. Pero de
ellas, tres adultos, después de denunciar, se niegan a instar la
causa penal, es decir, a autorizar la investigación, el seguimiento del
caso en el ámbito del derecho. O sea, la denuncia se cae, pierde
eficacia, porque el abusador no será citado por la Justicia. Eso es
exactamente lo que se espera: “cumplir con el deber” de denunciar.
Pero que al abusador lo citen en Tribunales, que aparezca quizás un
defensor de niños, que se pruebe el abuso y/o la violación y que el
sujeto sea detenido... ¡Ah, no! Para tanto no.
Porque podría ser el padre del niño o de la niña, entonces la familia
arriesga destruir la vincularidad, y como sabemos la familia debe
estar protegida. ¿Y la protección de niños y niñas...? “Sí, bueno,
pero no vamos a dejar al chico sin padre... Al fin y al cabo, los
chicos se olvidan de esos episodios....” ¿Una niña se olvida que
durante años su padre o su abuelo la manoseaban
permanentemente y la obligaban a mantener el secreto para que la
familia no se enterara?
4. DEBEMOS DE PARAR ESTE PROBLEMA
Los abusos no los cometemos las personas de mente atormentada.
No. Somos personas como casi todos, un poco más hambrientos y un
poco más torpes, porque al fin y al cabo lo único que hacemos es
tratar de nutrirnos, pero de una manera burda y estúpida.
Los adultos nos enamoramos de un niño necesitado, solo,
desamparado y que nos inspira ternura. ¿Por qué? Porque ese niño
nos recuerda al niño que fuimos: tímidos, exigidos y a la deriva. Ese
niño ejerce sobre nosotros una atracción automática. Queremos
protegerlo y amarlo de alguna manera. ¿Cuál es el problema? El
problema es que somos totalmente inmaduros. ¿Por qué? Porque no
fuimos amados durante nuestra niñez, ni cuidados, ni protegidos ni
amparados. Crecimos esperando obtener amor alguna vez. Así
crecimos. Pero nuestra capacidad emocional se estancó en aquella
espera. Vivimos dentro de un cuerpo de adulto pero tenemos
organizadas las emociones como si fuéramos niños hambrientos
5. ¿Pero cómo vamos a afirmar algo así tan alegremente, sin
tomar en cuenta las horribles repercusiones que tiene el
abuso sistemático sobre un niño?
Por supuesto que las consecuencias son nefastas. Sin
embargo es preciso que comprendamos las dinámicas
completas con la lógica que las sostiene, si nos interesa
abandonar las instancias cotidianas de dominación.